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LOS SECRETOS QUE ESCONDE LA SUCIEDAD DEL OMBLIGO.

Cuando se trata de limpieza y cuidado corporal todos nos ocupamos de nuestras manos, pies,
cara, brazos, cuello y piernas, pero se nos olvida que también tenemos ombligo y que es muy
importante mantenerlo limpio.

Aunque a simple vista es totalmente inofensivo, resulta que el ombligo es una de las partes de
nuestro cuerpo donde más se resguardan y reproducen bacterias y hongos ocasionando malos
olores e incluso infecciones.

Por fortuna, todo lo que necesitas para mantenerlo limpio es un poco de jabón y agua; a
continuación te daremos unos tips para su limpieza.

1. Lávate el ombligo cuando te bañes. A veces va a ser necesario lavarlo con más
frecuencia si has estado sudando demasiado por ejemplo después de ir al gimnasio o
clima caluroso.
2. Aplica un poco de jabón y agua sobre tus dedos o una toallita para frotarte el ombligo
suavemente y eliminar la suciedad, la mugre y las pelusas. Una vez que hayas
terminado, debes enjuagar con cuidado toda la espuma.
3. Para limpiar la parte interior del ombligo lo puedes hacer con una toallita o un hisopo.
Limpia suavemente el interior del ombligo con agua y jabón y asegúrate de enjuagarlo
bien después. No lo frotes con fuerza, ya que podrías irritar la piel que se encuentra
alrededor del ombligo.
4. Una vez que hayas terminado de lavarte, utiliza una toalla limpia para secar suavemente
el área dentro y alrededor del ombligo. Es importante que mantengas el ombligo seco
para evitar el crecimiento excesivo de bacterias y hongos.

Puedes evitar que la humedad se acumule en el interior del ombligo vistiéndote con prendas
frescas y holgadas cuando el clima es cálido o en cualquier momento en que empieces a sudar.

No te apliques cremas ni lociones en el ombligo ya que si lo haces, podrías hacer que la


humedad quede atrapada dentro del ombligo, creando un ambiente propicio para el crecimiento
de bacterias, hongos o levaduras no deseadas. Si tienes un ombligo salido en lugar de uno
hundido, es probable que puedas humectarlo de manera segura con un poco de aceite para bebé
o una loción humectante ligera.
Sigue todos estos paso y listo, ya tienes un ombligo libre de bacterias.

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