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Este documento discute si los métodos anticonceptivos son permisibles dentro de la voluntad de Dios. Argumenta que Dios diseñó el matrimonio y el sexo para unir a los esposos y permitir la reproducción. Aunque la Biblia no menciona específicamente los anticonceptivos, su uso fuera del matrimonio va en contra del propósito divino del sexo. Dentro del matrimonio, la decisión sobre el uso de anticonceptivos depende del acuerdo entre los esposos.
Este documento discute si los métodos anticonceptivos son permisibles dentro de la voluntad de Dios. Argumenta que Dios diseñó el matrimonio y el sexo para unir a los esposos y permitir la reproducción. Aunque la Biblia no menciona específicamente los anticonceptivos, su uso fuera del matrimonio va en contra del propósito divino del sexo. Dentro del matrimonio, la decisión sobre el uso de anticonceptivos depende del acuerdo entre los esposos.
Este documento discute si los métodos anticonceptivos son permisibles dentro de la voluntad de Dios. Argumenta que Dios diseñó el matrimonio y el sexo para unir a los esposos y permitir la reproducción. Aunque la Biblia no menciona específicamente los anticonceptivos, su uso fuera del matrimonio va en contra del propósito divino del sexo. Dentro del matrimonio, la decisión sobre el uso de anticonceptivos depende del acuerdo entre los esposos.
Ministerio De Educación Cristiana Instituto Bíblico “Juan Alfaro” Maracay – Estado Aragua
Autor: Rafael Antonio Grissolia Cepeda
C.I-19.466.043 ORIENTACIÓN FAMILIAR
Métodos anticonceptivos: ¿posibles dentro del pueblo de Dios?
Desde siempre se ha dicho que la familia es el diseño divino de Dios.
Esto es apoyado a la luz de la palabra desde el mismo Génesis, donde el señor le da una orden al hombre: “Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo” Génesis 1:28. Hoy en día observamos como la ciencia ha ido en avance, en algunos casos vemos como hay prácticas que el hombre ha tomado para sí que violan los principios de la Palabra. Un tema que es digno de hacer reflexión es el de métodos anticonceptivos en cuanto a la taza de natalidad. En las líneas siguientes indagaremos sobre ello.
Cuando se intenta definir cuando una acción o tendencia es pecado,
el manual infalible es la biblia. En ella encontramos todos los temas que el hombre pueda pensar. Tal es el caso del sexo. Cuando comenzamos a hablar de ello, es inevitable traer a la mente el tema de los métodos anticonceptivos pues desde la educación secular y tradicional se trata.
Algunos observan los métodos anticonceptivos como una falta a Dios,
a sus intenciones en relación con el sexo, y a su mando, “sean fructíferos y multiplíquense”, algunos otros creyentes no se oponen en unificar la fe cristiana con el uso de ellos. Pero, entonces surge la gran pregunta: ¿Es pecado o no usar métodos anticonceptivos?
Si detallamos en los primeros pasajes del libro el Génesis, denotamos
que nuestro pare creó un mundo hermoso y diverso y declarando todas las cosas como “buenas.” Lo único que el Señor dijo que “no era bueno” era que el hombre estuviera solo y a raíz de ello le creó su ayuda idónea: la mujer. El creador hizo al hombre y la mujer para que se hicieran compañía, para complementase en todos los aspectos (emocional, mental y físicamente).
El sexo, por su diseño, es bueno y está destinado a fortalecer esa
unión. Por supuesto, el sexo también es la forma en la que nos reproducimos y perpetuamos nuestra especie, es por ello que es válido decir que uno de los argumentos sólidos del no uso de los métodos mencionados se basa en la reproducción.
En el mismo orden de ideas, es válido decir que el hombre y la mujer
ya son capaces de reproducirse desde el momento de la pubertad. También tanto el cuerpo del hombre como el de la mujer son completamente distintos. El cuerpo de la mujer tiene una temporada de reproducción que comienza en la pubertad y termina en la menopausia. Las mujeres tienen un ciclo mensual que incluye una puerta mensual para la fecundación.
En definitiva, Dios hace todo completo, perfecto, y bueno, nos ha
dejado un método anticonceptivo natural e interno dentro de nuestro cuerpo y que no debemos pasar por alto.
Desde que entró el pecado al mundo y el hombre adquirió su
naturaleza pecaminosa, se puede ver como existe una desviación del propósito para el cual hemos sido creados. Hombres y mujeres abusan del sexo para sus propios fines perversos. Daño lugar al disfrute insano y a los placeres de la carne y no para lo que fue diseñado: el placer de un esposo y una esposa.
A manera de cierre y reflexionando sobre lo formulado desde el inicio
de estas líneas, se puede decir que la palabra no habla específicamente de los anticonceptivos. En ello ya entra una decisión personal a la que se llega a través del acuerdo matrimonial, es decir, la utilización de ellos de forma equivoca, lleva a pecar (adulterio, fornicación) y como hijos de dios debemos poseer claro ello. Todo método utilizado fuera del matrimonio, desvirtúa el propósito para el cual el señor creo esa función humana.