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MODELO INCORRECTO DE REDACCIÓN DE PÁRRAFOS

A pesar de la inseparabilidad funcional de las morfologías del comportamiento, la gran


mayoría de los psicólogos conductistas tradicionales, las han considerado y las siguen
considerando como sistemas funcionales independientes. De esta manera, a la hora de
querer establecer que se entiende por conducta asertiva nos encontramos con la paradoja
-aunque existen múltiples definiciones- de no saber exactamente que debemos entender
por ello. Para ejemplificar estas observaciones veamos algunas descripciones:

Fernández y Carrobles (1981) compartiendo la misma opinión que Mac Donald (1975 op.
cit. Fernández y Carrobles, 1981) señalan que la inmensa mayoría de los terapeutas que
tienen orientación conductista han considerado la asertividad como "un conjunto de
conductas sociales que tienden a la salvaguarda de los derechos del individuo" (p.31).

Bartolomé et al. (1979, p.100) sostiene que "la gama de conductas asertivas es en sí
misma ilimitada, e incluye toda la variedad de situaciones existentes que de forma
diferencial puedan requerir del expresar una opinión, rechazar una propuesta como
razonable o expresar malestar o enfado al igual que amor, afecto o alabanza".

Lazarus (1973; véase Fernández y Carrobles, 1981), considera que los principales
componentes de la conducta asertiva pueden ser divididos en tres tipos de respuestas: la
habilidad de decir no, la capacidad de expresar sentimientos positivos y negativos, y la
habilidad para iniciar, mantener y finalizar conversaciones.

Para Fensterheim (1971; véase Fernández y Carrobles, 1981), la asertividad no es


propiamente una conducta, sino mas bien un estado de predisposición o de preparación
latente a responder de una manera determinada, es decir, una actitud, una postura
(intelectual, emocional y conductual) que el individuo adopta frente al mundo que le rodea.

Adanaque (1993) señala que “Entendemos que la conducta asertiva se encuentra en la


dinámica de nuestra personalidad, quizá como un rasgo conductual…” (p. 49).

Salgado (1989), define la asertividad como un contraste de la introversión, puesto que


según esta investigadora existe la siguiente relación: a menor introversión mayor
asertividad.
MODELO CORRECTO DE REDACCIÓN DE PÁRRAFOS

A pesar de la inseparabilidad funcional de las morfologías del comportamiento, la gran


mayoría de los psicólogos conductistas tradicionales, las han considerado y las siguen
considerando como sistemas funcionales independientes. De esta manera, a la hora de
querer establecer que se entiende por conducta asertiva nos encontramos con la paradoja
-aunque existen múltiples definiciones- de no saber exactamente que debemos entender
por ello. Para ejemplificar estas observaciones veamos algunas descripciones: Fernández
y Carrobles (1981) compartiendo la misma opinión que Mac Donald (1975 op. cit.
Fernández y Carrobles, 1981) señalan que la inmensa mayoría de los terapeutas que
tienen orientación conductista han considerado la asertividad como "un conjunto de
conductas sociales que tienden a la salvaguarda de los derechos del individuo" (p.31).
Añaden Bartolomé et al. (1979, p.100) que "la gama de conductas asertivas es en sí
misma ilimitada, e incluye toda la variedad de situaciones existentes que de forma
diferencial puedan requerir del expresar una opinión, rechazar una propuesta o expresar
malestar o enfado al igual que amor, afecto o alabanza". Por otro lado, para Fensterheim
(1971; véase Fernández y Carrobles, 1981), la asertividad no es propiamente una
conducta, sino más bien un estado de predisposición o de preparación latente a
responder de una manera determinada, es decir, una actitud, una postura (intelectual,
emocional y conductual) que el individuo adopta frente al mundo que le rodea. Una
definición un tanto distinta a las anteriores es la referida por Adanaque (1993) quien
señala “Entendemos que la conducta asertiva se encuentra en la dinámica de nuestra
personalidad, quizá como un rasgo conductual…” (p. 49). Punto de vista que se
manifiesta más o menos afín a la expuesta por Salgado (1989), para quien la asertividad
se define como un contraste de la introversión, puesto que según esta investigadora existe
la siguiente relación: a menor introversión mayor asertividad.
Para Lazarus (1973; véase Fernández y Carrobles, 1981), los principales componentes de
la conducta asertiva pueden ser divididos en tres tipos de respuestas: la habilidad de decir
no, la capacidad de expresar sentimientos positivos y negativos, y la habilidad para iniciar,
mantener y finalizar conversaciones.

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