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La lucha entre Centralistas y Federalistas

Tras la caída de Iturbide, el Congreso instituyó un gobierno provisional entregando el poder


ejecutivo a un triunvirato; pero el territorio que había integrado el imperio mexicano estuvo a
punto de fragmentarse en pequeños países.

La falta de una Constitución nacional provocaba que en las provincias se temiera la aparición de
una nueva tiranía; Guadalajara, Zacatecas, Oaxaca y Puebla llegaron a desconocer al Congreso,
mientras que las provincias del Bajío se reunían para deliberar. Centroamérica se separó y Chiapas
hizo lo mismo, aunque esta última se reintegró a México el año siguiente, en 1824.

En favor del federalismo (reunión de estados libres y autónomos unidos conforme a los principios
de una Constitución general) estaban aquellas personas de tendencia liberal radical que buscaban
eliminar por completo el viejo orden social, y consideraban llegado el momento de instituir la
democracia.

Los elementos centralistas temían que el federalismo resultara un cambio demasiado brusco y de
graves consecuencias para un país como México, regido hasta entonces por un gobierno central y
veían la institución de una república centralista como un paso lógico y necesario.

En cada una de las dos posiciones contrarias había Además un ala moderada que trataba de
mediar entre ambos extremos, pero la necesidad que en aquel momento existía para unificar el
país ante la amenaza apremiante de los estados separatistas, inclinó la decisión del Congreso en
favor de la solución que ofrecía el federalismo

La Constitución de 1824

El 7 de noviembre de 1823 se inauguró el Congreso Constituyente integrado en su mayoría por


federalistas, encabezados por Ramos Arizpe, quienes lograron imponerse sobre los diputados
centralistas cuyo líder era fray Servando Teresa de Mier.

1824 fue aprobada la primera Acta Constitutiva de la Nación Mexicana, que adoptaba la forma de
república, representativa, popular y federal

El 5 octubre del mismo año se publicó la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos.

La Constitución de 1824 Consagraba el principio de la soberanía nacional y establecía la división de


poderes señalando las facultades de cada uno. El poder legislativo se depositaba en una Cámara
de Diputados y un Senado, el ejecutivo quedaba constituido por un Presidente y un Vicepresidente,
Se confería el poder judicial federal a una Corte Suprema de Justicia, y el de los Estados a
Tribunales de Justicia locales.

La Constitución de 1824 no rompía del todo con el pasado; permitía que se conservaran los fueros
militar y eclesiástico, y no establecía garantías individuales.

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