Está en la página 1de 20
lleschiana un Principio histérico consciente. Sélo que se trata a wna relacién con la Historia basada en la seleccién arbitraria SU contexto de momentos positivos que hay que absorber Ti __anttigiiedad clasica como horizonte de fondo, dejado_a_nivel ~ Pura alusin, y las experiencias prehumanisticas del romanico ‘del _gético to ¥.de momentos negativos que hay que supe: ~—tatila aditividad y la empiricidad del espacio. urbano.y la capa _cidad. de-ornamentacin-del-repertorio decorativo. medieval, po! ejemplo. . u Asi Brunelleschi lleva 4 cabo su revolucién urbanistica par tiendo_de los objetos arquitecténicos. Parece consciente de qu el rigor con que los construye implica por si solo la introduccié de un nuevo cédigo de lectura incluso de la ciudad como estruc- tura. Lo que antes era la tegla —la superposicién histérica de! excepcidn; e inversamente, el tigor racional del organismo, antes: 3 excepcional, se coloca ahora como norma, Por eso, la Historia no puede ser Tepresentada, en esta con- cepcién, segiin una linea continua, Mas bien es una quebrada, a a > determinada Por un criterio arbitrario de seleccién que funda en 3a ella, sucesivamente, valores y desvalores.® Sobre esta “heroica” cesura efectuada en el tiempo histérico se basan casi cuatro siglos de investigaciones arquitecténicas: y en bueng parte ~£ incluso nuestras experiencias actuales vienen Continuidad histérica de las experiencias figurativas, Pretendiendo construiy auténoma- mente una nueva historia. Sus alusiones a la antigiiedad clasica no son, consecuentemente, mds que un sopor . te —el dnico atin aceptable. Y atiéndase bien: se trata de _-Sieiboanere nina ; . 10. La arbitrariedad de la eleccién en el contexto de la Historia at bar ues con la elecciin arbitraria de un cédigo lingiistico de rex Ete ea a C clasicista entre historicismo_ _¥_antihistoricism: i en dicta ibrio “ficacién——— Aicha _ identi condicionadas 4 por ella. Como protagonista de la primera “vanguardia” artistica en a sentido moderno, Brunelleschi rompe la TEORIAS E HISTORIA DE LA ARQUITECTURA 37 ideologico, mas_apto-para_destacarse del pasado que para reafir- tradiciént Por esto hemos diferenciado la. deshistoricizacién brunelles- chiana de la yerificaciéa-historicista-de-sus-continuadores, “También Alberti, en su actividad de “restaurador”, polemiza continuamente con las estructuras preexistentes sobre las cuales injerta sus intervenciones.” Pero.cuando.deja terminar a Matteo de’ Pasti la nave de San Francesco de Rimini previendo que superpondra al pastiche lingiiistico-de-su~colaborador la amplia ctipula después no realizada, o cuando se preocupa de dejar trans- parentar los testimonios medievales en la fachada de Santa Maria Novella, sus fines ya no son tan lineales y absolutos como en las obras de Brunelleschi. Por un lado, Alberti quiere hacer palpar el triunfo de la unitariedad ideal del lenguaje clasicista: deja pues espacio a las preexistencias géticas o a la ingenuidad de Matteo de’ Pasti para hacerlas teatrales, para_representar y per- _petuar Ja heroica. victoria de la.razén.humanistica sobre las “bar-. baries” medievales o.medlievalizantes= * “pero por otra parte él no puede dejar de comprobar que su juego es extremadamente peligroso, puesto que él mismo descu- _bre la seduccién_ que ejerce el pluralismo_lingiiistico insito en sus _contaminaciones. La necesidad exasperada de puntualizar el cddi- " go clasicista sobre la base de una verificacién histérica es por lo tanto el resultado de una inseguridad que también tiene sus refle- jos en muchos pasajes del De re aed rid. 8 aon S EmrE eafes tos polos se debate toda la cultura del Quinientos. Por un lado la voluntad de fundar histéricamente un cédigo 11, “Una de las caracteristicas esenciales del espiritu europeo —han dbservado Panofsky y Saxl— parece ser la manera como destruye las cosas y Iuego las rein- tegra sobre bases nuevas, rompiendo con _la_tradicién solamente. para volver.a.clla is . evo —y esto es lo que produce los ‘rena- cimientos’, en el verdadero sentido de la palabra... Asi podemos decir que aquello que podriamos lamar el problema de los ‘fenémenos de renacimiento’ es uno de los proble~ vets centrales en la historia de la cultura europea.” Erwin Paxorsxy y Fritz Saxt, Classical Mythology in Medioeval Art, en “Metropolitan Museum Studies”, 1933 CV), m2, pp. 228-280. Esta explicacin de la persistencia del Clasicismo en el racions- isms europe coincide, en parte, con la individuacién de un “periodo axil”, en le hunters del mundo, por parte de Jaspers. Cfr. Karl Jaspers, Vom Ursprung und Ziel vst Ccschichte, 1959, trad. it. Origine e senso della storia, Edizioni di comunita, Milén 1965. 32. Sobre Alberti “restaurador” son importantes las paginas de B. Zevr, articulo “Alberti”, en la Enciclopedia Universale dell'Arte, y en Pretesti di critica... cit. pp. 2631; y Paolo Portocuest, Introdusione al libro De re aedificatoria, ed. Tl Polifilo, Milin 1966. 13. Cfr. L. B. Asentt, De re aedificatoria, 1. X. 38 MANFREDO TAFURI antihistérico, como el del restaurado clasicismo ;, por_otro lado _tentacién —reprimida pero que aflora_continuamente— “reaate ~Prometerse y_de_ensuciarse incluso con los lenguajes medley ¥_goticos que toda la cultura clasicista. deseaba; en Sus ee tai ciones apodicticas cancelar dé‘tin golpe, por culpables de tra cidn, lo verdadero y lo bello de los antiguos, elegidos como dee da y mds auténtica Naturaleza, Pero el_exorcismo no habi sido completo: el espectro del Medioevo sigue agitandose, ator) mentando todavia 4s_a_los_ incubo: 1SM0, La Historia anulada violentamente parece que quiere ‘vengere Se: todavia queda pendiente un andlisis de los. compromisos d lenguaje clasicista con fragmentos, modulaciones, 0 incluso es tructuras sintdcticas medievalizantes, a lo largo del Quinientos: Y hay que advertir que tales mezclas, en una época como el Qui: nientos en la cual el humanismo (traicionado en sus fines ideales ya habia ganado su batalla, son bastante distintas de las mezclas; aparentemente andlogas, tipicas de los ambientes provincianos de la Italia del Cuatrocientos, : : Vale la pena, para los fines de lo que estamos estudiando, de- tenerse un poco sobre estas singulares contaminaciones manieris- tas. Existe ante todo, desde los primeros decenios del Quinientos, una tendencia antibramantesca —mas que anticlasicista— que toma forma en los circulos de Rafael, que encuentra su apoyo en el gusto por la disolucion ligada _al_descubrimiento de los gro- tescos “ailguos,_que seep ca..en_arquitecturas estructuradas, yoluntariamente_en forma teatral; del palacio. Branconio de. Ra- fael a la_villa Imperial de Genga en Pesaro, a las obras de Peruzzi,a los yolumenes.de,Serlio, Per existe también una ten- | a mas destructiva hacia~laeontaminatiohaci ‘or- macién polémica del_léxico Clasicista, hacia una_sddica-desnat ~ “Falizacion del mismo llevada a cabo a través de su_insere R artificial_en construcciones.géticas_o. iracién..gdtica. Mu- 3 “chos de los proyectos elaborados para la fachada de “Gop por ejemplo —particularmente los de Peruzzi, 7? “Romano y de Palladio—," 0 en cierto sentido el Pproyect de Giulio ‘0 de San- 14. Sobre el caso de San Petronio, fundamental para comprender el sentido d nuestro razonamiento, existe una vasta bibliografia, pero el texto todavia hoy ae importante es E, Panorsxy, Das erste Blatt aus dem “Libro” Giorgio Vasari, ts Studie iiber der Beurteilung der Gotik in der italienischen Renaissance mit einen Excursus iiber swei Fassadenprojecte Domenico Beccafumis, en “Seidel Jatt 1930, VI, pp. 25-72; y en Meaning in the Visual Arts, 1955, trad, it, Beet Turin va __—_—___§ - TEOR{AS E HISTORIA DE LA ARQUITECTURA 39 la gallo para San Pedro, o la “‘restauracion” del mismo Giulio de m-. San Benedetto en Polirone, las prerromanticas y horrendas miz- les’ jyras de Dietterlin, la fachada de Alessi de Santa Maria en San Celso en Milan (verdadera mezcla de casuales cosas arqui- tecténicas y, probablemente, consciente repeticién de las medie- n-» yales “fachadas al viento”), son ejemplos del replanteamiento de fal un problema de la Historia: son todos ellos demostraciones por r- i reduccion al absurdo de la apremiante-necesidad.de-reconsiderar © oe » Al “gran vacio ‘del Medioevo como, tiempo. histérico. Pero la misma técnica del bricolage aplicada en aquellas in- vestigaciones tenia como inevitable resultado la destruccién atin _ més radical de aquel tiempo histérico: inevitable también porque S. | la deseada recuperacién no podia llevarse a cabo mas que supe- rr el) rando totalmente los limites de la cultura clasicista.15 Se pueden individualizar dos lineas antitéticas en las inve gaciones de finales del | Quinientos )s respecto a sus rel relaciones con la e Historia. Las contaminaciones _manieristas_ —como “podremos ani analizar més especificamente mas adelante— tenian como fit una desesperada investigacién_au autocritica; se presentaban olivalen- te que_querian hacer palpar la inquietante conciencia de-la Qrbitrariedad de la cultura a la cual no tenian mds remedio que peferiree querian estrujar, del encuentro entre las mas opuestas sintaxis, significados nuevos y mas profundos. Contra_tal_tipode-experimentalismo ¢ exasperado, ido, propio_ de 4 « Jos ambientes_septentrionales —piénsese en en Til ibaldi, ¢ en _ Alessi, A ie Wladio, para no hablar “de las « corrientes res fi _cesas,-de-De.l’'Orme_a. ‘erceau—, se levantan las instancias de un arte totalmente antihistoricista: y, esta vez, porque el.pro- blema de la Historia, agitado por el manierismo (aunque no sis- tematicamente), aparece peligroso, rico en fermentos heréticos, pavorosamente destructivo. Vignola y las corrientes post Miguel Angel en Roma(Herre: >, Caen Espafia, Scamozzi en el Veneto, algunas tendencias de la - 1962. Véase también la interpretacién de Hartt (con la cual, sin embargo, no esta- mos de acuerdo): Frederick Hartt, Giulio Romano, vol. I, pp. 246-247. Sobre el fenémeno neomedievalista en la arquitectura de la segunda mitad del siglo xvr, i cfr. Federico Zzrt, Pittura e Controriforme. L’arte senza tempo di Scipione da x Gaeta, Einaudi, Turin 1957, y Manfredo Tarurt, Jacobo Barossi da Vignola e la ¢ crisi del Manierismo a Roma, en “Bollettino del Centro studi di architettura Andrea Palladio”, Vicenza 1967, IX, pp. 385-398. 15. Cfr. también la nota 28, inoiihiteideaitinatibiih aL aitaeid aides ona CO 40 MANFREDO TAFURI arquitectura de los paises reformados en Alemania y en Fla €S: Por razones opuestas se forma un filén que tiende a crea un arte sin tiempo, abstracto, en el sentido mas pleno del ter mino, En lo_referente a los | ises catdlicos, ésta es una argul yctura que nose puede hacer corresponder miécanicamente a ¥ ‘Stttenstil: el temor al compromiso “con la “Historia éscon Principalmente el temor a enfrentarse directamente con el proble # de los significados.de la arquitectira.- a Esta claro que un arte que no quiera crear nuevos significa dos, ni excavar dentro de si con despiadados intentos autocriti Cos, sino que mas bien prefiera exaltar, adornar, ampliar retéri camente, unGerdader aceptado sin discusiones, no puede hace mas que alejar de si toda tentacion a com, er: nm CO! Probaciones histéricas : especialmente si aquel verdadero se refie Te a la ideologia sin tiempo de la Iglesia de Roma.” 3 Neofeudalismo y Contrarreforma no son, por lo tanto, mag que elementos catalizadores de una reaccién antihistoricista ini ciada desde los primeros decenios del Quinientos: tan cierto es ello, que en un ambiente como el de Mildn la preceptistica tri- dentina del cardenal Borromeo puede encontrar facilmente pun- tos de contacto con la poética de un inquieto experimentalista como Pellegrini. La antitesis entre experimentalismo historicista y abstraccio- nes rigoristas es entonces un dato real; pero lo que mas cuental €s su permanencia, bajo otros ropajes, en la Europa barroca. Bernini acusa_a Borrimini de ser “buen herético”, declarando que Jo prefiere_ a un “‘mal cristiano”, toca un punto / clave. de nuestro tema. oo Borromini en realidad puede aparecer como Roma de Urbano: VIII, en la cual el silencio d ya un hecho consumado, y en la cual el maestr ta plenamente y de improviso todo el baga, problematico del manierismo septentrional : que descubre Borromini desde la época de Maderno.!7 “herético” en la le la Historia era 0 de Bissone apor- je del historicismo fuente, esta ultima, su colaboracién con 16. Cfr. F, Zent, op. cit. 17. Cfr. Howard Hissaxp, Maderno and Borromini, relacién en el estudios borrominianos, Roma, ‘Accademia di San Luca, octubre, 1967 borrominianos para el taller de Maderno en Heinrich Tusiey, Fron Die Hondseichnungen. 1.— Abteilung-Zeitraum von 1620/1632, Aka und Verlagsanstalt, Graz 1967. congreso de 3-y los estudios cesco Borromini, demische Druck. TEOR{AS E HISTORIA DE LA ARQUITECTURA 41 Una de las caracteristicas particulares de Ja arquitectura de Borromini es ésta: el presentarse como el heredero nato de las elaboradas contestaciones manieristas, de su inquieto mundo sim- pélico, dé i Gticd.criticismo. Y Por esto todavia, Borromini colo- ca el problema de la Historia en el primer puesto en su universo de discurso. Es mas, puesto que la arquitectura, para Borromini, no debe adherirse pasivamente a un programa impuesto desde fuera, sino que debe encontrar sus propias razones configuran- do autonomamente sus propios programas, debe replegarse sobre si misma para presentar sucesivamente su propia estructura como instrumento renovado de comunicacién; debe estratificarse en un complejo sistema de imagenes y_de_matrices_geométrico-simbdli- 35, la_sintesis-espacial-que. unificard este haz de problemas sdlo _podra_tender-a-una-polivalencia.y-auna.co-presencia de signi- —ficados.—. j =n el interio _constantemente _sinta _Siempre un rias, de : Se ‘antigiedad, ‘ i -del-paleocristiano,—del-gético,-del_humanismo de Alberti_y del _ chumanismo..utépico-romantico, de los més. wariados-modelos. de -. if la arquitectura del Quinientos; desde las compenetraciones_espa-... 4 os se Peruzzi_.a_las..contracciones...anamérficas_de_Miguel_ “Montano,.o.al.decorativismo.antropomérfico de Pelle- grini,o-a las tentativas de reestructuracion e: in lespaciall de Vignola __ de Palladio.... En la matriz geométrica de San Carlino se funden los expe- rimentos sobre espacios ovoidales eruzzi, de Serlio y de Vignola, con ungfomponer_gotico ad riangulum—que un vitru- viano del primer Quinientos como Cesariano redescubre, aunque artificiosamente, en el Duomo de Milan— y con el gusto anti- naturalista por la anamorfosis, por la contraccién perspectiva tipi- ca = los surreales experimentos manieristas de. Huguet_a Mon- Pero no basta. La decoracién esta lena de citas: desde : 18. Sobre el valor de isoamorsie & el arte del siglo xvr ha insistido de modo particular Hocke. Cfr. wé Hocke, Die Welt als Labyrinth. Manie und Manie in der europdischen Kunst, Hamburgo 1957, Las relaciones entre las anamorfosis manieristas y el irrealismo borrominiano han sido determinadas primero He por Pollak, por Panofsky y por Sedlmayr, aun cuando todavia sin una concreta historificacién del fenénemo (cfr. O. PottaK, Die Decken des Palazzo Falconieri in : Rom und Zeichnungen von B., en “Der Wiener Hofbibliothek, Jahrb. d. Kunsthist. ’ Inst. der K. K. Zentralkommission”, v. 3, 1911, pp. 111 88.3 E, Panorsxy, Die ' 42 el coronamiento del friso, que recuerda la capilla albertiana d an _Pancracio, hasta el modelado de los moldes a lo Migud Angel. Y ia busqueda de citas podria continuar hasta el infinito ed la obra de Borromini. En San Ivo se encuentran y chocan el mo io unitario del Pantedn con las compenetraciones de Peruzzi, con la sugestion, qui : ologia “a clas a Miguel Angel son copiosas en la polifonia de la estructurg decorativa.19 Pero los ejemplos més claros para probar este mixtilingiiis} mo historicista de Borromini son los altares funerarios colocados como_independientes_teatros perspectivos en Jas na >> fat de Letrin Aqui Jos espacios elasticos y_ comprimidos absor4 ben ostentosamente fragmentos paleocristianos, goticos y del Cuaq ientos,cacados de fos monumetos preexistentes, En la tumba del cardenal Giussano, particularmente, o en li del cardenal De Chiaves, mosaicos, ajimeces géticos, esculturas} y lapidas son usados en un asombroso juego de alusiones. Los antiguos fr; entos juedan_inmersos —exactamente como obje- iti Gan inmerse mente con D tos ready-made— en espacios ideales configurados mediante elds- ticas deformaciones perspectivas, a indicar casi, dentro de aque Ilas i les _ventanas abie in_universo autre, la_pro4 blematicidad de una condicién_de_existencia.que_ya_no. pueda “Shegarse“a" la~Historia;-pero-queatin-no_consigue individ lizar su auténticazalere—+ Se ha sefialado, y justamente, que vistos desde un Angulo: Scala Repia in Vatikon und die Kunstankeuungen Berninis, en “Jabrb. a. Preuesieched Kunstsammlungen”, 1919, XL, pp. 241 ss.; H. Septuayn, Die arch, ee Berlin 1930; Miinchen 19392); mis recientemente esta relacién fundamental ha. side! analizada por Argan, en su pequeio volumen de la “BMM” (1981) ent ae ciones sucesivas; por wi, La poctica borrominiaua: mine n en_“Palatino”, 19 30 ‘ontocusst, Borromini, analisi de aa balas ee SESE orromini, analisi di, 19. Sobre la interpretacién de la geometria de San Ivo en su val construccién espacial, es fundamental: Leonardo Bre 7 ‘EVOLO, J San Ivo alla Sopienzo ad Storia dell’ Are T > 1953, II, n. 1; sobre la inte: rpretacién iconol j cfr. Hans Ost, Borrominis rimische Universitatshirche, San Toa og ‘Sapiensnn ms “Zeit. fiir Kunstg.”, 1967, n. 2, y Eugenio Bartisrt, Simboli allegorie in Borro- mini (elacién presentada en el congreso borrominiano, 1967); “Mee tentativa a fusionar los dos tipos de lecturas ha sido eee Borromini: anclisi di un linguaggio, ct. 5 “0 lor de pural geometrico di por P. Portocnesr en el volumen SB TEORIAS E HISTORIA DE LA ARQUITECTURA 43 1. A. Krrcuer, Estatua magica, “quae ad ortum Solis, et singulis horis consequentibus Sole percussa prodigiosaum Sinum excitet”. Del Ars magna, de Kircher, Roma, 1645. Ciencia, retérica y magia se anulan mutamente en el mito barroco de la “emocién controlada”. 44 MANFREDO TAFURI visual conteinporaneo, los pastiches de Borromini destruyen mi bien que construyen el valor histérico de las “cosas” antigu inmersas en los nuevos contextos. Pero si nos referimos al valog que aquellas citas aisladas adquirian en la mitad del siglo XVI 20s concederd.que-la-operacién de Borromini introduce, en 4 Ponerlo en duda, puede imponer, con st complejidad y. su varie] -dad, una cleccién que hay que motivar cada vez, Baja antigiiedad, Medioevo o 'gético contestan la validez dj los cédigos clasicistas. Para poderlos adoptar: todavia (como Bo Tromini pretende a pesar de todo su furor destructivo) ya no é suficiente, como en el Cuatrocientos o el Quinientos, ignorar es i Contestacién con un acto de fe: ahora es preciso una comproba cién, una re cuperacién, y para conseguis irla es necesario sumer; _-Sitse_en 22. Historia,..comprometerse,_ensuciarse_con. ella E ~realisnio de Borromini no podia, a costa de rozar el eclecticisino| ~_Tehuir esta tarea; el resultado fue la mds elevada 2 Summa figura: tiva de la cultura preiluminista. Tg éHistoricismo 0 antihistoricismo, pues, en la obra de Borro: anticipacién _profética..de. una actitud tipica de las vanguardiad del si lo xx:.cl collage, de las. memorias extrapoladas de sus_con historicos encuentra una estructura propia y una nueva ion semantica en el contexto de una organicidad del espa! cio construida, independientemente de a ~~ - Precisamente, es esta reorganizacién del material histérico lo que diferencia la obra de Borromini de los pastiches precedentes y contempordneos.a él de los Prodigy Houses isabelinos, de las obras de Sambin en Dijon, de las Primeras experiencias de Jones, o del experimentalismo de sir Cristopher Wren20 También Borromini, como los arquitectos de finales del Qui Inigoj 20, Para los precedentes isabelinos de la revolucién fgurativa de Inigo Joned véase Mark Ginovarn, Robert Smythson and the Architecture of the Elizabethasi Era, Country Life Ltd., Londres 1966, obra completa bajo todos los aspectos y de notable profundidad critica. Sobre las contaminaciones del primer Jones, cfr, Johny Sumuznrson, Inigo Jones, Penguin Books, Harmondsworth 1966, s monografias de Fiirst y de Sekler sobre Wren ofrecen muchos elementos pars’ cos f - 5 Probar nuestro’ anilisis, pero el libro de Pevsner es todavia el mejor estaire critico sobre est argumento. ) 4 wae ES i at Sian ay 2, Joann Bernard Fiscuer von Ertacn, Reconstruccién ideal de las Termas de Diocleciano en Roma, Del Enteurff einer historischen Architektur, Viena, 1721, lam, IX 3. J. B. Frscuer von Ervacn, Reconstruccién’ ideal del Templo de Salomén segtin las descripciones del profeta Ezequiel y de Villalpando, Del Entwurff, cit, lam. I, 46 MANFREDO TAFURI nientos inglés 0 como Wren, usa la Historia « de un_ modo tots idogmatico;: también para él, como para estos ultim la libertad de la cita o de la referencia adquiere un valor sema tico determinado. Lo que es distinto es el papel que se atribuye dichas citas y referencias, En sustancia se pueden individualizar tres vias en el histo: cismo barroco: 7 A. El eclecticismo critico de Carlo Fontana o de Fisché von Erlach, es decir, de aquellos que quieren ignorar deliberad mente la antitesis dialéctica entre la discontinuidad introducit f por Borromini en el material heredado de la Historia, y la conti nuidad con la tradicién romana, tipica de Bernini, El Entww einer historischen Architektur de von Erlach es el testimonié mas acabado de esta tendencia a recapitular en un sistema tini la dramatica encrucijada en que desemboca el debate romano lo largo del Seiscientos.22 : Para estos arquitectos la Historia del Clasicismo se desen: vuelve como un corpus lineal y continuo, privado, en sustanciaj de tensiones internas. j La unica tarea a realizar es para ellos, en consecuencia, st sistematizacién critica, la racionalizacién y la eliminacién de 1 puntos oscuros. Hay que destacar ademas que cuando se habla, 4 propésito de Fontana o de von Erlach, de intelectualismo y dd eclecticismo critico, hay que entender estas cualificaciones en ut sentido mas restringido. Criticar, en este caso, sdlo significa des arrollar y contaminar entre si sugestiones y métodos compositivo: diferentes. Su_critica_se_refiere al historicismo clasicista, dad que la misma_posibilidad del eclecticismo, por ellos d y en las mds variadas acepciones, desarrolla la problemédtica rela: cién con las culturas histdricas no cldsicas o anticldsicas: de Gua: rini a los Dientzenhofer, a algunos “menores” lombardos, a Vit tone (piénsese, en particular, en su proyecto “gético” para Duomo de Milan), a aquella excepcional figura que es, en Boh 21. Cfr. J. B. Fischer voy Ertacu, Entwurff ciner historischen Architektu Viena 1721; y G: Kunorn, Die historische Architektur Fischers von Erlach, Di seldorf 1956, éptima investigacién filolégica sobre las fuentes usadas por v Erlach en la compilacién de su Entwurff; y H. Sepimayr, Johann Bernard Fisch von Erlach, Viena 1962?. a senenen'sh 4. Jowann Santinr AtcHeL, Seccién axonométrica del santuario de San Juan Nepomuceno junto a Zd’ar (1719-1722) y planta al nivel del tambor con la reconstruccién de la geometria del montaje. 48 MANFREDO TAFURI mia, Johann Santini Aichel.22 En el fondo, Santini es la persog lidad Paradigmatica de esta segunda corriente. Para é1 la sintél histérica de los Opuestos, Ilevada a cabo por Borromini, es Punto de partida indiscutible: también para él, la sintesis esy cial de matrices lingiiisticas antitéticas y la técnica del bricolat tienden a un resultado unitario. En sus obras, desde la parroq! de Lometz a la iglesia de Kladrau, 0 a San Juan Nepomucey en el Sarre, existe un Tepertorio ms limitado de materiales pa Tecuperar, dado que es la tradicién del gotico bohemio, con tof Su carga de valores étnicos y artesanales, la que viene repla teada por Santini Aichel €n sus contaminaciones, a mitad de 3 mino entre la polémica y la ironia.28 Para este grupo, porque la introduccién elementos lexicales manieristas, clasicistas, de inspiracién gétid © incluso borrominiana, en obras como San Vedast, San Stephet en Walbrook, la Tom Tower en Oxford, Seaton Deleval Hall Blenheim Castle, 0 el All Souls College, no tiene ninguna entg nacién polémica, no quiere proponer la historicidad de la form como problema inquietante (porque nunc: sa, ecléctica y sintetizadora Por tradicién, ha puesto 1a Historia ue _s6 preformados: Como vemos, no puede decirse que el problema de la Hista ria sea central en la Europa barroc ‘a. No obstante se trata de 22. Sobre los proyectos “géticos” Filippo Juvara e it problema della facciata alle gotica del 'D “Arte Jombarda”, 1962, VII, PP. 94-104, 23. A pesar de ser Santini Aichel uno 4 importantes del Barroco bohemio, faltan today; al dia. De todas formas, cfr. H.'G. Faanz, i jahrbuch der bik para el Duomo de Milan, cfr, Nino Carzonz: womo di Milano, 4 i los protagonistas més origi fa sobre é] estudios eritieas na feet tnd Barack im Werk ace Bees hi Idenden Kunst”, 1927, N. F. Iv, 9% der Hovockseit in Bakmen, Vsineie 1962;"E. Hey Baroque Art and Architecture in Contra Europe, Penguin Books Harm 1965. Cfr. también el recentisimo Christian Nonmere-Scxutz, Kilian patmondswort it Barocco boemo, Officina, Roma 1908 : “enteenhofer TEOR{AS E HISTORIA DE LA ARQUITECTURA 49 tema, el de la historicidad del arte, que, por otras vertientes, es determinante para las poéticas del Seiscientos y del Setecientos.24 _ La revolucion iluminista se vengara del historicismo_barroco_, odas, sus, formas... Por un lado, la recuperacién arqueolégica de la antigiiedad explicita el valor ideolégico que asume el recurrir a la Historia: fa transposicién de los valores se lleva a cabo a través de la reso- nancia_de_las. formas..como..portadoras..de contenidos laicos. y. revolucionarios. Por.otro-lade-ta.destruccién del concepto clasico de. objeto s se tefleja. en. el utopismo heroico de los arquitectos : la-primera. ‘generacion 1 neoclasica, para jog “Ctiales la muerte del a desacralizacion, de los_contenidos,. los. res civiles -asumidos, como..protagontistas de la proyec-_ nas .dominado.por_la,razén,_s ierten en. motivos... de_una_exasperada_bisqueda de nuevos codigos lingitisticos, mas alusivos que los de las s tiltimas gens ciones del barroco, pero do- entales.2> aS El valor de la resurreccién heroi > da Antigiiedad 4 provo- cada por el arte del Iluminismo puede, pues, valorarse fuera de aquel “cementerioatqueolégice” rontra el cual se han lanzado muchos polemistas del primer movimiento moderno. De igual modo, el andlisis del historicismo revolucionario hecho por Marx en El 18 Brumario de Luis Bonaparte atin nos parece actual para explicar el sentido mas profundo de aquel progresar resucitando las antiguas virtudes civiles y la civiliza- cién figurativa ligada a ellas: “La tradicién de todas las generaciones desaparecidas oprime como una pesadilla —escribe Marx—* el cerebro de los vivos. Y cuando éstos se dis- ; : 24. Cfr. G. C. Ancax, L’Europa delle capitali, Skira, Ginebra 1964. 25. Experimentalismo, antisimbolismo, cientificismo, son las tres constantes de la arquitectura inglesa, desde el tardo gético hasta hoy; a pesar de las soluciones de continuidad que en la historia de las corrientes artisticas en Inglaterra se produ- cen en el arco de tiempo considerado, existe ciertamente, como afirma Pevsner, una englishness en la arquitectura britinica, que se prolonga hasta nuestros dias, ate- nuando mucho el salto histérico que, en el continente, han peal las tee respecto de las tradiciones preexistentes, Bipbeshands. gue. stan, de ,-testura—inglesa-—contemporanea_ se... salons iesade anol ein te "esa io sural britanicon (cfr. N. eh sala cot The ata eta 1956). 26. Karl Marx, II 18 Brumaio di Luigi Bonaparte, en K. Marx y F, ENczts, Tl 1848 in Germania e mm Francia, Roma 19483, pp. 257-259; resumido, en Scritti totalmente... figlskneet of Enel ae B Panes ° sull'erte di K. Marz e F. Engels, preparados por Carlo Salinari, Laterza, Bari 1967, PP. 48-49 y 51. 50 MANFREDO TAFURI ear a cosas, a crea! Ponen precisamente a transformarse y a transformar en sus auxilio a lo lo que nunca ha existido..., cuando conjuran Laaetel consignas de guer! espiritus del pasado, toman prestados sus nombres, §' venerable ¥ este su ropaje, para representar, con este disfraz de Ves se distr Suaje prestado, la nueva escena de la Historia. Asi, istié. alternativamen apéstol Pablo; [y] la revolucién de 1789-1814 se vi En aguellas revo! con el ropaje de la Repiiblica romana y del Imperio... En ade 26, —Siones, la FesurressiOn de los muertos. au attar en la ‘fantasia yas luchas y no para parodiar las antiguas, para exalta ac aeeaei fear mais teaver WHS oe trocede fe. mn realizacion, para éf rleas y no para hacer vagar otra en Som SRT? 7 De una historia, pues, que se introduce polémicamente par contestar la organicidad del clasicismo, a una historia que pre] tende convertirse por si sola en objeto de expresién y exaltacio la revolucién Ievada a cabo es decisiva e irreversible. De ahor: en adelante no son ya valores absolutos los que dominan las es tructuras simbdlicas del quehacer artistico, sino que son las mis; mas vicisitudes de la Humanidad las que se proponen como pro: tagonistas y pretenden guiar hacia el descubrimiento de una nue: va constructividad de la forma, directamente relacionada con |: Percepcién, y también a la fruicién, al simbolismo mundano contingente. Sin embargo, historia y naturaleza, unificadas en el culto la razon, se escapan a una investigacién analitica. La “desacr: zacién” de la actividad artistica no desemboca en una-critica his- térica eficaz, sino que lleva a escindir-historia y quehacer arqui tecténico, relegando al mito la cuestién de las bases metod légicas. Ni Cordemoy, ni Laugier, ni mucho menos Lodoli, Pino, Milizia, plantean el problema de la historicidad de la nueva arqui- tectura: a este propdsito un conservador como Blondel esta sin] duda més abierto a un anilisis critico. La evidencia del nuevo universo de discurso de la arquitectura iluminista se basa en a autoridad de una historia seleccionada a la luz de la raison, pero! 27, El fragmento de Marx citado puede hacer reflexionar act replanteamientos recientes del problema histérico, quiza demasiado arquitectura del Iluminismo. En este sentido, aun siendo conscientes del caracter: hagiografico de muchas exaltaciones de moda del neoclasicismo, hemos de disentiz: de cualquier condena suya injusta (en cuanto que es ahistérica). Vé: ler, Paolo Porrocuest, Roma barocca, Bestetti, Roma 1966, > Bernardo Vittone, un architetto fra Rococd e Iluminismo, L'Elefante, Roma 1966. rca de algun 4 Ia page, de TEORIAS E HISTORIA DE LA ARQUITECTURA 51 5. (OVAN Barri: Prranest, Estructura del altar mayor de la iglesia de Santa Maria del Priorato en Roma. (Alzado ejecutado por estu- tes de la Fai de Ingenieria de Roma. : cy = ‘ a MANFREDO TAFURI 4 : + sobre ello la arbitrariedad de la seleccién se mantiene oculta; Boullée, polemizando con Perrault, es a ue tienden Esto provoca una escisién: por un lado estan los q id otrs a reunir proyeccién y anilisis histdrico-arqueol6gico ; Lee ta los que descubren y acentiian el antihistoricismo ilumi ae Pie Esta escision ya habia tenido un profeta en Juan Baui eae ranesi, que habia acogido en su conjunto la dialéctica inmat 7 al Tluminismo, Al abrir las puertas a la arquitectura Dears 4 es, al mismo tiempo, su mas despiadado critico. El Parecer sol ‘ la arquitectura de Piranesi esta escrito en forma de didlogo entr’ un rigorista y un protorromantico, y es significativo que hastaj ahora no se haya visto que el autor no toma partido por ninguno de los dos, pero presenta una dialéctica lacerante. El altar de San- ta Maria del Priorato en el Aventino es su explicitaci6n arquitec tonica, con su doble faz: narrativa,.didactica y cdusti e tar do-barroca 2.en la fachada expuesta.al_piblico; abst , antides-, criptiva, de. alucinante.simbolismo, jluminista, detras, donde una esfera desnuda esta abrazada __por,_un_volumen geométrico, en “una especie de alegoria del ya llegado.eclipse de lo sagrado,® En Piranesi esta el origen del eclecticismo, como en el anti- simbolismo de Robert Morris primero, y el de Durand y Dubut después, est el origen de Ja arquitectura combinatoria y antihis- térica del Ochocientos. Ambas corrientes postulan la crisis del] historicismo: la primera mediante una despiadada y autodestruc- tiva autocritica, la segunda ignorando el problema. . El fin del objeto se liga al eclipse de la Historia: la esfer: ite} 28. La polémica ideal entre Perrault y Boullée concierne lenguaje arquitecténico; para el diletante del Seiscientec al clésicos es arbitrario (proposicién, ésta, de pasmosa modemidad), alli done, Orient! proclama su adherencia a leyes naturalistas. Cfr. Charles Prrravr, Paralléle det Ancions et des Modernes, Paris 1963, p. 75 ss. (ya etiticado om af Seiscientos por Frangois Blondel); L. E. Boutatz, ‘Architecture, Est ane Paris, ms. 9153), publ. en Helen Rosenav, Boullée’s Treatise Guan, Londres 1953; trad. it. preparada por Aldo Rossi, Polis, Patt 1967. (Nos parece, sin embargo, que este ilkimo no capta la modemnided "de ot propos! ciones de Perrault respecto del naturalismo acritico de Boullée.) 29. Cfr. G. B. Prranesi, Parere sul architettura, véase Rudolph Witrxowsn, Piranesi's “Parere. ou’ Porch ongret, Sobre el cual chitettura”, ‘en « ae etbesmd Teeitbotet 1928;) vols TE, a2) pps 147158) aaa fen ae e establecer una confrontacién con la Magnificenza e Architettura de Romani, de 1761, om notar Ia tensién existente entre os dos escritos; Emil Kawerwer i fare in ihe doe of Reason, no capta ta complejidad de la poten’ So Pee viendo en el Parere un paso atris respecto de la Magnificenze, Cfr. también Lorenza| Cocuerrt, L’opera teorica del Piranesi, en “Commentari”: 1955; o, 1, pps g5499 a la arbitrariedad del; lenguaje de los érdenes 7 TEOR{AS E HISTORIA DE LA ARQUITECTURA 53 de Piranesi y la mecanica paraddéjica de sus arquitecturas fan- tasticas, el utopismo de Ledoux, de Boullée, de Lequeu o de Sobre, él realismo de Quarenghi, de Valadier o de Chalgrin, lo testimonian. Lo que Garroni ha lamado con agudeza la “crisis semantica de las artes”, tiene sus origenes. en los _sobresaltos iluministas y_ _en-eLhistoricismo. relativista del. posi vismo. El mismo concepto de arte inicia su eclipse a causa del eclipse de la Historia: cuan-, do. Hegel, entre 1817 y-1826,.decretala.muerte del arte, mas que una, profecia. enuncia_un.licide-diagnasticos. a “_£En las representaciones del arte romdntico —escribe Hegel— todo encuentra un puesto, toda esfera y fenédmeno de la vida, el mayor y el menor, el excelso y el-humilde, el ético, el no ético y el mal. Y en particu- far el arte, cuanto mds se mundaniza mis se instala en las perfecciones del mundo, alli se adapta, les confiere validez completa, y el artista se encuen- tra a su gusto cuando las representa tal como son... Entre esta accidenta- fidad de objetos que son representados ya sea como simple ambiente para un contenido mds importante en si mismo o ya sea de un modo auténomo, aparece la descomposicién del arte romantico... Por un i \ efectual se coloca_en_su_ob, jetividad prosaica, considerada desde ‘el punto de yista del ideal: ef contenido de la_vi en_sucambio y caducidad finita, Por otro lado esta la subjetividad que ‘sabe elevarse con su sentimiento y su modo de ver, con el derecho y la fuerza de su ingeniosidad, hasta dominar toda la realidad, no dejando nad. en su conexién habitual yen lavalidez que cada, cosa posee para. ciencia comin.” > Podemos leer de dos modos este pasaje de Hegel. Referido a fa situacién histérica contemporanea a él, demuestra la lucidez con que el fildsofo aleman recoge el agotamiento del concepto tradicional de arte: puesto que para Hegel la universalidad, la objetividad, la organicidad, la congruencia de la subjetividad ex- presiva con el contenido de la obra, son valores esenciales al con- cepto mismo de arte, se ve obligado a profetizar su muerte. El universo romantico disuelve en lo particular, en lo contin- gente, en lo mundano, una organicidad ideal que ahora debe transmitirse a tna nueva objetivacién de la Idea: muere el arte en favor de una forma de conciencia mas elevada. 30. G. W. Fr. Hzcer, Aesthetik, Aufbau-Verlag, Berlin 1965; trad. it. de Nicolao Merker, Feltrinelli, Milan 1963, Einaudi, 19673, p. 665 (las citas estan tomadas de Ja edicién Einaudi). ————_:_— ida_cotidiana comin que_no_esté tomada.. € la realidad __ +e-

También podría gustarte