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HABLAR DE SUEÑOS

LECTURA PÚBLICA

POESÍA VIVA
DE

GILBERTO MEDINA CASILLAS


HABLAR DE SUEÑOS

PROGRAMA

1. PRESENTACIÓN

2. EL SOMBRERO DE CRISTAL

3. COSIJOS Y PENSAMOSAS

4. ESLABÓN

Textos escritos por Gilberto Medina Casillas.


Leídos por él mismo, Eduardo Azuri Miranda y Julia
Giovanna Gatell, sobre música de Pink Floyd, BT y Kronos
Quartet.

La portada: “Mayo” Dibujo de Gilberto Medina Casillas.


PRESENTACIÓN

HABLAR DE SUEÑOS

Bajo este título se hospedan dos textos y una colección, tres partes
constituyen esta lectura:

 El sombrero de cristal
 Cosijos y pensamosas
 Eslabón

El sombrero de cristal fue escrito en 1976, forma parte de un conjunto


de textos donde aún se asoman, un poco, la muerte y la soledad.

Será leído a manera de introducción. La música de fondo: Obscured


by clouds, es de Pink Floyd.

Cosijos y pensamosas, escritas en 1985, es una colección de textos


muy cortos que intentan expresar ideas que tienen que ver con el ser
humano como ente filosófico y al poeta como traductor de éste ante sí
mismo.

Expresan ideas que dominan la vida del ser humano natural y su


drama al interpretar la vida ante el incierto umbral de la muerte. Son
los versos del hombre solo, todo potencia, más, todo mortal. Siete
textos que serán leídos sobre música de BT.

Eslabón cierra esta lectura. Es un poema narrativo escrito en 1990.


Plantea una situación extrema donde reina el desconcierto. Se ubica
en una ciudad hipotética, en un hipotético país donde la gente se
organiza formando frentes civiles ante un gobierno opresor.

Amnesia e incertidumbre son el bajo continuo que da fondo a este


texto extraño, donde todo transcurre como en un sueño.

Eslabón fue leído por mí en la casa de la cultura de Puebla en marzo


de 1990 con un fondo musical de Charlie Parker, en esta ocasión lo
leeremos con fondo musical de Kronos Quartet.

Hablar de sueños es un proyecto de comunicación poética que yo


hago con mucho gusto y cuyo objetivo es conmover a mis oyentes y
despertar en ustedes la reflexión crítica.

Dejando, quizá, algunas semillas en la imaginación de ustedes,


queridos amigos que me acompañan esta noche.

Antes de proceder a la transfiguración escénica, me permito


presentar a quienes me acompañan:

Eduardo Azuri, Actor.


Julia Giovanna Gatell, Actriz.

Comenzamos.
EL SOMBRERO DE CRISTAL

Con mi sombrero de cristal y mi cara de perro sabio acostumbrado a


ser espejo de tibieza, me sueño caminando por el bosque en la tarde
gris silencio.

Los planos oníricos como siempre se entremezclan con las distintas


voces: la del soñado, la del soñante y la del soñador.
Y por supuesto, no se distinguen una de la otra.

Narradora:
-… no se distinguen una de la otra.
Narrador:
-… no se distinguen una de la otra.

Los árboles ya tienen tiempo esperándome, el camino fue


especialmente compuesto para mí, así es que paso bajo una música
de entrada que es descansada como los pasos sonando a recuerdos y
dan la sensación de la libertad.

Narradora:
-… dan la sensación de la libertad.
Narrador:
-… dan la sensación de la libertad.

Por lo demás, me veo envuelto en una aventura gris y plateada muy


antigua, trato de localizar al soñado con un vestuario pero no me veo.

Hay solamente un camino de tierra tan viejo como ella bajo árboles de
cualquier bosque.
Ni época ni país, vamos bien.

El viento trae cantos de los antiguo, de antes de la historia.

Narradora:
-… de antes de la historia.
Narrador:
-… de antes de la historia.

Soy múltiples personas, sin embargo una voz reconozco, la del


asombro.

Intento darle color al paisaje con pájaros o algo así pero no puedo, el
sueño se mueve solo. O en el mejor de los casos alguien lo mueve.

Narradora:
-… alguien lo mueve.
Narrador:
-… alguien lo mueve.

El viento es la única presencia sensible, lo demás es escenario.

Me desampara el hecho de verme sin recuerdos ni expectativas dentro


de un sueño que estoy soñando.

Narradora:
-… dentro de un sueño.
Narrador:
-… dentro de un sueño.
(Pausa)

Siempre me había parecido que los sueños eran, si no de mi


propiedad, sí algo velado y subjetivo que sólo yo podría llegar a saber.

Los sueños siempre han sido, para mí, más que un cúmulo de
imágenes, sensaciones y sentimientos: s o n un espacio cierto
donde se dan concientizaciones diversas.

Narradora:
-… concientizaciones diversas.
Narrador:
-… concientizaciones diversas.

Toma de posiciones frente a un mundo de cosas, gente, situaciones y


actitudes propias y extrañas; de este modo, suelo adoptar un análisis
moral y crítico frente a mis onirismos.

Pero más allá de mi apreciación dentro de la esfera del sueño,


siempre he disfrutado el prodigio de los movimientos escénicos y la
prestidigitación de texturas y enfoques, de los cuales siempre participo
desde atrás del movimiento meta cinematográfico.

Pero esta vez estaba soñando que soñaba siendo soñado.

Narradora:
-… soñaba siendo soñado.
Narrador:
-… soñaba siendo soñado.
Me explicaré.

No estaba el soñador atrás de la escena recibiendo impresiones de lo


soñado a través del soñante. Sino que era yo, con todo mi equipo
intelectual, siendo soñado por mí mismo, pero dentro de la misma
escena, es decir, que el soñador no escapaba a lo soñado.

Narradora:
-… el soñador no escapaba a lo soñado.
Narrador:
-… el soñador no escapaba a lo soñado.

Lo soñado era el único espacio cierto. Era como sentirme siendo


soñado por otra persona.

Tal como si la vigilia de uno estuviera siendo soñada por Dios.

Narradora:
-… soñada por Dios.
Narrador:
-… soñada por Dios.

Y digo que este era un sueño pues yo no sabía de dónde venía ni a


dónde me dirigía, ni cómo era yo ni dónde estaba.

Había un vago sentimiento de búsqueda, pero era más bien una


actitud curiosa.

Era, solamente, ir caminando en medio de esta tarde gris silencio,


con la única certeza de portar un sombrero de cristal, yendo al
encuentro de un destino que ya está esperándolo a uno.

Narradora:
-…un destino que está esperándolo a uno.
Narrador:
-…un destino que está esperándolo a uno.

Un camino de frescura para la bonanza espiritual.

¿Qué significa esto?, me preguntaba como un actor muy bien


posesionado de su papel, a quien se le han olvidado sus parlamentos
justo antes de salir a escena.

Narradora:
-… justo antes de salir a escena.
Narrador:
-… justo antes de salir a escena.

Entonces, en un esfuerzo superlativo recurro a pensar en el viento y


cuando pienso viento, viento desaparece.

Cierro los ojos, los abro, ahí está el camino de tierra - soledad
intransitada a la espera de mis pasos.

Siento venir de lejos al viento, mi sombrero de cristal me lo permite,


trato de hurgar en mi imaginación ¿qué pasa?, ¿a dónde va este
sueño?
Narradora:
-…¿a dónde va este sueño?
Narrador:
-…¿a dónde va este sueño?

La palabra muerte hace su aparición y pasa, como un eco; los árboles


susurran vida, vida, vida.

Narradora:
-…vida.
Narrador:
-…vida.

¿Qué clase de sueño es este?, me pregunto asustado.

No estoy seguro que sea un sueño.

Pero, esta tarde es bella, los arboles se mecen con el viento, por
el camino de tierra, sigo adelante.

(Música)
COSIJOS Y PENSAMOSAS

Narrador:
I
Mi copa se llena de símbolos
de arquetipos y valores
Yo bebo de ella despacio
saboreando la ideología
que más tarde
Vomitaré.

Narradora:
II
Sostengo la pluma en la mano
como amuleto arcaico
Como símbolo actuante
De la misteriosa alma
del mundo.

Autor:
III

¿Cuál es mi camino si no este


que recorro diariamente?
Mi imaginería recurrente
Y siempre encontrarme solo.
Llevo una vida corriente
como cualquier
fantasma.
Narrador:
IV

A pesar de que seguimos la vida


no la entendemos.
Vienen los hijos nosotros nos vamos.
Cada quien viaja en la rueda de la fortuna
ora arriba ora abajo.
Sólo nuestros proyectos llevados a cabo
quedan un rato y se disuelven
En el ácido del tiempo.
¡Bah!, todos sabemos esto.

Narradora:
V
Buscando lo imposible y el sueño
me hice materialista escéptico.
Nunca llegó un rayo de lo alto
Ni un soplo de misteriosa causa
a tocarme.
En árida vejez vi mi destino
como un profundo pozo negro.
Mi inteligencia un punto cero.
Lloré, lloré por haber perdido lo eterno
la esperanza
El encuentro.
Autor:
VI

Horizontes perdidos
lejanos horizontes
inalcanzables

En el medio
Parece que se está
en ningún lado.

Narradora:
VII

Sigo esperando por mí


desde el otro lado de la vida
Me veré aparecer tal vez
en el fondo de un lejano
camino arbolado
Narrador:
O quizá atienda un día al timbre
y al abrir la puerta
Me encuentre yo mismo
Frente a frente
Autor:
Es posible que me vea pasar
junto a mí en la calle
Y no me reconozca siquiera.

(Música)
ESLABÓN

Narradora:
Pasan las letras
Sobre lomos de poeta
Ruedas de tractor
Marcan espaldas trituradas.

(Golpes en lámina, gritos)

Narrador:
Llaman a la puerta dando
golpes a la lámina y fuertes
voces.
El poeta se despierta
Está en una cama que no es la
suya no reconoce el lugar
No recuerda dónde está
Curioso en calzoncillos y
camiseta acude y quita el
cerrojo,
Hombres y mujeres
alterados hablan todos al

Mismo tiempo. El poeta no


distingue las frases.

De golpe escucha a alguien decir:


Un vecino (voz gruesa)
- Vamos, vecino,
levántese. Se ha
iniciado la revuelta.

El Poeta:
¿La revuelta de qué?

Una vecina (voz aguda)


- Vístase y únase a
nosotros.

Narrador:
Es una señora quien habla.
Un grupo de personas corren
Hacia la puerta de la vecindad.
Varias voces (al unísono)
- Ahí vienen, ahí vienen.

El poeta:
- Ahorita voy.

Narrador:
Dice maquinalmente.
Estupefacto se viste con ropas que no
reconoce. Va al baño y mira en el espejo
A un señor desconocido
Quien le mira a él con
asombro. Se arranca del
espejo,
Sale agitado al patio en la madrugada.
Un joven melenudo está subido en un
lavadero, habla fuerte.

Joven Líder:
- ...bien organizados, con grupos de delegados
Y frentes populares de vecinos a la expectativa constante...

El poeta:
¿Qué horas serán?

Narrador:
Se pregunta el poeta.
La luna amarillea sobre unos cables con ropa tendida.

Joven Líder:
- ...al amanecer los delegados deberán
reunirse en el cine Colón. Por eso esta
vecindad debe nombrar su delegado, quien
será su representante. Tiene que ser alguien
que sepa leer y escribir bien
Y que goce de la confianza y el respeto de
ustedes...

Narrador:
Las miradas de muchos vecinos
Le cayeron al poeta de golpe.
Sintió una corriente helada en la espalda.
Varias voces:
- Ramiro, Ramiro, Ramiro.

Narrador:
Dijeron dos o tres, otros diez contestaron

Varias voces:
- Sí, Ramiro.

Narrador:
Una linda joven junto al poeta:

La joven:
- Ora, anímese.

Narrador:
Le hicieron un callejón hasta los
lavaderos entre la bola de gente
agrupada.

El poeta caminó hacia el improvisado


estrado. El greñas, le dijo.

Joven Líder:
- ¿Ramiro, acepta usted la responsabilidad de representar a
sus vecinos?

Narrador:
El poeta miró en redondo
Intentando vanamente reconocer a alguien.

El poeta:
- Sí

Narrador:
Balbuceó.
Una señora gorda se le acercó con una libreta.

Señora gorda:
- ¿Su nombre completo?

Narrador:
La pregunta lo desconcertó,
Volteó a ver, desvalido, a un
vecino...

La joven:
Ramiro Gómez Macías.

Narrador:
Dijo la chica.

El poeta:
Ramiro Gómez Macías.

Narradora:
Se repitió mentalmente.
Señora gorda:
- ¿Edad?

El poeta:
- Treinta y tres.

Narrador:
Inventó con desenfado.

Señora gorda:
- Recoja las demandas de los
vecinos. Y llévelas a la asamblea
de delegados al amanecer en el
cine Colón.
¡Bienvenido al Movimiento,
Compañero!

Narrador:
(Aplausos)
Un aplauso vecinal despertó una leve
sonrisa en el rostro del poeta.
La joven bonita se acomidió
sonriente:

La joven:
- Aquí hay papel,
Delegado.
Narrador:
Y le extendió papel y pluma al
poeta.
Por una cara estaban escritas unas
líneas, se acercó a la zona más
iluminada y leyó:

El poeta:
“Caminos de suave
calor se tocan se
mezclan
Un ser de
tibio amor
despierta
su energía
corre de
uno a otro
Puente de saliva
deliciosa. "

La joven:
Se llama " El beso"

Narrador:
El " ora, anímese " resonó en la mente del
poeta.
Se sentía tan aturdido como los personajes de
Kafka.
Apuntó automáticamente lo que le dijeron.
Se creyó obligado a decir unas
palabras.

El poeta:
- Aquí llevo sus demandas, las
expondré, me daré cuenta de cómo
está la cosa
Y luego vendré a
informarles.

Narrador:
La joven permaneció junto
a él.

La joven:
Vamos a pasar esto a
máquina.

Narrador:
Una señora les miraba
bondadosamente. La joven le siguió
a su cuarto del él,
Ella misma sacó una máquina de
escribir de debajo de la cama.
Mientras, el poeta
permanecía mirando
alrededor intentando
identificar alguna cosa
suya.
La mujer miraba el
teclado y él la miró a
ella.
Tenía unas lindas
piernas, un cabello
largo y terso,
Su talle era erguido
Y sus nalgas firmes.
Súbitamente ella lo
miró:

La joven:
- ¿Te gustó mi poema?

Narrador:
La escuchó recitar:
La joven:
“Caminos de suave calor
se tocan se mezclan
Un ser de tibio
amor despierta
su energía corre
de uno a otro
Puente de saliva deliciosa. "
Narrador:
Estaba aturdido y no le
entendió pero algo en el
poeta se movió.
Se acercó a la mujer y la besó
largamente.
En ese instante disfrutó el poema.
Retiró su boca de la ella y puso
Sus ojos azorados en los femeninos
lagos.
El poeta no sabía qué decir
O si tenía que decir algo.
Se sorprendió diciendo, como citando:

El poeta:
“En nuestros corazones está el callado
lugar de donde brota el Amor, esencia
magnífica
Del Padre de la vida."

Narrador:
La chica cogió la hoja y tras un suspiro
(La joven: suspira)
Comenzó a transcribir las demandas
vecinales.
El poeta se dirigió a un librero repleto,
Leyó en los lomos de los libros los nombres de los
autores, ninguno le pareció familiar,
En verdad no conocía ningún autor.
El ánimo del poeta fue presa de la
ansiedad, tras un esfuerzo de
autocontrol
Cobró valor y fue al baño.
En el espejo volvió a ver al cuate
ese. Escudriñó unos ojos
desconcertados.
Se examinó tocándose las cejas, la nariz, la boca.
Se sentó el poeta sobre la tapa del excusado
Y miró hacia el frente navegando por lagunas
mentales hasta que la chica tocó a la puerta:

La joven:
- ¿No te has ido por la taza?

Narrador:
El poeta despertando se levantó y abrió.

La joven:
- Ya está.

Narrador:
Le mostró la hoja. El
poeta la abrazó y la
besó
Y él volvió a bogar por los ojos de ella.
La claridad del amanecer se volcaba sobre los muebles.

El poeta:
- Ya es hora.

Narrador:
Se oyó decir.
El poeta:
¿Dónde queda el cine Colón?

Narrador:
Pensaba.

El poeta:
- ¿Me acompañas?

(Pausa)
(Ruidos de la calle)

Narrador:
Frente a las puertas del cine Colón,
Tras un corto beso, la miró de espaldas
alejándose. Entró junto con mucha gente, se
disolvió en la masa hasta que se vio sentado
en una butaca.

Una mujer:
- Yo soy de Amado Nervo.

Narrador:
-Le dijo una " seño " a su lado.

El poeta:
- Yo, de Díaz Mirón.
Narrador:
Contestó, tendiéndole la mano.
Veía a la mujer mover la boca pero la cháchara no
interrumpía su viaje hacia la nada.
El poeta pensó que
soñaba, se consoló un
momento, pero lo agrio
de su situación
Lo retrajo a una incomprensible
realidad. Confuso como estaba y
tan cansado

El poeta se durmió, despertando ante una vocinglería:

Muchas voces:
- ¡El MUC, el MUC, el MUC, el MUC!

Narradora:
Sintió entonces un irreprimible deseo de
irse. Mareado abandonó el recinto.
En la calle le invadieron ganas de
huir. No había coches, el vacío
de tránsito le infundió al poeta un
extraño temor.
Caminó, casi corrió, sin rumbo ¿qué ciudad es
ésta? La imagen de la joven besada
Le tomaba por
sorpresa. Ni su
nombre sabía.
Escuchó en su cerebro:

El poeta:
... puente de saliva deliciosa...

Narradora:
Un rumor lejano llegó a sus
oídos distinguió ruidos de
motores.
A tres cuadras sobre una gran
avenida vio una especie de desfile
militar, carros blindados y
tanquetas
En una rápida
procesión con el
signo de la muerte.
El miedo a la guerra hizo sonar un
gong.

El poeta:
- Estoy en un sueño.
- Estoy en un sueño.

Narradora:
El poeta se escuchaba
decir. Y no se creía.
Sin salir de su estupor el poeta
escucho disparos de armas de
fuego y horripilantes sonidos de
bombas. Luego una muy negra
humareda provenía desde
donde adivinó
Era el cine Colón.
De pronto se le reveló
que sí era el cine Colón
Y supo que la joven le creía
muerto. Con el corazón
traspasado
Quiso gritarle que estaba vivo,
Más, tuvo que conformarse con el interno
deseo. El caso era que estaba perdido en sí
mismo.
No hallaba en su memoria ningún rastro de
identidad. El horror subyugó al poeta.

El poeta:
- ¿Quién soy?

Narradora:
La pregunta levantada ecos
En toda la galería de su pensamiento.

El poeta:
- ¿Quién soy?

Narradora:
Una voz accesoria le contestó.
Narrador:
- El delegado de la vecindad.

Narradora:
Mas el sentido de no identidad le quitaba
Al poeta toda responsabilidad.
Volviendo a su egocéntrico viaje.

(Pausa breve)

Narradora:
La ciudad desconocida le abatió de un
golpazo, la visión vertical de su posición
En la retícula de las calles de la
ciudad
Convirtió al poeta en un hombre a escala
milimétrica.
Un pavor cósmico cayó sobre nuestro poeta
confundido. Inútilmente intentaba despertar,
La angustia recorría
su piel.

(Ruido de explosiones)

Narradora:
Siguió caminando sin rumbo bajo el eco de los
bombazos.
Creía escuchar lejanos gritos de dolor.
Se imaginó a la joven
besada.
¿Era su amor verdadero?, cálida
añoranza, muerta bajo una pared
derrumbada
Por explosiones
asesinas.
Se horrorizó ante la brusca
imagen.
La sangre del poeta hierve de
indignación, los ojos se le enrojecen.
Se le tensa todo el cuerpo, pero no sabe qué
hacer. Se mira completamente inerme
Ante una situación
irremediable.

(Pausa)

Narrador:
¿Qué va a hacer nuestro poeta
apabullado?
Cierra los ojos.
Imágenes de una posible
Infancia le construyen
escenarios.

Narradora:
El poeta ve en sí mismo al que verdaderamente
es él, pero no alcanza a rescatar de sol y patios
Al niño que en realidad fue él
mismo.

Narrador:
No se ve en aquel niño posible, no se
reconoce.
El sueño que vive es demasiado fuerte.
Por ningún esfuerzo de conciencia consigue ser
rescatado.
El poeta no nos responde
¿Qué vamos a hacer con
él?
No sabe quién es y la
tristeza se le derrama
por los ojos.

(Ruido de bomba)

Narradora:
Se oye un bombazo muy próximo, ni el poeta ni nosotros
Sabemos qué está ocurriendo.
Echa a correr por una calle
cualquiera y va a dar a ningún
lado.

(Pausa)

Narrador:
Con el sol ya subido,
En una especie de
recuerdo turbio,
Se da cuenta que él,
El poeta,

Un día escribió un
“Enlace para su vida
futura”

El poeta:
Un eslabón.

Narrador:
Este eslabón.

Narradora:
Este mismísimo eslabón.

Puebla, 1990.
Mixcoac, 1996.
Coatepec, 2012.
Xalapa, 2015.

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