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como un

pucho
ya quisiera hablar con alguien
en esta cordillera penitenciaria
para que el tiempo vaya del silencio a la risa fácil
al centro de un corazón descascarado
que sólo recupere latidos perdidos
y haga vibrar mi tono en tu lenguaje.
Ya quisiera hablar con alguien y ver este año
en el merlot de tus ojeras
los días hebrados en el papel
bocaneando la otra cara de la luna.

voló la abeja bajo tu pelo

y desorientada se estrelló
vencida contra tu cuello.
Cayó al suelo sin su anzuelo
rengueando al rincón escondido
donde se ocultan todas las muertes.

La fatalidad atesoró su veneno


en el azul de tu marrón y lo hizo correr
volar
lejos de todos los rincones
lejos de todos los encierros.
Voló la abeja bajo tu pelo.

yapoguacae

Aunque los árboles sean sólo cadáveres


no importa es su invierno.
Este valle sin embargo languidece.
Sólo florece el gesto de la derrota
a la orilla del kilómetro dieciocho
nauseabundo.
Pero detente ahí y mira, gorriones
relojeándose entre las ramas y la promesa del tiempo.
Mira ahí, en los precipicios de su canto.
¿Rodará el verde auxilio
hacia un azul venganza?

La lluvia se hizo mito temprano y no ha regresado.


Y relinches, graznidos, rezan:
ya poh agua cae ya poh agua cae ya poh agua cae.
Pero allá la nube es negra
y acá, un pálido saludo desesperanzado.

Y son vanas las plegarias cuando los estratos


son cómplices del pacto
entre el silencio y el estiércol al sol.

escrivir.

muchas hojas en blanco de hace muchísimo tiempo


llegan a incomodar
y dejar en tu boca el sabor amargo
de l desidia la diabética
vecina esquina en su mirada
La cerveza me entra galopante, como la luna llena con sus manos gruesas, que extendidas hasta la
tierra, surca todos los aires. La laguna Tres Pascualas recibe la agonía del día con seis patos
contorneando sus aguas. Sin mascarillas atraviesan un puente, puente obsceno de esa universidad
que violó humedales. Patitos ociosos, ¿hacia dónde van?, ¿me dejan con la atronadora carcajada
de las gaviotas como recuerdo? Si es así, mañana les traeré los seis panes que no alcancé a vender
hoy, y vaguen como esa luna, mansa de panza llena.

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