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Fritz Perls refiere, que al inmovilizar nuestro sistema motor, al mismo tiempo inmovilizamos
nuestras sensaciones; podemos movilizar a ambos con una concentración apropiada.
El cuerpo aporta mucha información, como hablamos, como nos movemos, pero también hay
una memoria, una historia congelada. Cuando movemos determinas partes del cuerpo, sobre
todo aquellas que están rígidas o contención corporal aparecen recuerdos de sensaciones o
sentimientos que forman parte de nuestra historia y que permanecen almacenados en una
memoria registrada en nuestros músculos, son experiencias que hemos vivido, mensajes
recibidos y que nos han afectado emocionalmente, principalmente de niños, las olvidamos a
nivel mental, pero esos sentimientos y emociones no expresados quedan como material
inconsciente que condicionará nuestra forma de sentir y de actuar en el presente, haciendo
que nuestro cuerpo esté rígido en una determinada postura, o con movimientos
estereotipados que nos anclan a una manera de ser determinada.
Es importante hacer consiente cómo nos comunicamos y cómo se comunica mi paciente para
poder tener un trabajo significativo en terapia. Reconocer así mismo, que la comunicación más
significativa se da en la comunicación no verbal, y ver la comunicación como un todo y no en
segmentos, rescatando así el holismo del que se fundamenta la Gestalt.
La terapia Gestalt da un rubro aparte a la fenomenología, sin ella no podríamos hacer este tipo
de terapia, y que es esto sino ver, estar alerta de la comunicación; y ver es la herramienta que
nos permite entender la comunicación no verbal. Aclarando que ver no sólo es ver con los
ojos, sino con toda mi totalidad como ser humano, con todos mis sentidos, con aquellos que
funcionen (esto en caso de invidentes que practican este tipo de terapia). Es estar alerta, estar
en el aquí y ahora. Esto nos impulsa a crear habilidades para tener mejor relación con el
paciente y así incrementar los niveles de interacción a través de la confianza que es pilar
dentro de cualquier crecimiento humano.
No se trata de hablar del cuerpo, sino hablar con el cuerpo, por medio del cuerpo, es hablar
cuerpo a cuerpo, la Gestalt ha enfatizado en el valor movilizador del “discurso directo”.
Una Terapia Gestalt muy “corporal”, no sólo no están prohibidos los movimientos y contactos
corporales sino que los estimula en su triple dimensión de vehículo de las emociones,
metáfora y lenguaje. Por tanto, no se trata de proponer “juegos” o “ejercicios” artificiales o
preparados de antemano sino de aprovechar las actitudes habituales, los gestos o los “micro
gestos” inconscientes, toda la vida expresiva espontánea de los cuerpos: el del cliente, pero
por supuesto también el del terapeuta.
La voz, el cuerpo, el gesto, la estructura muscular, la manera de ocupar el espacio, los colores
típicos, la forma de escribir y hasta el olfato, son, cada uno por separado, "signos" específicos,
abecedarios, diferentes lenguajes particulares, que posee el hombre para manifestar el complejo
mundo psicológico en que vive. Si la palabra engaña, el cuerpo no miente y por lo tanto el
lenguaje somático contiene una riqueza incalculable. Perls nos dice que no tenemos un cuerpo
sino que somos un cuerpo. El ser humano es una unidad con varios canales de lectura y de
percepción de la realidad. Estos canales los utiliza para comunicar su mundo interior, sus
dificultades emocionales, existenciales, así como también su potencial para hacer frente a la vida.
CONCEPTO GENERAL
Contamos con muchas claves para captar la naturaleza de otras personas, pero pasamos por alto
gran parte de la riqueza de información y generalmente utilizamos la fuente menos confiable: lo
que la persona dice. Intentando compensar esta actitud errónea, transmitida culturalmente, se
pondrá énfasis en todas las otras formas de comprender a una persona. Por consiguiente,
nuestro interés se centra en cómo se le oye, en el ritmo y entonación de la voz, no en las
palabras. Los gestos también me comunican si lo que está diciendo tiene o no importancia, y si
lo que dice es verdadero o falso.
desarrollan a partir del lenguaje corporal. Los padres conocen los sentimientos de sus hijos a
través de este lenguaje, sabemos cuándo un niño está triste, no es necesario que lo diga, sus
gestos y movimientos nos lo indican, su energía disminuye, quizás permanece sentado, con la
mirada lánguida, su postura corporal encorvada, los hombros caídos, etc.; son signos que nos
sirven para identificar su estado de ánimo.
El lenguaje verbal predomina, por el podemos decir verdad o mentira, mientras que el lenguaje
corporal habla por debajo de la conciencia. El lenguaje corporal no lo podemos dominar, no
somos conscientes de ello, pero los demás si lo captan. En una conversación es mucho más
importante el lenguaje corporal que el verbal y a través del lenguaje corporal se da mucha
información que se nos escapa.
Todos nosotros tenemos un equipo biológico básico notablemente similar y estamos sujetos a
las mismas leyes de la mecánica y la física que gobiernan la distribución de la postura y el
movimiento. Llamaré a esta estructura dada y a la mecánica del funcionamiento corporal
nuestra estructura corporal biológica (Kepner, 2000).
Todos los hombres, con alguna variación entre los grupos raciales y los individuos, nacen con la
misma estructura biológica dictada por las adaptaciones de nuestra especie. Pero si
observamos cuidadosamente a las personas un desde un punto de vista corporal, notaremos
algo sorprendente: hay muchas es variaciones en las formas en que las personas toman
postura, se mueven y respiran. Son estas variaciones en la estructura corporal entre los
individuos (las tensiones, posturas, posiciones, movimientos y expresiones característicos de
las partes del sin cuerpo) las que nos interesan a nosotros como estudiosos de la naturaleza
humana.
La playa o la piscina local es un buen lugar para observar las variaciones en las expresiones
corporales. Vemos a un hombre que se para como si tuviera el peso del mundo sobre él. Sus
hombros vueltos (caídos) hacia adelante sobre su pecho, su cabeza y cuello hundidos y
también hacia adelante, la parte superior de su espalda está encorvada y su tórax está hundido
y comprimido. Otra persona hunde su cabeza comprimiendo su cuello como una tortuga que
esconde su cabeza dentro de su caparazón. Su cuello está encogido, sus hombros levantados
casi cubriendo sus orejas y sus labios apretados en una mueca. Una tercera persona parada
con los brazos en jarras, las piernas extendidas, el estómago colgando y la quijada
sobresaliente le parece a todo mundo un sargento en un desfile más que un padre que
observa jugar y chapotear a sus hijos. Las posturas y expresiones corporales que he descrito no
son cuestión de una selección consciente. La “tortuga”* no puede quitarse su concha
muscular. El “Atlas” de la carga no puede fácilmente enderezar su postura hundida y
encorvada. A menudo estas posturas y tensiones no son notadas por el individuo, aunque el
dolor y la incomodidad resultantes tal vez sí. A pesar del hecho de que sabemos que estas
variables no son una parte natural o necesaria de la estructura mecánica del cuerpo, parece
como si estuvieran integradas al cuerpo del individuo, como si fueran una parte inherente de
su estructura corporal. Me refiero a estas variaciones individuales del cuerpo como la
estructura corporal adaptativa. Mientras que la estructura corporal biológica es nuestra base
genética común, formada a través del crecimiento y maduración biológicos, nuestra estructura
corporal adaptativa se forma a partir de nuestra adaptación a nuestra biografía y experiencia
como personas. Estas adaptaciones son muchas y variadas, y su efecto acumulativo afecta
profundamente a nuestro ser físico en el mundo (Kepner, 2000).
MEMORIA CORPORAL
Por ejemplo, cuando un adulto miente, es como si su cerebro ordenara su mano que se tocara la
boca para intentar bloquear sus palabras. Cuando alguien es honesto exhibe la palma de su mano.
Estos movimientos usados intencionalmente son una herramienta para ganarse la confianza de
otros. Guardar las manos en los bolsillos es señal de no querer participar en una conversación. Se
ha estudiado por ejemplo, que la sonrisa está controlada por dos conjuntos de músculos que
corren por la parte lateral de la cara y conectan con la comisura de la boca y los que tiran de los
ojos hacia atrás. Cuando sentimos placer, el cerebro procesa las emociones y los músculos de la
boca se mueven, las mejillas se elevan, los ojos se entrecierran y suben, las cejas se hunden
levemente. La capacidad como terapeutas de leer el lenguaje del cuerpo permite observar una
acción negativa antes de que se verbalice y así tener tiempo para tomar acción en un camino
alternativo.
Una persona ansiosa o tímida está jugueteando constantemente con el anillo, la pulsera, el reloj
etc. La expresión con las manos, es muy subjetiva dependiendo de la cultura en la que se
desarrolle la acción. En Japón por ejemplo mostrar la palma de las manos es un insulto. Cuando
los pulgares asomando el bolsillo se trata de un gesto común en personas que se sienten
superiores con respecto a los demás. Por lo regular desde hace años los pulgares simbolizan poder
y autoridad m como lo vemos en tiempo de los romanos, cuando el pulgar arriba era vida y hacia
abajo, muerte del gladiador. El llevarse los dedos a la boca, por lo regular indica una falta de
confianza, necesidad interna de confianza.
EL ROSTRO
El cuerpo de una persona es su don fundamental. Como terapeutas observamos las manos, los
brazos, hombros, cuello, abdomen y piernas para obtener una impresión general de la fortaleza
física básica del ser humano, de su estilo de vida.
✓ La curva que une cuello y hombro podría revelarnos una fortaleza física generalizada. Si el
cuello es delgado o pequeño debemos preguntarnos si esto se debe a que fue desnutrido o si
estaba destinado a ser menudo.
✓ También es importante observar los movimientos y gestos para ver cómo utiliza su cuerpo.
Un hombre identificado con su cuerpo goza con su fortaleza física y la emplea con soltura.
Otro tiene gestos afeminados, como si hubiera deseado tener un cuerpo distinto. El hombre
de estatura pequeña puede sobrecompensarse haciendo gestos amplios para hacer sentir su
presencia.
✓ Del mismo modo como se observa la musculatura del hombre también se hace lo mismo con
las mujeres.
✓ Con frecuencia pasamos por alto las características del caminar de una persona; sin embargo,
muchos pueden reconocer el sonido que hace un pariente al caminar.
✓ Los pacientes muy cerebrales parecen tocar apenas el suelo; los que están siempre en el
futuro, pensando en lo que debe hacerse, tienden a inclinarse hacia adelante. En las personas
depresivas el caminar es lento, y los que caminan aprisa están llenos de exigencias y tensiones
musculares, como si tuvieran que terminar hoy día todas las cosas pasadas, presentes y
futuras.
✓ Es muy importante observar las manos de una persona cuando habla. Pueden irse hacia
adelante y elaborar hábilmente un tema. Pueden demostrar tensión o ser lanzadas hacia
adelante, como atacando. Un gesto simple, como colocar la mano sobre la boca, puede tener
varios significados: "Estoy pensando", "no sé qué decir", "seré cauto al hablar", etc.
✓ Sería muy conveniente que un gesto determinado significara siempre lo mismo, pero sus
significados difieren tanto como las personas. Un gesto que frecuentemente es defensivo es
cruzar los brazos sobre el pecho.
CUALIDADES DE LA VOZ
✓ Para profundizar una relación terapéutica tenemos que aprender a hallar el sentimiento de la
otra persona.
✓ El sentimiento se demuestra a través de muchos aspectos que están relacionados entre sí. El
rostro muestra una característica emocional más dramática. La voz puede temblar como si el
sentimiento se rompiera al formarse las palabras. Los gestos pueden revitalizarse y los ojos
enrojecerse y humedecerse rápidamente.
✓ Un problema que se observa en terapeutas sin entrenamiento previo es el de tener una gran
dificultad ante el paciente que está por llorar, y en lugar de facilitar dicha emoción la cortan
inmediatamente pasando a otro punto o tema, o simplemente le dicen "Ud. es fuerte y no
debe llorar".
✓ Sin embargo, los terapeutas entrenados y capacitados frecuentemente captan el sentimiento
de sus pacientes y favorecen su expresión; pueden decir "No intente controlar o retener sus
lágrimas, es saludable para el organismo llorar", y luego "Veamos que hay en esto que tiene
tanta importancia para Ud.".
✓ Las lágrimas son significados que salen burbujeando hasta la superficie. Permanecen bajo ella
mientras el significado permanezca bloqueado en el individuo. Cuando son liberadas no
debemos temer que inunden al mundo y se prolonguen por siempre. Constituyen una valiosa
oportunidad para descubrir lo que es realmente importante para la persona. El terapeuta no
necesita preocuparse acerca de qué hacer con este significado, esto es propiedad de la
persona. Hallando lo que le resulta significativo, está en una posición privilegiada para decidir
que hacer con él.
✓ La angustia también resulta visible; en ella hay un cambio en la respiración, cuya profundidad
se torna más restringida; el golpeteo más acentuado del corazón casi puede verse en el
pecho. Una vez más el paciente puede tender a reprimir los perturbadores sentimientos de
angustia. El terapeuta puede preguntar "¿Qué siente Ud. en este momento? No controle
nada, realmente ¿qué sucede dentro de Ud.?".
VESTIMENTA
➢ La vestimenta refleja partes importantes de la imagen que desea dar la persona de sí.
➢ El narcisista que elige usar anillos, reloj grande, pulsera de oro, ropa meticulosamente elegida,
corbata de colores vivos, zapatos impecables. La ropa o apariencia llamativa es,
probablemente, menos significativa en las mujeres, en razón del entrenamiento a que en este
sentido las somete la sociedad. En el caso de los narcisistas, lo que evitan es demostrar su
inseguridad, su ansiedad y un gran vacío interior.
Es muy importante que el terapeuta esté en contacto con su cuerpo y las emociones que
siente al estar en la relación con el otro para ponerlas en juego en la relación terapéutica.
La terapia Gestalt no es una terapia corporal, con la que muchas veces se la identifica
erróneamente, o se la engloba dentro de las "terapias emocionales", "psicocorporales", o
"somatoterapias". Pero sí toma las dimensiones corporales y emocionales, tanto como las
cognitivas, intelectuales, relativas al comportamiento, oníricas, imaginarias, expresivas y otras
propias de la persona. Dimensiones de las que puede servirse el terapeuta gestáltico para
hacer contacto con su cliente y para que a su vez éste, pueda hacer un contacto ajustado con
su realidad. Por lo que este proceso de aprendizaje terapéutico, también llamado de
unificación de la persona, incluye la dimensión corporal (gestual, postural, actitudinal, físico,
entre otros), otorgando energía y posibilitando con ello, la creación de condiciones favorables
para el desarrollo, la integración y el cambio.
movimiento. Es importante el trabajo corporal para conseguir unir nuestro cuerpo, nuestras
emociones, nuestras mentes. El propósito del trabajo corporal es ahondar en las capacidades y
dificultades personales para descubrir cuáles son los bloqueos que existen y qué se hace para
mantenerlos activos. A través del movimiento consciente se permite que la energía del cuerpo
fluya de la forma que se puedan deshacer los nudos corporales y se recupere la capacidad de
conectar con las necesidades de la persona, con su alegría de vivir y su bienestar.
Para conseguir la transformación conectándose con lo más esencial del ser, se utilizan
diferentes técnicas como la terapia gestalt, el yoga o terapia psicocorporal, que facilitan
encontrar la relación entre los aspectos corporales, emocionales y mentales de la persona.
Cuando damos enfoque gestáltico a la terapia corporal nos corresponde aplicar los tópicos
más comunes de su teoría y metodología: darse cuenta, figura/fondo, polaridades, ciclo
experiencial, mecanismos defensivo-adaptativos, etc. Dos abordajes ilustran la aplicación de
estos conceptos como preámbulo a un diseño de experiencia corporal. Uno de ellos es la
topología corporal en la que, retomando las ideas de Laura Perls, distinguimos como
polaridades: arriba-abajo, adelante-atrás, etc. A través de la exploración, la toma de
conciencia y la expresión corporal, integramos estas polaridades llegando a la percepción del
cuerpo como totalidad, un cuerpo integrado, unificado. Como consecuencia se da también la
integración de actitudes en conflicto, de maneras de estar en el mundo.
La Terapia Gestalt consiste fundamentalmente en “Darse Cuenta”. Cuando digo “me doy
cuenta”, hay algo corporal que se mueve dentro de mí, algo ocurre no sólo en la mente sino en
todo el cuerpo. En ese “Darse Cuenta” se produce la integración de lo emocional, lo afectivo, lo
El cuerpo en Gestalt
A través de la experiencia corporal obtenemos una valiosa información personal que nos lleva
a una comprensión global de lo que somos integrando aspectos físicos, psíquicos y
emocionales. El hilo conductor es el propio proceso personal. Esta mayor comprensión y
afinamiento de la conciencia corporal es muy útil a la hora de aplicarlo en nuestra vida
cotidiana, en nuestro trabajo, en nuestras relaciones y en el entorno que nos rodea.
Desde el punto de vista gestáltico, la persona integrada es aquella en la que este proceso se va
a suceder de forma continuada y sin interrupción, ya que cuando la necesidad ha sido
satisfecha de forma adecuada, la figura que surgió porque necesitaba completarse desaparece
y deja su lugar a otra que tiene necesidad de expresión.
El cuerpo expresa lo obvio con mensajes no verbales, como el gesto y la actitud, y también se
sirve de la palabra para tomar conciencia y afinar el darse cuenta. Cuando el cuerpo no
coincide con la palabra podemos hablar de incongruencia. Todas las manifestaciones ya sean
voluntarias o no, como posturas, tono de voz, coloración de la piel son datos importantes.
La posibilidad de hacemos conscientes de la experiencia corporal en un momento concreto
(figura), estriba en ponerle un nombre correcto. Si ponemos un nombre erróneo, el cuerpo
nos contradice y experimentamos un rechazo.
El eje de la cintura como línea divisoria entre la polaridad auto-apoyo y relación, que queda
reflejado de la siguiente forma:
a) La parte inferior es el soporte o la base donde me apoyo y me arraigo. Esta parte me
conecta a tierra y me posibilita nutrirme de ella. (Auto-apoyo).
b) La parte superior que me conecta con las emociones y la capacidad de contacto que se
expresa a través de las manos y los brazos (relación).
El cuerpo nos muestra qué cosas nos van bien y cuales no
En una sesión en la que al paciente le propuse hacer una silla vacía, para poder explorar dos
partes de sí que estaban en conflicto, la persona en ambos lugares, manifestaba tensión y
dolor corporal y después de expresarse y llegar a acuerdos, al preguntarle a ambas partes,
dijeron que sentían menos la tensión muscular y podían respirar mejor. La persona pudo
sentirse más tranquila y el cuerpo lo reflejaba. Podemos ver como hay una relación entre
cómo está nuestro cuerpo y como nos sentimos, en ambas direcciones.
Referencias Bibliográficas:
1. Latner, J. (1999). El Libro de la Terapia Gestalt (2 ed.). Santiago, Chile: Eds. Cuatro vientos
2. Perls, F. (2007). Yo, Hambre y Agresión. México
3. Erving y Miriam Polster. (1994). Terapia Gestáltica, Perfiles de Teoría y Práctica. Buenos
Aires.
4. Perls, Laura (1998). Viviendo en los limites