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OBLIGACIONES II (1er Parcial)

TEMA 1

FUERZA OBLIGATORIA DE LOS CONTRATOS

Art. 1.159 C.C: Los contratos tienen fuerza de Ley entre las partes. No pueden revocarse
sino por mutuo consentimiento o por las causas autorizadas por la Ley.

NC: El fundamento de la fuerza obligatoria del contrato deriva de la autonomía de la


voluntad de las partes. Fuerza de ley entre las partes significa que el deudor de una
obligación contractual, está sujeto a cumplirla en la misma forma como esta sujeto a
cumplir las leyes.

CUMPLIMIENTO DE LAS CLÁUSULAS EXPRESAS Y TÁCITAS DEL CONTRATO

CUMPLIMIENTO DE LAS CLÁUSULAS EXPRESAS: Rige el principio general y rector en


materia del cumplimiento de las obligaciones y, como consecuencia del mismo las partes
deben cumplir esas obligaciones fielmente al pie de la letra. El juez en caso de
controversia, condenará necesariamente al deudor a ejecutar la prestación, prescindiendo
de criterios subjetivos que suavicen o mediaticen la ejecución de la obligación.

Art. 1.264 C.C: Las obligaciones deben cumplirse exactamente como han sido contraídas.
El deudor es responsable de daños y perjuicios, en caso de contravención.

CUMPLIMIENTO DE LAS CLÁUSULAS TÁCITAS: Se refiere a las modalidades, modos,


formas o maneras de cumplir esa obligación. Con frecuencia se describe el problema a la
calidad de las prestaciones, trátese del suministro de un servicio o de una cosa. Ejm: El
deudor se compromete a prestar algún servicio sin especificar su calidad o a proporcionar
una cosa, sin indicar su clase o calidad. En estos casos no se sabe si la cosa o servicio
debe ser de la mejor o peor calidad.

Art. 1.294 C.C: Si la deuda es de una cosa determinada únicamente en su especie, el


deudor, para libertarse de la obligación, no está obligado a dar una de la mejor calidad ni
puede dar una de la peor.

Art. 1.290 C.C: No puede obligarse al acreedor a recibir una cosa distinta de la que se le
debe, aunque el valor de la cosa ofrecida sea igual o aun superior al de aquélla.

LA REVOCACIÓN DEL CONTRATO POR MUTUO CONSENTIMIENTO

Art. 1.159 C.C: ….No pueden revocarse sino por mutuo consentimiento o por las causas
autorizadas por la Ley.

Es la aptitud de los contratantes de revocar por mutuo consentimiento el contrato que han
formado, en obediencia al principio de que el mismo poder que ha creado una obligación
es el que puede revocarlo. Una vez perfeccionado un contrato, éste se independiza de tal
manera de las partes, que una sola de ellas, no puede darlo por terminado por su sola
voluntad unilateral, a menos que la ley lo autorice expresamente. Este acto de mutuo
consentimiento por el cual las partes disuelven un contrato se denomina revocatoria del
contrato, y más técnicamente, mutuo disentimiento (mutuo disenso), o también llamado
distractus.

EXCEPCIÓN A LA REVOCACIÓN POR MUTUO CONSENTIMIENTO

En principio, salvo los casos permitidos por el legislador, es necesario el mutuo disenso
para terminar voluntariamente un contrato. El mutuo consentimiento es la fórmula de
terminación voluntaria por excelencia de un contrato. Sin embargo, en determinados tipos
de contrato no basta el mutuo disentimiento para extinguirlo, sino que es necesario
además, el cumplimiento de determinadas formalidades establecidas en protección de las
mismas partes o en protección de terceros. Tal es el caso de los contratos solemnes como
por ejemplo el que tiene por objeto la transferencia de un derecho real, LA VENTA; una
vez consumado el contrato, es decir, perfeccionado o ejecutado, ya existe un hecho que no
puede ser desconocido por la voluntad de las partes, la propiedad de la cosa ha pasado al
patrimonio del comprador y el precio ha pasado al patrimonio del vendedor; en
consecuencia, la revocación por mutuo disenso no operará. Si las partes insisten se estará
en presencia de un nuevo contrato, de una venta en sentido inverso.

LA BUENA FE EN LA EJECUCIÓN DE LOS CONTRATOS

Cada parte en la ejecución del contrato debe conducirse honestamente sin pretender en
base la letra de éste a las estipulaciones señaladas, obtener un beneficio injusto en
detrimento de la otra parte, porque si lo hace obra de mala fe. Toda ventaja o beneficio a
costa del sacrificio ajeno, que no haya sido concedida por la ley, la equidad, el uso o la
intención común contenida en una de las cláusulas del contrato, se debe descartar por ir
contra el principio de que los contratos deben ejecutarse de buena fe.

Art. 1.160 C.C: Los contratos deben ejecutarse de buena fe y obligan no solamente a
cumplir lo expresado en ellos, sino a todas las consecuencias que se derivan de los
mismos contratos, según la equidad, el uso o la Ley.

LAS OBLIGACIONES IMPLICITAS EN LOS CONTRATOS

El contrato obliga no solamente a lo expresado en ellos, sino a las consecuencias que


derivan de ellos, de acuerdo con la Ley, el uso y la equidad.

SU INTEGRACIÓN CON LA LEY: La Ley impera aun sobre la voluntad contractual cuando
se trata de normas de orden público. Existen numerosas normas supletorias para llenar el
silencio de las partes. Ejm: Contrato de arrendamiento en dos (02) líneas, con expresión
del consentimiento de las partes, cosa y precio, de regular lo demás se encarga el Código
Civil.

SU INTEGRACIÓN CON EL USO: El uso es también una norma supletoria de la voluntad


de las partes que si bien es de menor jerarquía que la equidad influye decisivamente en
muchas de las soluciones apuntadas por el legislador. Uso y costumbre son conceptos
diferentes, puesto que el contrato es una convención particular, suscrita entre las partes,
siendo obvio que ambas están interesadas y obligadas a respetar y cumplir las reglas del
uso, o práctica particular que han observado en sus relaciones jurídicas anteriores. Uso es
la forma como los contratantes se han conducido en sus relaciones habituales o contratos
que hayan celebrado anteriormente. Se sabe en principio que las cláusulas expresas de un
contrato, suprimen o eliminan la obligatoriedad de la observancia del uso.

Art. 1.628 C.C: El arrendatario saliente debe dejar al que le sucede en la explotación los
edificios convenientes y las demás facilidades para los trabajos del año siguiente; y
recíprocamente, el nuevo arrendatario debe dejar al que sale, los edificios convenientes y
las demás facilidades, para las recolecciones y beneficios que queden por hacerse.
En ambos casos debe procederse conforme a los usos de los lugares.

Art. 592 C.C: El usufructuario, conformándose a las épocas y prácticas de los antiguos
propietarios, podrá también aprovecharse de las partes de monte alto que se hayan
distribuido en cortas regulares, bien se hagan éstas periódicamente en cierta extensión de
terreno, o bien limitadas a cierta cantidad de árboles tomados indistintamente en toda la
superficie del fundo.

DILIGENCIA QUE DEBE PONER EL DEUDOR EN EL CUMPLIMIENTO DE SUS


OBLIGACIONES

Antes de hablar de la diligencia que debe tener el deudor en el cumplimiento de su


obligación, es interesante recalcar que la responsabilidad contractual se fundamenta en la
idea de la culpa, así:

1. Si el deudor incurrió en tardanza sin culpa, no está obligado a indemnizar.

2. Si cumplió parcialmente sin culpa, no está obligado a indemnizar los daños y perjuicios.

3. Si cumplió totalmente sin culpa, igualmente no está obligado a indemnizar los daños y
perjuicios consiguientes.

4. Si cumplió defectuosamente debido a circunstancias extrañas no imputables, no estará


obligado a indemnizar los daños y perjuicios.

La responsabilidad contractual se fundamenta en la idea de la culpa; es decir, que si el


deudor incumple sin culpa, no está obligado a resarcir daños y perjuicios, porque el
incumplimiento sobreviene algunas veces, no a consecuencia de la culpa del deudor, sino
de circunstancias extrañas que no le son imputables. Interesa por consiguiente averiguar
cuando el deudor incurre en culpa, que de derecho civil comprende, tanto el acto
intencional como una conducta imprudente, negligente, la impericia o inobservancia de las
leyes y reglamentos. Para que el deudor no incurra en culpa tiene que actuar en forma
diligente como hubiera actuado un buen padre de familia, de lo contrario se produce la
apreciación denominada Culpa Leve in Abstracto o Culpa Leve in Concreto.

CULPA LEVE: No actuar como un buen padre de familia (es un descuido, se debe a la
ignorancia).

CULPA LEVE IN ABSTRACTO: Cuando se compara la conducta del deudor, con la que
hubiere observado en ese contrato una persona medianamente prudente, diligente y que
prevé y evita el incumplimiento. En contraposición a la culpa IN CONCRETO, es la culpa
que se puede determinar a cualquier persona. Se puede determinar en cualquier situación
(para todos).
Art. 1.270 C.C: La diligencia que debe ponerse en el cumplimiento de la obligación, sea
que ésta tenga por objeto la utilidad de una de las partes o la de ambas, será siempre la de
un buen padre de familia, salvo el caso de depósito.
Por lo demás, esta regla debe aplicarse con mayor o menor rigor, según las disposiciones
contenidas, para ciertos casos, en el presente Código.

CULPA LEVE IN CONCRETO: Cuando se compara la conducta del deudor con la que
hubiere desplegado en el contrato un hombre idénticamente igual, con sus mismas
capacidades y limitaciones físicas, culturales y económicas. Inobservancia de la diligencia
en los asuntos propios y que en un caso particular puede ser menor que la de un hombre
normal. Es la culpa que corresponde a cada uno de los hombres en las tareas que
específicamente realiza (actuar con negligencia, de manera individual).

LA INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO POR EL JUEZ

La interpretación del contrato por el Juez reviste dos (02) facetas, en primer lugar la
calificación del contrato, y en segundo término la interpretación propiamente dicha del
mismo.

a) LA CALIFICACIÓN DEL CONTRATO: La calificación de la naturaleza del contrato es


de orden público, corresponde en primer lugar al legislador, si expresamente así lo
preceptúa, y en segundo lugar, al Juez, conforme a las normas que el ordenamiento
jurídico positivo contempla respecto a la tipificación del contrato de que se trate. La
calificación del contrato que pueden hacer las partes en nada influye, si las partes le
dieron al contrato una calificación jurídica que no se corresponde al contenido de sus
declaraciones de voluntad o a la calificación indicada en la ley; la calificación la hará el
Juez, en uno u otro sentido según sea el caso.

b) LA INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO PROPIAMENTE DICHA: En la interpretación


del contrato el Juez debe tomar en cuenta determinados principios y normas
establecidas en la legislación, doctrina y jurisprudencia. Por lo que se refiere a la
aplicación de dichos principios debe tener en cuenta normas expresas establecidas por
el legislador, tanto como el ordenamiento adjetivo como en el sustantivo. Así tenemos
que el Código de Procedimiento Civil establece: “En la interpretación de los contratos o
actos que presentan oscuridad, ambigüedad o deficiencia los tribunales se atendrán al
propósito de las partes u otorgantes, teniendo en mira las exigencias de la ley, de la
verdad y de la buena fe. Igualmente el Código Civil en el Art. 1.160 dispone: “Los
contratos deben ejecutarse de buena fe y obligan no solamente a cumplir lo expresado
en ellos, sino a todas las consecuencias que se derivan de los mismos contratos, según
la equidad, el uso o la Ley”.

Como puede observarse de las disposiciones transcritas, el legislador establece un orden


de prioridad que debe ser seguido por el Juez para la interpretación de los contratos.
TEMA 2

EL CASO FORTUITO Y LA FUERZA MAYOR

En principio, todo deudor que incumpla su obligación, la cumpla con tardanza,


defectuosamente o parcialmente, está obligado a indemnizar los daños y perjuicios que su
incumplimiento le haya causado al acreedor, a menos que pruebe que la causa de su
incumplimiento total, tardío, parcial o defectuoso, se debe a una circunstancia extraña que
no le es imputable, o que se debió a un caso fortuito o fuerza mayor.

NORMATIVA LEGAL:

Art. 1.264 C.C: Las obligaciones deben cumplirse exactamente como han sido contraídas.
El deudor es responsable de daños y perjuicios, en caso de contravención.

Art. 1.271 C.C: El deudor será condenado al pago de los daños y perjuicios, tanto por
inejecución de la obligación como por retardo en la ejecución, si no prueba que la
inejecución o el retardo provienen de una causa extraña que no le sea imputable, aunque
de su parte no haya habido mala fe.

Art. 1.272 C.C: El deudor no está obligado a pagar daños y perjuicios, cuando, a
consecuencia de un caso fortuito o de fuerza mayor, ha dejado de dar o de hacer aquello a
que estaba obligado o ha ejecutado lo que estaba prohibido.

CAUSAS EXTRAÑAS QUE NO LE SEAN IMPUTABLES AL DEUDOR:

1. Caso Fortuito o Fuerza Mayor.


2. Culpa del Acreedor.
3. Hecho de un Tercero
4. La Pérdida de la Cosa.

CASO FORTUITO O FUERZA MAYOR

CONCEPTO: Son todos aquellos acontecimientos o circunstancias inimputables al deudor


que le impiden cumplir con su obligación. El deudor debe cumplir con su obligación, si no
cumple, automáticamente queda responsabilizado por los daños que tal incumplimiento
cause al acreedor; para evadir esa responsabilidad no le basta probar que él no incurrió en
culpa. “El tiene que probar cual fue la causa del incumplimiento y que esa causa no le es
imputable, si la causa del incumplimiento se desconoce, el deudor será responsabilizado.”

Art. 1.272 C.C: El deudor no está obligado a pagar daños y perjuicios, cuando, a
consecuencia de un caso fortuito o de fuerza mayor, ha dejado de dar o de hacer aquello a
que estaba obligado o ha ejecutado lo que estaba prohibido.
CARACTÉRES:

 Imprevisible: Si el deudor por sus conocimientos, destrezas, experiencia o cualquier


habilidad puede prever el hecho, el mismo será imputable y no podrá alegar CF y FM.
Determinar si el hecho era previsible o no, queda a la apreciación del Juez.

 Irresistible: Que el deudor no lo pueda evitar, la fuerza del suceso es mayor a la suya
y se produce inevitablemente, aun cuando no se desee y que el hecho una vez
producido no pueda ser evitado.

 Debe ocurrir después de tener la Obligación: Es decir, que surja el hecho después que
el deudor se ha obligado.

 Debe existir Relación de Causalidad: Causa – Efecto.

 Ausencia Absoluta de Culpa: Que el acontecimiento no haya sido provocado por el


deudor, ni que su actividad haya contribuido a producirlo.

TEORÍAS QUE DIFERENCIAN AMBAS EXPRESIONES

1. EN EL DERECHO ROMANO: Define al caso fortuito como aquel acontecimiento que


normalmente no puede preverse ni evitarse, y a la fuerza mayor, como el
acontecimiento irresistible que ni el padre de familia mas prudente podría evitar.

2. SEGÚN JOSSERAND: Define el caso fortuito como un hecho intrínseco al círculo de


actividades del deudor, y a la fuerza mayor como un hecho extraño al círculo de
actividades del deudor.

3. DOCTRINA MODERNA: Manifiesta que la fuerza mayor es un acontecimiento que no


guarda relación con la industria o actividad del deudor y que se produce al margen de
ella con fuerza inevitable.

4. EN LA LEGISLACIÓN VENEZOLANA: Sigue la tendencia de la doctrina moderna y de


los ordenamientos positivos contemporáneos en el sentido de no establecer diferencias
conceptuales ni desde el punto de vista de los efectos entre el caso fortuito y la fuerza
mayor.

En nuestra legislación existe un único caso de excepción basado en la Ley del Trabajo, en
donde el patrón queda liberado cuando el accidente del trabajador obedece a fuerza mayor
extraña al trabajo, a menos que se pruebe la existencia de un riesgo especial.

5. DOCTRINA IMPERANTE: El caso fortuito es un acontecimiento imprevisible, inevitable,


que se produce en la esfera interna de la actividad del deudor, y que lo exime de
responsabilidad. La fuerza mayor es el acontecimiento irresistible e inevitable que se
produce en la esfera externa de la actividad desplegada o por desplegar del deudor,
que también lo exime de la responsabilidad.
CONDICIONES PARA QUE EL DEUDOR QUEDE LIBERADO

 Que sea un acontecimiento no provocado por el deudor, ni que su actividad haya


contribuido a producirlo.

 Que exista la imposibilidad absoluta de cumplir con la prestación. Si la obligación se


hace mucho más onerosa o difícil, pero continúa siendo posible, no estaremos en
presencia de caso fortuito o fuerza mayor.

 Es indispensable que la imposibilidad del cumplimiento de la obligación sea


sobrevenida, es decir que surja después de contraída la obligación.

 Debe ser imprevisible de hecho, si el hecho podía ser previsto, no se estará en


presencia de unja causa extraña no imputable al deudor.

 El acontecimiento debe ser irresistible, que el deudor no lo pueda evitar, la fuerza del
suceso es mayor a la suya y se produce inevitablemente, aun cuando no se desee y
que el hecho una vez producido no pueda ser evitado.

EFECTOS DEL CASO FORTUITO Y LA FUERZA MAYOR

 Si el obstáculo es solo TEMPORAL: La obligación quedará suspendida, salvo que se


trate de una obligación que debía cumplirse en un momento determinado, en cuyo caso
la obligación se extinguirá.

 Si el obstáculo es PARCIAL: Que impide el cumplimiento total, pero permite un


cumplimiento parcial. En principio, el deudor debe cumplir con las prestaciones
posibles.

 Si el obstáculo es TOTAL: La obligación se extingue, en obediencia al principio


jurídico de que nadie está obligado a lo imposible.

 El caso fortuito y la fuerza mayor no son excluyentes de responsabilidad en los casos


siguientes:

a. Cuando la propia Ley lo ordena, o las reglas señaladas para ciertos tipos de
contratos.

b. Cuando el deudor asume esa responsabilidad convencionalmente.

c. El poseedor de mala fe, por la pérdida de la cosa debida debe indemnizar al dueño.

d. El gestor en el caso de realizar operaciones arriesgadas, debe indemnizar al dueño


del negocio gestionado.

e. El que obtiene una cosa por medio delictivo.


 Cuando el deudor ha ejecutado algunas de las prestaciones, para el momento de
ocurrir el caso fortuito o la fuerza mayor, el deudor puede reclamar las prestaciones
ejecutadas y el acreedor estará obligado a restituir las prestaciones recibidas, dentro de
los principios del enriquecimiento sin causa.

REGLAS ESPECIALES PARA CIERTOS CONTRATOS

EN MATERIA DE COMODATO:

Art. 1.727 C.C: El comodatario responde del caso fortuito: (Se responsabiliza al
comodatario, aunque la cosa haya perecido por caso fortuito)

1º Cuando ha usado de la cosa indebidamente, o ha demorado su restitución, a menos que


aparezca o se pruebe que el deterioro o pérdida por el caso fortuito habrían sobrevenido
igualmente sin el uso ilegítimo o la mora.

2º Cuando la cosa prestada perece por caso fortuito y el comodatario hubiere podido evitar
la pérdida usando una cosa propia en vez de aquélla.

3º Cuando en la alternativa de salvar de un accidente la cosa prestada o la suya, ha


preferido deliberadamente la suya.

4º Cuando expresamente se ha hecho responsable de casos fortuitos.

5º Cuando la cosa se hubiese estimado al tiempo del préstamo, aunque la pérdida acaezca
por caso fortuito, ésta será de cuenta del comodatario, si no hubiese pacto en contrario.

EN MATERIA DE DEPÓSITO:

Art. 1.762 C.C: El depositario cumple con restituir la cosa en el estado en que se halle al
tiempo de la restitución. Los deterioros sobrevenidos sin su culpa son de cargo del
depositante.

NC: Se permite al depositario, liberarse de responsabilidad, sin necesidad de probar cual


fue la causa que motivó la destrucción o el deterioro de la cosa simplemente con probar
que no tuvo la culpa

 Sobre el depósito necesario:

Art. 1.777 C.C: Se reputa depósito necesario el de los efectos introducidos por los viajeros
en las posadas, fondas o mesones donde se alojan, o en las naves y demás vehículos que
los conducen; y los posaderos, fondistas, mesoneros, patrones y conductores, responden
de ellos como depositarios.

 Sobre el hecho de un tercero:

Art. 1.778 C.C: La responsabilidad comprende tanto los hurtos como los daños causados
en los efectos de los viajeros por los criados, encargados, dependientes de los posaderos,
fondistas, mesoneros, patrones, marineros, conductores o porteadores y por los extraños
que frecuentan las mismas posadas, fondas, mesones, naves y vehículos; pero no los
ocasionados por fuerza mayor o negligencia grave del viajero.
Ejm: Depósito Necesario: Persona que llega al hotel a celebrar el contrato de hospedaje,
consigna sus maletas, y luego pierde el equipaje; en este caso, el propietario del hotel,
está obligado a reparar los daños que ocasionó la pérdida, sea que la cosa la haya hurtado
cualquiera de sus empleados, o un tercero que frecuenta comúnmente el hotel. Se observa
que el hecho de un tercero, el hurto no exime de responsabilidad al depositario que es el
dueño del hotel.

EL HECHO DEL TERCERO COMO CAUSAL DE LIBERACIÓN DEL DEUDOR

Por tercero se considera a cualquier persona diferente al acreedor y el deudor; a una


persona totalmente ajena a las partes de una obligación contractual. Para que se produzca
el efecto liberatorio de la obligación para el deudor, la doctrina exige como condición
expresa que el hecho del tercero sea la causa única del incumplimiento; porque cuando el
hecho del tercero concurre con el de alguna de las partes a impedir el cumplimiento, la
parte deberá responder por vía contractual y el tercero por vía extra-contractual. En
algunas Leyes especiales el hecho de un tercero para que produzca efecto liberatorio debe
ser intencional, porque de ser culposo el deudor no queda exento de su obligación.

Art. 1271 C.C: El deudor será condenado al pago de los daños y perjuicios, tanto por
inejecución de la obligación como por retardo en la ejecución, si no prueba que la
inejecución o el retardo provienen de una causa extraña que no le sea imputable, aunque
de su parte no haya habido mala fe.

Art. 1193 C.C: Toda persona es responsable del daño causado por las cosas que tiene
bajo su guarda, a menos que pruebe que el daño ha sido ocasionado por falta de la
víctima, por el hecho de un tercero, o por caso fortuito o fuerza mayor. Quien detenta, por
cualquier título, todo o parte de un inmueble, o bienes muebles, en los cuales se inicia un
incendio, no es responsable, respecto a terceros, de los daños causados, a menos que se
demuestre que el incendio se debió a su falta o al hecho de personas por cuyas faltas es
responsable.

LA PÉRDIDA DE LA COSA DEBIDA

Constituye otra de las especies de la causa extrañan no imputable. La pérdida de la cosa


debida hace imposible el cumplimiento del deudor y no siendo imputable a éste, produce
los efectos liberatorios consiguientes, por pérdida de la cosa debida se entiende cuando en
una obligación que tiene por objeto una cosa determinada, ésta perece, queda fuera del
comercio o se pierde, de modo que se ignora absolutamente su existencia, sin culpa
alguna por parte del deudor. La pérdida de la cosa debida debe ocurrir después que las
partes han asumido sus obligaciones y no antes porque de ser así, la obligación sería
inexistente por falta de objeto.

NORMATIVA LEGAL DE LA PÉRDIDA DE LA COSA DEBIDA

Art. 1.344 C.C: Cuando una cosa determinada, que constituía el objeto de la obligación,
perece, o queda fuera del comercio, o se pierde de modo que se ignore absolutamente su
existencia, la obligación se extingue, si la cosa ha perecido o se ha puesto fuera del
comercio o perdido, sin culpa del deudor y antes de que haya incurrido en mora.
Aun cuando el deudor haya incurrido en mora, si no ha tomado a su cargo el peligro de los
casos fortuitos, se extingue la obligación, si la cosa hubiera perecido igualmente en poder
del acreedor, caso de que se le hubiese entregado.
El deudor está obligado a probar el caso fortuito que alega.
De cualquier manera que haya perecido o se haya perdido una cosa indebidamente
sustraída, su pérdida no dispensa a aquél que la ha sustraído de restituir su valor,

CASOS QUE PRODUCEN LA EXTINCIÓN DE LA OBLIGACIÓN POR PÉRDIDA DE LA


COSA DEBIDA EN LA PRESTACIÓN DE DAR

a) Perecimiento de la cosa debida: Es la destrucción de la cosa debida, presupone éste


caso la existencia de una cosa cierta y determinada, porque si se trata de cosas in
genere, se aplica el principio de que el género y el dinero no perecen, en cuyo caso el
deudor quedará siempre responsabilizado. Cuando se trata de un cuerpo cierto y
determinado y la cosa perece cumpliéndose los requisitos señalados anteriormente, el
deudor queda liberado del cumplimiento de su obligación.

b) Que la cosa quede fuera del comercio: Con este requisito se sale de los
impedimentos naturales para entrar en el de los factores jurídicos que impiden a las
cosas entrar en el comercio. Caso presente en el comercio de ciertos artículos en que
el Estado prohíbe o asume el monopolio de su venta, suponiendo una venta de estos
artículos, cuando tal contrato era de posible realización por los particulares y luego se
dicta la ley que prohíbe la venta o que dispone su monopolio de comercio a favor del
Estado, en este caso se extingue la obligación del deudor.

c) Que la cosa se pierda de modo que si ignore su existencia: Esta principio viene a
ser el mismo de la destrucción, con la diferencia que una cosa destruida no vuelve a ser
nunca lo que era, mientras que una cosa extraviada puede volverse a encontrar; en
cuyo caso se debe determinar si hallándose de nuevo el objeto perdido o robado,
vuelve a surgir la obligación.

EFECTOS DE LA PÉRDIDA DE LA COSA DEBIDA

a) Se extingue la obligación, y por tanto el deudor queda liberado (no está obligado a
ningún resarcimiento de daños).

b) Como norma auxiliar de los efectos de la pérdida de la cosa debida está que cuando la
cosa ha perecido, se ha puesto fuera del comercio, o se ha perdido sin culpa del
deudor, los derechos y acciones que le pertenecían respecto de esta cosa, pasan a su
acreedor.
Art. 1.345 C.C: Cuando la cosa ha perecido, se ha puesto fuera del comercio o se ha
perdido sin culpa del deudor, los derechos y las acciones que le pertenecían respecto de
esta cosa pasan a su acreedor.

LA CULPA DEL ACREEDOR

El hecho del acreedor ocurre cuando éste por su actividad intencional o culposa impide el
cumplimiento del deudor. Si por cualquier circunstancia, la intención o la culpa del acreedor
dan lugar al incumplimiento de la obligación, el deudor quedará liberado de la
responsabilidad de indemnizarlo. Ejm: El acreedor impide que el deudor cumpla su
obligación, al esconderse para que el deudor no le pague. Se levanta un acta en
Tribunales para demostrarlo y queda exento de pagar mora.

 Efectos: Se extingue la obligación, el deudor queda liberado y no esta obligado a


ningún resarcimiento de daños.

EFECTOS DE LA CAUSA EXTRAÑA NO IMPUTABLE

a) En virtud de que el incumplimiento de la obligación no es imputable al deudor, este


queda liberado de cumplir la prestación, y de la obligación de reparar los daños y
perjuicios causados al acreedor.

b) Los efectos liberatorios pueden ser permanentes, cuando existe imposibilidad


absoluta de cumplir la prestación.

c) Cuando la imposibilidad de ejecutar la prestación es temporal, el deudor queda


liberado de cumplir la obligación mientras exista el obstáculo, pero estará obligado a
cumplirla una vez que éste haya desaparecido, pues de no hacerlo, incurre en
incumplimiento culposo.

d) Cuando el deudor ya ha ejecutado alguna de las prestaciones integrantes de su


obligación para el momento de ocurrir la causa extraña no imputable, el acreedor
deberá restituirle las prestaciones recibidas para obtener un equilibrio patrimonial
entre las partes.

TEMA 3

TEORÍA DE LOS RIESGOS CONTRACTUALES

CONCEPTO: Se denomina riesgo o peligro la situación jurídica que se presenta cuando


las partes de un contrato, o una de ellas, se encuentran en la imposibilidad de cumplir sus
obligaciones o sus prestaciones debido a una causa extraña que no le sea imputable (caso
fortuito o fuerza mayor).

INTRODUCCIÓN Y FUNDAMENTO

Los contratos bilaterales por su naturaleza especial, ameritan una serie de normas
destinadas a regular las diferentes situaciones que en ellos puedan presentarse, estudio
que puede concretarse en la Teoría de los Riesgos, la Resolución y la Excepción non
adimpleti contractus.

En el Derecho Romano no había una Teoría de los contratos bilaterales, debido a la


interdependencia de las obligaciones respectivas, sin embargo existía la Lex Commissoria
para conseguir un efecto parecido a la Excepción non adimpleti contractus. El Derecho
Romano consideraba que el contrato bilateral se descomponía en una doble estipulación
unilateral. El derecho canónico fue el que estableció por primera vez la interdependencia
de las obligaciones nacidas de los contratos bilaterales, llamada luego por los civilistas
como la “REGLA DE LOS CORRELATIVOS”. Luego en el derecho moderno se ha
consagrado la responsabilidad contractual, fundándose en la idea de culpa, es decir, que el
deudor que incumple sin culpa no está obligado a resarcir daños y perjuicios al acreedor.

LOS RIESGOS EN LOS CONTRATOS UNILATERALES

Los contratos unilaterales no presentan problemas, para determinar quien ha de correr con
los riesgos.

Art. 1.271 C.C: El deudor será condenado al pago de los daños y perjuicios, tanto por
inejecución de la obligación como por retardo en la ejecución, si no prueba que la
inejecución o el retardo provienen de una causa extraña que no le sea imputable, aunque
de su parte no haya habido mala fe.

NC: Si el deudor prueba que el incumplimiento de su prestación se debe a una causa que
no le es imputable, queda libre de la obligación y no está sujeto a pagar los daños y
perjuicios compensatorios. Se aplica el adagio “Res perit creditori”, la cosa perece para el
acreedor.

DEPÓSITO: Si la cosa perece sin culpa del depositario, éste no asume responsabilidad
respecto al depositante, éste último como acreedor sufre los riesgos.

COMODATO: Si la cosa perece sin culpa del comodatario, éste queda libre de toda
responsabilidad, respecto al comodante y la cosa para éste en su condición de acreedor.

EXCEPCIONES:

La doctrina y la legislación consagran algunas excepciones al principio de que la cosa


perece para el acreedor en materia de contratos unilaterales. Estos casos excepcionales
son:

1. En materia de mutuo, si la cosa perece (naturalmente antes de ser entregada) en


manos del mutuario, éste es el que soporta la pérdida de la misma, pues tiene que
conseguir otras para cumplir con su obligación. Impera el principio “res perit domino”
(la cosa perece para su dueño).
2. En los casos de cosas sujetas a privilegio o hipoteca, si la cosa perece, el acreedor no
soporta los riesgos, sino el deudor.

Art. 1.865 C.C: Si las cosas sujetas a privilegio o hipoteca han perecido o se han
deteriorado, las cantidades debidas por los aseguradores, por indemnización de la pérdida
o del deterioro, quedan afectas al pago de los créditos privilegiados o hipotecarios, según
su graduación, a menos que se hayan empleado en reparar la pérdida o el deterioro.
Los aseguradores quedan libres sin embargo, cuando hayan pagado después de treinta
días contaderos desde la publicación que hayan hecho durante tres días consecutivos en
un periódico de amplia circulación editado en la capital de la República, avisando la
pérdida o el deterioro, sin que se haya hecho ninguna oposición. La publicación deberá
hacerse dentro de los ocho días siguientes a aquél en que reciban los aseguradores la
participación que el asegurado o tenedor de la póliza les haya hecho sobre el siniestro.
También quedan afectas al pago de dichos créditos las cantidades debidas por
expropiación forzosa por causa de utilidad pública, o de servidumbre impuesta por la Ley.
En todo caso, se aplicará con preferencia a lo establecido en este artículo, lo que
dispongan sobre la materia el Código de Comercio o las leyes especiales de seguros.

NC: Como puede observarse, impera el principio “res perit domino”, la cosa perece para
su dueño, porque el acreedor no pierde su derecho de garantía, ya que ese derecho se
traslada a la indemnización que debe pagar la empresa aseguradora.

LOS RIESGOS EN LOS CONTRATOS BILATERALES

El problema del riesgo en los contratos bilaterales, plantea como cuestiones generales dos
(02) problemas a resolver. Cuando una de las partes no puede cumplir su obligación
debido a una causa extraña no imputable, la otra parte, que es su acreedora, no puede
pedirle el cumplimiento, no tiene recurso alguno para obligarle a ejecutar su prestación. En
cambio, tampoco queda obligada a cumplir con su propia obligación. Recordemos que
dada la noción de obligaciones recíprocas o correlativas en los contratos bilaterales, donde
surgen obligaciones para ambas partes, cada parte es a su vez deudora y acreedora de la
otra. En consecuencia, los efectos del riesgo son dobles: el acreedor no puede exigir del
deudor el cumplimiento de su obligación, pero a su vez como deudor que es, queda
liberado de cumplir su propia obligación.

LOS RIESGOS EN LOS CONTRATOS NO TRASLATIVOS DE PROPIEDAD

Principio “res perit creditori” (La cosa perece para el acreedor)

a) Casos de incumplimiento total: En los contratos bilaterales no traslativos de


propiedad, si una de las partes no cumple su obligación debido a una causa extraña no
imputable, la otra parte queda liberada de cumplir la suya y pierde la acción para obligar
a cumplir a su contraparte. El caso típico de estos contratos es el contrato de
arrendamiento, en el cual si durante el mismo perece totalmente la cosa arrendada,
ambas partes quedan liberadas de su obligación. Como acreedoras mutuas que son,
quedan desprovistas de la acción para exigirse el cumplimiento. Además que en estos
contratos no traslativos de propiedad cuando alguna de las prestaciones de las partes
recae sobre una cosa (ejm: el arrendamiento) puede establecerse una separación
bastante clara entre los riesgos de la cosa y los riesgos del contrato. En el contrato de
arrendamiento, si la cosa perece, su pérdida la sufre su dueño, o sea, el arrendador.
Impera respecto a los riesgos de la cosa el principio “res perit domino”. En cambio, los
riesgos del contrato los sufre el acreedor, imperando el principio “res perit creditori”, o
ninguna de las dos partes, según se acoja alguna de las soluciones apuntadas
anteriormente.

b) Casos de incumplimiento parcial: En los casos de que el incumplimiento debido a


una causa extraña no imputable sea parcial, nuestro legislador, según las situaciones,
acuerda la liberación de la otra parte o la disminución proporcional de su prestación.

Art. 1.588 C.C: Si durante el arrendamiento perece totalmente la cosa arrendada, queda
resuelto el contrato. Si se destruye sólo en parte, el arrendatario puede, según las
circunstancias, pedir la resolución del contrato o disminución del precio. En ninguno de los
dos casos se debe indemnización, si la cosa ha perecido por caso fortuito.

Art. 1.590 C.C: Si durante el contrato es preciso hacer en la cosa arrendada alguna
reparación urgente que no pueda diferirse hasta la conclusión del arrendamiento, tiene el
arrendatario la obligación de tolerar la obra aunque sea muy molesta y aunque durante ella
se vea privado de una parte de la cosa.
Si la reparación dura más de veinte días, debe disminuirse el precio de arrendamiento, en
proporción del tiempo y de la parte de la cosa de que el arrendatario se ve privado.
Si la obra es de tal naturaleza que impida el uso que el arrendatario hace de la cosa,
puede aquél, según las circunstancias, hacer resolver el contrato.

LOS RIESGOS EN LOS CONTRATOS TRASLATIVOS DE PROPIEDAD

Principio “res perit domino” (La cosa perece para su dueño)

En los contratos bilaterales traslativos de propiedad, los efectos se rigen por lo


preceptuado en el Art. 1.161 del C.C. ello significa que en estos contratos (por ejm. La
venta), si la cosa perece en manos del trasmitente, aun antes de efectuarse la tradición, el
adquirente queda obligado a cumplir su obligación y a soportar la pérdida de la cosa, pues
en realidad es su propietario. En un contrato de venta, si la cosa perece en manos del
vendedor antes de efectuarse la tradición, el comprador queda de todos modos obligado a
pagar el precio y soporta la pérdida de la misma, pues impera el principio “res perit
domino”, ya que el comprador es el dueño de la cosa desee el mismo momento en que las
partes (vendedor y comprador) han manifestado su consentimiento.

Art. 1.161 C.C: En los contratos que tienen por objeto la transmisión de la propiedad u otro
derecho, la propiedad o derecho se trasmiten y se adquieren por efecto del consentimiento
legítimamente manifestado; y la cosa queda a riesgo y peligro del adquirente, aunque la
tradición no se haya verificado.

EN LAS OBLIGACIONES SUJETAS A CONDICIÓN


LA CONDICIÓN: Es un acontecimiento futuro e incierto, del que se hace depender la
existencia de una obligación o de un contrato, o la no existencia de la obligación de un
contrato.

 Condición Suspensiva: Es la que hace depender la obligación o el contrato de un


acontecimiento futuro e incierto. Se basa en el Artículo 1197 del Código Civil.

Art. 1.197 C.C: La obligación es condicional cuando su existencia o resolución depende de


un acontecimiento futuro e incierto.

 Condición Resolutoria: Es aquella que cuando se verifica, repone las cosas al estado
que tenían, como si la obligación no se hubiera contraído nunca. Se basa en los
siguientes artículos:

Art. 1.198 C.C: Es suspensiva la condición que hace depender la obligación de un


acontecimiento futuro e incierto.

Art. 1.203 C.C: Cuando la obligación se contrae bajo condición suspensiva, y antes de su
cumplimiento perece o se deteriora la cosa que forma su objeto, se observarán las reglas
siguientes:
Si la cosa perece enteramente sin culpa del deudor la obligación se reputa no contraída.
Si la cosa perece enteramente por culpa del deudor, éste queda obligado para con el
acreedor al pago de los daños.
Si la cosa se deteriora sin culpa de la deudora el acreedor debe recibirla en el estado en
que se encuentre, sin disminución del precio.
Si la cosa se deteriora por culpa del deudor, el acreedor tiene el derecho de resolver la
obligación o de exigir la cosa en el estado en que se encuentre, además del pago de los
daños.

Art. 1.204 C.C: La condición resolutoria no suspende la ejecución de la obligación; obliga


únicamente al acreedor a restituir lo que ha recibido cuando se efectúe el acontecimiento
previsto en la condición.

William Montañez
6to Semestre “C”

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