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La observación como estrategia para la mejora de la práctica educativa.

Referente a lo anterior sierra y bravo (2005) cataloga a la observación como una

herramienta en la cual el investigador por medio de sus sentidos y solo estos, emplea una

inspección en donde se estudia diferentes aspectos de la vida con determinada paciencia y

atención; además que según el libro “Larousse Ilustrado (2005), se refiere a la “capacidad,

indicación que se hace sobre alguien o algo; anotación o comentario que se realiza sobre un

texto”.

La lectura “Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar”, Perrenoud dice que:

El paradigma reflexivo es en este sentido un emblema de la profesionalización,

entendida como un poder de los enseñantes sobre su trabajo y su organización, un

poder que no se ha obtenido para favorecer la opacidad de las prácticas, sino que

se asume abiertamente con sus responsabilidades correspondientes. (2001,

pp.209).

o Como se concibe lo patrimonial: Museos, Monumentos y Sitios Arqueológicos.

Se ha definido el patrimonio como el conjunto de bienes que tienen un valor excepcional

desde el punto de vista de la historia, el arte, la ciencia y la cultura y que, por tanto, son

dignos de ser considerados, conservados y conocidos por la población a través de las

generaciones. También podemos considerar que el patrimonio es el legado que hemos

recibido del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que transmitimos a las futuras

generaciones.

Por su parte, los museos son los lugares donde se conservan y exhiben públicamente

colecciones de obras de arte, objetos de valor histórico, científico o técnico. Se trata de

instituciones públicas o privadas, al servicio de la sociedad y su desarrollo, que adquieren,


conservan, investigan, comunican y exponen o exhiben, con propósitos de estudio,

educación y deleite colecciones de arte, científicas, etc., siempre con un valor cultural.

o La geografía para la enseñanza de la historia.

Se discute en ocasiones si es conveniente que exista la Historia y la Geografía como

materia de aprendizaje en los niveles básicos. Es evidente que para medir si los contenidos

de la Historia son útiles y necesarios para los alumnos y alumnas de la enseñanza reglada

habría que plantear previamente si dichos contenidos responden a alguna de les necesidades

educativas de los destinatarios y si, por otra parte, están al alcance de sus capacidades.

Desde nuestro punto de vista, tanto una como otra responden plenamente a las necesidades

formativas de los alumnos y constituyen un componente válido en un proyecto de

educación que no se base, tan sólo, en la acumulación de información, sino en el desarrollo

de las capacidades de los niños y adolescentes.

Es evidente que esta afirmación requiere una cierta matización. Los contenidos de Historia

y Geografía son útiles en la medida que sean susceptibles de ser manipulados por los

alumnos. Para ello, se tendrá que tener en cuenta grado de desarrollo cognitivo propio de

cada grupo de edad y, al tiempo, subordinar la selección de contenidos y los enfoques

didácticos a las necesidades educativas y capacidades cognitivas de los escolares. Dicho de

otro modo, cada edad requerirá un estadio diferente de conocimiento histórico y geográfico.

Se deberá proceder partiendo de trabajos que traten sobre capacidades de dominio de

nociones de tiempo convencional, pasando a dominio de la situación espacial de objetos,

localidades o unidades geográficas más amplias, hasta llegar, al final de los ciclos

educativos, a formular análisis y caracterizaciones sobre épocas históricas o análisis de

paisajes y realidades sociales. Pero es evidente que no se puede empezar una casa por el
tejado y, por lo tanto, deberá comenzarse a construir fundamentos y columnas que, a

primera vista, poco tienen que ver con lo que se conoce como conocimiento histórico y

geográfico elaborado, pero que son, sin duda, la primera aproximación al conocimiento de

una ciencia social.

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