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Esta presión es potencial y solo se desarrolla completamente bajo una expansión libre y un
cambio de humedad máxima desde el límite de contracción hasta la máxima humedad de
campo o saturación.
Se tienen por lo tanto dos condiciones extremas: si no hay cambio de humedad, no hay
presión de hinchamiento, o por otra parte, aunque haya un cambio extremo de humedad, si
se aplica una presión vertical suficiente, se anula la presión de hinchamiento. Dentro de
estos extremos existen infinidad de condiciones intermedias que son las que se darán en la
realidad y que se deben determinar para optimizar el espesor de los rellenos de sustitución y
la estructuración de pisos.
A modo de ejemplo se adjuntan algunos de los criterios más comunes para clasificar el
potencial de expansión de las arcillas.
Alternativas de solución
Como ya se comentó, el comportamiento de estos materiales varía en función de la
humedad natural con que cuenten. Esto hace que en el verano, cuando los mismos se
encuentran secos, las arcillas se contraigan y agrieten (pérdida de volumen) y en el invierno
cuando se saturan los suelos se expanden (aumento de volumen). Este proceso de expansión
genera presiones muy altas, que muchas veces no pueden ser resistidas por las estructuras,
especialmente las livianas, provocando agrietamiento de pisos, marcos de puertas y
ventanas desplomadas, levantamientos de aceras, etc. (ver Figura).
En muchos casos, los espesores de arcilla son importantes (mayores a 3 m), lo que hace
difícil pensar en su eliminación total del área de construcción y su sustitución con un
relleno de lastre compactado o con un suelo no expansivo, que sería la solución más segura.
Esta condición obliga a tomar medidas que minimicen los efectos dañinos de estos
materiales. Dentro de las medidas más comunes se pueden mencionar las siguientes:
Zanjas perimetrales para evitar el flujo hacia la zona debajo de los pisos.
Si se construye en verano, inundar la arcilla antes de colocar el relleno.
Aceras con un diente en el extremo alrededor de los edificios. Cunetas perimetrales
que evacuen rápidamente el agua de lluvia.
Uso de juntas perimetrales para evitar interacción con paredes.
Debido a que la generación de daños, por levantamiento de la superficie, depende
de la estructuración del piso, es decir de la cantidad y separación de juntas, uso de
refuerzo, espesor de la losa, calidad del concreto, etc., se debe hacer un análisis
estructural para cada caso, usando la información del estudio efectuado. Es muy
relativo decir que en general a partir de 1.2 cm, de levantamiento se inician los
daños, ya que en muchos casos hasta 4.0 cm pueden no significar problemas serios,
o sea que bastarían unos 0.50 metros de sustitución.
Se debe considerar también como una alternativa de solución, hacer una sustitución
parcial de 0.60 metros conjuntamente con una recompactación de la arcilla
expansiva a baja densidad en otros 0.60 metros. Esta solución es factible en la
medida en que el equipo de compactación pueda trabajar en invierno o verano en
este proceso. En la figura adjunta se presenta la relación entre el cambio de volumen
en función del peso volumétrico seco.
Se destaca la importancia de la saturación de la arcilla previa colocación del relleno,
en época de verano.
La solución óptima a escoger puede ser diferente en cada caso ya que involucra
aspectos de costos, disponibilidad de ciertos equipos, posibilidad de construcción en
cualquier época del año, etc.