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Desde 1962 hasta 1970 enseñó en Brandeis y dirigió el coro de cámar de esta
universidad. En 1965 colaboró con John Cage, con quien compartía principios estéticos
y una influencia mutua. En un concierto en el Rose Art Museum se estrenaron dos
grandes obras, Rozart Mix de Cage y Music for solo performer, de Lucier.1
1
COLLINS, Nicolas, KUIVLIA, Ron, MILLER-KELLER, Andrea, Alvin Lucier: A Celebration.
Middletown: Wesleyan University Press, 2011.
2
A partir de la década de 1990 y hacia al siglo XXI, Lucier continua su
exploración, con obras que examinan las propiedades sonoras de recipientes resonantes,
desde la taza de té de Nothing is real (Strawberry fields forever) (1990) a los objetos
metálicos de Music for gamelan instruments, microphones, amplifers and
loudspeackers.2
2
RAFFO DEWAR, Andrew, «Handmade sounds: The Sonic Arts Union and American
technoculture» Tesis doctoral. Middletown (Connecticut): Wesleyan University, 2009, págs. 47-
48.
3
Ibíd., págs. 48-50
4
Ibíd., págs. 24-25
3
El surgimiento de la disciplina del happening marcaría formalmente el
desarrollo del grupo. El happening es un reflejo de la naturaleza interdisciplinaria de
esta en la que comenzaban a surgir las primeras instalaciones multimedia en el arte
americano. Se suele atribuir el origen del happening a Allan Kaprow y su obra 18
happenings in 6 parts, también fue muy influyente la escena circundante a la Rugers
University en Nueva Jersey. Kaprow construía obras que llamaba “action collages”
donde aunaba su interés por el collage y el teatro. Estuvo tremendamente influenciado
por las clases de composición de Cage en el New School of Social Research entre 1957
y 1958.5 Es difícil dar un definición acertada de happening, debido a la multiplicidad de
variantes que se han dado dentro de la propia disciplina, pero Michael Kirby, profesor
de teatro en la Universidad de Nueva York, y autor de algunos textos muy influyentes
sobre las corrientes artísticas de mitad de siglo, lo define como “una forma compuesta
de teatro en la que diversos elementos ilógicos, incluyendo la performance no matricial,
se organizan en una estructura compartimentada”6. En su escrito On acting and not-
acting explica a lo que se refiere con “performance no matricial”. Se trata de un tipo de
performance en la que el artista implicado no representa en su persona a un personaje en
un tiempo y espacio definidos, y no hace nada para reforzar una identificación
concreta.7 El performer está simplemente comprometido con una tarea en escena, pero
no está actuando.
Por otro lado, tenemos todos los movimientos que surgieron en torno a la
experimentación acústica con medios electroacústicos. Se trató de grupos e instituciones
mixtas, formadas por profesionales de diversos campos, también ingenieros e
informáticos. Un ejemplo es el San Francisco Tape Music Center, fundad en 1960,
donde destacó la participación de artistas visuales que integraron juegos lumínicos en
las instalaciones y performances. Otro grupo influyente fue Ant Farm, centrado en un
principio en la arquitectura pero que derivó hacia las instalaciones multimedia. 8
Por último, tenemos el controvertido grupo Fluxus. Es quizá uno de los más
influyentes del panorama, del cual Sonic Arts Union, y muchos otros artistas y grupos,
5
Ibíd., págs. 27-30.
6
KIRBY, Michael, Happenings. Nueva York: E. P. Dutton & Co, 1965., pág. 21.
7
KIRBY, Michael, «On acting and not-acting» en The Dram Review (The MIT Press), Vol. 16, No. 1,
1972, págs. 3-15.
8
RAFFO DEWAR, Andrew, «Handmade sounds: The Sonic Arts Union and American technoculture»
Tesis doctoral. Middletown (Connecticut): Wesleyan University, 2009, págs. 25-26.
4
tomarían radicales ideas sobre la aleatoriedad. Fluxus crea una nueva corriente que
como su nombre indica, pretende interpretar como artístico lo banal y cotidiano, y por
tanto, lo que fluye y se somete al paso del tiempo y los cambios, eliminando así la
idealización del arte.9
Cómo se produce el sonido es una cuestión crucial para Lucier, pero lo es más
cómo funciona la difusión del sonido. El sonido se propaga en un espacio, interfiere con
otros sonidos, llega hasta nuestros oídos, se refleja de vuelta desde rincones y paredes y
llega de nuevo hasta nuestros oídos. Muchos de sus trabajos reflejan este fenómeno,
pero su aproximación está lejos de un simple diseño sonoro, su intención no es recrear o
reflejar entornos auditivos virtuales. Lo que pretende la música de Lucier es hacer
manifiesto (audible) lo que está escondido.
I am sitting in a room
La obra consiste, a grandes rasgos, en la grabación de un texto dentro de una
habitación, y la posterior grabación de esta grabación, luego la grabación de la
grabación de la grabación, y así hasta que la palabra se diluye por completo, desvelando
las resonancias de la habitación.
9
MATAIX, Carmen, «Fluxus: un arte del desorden, un arte del futuro» en Norba-arte, vol. 30,
págs. 261 269, 2010.
5
En acústica, la resonancia es el reforzamiento de ciertas amplitudes sonoras
como resultado de la coincidencia de ondas similares en frecuencias: es un caso
particular de resonancia mecánica. La resonancia acústica es un término que se utiliza a
veces para reducir la resonancia mecánica a la gama de frecuencias del oído humano,
aunque realmente la acústica se define en términos generales relativos a las ondas
vibratorias en la materia; por lo tanto, la resonancia acústica puede ocurrir a frecuencias
fuera del rango del oído humano.
Existen otras obras del siglo XX que llevan consigo esta idea de revelar algo que
estaba ya, por así decirlo, en el aire, como puede ser la pieza 4’33” de John Cage. Pero
más allá de esta intención, I am sitting in a room refleja un contenido musical primario
e intrínseco, que sobrepasa el mero poder simbólico.
6
Vespers
7
lo más importante, el discernimiento de la distancia y la dirección del objeto de donde
retorna el eco.
Una de las cosas interesantes sobre esta obra es su planteamiento como proceso
del que la audiencia debe participar. No se trata únicamente de que los sonidos
producidos por el dispositivo den lugar a una imagen del espacio, sino que la propia
audiencia debe experimentarlo.
8
Music for solo performer
En la “partitura”, Lucier llama a esta pieza “Music for solo performer (for
enormpusly amplified brain waves and percussion)”.
Existen diferentes tipos de ondas cerebrales, entre ellas las ondas Alfa, que son
de las que habla Lucier en la explicación de su obra. Son aquellas que reflejan una
actividad cerebral escasa, y tienen un rango dinámico de 8 a 12 Hz, por lo que son
imperceptibles por el oído humano. 10
10
AZNAR CASANOVA, J. Antonio, “Las ondas cerebales” en Psicología de la percepción visual,
n.d. http://www.ub.edu/pa1/node/130 Consultado el 19-05-2020.
11
Se trata de un método no invasivo para medir las ondas Alfa, idóneo para la performance.
12
LUCIER, Alvin, Chambers Scores by Alvin Lucier. Middletown: Wesleyan University Press,
1980, págs. 69-78.
9
De esta forma, cuando el performer produce ondas Alfa, lo que Lucier consigue
cerrando los ojos y absteniéndose de visualizar nada, los amplificadores harán resonar
los distintos instrumentos a los que están conectados, resultando una frecuencia análoga
a las ondas cerebrales amplificadas.13 Este método que dirige la intensidad de las ondas
cerebrales directamente a instrumentos es el primer intento de interpretar la actividad
cerebral en tiempo real en la música experimental.14
Un punto clave es el hecho de que el performer está expuesto a los sonidos que
le llegan, resultantes de sus propias ondas cerebrales, lo que produce a su vez una
actividad cerebral diferente, con una relación de causalidad directa con el evento sonoro
anterior. De esta forma, la obra se convierte en una especie de bucle de
retroalimentación, que se va construyendo sobre sí mismo. El resultado musical es un
crecimiento gradual hacia un punto de máxima tensión y densidad sonora.
13
BARRET, G Douglas, «The brain at work: Cognitive labor and the posthuman brain in Alvin
Lucier’s Music for solo performer» en Postmodern Culture, Vol. 27, No. 3, 2017.
14
EATON, Joel, RECK MIRNDA, Eduardo, «On mapping EEG information into music» en
Guide to brain-computer music interfacing, ed. Eduardo Reck Miranda y Julien Castet. Londres:
2014, págs. 221-254.
15
MCKEE, Michael G., «Biofeedback: An overview in the context of heart-brain medicine» en
Cleveland Clinic Journal of Medicine Vol. 75, No. 2, 2008, , págs. 31-34.
10
estado meditativo, mediante la privación de la visión, se pueden percibir de forma
potencial las ondas Alfa que genera el cerebro.16
16
LUCIER, Alvin, Chambers Scores by Alvin Lucier. Middletown: Wesleyan University Press, 1980,
págs. 69-78
17
Ibíd.
18 Ib
Ibíd., pág. 71.
11
controlada. Al fin y al cabo, la introducción de medios electrónicos no deja de implicar
una preparación previa, que deja menos espacio a la espontaneidad. En I am sitting in a
room encontramos una aleatoriedad controlada por un bucle, monótona. La influencia
de Fluxus hace del cambio una cualidad más de la obra, como algo que fluye
inevitablemente, sometido al paso del tiempo, solo que en este caso, el paso del tiempo
es sustituido por el “paso del espacio”. El tiempo no pasa de manera lineal, sino que se
pliega sobre sí mismo, en bucle, haciendo que sea el espacio lo que produzca un cambio
lineal, lo que haga avanzar la obra. Se trata de un planteamiento que nos podría remitir a
la meditación budista, la repetición de una especie de mantra, la contemplación del
cambio.
Esta utilización del motivo que se repite, del bucle que va variando sobre su
propia repetición en un proceso de retroalimentación ha supuesto un procedimiento
compositivo bastante común en la segunda mitad del XX, siendo Lucier uno de los
pioneros. En este sentido es fácil establecer un nexo entre obras como I am sitting in a
room o Music for solo performer y manifestaciones posteriores como los famosos
“desintegration loops” de William Basinski, que se desgastan en una cinta analógica a
medida que se repiten, o Phase Patterns de Steve Reich, obra en las que se superponen
dos líneas melódicas idénticas con un ligero desfase, textura que hace que a cada
repetición del motivo, el resultado sonoro varíe. Son solo dos ejemplos de la alargada
sombra de Lucier.
19
MARTÍNEZ, Yolanda, “Transhumanismo en el arte” en Indiecolors, 6 de noviembre de 2013.
http://www.indiecolors.com/blog/arte/transhumanismo-en-el-arte/ Consultado el 19-05-2020.
20
Anexo I
12
Otra de las ideas claves de Lucier es la de la importancia de la espacialidad en
sus obras. Aunque se trata de un rasgo muy distintivo del siglo XX, no es exclusivo de
éste. Vemos casos similares en la policoralidad renacentista, por ejemplo, en la que la
disposición de varios coros en las diferentes partes de la iglesia daba una sensación
espacial muy impactante. Con la llegada del Clasicismo y el Romanticismo y el
advenimiento de nuevos conceptos como el concierto público y la relación
compartimentada entre intérprete y oyente, el espacio musical se estandariza, y el uso
musical de la espacialidad queda de lado. En el siglo XX se reformulan estos cánones,
en parte gracias a la teorización sobre la performance, que también incluye reflexiones
sobre un nuevo espacio musical, más teatral y explícitamente espacial.
21
LUCIER, Alvin, Chambers Scores by Alvin Lucier. Middletown: Wesleyan University Press,
1980, pág. 23.
22
CAGE, John, Silencio. Madrid: Árdora Ediciones, 2005. Traducción de Marina
Pedraza.
13
conocimientos científicos y técnicos, crea una estética rompedora y delata a Alvin
Lucier como un visionario.
ANEXOS
Anexo I
14
BIBLIOGRAFÍA
AZNAR CASANOVA, J. Antonio, “Las ondas cerebales” en Psicología de la
percepción visual, n.d. http://www.ub.edu/pa1/node/130 Consultado el 19-05-
2020.
BARRET, G Douglas, «The brain at work: Cognitive labor and the posthuman brain in
Alvin Lucier’s Music for solo performer» en Postmodern Culture, Vol. 27, No.
3, 2017.
CAGE, John, Silencio. Madrid: Árdora Ediciones, 2005. Traducción de Marina Pedraza.
DAVIS, Randal, « “…and what they do as they’re going…”: sounding space in the
work of Alvin Lucier» en Organised Sound, nº 8, 2003, págs. 205-212.
EATON, Joel, RECK MIRNDA, Eduardo, «On mapping EEG information into music»
en Guide to brain-computer music interfacing, ed. Eduardo Reck Miranda y
Julien Castet. Londres: 2014, págs. 221-254.
KAHN, Douglas, Earth sound earth signal energies and earth magnitude in the arts.
Berkeley: University of California Press, 2013.
KIRBY, Michael, «On acting and not-acting» en The Dram Review (The MIT Press),
Vol. 16, No. 1, 1972, págs. 3-15.
MATAIX, Carmen, «Fluxus: un arte del desorden, un arte del futuro» en Norba-arte,
vol. 30, págs. 261-269, 2010.
15
RAFFO DEWAR, Andrew, «Handmade sounds: The Sonic Arts Union and American
technoculture» Tesis doctoral. Middletown (Connecticut): Wesleyan University,
2009.
WANKE, Riccardo, The Space In The Sound And The Sound In The Space, anotaciones
en “Alvin Lucier – Two Circles”, por Alter Ego (CD), 2016.
YABLON, Nick, «Echoes of the City. Spacing Sound, Sounding Space, 1888-1916» en
American Literary History, 2007, págs. 629-660.
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