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ISSN 0325-2221 iedad Argentina de Antropologia. T. XIV, Ne 1, N.S. Bs. As., 1980 SION Y CRONOLOGIA DE LAS URNAS INTURAS EN EL NOROESTE ARGENTINO Lidia Baldini * es cinturas han sido mencionadas en la literatura arqueolé- oroeste argentino, desde las primeras investigaciones realizadas 1907, F. Outes describe una pieza cuyo cuerpo presenta tres te de Loma Rica —bajo el rétulo de “Urnas con detalles ex- cando que es Ja primera en su tipo que se da a conocer. io, J. Ambrosetti afirma que las urnas de tres cinturas son Paya, planteando su derivacién de las urmas de tipo santa- birlas expresa “...se dividen en cuatro partes bien marca- tamafio proporcionado, donde se halla cominmente dibujada as de igual ancho, que se hallan cubiertas de climankisto- ferior dl cuerpo, siempre roja, presenta la decoracién de los .”y poseen ademis “.. .pequetias trenzas verticales que pa- iS diminutas en la regién debajo del borde. La omamentacién ” (Ambrosetti, J. 1907:398-400). lace referencia este autor, en la misma obra, a un tipo de urna | Tepresentacién antropomorfa, que habia registrado en Pampa hallazgos de La Paya, y los efectuados mds 0 menos contem- §, Debenedetti en Kipén (Debenedetti, S., 1908}, los tinicos Momento, ambos autores mencionados coincidieron en con- $ de tres cinturas como un tipo especial, y limitado en su cio comprendido entre Kipén y La Paya. Posteriores a éstos, en los que se retoma el andlisis de las inturas, se tuvieron en cuenta los mismos hallazgos de Ambro- tti; acordando Jos autores en la semejanza y filiacién cultural $ poseen con las de tipo santamariano (O. Bregante, 1926; W. , 1948), haciendo notar, sin embargo, que constituyen una mo- lar. A, Serrano (1958}, por su parte, enfatiza en la diferencia CONICET. Director: Dr. R. Reffino. Plata. Divisién arqueologia. —49— observable entre las urmas de cinturas de La Paya y Pampa Grande y sui analogas del valle de Santa Marfa, SITIOS DEL VALLE CALCHAQUI DONDE SE EXHUMARON URNAS DE TRES CINTURAS 1) Puerta de La Paya En la tradicional “Ciudad Prehistérica”, J. Ambrosetti hallé, a principios de siglo, un porcentaje relativamente alto de urnas de tres cinturas, o frag- mentos de ellas, que enumeramos sucintamente: Hallazgo 35 (CCV): urna de tres cinturas, tapada con un puco, y contenien- do restos de un parvulo, fragmentos de cuerdas y de dos tipos de tejidos; junto a ella se encontré otra urna, decorada en negro y rojo (N° 2.072 y 2.073). Hallazgo 57 (CCVI): en el angulo este de una habitacién se encontraron tres urnas, dos de las cuales pertenecen al tipo de tres cinturas (N? 2.069 y 2.070); (Ambrosetti, J., 1907: figs, 213 y 214), Hallazgo 64 (LIl): dentro de un “pozo pircado”, se descubrié una urna de cinturas cubierta por un puco pintado, Hallazgo 112 (CXCI); tumba de paredes de picdra conteniendo once indivi- duos distribuidos por grupos; uno de Jos esqueletos situados al este tenia el créneo cubierto con un fragmento de urna de cin- turas. Hallazgo 131 (CLXXXIX): sepulcro de grandes dimensiones, construido con paredes de piedra, que contenfa cinco individuos y abundante ajuar funerario, entre el que se contaba una uma de tres cintu- ras, fragmentada, Hallazgo 153 (CCXVIIL); tumba de paredes de piedra que se hallé saqueada, pero conteniendo ain, entre otros objetos, una urna de cinturas (N° 1,802). Hallazgo 154 (CCXXIV): urna de tres cinturas, hallada fragmentada junto a otra de tipo saniamariano, en el Angulo de una habitacién |, Una Ultima uma de tres cinturas de este sitio fue hallada de modo casual, desconociéndose sus condiciones de yacimiento y asociaciones, Pertenece al Museo Arqueoldgico de Cachi (M.A.C.) (N? 262), La frecuencia relativamente alta con que las umnas de tres cinturas estén representadas en Puerta de La Paya esta atestiguada, ademds, en los depésitos de basura que se encuentran entre los recintos habitacionales del sitio. En el afio 1981, nosotros excavamos en algunos de ellos, obteniendo fragmentos de estas urnas en casi todas las capas culturalmente fértiles —capas 2, 5, 9, 11, 12, 14 y 15 de la Estratigraffa 2, y en las capas 1, 6, 7, 12 y 13 de la Estratigrafia 1 En la descripcién que haremos mis adelante de un grupo de piezas, sélo tendremos en cuenta las que por haber sido ilustradas permiten determinar sus caracteres morfologicos y decorativos. m= ocian permanentemente a tiestos de alfareria santamariana, ida, restos de camélidos y, en las capas mis profundas de 2 abundante mafz carbonizado de cinco variedades®, desta- de alfareria de filiacién inca, {igraffas se observaron tres niveles de depositacién natural, los se seleccionaron muestras de carbén, que actualmente se cavaciones efectuadas en este sitio, situado a pocos kiléme- Molinos, se extrajeron urnas para pérvulos de tipo santa- y, en el Entierro N° 10, una urna de tres cinturas (Raffino, R., sur, E.: 1976; Raffino, R. 1982). procedentes de El Churcal, fueron descubiertas de modo een una, al Museo de fa Parroquia de Molinos (M.P.M.), y la de Salta. ite las excavaciones que en este sitio practicara S. Debenedetti se cinturas, junto con una olla negra y un vaso zoomorio. ; fig. 14). infas de Cachi, se hallé de modo casual en el sitio Tero, una : (N° 2.349-M.A.C.). En posteriores excavaciones realizadas personal de ese Museo se extrajeron ejemplares similares. ién Bravo de Cafayate, hemos tenido oportunidad de obser- relativamente numerosa de urnas de cinturas. Si bien no acién acerca de su exacta procedencia, sabemos que fueron Tos alrededores de la localidad de Cafayate. de urnas que estudiamos, se compone de piezas provenientes de sitios arqueolégicos del valle Calchaqui, sin embargo ten- posteriormente, otras halladas en zonas ajenas a ese valle. de las piezas la efectuamos por medio de la presencia 0 serie de rasgos, Antes de enumerar esos rasgos explicitaremos para definirlos, orientamos y segmentamos a la pieza. Consi- no vertical que, pasando por las asas, divide a la vasija en dos ‘perfiles; otros planos, horizontales, que cortan a Ja pieza a la mos nuestro agradecimiento al Ing. J. Camara Herndndez, quien analizé las iz, y determiné las variedades. = 7 20R0E CUELLO SUPERIOR MEDIO CUERPO INFERIOR 4 Fiouna 1; Modelo de segmentacién de una uma. altura de los puntos caracteristioos del contorno (terminales, angulares, de inflexi6n, eto.) la segmentan en los sectores ilustrados en Fig. 1. ‘Una vez orientada y segmentada la pieza, definimos todas las caractoristicas que, para cada sector morfoldgicamente definido, se registran en la muestra, com siderando dos grandes categorias: morfologia y decoracién. MORFOLOGIA: 1, cuerpo: de contorno complejo, se caracteriza por Ja presencia de mas d una entrada en el contorno, que delimitan otros tantos sectores —a los que denominamos inferior, medio y superior— que son secciones de un ovoide vertical, y de dos elipsoides de eje mayor horizontal respectiva mente. 2 cuello: 2.1, de lados ligeramente céncavos, verticales o suavemente evert do seccién de hiperboloide. 2.9. ausencia de cuello. 3, borde: 8,1. el borde continéa la curvatura del sector inmediatamente 41, sin bruscos contrastes a pesar de Ja presencia de un punt ode inflexién en el contorno. 3.2. el borde es un sector morfolégico netamente diferenciado del sect inferior a él; su inicio esta marcado por una brusca curvature di pared. 4, asas: dos asas de insercién horizontal, y seccién subcircular 0 tangular, inmediatamente debajo del limite entre Tos sectores inf y medio del cuerpo. cavo - convexa. enciada del cuerpo, en el contorno, por la presencia de un angular o de inflexién. ferenciada del cuerpo en el contorno. en los perfiles: pequefias asas trenzadas, y colocadas verti- el sector inmediatamente inferior al borde. enta diferentes motivos, y color de fondo, en cada uno de morfoldgicos, El inferior con 4ngulos superpuestos, el medio tivos geométricos, y el superior con motiyos geométricos 0 representacién antropomorfa similar a la de las urnas santa- nas; ojos, cejas, boca; pero, a diferencia de la variedad de motivos presentan en las “mejillas” de esa cara, las urnas de cinturas m motivo constante, y exclusivo de ellas, compuesto por espi- yerticales, delimitadas por espacios Henos o reticulados de tinta y/o complementa la decoracién del sector inmediatamen- nferior a él, erente, y aislado, de la decoracién inmedintamente inferior a él. al (en los perfiles): al sector inferior del cuerpo. sector inferior del cuerpo y en el cuello, pero nunca en los es medio y superior del cuerpo, que presentan decoracién lisa. geométrica, o elementos geométricos aislados. * , Sobre rojo y negro sobre blanco, alternandose en los sectores \gicos. Cs ‘ las caracterfsticas del anterior, se suma un sector que combina los colores: negro y rojo sobre blanco. , Ae A 0s, estas urnas de tres cinturas son notablemente Fomogéneas, constatado en las piezas que analizamos directamente, o en los os en las estratigrafias que efectuamos en Puerta dé La Paya. s cofiipacta, con antiplistico escaso y de tamajio fino a muy fino; en las zonas adyacentes a las superficies, y gris o gris-negro en el -3— —rS”—”—“—~—— 1 cuavag vaya v1] awounk 73} E No of9 vava vy] S66 ‘Wwounty 13]3%449q" 109 | LOGI" 1339504quy) Yay YT] otoz Lo wavd V1] 6902 > a! a! elalele 34 a ®| ®| @| @| &| 8| ® @ wouni 73) wa uaa] av znez wnovanva] avw siz H|ala|sz[m{[o]l an] ola) e 21 @/@ Q] @!@ | B/ B| @| @| @| @| @ -18|@|e B wore 43q) VIOM1O4ON (ae eee (AES See’ Tie Len re Vor wen ), 7% op ‘ Py yrarsts) ZZ 63 HPM — 2: 215 MAC (Hancagua) y 63 MPM (El Churcal): Modalidad A, 982 MAC (La Paya) y 3 ECH (El Churcal): Modalidad B. Superficies fueron bien alisadas, siendo de color rojizo la interna, que inta decoraciébn, salvo en el sector del borde. a construccién de la pieza se utilizé la técnica de enrollamiento, y los fueron adheridos entre si, pudiendo notarse con nitidez las uniones luperticie interna. Las asas son remachadas, términos generales, estas urnas poseen-una calidad técnica superior a la Me tipo santamariano, con las que estén recurrentemente asociadas, -53— A modo de descripcién de las urnas que estudiamos, hemos tabulado en el Cuadro 1, Ia presencia o ausencia de los rasgos enunciados, en cada pieza. En el mismo Cuadro anotamos el sitio de procedencia, coleccién a la que perte- necen y bibliogratia. La presencia o ausencia de ciertos rasgos morfolégicos y decorativos per- miten definir, para el valle Calchaqui, dos modelidades de urnas de tres cinturas, que denominamos A y B: Modalided A: Se caracteriza por la ausencia del sector morfolégico cuello y, como consecuencia, por carecer de representacién antropomorfa, y de decoracion combinando los tres colores en un sector morfolégico; en tanto que los apéndioes * en los perfiles se registran en un solo caso, y la banda lateral se limita al sector inferior del cuerpo. Modalidad B:; Las urnas de este grupo se identifican por la presencia del sector morfolégico cuello, decorado con representacién antropomorfa muy similar a la de las umas santamarianas, realizado en negro y rojo sobre blanco; apéndices en los perfiles de Ja vasija; y banda lateral en el sector inferior del cuerpo, que reaparece en el cuello. DISPERSION Y CRONOLOGIA Ya mencionamos la dispersién limitada a la zona comprendida entre Kipén y La Paya que, junto con una cronologia muy tardia, se les ha otorgado a las urnas de tres cinturas, basada en los hallazgos conocidos a principios de siglo. Actualmente conocemos otras piezas del mismo tipo, provenientes de sitios arqueolégicos del valle Calchaqui en los que se efectuaron excavaciones sis- teméticas —ademés de hallazgos casuales y aislados—, que nos permitirin plantear una dispersién y una cronologia algo més amiplia que las anteriores, asi como algunas relaciones culturales con otras zonas arqueclégicas. La dispersién de las urnas de Ia modalidad A debe extenderse, en el valle Calchaqui, desde Cachi hacia el sur hasta Cafayate; ya fuera de ese valle, a la interesante zona de Pampa Grande, teniendo en cuenta Jas piezas que alli exhumara J. Ambrosetti, y quo ilustrara en las figuras 96 y 106 de su publica- cién de 1908. En la descripcién que este autor hace de tales vasijas resulta evidente Ja semejanza, tanto morfoldgica como decorativa, que ellas tienen con Jas urnas calchaquies de tres cinturas; a pesar que con respecto a la decoracién, sdlo men- cfona el uso de los colores rojo y negro, es decir que faltarfa en tales vasijas el tercer color, blanco. Refiriéndose a la morfologia ha escrito Ambrosetti (1006: 93-4) “...Su forma es nueva y elegante: el gollete no es recto sino que se encurva al llegar al borde que es saliente y corto, formando asi un primer estrechamiento igual y paralelo al que separa a este gollete del cuerpo de Ja uma. Adems, se ven en ésta asas dobles, caso tinico hasta ahora, pero hay que convenir que las qué arrancan del borde, enroscadas sobre si mismas, son en yez de asas eletnentos de ornamento. Al desoribir a la vasija ilustrada en la figura 106 (op. cit.: 100) expresa: “;, cuatro curvas: ung, Ia del gollete, saliente hacia afuera, otra, larga, para la parte Superior del cuerpo y dos para la parte inferior; una corta saliente, que 3 forma la cintura, y otra la base cénica, de cuya parte superior arrancan las fasas...”3 Los pérrafos que transcribimos ofrecen la evidencia de que la modalidad A de unas de cinturas, se extiende fuera del valle Calchaqui. La dispersién que les corresponde a las urhas B estd limitada —a dife- rencia de las A— en el valle Calchaqui al sector central, especificamente a la zona comprendida entre Kipén y El Churcal, ya que todas las umas de tres cinturas que observamos en la Coleccién Bravo de Cafayate pertenecian a la modalidad A. A Fuera del valle Calchaqui, volvemos a encontrar urnas B en sitios del valle de Santa Marfa, del que proceden dos piezas, una de Loma Rica (F, Outes, 1907; O. Bregante, 1926), y otra de Santa Marfa (A, Serrano, 1958: Lam. IV-1). Estas urnas presentan, tal como sucede con las urnas A de Pampa Grande, al- gunos rasgos propios que las diferencian, en cierto modo, de sus anslogas calchaquies. Un ejemplo de ello es la decoracién del cuello de Ja urna ilustrada Por Serrano (op. cit.), que es idéntica a la decoracién de las urnas santamarianas de las fases mas tempranas (Podesté, C. y Perrota, E., 1973), a diferencia del disefio constante, y exclusivo, que en el mismo sector morfolégico presentan las urnas de cinturas calchaqufes. También hay otra notable diferencia en los di- sefios del sector inferior del cuerpo, en lugar de Angulos superpuestos esta urna posee el clasico motivo santamariano de “S” en posicién horizontal. En lo referente a la morfologfa, debe destacarse que esta urna tiene tres sectores anulares en el cuerpo en lugar de dos. La urna de Loma Rica difiere atin més de las de la modalidad B, tal como las deseribimos, ya que a pesar de ser morfolégicamente similar —variando algo en las proporciones del cuello con respecto al cuerpo— su decoracién es total- mente geométrica. Un ultimo espécimen de este tipo se encuentra en el Museo de La Plata (N® 11.434), fue descubierto por F, Wolters al excavar, durante la X* Expedi- cién financiada por B. Muiiz Barreto (1927-98), un sepulero aislado en una Ioma ubicada al norte de Yacoutula (Catamarca), y que contenia, ademés, otras dos urnas decoradas en negro sobre rojo, una de ellas grabada, y un puco de similares caracteres, pertenecientes a la cultura Belén. La urna de cinturas de Yacoutula fue decorada en negro sobre blanco, con motivos geométricos en los tres sectores del cuerpo, en tanto que en el cuello presenta una decoracién antropomorfa igual a la de las urnas santamarianas, La proporeién que guardan las alturas del cuerpo y el cuello, junto con los colores de la decoracién y la guarda del interior del borde —geométrica— per- mitirfan incluir a esta urna en la fase IV de la seriacién de umas santamarianas, sila considerdramos como tal, (Perrota, E, y Podesta, C.; 1973). Un detalle interesante de esta urna, es una banda de pintura roja apli- cada posteriormente a la coccién, y tapando a los motivos originales, en el tercio inferior del cuello, indicando, tal vez, una adaptacién con fines rituales o funerarios, de esta pieza claramente intrusiva en la regién donde se la encontré. La posicién cronolégica que ambas modalidades de urnas de cinturas tienen en el vallé Calchaqui, puede discutirse conjuntamente, dada la recurrencia con 3 Estas asas son las mischas que se encuentran en ias urnas cachaquies “B”. -57- que estén representadas en un mismo sitio arqueolégico, como por ejemplo La Paya, Tero y El Churcal, En La Paya, J. Ambrosetti (1907) les atribuye una cronolog{a muy tardia, considerindolas mas modernas que las urnas santamarianas, Esa posicién tardia dentro de los Desarrollos Regionales estaria confirmada por la situacién similar que se constata en el sitio Tero, con una ocupacién inca sobre la anterior local —aunque en él la presencia inca se limita a los objetos muebles—, donde también se registran urnas de ambas modalidades. La utilizacién de urnas de cinturas no puede, sin embargo, limitarse a los momentos mis tardios del Perfodo, como lo demuestra la presencia de estas umas en El Churcal, sitio que por su patrén de poblamiento, asi como por los objetos recuperados durante las excavaciones es decididamente preincaico (Raf- fino, R., Cigliano, E, y Mansur, E., 1976; Raffino, R., 1982 —en prensa—), posicién ratificada por un fechado absoluto realizado sobre una muestra tomada en la poblacién baja —sector del que procede la urna del entierro 10-, que otorga al sitio una antigiiedad de 740 = 50 afios, es decir que El Chureal se encontraba en algiin momento de su desarrollo en el afio 1210 de nuestra era. (Raffino, R. y Baldini, L, 1982 —en prensa—). A la presencia de urnas de cinturas durante el momento preincaico en El Chureal, debe sumarse el mismo tipo de registro en Kipén (Debenedetti, S., 1908). ‘Acerca de los hallazgos del valle de Santa Marfa no poseemos datos muy seguros para hacer afirmaciones respecto a su cronologia. Sin embargo, la pro- cedencia de Loma Rica, asi como los rasgos tempranos de la uma de Santa Marfa, parecen indicar que también alli se usaron en la etapa preincaica, Las urnas halladas en Pampa Grande, podrian ser algo més tempranas, ateniéndonos a la asociacién que ofrecen con Jas urnas santamarianas all{ ex- traidas, que podrfan atribuirse a las fases mAs tempranas de Ia traidicién, ademés de constituir una modalidad local caracterfstica *. Finalmente, Ia urna de Yacoutula, de cardcter intrusive en un contexto, y Ambito, de la cultura Belén, podria pertenecer a un momento mis tardio, ya sea Por sus propios rasgos, como por las piezas asociadas. Sintetizando lo expuesto podemos concluir que: 1) La dispersién de las urnas de tres cinturas no se circunscribe al espacio com- prendido entre Kipén y La Paya, sino que debe extenderse hacia el sur del valle Calchaquf, pero en forma particular para cada una de las modalidades que definimos, mostrando dentro del valle diferenciaciones entxe los sectores sur y central (desde Cafayate El Churcal, y desde El Churcal a Payogesta, respectivamente), y poniendo en evidencia a la vez, relaciones culturales 0 intercambios de distintas tradiciones alfareras entre los sectores sur y central del valle Calchaqui y la zona Pampa Grande por un lado; y entre el sector central y los valles de Santa Maria y Belén-Hualfin por el otro. 4 Esa posicién cronoligica estarfa también indicada por Ia similitud de los hallazgos de Pampa Grande con los de los cementerios de Zarate y El Cadillal, de tos ese ea feron urnas santamarianas muy tempranas (con fechados absolutos 1040 D-C. para El_Ca- aillal), em estrecha, relacén con alfreria de Ja tradicién Candelaria, (Beer, Ey Soria, 'D.: 1970; Berberiin, E.; Argiielo de Dorsch, J. y Caillou, M.: ~58— El Cadillal SAN M. DE TUCUNAN 28°] Referencias: ERA) A E2- B MAPA 1: Zonas de dispersién de Ins urnas de tree cinturas. —59-— Para Ja zona Belén-Hualfin, es interesante sefialar la combinacién de mentos pertenecientes a una y otra regién: morfologia “calchaqui” y tacién “santamariana”, en el 4mbito de Ja cultura Belén, indicando un alto grado de movilidad entre patrones alfareros, o culturales, establecidos, (Mapa 1). 2) El uso de las urnas de tres cinturas en el valle Calchaqui debe extenderse, en el tiempo, a todo el Perlodo de los Desarrollos Regionales, o al menos, desde el afio 1210 D. C., hasta la ocupacién inca en el noroeste argentino. Una cronologfa similar puede inferirse para las piezas de zonas ajenas al citado valle, aunque tal vez deba limitarse, en Ja Pampa Grande y el valle de Santa Marfa, al horizonte preincaico, ateniéndonos a Ja ausencia, hasta el presente, de asociaciones con elementos imperiales. La Plata, Diciembre 1981. POST SCRIPTUM: Los recientes resultados radiocarbénicos, procesados en el INGEIS, sobre cuatro muestras de carbén recogidas en los basureros de La Paya, ofrecieron los siguientes resultados: Estratigrafia 2: AC-0272: 985 + 80 A. P. (965 + 80 D. C.), Capa 2, 0,10 a 0,20 m. AC-0273; 830 + 95 A. P. (1120 + 95 D. C.). Capa 15, 1,40 a 1,50 m. Estratigratia 3: AGC-0271: 780 = 80 A. P. (1170 + 80 D. C). Capa 4, 0,32 a 042m. AC-0270: 620 + 100 A. P, (1330 +: 100 D. C.) Capa 11, 1,02 a 112m. Las excavaciones se realizaron por capas artificiales de 10em de espesor y en ambos basureros se detectaron tres niveles naturales, El nivel superior de ambos present6 indicios de arrastre y alteracién mecanica; caricter que hace inaceptables dos fechados: 965 +t 80 D. C, y 1170 -t 80 D. C,, que resultan mis antiguos que los de capas subyacentes. La tipologia cerémica, y las frecuencias de los tipos por capa, sugirié que la’Estratigrafia 2 representa un lapso ms temprano que la 3. Superponiendo los niveles més profundos de ésta a los mas profundos de la Estratigrafia 2; se ob- serva con claridad el desenvolvimiento de los tipos cerdmicos correspondientes al grupo “santamariano-calchaqui”. A ellos corresponden los fechados 1120 =: 95 D. C, y 1330+ 100 D.C, y refirman la presencia temprana de las umas de cinturas en los Desarrollos Regionales de Calchaqui, coincidiendo con el fechado de El Churcal (Raffino y Baldini, 1982). BIBLIOGRAFIA CITADA Axtanosern, J, B. 1906. Exploraciones arqueolégicas en la Pampa Grande. Fac. Fil. y Le- tras, Publicaciones de Ia Seccién Antropologia Ne 1. Bs. As. -60— arqueolégicas en la Ciudad Prehistérica de La Paya (Valle Cal- ee): Fee. Fil, y Letras. Publicaciones de la Seccién Antropologia, As. E. y Sosmen, F, 1948. Northwest Argentine Archeology. Yale. ations in Anthropology. Nv 38/39, New Haven. MA, D. 1970. Investigacién Arqueolégica en el Yacimiento de Zarate ) de Trancas, Tucumin). Informe Preliminar. 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