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LA RATITA PRESUMIDA

Había una vez una ratita que era muy presumida. Estaba un día barriendo la puerta de su casa
cuando se encontró con una moneda de oro. En cuanto la vio empezó a pensar lo que haría
con ella:

Ya sé me compraré caramelos... uy no que me dolerán los dientes. Pues me


comprare pasteles... uy no que me dolerá la barriguita. Ya lo sé me compraré un
lacito de color rojo
La ratita se guardó su moneda en el bolsillo y se fue al mercado. Una vez alli compró
el lazo y volvió a su casita.
Pronto allí la ratita se puso a pasear presumidamente alrededor de su casa , cuando
paso el gallo y le dijo:
“Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?”.
Y la ratita le respondió: “No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?”
Y el gallo le dice:“Quiquiriquí”.
“Ay no, contigo no me casaré que no me gusta el ruido que haces”.
Se fue el gallo y apareció un perro.
“Ratita, ratita tú que eres tan preciosa, ¿te quieres casar conmigo?”.

Y la ratita le dijo:“No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?”.

“Guau, guau”.

“Ay no, contigo no me casaré que ese ruido me asusta”.

Se fue el perro y apareció un cerdo.

“Ratita, ratita tú que eres tan hermosa, ¿te quieres casar conmigo?”.

Y la ratita le dijo:

“No sé, no sé, ¿y tú por las noches qué ruido haces?”.

“Oink, oink”.

“Ay no, contigo no me casaré que ese ruido es muy ordinario”.

El cerdo desaparece por donde vino y llega un gato color anaranjado atigrado , y le
dice a la ratita:
“Ratita, ratita tú que eres tan encantadora¿te quieres casar conmigo?”.

Y la ratita le dijo:

“No sé, no sé, ¿y tú qué ruido haces por las noches?”.

Y el gatito con voz suave y dulce le dice:

“Miau, miau”.

“Ay sí contigo me casaré que tu voz es muy dulce.”


El día de antes de la boda el señor gato le dijo a la ratita que quería llevarla de picnic
al bosque. Mientras el gato preparaba la mesa la ratita cogió la cesta para poner la
mesa y…

- ¡Pero si la cesta está vacía! Y sólo hay un tenedor y un cuchillo… ¿Dónde


estará la comida?

- ¡Aquíií! ¡Tú eres la comida! - dijo el gato abalanzándose sobre ella.

Pero afortunadamente pasaron por allí los pretendientes que la ratita había
rechazado,al oir los gritos de la ratita fueron rápidamente en su defensa, dándole un
susto al gato al ver que todos venían lanzados contra él, el gato huyo asustado del
lugar,la ratita se dio cuenta de que no hay que juzgar a los demás por sus
apariencias y a no ser presumida.

fin

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