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DONALD L. SHAW NUEVA NARRATIVA HISPANOAMERICANA BOOM. POSBOOM. POSMODERNISMO Oy N OID): 9- Donald L. Shaw toma como punto de partida los minos en que se plantea el debate en torno a la narrativa en Hispa- noamérica desde hace ya tantos afos. Por una parte hay una serie de autores que pro- ponen una realidad esencialmente politica y social que se cuestiona desde posiciones que van desde la protesta ética indignada hasta la ideologia abiertamente revolucio- naria. Por otra parte, hay un cuestiona miento total de la realidad. “No hay clasifi- cacién del universo que no sea arbitraria y conjetural, La raz6n es muy simple: no sa bemos qué cosa es el universo”, escribid Borges. La desintegracién aparente del mundo antes aceptado como “real” dejé al escritor enfrentado con su propio genio creador. Esta liberaci6n de la fantasia, junto con el impacto del Surrealismo, y otros fac tores de caracter politico y social, son para Donald L. Shaw determinantes para el pro- ceso que desembocé en el boom de la nueva novela, que a pesar de la gran diver- sidad ideol6gica y estilistica de sus autores puede estuciarse como un movimiento glo- bal en el que esta vision desintegradora de la realidad encontré su modo de expresi6n preferido. Hacia mediados de los afios 70 y principios de los 80 podemos identificar una reaccién contra el boom que se conoce como posboom. Bajo el impacto de los atro- ces acontecimientos histéricos de ese pe- riodo, algunos escritores volvieron al “aqui y ahora” de Hispanoamérica, tanto en el compromiso politico y social, como en el uso de un lenguaje y una sintaxis esen- cialmente latinoamericanos. Prolongacién del posboom seria un posmodernismo que intensifica, a veces de forma radical, las tendencias antirrealistas y antimiméticas del boom; un término, el de posmodernismo, que conlleva la nocién de una heterogenei- dad total en el campo literario, sin ninguna tendencia dominante. Donald L. Shaw Nueva narrativa hispanoamericana Boom. Posboom. Posmodernismo NOVENA EDICION CATEDRA CRITICA Y ESTUDIOS LITERARIOS 1. edicién, 1981 6.* edicién ampliada, 1999 9.8 edicién, 2008 Reservados todos los derechos, El contenido de esta obra esti protegido por la Ley, que establece penas de prisién y/o multas, ademas de las, correspondientes indemnizaciones por danos y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren © comunicaren piblicamenie, en todo 6 en parte, una obra literaria, artistica © cientifica, 6 su (ransformacion, interpretacin 6 ejecucién artistica fijaca en cualquier tipo de soporte 0 comunicada a waves de cualquier medio, sin la preceptiva autorizacion © Donald L. Shaw © Ediciones Cétedra (Grupo Anaya, S. A.), 1981, 2008 Juan Ignacio Luca de Tena, 15. 28027 Madrid Depésito legal: M. 55.980-2007 ISBN: 978-84-376-0278-3 Printed iu Spain Impreso en Anzos, S. L. Puenlabrada (Madrid) A Mariella, Andrés y Silvia Quiero agradecer Ia indispensable ayuda de la sefiorita Patricia Mendoza, cuya colaboracién fue crucial para el buen fin de este texto. ALH BHS Car CHA ETL FTBalt Flispl HR IAr IRom KRO MLN MLR MLO PSA RHM RO RyF Sym LISTA DE ABREVIATURAS Anales de Literatura Hispanoamericana (Madrid) Bulletin of Hispania Studies (Liverpool) Caravelle (Tolosa) Cuadernos Hispanoamericanos (Madrid) Explicacién de textos literarios (Sacramento, California) Hispania (Estados Unidos) Hispandfila (Madrid e Illinois) Hispanic Review (Filadelfia) Iberoamerikanisches Archiv (Berlin) Iberoromania (Munich) Kentucky Romance Quarterly (Lexington) Modern Language Notes (Baltimore) Modern Language Review (Cambridge, Gran Bretaiia) Modern Language Quarterly (Seattle) Mundo Nuevo (Patis) Papeles de Son Armadans (Madrid, Palma de Mallorca) Revista Hispdénica Moderna (Nueva York) Revista de Occidente (Madrid) Razény Fabula (Bogota) Symposium (Siracusa, Estados Unidos) Capit ULO PRIMERO Introduccién REALISMO EL NOVELISTA HISPANOAMERICANO Y SUS IMPERATIVO: Y FANTASIA.—UNA FECHA CLAVE, 1940 Si echamos una mirada de conjunto a la novela hispanoamericana en este siglo, nos tropezamos en primer lugar con un hecho curioso: el periodo creador del naturalista mejicano Federico Gamboa, que va desde 1892 a 1912, coincide casi exactamente con los afios culminan- tes del modernismo, movimiento literario de signo totalmente opues- to al naturalismo. Asi Santa, la novela hispanoamericana que alcanzé el mas grande éxito de venta antes de Doria Barbara de Gallegos (1929), se publicéd en 1903, un afio después de Sangre patricia del modernis Diaz Rodriguez y cinco aiios antes de La gloria de don Ramiro de Larre- ta, la novela-cumbre de prosa artistica y de aristocracia espiritual,) De aqui surge la divergencia, cada vez mis evidente, entre dos li- neas de desarrollo de la narrativa hispanoamericana. Una de éstas es la de la novela de observacién. Pasando por las sucesivas etapas del cos- tumbrismo, del realismo y del naturalismo, habia extendido el campo de visién del novelista hasta dejar abolidas casi todas las convenciones que estorbaban la libre eleccién de asuntos, fueran estos cuales fueran. Hasta, y aun después del afio-clave de 1926, es la novela de observa- cién la que va a predominar en Hispanoamérica. La otra linea de desa- rrollo es la de Ia novela conscientemente artistica que desde Flaubert en adelante habia ido adecuando la técnica narrativa a las cada vez mas ricas posibilidades de innovacién en lo que se refiere al contenido. il Después de 1926, esta segunda linea de desarrollo desembocard en la ) narrativa de fantasia creadora y de la angustia existencial que desde Arlt y Borges hasta Garcia Marquez y Donoso crecera en importancia ‘hasta disputar la supremacia de la novela de observacién. Entre 1908 y 1929 salieron las varias novelas que hasta el Boom de la nueva novela en los afos 50 y 60 venian considerandose como las obras maestras de la narrativa hispanoamericana moderna. Nos referi- mos, claro esta, a «las seis de la fama»: La gloria de don Ramiro de Larte- ta (1908), Los ‘de abajo de Azuela (1915), El hermano asno de Barrios (1922). La vordgine de Rivera (1924), Don Segundo Sombra de Gitiraldes (1926) y Dona Barbara de Gallegos (1929). El éxito de estas novelas puede atribuirse, en parte al menos, al relativo equilibrio logrado por sus autores entre observacién y técnica. Un poco a la sombra de estas obras famosas existian otras de ten- dencia mas denunciadora. Ejemplos tempranos son A /a costa (1904) de Luis A. Martinez, auténtico grito de combate contra el clericalismo y la opresion econdémica en Ecuador, y los relatos de Sub terra de Bal- domero Lillo, cuyo tema principal es la vida Ilena de suftimientos de los mineros chilenos. Luego vendran Tiengsteno (1930) de Vallejo, tan admirado por Arguedas, Mancha de aceite (1935) de César Uribe Piedra- hita, Mamita Yanai (1941) de Carlos Luis Fallas, Puerto Limén de Joa- quin Gutiérrez y una larga serie de otras novelas que protestan contra la explotacién de las riquezas naturales de Hispanoamérica y el abuso sistematico de los trabajadores. Mientras tanto, Edwards Bello publica El roto (1920), novela de los desheredados de la vida que abre el cami- no hacia La vinda del conventillo (1930) de Alberto Romero, y, finalmen- te, Hijo de ladrén (1951) de Manuel Rojas{ Hay ademés gran cantidad de novelas abiertamente antiimperialistas, auténticas_reclamaciones contra la politica de intervencién y anexién territorial de los Estados Unidos: Ejemplos son La sombra de la Casa Blanca de Maximo Soto Hall (1927) y Canal Zone de Demetrio Aguilera Malta (1935). Pero don- de la denuncia alcanz6 su punto maximo por aquellos aftos fue légica- mente en la novela indigenista que por eso mismo se distingue de la anterior novela indianista mas pintoresca y sentimental. Representati- vas son Huasipungo de Icaza (1934), Elindio de Lopez y Fuentes (1935) y, sobre todo, las obras de Ciro Alegria desde La serpiente de oro (1935) a El mundo es ancho y ajeno (1941). Fundamental durante gran parte de este periodo fue la influencia de la doctrina del realismo socialista pro- pugnada en Paris (1934) por un grupo de escritores que se adherian a la linea de Zdanov- Asistimos asi al nacimiento de la novela de fuerte compromiso social y politico que desde los afios 30 ha ido desarrollan- 12 dose sin solucién de continuidad hasta desembocar en la novela abier- tamente revolucionaria de, por ejemplo, un David Vifias en su prime) ra fase. Por otro lado, va apareciendo toda una serie de narrativas experi- mentales 0 técnicamente innovadoras que recogen la herencia de la prosa mddernista y que merecen mencidn aparte. Loveluck! enume- ra, entre otras, Alsino (1920) de Pedro Prado, Margarita de niebla (1927) de Torres Bodet y Libro sin tapas (1924) de Felisberto Hernan- © dez. A ésas afiade Rodriguez Monegal’ El habitante y su esperanza (1926) de Neruda, Sétiro (1939) de Huidobro y En la masmédula (1954) de Girondo. Dentro de esta corriente se destacaron, como ve- remos, Arévalo Martinez y Macedonio Fernandez, mientras Arlt lo- gra hermanar de modo originalisimo la novela documental de protes- tay la novela de fantasia. / —Con estos antecedentes no sorprende que exista cierto conflicto , entre los diversos imperativos que sienten los escritores de quienes nos ocuparemos. El primero de tales imperativos es, desde luego, el de ir produciendo novelas genuinamente autéctonas que reflejan la situa- cién humana tal como es en América; es decir, buscar lo universal en un contexto especificamente americano. Analizar cémo cumplen con este imperativo novelistas como Rulfo en Pedro Padramo, Fuentes en La “muerte de Artemio Cruz 0 Garcia Marquez en Cien atios de soledad, cons- tituye una de las tareas principales de la critica. Pero no hay que pasar por alto la evidente diferencia que existe entre autores como Mallea, Barges_o Sabato)(ées significativo que todos sean argentinos?), que se preocupan, ante todo, de la condicién humana en si, y que se procla- man herederos de una larga tradicién europea, y escritores como Astu- tias y Carpentier, quienes, a pesar de sus lazos importantes con Ia cul- tura europea, parecen haber encontrado su propia identidad, ya en el Popol Vuh, ya en el tipo de observacién cuasi antropolégica que produ- jo Ecue-Yamba-O. Intimamente relacionado con el conflicto cosmopolitismo/ameri- canismo esta el problema de cémo enfrentarse con la realidad de La- tinoamérica. Uno de los aspectos mas obvios de la narrativa contem- pordnea es el tono de protesta que va desde la estridencia de un Ca- ballero Calderén en El Cristo de espaldas, a la célera helada de Garcia ' Juan Loveluck, Nowelistas bispanoamericanos de hoy, Madrid, 1976, pag, 12. 2 Emir Rodriguez Monegal, El Loom» de la novela hispanoamericana, Caracas, 1972, pig. 60. 13

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