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Con el nombre genérico de omega-3 se conoce a un grupo de ocho ácidos grasaos presentes en
algunos aceites y grasas. Químicamente hablando, estas moléculas comparten algunas
características como el estar formadas por una cadena de carbono e hidrógeno y tener un grupo
carboxilo en un extremo, pero sobre todo se trata de grasas poliinsaturadas cuya primer
instauración se encuentra en el tercer carbono, lo que le da el apelativo de omega-3. Destacan
por su abundancia e importancia para la salud tres de ellos: Linolénico(ALA),
Eicosapentaenoico(EPA), Docosahexaenoico(DHA), debido a la dificultad de los nombres es más
común encontrarlos por sus siglas en ingles y es más fácil para que las personas puedan
manejarlos.
¿Además de los Omega-3, que otros Omega existen?
Existen ácidos grasos que por la posición de su primer instauración pueden ser omega-6,
omega-9, omega-5, omega-7, etc., pero solo los dos primeros (omega-6 y omega-9) son
importantes por su abundancia y porque pueden afectar la salud. Los omega 6 y 9 son
relativamente fáciles de obtener y en general son muy abundantes en los aceites vegetales, es
por esto que muchos suplementos con omega-3 se anuncian diciendo que contienen omega-3,
omega-6 y omega-9, dando a entender que es más completo que solo omega-3, pero esto no es
más que un truco publicitario, ya que lo ideal sería que solo fuera omega-3, pero como eso
resultaría tremendamente caro y difícil, lo que sí se puede hacer es elegir el que contenga más
omega-3. Como no todos los omega-3 tienen el mismo valor nutricional, en capítulos posteriores
daremos a conocer las consideraciones que se deben tener.
¿Cuales son las fuentes de Omega 3, 6 y 9?
Los mejores omega-3 se encentran presentes principalmente en los aceites de origen marino ya
que presentan altos niveles de EPA Y DHA, así como el aceite de pescado, o el de hígado de
tiburón, etc., pero la cantidad y calidad varía dependiendo del tipo de pescado, presentando
mayor cantidad aquellos que se denominan pescados azules (no son de color azul), que son
todos aquellos que tienen el lomo gris oscuro y el vientre plateado como por ejemplo el atún, la
sardina, la macarela, los picudos como el marlin, etc., contienen más si son de aguas mas frías
que cálidas, si son marinos que dulceacuícola, aunque la trucha de agua dulce tiene niveles
similares a los marinos. De menor calidad tenemos a los de origen vegetal como por ejemplo el
que proviene de la linaza, la nuez, el aguacate, etc., ya que los vegetales (excepto las algas)
solo son capaces de sintetizar el omega-3 más corto y con menos valor nutricional que es el
ALA, que si bien es saludable nunca será tan bueno como el de pescado. Los omega-6 se
encuentran en muchos aceites de cocina como el de girasol y de maíz, y están presentes e la
mayoría de los alimentos preparados, por lo que se debe evitar su uso. Si el consumo de
pescado no es muy alto, una forma de evitar un exceso de omega-6 es sustituir este último por
omega-9, presente en los aceites de oliva y canola, aunque si no come pescado seguirá teniendo
carencias de omega-3.
¿Cuanto Omega 3, 6 y 9 debemos consumir?
Las necesidades cambian de una región geográfica a otra, de una época del año a otra e incluso
entre etnias, pero en general se sabe que en sitios muy fríos se requiere mayor cantidad que en
los cálidos y en aquellos sitios con una marcada diferencia entre verano e invierno también se
puede incrementar la ingesta de omega-3 previa al invierno. En nuestras condiciones, si bien no
hay estudios que lo avalen, se puede decir que una ingesta de 1 cantidad de omega-3 por 5 de
omega-6 puede ser la apropiada, ya que la proporción que guarden entre ellas es más
importante que la cantidad en sí, pero lo ideal sería tener un consumo de 300 mg del omega-3
llamado DHA y una suma total de omega-3 cercana a los 500 mg, es decir que debemos
consumir pescado de dos a tres veces por semana en raciones de 250 gramos cada una.
Síntesis de Omega-3
Nuestro cuerpo presenta una serie de enzimas llamadas elongasas y deesaturasas y su función
es tomar una molécula de 18 carbonos (ALA) agregarle 2 o 4 átomos de carbonos y quitarle 2 o
3 de hidrógeno para poder sintetizar al EPA y el DHA respectivamente, ya que estos son los dos
ácidos grasos más importantes. El problema es que nuestra "maquinaria" enzimática es muy
deficiente y solo un 2 a 5 % de ALA se convierte en DHA que es el más importante de todos los
ácidos grasos. Estoas ácidos grasos se encuentran en pescados y mariscos y ningún aceite
vegetal lo presenta, ya que los vegetales solo pueden presentar ácidos grasos de hasta 18
carbonos como es el caso del ALA. Algunos suplementos a base de aceites vegetales anuncian
que a partir del ALA podrá obtener el DHA, solo que no advierten que el porcentaje es mínimo,
así que tenga cuidado, si bien el ALA es bueno el EPA Y DHA son mejores. En los aceites de
cocina solo se presenta omega-3 ALA en el aceite de canola (10%) y el de soya (7%), si bien
este último presenta niveles mayores de omega-6, por lo que es mejor el de canola.
Ácidos grasos esenciales
Existen tres ácidos grados altamente insaturados (HUFAs) de cadena larga que son
indispensables para el organismo que son: el EPA y DHA que son omega-3 y el ARA que es un
omega-6. Estos ácidos grasos se pueden sintetizar a partir de dos ácidos grasos más cortos de
18 carbonos, de tal forma que para sintetizar los omega-3 (EPA y DHA) se parte del linolénico
(18 carbonos y tres dobles enlaces) y el ARA a partir del linoleico (18 carbonos y dos dobles
enlaces). Es por esto que a estos dos ácidos grasos de 18 carbonos se les llama ácidos grasos
esenciales o AGE. La síntesis del ARA por regla general se cumple bien, sin embargo la obtención
del EPA y el DHA a partir del linolénico no se cumple para todos los organismos, ya que los
peces dulceauícolas pueden sintetizar las cantidades de EPA y DHA que requieren, pero no es así
para la mayoría de los organismos incluyendo al hombre, ya que nuestro sistema enzimático es
muy deficiente y solo el 2 % de linolénico se transforma en DHA. Existen ácidos grasos que
desempeñan papeles vitales para el organismo y tan importantes que son esenciales para la
vida, ya que a partir de ellos se pueden sintetizar los más importantes.
Fuente
http://www.suplementos-omegamex.com/preguntas-frecuentes-faq.html
LA CONEXION ESQUIMAL
Los ácidos grasos constituyen la base de la grasa. La Grasa es uno de los tres
componentes de la comida, junto con los carbohidratos y las proteínas y es la principal
forma en la cual la energía es almacenada en nuestro organismo. Adicionalmente, los
ácidos grasos son elementos muy importantes para la estructura molecular de las
membranas de nuestro cuerpo. Existen distintos tipos de ácidos grasos, pero por ahora
basta con mencionar que los ácidos grasos de cadena larga son asociados con
importantes beneficios para la salud. Las grasas saturadas son aquellas que se
encuentran en grandes cantidades en la carne y en una diversas cantidades en aceites
tropicales como de coco, palma y se cree que contribuyen a desarrollar enfermedades
cardiovasculares.
Principalmente cierto tipo de pescados de aguas frías que son ricos en Omega-3; a
través del consumo de cápsulas de aceite de pescado que pueden provocar reflujos; y
en los bebés la leche materna que también provee DHA. Como vemos, estos
alimentos no satisfacen los requerimientos suficientes para proteger al
organismo por lo que es necesario consumir productos alimenticios que están
reforzados con este elemento (ejemplos: Agra D'Oro y salmón).
No obstante, el pescado no sintetiza una cantidad significativa del ácido graso Omega-
3, a pesar de que se alimenta básicamente de algas y zooplancton. La alga marina,
principal productora en la cadena alimenticia marina, es la principal sintetizadora del
ácido graso Omega-3, encontrándose los niveles más altos, en algas provenientes de
aguas frías. Su producción de ácido graso insaturado le sirve para mantener fluyendo
bajo temperaturas muy frías a sus membranas, permitiéndole realizar la fotosíntesis y
así crecer. De no ser así serían sólidas como cubos de mantequilla e imposibles de
metabolizar.
Los aceites vegetales muy recomendados actualmente en las dietas para prevenir la
arteriosclerosis presentan ácido graso linolénico, el cual no proporciona gran beneficio
de protección al sistema cardiovascular.
La Solución OmegaTech
El feto así como los niños en desarrollo tienen un alto requerimiento de DHA. Ellos
obtienen cuando menos la mitad de sus necesidades para el desarrollo cerebral de el
útero de la madre, mientras que el resto se les es proporcionado en la leche materna.
Cuando los niños no son alimentados con leche materna, el niño se alimenta de
formulas alimenticias que lamentablemente carecen de DHA. En lugar de ello, algunas
formulas contienen ácido linólenico, que es precursor de DHA. Sin embargo, los niños
no tienen bien desarrollada su capacidad para convertir el ácido linólenico en DHA (1).
Por lo tanto, muchos científicos consideran que el DHA es esencial en la dieta del niño
para así ayudar en el desarrollo su sistema nervioso (2-5).
Los estudios han mostrado que los niños que recibieron DHA tienen un mejor
desarrollo normal de su agudeza visual y de sus habilidades motrices, mientras que los
que no lo recibieron mostraron un retardo o un menor desarrollo de estas habilidades.
(2-5).
El desarrollo cerebral del niño ocurre a mayor velocidad en el último trimestre del
embarazo por lo que el niño recibe mayor cantidad de DHA en estas fechas.
Estudios realizados sugieren que las reservas de DHA de la madre son generalmente
bajas y en algunos casos deficientes en dicho trimestre (6-8). Esta deficiencia se
incrementa cuando los embarazos tienen un corto espacio de tiempo entre ellos o
cuando el embarazo involucra dos o más niños (cuates, trillizos) (9).
Nuestro cuerpo puede convertir otro tipo de ácidos grasos de otros alimentos a DHA
pero el proceso es muy ineficiente. Por lo tanto, el consumo de este ácido es muy bajo.
Como resultado de lo anterior las mujeres embarazadas o que están alimentando a su
bebé pueden no tener la cantidad adecuada de DHA para pasarlo a sus bebés (10).
Los estudios realizados muestran que al aumentar el consumo de DHA por parte de la
madre (mediante el consumo de huevos enriquecidos, pescados o aceite de pescado)
se incrementa de igual manera la concentración de DHA en la sangre de los niños (11-
16). Esto resulta en un aumento de DHA para el desarrollo del cerebro, ojos y sistema
nervioso.
Otros estudios sugieren que un consumo alto de ácido graso de cadena larga Omega-3
(DHA) durante el embarazo prolonga la gestación, incrementa el peso del niño al nacer
y reduce la incidencia de tener parto prematuro (17). La Pre-eclampsia (es el
desarrollo de alta presión combinado con otros desbalances en el metabolismo después
de las 20 semanas de embarazo) es una de las causas del parto prematuro,
especialmente en ciertas poblaciones de mujeres.
Los estudios en el área sugieren que aumentando el consumo de DHA puede reducirse
la incidencia de esta condición, posiblemente mediante la producción de los
eicosanoides ya que se ha encontrado que ayudan en la reducción de la presión de la
sangre (18-20).
Hasta recientemente, las únicas fuentes de DHA era mediante el consumo de pescados
de aguas frías o mediante cápsulas de aceite de pescado. Es importante aclarar que el
pescado no produce el DHA, más bien lo obtiene a través de alimentarse de microalgas
marinas. También encontramos DHA en huevos y carne de aves pero en
concentraciones mínimas. Desarrollos Agra, alimentando a sus gallinas con un
alimento basado en microalgas marinas - ricas en DHA - le ofrece ahora un huevo
enriquecido de una manera 100% natural: Agra D'Oro. Cada huevo Agra D'Oro
contiene aproximadamente 150 miligramos de DHA y contiene un 500% más de ácidos
grasos poliinsaturados que un huevo normal, todo esto acompañado de la tradicional
exquisitez del huevo. Disfrutelo!!!
¿Qué es DHA?
Lípidos: DHA y ARA
Estos nutrientes especiales pueden proporcionarle beneficios al desarrollo mental y visual en los bebés.
El DHA y ARA se encuentran naturalmente en la leche materna y forman parte de una clase de nutrientes
llamados "lípidos" o "grasas". Los lípidos son una parte esencial para una dieta saludable porque son
componentes estructurales importantes para los órganos vitales, particularmente para el cerebro y ojos del
bebé.
El interés en los ácidos grasos, DHA y ARA ha aumentado después de que varios estudios científicos
demostraron que bebés alimentados con fórmulas enriquecidas con DHA y ARA aumentaron los beneficios
intelectuales y visuales que no fueron encontrados en los bebés que fueron alimentados con fórmulas
"estándar" sin DHA y ARA.
Adicionalmente, investigaciones recientes también han demostrado que los beneficios de DHA y ARA pueden
extenderse más allá de las ventajas en el desarrollo mental y visual en los bebés.
Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga apoyan el óptimo desarrollo infantil.
El DHA (Acidos Docosahexaenóico) y ARA (Acido Araquinodico) son ácidos grasos poli saturados de cadena
larga presentes en la leche materna que ayudan al desarrollo mental y visual del bebé, además que son una
parte vital de una dieta saludable. El DHA y ARA son una importante base para el sistema nervioso central y
retina del bebé y muchos expertos creen que son esenciales para la infancia.
El DHA es un ácido graso Omega-3 presente en los tejidos del cuerpo. Es la mayor estructura y elemento
funcional de todas las membranas en la materia gris del cerebro y retina del ojo. También es un componente
clave de los tejidos del corazón. Este lípido es importante para el óptimo desarrollo de los bebés ya que los
apoyará en su vida adulta en cerebro, ojos, y salud cardiovascular.
El ARA es un ácido graso Omega-6 presente en el cerebro y en otras células del cuerpo. Este lípido es
importante para el óptimo desarrollo mental y visual en bebés y se ha demostrado que son esenciales para la
inmunidad, la coagulación de la sangre y otras funciones vitales del cuerpo.
Los beneficios del DHA y ARA han sido documentados en estudios clínicos, algunos resultados son los
beneficios cognoscitivos y visuales duraderos en bebés alimentados con fórmulas enriquecidas con estos
lípidos. Con base en sus resultados en los exámenes de inteligencia ("Coeficiente Intelectual" - CI), bebés
alimentados con fórmulas con DHA y ARA obtuvieron niveles más altos en problemas de pensamiento
complejo que aquellos que fueron alimentados con fórmulas "estándar."(1) Otro estudio reveló que los bebés
que fueron alimentados con fórmula enriquecida con estos lípidos obtuvieron un puntaje más alto en el
examen IQ a los 18 meses de edad. (2) Estos bebés también tuvieron una agudeza visual superior a los
cuatro meses y un año de manera similar a la agudeza visual de los bebés amamantados. (3)
Las fórmulas Member's Mark con DHA y ARA son especialmente formuladas para cumplir las necesidades
nutricionales de los bebés y niños de 1 a 3 años de edad.
Los padres de familia somos constantemente bombardeados por todo tipo de informaciones acerca de lo
inadecuado de las grasas en la alimentación de nuestros hijos. Pero existen unas grasas que son
indispensables para su desarrollo, grasas "buenas" que podemos incluirlas en su comida diaria, y que están
más cerca de lo que pensamos. Estas grasas son llamadas DHA (ácido docosahexaenoico) y ARA (ácido
araquidónico) y son, más exactamente, ácidos grasos formadores de tejido corporal.
El DHA abunda en los ojos y el cerebro, mientras que el ARA recorre todo el cuerpo y promueve el
crecimiento de órganos y tejidos. Ambos ácidos tienen la virtud de contribuir al desarrollo mental, neuronal y
visual de los niños, así como para mejorar las membranas, neuronas y gametos femeninos y masculinos.
Según los últimos conocimientos de la medicina, deficiencias de DHA podrían afectar la agudeza visual y la
percepción de los colores.
Hay muchos factores nutricionales que tienen un papel importante en el desarrollo neurológico. Las vitaminas
y minerales, como el hierro y el yodo, son esenciales, pero uno de los descubrimientos más emocionantes de
la pasada generación de investigadores es el del papel de los ácidos grasos, que son los componentes
esenciales de las grasas y aceites que se encuentran en la naturaleza. Los ácidos grasos que han captado la
mayor atención pública han sido los que se encuentran en el aceite de pescado. En realidad, estos
compuestos son producidos por las algas, que son parte esencial de la cadena alimenticia acuática y la razón
por la que estos ácidos grasos se encuentran en el pescado azul. La investigación indica que el consumo de
pescado es beneficioso para la salud cardiovascular y guarda relación con una reducción del riesgo de
contraer cáncer y sufrir daño neurológico.
No obstante, hay muchos tipos de ácidos grasos en la naturaleza. Hay dos en particular que se conocen como
"ácidos grasos esenciales", porque el cuerpo humano no puede producirlos y, por lo tanto, debemos
obtenerlos a través de la dieta. Se trata del ácido linoléico y del ácido alfalinoléico, que se encuentran en
diversos tipos de aceites de semillas. De estos dos ácidos grasos, que los químicos llaman ácidos grasos
poliinsaturados (PUFA, por sus siglas en inglés), el cuerpo puede ensamblar ácidos poliinsaturados de
cadena larga (LCPUFA, por sus siglas en inglés), como el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido
araquidónico (ARA). No obstante, los investigadores piensan que el cuerpo de un bebé no convierte los
ácidos grasos poliinsaturados en ácido docosahexaenoico de forma efectiva o en cantidad suficiente para
satisfacer las necesidades del exigente cerebro del bebé.
Nuestra comprensión del rol del ácido docosahexaenoico y del ácido araquidónico en la nutrición de los bebés
ha evolucionado en las últimas tres décadas. Los investigadores han descubierto que estos dos ácidos
grasos, que se encuentran en las membranas celulares, se concentran en el cerebro del feto durante el último
trimestre del embarazo, en momentos en que se dispara extraordinariamente el crecimiento de las neuronas
en el cerebro. Los investigadores también han descubierto que los ácidos grasos parecen tener un rol en el
desarrollo de la visión (estudios con ratas y monos han indicado que las dietas sin ácidos grasos provocan
escaso desarrollo de la retina, o bien un funcionamiento inapropiado de esta).
"La importancia del DHA en la dieta se descubrió en los años ochenta", explica Tom Brenna, profesor de
nutrición humana en la Universidad de Cornell, "cuando la tecnología médica se desarrolló hasta el punto que
permitió que bebés con menos de 2 libras de peso sobrevivieran en gran número. Un bebé tan pequeño nace
a los seis meses, y su último trimestre transcurre fuera del vientre materno. Ese último trimestre corresponde
al periodo de desarrollo en que el cerebro empieza a depositar DHA de modo exponencial. A esos bebés los
pusieron en incubadoras y les dieron fórmula que no tenía ácidos poliinsaturados de cadena larga, lo que
significaba que los bebés prematuros tenían que producir todo su ácido docosahexaenoico a partir de ácidos
grasos precursores".
La recién lograda capacidad de mantener con vida a bebés prematuros de tan bajo peso se convirtió en una
oportunidad para evaluar la importancia de estos ácidos grasos en el desarrollo del bebé. "A varios
investigadores visionarios se les ocurrió que esos bebés no estaban recibiendo la cantidad de DHA que
habrían estado recibiendo si hubiesen estado aún en el vientre materno", explica Brenna, "no había placenta
para transferir ese DHA al bebé. Por eso empezaron a estudiar el DHA como nutriente que había que incluir
en la fórmula de esos bebés prematuros, cuyos cerebros crecían con mucha rapidez". Esto condujo a los
primeros ensayos clínicos con fórmulas con un suplemento de ácidos grasos esenciales.
Los investigadores encontraron que un aumento en cantidad de ácido docosahexaenoico en la dieta del bebé
o en la dieta de la madre embarazada suministraba más ácido docosahexaenoico al bebé, lo que a su vez
podía medirse en cambios en el desarrollo del sistema visual y el desarrollo cognitivo.
Varios estudios han demostrado que el DHA en las membranas celulares no solo estimula el crecimiento de
los nervios (neurogénesis), sino que también tiene un papel crucial en el desarrollo de las sinapsis, que son
las conexiones entre los nervios (sinaptogénesis). Cada neurona puede tener cientos o hasta miles de
conexiones con otras neuronas. Las sinapsis son las conexiones a través de las cuales las neuronas les
envían señales a otras neuronas en el cerebro y a otras células, como las musculares. De este modo, las
sinapsis crean una red de circuitos en el cerebro (que crean las condiciones para el pensamiento y la
percepción) y en todo el sistema nervioso, lo que permite al sistema nervioso comunicarse con el resto del
cuerpo, y aunque la sinaptogénesis ocurre durante toda la vida de la persona, hay una explosión en la
formación de sinapsis durante la etapa temprana de desarrollo cerebral.
El DHA y el ARA son ácidos grasos fascinantes porque representan una fracción muy pequeña del total de
grasa en la leche materna y en la fórmula para bebés, y sin embargo tienen un propósito muy específico. El
DHA y el ARA constituyen una tercera parte de los ácidos grasos que se encuentran en la materia gris del
cerebro, y hasta dos terceras partes de los que se encuentran en la retina ocular. Pero los investigadores
también han descubierto que los niveles de DHA en la leche materna varían ampliamente en diferentes
regiones. Por ejemplo, los niveles que se registran en Australia son del 0.23%; en Estados Unidos, del 0.17%,
y en Japón, del 1.0%. Entre los niveles más bajos registrados se encuentra el 0.07% en Sudán, en tanto que
en un país muy grande, como China, los niveles van del 0.44% al 2.78%. Se piensa que estas variaciones se
deben a diferencias en la dieta, especialmente en el consumo de pescado, con niveles de DHA
significativamente bajos en algunas zonas debido a cambios en las dietas tradicionales. Un análisis
exhaustivo determinó que el promedio mundial es de 0.32%.
"La concentración de DHA en la leche materna como porcentaje de otros ácidos grasos es generalmente de
entre 0.2% y 1.0%", apunta el profesor Brenna, "lo que indica que hay una gama muy amplia, pero incluso eso
parece ser un porcentaje muy pequeño del total. Lo que hay que tener en cuenta es que, en definitiva,
quemamos la mayor parte de los componentes que consumimos en los alimentos. Los usamos para producir
energía. Comemos carbohidratos y los quemamos. No los guardamos por mucho tiempo. Comemos grasa y
quemamos la mayor parte; pero muy poco del DHA se quema. El DHA es un componente estructural que va a
las membranas y, en efecto, está claro que el cerebro retiene el DHA con avidez, Por eso, si la cantidad de
DHA en la dieta es baja, el cerebro parece querer retenerla con aún mayor apremio".
Una pregunta que surge de modo natural, propone Brenna, es ¿cuánto DHA es suficiente? "Producimos una
cantidad basal de DHA. Eso está claro. Lo sabemos porque no vemos deficiencias en las personas que no
consumen ningún tipo de productos de origen animal. Esas personas tienen hijos sanos. Parece, pues, que
nuestra bioquímica está preparada para suministrar una cantidad más o menos mínima de DHA para prevenir
signos patentes de deficiencia, pero nuestra bioquímica parece también depender de un cierto suministro de
DHA para optimizar nuestro desarrollo".
Entonces, la pregunta que sigue es, advierte Brenna, ¿cuál es la cantidad óptima de DHA? "Una de las
observaciones que se han hecho acerca de ciertos periodos de desarrollo es que, al comparar el consumo de
DHA con el consumo exclusivo de precursores, hallamos que los bebés que consumen DHA se desarrollan un
tanto más rápido, pero los que no consumen DHA eventualmente llegan al mismo nivel". Si es ese el caso, y
parece que así es en cuanto se refiere a ciertos elementos del desarrollo, como la agudeza visual, ¿hay razón
para preocuparse por el DHA?
Brenna reconoce que es una pregunta difícil de contestar. "En lo personal, me atrae el argumento de varios
sicólogos que sintetizan la cuestión a partir de la lógica de 'gatear, caminar y correr'. En nuestro desarrollo,
primero gateamos, después caminamos y luego corremos, en ese mismo orden, y puede decirse que aún si
encontráramos un tratamiento que acentuara el desarrollo del bebé de modo que gateara más temprano, esto
no importaría, pues de todos modos el bebé gateará en algún momento. Sí, pero los que gateen primero
también caminarán primero y luego correrán primero".
Es algo que denominamos "efecto de techo", explica el profesor Brenna. "Eventualmente, todos los individuos
alcanzan una etapa particular del desarrollo, pero los que la alcancen primero tendrán una ligera ventaja. Es
por eso que en los estudios que muestran una ventaja temprana que podría no existir más adelante, es válido
preguntarse ¿prefiero tener una ventaja temprana o no tenerla?
La visión ofrece un buen ejemplo de un mecanismo de acción del DHA. "En la retina, el DHA se encuentra en
mayor concentración en los que denominamos fotorreceptores" señala Brenna. "Los fotorreceptores son
células estimuladas por la luz. La molécula en el fotorreceptor que detecta la luz, que es la energía del fotón,
es una proteína llamada rodopsina. Esta molécula de rodopsina se encuentra incrustada en la membrana y
rodeada de fosfolípidos que contienen DHA. El DHA interactúa con la molécula de rodopsina de un modo que
facilita la transmisión de la señal desde la rodopsina a las demás membranas de la célula, que entonces
amplifican la señal, lo que da lugar a la transmisión de la señal del nervio que indica que se ha detectado un
fotón en ese fotorreceptor".
Aun queda mucho por aprender sobre la razón exacta por la que los ácidos grasos de la leche materna, como
el DHA y el ARA, son importantes para el desarrollo. Aunque el DHA parece suscitar toda la atención, indica
Brenna, sabemos que el ARA tiene por igual muchas funciones. "Es mejor conocido por sus propiedades
como molécula de señalización o como precursor de toda una variedad de otras moléculas de señalización.
Estas moléculas de señalización son mejor conocidas por su rol en la coagulación de la sangre y también
participan en los procesos inflamatorios. El ARA se encuentra también en muy altos niveles en el cerebro". No
todas las funciones del ARA han sido cabalmente comprendidas, anota Brenna, pero sí sabemos que el ARA
es parte del trabajo actual de los investigadores, que intentan determinan el rol y función de nutrientes clave
en el desarrollo del feto y del bebé. Es una historia en la que faltan muchos capítulos por escribir.
http://www.lavisualmd.com/centros_de_salud/la_salud_del_nino/nutricion_infantil/dha_y_
ara
enfamil