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Domingo 14 de julio de 2019

“Justo Pago Conforme A Lo Que Hubiere Obrado”

Lección: Éxodo cap. 22, versículos 1 al 5. Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere,
por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas. Si el ladrón fuere hallado forzando una
casa, y fuere herido y muriere, el que lo hirió no será culpado de su muerte. Pero si fuere de día, el autor de la
muerte será reo de homicidio. El ladrón hará completa restitución; si no tuviere con qué, será vendido por su
hurto. Si fuere hallado con el hurto en la mano, vivo, sea buey o asno u oveja, pagará el doble. Si alguno hiciere
pastar en campo o viña, y metiere su bestia en campo de otro, de lo mejor de su campo y de lo mejor de su viña
pagará.
Comentario general: 2. (Éxodo 22: 1-4) Ley—robo—hurto—restitución: Había leyes que contemplaban
el robo de la propiedad privada. Uno de los propósitos principales del derecho penal es proteger a las personas y
sus bienes personales, ya sean animales, máquinas, inmuebles, tierras u otras posesiones. Cuando su propiedad
está desprotegida o en riesgo, el hombre no tiene tranquilidad. Se siente inseguro y desprotegido de saber que un
día un ladrón podría robarle, dañar su propiedad desprotegida, o incluso poner en riesgo su vida. Esta ley delineó
principios claros para resolver los casos de robos que surgieran en el futuro.
Entre las leyes civiles de Israel también encontramos aquellas que tratan con los daños causados por la falta
de una supervisión responsable, es decir, por no cumplir la propia responsabilidad con diligencia o cuidado.

(b). Leyes sobre el robo, 22:1–4. En una sociedad nómada, los animales eran fuentes de riqueza. Se
consideraba que el robar un animal para degollarlo o para venderlo era un crimen más grave que robarlo para
guardarlo para sí mismo (vv. 1, 4). Evidentemente el robo para la venta del animal significaba un acto más bien
premeditado mientras que el robo de algo (el tomarlo) para uno mismo podría ser algo más espontáneo. Debe
entenderse que el buey tenía más valor que la oveja (v. 1); al ladrón también le correspondía hacer restitución al
dueño por la pérdida del bien (v. 3). Si no tenía con qué pagar, podría ser vendido por el valor de lo que había
robado (v. 3). Si se mataba a un ladrón forzando una casa de noche, no habría castigo. La muerte podría haber
sido accidental. Sin embargo, el matarlo de día traería castigo (vv. 2, 3). No habría justificación por tomar la
justicia en las manos de uno de día. Un ladrón sorprendido en el acto debía ser juzgado por la sociedad, no por
el individuo. Aun la vida del ladrón vale más que la propiedad. No obstante, nadie debe sacar una ganancia como
el resultado de un crimen. A pesar de la severidad del Código del Pacto, es más humanitario que las leyes de
otros códigos que exigían la pena de muerte por el robo. El Código de Hamurabi indicaba que aquel que tomaba
propiedad de un templo o del estado moriría, e igualmente habría de morir aquel que recibía lo robado de las
manos del ladrón. Adicionalmente, aquel que compraba o recibía bienes para guardar sin “testigos y contratos es
un ladrón y será ejecutado”. Otra ley específica: “Si un hombre robó un buey o una oveja o un asno o un cerdo o
una barca, si pertenecía al templo (o) si pertenecía al estado, hará restitución treinta veces más; si pertenecía a un
ciudadano particular, hará restitución diez veces más. Si el ladrón no tiene suficiente para hacer restitución, será
ejecutado”. La ley 21 indica la pena de muerte por hacer una rotura o una brecha en una casa: “Será ejecutado en
frente de aquella rotura y será enterrado en aquella pared”.
(c) Leyes sobre la negligencia, 22:5, 6. Una vez establecido el pueblo en Canaán, habría necesidad de
cuidarse cuando pastaran los animales para evitar que entraran en campos y viñas ajenos. Si pasaban a otro campo,
el dueño debería pagar por los daños con lo mejor del campo de él. De la misma manera, se debía cuidar un fuego
en el campo para que no se extendiera y destruyese la siembra de otros. Los veranos largos y secos de Palestina
harían fuegos sumamente peligrosos. En caso de un fuego descuidado, el responsable tendría que pagar el daño
de ello.
Pensamiento: las Escrituras nos habla claramente del justo pago conforme a lo que hubiere obrado, vemos
que estas leyes existen hasta el día de hoy. Pero cual es la enseñanza para el creyente de hoy. Que el creyente ya
debe obrar mal, si no debe hacer lo bueno, lo recto ante los ojos de Dios y de los hombres para que no sea juzgado
conforme a sus obras. El creyente llegara ante el tribunal de Cristo, Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú
también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
(Romanos 14:9).
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Texto: “Ninguna adversidad acontecerá al justo; Mas los impíos serán colmados de males”. (Proverbios 12,
versículo 21.)

Comentario del texto: La verdad del v. 21 es una gran promesa para el justo (ver 10:3). El verbo perfecto
“llenar” muestra un hecho como ya acabado. Por un lado, los impíos o malvados (ver 10:3) estarán llenos de
problemas maléficos. Por otra parte, la promesa a los justos suena irreal: Ninguna adversidad va a “encontrar una
oportunidad (para desarrollarse)”, del vocablo anah 576, “en (la vida) del justo”. Se conoce el ejemplo de José y
las adversidades en su vida: vendido por sus hermanos (ver Gén. 37:28), echado en una cárcel egipcia (ver Gén.
39:20), etc. Entonces, ¿cómo puede darse por sentado una promesa tan grande? En ambos casos la adversidad no
tuvo la oportunidad para desarrollarse completamente. Pero Dios intervino con la bendición sobre José y cambió
la situación del mal. Romanos 8:28 llega a ser importante: Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden
para bien a los que le aman, esto es, a los que son llamados conforme a su propósito.

1er Titulo:
La Nueva Vida En Cristo Nos Lleva A Compensar El Daño Causado. Versíc. 1. Cuando alguno hurtare buey
u oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas. (Léase
2ª de Samuel 12.6. Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia.).
Comentario: a. El primer caso trataba de las situaciones en las que el ladrón robaba y luego vendía o destruía
la propiedad ajena (v. 1). La ley demandaba que devolviera al dueño aquello que había robado cuadruplicado o
quintuplicado. Tenga en consideración que el ladrón no podía simplemente reemplazar la propiedad robada (el
animal). El precio que debía pagar era muy alto, tan alto que lo pensaría dos veces antes de volver a robar: tendría
que pagar cuatro o cinco veces el precio de lo que había robado. ¿Por qué? Porque el castigo debía ser correctivo
y restaurador: debía detenerlo de forma terminante y decisiva, estaba pensado para corregirlo y restaurarlo para
que fuera un ciudadano productivo de su sociedad. Obligar por ley a una persona a pagar cuatro o cinco veces el
precio de lo que había robado de seguro disuadiría a muchos de la idea de robar. Además, cuando se evita (o
disminuye) el robo, se evitan también muchos actos de violencia y homicidios. El castigo obligaría al ladrón a
trabajar arduamente, lo cual lo ayudaría a evitar problemas económicos. Este castigo en particular tenía por
finalidad evitar el robo y contribuir al objetivo de construir una sociedad más fuerte y ética.

Pensamiento 1. George Bush dice lo siguiente:


Proteger a las personas y su propiedad de la fuerza ejercida por los violentos y del fraude de los deshonestos
es uno de los principales objetivos de todo el derecho penal […]. El [castigo] más obvio y apropiado […] por
robar es que […] el ladrón se vea obligado a restituir muchas veces el valor de lo que había robado

Pensamiento 2. Ronald F. Youngblood dice:


La restitución de un buey robado era más cara que la restitución de una oveja robada (v. I) porque buey
adiestrado valía más que una oveja […].
Pensamiento 3. El hombre que sufre el robo de su propiedad queda en una gran desventaja respecto de otros
trabajadores. ¿Qué es... • un mecánico sin sus herramientas? • un pintor sin sus pinceles? • un plomero sin sus
llaves? • un albañil sin su martillo? • un maestro sin sus libros? • un cirujano sin su bisturí? • un secretario sin sus
archivos? • un carnicero sin su cuchilla? • un científico sin su laboratorio? • un agricultor sin su arado? • un
comerciante sin sus productos? • un escritor sin su pluma?
Cuando un ladrón roba la propiedad de un hombre, a veces lo hiere con una espada de doble filo: el hombre
no solo pierde sus posesiones, sino que a veces pierde la capacidad de trabajar y ganarse la vida, y cuando un
hombre no puede seguir trabajando para ganarse la vida, toda su familia corre riesgo de caer en la ruina económica.
Por lo tanto, el castigo para el ladrón debe ser severo: lo bastante severo para corregir su conducta y restaurarlo
como un ciudadano productivo de su sociedad.
Referencias: “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que
tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Ef. 4:28).
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“No confiéis en la violencia, ni en la rapiña; no os envanezcáis [ni en el robo pongáis vuestra esperanza,
LBLA]; si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas” (Sal. 62:10).
“No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto
dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino
dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu
enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego
amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. (Romanos 12:17-21).
“no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que
fuisteis llamados para que heredaseis bendición”. (1ª de Pedro 3:9).
Comentario 2 del texto: (Léase 2ª de Samuel 12.6. Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo
tal cosa, y no tuvo misericordia.).
Natán usa una parábola, 12:1–7a. Dios trae al arrepentimiento a personas en distintas maneras. Natán fue
enviado de Dios para hacerle ver su culpabilidad. Muy sabiamente, Natán presentó a David un caso de estudio
para que David diese su juicio al respecto. La injusticia del rico, en la parábola, era clara y repugnante: el rico
había actuado con avaricia, con injusticia, sin ninguna compasión y sin ninguna justificación por el hecho. David
se enfureció tremendamente ante la conducta de aquel rico y demandó que el rico pagase al pobre con cuatro
ovejas, porque así lo requería la ley (Exo. 22:1). La indignación de David para con el hombre rico fue tan grande
que llegó a pensar que éste merecía la pena de muerte. (Es más fácil reconocer la injusticia en otros, que en uno
mismo.) Al reconocer la injusticia en la acción de aquel hombre rico, David estaba en la posición que Natán
quería. Natán había conseguido la reacción que buscaba en David, ahora podía confrontarle directamente.
Describir el caso no era suficiente, era necesaria una confrontación directa: Tú eres ese hombre. David era
culpable de una acción que sí merecía la muerte. David, aunque fuese el rey, no escapaba al juicio de Dios. Las
personas en su naturaleza humana tratan de esconder y encubrir su propio pecado; pero, la palabra de Dios se
encarga de descubrir el pecado, aun en los ricos y poderosos. La palabra de Dios se encarga de derribar las
barreras que las personas construyen a su alrededor, penetrando hasta lo más profundo del corazón de la persona.
La sentencia “tú eres ese hombre” es una sentencia universal: Porque todos pecaron y no alcanzan la gloria de
Dios (Rom. 3:23). Cada ser humano lleva grabada en su frente la sentencia: “tú eres ese hombre”, porque cada
ser humano lleva sobre sí mismo la naturaleza del pecado y la condenación que viene a causa del pecado.
Solamente un hombre, Jesucristo, ha recibido una sentencia diferente: ¡Verdaderamente, este hombre era justo!
(Luc. 23:47); es por su justicia que cada persona puede ser salva de la condenación y recibir su justicia por medio
de la fe.

2° Titulo:
Malas Acciones Que Traen Funestas Consecuencias. Versíc. 2 al 4. Si el ladrón fuere hallado forzando una
casa, y fuere herido y muriere, el que lo hirió no será culpado de su muerte. Pero si fuere de día, el autor de la
muerte será reo de homicidio. El ladrón hará completa restitución; si no tuviere con qué, será vendido por su
hurto. Si fuere hallado con el hurto en la mano, vivo, sea buey o asno u oveja, pagará el doble. (Léase Oseas 14:9.
¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos, y
los justos andarán por ellos; más los rebeldes caerán en ellos.).

Comentario: (b). El segundo caso trataba del ladrón que moría asesinado mientras forzaba la propiedad de
otro hombre para entrar (vv. 2-3). La ley distingue dos situaciones:
1) La primera situación ocurre de noche. Si el propietario sentía que su vida estaba en peligro, le estaba permitido
defenderse y, de ser necesario, matar al intruso. Es interesante prestar atención a la frase “forzar una casa”. En
un sentido muy literal, eso significaba que el ladrón rompería la masa de barro seco que sostenía estructura de
madera. Para entrar, el ladrón debía romper la casa cavando un agujero por el que pasar. Uno tan solo puede
imaginar las emociones que podría experimentar el propietario que se despertaba con el atemorizante ruido de
una persona que estaba cavando. El ruido sería alarmante si alguien estuviera intentando entrar a nuestra casa o
negocio.
2) En la segunda situación, la ley inculpa al propietario que, para defenderse, mata al ladrón durante el día. El
motivo por el que se trazaba una distinción entre ambas situaciones es que, normalmente, la intención del ladrón
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que robaba a la luz del día era robar, no causar un daño físico al dueño o administrador de la propiedad. Es natural
que el hombre quiera hacer justicia de inmediato y de una forma severa, pero el principio que subyace a esta ley
aseguraba que el castigo fuera propicio al crimen o delito, que se hiciera justicia perfecta: el ladrón debía recibir
exactamente lo que merecía, nada menos que eso, pero tampoco nada más. El robo a la luz del día no solía
castigarse con la pena capital. La vida, incluso la vida del ladrón, es invaluable; por lo tanto, se debía intentar
redimir al ladrón. Si se justificaba o no que el propietario se defendiera matando al ladrón a la luz del día, era
veredicto de los jueces. George Bush nos recuerda la sacralidad de la vida:

El código penal de Dios […] nos enseña a ser compasivos aun con la vida del malvado.

Pensamiento 1. Desde luego que no es fácil ser compasivos con un ladrón (ni con ninguna otra persona
malvada) que entra en nuestra propiedad, en especial considerando que el desacato a la ley, la agresión, la
violencia y el abuso sexual han proliferado tanto en nuestras sociedades. Sin embargo, la Biblia dice claramente
qué es lo que debemos hacer como creyentes después de enfrentar una situación en la que peligró nuestra vida:
debemos perdonar, amar y orar por nuestros enemigos. Eso no significa que la ley no deba hacer justicia. Siempre
debe hacerse justicia y la ley siempre debe ser lo bastante rigurosa para corregir y restaurar; pero nosotros
debemos perdonar, amar y orar por nuestros enemigos siempre.

Actuar en defensa personal contra un ladrón que nos amenaza de noche (vea Job 24:16) no nos hace
culpables de homicidio si el ladrón muere (v. 2), pero matar a un intruso a plena luz del día no se justifica (v. 3).

George Bush dice:


El caso era directamente opuesto una vez que saliera el sol, dado que se presuponía que el único propósito
del ladrón era robar y no matar, y el homicidio no era castigo por robar.
“Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os
aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mt. 5:44).
“Así que, situ enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto,
ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza” (Ro. 12:20).

c. El tercer caso trata del ladrón que era atrapado, pero que ya se había deshecho de los bienes robados. Esta
persona no poseía riquezas ni propiedades, por lo cual debía trabajar (como esclavo) hasta pagar la restitución de
todo lo robado. Lo más probable es que se esperara que pagara cuatro o cinco veces el precio de lo robado,
principio que vemos en el primer caso.

d. El cuarto caso trataba del ladrón que era atrapado cuando todavía tenía los bienes robados (v. 4). La ley lo
obligaba a pagar al propietario el doble. En este caso, el castigo no era tan severo como en el primer caso porque
el propietario aun podía recuperar sus bienes. Ahora bien, el ladrón no tenía que entregar tan solo lo que había
robado, sino que tenía que hacer un reintegro doble del precio. Considere lo justo que era el castigo, que seguía
siendo correctivo y restaurador. De nuevo, el ladrón dejaría de incurrir en el delito si se le impusiera tal castigo.
Definitivamente, la ley era una fuerza disuasoria, un freno, un límite, un elemento que prevenía el robo y, en
algunos casos, prevenía que un intruso agrediera o asesinara a su víctima.

Matthew Henry afirma:


Esta ley nos enseña que el fraude y la injusticia, lejos de enriquecer al hombre, lo empobrecen: si obtenemos
de forma injusta lo que pertenece a otra persona para apropiarnos de ello, ese bien no solo se desgastará, sino
que consumirá lo que es nuestro.
“No hurtarás” (Éx. 20;1s).
“Mejor es lo poco con justicia que la muchedumbre de frutos sin derecho” (Pr. 16:8).
“[...] no defraudando [robando], sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de
Dios nuestro Salvador” (Tit. 2:10).

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“Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno”
(1 P. 4:15).
Comentario 2 del texto: El Desafío De La Aplicación, 14:9. (Léase Oseas 14:9. ¿Quién es sabio para que
entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por
ellos; más los rebeldes caerán en ellos.).
El último versículo del libro de Oseas forma una conclusión de todo el libro que desafía al lector a actualizar
su mensaje en una manera sabia. El v. 9 se escribió específicamente para el libro porque utiliza rebeldes
(posheim6586) en vez de “malos” (reshaim7562), y emplea de nuevo “tropezar” (kashal3782) como en 5:5 y
14:1. Afirma que el libro es la palabra de Dios que muestra los caminos rectos del Señor no solo a Israel sino
también a todos que lo leen con fe. Este texto aclara que la persona que entiende la profecía de Oseas cambiará
tanto su actitud como sus acciones. Vivir en relación con Dios consiste en aprender los caminos del Señor y poner
en práctica lo que se aprende.
Debemos recordar que el v. 9 presenta un desafío a toda generación para hacer esta actualización del mensaje
de Oseas. No es la palabra de Dios solo cuando Oseas la predicó a Israel, el reino del Norte; ni se limitó su
aplicación a Judá en el próximo siglo. El NT utiliza a Oseas, y la contextualización que hace Pablo merece
atención. Pablo cita a Oseas dos veces: en Romanos 9:25, 26 y en 1 Corintios 15:55.
En cada caso hace una reinterpretación radical, lo que hace aún más profundo el mensaje del profeta. En
Romanos 9:25, 26 Pablo cita Oseas 2:23b y 1:10b. Sin embargo, Pablo hace algunos cambios en el uso de los
versículos. Primero, Pablo usa el verbo “llamar” en vez de “decir” para hacer énfasis en su tema del llamamiento
de los gentiles. Además, esta aplicación de Oseas a los gentiles es completamente nueva porque en Oseas los
versículos se aplican a Israel. La contribución del NT es la integración de los gentiles con los judíos para formar
el pueblo de Dios como Pablo lo hace aquí (comp. también 1 Pedro 2:10). También, en Romanos 9:26 el sentido
de lugar no es Jezreel ni un santuario en Israel como en Oseas, sino como indica Barth, significa un cambio del
lugar de repudio al lugar de aceptación. Con esta nueva interpretación de Oseas, podemos ver aún mejor la
profunda verdad en la convicción del profeta: En ti el huérfano alcanzará misericordia (rajam7355, amor
paternal).
En 1 Corintios 15:55 Pablo cita Oseas 13:14b. De nuevo, las palabras del profeta incluyen algunos cambios.
Pablo basa su cita de Oseas en la LXX, pero da una invocación doble a “muerte” en vez de llamarla Seol (gr.
hades86). Tampoco usa la palabra “castigo” (RVA trad. “espina” con nota “plagas”; deber1698); sustituye
“victoria”. Pablo, entonces, cita Oseas 13:14b como un desafío, una burla, al poder de la muerte mientras que en
Oseas Dios está llamando a la muerte para que venga y destruya a Israel.
La diferencia no es un abuso por parte de Pablo. En Oseas, “muerte” funciona como un siervo de Dios
mientras para Pablo, “muerte” se opone a Dios: es el último enemigo que amenaza la vida del hombre. En los
dos pasajes, el versículo muestra que Dios es el único autor y Señor de las escrituras.

Pensamiento: Las malas acciones siempre traerán funesta consecuencia tanto para el no creyente, como para
el creyente. Hay que dejar claro que el creyente es librado de las funestas consecuencias en la eternidad, porque
si el creyente se arrepiente en vida de lo que obro mal, Dios es amplio en perdonar. Pero si no confesare su pecado
y no se arrepintiere aquí en la tierra, tendrá funesta consecuencia en la eternidad. “Que, si confesares con tu boca
que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. (Romanos 10:9).
“Y perdonarás a tu pueblo que había pecado contra ti, y todas sus infracciones con que se hayan rebelado contra
ti, y harás que tengan de ellos misericordia los que los hubieren llevado cautivos”. (1ª de Reyes 8.50).
Referencias: Hebreos 10:29. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios,
y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
Romanos 2:8-9. pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la
injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el
griego; Lucas 12:47. Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su
voluntad, recibirá muchos azotes.

3er Titulo:

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La Astucia Humana Desagrada A Dios. Versíc. 5. Si alguno hiciere pastar en campo o viña, y metiere su bestia
en campo de otro, de lo mejor de su campo y de lo mejor de su viña pagará. (Léase 2ª a los Corintios 4:2. Antes
bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por
la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.).

Comentario: (Éxodo 22:5) 3 Ley—daño a la propiedad—restitución:


Entre las leyes civiles de Israel también encontramos aquellas que tratan con los daños causados por la falta
de una supervisión responsable, es decir, por no cumplir la propia responsabilidad con diligencia o cuidado.
(a). El caso: una pérdida causada por la falta de supervisión responsable (v. 5). Este ejemplo fue pensado para
resolver casos futuros en los que una persona, por descuido o falta de precaución, provocara un daño a la
propiedad ajena, por ejemplo, que un animal se alejara y dañara la propiedad del prójimo. El animal mismo no
tiene discernimiento para entender lo que está haciendo, pero el dueño sí. Él sabe que tiene vigilar a sus animales
o encerrarlos en un área cercada para que no se dispersen y dañen la propiedad de otras personas. Por lo tanto, el
dueño debe hacerse responsable: debe ser diligente y precavido para asegurarse de no afectar la propiedad de su
prójimo. El dueño es responsable de sus animales: junto con el derecho a la propiedad privada viene la obligación
de dar cuentas por ella. El comentario bíblico The Expositor’s:
Bible Commentary dice:

Los hombres deben rendir cuentas no solo por el daño que hacen sino también por el perjuicio que ocasionan
[…] aunque no hayan tenido la intención de hacerlo.

(b). El castigo por violar estar ley era la restitución total: el infractor debía pagar al afectado con lo mejor de
su propiedad. Tenga en cuenta que el elemento clave de esta restitución se halla en la palabra “mejor”. La ley no
permitía que:
• se pagará con bienes de segunda mano;
• se pagará con bienes de menos valor.

La ley ni siquiera permitía que el pago fuera con bienes de igual valor. La restitución debía efectuarse con lo
mejor de lo mejor, con los bienes de mayor valor.

Pensamiento 1. Esta ley nos enseña una lección impactante: no solo somos responsables por el daño que
hacemos a lo largo de nuestra vida, sino que también somos responsables del daño que provocamos o permitimos
que suceda. Por ejemplo, somos responsables de los vehículos que conducimos, las máquinas que operamos, y
así sucesivamente. Debemos tener cuidado para prevenir los perjuicios que podamos ocasionar. Debemos ser
diligentes y buscar de forma activa evitar que sucedan cosas malas.
“En lo que requiere diligencia, no perezosos” (Ro. 12:11).
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que,
según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos” (Gá. 6:9-10).
Pensamiento: Sobre la astucia humana que desagrada a Dios. Como creyente debemos ser sabio, benigno,
prudentes. Porque nos habla de astucia el título, porque se refiere cuando hacemos las cosas a sabiendo que son
malas, el pasaje nos habla del buey que lo llevamos a pastar donde el vecino y pidiendo los permisos necesarios,
pero hablemos de nuestra realidad. Como creyente cuando actuamos con astucia cuando fingimos algo, a veces
sabemos las consecuencias, pero lo hacemos como que lo ignorábamos.
Referencias: “usaron de astucia; pues fueron y se fingieron embajadores, y tomaron sacos viejos sobre sus
asnos, y cueros viejos de vino, rotos y remendados” (Josué 9:4). “para que ya no seamos niños fluctuantes,
llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error”, (Efesios 4:14). “Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a
nuestros padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus niños, para que no se propagasen”. (Hechos 7:9). “Antes
bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por
la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios”. (2ª de Corintios 4.2).

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Comentario del texto complementario de 2ª a Corintios 4.2. Sin embargo, hemos renunciado a todas
las cosas secretas y vergonzosas; no apelamos al engaño ni adulteramos la palabra de Dios, sino que, con
la clara exposición de la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana delante de Dios.
a. «Sin embargo, hemos renunciado a todas las cosas secretas y vergonzosas». Nótese que Pablo no es
combativo, sino positivo en su defensa. Esto es, habla de sí mismo y de su forma de comportarse, no de sus
oponentes y su conducta. La adversativa sin embargo describe no un contraste, sino una explicación de su
ministerio. Él y sus colaboradores han renunciado, de una vez por todas, a todo lo vergonzoso que está oculto y
los demás no ven (cf. Ro. 6:21).
Hay diversas traducciones para la segunda parte de la primera cláusula. Por ejemplo:
«el silencio vergonzoso (BJ)
«todo lo vergonzoso que se hace a escondidas» (NVI)
«lo oculto y vergonzoso» (RV60, LBLA, NKJV)
«las cosas ocultas porque son vergonzosas» (NASB)
«lo vergonzoso que uno esconde» (NRSV)
«los silencios vergonzosos» (LBD)
«la vergonzosa clandestinidad» (BP)
«lo que se oculta a los ojos de los demás porque es escandaloso» (Cassirer)

Mi traducción es literal, con la intención de señalar el caso genitivo de la palabra vergüenza. ¿Qué tipo de
genitivo es éste? ¿Objetivo («por causa de la vergüenza»)? ¿Subjetivo («de lo que la gente se avergüenza»)? ¿O
descriptivo («lo vergonzoso»)? Aunque estas tres versiones son igualmente aceptables, tenemos dificultad en
averiguar la intención exacta de Pablo. Él no explica cuáles son los hechos vergonzosos que él y sus colaboradores
repudian. Pablo destaca el verbo renunciar; pero se abstiene de detallar lo que se hace en secreto (cf. 1 Co. 4:5).
Hablando de una manera general, cuenta lo que él y sus compañeros no hacen.
b. «No apelamos al engaño ni adulteramos la palabra de Dios». Estas dos cláusulas nos pintan, con luz positiva,
la conducta de Pablo y sus colaboradores, pues su comportamiento es impecable. Por ejemplo, el mismo Pablo
rehusó aceptar cualquier tipo de remuneración por su trabajo, por parte de los corintios (1 Co. 9:18). Varias veces
les habló francamente de sus trabajos por la causa de Cristo y de la iglesia; pero nunca buscó la ventaja ni el lucro
personal (1 Co. 3:10).
El engaño es un atributo del diablo, no de los apóstoles y sus colaboradores. La palabra griega panourgia
(astucia) aparece cinco veces en el Nuevo Testamento, donde este vocablo tiene, exclusivamente, una
connotación negativa (Lc. 20:23; 1 Co. 3:19; 2 Co. 4:2; 11:3; Ef. 4:14). La referencia que Pablo ofrece de la
astucia de la serpiente en el Paraíso, es una ilustración válida (11:3). La astucia no es una de las características
de la conducta de Pablo ni de sus colegas; porque ambos se esfuerzan en ser honrados e íntegros. Los judaizantes
podían acusar a Pablo de engaño (12:16); pero con su vida les demostraba que la acusación era infundada.
Ésta es la única parte en todo el Nuevo Testamento en que se encuentra la expresión «adulteramos la palabra
de Dios». Pablo alude a la crítica que sus adversarios han lanzado contra él. Lo acusan de que, en su predicación,
falsea la Palabra revelada de Dios; insinúan que ha diluido las exigencias de la ley en referencia a los cristianos
gentiles (Hch. 21:21).
Pablo rotundamente rechaza esta acusación, a la luz de su inequívoca fidelidad a la Palabra de Dios en el
contexto de su ministerio del nuevo pacto (cf. 2:17; 1 Ts. 2:3).
Lo que Pablo predica, ¿es el Antiguo Testamento o es el evangelio? Algunos eruditos enfatizan el hecho de
que la expresión palabra de Dios significa las Escrituras del Antiguo Testamento (Ro. 9:6). Otros observan que
el contexto inmediato menciona al evangelio (v. 3) y que así se obliga al exegeta a igualar la frase con el evangelio
de Cristo. Ambas observaciones son pertinentes. En efecto, Pablo predicaba que las Escrituras del Antiguo
Testamento se habían cumplido en Jesucristo. Para él, como para el autor de la epístola a los hebreos, la revelación
verbal de Dios es el evangelio (véase Heb. 4:2, 6). Versado en el contenido del Antiguo Testamento, adoptó la
estructura del nuevo pacto en lo que concierne a la palabra de Dios.
c. «Sino que, con la clara exposición de la verdad». A lo largo de toda la epístola, Pablo enfatiza que su
ministerio y que el mensaje del evangelio es claro para todo aquel que quiera poner atención. Para él, el evangelio
no tiene velo que lo tape, y sus ministros son personas competentes y sinceras (2:17).
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Nótese que en el contexto de los versículos 2 y 3, Pablo menciona tres sinónimos: «palabra de Dios»,
«verdad» y «evangelio», para describir su proclamación apostólica. Sabe que los judaizantes lo acusan de estar
haciendo cosas a escondidas (Hch. 26:26). Deben admitir que, con respecto al ministerio de la verdad de Dios,
el apóstol no necesita más carta de recomendación que los frutos de su ministerio. Sus adversarios son mercaderes
de la palabra de Dios; pero él y sus colaboradores son predicadores de ella. La frase que yo he traducido como
«clara exposición» puede tener una interpretación doble: la exposición de la verdad y los resultados de dicha
exposición. Ambas interpretaciones pueden aplicarse aquí, como lo evidencia toda la epístola: Pablo predica el
evangelio con valor (3:12), trabaja incansablemente por el bien de los miembros de la iglesia (7:2–3), y es un
modelo de generosidad. Vive la verdad del evangelio que predica.
d. «Nos recomendamos a toda conciencia humana delante de Dios». Por haber llegado tarde al apostolado,
Pablo estaba obligado a mostrar sus credenciales. Todas sus epístolas, excepto Filipenses, 1 Tesalonicenses, 2
Tesalonicenses y Filemón, empiezan con la afirmación de que él es un apóstol de Jesucristo. Probar una genuina
autorización es una cosa, pero recomendar la autoridad de uno mismo a la gente, es otra. Pablo había demostrado
su ministerio apostólico sin forzar su autoridad sobre la iglesia.
Pablo desea que su persona y su ministerio sean sometidos al escrutinio público, pues no tiene nada que
ocultar. En ambos casos, con su palabra y su conducta ejemplifica la verdad. Todo el mundo puede ver que su
eficaz ministerio en Corinto y en otros lugares respira integridad y honradez. Por implicación, los acusadores de
Pablo presentan una recomendación artificial, que no puede sostenerse a la luz del día.
La última parte de este versículo es contundente al decir el propio Pablo que se somete, voluntariamente, a la
conciencia de cada uno, siempre que esta conciencia sea plenamente consciente de la presencia de Dios. Así
como Pablo vive su vida y hace su obra en la presencia de Dios, espera que los que lo investiguen a él se sitúen
ante esa misma presencia (5:11). Dice que, sin titubeos, la conciencia de una persona debe estar en completa
armonía con la Palabra de Dios y el testimonio. Como la aguja de una brújula, que invariablemente señala hacia
el norte, de la misma manera la conciencia de uno debe, invariablemente, apuntar hacia Dios.
La conciencia humana que es guiada por la verdad divina, registra y valora lo bueno y lo malo, examina la
conducta moral de uno mismo y la de los demás, y obedece a la autoridad que Dios ha instituido. En consecuencia,
Pablo invita a todos a que cada cual valore su trabajo con una conciencia que presente sus cuentas a Dios.9 Si
sus adversarios quieren examinarlo como siervo de Dios, que así lo hagan; pero con sus conciencias en sintonía
con la Escritura y en la presencia de Dios.
Los dos próximos versículos, que constituyen una larga oración gramatical en griego, forman una unidad, ya
que el versículo 4 explica el versículo 3b. Aunque el 4 está redactado con una estructura negativa, concluye con
una nota positiva. Asimismo, la repetición del vocabulario que Pablo ya había usado antes, exhibe la misma
claridad: «cubrir», «evangelio», «mentes», «gloria» e «imagen».

Definiciones y frases usadas: 22.1 Los degüelle o los venda: Se refiere a quien ha matado el animal para
comer o para realizar un sacrificio religioso. Indicar que el animal ha sido vendido implica que el mismo sigue
vivo, aunque ya no puede ser restituido a su verdadero dueño.
Cinco bueyes [...], cuatro ovejas: El texto hebreo no utiliza al comienzo del versículo la misma palabra para
"buey" que utiliza aquí, cuando establece el pago compensatorio. En este caso, utiliza una palabra genérica que
significa "ganado mayor", sin establecer de qué se trata. Literalmente, dice: "Cuando alguien robe un buey…
pagará cinco cabezas de ganado". Sólo dos versiones respetan esta diferencia: DHH, que dice «cinco reses», y
NVI, que dice «cinco cabezas de ganado». Ambas opciones son preferibles. Lo mismo sucede respecto a las
ovejas, cuando se habla de "cuatro cabezas de ganado menor", aunque ninguna de las versiones tiene en cuenta
esta diferencia, probablemente por la ausencia de un equivalente en castellano. Si en la lengua receptora existe
una palabra que distinga la oveja individual respecto de una denominación genérica (como sucede con "buey" y
"res" para referirse al ganado mayor), es mejor utilizarla. De no haberla, se debe mantener la misma palabra en
ambos casos.
22.2 Es herido y muere: Algunas traducciones no mantienen los dos verbos: «Y lo mata» (TLA), «y se le
mata» (NVI); otras versiones unen ambos verbos: «Es herido mortalmente» (BJ y NBE). Sin embargo, es
importante mantenerlos tal como están en el hebreo, porque indican que la intención del homicida no fue matarlo,

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esto es, que la muerte se produjo como consecuencia de una herida. En un texto legal esto tiene consecuencias
directas sobre la condena a que será sometido el agresor.
22.3 Reo de homicidio: Literalmente, "la sangre caerá sobre él", que significa que es responsable por la
muerte del ladrón. Como esta construcción es incomprensible en castellano, es necesario buscar alternativas. BJ
prefiere traducir «su sangre será vengada», opción que es más cercana al texto hebreo que la de RV95. La opción
de TLA, «sí será culpable», es también aceptable. DHH dice «sí se considerará un asesinato». Es para resaltar
que no se menciona la condena a muerte del homicida, como podría suponerse en caso de aplicación de la ley del
talión (ver 21.23). La frase que continúa (v. 3b) sugiere que no debe considerarse esa posibilidad, dado que
propone una compensación en dinero.
El ladrón hará completa restitución: El texto hebreo es tan conciso en la segunda parte de este versículo,
que es imposible traducirlo sin agregar elementos. Se trata de cuatro palabras hebreas que significan, literalmente,
"si no tiene, será vendido por lo robado".
La frase que comentamos aquí no está en el hebreo, pero es necesaria para poder entender qué se quiere decir.
Si no tiene con qué: Es mejor seguir la opción de TLA, «si no puede pagar», o la de DHH, «si no tiene
dinero». En RV95 (y también en BJ), la frase parece incompleta.
Para pagar lo robado: Algunas versiones prefieren «restituir lo robado» (NVI, BJ), pero como no hay
equivalente en el texto hebreo, el traductor puede optar por la palabra que considere más afín en la lengua
receptora.
22.4 Pagará el doble: Se entiende que el ladrón restituirá el animal y abonará en compensación con el doble
del valor. La persona a quien robaron recibirá el animal original más dos ejemplares adicionales.
22.5 Pastar: Es el verbo específico para llevar al ganado a comer pasto. NVI dice: «Si alguien apacienta su
ganado».
Mete: El verbo hebreo indica la intención de hacer pastar el ganado en un campo ajeno. No se refiere a una
situación de descontrol del ganado, sino de la acción de colocarlo allí expresamente para que coma. Deben
evitarse frases que den a entender que no hubo intención, como, por ejemplo: «Y por dejar sus animales sueltos
estos pastan en campo ajeno» (NVI), o «y estos van y comen en el terreno de otra persona» (TLA). Otra
posibilidad es traducir: "Si alguien envía su ganado a pastar al campo de otro".
De lo mejor: Es literal y se refiere a que la persona deberá pagar con los frutos más preciados y no con los
de menor calidad.

Amén, para la gloria de Dios.

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