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UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE

FACULTAD DE QUIMICA Y BIOLOGIA


DEPARTAMENTO DE BIOLOGIA

Biología Vegetal
Pedagogía en Química y Biología

Introducción teórica de trabajos prácticos 1-2021

Profesores:
Adriana Pineda
adriana.pineda@usach.cl

Rodolfo Parada
rodolfo.paradaf@usach.cl

Alberto González
alberto.gonzalezfi@usach.cl
Unidad 1: ESTRUCTURA Y ANATOMIA VEGETAL

Práctico 1. Célula, tejidos y órganos


MICROSCOPÍA MODERNA. Desde 1660 hasta la actualidad el microscopio óptico ha
sido el pilar fundamental en el conocimiento de lo invisible. Aunque su poder de resolución
aumentó a través del tiempo (con la mejora en la calidad de las lentes) al igual que el poder
de magnificación, su factor limitante fue la longitud de onda de la luz. En 1930 el mundo
submicroscópico se amplió con la aparición del microscopio electrónico cuya ventaja
principal con respecto al microscopio óptico es un aumento de 1000 veces en la
magnificación del material observado acompañado de una mayor capacidad de resolución
generando una mejor definición y una ampliación del mundo microscópico.

DNA, virus y pequeños organelos fueron observadas por primera vez con este microscopio.
La mayoría de los pioneros en la microscopía electrónica en biología siguen vivos y los más
importantes son: Albert Claude, Don Fawcett, Earnest Fullam, Charles Leblond, John Luft,
George Palade, Daniel Pease y Keith Porter. Claude y Palade recibieron el Premio Nobel
de Medicina en 1974 por sus logros en biología celular utilizando el microscopio electrónico.

Existen dos tipos básicos de microscopios electrónicos los cuales fueron inventados al mismo
tiempo pero tienen diferentes usos. El microscopio electrónico de transmisión (MET)
proyecta electrones a través de una fina capa de tejido o material a observar produciendo una
imagen en dos dimensiones sobre una pantalla fosforescente. El brillo en un área particular
de la imagen es proporcional al número de electrones que son transmitidos a través del
material. El microscopio electrónico de barrido (MEB) produce una imagen que da la
impresión de ser en tres dimensiones. Este microscopio utiliza dos o tres puntos de la muestra
donde llegan los electrones que escanean la superficie del espécimen a observar y salen del
espécimen como electrones secundarios siendo detectados por un sensor. La imagen se
produce como el espécimen entero, a diferencia del MET donde la imagen corresponde sólo
a los electrones transmitidos.

LA CÉLULA VEGETAL. Este tipo celular se diferencia de la célula animal por la presencia
de pared celular, grandes vacuolas, plastidios y ausencia de centríolos. Cada una de estas
estructuras cumplen una función biológica específica, por ejemplo, la pared celular le
confiere a la célula rigidez y funciona como una barrera entre el citoplasma y el medio
circundante. Estas estructuras pueden ser observadas mediante el microscopio óptico. Este
instrumento que está constituido básicamente por 2 lentes convergentes, el objetivo que se
coloca cerca del objeto y el ocular por el cual se observa; la combinación de ambos permite
obtener una imagen virtual del objeto, de mayor tamaño e invertido.

Una herramienta muy útil es el uso de sustancias coloreadas, tales como hematoxilina, eosina,
azul de toluidina, las que permiten una tinción diferenciada de estructuras celulares.
Mediante la observación al microscopio óptico es posible observar células vegetales
especializadas, como las células guardianas y los tricomas. Las células guardianas rodean el
poro estomático, se originan de una célula epidérmica troncal las que por mecanismos aún
desconocidos se diferencian y cumplen una función determinada. Los estomas son los
encargados del intercambio gaseoso entre el espacio aéreo interno y la atmósfera que rodea
a la hoja (principalmente dióxido de carbono, oxígeno y vapor de agua). Las células
guardianas funcionan como válvulas operadas hidráulicamente y controlan el tamaño del
poro. A los tricomas, por otro lado, se les ha asignado una función protectora contra
patógenos e insectos y un papel en el control de pérdida de agua.

LA RAÍZ. Es un órgano especializado con la función primordial de captar agua y minerales,


además de dar firmeza a las plantas. Es el primer órgano en diferenciarse en las semillas
germinadas, llamado radícula en dicho estadio, en la punta posee una estructura en proceso
de diferenciación llamada coleorhiza, al madurar y formar la raíz esta constituye la caliptra.

Las raíces, a diferencia de otros tejidos constituidos de células vivas no es de color verde,
esto porque sus células no son expuestas a la luz y por ende sus cloroplastos están en la forma
de etioplastos, amiloplastos y cromoplastos. La estructura histológica de monocotiledóneas
es diferente a la de dicotiledóneas, principalmente en la distribución de tejidos.

Las raíces pueden clasificarse de acuerdo a su origen (primarias, secundarias y adventicias)


y de acuerdo a su forma (pivotante, fasciculada y tuberosa).

Apariencia longitudinal Monocotiledónea Dicotiledónea


EL TALLO. Es un órgano aéreo de las plantas y tiene primordialmente la función de sostén
del tejido foliar, transporte de agua y nutrientes (fotosintatos) mediante el tejido vascular
(xilema y floema) entre raíces y hojas, además de transportar moléculas de señalización como
hormonas y factores de respuesta medioambientales, como el ácido salicílico por ejemplo.
Su estructura es fácilmente distinguible del tejido foliar y radicular, y además puede o no
tener crecimiento secundario (leñosas). Reacciona a la luz con un fototropismo positivo y
con un geotropismo negativo.

El tallo puede separarse en diferentes zonas especializadas (componentes):

1. Vástago: es el eje principal y deriva del hipocótilo del estado embrionario (el hipocótilo
es la zona bajo el cotiledón de un embrión).

2. Tallos secundarios: son las llamadas ramas.

3. Nudo: es el punto donde nacen las hojas, en él hay una zona de tejido meristemático que
da origen al tejido foliar.

4. Entrenudo: corresponde al espacio entre dos nudos en el vástago o en tallos secundarios.

5. Yemas: se les conoce así específicamente al tejido meristemático de nudos y apical de


brote, incluye a pequeñas hojas a punto de crecer conocidas como primordio foliar.

Además existe una clave taxonómica de clasificación basada en la ramificación, dentro de


ellas encontramos ramificaciones dicotómicas, monopodial y simpodial.

La estructura histológica de los tallos es distinta en monocotiledóneas y dicotiledóneas, y se


diferencian principalmente es la distribución de los tejidos.

Meristema apical de brote Monocotiledónea Dicotiledónea


LA HOJA. Es un tejido especializado en captar la luz y dióxido de carbono en las plantas
vasculares. Su estructura puede ser laminar o acicular y contienen células ricas en
cloroplastos, también tiene un tipo celular llamado estoma, formado por 2 células llamadas
células de guarda o guardianas, que mediante cambios iónicos permiten la entrada de aire y
salida de agua (evapotranspiración).

Histológicamente es un tejido bastante complejo en cuanto su distribución, y se compone a


grandes rasgos por células del mesófilo (esponjoso y empalizada), tejido vascular, estomas,
cutícula y cera; en algunos casos también hay células especializadas que forman tricomas.

Las características de las hojas también pueden considerarse una clave taxonómica, debido a
tres características principales:
1. Forma: esto constituye la forma global de la hoja.
2. Borde: constituye la forma del borde foliar.

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3. Venación: constituye las distribución de las nervaduras (haces vasculares).
LA FLOR. Es un conjunto de estructuras fértiles y estériles que se ubican en un receptáculo sobre
un pedicelo. Generalmente las flores están formadas por un verticilo externo o cáliz, formado por
los sépalos y un segundo verticilo o corola. Ambos constituyen el periantio o verticilos estériles,
que pueden estar ausentes. Si tanto el cáliz como la corola tienen un aspecto similar, sus elementos
se denominan tépalos, y a su conjunto, perigonio.

Los verticilos internos son los reproductores: al conjunto de estambres se le llama androceo y al
de los carpelos se le denomina gineceo. Los estambres están formados por filamento y antera, la
que se encuentra constituida por dos tecas unidas por tejido conectivo. En cada teca se encuentran
dos sacos polínicos en cuyo interior se forman granos de polen.
EL FRUTO. Según su concepto botánico, es cualquier clase de ovario maduro, en el que están
formadas las semillas, e incluye diversas estructuras como vainas de poroto, zapallo, pepinos,
tomates, granos (arroz, maíz, trigo).

La pared madura del ovario en el fruto se denomina pericarpio; su estructura varía mucho en las
diferentes clases de frutos. En algunos pueden distinguirse claramente tres capas: una externa,
denominada exocarpo o pericarpo, una interna, el endocarpo y una posición intermedia, el
mesocarpo.

El exocarpo, aunque a veces más complejo, aparece frecuentemente constituido por una sola capa
de células epidérmicas, a veces cutinizadas y a veces pilosas.

El mesocarpo, o capa media que pude ser delgada o presentar varios centímetros de espesor.
Generalmente posee haces vasculares y en algunos frutos es carnoso.

La estructura del endocarpo igualmente varía mucho en los diferentes frutos; a veces está formado
por una sola capa de células y en otra por varias. En algunos frutos el endocarpo es muy consistente
o duro; mientras que en otras es carnoso. Estas tres capas están bien diferenciadas en el durazno.
En este fruto monocarpelar se distingue: el exocarpo, que es la cubierta suave, pilosa, separada al
pelarlo; luego se presenta el mesocarpo, en este caso tan desarrollado, carnoso y lleno de jugos,
que se llama sacocarpo; y finalmente, en endocarpo, modificado en un conjunto de estratos,
celulares de consistencia durísima, pétrea, que constituyen lo que comúnmente se llama hueso o
cuesco de estos frutos.

El pericarpio de las poáceas (gramíneas), en general, además de ser muy delgado está íntimamente
soldado con la semilla.
Los frutos procedentes de un ovario ínfero, el tubo floral puede persistir en el fruto, formando
las capas más externas del mismo. En tales casos el pericarpio soldado con el tubo floral puede
ser difícil de diferenciar. Se establece que los frutos en general pueden clasificarse en tres
grupos:

FRUTOS SIMPLES: Son los procedentes de un solo pistilo (sencillo, compuesto) y por lo
tanto están constituido por un solo ovario maduro junto con cualquier otra estructura
accesoria asociada con el ovario. Se clasifican en:

1. Frutos monocárpicos: provienen de un gineceo monocarpelar.


2. Frutos policárpicos: provienen de un gineceo policarpelar.
Puede ocurrir que entre los carpelos de un fruto policárpico se establezcan adherencias,
soldaduras contraídas durante su desarrollo, las cuales son causa de que, más tarde, el fruto
quede formado por un sólo cuerpo, constituido por dos o más carpelos concrescentes. Este
fruto se denomina sincárpico. Cuando los carpelos se mantienen libres se denomina fruto
apocárpico.

Gineceo Gineceo Gineceo Gineceo Gineceo Gineceo Gineceo


monocárpico policárpico policárpico policárpico policárpico policárpico policárpico
apocárpico sincárpico sincárpico sincárpico sincárpico sincárpico

FRUTOS AGREGADOS: Constituido por la agrupación de ciertos número de ovarios


maduros formando una unidad sobre un receptáculo común, junto con las estructuras
accesorias que puedan hallarse presentes, todos ellos desarrollados a partir de una única flor
con muchos pistilos separados, como ocurre en la zarzamora y la frambuesa. Se clasifican
en:

1. Poliaquenio (aquenodio, achenecetum): se forman varios frutos secos e indehiscentes


de tipo aquenio en la misma flor. Procede de un gineceo apocárpico súpero. Aparecen
por ejemplo en las familias rosáceas, ranunculáceas, alismatáceas, etc.
2. Polibaya (baccario, baccacetum): se forman varios frutos carnosos de tipo baya en la
misma flor. Procede de un gineceo apocárpico súpero. Es común en el género Actaea.

3. Polifolículo (follicetum): se forman varios frutos secos y dehiscentes de tipo folículo


en la misma flor. Procede de un gineceo apocárpico súpero. Aparecen por ejemplo en
las familias ranunculáceas, magnoliáceas, etc.

4. Polidrupa (drupecetum): se forman varios frutos carnosos y con endocarpo pétreo de


tipo drupa en la misma flor. Procede de un gineceo pluricarpelar apocárpico súpero.
A cada una de las unidades se les denomina drupéolas. Aparecen por ejemplo en la
familia de las rosáceas.

5. Polisámara (samaracetum): formada por numerosos frutos secos indehiscentes


provistos de prolongaciones membranosas de tipo sámara. Procede de un gineceo
apocárpico súpero. Es típico del género Liriodendron.

6. Un caso particular es el de la chirimoya (Annona cherimola), que originalmente es


una polibaya pero en la madurez se sueldan las bayas y se hacen concrescentes en una
única unidad, siendo reconocibles los carpelos exteriormente por las escamas.

FRUTOS COMPLEJOS: Son los que además del ovario maduro se desarrollan otras partes
de la flor para constituir una unidad. Existen muchas variaciones. Su sistematización es
complicada y a menudo se pueden incluir en otros tipos de frutos simples. Se pueden
clasificar en:

1. Balaústa: fruto sincárpico, procedente de un ovario ínfero, de carpelos dispuestos en


dos estratos, con el pericarpio coriáceo y el interior dividido en cavidades mediante
tenues telillas, indehiscente y repleto de multitud de semillas de episperma jugoso.
De estructura muy compleja. Es el fruto característico de la granada (Punica
granatum).
2. Cinorrodón: es un fruto constituido por un tálamo profundamente acopado, acrecido
y de color rojizo que encierra en su interior diversas núculas o aquenios. Es propio de
las rosas y escaramujos.

3. Diclesio o diclesis: ciertos aquenios o núculas protegidos por el periantio o alguna


parte de este (el cáliz habitualmente), como ocurre en algunas quenopodiáceas.

4. Diplotegio: cápsula procedente de un ovario ínfero, como la de los géneros Iris y


Narcissus, que resulta protegida por dos cubiertas: la carpelar propiamente dicha y la
axial.

5. Erizo: aquenio encerrado dentro de un involucro de brácteas espinosas. Es la


denominación vulgar del fruto de varias plantas (compuestas, umbelíferas,
cigofiláceas, o borrajas, como el cadillo, el abrojo, el lampazo y otras brozas) cuyas
semillas, involucro floreal, y a menudo también hojas y frutos, se pegan fuertemente
a la ropa y sobre todo al vellón de las ovejas

6. Frutos con arilo: en algunos frutos, como ocurre en el litchi (Litchi chinensis), aunque
aparentemente frutos carnosos, son en realidad frutos secos pero en los que la parte
jugosa corresponde a otras partes distintas al pericarpo, como el arilo que rodea al
fruto.

7. Glande: aquenio policarpelar de gran tamaño y de pericarpio coriáceo, envuelto en


mayor o menor grado, alrededor de su base, por una pieza axial, acrescente, la cúpula.
Vulgarmente se denomina bellota.

8. Pomo: fruto procedente de un ovario sincárpico e ínfero, generalmente pentacarpelar;


tiene forma redondeada o piriforme, y es carnoso e indehiscente, con la parte central
dividida en tantos compartimentos como carpelos, de consistencia coriácea o de
pergamino y con pepitas (semillas). En la formación de este fruto, que es
característico de la pomoideas (manzanas, peras, membrillos, etc.) toma especial
importancia en tálamo que crece considerablemente rodeando al ovario.

9. Pseudocarpo: la fresa es un caso especial de eterio (poliaquenio) donde el tálamo se


desarrolla extraordinariamente durante la maduración y constituye un cuerpo carnoso
comestible, de forma cónica, color rojo y sobre el cual de disponen los verdaderos
frutitos, aquenios.

10. En algunas dipsacáceas, como los farolitos (Scabiosa sp.), el cáliz está rodeado por
un conjunto de brácteas que se sueldan y crecen con la maduración del fruto,
constituyendo estructuras a modo de paracaídas para dispersarlos por el viento.
11. Nuez alada: algunas especies poseen nueces con una gran bráctea a modo de ala, es
el caso del género Carpinus.

12. En los lotos (Nelumbo sp.) el fruto es una especie de poliaquenio pero que en la
madurez cada uno de los aquenios quedan encerrados parcialmente por el receptáculo
que los embute, formando una estructura cónica y esponjosa que sirve para su
dispersión flotando en el agua.

FRUTOS COMPUESTOS: También son conocidos como sincárpicos o infrutescencias. En


estos frutos, todas las flores de una inflorescencia participan en el desarrollo de una estructura
que parece un solo fruto pero que en realidad está formada por muchos frutos. En ocasiones
participan otras partes de la flor o incluso el mismo eje de la inflorescencia en su desarrollo,
por lo que estaríamos tratando también de frutos complejos. Se clasifican en:

1. Carcérulo: en los tilos los frutos son secos e indehiscentes y desarrollados a partir de
ovario de varios carpelos soldados; se trata de frutos de tipo nuez que se dispersan
todos juntos ayudados por una gran bráctea que actúa como ala para ser empujada por
el viento.

3. Sicono: en la higuera (Ficus sp.) los frutos son aquenios, pero la parte carnosa y
pulposa corresponde al eje de toda la inflorescencia, que se ha convertido en una
estructura casi cerrada excepto por la presencia de un poro, este tipo de fruto
particular, o mejor infrutescencia, se denomina sicono.

4. Sorosis: en las moreras (Morus sp.) todas las flores de la inflorescencia contribuyen
al fruto, pero la parte carnosa corresponde a las piezas periánticas que se vuelven
carnosas, constituyendo el conjunto una unidad o infrutescencia llamado vulgarmente
mora, pero técnicamente denominado sorosis.

5. Zurrón: involucro espinoso que recubre la infrutescencia del castaño.


El término fruto accesorio se aplica en ocasiones aquellos frutos en los cuales una parte
importante del fruto maduro no procede del ovario. Este tipo no constituye una clase de
frutos diferente de los anteriormente mencionados, sino que se halla presente en los tres
grupos. Así, el fruto simple de la manzana, el fruto agregado de la fresa y el fruto
múltiple del moral, son todos ellos frutos accesorios. Casi toda la parte carnosa de una
manzana está constituida por las bases engrosadas de los sépalos, pétalos y estambres;
la parte carnosa de la frutilla está constituida por el receptáculo; y en la mora los sépalos
carnosos forman una parte considerable del fruto.

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