no es el único causante. En la contaminación lumínica contribuyen otras fuentes de intensidades lumínicas muy grandes (sobreiluminación), estas causas de la contaminación lumínica son: Los proyectores o cañones láser. La iluminación excesiva con fines publicitarios. la ausencia de un horario de apagado y encendido eficiente, puesto que en muchas ocasiones la iluminación es innecesaria para las actividades previstas en esa determinada zona. Es importante considerar que las consecuencias originadas por la contaminación lumínica no afectan simplemente al área donde se produce, como los grandes núcleos poblacionales, zonas comerciales, polígonos industriales, carreteras y vías de comunicación, etcétera, sino que su efecto se propaga por la atmósfera, llegando a dejar huella muchos kilómetros más lejos de donde se originó.
La luz dispersa hacia el cielo o sky glow: fenómeno que se produce cuando
la luz interactúa con las partículas del aire y se desvía en todas direcciones. Este halo de luz deja sin visibilidad los cielos de muchas ciudades, siendo una de las graves consecuencias que advierten muchos astrónomos profesionales y amateurs.
Derroche innecesario de electricidad: esta fuente de energía se basa en la
quema de combustibles fósiles que envían dióxido de carbono al aire (CO2), causa principal del cambio climático y de que muchas comunidades vulnerables del planeta sufran sus terribles consecuencias. La contaminación lumínica rompe el equilibrio del ecosistema: porque ha provocado la desaparición de algunas especies animales, como la luciérnaga. La desmesurada iluminación atrae a mosquitos hacia zonas urbanas y, desorienta y modifica los hábitos de muchas aves.
La luz de las farolas de la calle puede alterar el sueño de muchas
personas: porque iluminan, durante toda la noche, el interior de las viviendas. Esta intrusión lumínica dentro de las casas es muy molesta ya que no permite la realización de una vida normal y saludable.
La iluminación nocturna impide que se destruyan ciertas partículas
contaminantes: un ejemplo es el dióxido de nitrógeno que se desintegra mediante una reacción química dependiente de forma directa de la oscuridad.