En el Derecho Romano el plebiscito se produce como un mecanismo que adoptan los

gobernantes, cuando desean consultar al pueblo como depositario de la soberanía y por tanto
constituyente primario, sobre una decisión política de mayor importancia, una vez realizado el
Plebiscito a esas normas aprobadas se le llamaban plebis – scitun, que significa literalmente “lo
que la plebe quiere”

El plebiscito permitió que todas las personas tuvieran participación política en cuestiones de
suma importancia, donde estos podían decidir si aprobar o no una norma, podían expresarle a
sus gobernantes que es lo que el pueblo quería, el alcance de este mecanismo de participación
fue tan grande que hoy en día se sigue implementando y aun sigue siendo efectivo en las
cuestiones políticas.

En el plebiscito se consulta al pueblo sobre una decisión no plasmada en un texto normativo

para que se pronuncie favorable o desfavorablemente. Se le solicita al pueblo acerca de una
decisión fundamental para la vida del Estado y de la sociedad; aquél debe ser decidido por la
mayoría del censo electoral, es decir, para que la decisión adoptada en virtud de la puesta en
marcha de este mecanismo de participación sea válida, se requiere que necesariamente se
alcance una importante cifra de votos válidos y favorables a la propuesta.