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Segundo Informe Kareris y Compañia
Segundo Informe Kareris y Compañia
MARCO TEORICO
Ambos trabajos guardan relación frente a los aportes que se relacionan con la categoría
del uso inadecuado de la tecnología. En relaciones de representación política en
contexto de formación profesional a partir del análisis de prácticas estructurales
evidentes en el devenir histórico-social; se postuló un enfoque histórico-social como lo
propuso el investigador, el modelo oficial de enseñanza, el cual fue asumido por muchas
variables como el nivel cultural, socioeconómico familiar, la supervisión familiar
,variables de genero entre otros, el estudio de Analistas Socio-Políticos (2000) localizó
una agrupación entre tener teléfono móvil y sacar peores calificaciones en la que, se
debe considerar que este soporte no poseía un uso tan generalizado en dicha etapa. En la
indagación desarrollada por Pérez-Díaz y Rodríguez (2008), concluyen que, aun
teniendo presente una extensa recopilación de cambiantes que tienen la posibilidad de
estar similares con el rendimiento estudiantil, el que el alumno tuviera teléfono móvil
propio estaba asociado con peores calificaciones en la escuela.
Según resultados del estudio de Dueñas, Iglesias y Llorente (2011), el uso de la
tecnología se muestra perjudicial a la hora de obtener buenos resultados académicos. El
tiempo dedicado a hablar por el teléfono móvil, el envío de mensajes de texto, y las
horas dedicadas a estar conectados a internet con el agravante de conectarse a las redes
sociales, presentan una correlación inversa con el rendimiento escolar. Por otra parte,
leer o estudiar en los momentos de no conexión favorece la obtención de buenos
resultados académicos.
Según Bringué y Sádaba (2011) el uso de redes sociales aparece claramente vinculado a
un mayor apoyo de la tecnología como herramienta para la realización de tareas
escolares o para el estudio personal. Al mismo tiempo, existe una relación muy positiva
entre el grado de uso de la tecnología como herramienta didáctica por parte de los
docentes y el posterior uso de redes sociales entre los menores. Por otra parte, los
adolescentes usuarios de redes sociales reconocen un rendimiento académico peor, un
desplazamiento del tiempo de estudio en favor del tiempo dedicado a las pantallas, y
una menor afición a la lectura, sobre todo si se trata de textos no obligados desde la
escuela.
Toda enseñanza tiene unos objetivos evidentemente definidos, en funcionalidad del tipo
de hombre que se quiere conformar, del modelo social imperante en el entorno y del
instante histórico (Cárdenas, 1996; Delors, 1996; León Salazar, 2012). Domina como lo
apunta Delval (1999) a menudo aquellas finalidades trascendentes no son explícitas y
los agentes formadores no poseen suficiente consciencia de la labor que permanecen
llevando a cabo: “saben lo cual deben hacer para obtener los resultados que la sociedad
espera, empero no saben el sentido de lo cual hacen” (p. 87). En este orden de ideas,
León Salazar (2012) confirma que los objetivos educativos controlan, prejuzgan,
predicen y definen el impacto de la enseñanza, previo a que éste ocurra. Para este
creador, los objetivos conforman “una preparación abstracta del motivo, usualmente
incluido a fines políticos, ideológicos, religiosos, científicos, tecnológicos, industriales,
comerciales, económico.
Cada sociedad se ha planteado sus propios fines educativos y según Delval (1999) esto
se realiza atendiendo a la organización y grado de desarrollo de sus fuerzas productivas,
así como de la distribución del poder entre los grupos sociales. Es por ello que, a lo
largo de los años, diversas instancias nacionales e internacionales han expuesto sus
planteamientos ideológicos relacionados con la finalidad de la educación. El artículo
26.2 de la declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada y proclamada por
la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948 proclama: “La educación debe
tender al pleno desarrollo de la personalidad humana y al refuerzo del respeto de los
Derechos Humanos y de las libertades fundamentales…” Por su parte, la UNESCO
(1995), a través del Plan de Acción Integrado sobre la Educación para la Paz, los
Derechos Humanos y la Democracia establece que: La finalidad principal de una
educación para la paz, los derechos humanos y la democracia ha de ser el fomentado, en
todos los individuos, del sentido de los valores universales y los tipos de
comportamiento en que se basa una cultura de paz. Incluso en contextos socioculturales
diferentes es posible identificar valores que pueden ser reconocidos universalmente
(Art. 6).
La tecnología educativa a juicio de Cabero Almenara (2003) se muestra a lo largo de su
historia como una disciplina viva, polisémica, contradictoria y significativa, aludiendo
con ello a la importancia que han tenido las transformaciones en las que se ha visto
inmersa y las diversas formas de entenderla en el discurso pedagógico. Para encontrar
luces en esta diatriba conceptual es útil hacer una mirada a como se fue configurando la
tecnología educativa desde su génesis hasta las postrimerías del siglo XX.
Consecutivamente, Área Moreira (2009) ubica las raíces de la tecnología educativa en la
formación militar norteamericana de los años cuarenta, en la que era necesario generar
mecanismos para formar a un gran número de ciudadanos como soldados y oficiales,
empleando programas instruccionales para el logro de objetivos concretos de
aprendizaje. Una definición que muestra la concepción sobre esta disciplina en la
década de los 40’s fue elaborada por Munroe (1941), donde la define como cambios en
la conducta resultante de la aplicación en la escuela de materiales como: a) cine mudo o
sonoro; b) periódicos escolares; c) imágenes fijas, que pueden ser vistas directamente o
proyectadas en forma de diapositivas o filmina d) materiales de museo; y e) láminas,
mapas y gráficos.
En este orden de ideas, autores como Chadwick (1987), De Pablos (1996), Cabero
Almenara (2001) y Area Moreira (2009) concuerdan al asegurar que esta se configura
como campo de análisis en la enseñanza en el entorno norteamericano de los años
cincuenta, llegando a su máxima asentimiento en los sesentas, a la difusión efecto
social (prensa, radio, cine y tv), aunado al auge de conocimientos emergentes de la
psicología conductista. Luján Ferrer & Aulas Madriz (2009) citan 2 conceptos que
reflejan la concepción predominante en el instante: para Eiy (1963) es ese campo de la
teoría y práctica educativa, implicada primordialmente con el diseño y uso de mensajes
que controlan el proceso de aprendizaje; a medida que para Gagné (1968), la tecnología
educativa es un cuerpo humano de conocimientos técnicos con interacción al diseño
sistémico y la conducción científica de la enseñanza.
Este análisis sobre la tecnología educativa y su papel en el logro de los objetivos de la
enseñanza, tuvo como objetivo develar cuál es la tarea que tiene en el proceso de
materializar las finalidades más trascendentes de la enseñanza en el instante de hoy, las
cuáles responden al tipo de hombre que se estima eficaz y primordial conformar, así
como del modelo de sociedad del que tienen que apoderarse las novedosas
generaciones.
Se concluye que esta disciplina pedagógica experimentó una evolución especial en el
siglo XX, generando distintas maneras de entenderla. Sus raíces se sitúan en la
formación militar norteamericana propia de los años cuarenta, posicionándose como
campo de análisis en la enseñanza en los años cincuenta, asumiéndose en los aquellos
sesenta y setenta a partir de un enfoque técnico-racional para el diseño y evaluación de
la educación, sustentado en la psicología conductista.
En los ochentas se reivindica gracias al auge y fama de los grupos de computación, y en
los noventas se le asume como un campo de entendimiento pedagógico de meditación y
teorización sobre la acción educativa planificada en funcionalidad de entornos,
caracterizada por el uso de medios tecnológicos. Respecto a los objetivos de la
enseñanza, se prueba que los entes y actores formadores conocen lo cual poseen qué
hacer para obtener los resultados que la sociedad espera, mas no permanecen
suficientemente conscientes del sentido y sentido de lo cual realizan. Instancias de todo
el mundo como las naciones unidas (1948), la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, Ciencia y Cultura (1995) y el famoso Informe Delors (1996)
concuerdan en señalar que, a escala planetaria, el objetivo última de la enseñanza es el
desarrollo de la personalidad, aunado a la aprehensión de valores morales, la
convivencia democrática de la ciudadanía dentro de una cultura de tranquilidad, el
cuidado y custodia del ambiente, el respeto a la variedad cultural, el desarrollo de la
creatividad y la productividad
Decreto 584 del 26 de Febrero de 1991 Por el cual se reglamentan los viajes de
estudio al exterior de los investigadores nacionales.
Decreto 393 del 08 de Febrero de 1991 Por el cual se dictan normas sobre
asociación para actividades científicas y tecnológicas, proyectos de
investigación y creación de tecnologías.
Decreto: se refiere una autoridad sobre la materia en que tiene competencia. Es un tipo
de acto administrativo emanado por el poder ejecutivo y legislativo que, generalmente,
posee un contenido normativo reglamentario, por lo que su rango es jerárquicamente
inferior a las leyes.
Leyes: Regla o norma establecida por una autoridad superior para regular, de acuerdo
con la justicia, algún aspecto de las relaciones sociales.