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Recopilación: Fernando Botero y Lourdes Endara

MITO, RITO, SIMBOLO


Lecturas antropológicas

Instituto de Antropología Aplicada


Quito 2000
Tiempo y mito
Georges Dumezil

“I QUADERNI Dl AVALLON” tienen el Con frecuencia, en el curso de la “evo-


placer de presentar a sus lectores esta contri- lución” religiosa, el mito tiende a alejarse del
bución de Georges Dumézil, completamente rito y a vivir una vida suya propia, fuera del
inédita en lengua italiana, y publicada origi- control que su utilización original practica ga-
nalmente en la reseña “Recherches Philosophi- rantizaba. En último término él se convierte
ques” V, editada en París en 1936. Se trata de tanto en historia como en literatura, y espe-
un testimonio del clima cultural del primer cialmente en esa literatura tan difícil de defi-
período de las investigaciones histórico-reli- nir, tan fácil de reconocer, que es denominada
giosas del autor, en las cuales fueron colocadas “fábula” (y también en dichos, cuentos, can-
las bases hermenéuticas y conceptuales desa- ciones populares…). Por supuesto, se encuen-
rrolladas más tarde en estudios ya ampliamen- tran entre estos dos extremos toda clase de
te conocidos. Esta anterioridad hace de este es- “gradas” intermedias, que el estudio del mito
tudio, un texto de apoyo importantísimo para no puede relegar a un plano secundario.
entender profundamente los orígenes históri- El “ambiente” no tiene más que una in-
cos de las investigaciones de Dumézil acerca de fluencia mínima. Si el mito es registrado por
la naturaleza y las expresiones del mito, y su un especialista en las técnicas sagradas, en un
estrecha relación con las más avanzadas elabo- texto erudito sobre liturgia, la relación que el
raciones de la cultura humanística de ese ambiente tendrá con el mito será muy resalta-
tiempo. do, incluso demasiado en ocasiones, respecto a
Traducción del francés de Adolfo Mor- la forma en que eso hubiera sucedido si hubie-
ganti. ra sido narrado por un poeta, o en un himno
1. Definiciones o una epopeya: la importancia de asignar al
elemento “literatura” varía, evidentemente, de
En sentido estricto, un mito es un caso a caso. De esta manera se observan a me-
cuento puesto en una relación habitual, de nudo unas cuantas variantes contemporáneas
cualquier tipo, con una determinada obser- de una misma narración, que van desde el mi-
vancia religiosa o mágico-religiosa. Pero tal to en sentido estricto, a la leyenda histórica o
definición debe tomarse en sentido más elásti- al cuento fabuloso, que es necesario estudiar
co, en base a ciertos comentarios; por ejemplo: de una manera solidaria. En tercer lugar inter-
la relación entre la narración y la observancia viene la propia “naturaleza” del mito, así como
es más o menos explícita según el momento, el del rito considerados: por ejemplo el “cuento
ambiente y la materia; los mitos, además, están de fundación”, que justifica la celebración y ga-
relacionados no solamente con los ritos, sino rantiza la eficacia de una ceremonia, tiene la
con otros mitos. posibilidad de quedar más íntimamente ligado
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al ritual, de resistir más frente a la invasión de naturales tratados parecen el efecto de opera-
los lugares comunes de la literatura popular o ciones regulares, de un trabajo cósmico del
culta, respecto al cuento que simplemente des- mismo tipo de los rituales humanos.
criba el riesgo derivado de la omisión de dicha Vamos a examinar rápidamente, den-
ceremonia. Sin embargo, este es un mito, igual tro del género del “mito”, así definido, la inci-
que ese otro. dencia de lo que el sentido común denomina
Todo grupo humano y, dentro del gru- “tiempo”. Fuera de cualquier hipótesis acerca
po, todo individuo calificado, tiene conoci- del origen y la naturaleza de las representacio-
miento de varios ritos y mitos. En tales mitos nes religiosas, nos limitaremos a clasificar los
aparecen, parcialmente acaso, los mismos hechos principales.
nombres propios (de lugares, de seres…), las
2. El tiempo mítico
mismas instituciones sociales y cósmicas, etc.
Por muy escasos que sean los esfuerzos de los Las observancias que sirvieron para de-
“consumidores” para armonizar los variados finir el mito están, por su naturaleza, llamadas
aspectos de la tradición, admitiendo algunas a repetirse: a veces continuamente (ciertos ta-
contradicciones (ver a Lévy-Bruhl, Introduc- búes sexuales, alimenticios, con carácter abso-
ción a LA MITHOLOGIE PRIMITIVE, París luto…), otras ocasionalmente (ritos funera-
1935), ellos tienen la sensación, si no de un rios, ritos en caso de epidemia…) o periódica-
“conjunto”, al menos de “cosas de la misma mente (ritos del agro, ritos del sol…).
clase”. Tal sensación basta para constituir, por Los ritos periódicos asumen en el pro-
debajo de los mitos, una “mitología”, de la cual blema del cual nos ocupamos, un interés muy
no se debe aislar los fragmentos sino con pre- especial ya que es a través de ellos que las divi-
caución. siones naturales del tiempo (“estación” de co-
Esta constatación implica una impor- secha, de caza, de pesca, de guerra, etc., y esta-
tante consecuencia respecto a la propia defini- ción del descanso); divisiones astronómicas
ción de mito. Sucede que algunas narraciones, (solares, lunares, estelares) son constatadas,
que no están, o que dejaron de estar en rela- homologadas por la sociedad que a partir de
ción con observancias precisas, pertenecen ese momento distribuye en ellos consciente-
igualmente al “género mitológico” (hay los mente, de una manera soberana y ya no pasi-
mismos personajes, el mismo marco, existen va, su propia existencia: los ritos periódicos
alusiones a otras narraciones del mismo ti- delinean, asímismo, los primeros “calenda-
po…). Ellas deben por tanto ser examinadas rios”. Concreto, sencillo, incierto dentro de las
en el mismo plano de los mitos propiamente sociedades más arcaicas, el calendario llegó
dichos, de los cuales de alguna manera son los muy pronto, en algún lugar privilegiado, a la
complementos, y no existe ningún inconve- abstracción, a la complicación, a la precisión
niente que impida llamar “mitos” a estos cuen- de una ciencia matemática. Pero de los Arun-
tos también. Con frecuencia son así por ejem- tas a los Babilónicos el principio no varía: la
plo narraciones relativas al génesis del mundo, vida social esencialmente es adaptada en sus
a los comienzos de la humanidad, a fenóme- pautas a las observancias periódicas, y las dife-
nos atmosféricos, meteorológicos… En este rencias conciernen solamente a los medios y la
último caso la utilización del término “mito” exactitud de la determinación (de algunas se-
está aun más justificada, ya que los fenómenos manas a unas cuantas horas) de tales períodos
Mito, rito, símbolo / 109

(véase Martín P. Nillson, PRIMITIVE TIME- nuidad del tiempo; 2, los intervalos compren-
RECKONING, Lund 1920, y DIE ENTSTE- didos entre dos fechas críticas asociadas son,
HUNG UND RELIGIOSE BEDEUTUNG cada cual en sí mismo, continuados e indivisi-
DES GRIECHISCHEN KALENDERS, Ib. bles; 3, las fechas críticas son equivalentes a los
1918). intervalos que delimitan; 4, las partes similares
Existe por tanto dondequiera, un “cua- son convertidos en desiguales). En las socieda-
dro ritual del tiempo”, que coincide más o me- des en que la complejidad de la vida, la divi-
nos con algunas divisiones naturales y que re- sión del trabajo y las circunstancias históricas
sumen lo esencial de la actividad religiosa de la llevaron a la formación de un clero numeroso
sociedad. Esta palabra, “cuadro” debe interpre- y poderoso, se produce, al menos en parte, un
tarse en sentido muy elástico, tomando en fenómeno contrario al anterior: no una con-
cuenta un factor extremadamente variable se- densación, sino una dilución de la actividad
gún las sociedades: la proporción del tiempo religiosa: por un lado, los laicos son cada vez
utilizando en lo religioso respecto al tiempo más absorbidos por las actividades que les co-
utilizado de una manera laica. Las tribus de rresponden, por otro los sacerdotes tienden a
Australia central, cuyas ocupaciones laicas (así “cubrir” intervalos de tiempo siempre más
como los requerimientos) son muy escasas, breves y, cuando es posible, la totalidad del
dedican a las ceremonias religiosas (de las cua- tiempo con una tupida trama de actos sagra-
les algunas duran unas semanas) la mayor par- dos; de aquí derivan los rituales de adoración
te del año: el “cuadro”, en este caso, coincide perpetua, de los cuales el más típico es el ritual
casi completamente con su contenido. Las so- de Osiris, en el cual un drama, dividido en epi-
ciedades en que el trabajo requiere de mayores sodios durante las 24 horas, era reiniciado en
cuidados no pueden permitirse tal favor; a el momento mismo de su terminación; en este
menudo se observa en ellas una “estación reli- caso el “cuadro” coincide plenamente con el
giosa” con rituales extendidos en el tiempo contenido; pero en este mismo caso la vida de
(particularmente en las sociedades de agricul- los “laicos” en su parte religiosa queda concen-
tores o marinos, que el invierno obliga a estar trada alrededor de las “fiestas” que siguen rit-
desocupados), pero el resto del tiempo está mando el tiempo.
marcado solamente por “fiestas” breves, preci- Nunca se dan hechos rituales sin co-
sas, condensadas; durante la misma estación rrespondencias míticas. La “utilización” del
religiosa aparecen unas culminaciones, unos tiempo, por consiguiente, debe ser acompaña-
días de concentración; en tales condiciones el da por una “representación”. En efecto, las cin-
cuadro ritual merece realmente la denomina- co fórmulas de Hubert ya revelan una repre-
ción de “cuadro” o “marco” y toda fiesta tiene sentación implícita. Además existe, de una
en él plenamente esos valores por los cuales manera explícita, unos “mitos calendariados”,
Henri Hubert subrayó con fuerza el carácter por así decirlo, es decir unas narraciones que
religioso (LA REPRESENTATION DU anuncian y justifican (“¿por qué?” “¿Desde
TEMPS DANS LA RELIGION ET LA MAGIE, cuándo?”) las regularidades y las singularida-
en H. Hubert y M. Mauss, MELANGES D’ des, que anuncian e ilustran las “propiedades”
HISTOIRES DES RELIGIONS, segunda ed., del sistema o de los sistemas de cálculo del
París 1929; los cinco caracteres son los siguien- tiempo. En este campo hay que distinguir (y
tes: 1, las fechas críticas interrumpen la conti- son dos nociones que constituyen unos extre-
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mos, relacionados por variados intermedia- general ritos y mitos se defienden bien, y todo
rios) los mitos calendariales concretos y los vuelve a estar en orden por medio de una re-
mitos calendariales abstractos. forma o una corrección del calendario abs-
Los primeros en realidad son muy difí- tracto. Véanse algunos ejemplos típicos (anti-
ciles de delimitar y ocuparán fácilmente, poco guos) de eso en E. Cavaignac, (CALEN-
a poco, buena parte de la mitología: los gran- DRIERS ET FETES RELIGIEUSES, R.H.R.,
des mitos estacionales, que traducen el alter- 1925, pp. 8 i sig.).
narse de las vidas terrestres y subterráneas de Entre los mitos calendariales los más
un genio vegetal; los mitos astronómicos, que interesantes para el conjunto de la vida religio-
explican los cursos diurnos y nocturnos del sol sa son los “mitos de correspondencia” (a veces
o las aventuras de la luna; los mitos (y dichos) reducidos al rol de dichos o proverbios, a veces
que establecen las propiedades (cambios, peli- más importantes), o sea los mitos que estable-
gros…) del día y la noche, el amanecer y el cen una relación mística constante entre los
ocaso, el mediodía y la medianoche etc., son elementos del calendario y algunas representa-
parcialmente mitos calendariales concretos. ciones:
Los segundos toman fuerza conforme a) Relación entre dos tiempos (depen-
los elementos (números, nombres) de los ca- diendo uno del otro): tanto entre dos elemen-
lendarios corrientes se alejan de su soporte na- tos de un mismo sistema de cálculo del tiem-
tural, convirtiéndose más que nada en mate- po (durante el año: las fiestas de S. Medardo y
rial para la ciencia, apto para una reflexión au- S. Bernabé; durante la semana: “quien se ríe el
tónoma. Así nacen los “problemas mitológi- viernes”…) entre dos elementos homólogos
cos”, como por ej. La interrogante “¿por qué de dos sistemas distintos (al terminar el año,
febrero tiene solamente 28 días?”, los cuentos 12 días que “prefiguran” los doce meses que
referidos al origen y la calidad del día (o mes) vendrán; todos los domingos, que de alguna
intercalar, las innumerables creencias basadas manera equivalen al domingo de Pascua…).
en las propiedades místicas de los números: el Correspondencias de este tipo están presentes
tabú del quinto día del mes (Hesiodo, Virgi- en numerosas practicas adivinatorias o coerci-
lio…), el “viernes 13”, las duraciones, los ven- tivas; se basan en ellas las propiedades de los
cimientos, las repeticiones típicas (“cuarenta días conmemorativos, de los aniversarios (es-
días”, “en un año, día tras días”, “Tres domin- píritus; requerimientos periódicos de los di-
gos seguidos”; incluso la expresión de un tiem- funtos; peligros periódicos…) Además ellos en
po indeterminado por medio de un número cierto sentido justifican la periodicidad de to-
preciso convencional: 7, 36…) A veces surgen do rito: por ejemplo, en las fiestas por los cam-
conflictos entre el calendario abstracto y el bios de tiempo, concebidas generalmente co-
concreto (mejor dicho: los fenómenos concre- mo el “aniversario” de la creación o de la orga-
tos sobre los cuales pretende basarse el calen- nización del mundo; todo el orden social, se-
dario abstracto): eso sucede por ejemplo xual, natural de este mundo es, por algunas
cuando una fiesta primaveral termina cele- horas cuestionado;
brándose en otoño o invierno por la falta de b) Relación entre los sistemas de cálcu-
intercalados anuales suficientes. Estas aberra- lo del tiempo y otros sistemas de representa-
ciones pueden ofuscar el significado de los ri- ción: normalmente estaciones, meses, días re-
tos y mitos ligados a una fiesta; sin embargo en lacionados (con nombres, con su orden o su
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patrono) con personajes míticos, y en todo ca- rantes míticos; una de las ceremonias védicas
so participantes en las aventuras atribuidas a de consagración real imponía al príncipe cru-
dichos personajes; pero con frecuencia tam- zar en un coche la distancia correspondiente a
bién años, estaciones, meses, días puestos en 17 lanzamientos de flecha; eso simbolizaba las
relación (con emblemas, parentesco natural, divisiones y la duración del año.
recíproca acción mística…) con las clasifica- El Sol para la mayoría de las socieda-
ciones de las regiones del espacio, los animales des, es el Regulador del Tiempo y el Agrimen-
o las plantas, los colores, los números, las no- sor del Espacio: son numerosos los mitos (y
tas musicales, los metales, los órganos del los ritos) en que una carrera heroica o de un
cuerpo, las grandes funciones sociales, etc. El príncipe se inaugura con una domesticación,
mundo chino ha desarrollado al máximo gra- violenta o amistosa, del Sol (una flecha lanza-
do este juego de correspondencias que domina da hacia o contra el Sol; el Sol encadenado y
toda la mitología y por tanto toda la “historia regulado; destrucción de múltiples Soles salvo
antigua” del país (innumerables ejemplos de uno; el pacto con el padre-Sol…) Al mismo ti-
eso se encuentran reunidos en los estudios de po pertenecen las suspensiones, las detencio-
M. Granet; resumen y teoría se encuentran en nes ocasionalmente impuestas al Sol (u obte-
el cap. ESPACIO Y TIEMPO EN EL PENSA- nida del Sol) por un héroe que necesita para
MIENTO CHINO, SPAZIO E TEMPO NEL llevar a cabo una empresa, de un tiempo su-
PENSIERO CINESE, París 1934). plementario: Josué; el rayo rojo generado por
Lugar de conservación de aconteci- el Sol al atardecer, obtenido por la plegaria de
mientos, lugar de potencias y acción durables un Alma heroica, la cual debe regresar antes de
(véase más adelante, III), lugar de ocasiones la noche al mundo de los muertos; y que se
místicas (ver más adelante, IV), el Tiempo- atrasó. Inversamente, Zeus, al lado de Alemé-
Marco asume un particular interés para cual- nide, que obtiene que el Sol no se levante du-
quiera: dios, héroe o jefe, que desee triunfar o rante tres días (Scol. a la Iliada, XIV, 323) o
reinar o fundar: no importa quien sea, él debe simplemente “haec ob eam rem nox est facta
intentar apropiarse del Tiempo, así como debe lomgios” “por eso la noche se hizo más larga”,
adueñarse del Espacio. La costumbre de fechar Plauto, ANFITRION, v., 113). A veces, parale-
“Año III de la República”, “Año X de la Era Fas- lamente al control del día y la noche, se tiene
cista”, constituye la supervivencia moderna el control del verano y del invierno.
(parcialmente laicalizada) de un esfuerzo muy, Los demonios, los “malvados”, los ene-
muy antiguo. La evolución por medio de la migos de los héroes roban el Sol (u otros astros
cual Roma redujo toda la mitología dentro de reguladores de tiempo o las estaciones…); los
la historia romana, constituye una forma, me- adversarios míticos, los Ministros infieles de
nos consciente, del mismo esfuerzo. Pero de los soberanos chinos “dañan el Tiempo” (M.
este intento se conocen formas totalmente Granet, ob. cit., p.195).
conscientes: durante la coronación de un so- 3. El tiempo mítico
berano chino precisos ritos determinaban la
toma de posesión de los Orientes y del Tiem- Vemos pues que, mirada desde afuera,
po (promulgación de un nuevo calendario…) una fiesta es un elemento del cuadro o marco
y los “biógrafos” de los primeros soberanos periódico de la vida social. Al respecto sería de
chinos dotaban estos mitos de excelentes ga- distinguir las fiestas aisladas de las fiestas reu-
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nidas en grupo, las fiestas-interrupción (entre VEZ, cuya sola influencia es actual, y que los
dos períodos) de las fiestas-culminación (den- hombres pueden solamente CONMEMORAR
tro de un único período), e incluso las peque- E IMITAR (si se trata de un suceso pasado),
ñas y grandes fiestas, teniendo estas últimas la PREFIGURAR Y PREPARAR (si en cambio se
tendencia a ensancharse a costas de las otras, a trata de un acontecimiento futuro). Este es el
fijar en sí un número creciente de mitos y ritos caso de numerosísimos mitos que, por todas
y, al mismo tiempo sirviendo de modelo para partes, justifican el conjunto y los detalles del
las fiestas menores. orden actual en el mundo, de la sociedad etc.
Pero si se observa una fiesta “por lo que (los mitos del origen; el RAJAH hindú, en el
es realmente”, desde adentro, todos estos mati- momento de su consagración, imita al rey di-
ces resultan no tener importancia: no importa vino quien celebró por vez primera esos ritos,
cuáles sean, todos los ritos que en ella se prac- y los ha enseñado a los hombres…).
tican poseen uno o más propósitos, uno o más Por muy distintos que sean en estos dos
significados, que se justifican por medio de va- casos, los lazos mitorito, la concepción del
rios mitos distintos, o de uno en especial. Y tal “Tiempo mítico” es la misma. En el primer ca-
justificación pertenece al uno o al otro de los so se admite que existan unos seres perseve-
siguientes tipos: rantes en su actividad mucho más que los se-
a) O los ritos periódicos son justifica- res humanos; en el segundo se admite que hu-
dos por la narración de acontecimientos míti- bo (o habrá) actos cuya eficacia, cuya influen-
cos igualmente “periódicos”, cuyo proceso se cia se extiende en un tiempo mucho más largo
hace actual, por consiguiente, cada vez que los (en el pasado o en el futuro) que los actos de
ritos son realizados y en que, por medio de es- los individuos humanos. En ambos casos es
tos mismos ritos, el hombre puede “partici- primeramente gracias a su EXTENSION, a su
par”. De este modo los ritos de los Doce Días ritmo más largo, que el tiempo mítico es dife-
eslavos o germánicos, como los de las Anteste- rente del tiempo ordinario.
rias acompañan, o regulan, la salida anual de En segundo lugar, es distinto por el he-
las Almas; el herrero georgiano que en Pascuas cho de que nada de lo que en él pasó (pasará)
da un golpe ritual con el martillo en su yun- es ACTUALMENTE indiferente. Parece una
que, sabe que este gesto consolida la columna gran reserva de acontecimientos que gracias a
en que está encadenado Amirani y que, des- algún rito encuentran nuevamente, de pronto,
pués de un año de esfuerzos, está a punto de instantáneamente, una importancia vital para
romperse, etc. Cuando se trata de ritos ya no la sociedad; ninguno de ellos se ha agotado. En
periódicos, sino ocasionales, este tipo de expli- esta nueva óptica la fiesta puede definirse co-
cación es el más frecuente (el hombre que en mo el momento y proceso por medio de los
caso de eclipse hace algunos tiros de fusil hacia cuales el “Gran Tiempo” y el tiempo ordinario
el cielo sabe que está defendiendo el astro con- se comunican; el primero vertiendo en el se-
tra algún monstruo o Espíritu Malo que está a gundo una parte de su contenido, y los hom-
punto de atacarle…). bres, gracias a esta ósmosis, están en posibili-
b) O bien los ritos periódicos son justi- dad de actuar sobre los seres, las fuerzas, los
ficados con el cuento de un acontecimiento acontecimientos que lo llenan.
que se ha llevado a cabo (o más raramente,
que se llevará a cabo posteriormente) UNA
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Es imposible no resaltar en este estudio a) El Tiempo mítico es dividido en ba-


nuestro, el paralelismo -o mejor, la equivalen- se a subdivisiones copiadas de las del tiempo
cia- entre el Tiempo Mítico y el Espacio Míti- ordinario: hay así Días, Años, Siglos divinos,
co. El Espacio mítico, en el cual viven y actúan fabulosamente largos. Así como la historia va
los dioses y los héroes, se distingue también avanzando a través de reinos, y generalmente a
del espacio ordinario primeramente por su ex- través de épocas, se subdivide el Tiempo míti-
tensión. Por otra parte, por muy extenso que co en Edades que en su globalidad no tienen
sea, los seres y sucesos que contienen no son más que un interés literario, salvo una (la edad
indiferentes, inaccesibles al grupo humano: al actual). Así como el invierno se alterna con el
contrario, los diversos ritos los ponen en mo- verano, períodos demoníacos se alternan con
vimiento –e incluso, a menudo, con un llama- períodos divinos. Según el modelo de las ge-
do inmediato- en lugares precisos. nealogías de príncipes, se desarrollan las teo-
Existe un paralelismo igualmente rigu- gonías… (compárense las transposiciones y
roso entre la FIESTA, apertura hacia el Gran amplificaciones con que el Gran Espacio se or-
Tiempo, y el SANTUARIO, apertura hacia el ganiza a imagen del espacio ordinario: planos
Gran Espacio. sobrepuestos, círculos concéntricos, planos y
En particular se pueden comparar las guías del más allá…)
fiestas de “cambio de tiempo” (liquidación y b) La mayoría de los eventos míticos
purificación del pasado, prefiguración y pre- recordados en los ritos periódicos, se reúnen
paración del porvenir) que, sobrecargados de en dos “masas”, de las cuales una está colocada
mitos, asumen a menudo el valor de auténti- “muy lejos” en el pasado, la otra “muy lejos” en
cos “resúmenes de tiempo” en el curso de los el futuro mientras que la distancia queda ex-
cuales las Almas, los Espíritus de la Naturaleza tremadamente escasa, y casi inexistente. Estas
y en general los habitantes del Gran Tiempo dos nociones, con las cuales se dan por satisfe-
son actualizados (por medio de apariciones o chas la mayoría de las mitologías “un tiempo”,
disfraces) y los santuarios del tipo el MUN- “en tiempos muy antiguos”, “un cierto día”…)
DUS romano, que era al mismo tiempo el es- son a veces definidos con mayor precisión por
quema del “mundo” y el umbral a través del otras dos nociones; “al comienzo” y “al final”.
cual las Almas del Gran Espacio y los hombres Se trata de una precisión a menudo ilusoria, ya
del espacio ordinario comunicaban. que los “consumidores” muchas veces se esfor-
Empleamos hasta este punto intencio- zaban mucho, y en vano, para entender exac-
nalmente ciertas expresiones vagas, que tradu- tamente tales palabras. Pero se trata de una
cen unas impresiones ingenuas como por precisión que puede aclararse: por ejemplo
ejemplo “Gran Tiempo” (que por otra parte, cuando se trata del inicio y del final del mun-
pertenecen al espíritu del folklore francés: véa- do, nociones concesibles en analogía con el
se el “Largo Tiempo” en un cuento de Mélusi- inicio y el final de períodos humanos o natu-
ne, I, col. 89-90). Muchas mitologías se dan rales (reinos, años…): la mayoría de los mitos
por satisfechas con este estilo; otras intentan romanos se conocen solamente de una mane-
organizar el “Gran Tiempo” y en este esfuerzo ra “historizada”, con relación al comienzo
recurren aislada o conjuntamente, a dos senci- (mejor dicho: los comienzos) de la Ciudad; de
llos procedimientos: la misma manera la “historia” de las primeras
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dinastías chinas está formada exclusivamente Omnisciencia Divina, funcionarios míticos


de mitos (administrativos, cósmicos) que se que registran “todo”; predicciones, señales de
repiten, copias equivalentes los unos a la asun- toda clase…). La moral encuentra aquí su fun-
ción al trono de algún emperador de los co- damento: la más insignificante acción huma-
mienzos, los otros a la decadencia de alguno na, en analogía con las acciones míticas, tiene
de los últimos. Cierto número de mitologías en el Gran Tiempo unas repercusiones (“kar-
dividen la esencia de su repertorio en “mitos ma”, retribuciones…) que rebasan amplia-
de la creación” (creaciones) y “mitos del final mente tanto en intensidad como en duración,
(finales) del mundo”. Desde hace mucho tiem- sus efectos dentro del tiempo ordinario .
po se ha resaltado el hecho de que estos dos Paralelamente a la pareja “comienzo-fi-
grupos de mitos generalmente son solidarios y nal”, vemos que se forman -aunque no con
complementarios. Las rivalidades inaugura- una concepción bien definida- al menos algu-
das, las injusticias cometidas, los problemas nas expresiones que preanuncian “la eterni-
iniciados en el momento de la creación, todo dad” de los filósofos: castigos “sin final”; des-
eso será resuelto, vengado, concluido solamen- cripciones (generalmente por medio de imá-
te con el fin del mundo: el tiempo ordinario, genes en negativo: “no existían todavía ni…
en escala humana, se encuentra de esta mane- ni…) del caos primordial como algo “diferen-
ra empotrado en el gran proceso del Tiempo te” pero real; la afirmación según la cual cier-
Mítico. Estos mitos en pareja, simétricos, y por tas cosas han existido “desde siempre”… (ver
eso mismo extremadamente separados, por por ej. El Espacio Mítico, a veces ilimitado, a
otra parte, tienen ciertas correspondencias ri- veces contenido en los “confines del mun-
tuales: las fiestas de la primavera y del otoño, do”…).
así como las fiestas de los dos solsticios, sepa- Por supuesto, dentro de una mitología
radas así al grado máximo, son a menudo aso- estas distintas concepciones, aparentemente
ciados con grupos antitéticos de mitos, algu- contradictorias, coexisten sin dificultad: las
nos ligados al nacimiento (creación…), los mitologías orales, incluso más que las mitolo-
otros a la muerte (destrucción, descanso. . . ). gías escritas, no tienen exigencias respecto a la
(Compárese, en la disposición del Es- coherencia. Por otra parte, la coherencia se lo-
pacio mítico, la importancia de las parejas an- gra con facilidad: en un caso, un ser sin co-
titéticas: el Lejano Oriente y el Lejano Occi- mienzo ni fin preside a los comienzos y al final
dente encierran no solamente el recorrido del de todo lo demás; en otro caso, los comienzos
Sol, sino las empresas de muchos héroes; la pa- y los finales se multiplican dentro de un Tiem-
reja constituida por Cielo e Infierno, simétrica po cíclico ilimitado (a veces implicando la
en relación con la tierra de los hombres…). exacta repetición de los eventos de ciclo en ci-
Esta del Gran Tiempo -reserva de even- clo).
tos míticos que no desaparecen, que siguen Y finalmente, debemos llamar la aten-
obrando, y de los cuales algunos se repiten pe- ción sobre un proceso diferente de los que aca-
riódicamente- y también amplio mecanismo bamos de examinar, que actúa de una forma
en que un remoto futuro debe completar, en muy variada según las sociedades: la transfor-
condiciones preordenadas, a un remoto pasa- mación de los viejos cuentos en historia y es-
do -es uno de los elementos constitutivos de pecialmente en historia reciente, la reducción
nociones como las de Destino, Providencia, pura y simple del Tiempo mítico en tiempo
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ordinario. En Roma, Anna Perenna, diosa de la “ocasión” que no debe ni perderse ni adelan-
fiesta de fin de año y del alimento que permi- tarse (kairos en oposición a kronos, el CHE de
te seguir viviendo, es relacionada con la pelea los Taoistas…); necesidad de “viajar en el mo-
entre patricios y plebeyos y a la retirada en el mento justo”, de esperar “el momento de uno”
Monte Sagrado del Aventino. Dentro de los para jugar las cartas que “le corresponden a
dramas con caretas de Europa Central o Meri- uno”, de “esperar el final”; a veces, inversamen-
dional, el Húsar, el Arabe, es decir el enemigo te, se habla de la “necesidad de forzar a la suer-
étnico reciente, ha tomado el lugar de los anti- te”… (comparable con lo que se dice respecto
guos demonios. A menudo es posible descu- del espacio: “cada cosa en su lugar…”). Estos
brir unas “historizaciones” sucesivas: los hé- dos grupos de creencias proporcionan algunos
roes del mismo ritual popular georgiano se lla- elementos a las complejas nociones de Suerte,
man, según las aldeas, el rey (mephe), el césar Destino, Fatalidad, etc., y justifican toda clase
(keisari), el Sahah (shaji), el khan (quaeni), co- de normas (prohibiciones, técnicas para esta-
sa que no impide del ritual el hecho de ser an- blecer cuando será la ocasión…). Además,
terior a los primeros contactos con los Mon- ellas son el soporte de dos grupos de mitos im-
goles, los Persa y los Romanos, e incluso, sin portantes:
duda, a la propia institución de los reyes. Los a) en numerosas mitologías se admite
milenarismos, la espera de un fin del mundo que “un tiempo”, “una vez”, eventualmente du-
fechada e inminente, constituyen efectos simé- rante una de las varias edades, hubo un tiem-
tricos (hacia el futuro) de la misma tendencia. po bendito en que todo se lograba en todas las
ocasiones, y que esta afortunada igualdad fue
4. Las virtudes del tiempo destruida para siempre por una culpa humana
(desobediencia a una orden divina, profana-
Varios mitos (narraciones, fábulas,
ción de un alimento, rechazo de limosna y en
etc.) presuponen o desarrollan la creencia -la
general perversión);
“constatación”- de que los diversos momentos
b) cada cosa tiene su “tiempo normal”
del Tiempo son favorables, de una manera de-
sigual- a la actividad humana o divina; otros (momento, duración) no solamente con rela-
mitos presuponen o desarrollan la creencia de ción a la acción del hombre, sino en el propio
que cada cosa debe hacerse “en su tiempo”: interior del sistema del mundo; de aquí surgen
a) El tiempo favorable o desfavorable: los mitos re1ativos a los acontecimientos “fue-
días, meses, estaciones, favorables o nefastos; ra de estación”, AOHA Y AOROY: muertes
tabúes; vivir “un buen día”; influencias de las precoces (que producen a menudo peligrosos
fases de la luna (etc.) en el éxito; tiempo favo- demonios), embarazos prolongados más allá
rable para augurios, votos, sacrificios; calidad, de la norma, presagios deducidos de anoma-
sensibilidad especial de ciertas horas, medio- lías temporales (árboles que florecen en in-
día, medianoche… (respecto al espacio, los lu- vierno, el Sol que aparece de noche…), series
gares en varias formas favorables, los “lugares fuera de lo normal etc. El “pasado muy anti-
malvados”…). guo” y “el porvenir muy lejano” que constitu-
b) El tiempo oportuno o inoportuno: yen las dos mitades del Gran Tiempo, y en que
se pasa insensiblemente de hechos que derivan se sitúan el comienzo y el fin del mundo, en es-
de la experiencia (prudencia humana) a he- te sentido, a menudo son opuestos a “nuestro”
chos místicos; para toda acción existe una tiempo: el período de la creación “desde la na-
116 / Fernando Botero y Lourdes Endara (Compiladores)

da”, de la abundancia desordenada, en que to- favorables) señalados anteriormente (la luna
da monstruosidad era natural o, según la frase creciente o menguante…) se justifican gracias
señalada por Lévy-Bruhl, tiempos en los cua- a esta potencia atribuida a la simultaneidad
les lo extraordinario era la regla”; épocas en (una empresa que arranca “con la luna” puede
que una acción en determinado individuo crecer con la luna…). Desde luego, pueden
conllevaba consecuencias “morfogenéticas” en prevalecer también otros “principios” opues-
toda la especie, etc. Esa era se encuentra de es- tos a estos (una empresa que comienza con la
ta manera separada de convulsiones y desas- luna LLENA conserva hasta su final esta “ple-
tres escatológicos, en virtud de un período de nitud” innata…).
“causalidad normal” que aparece generalmen-
te establecida gracias al esfuerzo victorioso en 5. Los mitos y la vida
un regulador (dios o héroe) o por medio de un Una categoría de ritos ocasionales tiene
pacto entre adversarios míticos. En todo caso, en la actividad social, una importancia igual a
esta separación viene a ser totalmente relativa, la de los grandes ritos periódicos que sostie-
ya que, incluso al interior de “nuestro” tiempo, nen al calendario: se trata de mitos relativos al
lo sobrenatural conserva en alguna medida su nacimiento, el crecimiento, la decadencia, la
plasticidad, y M. Preuss (DER RELIGIOSE muerte del individuo. Ellos vienen acompaña-
GEIIALT DER MYTHEN, Tübingen 1933, p. dos de mitos para los cuales sigue siendo váli-
39), ha observado muy acertadamente que do el Tiempo mítico ya definido, enriquecién-
muchas de las catástrofes monstruosas atri- dolo con algún otro rasgo. Hasta ahora hemos
buidas al URZEIT (diluvios) son la transposi- visto en el Gran Tiempo, sobre todo un “depó-
ción amplificada, a “hechos” antiguos, de las sito”, conservador de seres y actos. Desde otro
“preocupaciones”, los “temores” que siguen punto de vista el Tiempo mítico es una fuerza
persiguiendo a los hombres (inundaciones…) que hace envejecer, que marchita, destructora
y contra los cuales tienen la esperanza, pero y causa fundamental de las decadencias indivi-
sin seguridades, de precaverse. duales que llenan el tiempo ordinario. No es
Se trata de una modalidad del tiempo una casualidad el hecho de que la (tardía) per-
particularmente eficaz: es la SIMULTANEI- sonificación del Tiempo sea generalmente un
DAD, que instituye una especie de semejanza, anciano, a menudo idéntico a la personifica-
y a veces una identidad: el mito, la fábula ad- ción de la Muerte; ni que en los comienzos de
miten que dos profesiones, dos actividades ini- la primavera “el joven” (o los jóvenes) eche ri-
ciadas juntas quedan solidarias hasta el final tualmente al “Viejo” o la “Vieja”, etc. Compáre-
(dos héroes, o un héroe y un animal nacidos se el iraní Zrvan con el griego Kronos, del cual
en el mismo momento tienen destinos simila- Emile Benvenisíe demostró el origen común
res y a menudo entrelazados); o bien la magia, partiendo de una radical que significa “consu-
estableciendo una estrecha solidaridad entre mir”.
dos seres, los obliga a una significativa simul- Este nuevo elemento tiene un papel
taneidad: el “indicio de vida” dado por un hé- esencial en la mayoría de las mitologías. He
roe a su hermano antes de separarse, se obscu- aquí algunas de sus principales intervenciones:
rece en el momento exacto en que el héroe
muere (compárese con el tema del alma exte- a) Hay mitos en que un héroe lucha y derro-
rior); parte de los “tiempos favorables” (o des- ta a la Vejez, o a la Muerte (personificada):
Mito, rito, símbolo / 117

Heracles contra los Keres; en los cuentos, tidumbre: según el EDDA, Thor es un
(véase Hdwb. der deutschen Märchen, I, guerrero en la plenitud de su juventud;
445); para los campesinos noruegos, juzgando
b) Hay los mitos de supervivencia (provisio- el asunto en base a las supervivencias fol-
nal o definitiva) en el Más Allá, después de klóricas y los préstamos lapones, es un an-
la muerte del cuerpo; los mitos de resu- ciano.
rrección; las concepciones cíclicas de la vi-
da (nacimientos y muertes alternados, 6. el tiempo de las fábulas
metempsicosis…); Anteriormente pretendimos afirmar
c) Hay los mitos que explican el origen de la que el paso del mito a la fábula es impercepti-
muerte; ble; los mitos abandonados evolucionan lle-
d) Hay, con sus correspondencias míticas, las gando a ser cuentos de hadas, y los procedi-
técnicas (lícitas e ilícitas) que permiten mientos, los “clichés” de los cuentos fluyen
prolongar la vida por cierto tiempo (no- nuevamente, sin descanso, en el lenguaje fabu-
muerte) o para siempre (inmortalidad), loso de los mitos. Es así como el “Tiempo de
con o sin la detención del envejecimiento, los cuentos” no es diferente del “Tiempo de los
con o sin rejuvenecimiento, etc. (técnicas mitos”. Cuando más podemos señalar dos ma-
de Vida Alargada, búsqueda o prepara- tices de diversidad:
ción, hurtos y reconquistas de las pocio- a) la división del Tiempo mítico en “co-
nes que dan inmortalidad; sacrificios de mienzo” y “final”, no tiene gran aplicación en
sustitución. . . ), y, paralelamente, las téc- los cuentos, para los cuales son suficientes ex-
nicas destinadas a apurar la muerte y la presiones indefinidas, introducciones “passe-
decrepitud; partout” (buenas para todo) como las estudia-
e) Hay los mitos que traducen en términos das por J. Polivka (“un cierto día”, “un tiempo”,
de vida (nacimiento, crecimiento, enveje- “hace mucho”…);
cimiento, muerte, renacimiento, etc.) los b) la fábula, a diferencia del mito, no
grandes fenómenos naturales periódicos: está orientada hacia la acción: el que recita y el
el nacimiento diario (o anual) del sol, que oye una fábula no desean intervenir místi-
“pathemata” de la Luna, duendes de la ve- camente (participación, conmemoración evo-
getación que mueren y resucitan . .; cadora, preparación) en la vida del mundo; al
f) Finalmente, existe la equivalencia, casi ge- contrario intentan gozar con satisfacciones
neralizada, entre “inmortal” y “dios”, y es- imaginativas que los compensen de la medio-
ta inmortalidad divina puede ser tanto in- cridad de su propia potencia; ellos juegan, y lo
nata, como adquirida. Todo dios inmortal hacen libremente; o bien el estilo de las fábulas
está, por supuesto, inmovilizado en deter- exagerará e ilustrará con detalles pintorescos,
minada era, con relación al rol que se le las diferencias entre el tiempo ordinario y el
atribuye en los mitos: Urano, Cronos, el “otro Tiempo”: el aspecto más singular será el
Halios Geron SON unos ancianos; Eros y más aplaudido. No queremos volver a hablar
Ganimedes unos niños; Afrodita y Arte- de grupos de temas míticos ya mencionados,
mida unas muchachas jóvenes; las tres que las fábulas presentan simplemente ador-
“Moiras” no tienen la misma edad. Por su- nados por detalles pueriles y maravillosos al
puesto, a menudo se observa cierta incer- mismo tiempo (vida prodigiosamente larga,
118 / Fernando Botero y Lourdes Endara (Compiladores)

crecimientos desmesuradamente rápidos, bús- ob. cit., nn. H 109-1109). En ciertos casos ex-
queda de pociones de vida o de juventud, si- tremos hay incluso trabajos instantáneos, fa-
multaneidad y solidaridad…). Nos limitare- bricaciones “desde la nada”… E inversamente:
mos a mencionar algunos temas pertenecien- “tedious tasks” (ib., H. 1110-1111), el trabajo
tes a la fábula propiamente (lo cual no les im- de Penélope, etc.
pide ocasionalmente enriquecer a los mitos: d) las astucias contra el tiempo-marco:
(véase Sébillot, “LES INCIDENTS DES CON- una de las más comunes consiste en hacer jue-
TES POPULAIRES DE HAUTE- BRETAGNE, go de palabras con el doble sentido que en
R.T.P., VII, s.v. “temps”; R. Kólher, KLEIN. muchas lenguas asume la palabra “día”: 24 o
SCHRIFTEN, ed. Bolte, II, pp. 224 y sig; 406 y 12 horas; de esta manera es posible doblar el
sig.) tiempo (Micerino: Heródoto, II, 133) o al con-
a) el tiempo de un ser, o de algunos se- trario, reducirlo a su mitad (en muchas narra-
res, inmovilizados por medio de un hechizo ciones el diablo concede diez años de tiempo,
mientras el tiempo de los demás sigue fluyen- y en cambio en la práctica concede cinco); o
do (La Bella Durmiente en el Bosque, Los Sie- bien se juega con el singular y el plural: un hé-
te Durmientes, Barbarroja…) “no existe el roe irlandés, a quien el padre concedió hospe-
tiempo (ni nacimiento, ni muerte), en el otro daje “por el día y la noche”, lo obliga el día si-
mundo”; véase Hartand, “SCIENCE…”, ob. guiente a abandonar definitivamente su casa
cit., p. 194; con el pretexto de haber agotado el tiempo con
b) las evaluaciones extraordinarias del un día y una noche.
tiempo: años (o siglos…) transcurridos en el Hay más: en algunas fábulas, el cuento
otro mundo (o durante un sueño mágico, u define (como pacto, como prueba…) un mo-
oyendo el canto de un ave…) que “parecían mento “imposible de encontrar”, un momento
días”; ver Stith Thompson, MOTIF- INDEX fuera del tiempo: cierto ser no puede ser ma-
OF FOLK- LITERATURE (1934) n. S 2011; tado ni de día ni de noche (o no puede venir ni
Aarne Thompson. MARCHENTYPEN… de día ni de noche, etc.); o: lo mismo, ni con
(1928) n. 470 (tercer episodio). Inversamente luna creciente ni con luna menguante, etc.; se
“un instante vale como unos años” (en un trata de uno de los comunes “klugheitspro-
cuento árabe el rey cuando coloca la cabeza ben” de los cuentos estudiados por Jan de
debajo del agua, imagina adquirir “la expe- Vries, en DIE MÄRCHEN VON DEN KLU-
riencia de muchos años”), St. Thompson, ob. GEN RATSELLOSERN (F.F.C., 73, 1928, espe-
cit., n. D 2012; en los duendes acuáticos (del cialm. pp. 202 y seg.; véase también el pacto
Bohmerwald) “los días parecían años”; ib. n. F (en las versiones épicas) entre Indra y Vritra;
420. 4. 2.; una persona resucitada se escribe: véanse las expresiones “En la calendas griegas”,
“Que largo dormí”, ib., n. E 175; todos los días 36 del mes…)
c) las artimañas contra el tiempo nor- Con tales esfuerzos de la imaginación
mal: una tarea que normalmente necesitaría para “disfrazar” o “componer” el tiempo, hay
un tiempo muy largo, es impuesta a un perso- que comparar análogos esfuerzos (fábulas,
naje que debe llevarla a cabo en un tiempo prácticas mágicas) destinados a “componer” el
muy limitado: gracias a la ayuda de hadas, espacio (La Botas de las Siete Leguas; las accio-
duendes, animales llenos de gratitud, u objetos nes hechas desde gran distancia, a control re-
mágicos, él logra cumplirla (St. Thompson, moto; se cambia el “mundo”, se envía o se di-
Mito, rito, símbolo / 119

suelve el hechizo por medio de rumbos insóli- to adecuado para explorar tanto el Tiempo co-
tos del gesto o la mirada: mirar detrás de uno mo el Espacio: permite ver las cosas presentes
virando la cabeza, o doblándola entre las rodi- y normalmente invisibles; las cosas actuales y
llas…; en las fábulas de la “huida mágica” los lejanas y las cosas futuras (el futuro esposo…);
objetos que el héroe lanza detrás de su espalda véase St. Thompson, ob. cit., nn. D 1825. 1 y 2
crean en el paisaje unos cambios aparentes, (ver N 533.2); ver también a Delatte, LA CA-
que desvían a los perseguidores…). recorde- TAPTROMANCIE GRECQUE ET SES DERI-
mos por último el ESPEJO mágico, que tan a VES (1932).
menudo interviene en los cuentos, instrumen-

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