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Modelo Pedagógico en la Universidad para Aprender con Tecnología

Normalmente cada institución educativa define su modelo pedagógico. Este incluye todo el conjunto de
herramientas y recursos que desde el punto de vista didáctico y pedagógico ofrecerá a los estudiantes para
conducirlos al logro de los aprendizajes de la mejor manera posible. Entre esos elementos también se incluyen
todos los recursos tecnológicos que apoyarán todo el proceso. Así, por ejemplo, se cuenta con el material
multimedia, los sistemas de comunicación, los recursos de aprendizaje básicos y complementarios,
comunidades de aprendizaje, aplicaciones informáticas, sistema de tutorías, encuentros virtuales, etc. (ver la
siguiente figura).

En este punto es importante plantearnos ¿cuál es el modelo pedagógico de nuestra institución de educación
superior?, ¿cuál es el perfil del egresado? ¿es de tendencia más humanística o más de ciencias exactas o
tecnológicas? ¿o más bien promociona un perfil de egresado global, que esté preparado para las exigencias de
la sociedad del conocimiento en constante cambio?
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Las respuestas a esas preguntas nos van a orientar para contextualizar el diseño de los procesos formativos y
establecer los lineamientos para el diseño y las acciones de enseñanza y aprendizaje con tecnología.

Contextualización:

Considerar el entorno social al que se dirige las acciones formativas es de vital importancia para apoyar el éxito
de estas. El sentido de la educación superior es la formación de personas para que se conviertan en agentes
productivos y en agentes de transformación que puedan contribuir con el bienestar general y con su propia
felicidad. La sociedad del conocimiento en la que vivimos está demandando profesionales capaces de adaptarse
a los cambios con facilidad, con habilidades para el trabajo en equipo y colaborativo, y con desarrolladas
competencias para aprender a aprender. Hay mucha diversidad en los campos laborales, la super-
especialización es apreciada, no obstante, la polivalencia de los empleados se ha vuelto un factor de
deseabilidad por parte de los empleadores. Tener en cuenta el panorama de demandas laborales y de
posibilidades de empleabilidad de los egresados aumenta el valor de la oferta formativa de las instituciones de
educación superior.

Por un lado, tener en cuenta el entorno social de demanda laboral es importante, y también lo es considerar las
características socioculturales de los potenciales participantes en los planes de formación. Hay que tener en
mente las diversidades de los estudiantes, así como las tendencias homogéneas en los comportamientos. En
este sentido los recursos tecnológicos son unos grandes aliados, porque facilitan la personalización de los
procesos de enseñanza y aprendizaje y el diseño de entornos flexibles y adaptables a la variedad de participantes
en el proceso formativo.

En forma conectada a estos elementos externos, debemos tener en cuenta los elementos internos, la
infraestructura con la que contamos o con la que deberíamos contar para el diseño de nuestros cursos. En
ocasiones podemos demandar la infraestructura que consideremos para el diseño y configuración de las
acciones formativas en entornos online y semipresenciales. En esa situación nos encontraremos con ciertas
ventajas. Sin embargo, en muchas otras ocasiones deberemos adaptarnos a la infraestructura disponible y hacer
el máximo aprovechamiento que se pueda. Es otro elemento contextual del que no nos podemos olvidar.

Por: Héctor Mazurkiewicz, EdD.


08/03/2021

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Nota: agradezco a Pixabay y a sus colaboradores por la imagen facilitada.

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