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CHOU EN-LAI, IMPENITENTE SEGUIDOR DEL

CAMINO CAPITALISTA DENTRO DEL


PARTIDO COMUNISTA DE CHINA
Por Antonio Rosales Vargas

“Elemento de doble faz, mitad lobo mitad cordero, era un maestro del doble juego”, así
lo califican los revolucionarios marxista-leninista-maoístas chinos a Chou En-lai. Así
también los marxista-leninista-maoístas del mundo entero lo calificamos a ese elemento
de dos rostros que por más de cincuenta años se ocultó en el Partido Comunista de
China. Allí medró en todo ese tiempo desempeñando permanentemente los más altos
cargos partidarios y gubernamentales1. Porque era muy taimado permaneció sin que
fuese detectado.

Hoy la República Popular China es un país que, habiendo restablecido el capitalismo, ha


implantado una dictadura burgués-fascista que oprime cruelmente al pueblo chino;
sobre él pesan toda suerte de desgracias.

Para la restauración capitalista Chou En-lai jugó un rol fundamental, preponderante.


Podemos sentenciar, sin lugar a equivocarnos, que tal restauración es su principal obra,
su hija predilecta, a la misma que la dotó de las bases esenciales teóricas y políticas.

CHOU EN-LAI ERA AGENTE DEL KUOMINTANG Y DEL REVISIONISMO

En 1936, cuando el Partido Comunista de China y el pueblo chino enfrentaban la guerra


de resistencia contra la invasión japonesa, se produjo el denominado Incidente de Sian
(Provincia de Shensí)2. Por entonces el Kuomintang, dirigido por Chiang Kai-shek,
traicionando a China, se puso al lado de los agresores japoneses para perseguir y matar a
los revolucionarios comunistas. En esas circunstancias los generales kuomintangistas
Chang Sue-liang y Yan Ju-chang se rebelaron, apresaron y secuestraron en diciembre de
1936 a Chiang Kai-shek obligándolo a no perseguir ni matar a los luchadores

1
Miembro del Comité Central del PCCh, miembro del Buró Político del CC del PCCh, miembro del
Comité Permanente del Buró Político del CC del PCCh, Vice-Presidente del CC del PCCh, Primer
Ministro del Consejo de Estado de la República Popular China y Presidente del Comité Nacional del
Consejo Consultivo Político del Pueblo Chino.
2
Ver: “A propósito de una declaración de Chiang Kai-chek”. En: Obras Escogidas de Mao Tsetung,
Tomo I, p. 275. Ver también: Pekín Informa N° 43, 25 de Octubre de 1967, pp. 11-12.
1
comunistas que desplegaban la guerra de resistencia. Esta fue una ocasión valiosísima
para haber liquidado a Chiang Kai-shek; pero no fue así ya que Chou En-lai desplegó
grandes esfuerzos en favor de Chiang para que lo liberaran si aceptaba hacer un frente
antijaponés con el PCCh. Chiang Kai-shek, ni corto ni perezoso, aceptó de palabra el
compromiso; fue liberado, más no cumplió su palabra y prosiguió su guerra reaccionaria
contra el PCCh y el Ejército Rojo. En resumen, Chou En-lai, al favorecer a Chiang Kai-
shek, favoreció directamente al imperialismo japonés, al imperialismo yanqui, a la gran
burguesía y la clase terrateniente chinas, es decir, accionó soterradamente al servicio de
la contrarrevolución y contra China.

CHOU EN-LAI IDEÓ LAS “CUATRO MODERNIZACIONES” CAPITALISTAS

Después que se cumplió el Gran Salto Adelante, en 1963, Chou En-lai lanzó la consigna
burguesa de realizar las “cuatro modernizaciones” (en la industria, la agricultura, la
defensa nacional, la ciencia y tecnología). La propuesta fue rápidamente criticada y no
prosperó. Pero Chou no quedó en ese primer fracaso sino que porfió con un segundo
intento y volvió a lanzar la consigna de las “cuatro modernizaciones” en 1975, año en
que había cejado ya la Revolución Cultural Proletaria, el revisionismo se posicionaba en
puestos claves del Partido y del Estado y Mao Tsetung, ya muy enfermo y anciano,
viviendo sus últimos meses, sólo era figura decorativa. Sin embargo, nuevamente volvió
a fracasar la consigna reaccionaria al ser duramente criticada por el Partido.

Chou En-lai murió en 1976 y no vio realizadas las modernizaciones, pero dos años
después, ya muerto Mao Tsetung y sus principales colaboradores marxista-leninista-
maoístas, los revisionistas (ubicados por Chou en las direcciones claves), luego del
golpe de Estado reaccionario de Octubre de 1976, con el más recalcitrante revisionista
vendeobreros Teng Siaoping a la cabeza, oficializaron las “cuatro modernizaciones”
burguesas.

En apariencia hacer las “cuatro modernizaciones” no era malo. China debía


modernizarse, ¿por qué no? Eso sonaba muy bien. Pero, ¿por qué se opuso
repetidamente el PCCh cuando seguía una línea revolucionaria proletaria para el
desarrollo del país? ¿En qué contexto Chou En-lai formuló sus “cuatro
modernizaciones”?

Hacia el año de 1963, la Revolución Socialista en la República Popular China había


alcanzado grandes victorias con el Gran Salto Adelante y la instauración de las
Comunas Populares. Es en este contexto que Chou En-lai propuso realizar las
modernizaciones en la industria, la agricultura, la defensa nacional, la ciencia y

2
tecnología. Hemos anotado que en apariencia esto era simpático; pero en el fondo era
una consigna restauracionista de capitalismo.

Se estaba haciendo la revolución contra la burguesía (Revolución Socialista) y la


burguesía luchaba contra el proletariado. En este acontecimiento no se puede olvidar
que toda lucha política apunta a la toma del Poder, a consolidarlo y desarrollarlo, porque
en la sociedad socialista aún existen las clases, las contradicciones de clases y la lucha
de clases; existe, por tanto, el peligro de restauración capitalista. La lucha de clases es
una lucha política por el Poder. La burguesía en el socialismo, aunque derrocada, sigue
luchando para recuperar su poder perdido, de modo que el Gran Salto Adelante y las
Comunas Populares sólo eran un paso en el desarrollo del socialismo para consolidar y
desarrollar su poder la clase obrera, para consolidar y desarrollar la Dictadura del
Proletariado. Por eso es que el PCCh propagó la orden de “Poner la política proletaria al
mando de todo”, al mando de todas las transformaciones socialistas, o, dicho en
contrario, todas las reformas socialistas debían servir al desarrollo de la Revolución
Socialista y de la Dictadura del Proletariado.

Pero, en el transcurso de esta lucha, Chou En-lai, desoyendo la correcta directiva


partidaria, haciéndose el ingenuo, sacó de al pie de la manga su propuesta de cuatro
modernizaciones, las cuales excluían por completo la política y la lucha política de la
clase obrera. Encasillarse en modernizar la industria, la agricultura, la defensa nacional,
la ciencia y tecnología, esto es, hacer modernización por modernización, sin poner la
política proletaria al mando era, ni más ni menos, desarrollar capitalismo o apuntar a la
restauración capitalista y al retorno de la dictadura burguesa, porque donde no dirige la
política proletaria dirige la política burguesa. Y esto lo estaba haciendo
disimuladamente, en plena Revolución Socialista, el camuflado con poder seguidor del
camino capitalista Chou En-lai. Sus cuatro modernizaciones pretendían entretener a la
clase obrera, desviarla del correcto camino y restaurar el capitalismo en China.

El camarada Mao, habiendo encontrado a Chou fraguando sus trapacerías, y haciendo


una correctísima relación dialéctica entre revolución y desarrollo económico, para
resolver el problema creado, estableció la sabia directiva de “Empeñarse en la
revolución y promover la producción”.

CHOU EN-LAI SE OPUSO A LA REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA

Cuando la Gran Revolución Cultural Proletaria estaba en marcha, después que le


infundiera rumbo definido la Circular del Comité Central del PCCh, del 16 de mayo de
1966, a la que completó, precisó y desarrolló la Decisión de 16 Puntos del Comité

3
Central del Partido Comunista de China sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria,
del 8 de agosto de 1966; después de emitidos estos dos documentos históricos marxista-
leninista-maoístas, el porfiado elemento con poder seguido del camino capitalista dentro
del PCCh, Chou En-lai, en setiembre de 1966, desembozadamente, escribió lo siguiente:
“Con el objetivo de facilitar el progreso regular de la producción industrial y agrícola, los
guardias rojos y estudiantes revolucionarios de las universidades, institutos y escuelas
secundarias no deben ir a hacer contactos revolucionarios a las fábricas y empresas, y a
las comunas populares rurales […], tampoco pueden interrumpir la producción para hacer
la revolución”. (Los corchetes son míos)3

Chou En-lai volvió al ataque oportunista, revisionista, disimulado, esta vez contra la
Revolución Cultural. Ante la avalancha revolucionaria, que movilizaba a millones de
obreros, campesinos, soldados, jóvenes estudiantes, intelectuales, profesionales, artistas,
científicos, etc., para criticar y repudiar la línea burguesa practicada por los
representantes antipartido y antisocialistas de la burguesía, o elementos con Poder
seguidores del camino capitalista dentro del Partido y en los diversos sectores
productivos así como en los diversos niveles gubernamentales, Chou En-lai sintió que
se le movía el piso y se apresuró, al socaire de la Gran Revolución Cultural, a difundir
una orden contrarrevolucionaria porque temía que la crítica, el repudio y el
desenmascaramiento lo pusieran a descubierto.

A pesar de que era muy taimado, esta vez la necesidad del apuro le hizo soltar palabras
directas y palabras que escondían sus verdaderas intenciones. La expresión abierta está
en la orden directa a los jóvenes revolucionarios de no “ir a hacer contactos
revolucionarios a las fábricas y empresas ni tampoco a las comunas populares rurales.”

Visto esto jocosamente, con argot cómico, anotaremos que a Chou En-lai se le
chispoteó. Dicho en pocas palabras, Chou, en medio de su desesperación, estaba
prohibiendo realizar la Revolución Cultural. Dejó a un lado la directiva de empeñarse en
la revolución y promover la producción; se olvidó por completo del marxismo-
leninismo-pensamiento Mao Tsetung acerca de “¿Cómo juzgar si un joven es
revolucionario? ¿Cómo discernirlo? Sólo hay un criterio: si está dispuesto a fundirse, y
se funde en la práctica, con las grandes masas obreras y campesinas. Es revolucionario
si lo quiere hacer y lo hace; de otro modo es no-revolucionario o
contrarrevolucionario”4.

3
Chou En-lai: “Discurso de Bienvenida a Profesores y Estudiantes Revolucionarios de toda China”. En:
Pekín Informa N° 39, 15 de setiembre de 1966.
4
Mao Tsetung: “Orientación del Movimiento Juvenil”. En: Obras escogidas, Tomo II.
4
Cuando Mao escribió el primer dazibao que decía “Cañonear el cuartel general
burgués”, Chou, que era el jefe secreto de dicho cuartel, sintió que la tierra se le movía
bajo sus pies y por eso borbotó aceleradamente su orden contrarrevolucionaria de no ir a
las masas violando a la vez el Veredicto N° 2 de la Decisión de 16 Puntos del Comité
Central del PCCh sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria, que había establecido
que “Las amplias masas de obreros, campesinos, soldados, intelectuales revolucionarios
y cuadros revolucionarios constituyen la fuerza principal en esta gran revolución
cultural. Un gran número de jóvenes revolucionarios, antes desconocidos, se han
convertido en valientes desbrozadores de caminos.”5

De otra parte, la idea oculta, revisionista, burguesa, reaccionaria, implícita en la orden


contrarrevolucionaria de Chou En-lai subyace en que trastoca la relación entre política y
economía. El marxismo-leninismo-maoísmo considera que en esta relación la política
tiene un rol dirigente y la economía un papel dirigido; todo el accionar económico debe
funcionar para el movimiento político; la política está al mando de todo; la política
proletaria dirige todo el funcionamiento de la base económico-social y de toda la
superestructura socialistas; la economía en el socialismo trabaja en función de la
dictadura del proletariado, de la dictadura omnímoda del proletariado. Pero, el taimado
elemento con poder seguidor del camino capitalista dentro del Partido, Chou En-lai,
invirtió esta correcta relación; en su ordenanza puso la economía en el puesto dirigente
y prohibió realizar la política proletaria: “No ir a hacer contactos revolucionarios” con
las masas y dedicarse sólo a la producción. Esto es revisionismo mondo y lirondo; esto
es labor de zapa dirigida a restaurar capitalismo. Trabajar sólo para el desarrollo del
sector económico no necesita de revolución socialista, lo hace la burguesía en el
capitalismo. La maquinación política de Chou En-lai tenía un propósito restauracionista.

CHOU EN-LAI ENGENDRÓ LA REACCIONARIA “TEORÍA DE LOS TRES MUNDOS”

En agosto de 1973 se realizó el Décimo Congreso Nacional del Partido Comunista de


China, en él, Chou En-lai, en nombre del Comité Central, presentó el informe político.
Dicho informe fue aprobado, primero, por el Comité Central y, luego, por el Congreso,
en momentos en que ya se había producido una peligrosa escalada revisionista en el
Partido bajo el amparo de Chou.

El contenido de su informe es mediocre, divagante y revisionista (proscribió


definitivamente la Dictadura del Proletariado). No contiene ningún aporte teórico ni

5
“Decisión del CC del PCCh sobre la gran revolución cultural proletaria” (1966). Pekín: Ediciones en
Lenguas extranjeras., p. 2.
5
práctico (que debió ser abundante después de la gran experiencia de la Revolución
Cultural); sólo está circunscrito a parafrasear repetitivamente algunos textos de Mao
Tsetung, lo cual le daba la apariencia de agitar la bandera roja cuando, en realidad,
estaba atacando arteramente a la bandera roja.

Buena parte de aquel informe está dedicado a atacar a Lin Piao con divagantes
adjetivaciones y sin fundamentación teórica marxista ni demostraciones de evidencias
prácticas. Pero aquel informe, no obstante, sí contenía una novedad consistente en que
Chou En-lai escribió en él su engendro antimarxista, revisionista, burgués, reaccionario,
denominado “Teoría de los Tres Mundos” (incluida en el subtítulo “Sobre la Situación y
Nuestras Tareas”)6, la misma que, a partir de entonces, se convirtió en la concepción
estratégica oficial del PCCh acerca de las contradicciones del mundo contemporáneo. El
PCCh abandonó la concepción marxista-leninista y entró con todo y zapatos al
atolladero revisionista rumbo a la restauración capitalista. Muy bien vista por la
burguesía la teoría de los tres mundos sirvió de base ideológica para que el
imperialismo yanqui hiciera el gran acercamiento con China. Chou En-lai lo había
logrado.

En muy ajustado resumen, a la teoría de los tres mundos la condenamos por constituir la
negación del análisis leninista de las contradicciones fundamentales del mundo
contemporáneo; predica realizar una alianza reaccionaria de los pueblos con el
imperialismo del segundo mundo; embellece al imperialismo mostrándolo casi en la
condición de amigo de los pueblos; y, en definitiva, niega el papel dirigente de la clase
obrera en el proceso revolucionario.

6
Consultar: “Restauración capitalista en la República Popular China” (2008) de Antonio Rosales V. 2da.
Edic. San Marcos. Lima.
6

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