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ASESINATO EN

MESOPOTAMIA
AGATHA CHRISTIE
GUÍA DEL LECTOR
En un orden alfabético convencional relacionamos a continuación los principales personajes
que intervienen en esta obra
BOSNER (Frederick): Primer esposo de la señora Leidner.
BOSNER (William): Joven hermano del anterior.
CAREY (Richard): Joven arquitecto y miembro de una expedición arqueológica.
COLEMAN (Bill): Joven arqueólogo y miembro también de dicha expedición.
EMMOTT (David): Joven americano, auxiliar de la expedición.
JOHNSON (Anne): Soltera, agregada a las citadas tareas arqueológicas.
KELSEY (John): Comandante del ejército inglés.
KELSEY (Mary): Esposa del comandante Kelsey.
LAVIGNY (Padre): Fraile francés, de la orden de los Padres Blancos.
LEATHERAN (Amy): Enfermera de la señora Leidner, narradora y protagonista de esta
novela.
LEIDNER (Eric): Arqueólogo, director de la expedición arqueológica a Mesopotamia.
LEIDNER (Louise): Esposa de Eric Leidner.
MAITLAND: Capitán de la policía iraquí.
MERCADO (Joseph): Otro componente de la expedición citada.
MERCADO (Marie): Esposa de Joseph Mercado.
POIROT (Hércules): Famoso detective, alma de esta obra.
REITER (Carl): Integrante de la expedición arqueológica, encargado de la fotografía.
REILLY: Médico cirujano, residente en un lugar cercano a Bagdad.
REILLY (Sheila):
por el doctor Giles Reillyar toda su atención en el trabajo que está haciendo, en lugar
de dedicarla a su mujer y a sus estúpidos temores. Si se pone nerviosa por venir a
sitios tan apartados, hubiera hecho mejor quedándose en América. Me consume la
paciencia esa gente que va a un sitio y luego no hace más que gruñir y quejarse.
Y luego, como temerosa de haber hablado más de la cuenta, prosiguió:
- Siento por ella una gran admiración, desde luego. Es una mujer encantadora y
cuando quiere tiene unas maneras atractivas.
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Y allí acabó la confidencia.
Pensé que siempre ocurre lo mismo. Los celos surgen dondequiera que varias
mujeres deban convivir. A la señorita Johnson no le gustaba la esposa de su jefe. Eso
estaba claro y hasta parecía natural. Y a no ser que yo estuviera equivocada por
completo, a la señora Mercado le tenía también manifiesta ojeriza.
Otra persona que no sentía gran simpatía hacia la señora Leidner era Sheila Reilly.
Vino unas cuantas veces a las excavaciones. La primera en automóvil, y dos veces más
a caballo, acompañada por un joven. En el fondo de mi pensamiento estaba persuadida
de que Sheila sentía cierta debilidad por el joven americano Emmott. Solía quedarse
en las excavaciones, para charlar un rato, cuando el joven estaba allí. Creo que el
muchacho la admiraba.
Un día, mientras almorzábamos, la señora Leidner lo comentó algo
indiscretamente, a mi modo de ver.
- Por lo visto, la joven Reilly sigue todavía detrás de David - dijo, lanzando una
risita -. Pobre David, te persigue hasta en las excavaciones. ¡Cuántas tonterías hacen
las chicas !
El señor Emmott no contestó, pero bajo el bronceado tinte de su rostro se le vioY sin volver
la cabeza, con voz un poco más alta, dijo:
- No salga de ahí detrás hasta dentro de un momento, enfermera... Por si acaso
vuelve la cabeza... Ya puede hacerlo. ¿Tiene usted mi pañuelo? Muchas gracias, ha
sido usted muy amable.
No me dijo nada acerca de mi espionaje. No sé cómo llegó a enterarse de que yo

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