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El costado masoquista del estadio del espejo

Laura Rangone. 2019.

El siguiente texto es un extracto del capítulo 1: La importancia estructural del masoquismo,


que corresponde a la tesis de Maestría en Psicoanálisis El concepto de masoquismo en la
obra de Jacques Lacan.

En la clase del 5 de mayo, del Seminario 1, publicado bajo el título Los escritos técnicos
de Freud (1953-1954), Lacan se explayará más sobre el tema del masoquismo; a partir de
una pregunta introducida de forma más o menos repentina por el Dr. Granoff: “¿Cómo
comprender entonces la salida masoquista del estadio del espejo?” (p. 256)
Es necesario contextuar este interrogante, al menos sintéticamente. Lacan venía trabajando
sobre el hecho de que en su origen, el deseo, puede verse únicamente en el otro. Aquí, el
término “origen” remite a un “antes del lenguaje” donde “(…) el deseo sólo existe en el
plano único de la relación imaginaria del estadio especular; existe proyectado, alienado en
el otro.” (p. 253) La tensión que esto provoca, dirá Lacan (siguiendo a Hegel), no conduce a
otra salida más que a la destrucción del otro (agregaría: por lo menos en este plano, es
decir, imaginario). Caen en este terreno términos como competencia, rivalidad absoluta,
agresividad radical, que apuntan a la desaparición del otro, en la medida en que es soporte
del deseo del sujeto, sede de la alienación.
Si nos quedáramos entonces, sólo en el campo de la imagen, todo anhelo humano se
limitaría a la destrucción del semejante. La salida a esta encerrona especular la dará el
mundo del símbolo; lo que no deja de remitir a la pregunta de Granoff, que sitúa las cosas
en otro plano.
Lacan inicia su respuesta de la siguiente manera:

La salida masoquista (…) no podemos comprenderla sin la


dimensión de lo simbólico. Se sitúa en el punto de articulación entre
lo imaginario y lo simbólico. En ese punto de articulación se sitúa,
en su forma estructurante, lo que suele llamarse el masoquismo
primordial. También es allí donde debe situarse el llamado instinto
de muerte, el cual es constituyente de la posición fundamental del
sujeto humano. (Lacan, 1954, p. 256)

Para reordenar las variables en juego; ¿qué puede extraerse de esta referencia inicial?
i) que es necesario pensar la salida masoquista del estadio de espejo en función de los
registros lacanianos de imaginario y simbólico;
ii) que se hace referencia aquí al masoquismo primordial en su vertiente estructurante y;
iii) que hay cierta superposición entre este masoquismo y el instinto de muerte.

Comprender mejor estos puntos requiere avanzar en la repuesta que brinda Lacan, donde la
operación confesada pasará por acentuar lo que está en la obra de Freud y sin embargo él
mismo no subraya.
Si el masoquismo primordial había sido puesto en relación directa con el instinto de muerte,
el texto freudiano que Lacan privilegiará aquí será Más allá del principio de placer (1920).
En este contexto, retrabajará el juego del fort – da, indicando que lo más importante allí es
que se trata de una primera manifestación del lenguaje. Dice: “Mediante esta oposición
fonemática el niño trasciende, lleva a un plano simbólico, el fenómeno de la presencia y de
la ausencia. Se convierte en amo de la cosa, en la medida en que, justamente, la destruye.”
(p. 257)
En la lectura freudiana el foco se sitúa en el carácter, en principio, enigmático, de la
repetición por parte del niño de un hecho displacentero, la partida materna. Repetición
displacentera, que conforme avance su investigación, Freud colocará del lado de la pulsión
de muerte. No es esto lo único que se le hace palmario al padre del psicoanálisis en la
experiencia del juego; de ella también destaca, por ejemplo, que le permite al niño trucar
“la pasividad del vivenciar por la actividad del jugar.” (p. 17) Algo de eso parece resonar en
los términos lacanianos “se convierte en amo de la cosa.” Sin embargo, Lacan no se está
refiriendo a lo mismo. Su análisis (porque es un verdadero análisis, si recodamos la
etimología de esta palabra, descomposición de elementos para una síntesis nueva) corre el
eje de cómo pensar tanto la actividad del niño, como la pulsión de muerte (ambas tendrán
que ver con la destrucción de la cosa, en la medida en que interviene el lenguaje).
Dice Lacan en el Seminario 1, leyendo una cita de su propia autoría, que corresponde a
Función y campo de la palabra y del lenguaje en Psicoanálisis (1953):

(…) su acción [haciendo referencia al niño del fort-da]1 destruye el


objeto que hizo aparecer y desaparecer en la provocación – en el
sentido propio del término, mediante la voz – anticipante de su
presencia y su ausencia. Hace así negativo el campo de fuerzas del
deseo para hacerse ante sí misma su propio objeto. Y este objeto,
tomando cuerpo inmediatamente en la pareja simbólica de las dos
jaculatorias elementales, anuncia en el sujeto la integración diacrónica
de la dicotomía de los fonemas (…) cuyo lenguaje existente ofrece la
estructura sincrónica a su asimilación; así el niño comienza a
adentrarse en el sistema del discurso concreto del ambiente,
reproduciendo más o menos aproximadamente en su Fort! y en su Da!
los vocablos que recibe de él. (pp. 257, 258)

La acción del niño está en su capacidad de articular ese “fort” y ese “da”, lo que atestigua la
introducción del símbolo. Es el símbolo el que inaugura el mundo de la negatividad. Se
trata, y lo menciona Lacan allí, de la puesta en juego de una pareja simbólica, de la
dicotomía de los fonemas, que trasciende el plano de lo que cae en el campo de la
percepción (en el sentido de tener a la vista un objeto concreto), para constituir una
oposición significante.
Claro que la cuestión aquí no pasa simplemente por trascender el plano perceptivo – como
lo referí recientemente – sino por una operatoria más radical; por la destrucción, por el
asesinato de la cosa (de la “realidad natural” de la cosa) para hacerla entrar en la lógica del
significante.2
La noción de masoquismo primordial girará entonces, en torno a este “asesinato originario
de la cosa.” (Lacan, 1954, p. 258), que aparece como constitutivo de la realidad del hombre

1
Lo anunciado entre corchetes me pertenece.
2
Recuérdese en relación con esto, el empleo, por parte de Lacan, de la palabra “elefante”, también en el
Seminario 1.
(que es una realidad simbólica). Es por ello que puede afirmarse que el masoquismo se
muestra aquí, en su carácter estructurante. Es estructurante de la experiencia humana tal y
como se la conoce, esto es, signada por el significante. Es estructurante del sujeto, porque
después de todo, “los seres humanos están, en tanto que humanos, todos bajo la férula.”
(Lacan, 1958, p. 251) O, si se quiere, lo propio de lo humano implica caer bajo el látigo del
Otro.
Frente a la rivalidad especular, el significante pacifica, pero también somete. La posición
del hombre en este punto es inevitablemente masoquista, en tanto es imposible escapar de
la sumisión al significante.
Si, según los términos de Lacan, la pulsión de muerte es constituyente de la posición
fundamental del sujeto, es porque esta pulsión es el lenguaje.
Vemos entonces como a partir del despliegue que ofrece Lacan del fort –da como
introducción al lenguaje, se aclaran los puntos a los que referí páginas atrás, en términos de
variables en juego (la participación de los registros imaginario y simbólico, el masoquismo
como estructurante y la superposición entre pulsión de muerte y masoquismo.)
La sumisión del sujeto parlante al lenguaje insistirá a lo largo de la obra de Lacan, tomando
diferentes matices (debido a nuevos desarrollos conceptuales), pero conservando lo esencial
de la cuestión: la única posición posible, en la medida en que es condición de la estructura
humana, es el sometimiento. A modo de ejemplo: “Cuando digo empleo del lenguaje, no
quiero decir que lo empleemos. Nosotros somos sus empleados. El lenguaje nos emplea, y
por este motivo eso goza.” (Lacan, 1970, p. 70).

Bibliografía (de este fragmento):


Freud, S. (1920/2007). Más allá del principio de placer. En Obras Completas. Tomo 18.
Buenos Aires: Amorrortu.
Lacan, J. (1953-54/2006). El Seminario de Jacques Lacan. Libro 1 Los escritos técnicos de
Freud. Buenos Aires: Paidós.
Lacan, J. (1957-58/2007). El Seminario de Jacques Lacan. Libro 5. Las formaciones del
inconsciente. Buenos Aires: Paidós.
Lacan, J. (1969-70/2006). El Seminario de Jacques Lacan. Libro 17. El reverso del
Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.

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