Asistencia e investigación
Arleen Olvera Berber
Portada, cenefa y viñeta: Detalle, Fresco Virgen Inmaculada, monasterio de San Juan
el Bautista, Yecapixtla, Morelos. Foto. América Malbrán Porto.
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Antilha
REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
Comité Editorial
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Antilha
REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
CONTENIDO
Editorial P. 7
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Antilha
REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
EDITORIAL
E
n este segundo número tenemos el gusto de abrir Antilha con un artículo del
doctor Daniel Schávelzon quien nos amplia los conocimientos sobre la elabora-
ción de piezas, que han pasado por auténticas, en un mercado en el que, de
alguna manera, fueron solicitadas en el siglo XIX. Ejemplo que nos sirve para tocar un
punto medular sobre la falsificación de piezas, problema que perdura hasta nuestros
días.
José Alejandro Vega Torres nos relata cómo en algunas iglesias el estilo Salomónico per-
meó sobre un sector poblacional e influyó en la creación de bellos elementos decorativos
en algunas iglesias de la República Mexicana, destacando el Templo de San Ángel.
Hugo Herrera Torres hace un recuento de piezas arqueológicas de distintas culturas me-
soamericanas, desde el Preclásico hasta el Posclásico, en las que se resaltaron ciertas
patologías y que no pertenecen a un error del escultor, sino más bien se presentan como
antecedente de Nanahuatzin, dios buboso y contrahecho, mencionado en la leyenda so-
bre la creación del Quinto Sol y con Xolotl, dios protector del juego de pelota
Cierra este número Enrique Méndez Torres, con un texto sobre la apropiación y conoci-
miento del paisaje por el hombre y cómo lo ha utilizado para distintas necesidades, ya
sean sacras o para la obtención de satisfactores primarios o secundarios, donde lo impor-
tante para los pobladores es elaborar mapas mentales para ir conociendo su territorio.
Les recordamos, estimados lectores, que Antilha pretende ser un espacio de difusión
científico abierto a comentarios y críticas. De este modo, en Antilha, tratamos de rescatar
las discusiones que nos auxilian en el crecimiento del conocimiento científico.
Los Editores
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EL IMAGINARIO DE LO PREHISPÁNICO:
EL ORIGEN DE LAS FALSIFICACIONES DE TLATELOLCO
Daniel Schávelzon1
E
l tema de las falsificaciones de objetos arqueológicos en México tiene una larga histo-
ria y mucho se ha publicado, pero poco se ha aclarado. Un avance fue cuando se
pudo comenzar a entender el fenómeno ya no solamente como un tema policial, de
engaño con espíritu de ganar dinero, si no como un tema cultural mucho más complejo. Y
quizás el mejor caso de estudio sean las llamadas Cerámicas de Tlatelolco, piezas que en el
siglo XIX inundaron los museos y generaron discusiones interminables en tiempos en que se
hacía arqueología desde un escritorio, no en el campo. La discusión más reciente fue cuando
las adscribimos al siglo XVIII y no al XIX como se había establecido (Schávelzon, 2009). Hoy,
tantos años más tarde de que fueran realizados, ya son objetos que forman parte de la historia
del arte mexicano.
Cuando Felipe Solís publicó en 1996 su estudio de las cerámicas, que aun estaban guardadas
en el Museo Nacional de Antropología, parecía que el tema estaba saldado (Solís, 1996:54-55)
y con ello parecía cerrarse un viejo debate sobre un conjunto cerámico que había engañado a
demasiadas personas por mucho tiempo (Fig.1). Hoy, por suerte, podemos agregar a eso al-
gunas nuevas ideas: 1) eran copias de productos europeos de su tiempo, 2) la difusión que
tuvieron estas cerámicas fue muy grande debido no tan sólo a su calidad si no a que represen-
taban lo que el imaginario necesitaba sobre la cultura prehispánica y 3) no necesariamente se
iniciaron como falsificaciones; creo que no tuvieron por intención engañar a nadie ni eran un
producto generado por el mercado de antigüedades. De ahí su gran éxito.
En 1861 se escribió en México el primer libro de historia del arte de toda América Latina. En él
hay un diálogo más que delicioso haya sido verdad o ficción, su autor José Bernardo Couto
denunció la existencia de “supercherías” –tal fue el término que usó–, y aunque fuese en la
pintura colonial al menos abría el tema de lo verdadero y lo que no lo era. No se tardó mucho
en comenzar a distinguir también lo falso de lo auténtico en los objetos prehispánico; Positivis-
Director del Centro de Arqueología Urbana. Instituto de Arte Americano "Mario J. Buschiazzo". Facultad
de Arquitectura Diseño y Urbanismos, UBA. Buenos Aires, Argentina. Director del Área de Arqueología
Urbana, Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
9
mo Científico por medio, profesionalización
de arqueología y trabajo de campo en lugar
de discutir tras los escritorios, fueron moti-
vos que hicieron que mucha tinta corriera
sobre el tema antes de 1900. Lo que siem-
pre resultaba un atolladero era el ver que
había objetos que no se hacían solamente
por mero afán monetario (Couto, 1979:31),
que los motivos eran múltiples y que a ve-
ces era imposible saber con certeza si eran
o no copias ya que entraban perfectamente
en los parámetros con que era entendido el
mundo prehispánico (Schávelzon, Óp.cit.).
Obviamente no hablamos de cerámicas bur-
das si no de las que engañaban hasta al
mejor especialista, al final de cuentas en las
portadas que hizo el Conde Waldeck para el Fig.1. Vasija de Tlatelolco en el Museo Na-
cional de Antropología. Tomado de Arqueología
Museo Nacional, las había, y eso era muy Mexicana, Nº 21, 1996
temprano en el siglo XIX y sin duda no exist-
ía aun un mercado de antigüedades esta- ciendo objetos por mucho tiempo y lo siguen
blecido aunque sí había piezas circulando haciendo. Y eso llevó a escándalos como la
desde años antes que no eran auténticas exhibición de ladrillos estampados en la Expo-
que le llegaron a Dupaix y Castañeda. Eso sición Colombiana en España en 1892 por
nos lleva a la pregunta ¿eran engañados o parte del Estado Mexicano y a tantas situacio-
es que no se podía hacer esa división tajan- nes difíciles de resolver. Incluyendo coleccio-
te entre cerámica prehispánica y falsa? Hoy nes con objetos falsos entremezclados que,
la respuesta puede ser obvia porque la con- por el peso que tiene la antigüedad en que
tinuidad cultural es un tema conocido y en- fueron adquiridas -a veces se remontan a
tendemos la complejidad del proceso de la 1860- confundieron y siguen confundiendo a
conquista y la colonia, pero en 1900 ni si- los especialistas (Paso y Troncoso, 1892;
quiera se imaginaban estos problemas inte- Chavero y Baranda, 1892). Ya se han denun-
lectuales (Benson y Boone, 1982), respecto ciado incensarios de Oaxaca obviamente fal-
a que los grupos indígenas siguieron produ- sos y que fueron tomados como verdaderos
10
hace sólo un par de años y hasta servían cia de estos productos en una época du-
para autenticar otros, y máscaras de piedra rante la cual no sabíamos que existían
mexica que, o son todas buenas o todas compradores en esas cantidades.
falsas (Mogne, 1987). ¿Había en ese momento tanta gente que qui-
siera comprar cerámicas antiguas? No, sin
Las cerámicas de Tlatelolco duda no lo había, más allá de algún curioso
En el barrio de Tlatelolco hubo desde tiem- anticuario y un par de viajeros al año. Pese a
pos prehispánicos artesanos ceramistas. No eso las portadas de muchos libros las incluye-
sabemos si el impacto de la Conquista y la ron en elegantes láminas tratando de mostrar
destrucción de la ciudad los exterminó o si el patrimonio del Museo Nacional; Antonio
siguieron trabajando, pero eso parece lo García Cubas introdujo varias en su obra mo-
más probable. Esa cerámica fue, lentamen- numental de 1885 (García Cubas, 1885. Véa-
te, adaptándose a modelos europeos, cam- se la “Carta histórica y arqueológica”), José
biando, agregando y quitando en función del Francisco Ramírez (1955-56) y Alfredo Chave-
mercado local o regional; no creemos que ro (Chavero, 1981) hicieron lo mismo mostran-
intentaban engañar, simplemente hacían lo do un despliegue de piezas del Museo, una de
que creían correcto, con su estética y que las cuales es una pipa y otra una absurda re-
era al gusto de la época. En algún momento gadera con flores, en algunas láminas aparece
del siglo XVIII comenzaron a hacerse unas junto a un silbato también absurdo (Fig.2).
vasijas de cerámica negra y naranja que se Fueron a todas las colecciones del país y aun
caracterizaban por incluir fragmentos de ob- permanecen en varias de ellas, públicas y pri-
jetos prehispánicos, en especial caras de vadas. ¿Por qué esas cerámicas y no tantas
figurillas rotas, a los que se les agregaba otras falsificaciones engañaron tan bien pese
glifos en relieve, rostros modelados, ser- a ser extremadamente contrahechas a todo lo
pientes, animales y hasta forma chinescas u prehispánico? Como falsificaciones son pési-
orientales. En el siglo XIX, esta producción mas, no se asemejan a nada, la única explica-
creció en forma geométrica se compró como ción que tenemos es que era exactamente lo
prehispánica ya que qué otra iba a ser-, y que se esperaba que fuera la cerámica pre-
entró por docenas al Museo Nacional, don- hispánica para la sociedad de su tiempo que
de hubo piezas que representaban pago- comenzaba a apreciarla en el espíritu de su
das. Si fueron hechas con la intención de tiempo: barroca, sofisticada, compleja, apabu-
falsificar en época tan temprana son más llante, con muchos símbolos incomprensibles.
que importantes, pues muestran la existen- Esas cerámicas hablan más del gusto y las
11
Fig. 2. Peculiar regadera para flores hecha en Tlatelolco, ilustrada por Antonio García Cubas en 1885
entre los mejores objetos del Museo Nacional
expectativas de los compradores que del de glos al juzgar por las incrustaciones que tiene
los fabricantes. Y por eso podemos hoy se- en su superficie (Ibíd.: 116).
parar las más antiguas, abarrocadas, llenas Las cosas cambiaron en la segunda mitad del
de imaginación, de las tardías que simple- siglo XIX y por eso se asocia a veces su inicio
mente imitan objetos mexicas, figuras ma- a la llegada de la Comisión Francesa, que
yoides o incluso maceteros españoles. Unas viajó en 1861 y con la que nació la arqueolog-
fueron creaciones, las otras simples copias. ía como ciencia (Schávelzon, 1994 y 2003).
Y en el caso de Chavero es obvio que sus Se creyó que ese flujo de interesados au-
dibujantes eran pésimos, salvo en las lámi- mentó la demanda, no había otra explicación
nas de color, pero hay cosas que van más si creemos ciegamente que los productos cul-
allá de la imaginación como una vasija de turales son resultado de las demandas del
Teotihuacan que es de las de Tlatelolco mercado; pero la Misión duró tan poco que no
(Ibíd.: 271), y otra que es una posible vasija cambiaba un lento proceso de la fabricación
romana o fenicia sobre un pedestal del cerámica proveniente desde otra ciudad. En
“estilo tlatelolquense”. Incluso esa estilizada un libro de 1909 sobre falsificaciones hecho
vasija fue sacada del mar tras muchos si- por Leopoldo Batres, que luego analizamos,
12
se fecha también esas cerámicas en el siglo
XVIII y la mayor parte de las que ilustra son
de la colección del Museo Nacional. Así fue
común verlas en libros medio siglo más tar-
de y Désiré Charnay lo aseveraba en 1887 2
(Charnay, 1887) (Fig.3). En su correspon-
dencia con Holmes sobre el tema el colec-
cionista Enri Boban admitió que fue engaña-
do muchas veces, señalaba a un señor Bo-
badilla como el artífice mayor de esa cerá-
mica (MacLaren Walsh, 2006: 20-25; 2005:1
-18 y 1997). La realidad es que desde el
Trocadero hasta el Smithsonian fueron en-
gañados y nada circuló más que esas vasi-
jas inocentes pero cargadas de connotacio-
nes de su tiempo. Ponían en evidencia, en
el nacimiento de la arqueología científica,
Fig. 3. Posible botija romana sobre una base de
que no se podía creer en nada que no fuera Tlatelolco, publicada por Chavero a fines del siglo
lo que uno mismo excavara, lo que no era XIX.
poca cosa.
produjo una reacción bastante rápida. Todo
Por suerte aún se conservan varias de estas
piezas en la bodega del Museo Nacional de comenzó con el casamiento de William Hol-
sobre cómo era concebido el mundo pre- dibujante, que decidió viajar a México de luna
hispánico en el siglo XVIII e inicio del XIX y de miel en 1884. Allí, en el tiempo que le so-
como lo siguió siendo por mucho tiempo braba, hizo importantes observaciones arque-
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En 1909 Leopoldo Batres editó un libro so- so vender a la Misión Francesa, entre ellos los
bre las falsificaciones hecho seguramente de Tlatelolco los que se hicieron con la técnica
para vengarse de sus enemigos, mostrando de hacer una vasija y pegarle objetos antiguos
que habían sido todos engañados, que él que se desprendían apenas eran tocados
era el único que sabía identificar lo bueno y (Figs.5 y 6). Otro aporte de su autor fue iden-
de esa manera consolidar su poder en la tificar los lugares de procedencia de las falsifi-
estructura Porfirista (1909: 23 y 24). Pero el caciones, en especial Oaxaca, Tlatelolco y
libro le vino muy bien a la ciencia y al patri- Teotihuacán, el mostrar moldes y hornos, ma-
monio ya que la lucha de Batres era básica- teriales y técnicas. Pero Batres notaba que no
mente la de obligar a los arqueólogos ex- todo era igual: existían los que intentaban en-
tranjeros a pedir autorizaciones para traba- gañar y quienes hacían verdadera artesanía, a
jar; aunque él lo hiciera muy mal y sus ami- los que él llamaba “imitadores” sin darle valor
gos peor, e incluso lo usaron para avalar alguno. Según él, esto existía desde el siglo
ventas como las colecciones de Rickards y XVI cuando los conquistadores quisieron obje-
de Sologuren, con falsificaciones que termi- tos para llevar a España y Europa como re-
naron en el Museo Nacional o sirvió para cuerdos, lo que dio origen a la producción de
autenticar cosas para sacarlas del país final- Tlatelolco que según él continuó hasta cerca
mente (Sellen, 2000 y 2005). de 1860. Demás está decir que esta explica-
En ese libro, en realidad un folleto grande, ción no tiene sentido alguno. Lo que tampoco
llamado Antigüedades mejicanas (sic) falsifi- vio es que entre el artesano y el coleccionista
cadas: falsificación y falsificadores (1909), había surgido una nueva figura, el intermedia-
Batres incluyó una introducción y una canti- rio (el “coyote”), que era quien ganaba dinero.
dad de fotografías de una larga serie de ob- Los personajes involucrados en este intercam-
jetos y los moldes de los que provenían. bio eran variados y por supuesto muy poco
Eran piezas de cerámica, obsidiana y todo sabemos de ellos. Para finales del siglo XIX
tipo de metales. Hoy constituye una joya había quienes recorrían los sitios de produc-
bibliográfica a pesar de que no aparecen ción y luego vendían a los coleccionistas en
nombres propios y se usan rodeos tales co- un mercado informal personalizado. De quie-
mo “un conocido arqueólogo de una univer- nes sí sabemos algo es de algunos grandes
sidad de Washington” para citar a Holmes coleccionistas que adquirieron esas piezas
(Ibid.:12.). Presenta una historia que se ini- para luego venderlas a los museos de Estados
cia con los objetos llevados por el cónsul Unidos y Europa, lo que dejó sus nombres re-
Hamy a Francia y sigue con lo que se le qui- gistrados en el papel.
15
gran parte del Americanismo europeo. Él mis-
mo y sus alumnos hacían viajes constantes
para adquirir, con grandes presupuestos, obje-
tos arqueológicos y etnográficos. Su obra pu-
blicada es monumental y era un intelectual
cuya integridad estaba fuera de duda, pero
eso no implicó que fuera engañado una y otra
vez por falta de conocimientos, por ingenuidad
o por la sagacidad de quienes él consideraba
inferiores. A ese museo llegaron docenas de
objetos desde toda América que era falsos y
cuya identificación llevó un siglo. La política de
adquisición en lugar de la excavación se ponía
Fig.5. Botijo español del siglo XVI en el Museo en crisis. Un ejemplo de esto fue la exposición
de América, Madrid
Tomado de Codding 2006:121. en el Trocadero en 1878 en donde se expuso
un vaso de Texcoco en el que nada faltaba:
Algunos lo hicieron sin saber lo que hacían; había sido decorado con un Olimpo de indíge-
otros eran conscientes de que sus objetos nas sin olvidar el gran sacerdote sentado, el
no eran verdaderos y los mezclaban con los mono caminando y a Júpiter con su mitología.
que sí lo eran haciendo casi imposible iden- “Este vaso tiene toda una historia que enseña
tificarlos ya que había obras falsas basadas una vez más cuán verdadero es el axioma lati-
en verdaderas. En este caso recordemos a no: Errare humanum est” (Batres, Op. Cit.:5).
Ernest Hamy, una de las mayores personali- Los arqueólogos que quedaban atrapados en
dades del siglo XIX en Europa: un médico medio de este maremágnum del que resultaba
que se interesó en la antropología física y casi imposible salir, comenzaron a entender
fundó la Sociedad de Antropología en 1852. que la única verdad era la que podían ver con
Años más tarde se dedicaría a organizar sus propios ojos; la arqueología de escritorio
museos, exposiciones y colecciones, en- estaba siendo reemplazada por la de campo,
viando misiones a los países coloniales, en basada en nuevas formas de pensar y en me-
una actitud hoy deplorable pero muy digno todologías diferentes a las anticuaristas ante-
de su tiempo: estudiar a aquellos considera- riores.
dos inferiores. Su máxima creación fue el
Museo del Trocadero, desde donde emanó
16
España, en su tomo 3 dedicado a la arqueo-
logía mexicana, incluyó una ilustración de
página entera de una “Jarra de Teotihuacan” a
la que no le faltaba el rostro de boca abierta,
las serpientes como agarraderas y las figuri-
llas pegadas (1925). Quizás no casualmente
sea la misma que había publicado Chavero y
alguien a quien no hemos logrado identificar
hizo un nuevo grabado. No hemos encontrado
ilustraciones más modernas aunque debe de
haberlas, pero sí siguen en diversas coleccio-
nes y posiblemente sea así por mucho tiempo.
Resulta interesante que haya una vasija casi
idéntica a la de Chavero-Pereyra conservada
en el Museo Nacional (Fig.7).
Carlos Pereyra (1871-1942), aunque su nom-
bre no suene ya en la arqueología fue un prolí-
Fig. 6. Ánfora española de gran tamaño del siglo fico historiador mexicano hijo del Porfiriato,
XVII en el Museo de América, Madrid. Tomado
de Codding 2006:118. que se enfrentó a los gobiernos de la Revolu-
ción por lo que se radicó en España produ-
¿Los últimos en publicarlas? ciendo docenas de libros sobre historia de
Los libros como el de Chavero siguieron México y América Latina. Llegó a ocupar un
editándose una y otra vez al infinito y repro- sitial en la Academia Mexicana de la Historia,
duciendo estas cerámicas, pero cualquiera es por eso que nos llama la atención el ilustrar
entiende que son libros históricos en sí mis- el arte prehispánico de su propio país con una
mos que por diversos motivos siguieron en pieza falsa, en ese momento tan tardío, lo que
uso. Creo que el último –aunque nunca es más que desconocimiento (Consejo Supe-
existe el último- de los libros importantes rior de Investigaciones Científicas, 1942). Pe-
que cayó en la trampa de la cerámica de se a eso las seguimos viendo en colecciones
Tlatelolco fue el de Carlos Pereyra. En su que aunque sean falsas en su mayor parte,
monumental Historia de la América Españo- como la de los monstruos prehistóricos de
la, de ocho grandes volúmenes que hicieron Julsrud en Chupícuaro y que se formó en ple-
escuela en su tiempo, publicada en 1925 en no siglo XX, resulta interesante que hayan lo-
17
Fig. 6. Vasija falsa hecha en Tlatelolco figurando como de Teotihuacan en los libros de Chavero y Pe-
reyra, a lo largo de dos siglos, nótese la similitud con la primera pieza ilustrada.
grado penetrar hasta allí y permanecer ex- juego no es un simple problema técnico, es
hibidas las vasijas de Tlatelolco. una visión del arte del pasado y finalmente de
Finalmente, creemos que los artesanos de la importancia de esa historia en un momento
Tlatelolco lograron hacer las piezas coyuntural en la construcción de la nacionali-
“prehispánicas” que los coleccionistas y dad.
muesos querían, eran su ideal, lo que ellos
imaginaban que debía ser. Realmente los Bibliografía
anónimos artistas lograron su objetivo con
Batres, Leopoldo
creces. Con esas vasijas sucedía lo mismo 1909 Antigüedades mexicanas falsificadas,
México, Soria Impresor.
que con las reliquias de los santos en el me-
dioevo europeo, en que todos sabían que Benson, Elizabeth y E. Boone (ed.)
1982 Falsifications and misreconstructions
eran mentiras pero igualmente se seguía
on Precolumbian art, Washington,
con su adoración (Geary, 1991). ¿Acaso Dumbarton Oaks.
España sigue sin poder aceptar que su Da-
Charnay, Desire
ma de Elche sea seguramente falsa? 1887 The ancient cities of the New World,
Harper Bros., Nueva York.
(Moffit, 1995). Obviamente lo que está en
18
Chavero, Alfredo 1889 “On some spurious mexican antiquities
1981 México a través de los siglos, vol. I, and their relation to ancient art”, en
17ª. Edición, Editorial Cumbre, Méxi Smithsonian Institution Papers Relating
co. Anthropology, Washington.
19
Pereyra, Carlos
1925 Historia de la América Española, Edi
torial Saturnino Calleja, Madrid.
Ramírez, José F.
1955-56 “Antigüedades mexicanas conser-
vadas en el Museo Nacional de
México”, en México y sus alrede-
dores, Decaen Editor. México.
Schávelzon, Daniel
1994 “La arqueología del imperialismo: la
invasión francesa a México (1864-
1867)”, en Mesoamérica, vol. 28,
South Woodstock, pp. 321-335.
Sellen, Adam
2000 “Breve historia sobre la colección
Rickards en el Museo Real de Onta-
rio”, en Estudios Mesoamericanos,
núm. 1, México.
Solís, Felipe
1996 “Vasijas y figuras de barro hechas en
Tlatelolco en el siglo XIX”, Arqueo-
logía Mexicana Nº 21, Editorial Raí-
ces. México. pp. 54 y 55.
20
LA PRESENCIA DEL SALOMONISMO EN EL TEMPLO DE
SAN ÁNGEL, DISTRITO FEDERAL
José Alejandro Vega Torres
L
as posiciones teóricas alrededor de la arquitectura conventual del siglo XVI han sido
varias y cada una privilegia diferentes aspectos; según lo menciona el investigador
español Javier Gómez Martínez, existen tres posturas explicativas a saber:
En este sentido, tres han sido las teorías ofertadas. Las tres se suceden en el tiempo...
La más temprana explica la morfología fortificada en tanto edificios concebidos por los
españoles para defenderse de posibles sublevaciones protagonizadas por indios. La
segunda, como parte de un repertorio decorativo que, eventualmente pudo cumplir una
función mecánica. Y la más reciente, como materialización de valores simbólicos con
matiz escatológico Gómez Martínez, 1997:15).
La teoría funcional-militarista
Por razones de espacio, sólo mencionaremos que los defensores de la primera teoría que ex-
plica la morfología “militar” de estos conventos; fue enarbolada por Manuel G. Revilla (1892)
en El arte de México en la época antigua y durante el gobierno virreinal y por Sylvetser Baxter
(1934) en La arquitectura hispanocolonial en México; autores que propusieron el término arqui-
tectura monástico militar por considerar que ésta era realmente su función. De esta forma, en
1927, Federico Gómez Orozco menciona que los conventos del siglo XVI presentaban diferen-
cias de función arquitectónica y consideraba que estos conventos eran vastos y de gran forta-
leza (Gómez Orozco, 1927:40 citado en Arciniega Ávila 1997:4). Ya antes, al caracterizar el
convento de Acolman, José Montes en 1921, diría los siguiente de los elementos arquitectóni-
cos de los conventos del XVI: “...recinto fortificado en medio de la desnudez del campo...una
fortaleza” (Montes, 1929: 23. Citado por Arciniega Ávila, ibíd.: 5). Hacia los años de la década
de 1930, Jorge Enciso, nuevamente al observar unidades conventuales como Acolman, piensa
en las características de los elementos arquitectónicos de estos edificios: “A Jorge Enciso el
aspecto del edificio no sólo le sugirió la idea de una fortaleza sino que le pareció consecuente
Arqueólogo por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y Maestro en historia del arte por la Fa-
cultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Docente de la Escuela Na-
cional de Antropología e Historia (ENAH). Catedra77@ yahoo.com.mx
21
con la sensación de inseguridad que los sión fundamental es que el aspecto fortificado
otomís causaban a los conquistadores es- de los conventos novohispanos obedece pri-
pañoles.....” (Arciniega Ávila, ibíd.: 5). Para mordialmente a una finalidad decorati-
Manuel Toussaint los conventos del siglo va...” (Gómez Martínez, op.cit: 18).
XVI eran fortalezas similares a las medieva- Así mismo; Luis Mac Gregor seguiría esta pro-
les en donde la influencia indígena se en- puesta de Kubler en su obra sobre Actopan
contraba en ciertas estilizaciones como en (1955) agregando que ciertos elementos ar-
las almenas que para él eran representacio- quitectónicos sólo sirven para establecer equi-
nes de filas de cactus (Toussaint, 1935:65- librio y permanencia estructural de los compo-
66, citado por Arciniega Ávila ibíd.:6). En nentes de este edificio; sin embargo, en Mac
1947, Pablo C Gante remarcaría nuevamen- Gregor ya cabe una incipiente explicación
te que los conventos del siglo XVI eran ver- simbólica de esta arquitectura:
daderas fortalezas militares; esto a juzgar A la vista del convento de Actopan suscribe la
por sus componentes arquitectónicos: lectura decorativa de los detalles militares; en-
…llamamos a esta arquitectura monásti- fatiza la vertiente funcional indicada por Kubler
ca porque sólo se aplica a las iglesias y introduciendo la apreciación mecánica que les
conventos de órdenes religiosas… y mili- cabe a las almenas y garitones como pesos
tar, porque presenta muchos aspectos de verticales que contrarrestan las fuerzas diago-
las obras medievales de fortificación. El nales originadas por las bóvedas y añade un
carácter militar de estas construcciones papel coercitivo, mezcla de aviso y amenaza a
era una necesidad para poder resistir po- los indios (Ibíd.:18).
sibles ataques de los recién sojuzga- Cabe destacar que Mac Gregor ya habla de la
dos… morfología de estos conventos como símbolo
(Gante, 1947:51-59) del poder estatal español y como forma de inti-
midación hacia el indígena. Sin embargo, este
La teoría funcional - decorativa autor comenzó a observar que las construccio-
Para los años cuarenta es George Kubler nes conventuales y sus elementos arquitectó-
quien trata de dar una explicación novedosa nicos no tenían ese sentido defensivo que
al “aspecto militar” de estos establecimien- otros proponían: “almenas… estos remates
tos religiosos; tanto en su texto Mexican Ur- llenan una función mecánica... Pero también
banism (1942) como en su reconocida obra cumplen una función sugestiva y otra orna-
Arquitectura Mexicana del siglo XVI (1982), mental… No creo que hayan sido erigidas con
el autor concluye lo siguiente: “La conclu- fines defensivos: ni su distribución, ni su dis-
22
posición, ni sus dimensiones se prestan a tre los autores que apoyan esta posición están
ello...” (Mac Gregor, 1955: 65-66). en primer lugar el Santiago Sebastián (1973)
Posteriormente el arquitecto Carlos Chanfón quien ve la idea de la Jerusalén Celeste en la
Olmos; se suma a la idea de que estos con- portada norte del convento de Huexotzingo;
ventos del siglo XVI, sean fortalezas milita- así mismo esta misma idea es seguida por
res o defensivas. Analizando cada uno de Ana Luisa Sohn Raeber: “la aplicó al convento
los elementos arquitectónicos como pasos agustino de Atotonoilco el Grande, cuya igle-
de ronda, merlones y garitones, concluye sia fortificada pasa a convertirse en “castillo de
que estos elementos no servían ni de mane- Dios” y de su milicia espiritual...” (Ibíd: 21). Así
ra mínima para defender: mismo, Elena I. Estrada de Gerlero (1986) ya
Para la segunda mitad del siglo XVI, épo- ha comentado acerca del concepto de fortale-
ca en que se construyeron los conventos za espiritual y de la Jerusalén Celeste vistos
mendicantes novohispanos, nadie cons- en distintas dependencias conventuales como
truía fortificaciones con almenas del siglo es el caso de Huexotzingo. No debemos olvi-
XIII, que resultaban inútiles ante el fuego dar los trabajos de la Martha Fernández quien
de artillería.....El error táctico que su- también ha dado suficientes luces en la inter-
pondría los conventos fortaleza, no es pretación de estos espacios arquitectónicos-
admisible en un momento histórico en religiosos como analogías del Templo de Sa-
que España era la primera potencia mili- lomón y de la Jersusalén Celeste en diversas
tar mundial (Chanfón Olmos, 1992:61). obras suyas como es La imagen del Templo
Chanfón concluye que algunos elementos, de Jerusalén en la Nueva España (2003). En
como las almenas, sólo tienen una mera este libro en particular, la estudiosa propone
función decorativa que sirvieron para rom- que los edificios religiosos siguen un patrón
per la monotonía visual del edificio arquitectónico común visto en su nave que se
(Ibíd.:64). divide en tres secciones y que corresponde,
La teoría simbólica- salomonista como veremos adelante, a la división tripartita
La última postura teórica a la cual ésta po- que tuvo del Templo de Salomón.
nencia se adscribe, es la que privilegia la en su nave que se divide en tres secciones y
forma de estos conventos como el reflejo de que corresponde, como veremos adelante, a
las ideas milenaristas y como parte de las la división tripartita que tuvo del Templo de
ideas paulinas de la iglesia militante; de esta Salomón.
forma el convento y su iglesia se proponen El presente tema tiene como finalidad mostrar
como prefigura de la Jerusalén Celeste; en- dos aspectos del templo de San Ángel:
23
el primero de ellos es exponer, mediante la velaron que sus habitantes eran en el tiempo
descripción de su conformación en planta mucho más antiguos que los teotihuacanos y
del mismo templo, que este corresponde a mexicas, civilizaciones hasta ese entonces
la división tripartita del templo salomónico, identificadas arqueológicamente como
estudiado en otros templos novohispanos “Culturas de los Cerros”; poseían cerámica
por Martha Fernández. El segundo aspecto monocroma y bícroma como también elabora-
es revelar que la fachada principal está ba- ban figurillas femeninas decoradas al pastillaje
sada en alguna de las láminas del Tercer y (Gamio, 1920).
cuarto libro De Arquitectura, de Sebastián Durante el Posclásico Tardío sucedió que es-
Serlio (1988). No podríamos entender estos tos pueblos tributaron desde Coyoacán como
aspectos sin la presencia y análisis de la su cabecera política y administrativa, sus pro-
figura del posible diseñador de este templo; ductos a los señores de México Tenochtitlán.
me refiero a Fray Andrés de San Miguel, Sin embargo, con la conquista española, los
insigne fraile erudito que como se sabe era de Coyoacán y los pueblos pertenecientes a
un conocedor de los tratados de arquitectu- San Ángel, bajo el mando del noble indígena
ra estudiados en su tiempo. Por lo que el Iztolinque, participaron en la conquista del
diseño tanto de la planta de San Ángel, co- pueblo mexica ayudando a Cortés a su some-
mo de su fachada es posible que revele la timiento. Como pago a su contribución a la
presencia de Andrés de San Miguel y así lucha en contra de los mexicas, la Corona es-
mismo; que dicho templo es el reflejo de un pañola, restituyó a éste noble indígena los te-
rico simbolismo depositado en él. rritorios que le pertenecían; así mismo se le
dio nombre español, el de Don Juan de
Antecedentes históricos de San Ángel Guzmán y se le dio escudo de armas:
El actual barrio de San Ángel tiene antigua Sin embargo, Iztolinque, se volvió contra
historia que contar, sabemos que su nombre su pueblo y formó una alianza con Cortés,
en náhuatl era Tenanitla, que quiere decir que quedó resentido con el pueblo azteca,
“junto a la muralla”; este lugar estaba con- después de que vencieron en la guerra de
formado por pequeños pueblos de agriculto- la Triple Alianza a su abuelo Maztlatzin,
res y artesanos que en tiempos prehispáni- señor de Coyoacán, por tal motivo, Iztolin-
cos vivían en las zonas intermontanas del que apoyó a los españoles en la conquista
Ajusco. Las excavaciones hechas a princi- de México, además de que le salvó la vida
pios del siglo XX, dirigidas por don Manuel a Cortés en la batalla de Cuahunáhuac,
Gamio en el barrio del Carmen en 1917, re- gracias a la cual, recibió de regreso sus
24
tierras, y Cortés lo nombró Gobernador, legio en 1613, el cual estaría bajo la advo-
en agradecimiento a su labor; Iztolinque cación de san Ángelo Mártir. Siendo este el
fue rebautizado por la Iglesia Católica primer paso para la fundación del convento
con el nombre de Don Juan de Guzmán, del Carmen, el cual colindaba con el pueblo
recibió escudo de armas y la devolución de Tenanitla… La obra estuvo a cargo de
de sus tierras quedaron confirmadas en Fray Andrés de San Miguel e inició en
la real cédula expedida en Zaragoza por 1615… gran parte de los recursos fueron
el emperador Carlos V y la Reina Juana, donados por Don Melchor de Cuéllar y por
en enero 6 de 1534 (Martínez González, su esposa Doña Marina de Aguilar
2009:106; también véase Ordorika, 1993: (Toussaint, 1945:12)2.
27) . En su testamento fechado el 17 de julio de
Se sabe que los primeros evangelizadores 1631 dice:
en la zona de Coyoacán fueron los domini- Y cumplido y pagado este mi testamento,
cos quienes fundaron convento en Coyo- mandas y legados, y todo lo demás, que en
acán en 1529; pero es hasta 1535 que la él se contiene, dejo y nombro por mi uni-
orden de los predicadores llegan a la región versal heredero en todo lo remanente a mis
de Chimalistac y San Ángel fundado dos bienes al convento y obra del Santo Desier-
iglesias: la de San Sebastián y la capilla de- to de Nuestra Señora del Carmen, que está
dicada a Nuestra Señora del Rosario, esta a cuatro leguas de esta ciudad de México,
última más tarde llamada, en 1580, capilla del que soy patrón y fundador…(Clausula
de San Jacinto (Vid, Ordorika, ibíd.: 26). principal del Testamento de Melchor de
Es hasta principios del siglo XVII que tene- Cuéllar. Leg. 65-a, p.5, 2fs.ms, 7 de julio de
mos noticias de la presencia de los Carmeli- 1631. ABNAH. Paleografía de Jaime
tas en San Ángel: Abundís Canales.).
A principios del siglo XVII, el gobernador En Theatro Americano, José Antonio de Villa-
de Coyoacán, Don Felipe de Guzmán, señor y Sánchez describe a San Ángel y su
vendió los terrenos de temaliztiaca… di- convento de esta forma:
chos terrenos los adquirieron Don Andrés A dos leguas de distancia al rumbo de suro-
de Sorogaista de Mondragón, cirujano y este tiene la provincia otro convento en el
barbero del Santo Oficio, y su esposa pueblo de San Ángel, muy capaz y de muy
Doña Elvira Gutiérrez, con el propósito
de donarlos a los carmelitas descalzos
2 Este autor nos da la fecha en la que estos terre-
para que ahí fundaran su convento y co- nos fueron cedidos a los carmelitas y fue el día 21
de mayo de 1597.
25
bella fábrica, con el templo correspon- vuelta en diversas dificultades; una de ellas
diente, fuerte, alegre y bien ordenado, fue el naufragio de dicha nave cerca de las
dedicado a la Señora Santa Ana, y deba- costas de Florida, de la cual salieron bien li-
jo de su presbiterio está una capilla que brados. A diferencia de Báez que desmiente la
es el entierro de los religiosos, de bóveda posibilidad que dicho acontecimiento difícil,
especial, en donde todos los días se ce- hiciera que Andrés de Segura jurara entrar a
lebra el santo sacrificio de la misa en los la orden carmelitana, sí salían bien librados de
cuatro alatares que tiene. Este colegio es este trance; dice Toussaint al respecto: “En
para estudios de teología escolástica de ese trance hizo voto de entrar en la orden re-
los religiosos… tiene una singular huerta formada de Nuestra Señora del Carmen si se
por su grandeza y por lo exquisito de sus salvaba…” (Toussaint, op.cit.:7). Después de
frutos…la que ayuda mucho a la manu- varios intentos por regresar a México; Andrés
tención de la comunidad (Villaseñor y de Segura profesa en la orden carmelitana en
Sánchez, 2005:738). el año de 1598, según menciona Toussaint,
aunque Martha Fernández indica que este
Fray Andrés de San Miguel hecho fue en el año de 1600, tomando los
Andrés de Segura de la Alacuña, como lo hábitos al año siguiente (Fernández, 2008:87).
menciona Eduardo Báez, nació en Medina Como menciona Toussaint, la importancia de
de Sidonia el año de 1577. Hijo de una nu- Andrés de San Miguel radica en que es de los
merosa familia, desde temprana edad se vio pocos arquitectos de los cuales se tienen sus
involucrado en los trabajos propios de los escritos y disertaciones sobre diversas mate-
navíos que salían de Sevilla; punto de con- rias, como la carpintería, la arquitectura o lo
tacto con la Nueva España. Desde muy jo- que hoy llamaríamos la ingeniería hidráulica;
ven se vio involucrado con el estudio de ma- perfilándose como uno de los arquitectos más
terias como las matemáticas (Báez Macías, importantes durante el siglo XVII (Toussaint,
en Obras de fray Andrés de San Miguel op.cit:5). Dice Martha Fernández sobre estos
1969:13). Así mismo, menciona Manuel escritos:
Toussaint que Andrés de Segura partió de …Hacia el año de 1630, Fray Andrés co-
España rumbo a México, saliendo de la na- menzó la redacción de un manuscrito sobre
ve llamada la Santa María de la Merced, la varias materias relacionadas con las cien-
cual arribó a México en el año de 1594, des- cias y las artes: arquitectura, matemáticas,
pués de cierto tiempo, la flota en la que el geometría, astronomía, perspectiva, carpin-
futuro fraile arquitecto viajaba, se vio en- tería de lo blanco; etc., agregándose siem-
26
pre a dos tratadistas de vital importancia; planationes…,en los que se disertara sobre
Vitruvio y Alberti(Fernández, op.cit: 87). el modelo del templo salomónico; que con
Como bien lo han mencionado Toussaint y probabilidad estuviera en la biblioteca del
Martha Fernández, fue autor de diversas mismo convento:
construcciones religiosas, sin contar con las Gran parte de la enorme influencia que
distintas obras hidráulicas y puentes que ejerció el templo casi mítico de Salomón
construyó precisamente en las inmediacio- en el mundo hispano se debió a la obra
nes de San Ángel. de los jesuitas Juan Bautista Villalpando
y Jerónimo Prado, de la cual no se sabe
Andrés de San Miguel y el ambiente salo- con certeza total si estuvo en poder de
monista de su época fray Andrés de San Miguel, aunque es
Andrés de San Miguel conocía a la perfec- posible que fuera así… La obra de Villal-
ción las escrituras bíblicas, imbuido por la pando debió estar en la librería de San
religiosidad de su época, fue capaz de escri- Ángel, a juzgar por la prolija descripción
bir una disertación sobre el Templo de sa- que fray Andrés de San Miguel realizó
lomón intitulada Descripción del Templo de del templo de Salomón (Abundis Cana-
Salomón, del cual describe sus dimensiones, les, 2007:1055-1056).
sus interiores, describe sus atrios y sobre Sin embargo, este recurso de referirse al
todo menciona que dicho templo se cons- Templo de Salomón y trasladar esta imagen
truyó imitando el modelo divino que Dios re- como arquetipo para las iglesias cristianas,
veló a Moisés y luego al Rey David para que fue un recurso muy usual durante el siglo
lo construyera Salomón; dice Báez al res- XVII; sin embargo, ya desde el siglo XVI se
pecto: “…es comprensible que, en un arqui- habla de la prosapia salomónica de ciertos
tecto fraile, el templo bíblico ejerciera una reyes, en particular de Felipe II y así mismo,
poderosa influencia, como punto de partida se refiere a la obra máxima de este empera-
para toda arquitectura religiosa, y fuera con- dor, el palacio monasterio del Escorial, co-
cebido como modelo de perfección, por mo copia del templo salomónico : “... el en-
haber sido su traza inspirada a Salomón por lace Templo-Escorial y el concepto de Feli-
el mismo Dios” (Báez, op.cit: 58). pe II como “ el segundo salomón” alcanzó
Así mismo, Jaime Abundis apunta que es con el tiempo la más amplia difusión..La
posible que fray Andrés de San Miguel cono- idea, desde luego, distaba mucho de ser
ciera ciertos escritos, como el de Juan Bau- nueva o insólita. El Salomonismo fue un
tista Villalpando titulado In Ezequielem ex- concepto ampliamente difundido en aquella
27
época…” (Taylor, 1992: 48-50). de ésta portería, sin que apenas halla
Es importante mencionar, que durante el siglo circunstancia en la Jerusalén Triunfante y
XVII, se escribieron diversos panegíricos que en la Militante Iglesia que no se vea tras-
ensalzaban a ciertos templos religiosos y es- ladada el breve espacio de la portería
tos fueron comparados con el templo de Sa- (Torres Pellecín, citado por Gómez
lomón, veamos un par de ejemplos: Martínez, ídem.).
En distintos panegíricos, ya de los siglos ba- Ya la Martha Fernández ha demostrado la
rrocos, vemos la existencia del concepto de tendencia salomonista en fray Andrés de
Jerusalén o de Templo de Salomón; por San Miguel, en su artículo “Fray Andrés de
ejemplo, en la hecha en 1795 al templo del San Miguel y el Templo de Sa-
cerro de la Bufa en Zacatecas: “...jamás cre- lomón” (Op.cit.); en cuya disertación propo-
eré yo que os sea menos acepto y agradable ne que Andrés de San Miguel trató de vincu-
este pequeño templo que lo que a Dios el lar el templo de salomón como arquetipo de
magnificentísmo Salomón, porque, a la ver- las iglesias que se construyeron en su tiem-
dad, ¿qué hubo en aquél de grande y de po; idea con la cual concuerdo; pues en sus
magnífico que no se vea con ventajas en es- escritos el fraile constructor propone que el
te?...” (Oliva Rafael, Sermón de la dedicación templo de Salomón se construyó adoptando
del segundo templo o renovación del primero tres niveles que imitaban las tres coronas de
que en el cerro de la Bufa edificó…; citado por la tiara papal: “Con esto estaba el templo
Gómez Martínez, Op.cit.:139). por de fuera en forma de tiara pontificia, con
Un ejemplo más lo tenemos en el panegírico tres coronas, y una sobre otra, con las dis-
dedicado a la portería del convento de San minuciones que se muestran en la tia-
francisco de Puebla; en donde se habla de ra” (Andrés de San Miguel, 1969:93). De
una Jerusalén Triunfante vista en esta depen- esta manera nos dice Martha Fernández:
dencia conventual: Pero no sólo para ese fraile arquitecto
...una hermosa ciudad que baja al pavi- fue importante el Templo de Salomón,
mento, con doce puertas y un ángel para sino para toda la arquitectura cristiana.
que tome al tamaño y reconozca la medi- Esa es la primera justificación para cono-
da de esta Ciudad Celeste y de sus bien cer el punto de vista de Fray Andrés de
fortificados fundamentos, inexpugnables San Miguel sobre el Templo revelado, a
muros que la defienden y defensores in- la que se une otra de capital importancia;
vencibles que la amurallan… Todo lo cual de su interpretación surge las caracterís-
hallo ser expresada figura de la colocación ticas que otorgó a los conventos carmeli-
28
tanos en los que intervino como arquitec- conventos de San Sebastián de México y
to (Fernández, Op.cit.: 90). en Valladolid en la Provincia de Michoacán,
y en este año de mil y seiscientos y trece
El salomonismo en el templo de San se fundó el dicho colegio de San Ángelo,
Ángel cerca de la Villa de Coyoacán que es del
El templo de San Ángel comenzó a cons- marquesado del Valle…(Ibíd: 1357).
truirse en su actual ubicación en el año de Fueron varios los templos construidos en
1615 sin embrago; existe una licencia fecha- honor a Jehová basados en el modelo que el
da en el año de 1614 en donde se autoriza mismo revelara a personajes importantes co-
al procurador del colegio de San Ángel, fray mo a Moisés o a Ezequiel; sin embargo el más
Antonio de San José; extraer piedra del pe- mencionado fue el levantado por Salomón al
dregal para la construcción del convento morir su padre el rey David. Es importante
(Abundis, op,cit:1343). Este colegio tuvo mencionar que el templo, dentro de la tradi-
otras ubicaciones. En el año de 1601 el Vi- ción cristiana, judía y musulmana fue un ar-
rrey Conde de Monterrey da permiso de ser quetipo divino y fue revelado a distintos hom-
construido este colegio y su templo en las bres escogidos por Dios.
inmediaciones de la calle de Donceles; en la Las citas bíblicas del libro de Reyes nos dicen
Ciudad de México en los predios que dona- los siguientes sobre la distribución arquitectó-
ra Juan Martín Ceifiño, pero este proyecto nica del Templo de Salomón:
duró muy poco (Ibíd.:1323-1332). Finalmen- Tenía la casa que Salomón edificó a Yahvé
te, un documento, que Jaime Abundis pa- sesenta codos de largo, veinte de ancho y
leografiara (2007), fechado alrededor de treinta de alto. El vestíbulo (ulam), delante
1632, titulado Breve Relación de la funda- del templo (hecal) de la casa, era de veinte
ción de Nuestro Padre San Ángelo; nos di- codos de largo, el ancho de la casa, y diez
ce lo siguiente de este colegio desde su de fondo por delante de la casa...Dispuso
abandono en la Ciudad de México hasta su dentro, en lo más interior de la casa, el de-
fundación en San Ángel: bir para el arca de la alianza de Yahvé. El
Y a esta ocasión se quitó el dicho colegio debir tenía veinte codos de largo, veinte
de la dicha ciudad de México a catorce codos de ancho y veinte de alto (Reyes,
de diciembre de dicho año de mil y seis- 6:3-4, 19-20, Sagrada Biblia, 1985).
cientos y nueve, hasta el año de mil y Así mismo nos dice lo siguiente del templo el
seiscientos y trece. Estuvieron los estu- libro de Paralipómenos:
dios en diferentes tiempos en nuestros He aquí el plano seguido por Salomón para
29
la construcción de la casa de Yahvé: el Andrés de San Miguel, op.cit: 94).
largo era de sesenta codos, según la me- Esta cita se refiere a la parte más sagrada
dida antigua; el ancho de veinte codos. del Templo; que en San Ángel adopta en
El vestíbulo (el ulam), que iba delante, planta la forma de un cubo, que es también
tenía un largo, correspondiente al ancho transposición del debir o parte más sagrada
de la casa, de veinte codos...Hizo tam- del templo. Así mismo, en el caso del Tem-
bién la casa del santísimo (debir), cuyo plo de San Ángel, se distingue la importan-
largo, que correspondía a la anchura de cia de este recinto no sólo por la existencia
la casa, era de veinte codos... y su an- del altar, sino que se divide la parte más sa-
cho, igualmente de veinte codos; y lo re- grada de la feligresía por la presencia del
cubrió todo de oro que venía a pesar arco del triunfo y unas gradas que la elevan
seiscientos talentos (Paralipómenos, 3:3- un poco más del nivel de la nave de la igle-
4, 8-9, Sagrada Biblia, 1985). sia.
Nos dice Martha Fernández lo siguiente: “La Volviendo a referirnos a la descripción del
iglesia, sin duda, es la más interesante des- Templo de Salomón; nos dice Andrés de
de el punto de vista de su simbología arqui- San Miguel sobre el hekal, o recinto de ora-
tectónico. Su planta está dividida en tres ción:
secciones (coro, nave y presbiterio, transpo- “La parte interior y más baja, que era de
sición del ulam, el hekal y el debi- donde todo lo demás tomaba nombre de
r)” (Fernández, op. Cit.:79). templo....La primera y mayor parte del
En su escrito llamado Descripción del Tem- templo, que estaba en entrando por la
plo de Salomón, el fraile arquitecto, sólo puerta oriental y era como el que ahora
identifica dos partes del templo; el hekal o llamamos cuerpo en la iglesia...” (ibíd.).
sala de oración y el debir o sanctam sancto- De esta manera, el fraile arquitecto, identifi-
rum, el lugar más sagrado del templo; dice ca la nave de la iglesia con aquella sala de
Fray Andrés de estas secciones arquitectó- oración que antecedía a la parte más sagra-
nicas: da del templo y que en San Ángel se identifi-
La segunda parte del templo que se di- ca con la nave propia de la iglesia incluyen-
vidía la pared traviesa de tablas de cedro, do su crucero (Figs. 1, 2 y 3).
en que había una mediana puerta para Si bien Fray Andrés de San Miguel no identi-
entrar en ella, era en todo perfectamente ficó el ulam, o vestíbulo, en San Ángel existe
cuadrada, teniendo veinte codos de largo, esta sección arquitectónica que lo constituye
veinte de ancho y veinte de alto… (Fray su nártex en forma de pórtico del cual
30
hablaré más adelante; a este respecto co- Él” (Colosenses, 2:7, Sagrada Biblia,
menta la Dra. Fernández: Op.cit.). Aún mas explicito la identificación
Es curioso que fray Andrés sólo haya conce- de Cristo como prefigura del edificio de la
bido dos secciones en el templo judío: el iglesia es este fragmento perteneciente a la
hekal y el debir, que en los templos cristia- Carta a los Efesios: “...edificados sobre el
nos constituiría en cuerpo de la nave y el fundamento de los apóstoles y de los profe-
presbiterio. Y es curioso porque él mismo tas, siendo piedra angular el mismo Cristo
construyó edificios con nártex, que vendría a Jesús, en quien bien trabada se alza toda la
constituir el ulam o vestíbulo, como en el edificación para templo santo en el Se-
convento de El Carmen de San Ángel, cuyo ñor” (Efesios, 2:20-22, Sagrada Biblia,
antecedente se encuentra en las iglesias Op.cit.).
carmelitanas españolas, como la de San
José de Ávila… (Fernández, Op.Cit.:107). Fachada arquitectónica
En general, toda la nave de la iglesia tam- Es importante mencionar que la fachada que
bién ha significado por antonomasia el cuer- conforma el templo de San Ángel (Fig.4), un
po místico de Cristo; en diversas citas bíbli- gran cuadrado rematado por un frontón, ya
cas puede constatarse: “...y a Cristo mismo había sido experimento, desde la antigüedad
lo dio a la iglesia como cabeza de todo. Pues romana por supuesto, pero en especial dicho
la iglesia es el cuerpo de Cristo, la plenitud diseño ya había sido explotado en España
misma de Cristo...” (Carta de San Pablo a fundamentalmente por los conventos perte-
los Efesios, 1:22-23, Sagrada Biblia, Op.cit.) necientes a la reforma teresiana, tal y como
Ian Hani menciona que el mismo Cristo se lo comenta Jaime Abundis en si libro La hue-
proclamó piedra angular (c.f Hani, 2000: 55); lla carmelita en San Ángel; de esta manera
la cita bíblica dice lo siguiente: “¿No habéis dice el citado autor:
leído alguna vez en las Escrituras. La piedra El elemento arquitectónico que definió a
que los edificadores habían rechazado, ésa la llamada arquitectura carmelitana a pri-
fue hecha cabeza de esquina; del Señor vie- mer golpe de vista fue precisamente el
ne esto, y es admirable a nuestros rectángulo flanqueado por pilastras tosca-
ojos?” (Mateo, 21:42, Sagrada Biblia, nas y coronado con un frontón…como en
Op.cit.). Sin embargo, esta idea, en la que la Encarnación de Madrid, lo que demues-
Cristo es prefigura de la iglesia es aún más tra que fray Andrés conocía bien lo que
clara en San Pablo: “Andad en la vía del Se- otros arquitectos hacían en la península...
ñor Jesús, arraigados en Él y edificados en (Abundis, op.cit:1072).
31
32
Fig. 1 y 2 Comparativo entre las plantas del convento de San Ángel y del Templo de Salomón (reconstrucción hipotética). Tomado de Jaime
Abundis, 2007 y de la Sagrada Biblia 1985 respectivamente.
tienen la palma del martirio.
El segundo cuerpo (Fig.6) está indicado por
una ventana coral que a su vez, es sostén
de un tercer cuerpo indicado por un nicho
que contiene la imagen de Ntra. Señora del
Carmen sosteniendo al niño y en su mano
derecha un cetro (Fig.7). Toda la fachada
está rematada por un ático conformado por
un gran frontón triangular cerrado y por ro-
leos y pináculos de ascensión.
un gran frontón triangular cerrado y por ro-
leos y pináculos de ascensión. Como han
mencionad tanto Martha Fernández
(Op.cit.), como Miguel Báez (Op.cit.), fray
Andrés de San Miguel era un estudioso de
los tratadistas y comentaristas de arquitec-
Fig. 3 Vista desde el sotocoro de la división tri-
partita de la nave de la iglesia de San Ángel.
Foto. José Alejandro Vega Torres
He descrito que el primer cuerpo de esta analogía, con los fundamentos del cos-
fachada está compuesto por cuatro pilas- mos eterno, a saber, los cuatro elemen-
tras; que enmarcan a las puertas de acceso. tos y sus principios sutiles y universales
El hecho de tener estos cuatro elementos (Burckhardt, 1999:93).
como soportes fingidos de la fachada princi- Así mismo, hay que mencionar que los
pal en su primer cuerpo no parece casual; apóstoles si bien están identificados como
quizá se refiere a la importancia que el pilares de la iglesia en la tierra; también
número cuatro tiene dentro de la tradición forman parte del edificio de la Jerusalén Ce-
cristiana: lestial que se revelará a los hombres, for-
En efecto, el cuaternario de los evange- marán parte de los doce pilares que se
listas corresponde simbólicamente a los identifican con los nombres de los apósto-
cuatro pilares- o ángulos- sobre los que les: “el muro de la ciudad tenía doce hila-
se cimienta el edificio sagrado, pues los das, y sobre ellas los nombres de los doce
evangelistas representan los soportes apóstoles del Cordero” (Apocalipsis, 21:14;
terrenos de la manifestación del Verbo y Sagrada Biblia, Op.cit.). De esta forma, es
por eso se identifican no sólo con los posible que la portada recordara, no sola-
ángulos de la iglesia, si no también, por mente, a los mismos cuatro evangelistas,
36
sino que estos también forman parte de los de los evangelistas, que forman parte de la
muros de la Jerusalén Celeste: “La Jerusalén Jerusalén celeste que se revelará en los últi-
Celestial es el prototipo del templo cristiano. mos tiempos. Me parece importante anotar,
El tema iconográfico de los evangelistas in- que el diseño de la fachada pudo basarse en
corporados a los pilares de la portada se en- una lámina del tratadista de arquitectura Se-
cuentra en muchas otras portadas románicas, bastián Serlio, la lámina 58 en particular; lo
en Francia y en Lombardía” (Burckhardt, cual abre la posibilidad de descubrir otras
2000: 93, n. 98). fuentes de las cuales también Fray Andrés
de San Miguel con seguridad conoció, aun-
Conclusiones que estoy consciente de la necesidad de
Como se habrá notado, Fray Andrés de San buscar más datos y evidencias de lo que afir-
Miguel tenía una preparación intensa en mo.
cuanto al conocimiento arquitectónico se re-
fiere, como a los tratadistas de su época. Si Bibliografía
bien se ha demostrado su interés por el salo- Abundis Canales, Jaime
monismo en sus escritos; no se había busca- 2007 La Huella Carmelita en San Ángel. 2
Vols. Instituto Nacional de Antropo-
do, como pretendí demostrar, en enfatizarlo
logía e Historia. México.
en una de sus mayores obras: El convento e
iglesia de San Ángel. Arciniega Ávila, Hugo
Para esta exposición, sólo interpreté la nave 1997 “Arquitectura Agustina: La definición de
y fachada de la iglesia, que me parece tienen un Paradigma” en Actualidades Arque-
ológicas, Año 3, núm.14. Septiembre-
simbolismos muy particulares e importantes.
octubre. Instituto de Investigaciones
En el caso de la nave de la iglesia, se pudo
Antropológicas. Universidad Nacional
constatar que esta tiene una división tripartita Autónoma de México. México. Págs. 1-
correspondiente a la que existió en el templo 12.
de Salomón, según lo refieren las fuentes
Baxter, Sylvetser
bíblicas correspondientes, no sin soslayar
1934 La arquitectura hispanocolonial en
que también la nave representa al mismo
México. Secretaría de Educación
cuerpo de Cristo. Pública y Bellas Artes. México.
También pretendí interpretar la fachada de la
iglesia, la cual, como notamos, se refiere Burckhardt, Titus
1999 Principios y métodos del Arte Sagrado.
nuevamente a Cristo como puerta de salva-
Sophia Perennis. España.
ción de los pecadores, como al cuaternario
37
Chanfón Olmos, Carlos Gómez Martínez, Javier
1992 “Los conventos mendicantes novop- 1997 Fortalezas mendicantes. Claves y
hispanos” en: Manuel Toussaint. Su procesos en los conventos Novohis-
proyección en la Historia del Arte panos del siglo XVI. Universidad Ibe-
Mexicano. Instituto de Investigacio- roamericana. México.
nes Estéticas. Universidad Nacional
Autónoma de México. México. Hani, Jean
2000 El simbolismo del templo cristiano;
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Introducción
E
n agosto y octubre del 2009, a raíz de mi participación en la Subdirección de Arqueo-
logía del Museo Nacional de Antropología, tuve la oportunidad de manipular y obser-
var la colección de yugos de la Costa del Golfo y en particular llamó mi atención uno
finamente tallado en piedra verde, con dos rostros, con la peculiaridad de presentar patología
ocular y contracciones faciales.
Posteriormente durante la preparación de una exposición, para la mencionada Subdirección,
sobre “Rostros del México Antiguo”, localicé en un catálogo un yuguito de estilo olmeca, que
lleva al frente un rostro labrado en bajo relieve, afín en varios aspectos a los anteriores. A par-
tir de ese momento me propuse buscar rostros similares y la bibliografía sobre el tema de los
personajes con deformaciones o patologías.
Este trabajo es resultado de esa recopilación, en donde propongo una cronología de lo más
antiguo a lo más reciente, un estudio sobre las efigies con anomalías y contracciones faciales,
procedentes de diferentes regiones y épocas. También exploro su vínculo con personajes que
poseen otra clase de patologías, como el caso de los enanos, jorobados y sujetos con anomal-
ías en las extremidades. Finalmente planteo su identidad, como antecedente de Nanahuatzin,
dios buboso y contrahecho, mencionado en la leyenda sobre la creación del Quinto Sol y con
Xolotl, dios protector del juego de pelota.
40
Otro atributo sobresaliente en el rostro de
este yuguito, es la pronunciada mueca de la
boca. Ésta se encuentra cerrada, es de la-
bios gruesos, de espesor homogéneo y for-
ma una mueca de aspecto “sonriente”. En la
sección media de la boca sobresale la len-
gua bífida, de un ofidio; que se curva hacia
su izquierda3. Por su parte, la nariz es la de
un mono o un perro, ancha y chata, con las
fosas nasales señaladas por dos cuencas
semicirculares, tal y como atañe al estilo
Fig. 1. Yuguito olmeca (900 a 600 a. C.), alto 13
cm, diámetro 14 cm. Tomado de Coe, 1996: fig. olmeca.
136.
b) Cabecita de estilo Tlatilco con parálisis
Piedra de un protector utilizado en el juego facial
de pelota, cuya antigüedad ha sido estima- Larralde (1986: fig. 266) publicó una cabeci-
da entre 900 y 600 a.C., y confirma la prácti- ta preclásica modelada en barro sólido4, que
ca del juego de pelota, en la variante donde identifica como propia del estilo Tlatilco. La
ésta podía ser golpeada con las extremida- pieza es contemporánea al caso anterior y,
En la cara frontal del yugo fue tallada la ima- de pelota, tiene rasgos compartidos con va-
gen de un rostro que combina característi- rios de los ejemplos aquí descritos. El rostro
cas de hombre y animal. Destaca su ojo iz- es un óvalo asimétrico y alargado en sentido
quierdo exoftálmico, o abotagado, delimita- horizontal. En la parte superior la cabecita
do por el arco superciliar. En el lugar del ojo esta partida o hendida, lo cual ha sido aso-
derecho lleva una amplia depresión cóncava
que, algunos autores sugieren, es la repre- época y también la lleva, en el tocado, el Hue-
sentación de un espejo de hematita . 2 huetéotl o Dios Viejo del Fuego, de Cerro de las
Mesas (actualmente en la sala Costa del Golfo
del MNA), que según Bernal (1991:99), clara-
2. Se trata de un símbolo olmeca igualmente pre- mente es una reminiscencia del estilo olmeca.
3. Joralemon, (1990:87), afirma que la lengua
sente en un yuguito procedente de Tlatilco (Coe,
bífida es un rasgo asociado tanto con el dios I
1965: Fig. 16), que forma parte de las coleccio-
como VII, a este último lo identifica con la ser-
nes del Museum of Primitive Art, y también se
piente emplumada.
observa en algunas figurillas formativas de la
4. La pieza formaba parte de la colección Sáenz,
Costa del Golfo, véase por ejemplo Piña Chán y
Covarrubias, 1964:16. La depresión circular actualmente en el acervo del Museo Amparo de
Puebla.
cóncava, trascendió a su época y también la lle-
41
ciado con la cabeza hendida del jaguar5 y
característico de la iconografía olmeca. El
ojo derecho entrecerrado, definido mediante
un corchete inciso, con los extremos hacia
abajo. En cambio el ojo izquierdo es normal
y fue señalado por una incisión diagonal, sin
el señalamiento del iris. Los arcos superci-
liares son amplios y prolongados. La sec-
ción inferior es angosta, lo que forma un
mentón anguloso y cargado hacia su dere-
cha.
En la cabecita antropomorfa, de estilo Tlatil-
co, la nariz es de base amplia y se encuen-
tra torcida a su derecha, tal y como ocurre
Fig. 2. Cabecita de estilo Tlatilco, con parálisis fa-
con los ejemplos teotihuacanos, que se des- cial, 4 x 3 cm. Tomada de Larralde, 1986. Fig.
266.
criben en posterior inciso. Vista en detalle
es amplia y prominente, con las fosas nasa- cuentra abierta y muestra los dientes. Las
les señaladas mediante cavidades perfora- orejas son dos rectángulos alargados, la de
das en la base, aunque parcialmente ocul- la derecha es de mayor tamaño. Las oreje-
tas, por la prolongación de la punta (Fig. 2). ras son dos discos medianos, con una pe-
En el rostro de estilo Tlatilco, destaca la am- queña perforación circular en el centro; colo-
plia boca señalada mediante incisión, cuya cadas, al igual que las orejas, en posición
mueca abarca la mejilla izquierda y gran asimétrica. Es de interés señalar que la pie-
parte de la derecha; lo cual enfatiza la forma za no formaba parte del cuerpo de una figu-
alargada de la efigie. En la parte media, el rilla, es decir que originalmente fue concebi-
labio superior se sobrepone al inferior y la da como una cabeza, cuya antigüedad se
boca se muestra parcialmente cerrada; en remonta al Formativo Medio.
cambio en el área de las comisuras se en- c) Rostro con ojo abotagado en una vasija
de Kaminaljuyú
Otro ejemplo de un rostro con patología
5. Así lo afirman Bernal (1968: 98-100) y Jorale-
mon (1990:7), éste último señala que la cabeza ocular, fue modelado en una vasija de silue-
partida o hendida aunque característica extrema-
damente común en las deidades olmecas, no
puede considerársele como definitiva para
ningún dios.
42
Ta compuesta, cubierta con engobe rojo 6, queños dientes inferiores. El rostro lleva,
procedente de Kamilanjuyú, Guatemala, con además, una banda esgrafiada que abarca
una antigüedad estimada entre 300 a. C y la frente, el contorno del ojo abotagado y la
300 d. C. (Yañez Barnuevo, et.al., 1990 ceja izquierda. Este motivo baja sobre las
fig.12). En el área del ojo derecho sobresa- sienes y finaliza sobre las mejillas, con sus
le una protuberancia cilíndrica de extremo extremos en espiral de extremo puntiagudo.
redondeado, cuya forma y dimensiones in- La parte exterior del diseño muestra una
vaden la frente. La deformación ocular, con- banda dentada, formada por pequeños
trasta notablemente con el ojo izquierdo que triángulos irregulares. Su similitud con los
es rasgado y señalado mediante incisión rostros anteriores es evidente.
(Fig. 3). d) Rostros con ojo abotagado y nariz torcida
En la vasija de Kaminaljuyú, la efigie tiene en un yugo veracruzano
modelada una nariz poco prominente, sin el Un yugo incompleto del tipo abierto, que
señalamiento de las fosas nasales y sensi- forma parte de la Curaduría Costa del Golfo
blemente torcida hacia su izquierda. La bo- del Museo Nacional de Antropología, lleva
ca es una pequeña cavidad, señalada me- tallados en relieve, al frente y en un costa-
diante un corte horizontal, y muestra los pe- do7, dos rostros idénticos, enmarcados por
un yelmo que se ciñe perfectamente al con-
torno de la efigie y acentúa su forma trian-
gular. Salvo por que la cara frontal que lle-
va un moño en el tocado, los rostros son
idénticos entre sí; ambos tienen su ojo dere-
cho normal y el izquierdo exoftálmico o abo-
tagado. El resto del yugo lleva labradas vo-
lutas entrelazadas, su forma recrea la figura
de un grueso cinturón, como aquéllos que
debieron ser elaborados en cuero, y eran
Fig. 5. Escalón con relieve de Nanahuatzin. Teotihuacán Museo de sitio. Alto 28 cm.
Fotografía del autor.
11. Esta autora identifica la cancha escalonada en la escena 2 del muro noreste y agrega que las can-
chas destinadas para el juego de pelota frecuentemente se ilustran en el arte y la arquitectura maya.
45
pelota, practicado en un campo limitado por La pequeña cabecita elaborada en molde,
gradas, que era usual entre los mayas. Pos- cuya boca indica parálisis facial, lleva un
teriormente regresaré sobre este asunto. tocado en forma de “turbante”, dividido por
b) Rostro con ojo abotagado y nariz torcida la mitad. La sección derecha decorada con
en una cabecita moldeada en barro cuatro filas, cada una formada por peque-
Séjourné publicó el dibujo de una cabecita ñas bolitas es un recurso utilizado para re-
teotihuacana, de forma triangular, elaborada presentar prendas elaboradas con algodón,
en barro, que muestra un rostro antropomor- mientras que la sección izquierda sólo
fo, de rasgos realistas, con el ojo derecho muestra cinco bandas horizontales. En con-
rasgado, señalado por una incisión diagonal junto la división enfatiza la asimetría del ros-
(1966. Fig. 20). El ojo izquierdo cerrado, defi- tro. Quizás esto indica que el tocado en el
nido por una línea curva, es un ojo exoftál- rostro tallado en el escalón anterior no se
mico. En esta efigie la nariz es corta de ba- encuentra mutilado.
se amplia y ligeramente torcida hacia la iz- c) Cabecita con pústula en la frente y llagas,
quierda. La boca asimétrica, bastante am- localizada en Chalco
plia, con los labios de espesor homogéneo; Recientes trabajos de rescate arqueológico
fue representada con una ligera mueca o realizados en Chalco, Estado de México,
torcedura, equivalente al rostro en relieve ya reportan una pequeña cabecita modelada
descrito (Fig. 6). en barro de color anaranjado, en un contex-
to correspondiente a la fase Tzacualli Tard-
ío, es decir entre 100 y 200 d.C. La cabecita
es el rostro contrahecho de un individuo con
una enorme pústula sobre la sección dere-
cha de su frente. El tamaño de la prominen-
cia altera la continuidad del peinado, este
último señalado, en la sección izquierda, por
un fleco recto, con segmentos de pequeñas
incisiones. La pústula tiene una llaga y otra
pequeña llaga también se observa en la me-
jilla izquierda.
En la cabecita de Chalco, otro elemento que
Fig. 6. Cabecita teotihuacana, rostro con pato- acentúa lo contrahecho del rostro es la ubi-
logía en ojo y boca.
Tomado de Séjourné, 1966: fig. 20. cación asimétrica de los ojos, así como la
46
nariz, poco prominente, e inclinada hacia su diferencias. Entre los rasgos compartidos
izquierda. La boca fue indicada mediante destacan los ojos circulares y desorbitados,
una cavidad oval, que también incluye la fila colocados de manera asimétrica (Fig. 7). El
de sobresalientes dientes superiores. Esta centro ocupado por una nariz recta, cuya
cabecita, contemporánea de los dos rostros base está formada por dos cornetes o alas
teotihuacanos ya descritos, confirma la ex- nasales prominentes y en un caso (pilastra
tensión geográfica que los seres con malfor- C, costado Sur), la nariz se muestra ligera-
maciones en el rostro, tuvieron durante el mente torcida a su izquierda. La nariz, de
Clásico en el Altiplano Central. base amplia, es equivalente a la representa-
da en el pectoral en concha procedente de
III Rostros de seres grotescos y contra- Tzebtún, que se describe en el siguiente
hechos en la península de Yucatán inciso.
a) Rostros con ojos asimétricos en el En el Templo del Chac Mool las efigies, en
Templo del Chac Mool las columnas C y D, llevan en la parte supe-
rior de la boca, una encía curva de extremos
Posterior al apogeo teotihuacano, las evi- ondulados. La boca abierta exhibe los dien-
dencias de rostros con malformaciones se tes frontales y un par de colmillos curvos en
manifiestan en la Península de Yucatán, las comisuras, en actitud de gran ferocidad,
particularmente en Chichen Itzá. Dos pilas- recuerdan a las cabezas de Xolotl, quien
12
tras de planta cuadrangular , del Templo también era la representación de la Estrella
del Chac Mool, o subestructura localizada de la Tarde y en consecuencia una forma de
bajo el Templo de los Guerreros, llevan ros- Quetzalcóatl, numen que era ampliamente
tros de seres grotescos, ubicados en la par- reverenciado en Chichen Itzá (Caso,
te superior, lo cual confirma su identificación 1970:31). La ubicación cronológica de estas
como deidades (Fig. 7 y 8). manifestaciones corresponde al Clásico
En Chichen Itzá las columnas C y D del tardío, es decir entre 600 y 900 d. C. (Fig.
Templo del Chac Mool, tienen labrados va- 8).
rios rostros monstruosos, vistos de frente,
con características equivalentes y algunas b) Rostro con anomalías, en un pectoral de
concha de Tzebtún, Yucatán
12. Publicadas por Morris, Earl H., Charlot Jaen y
Axell Morris, 1931: lámina 33, pilastra C, costa-
Un pectoral de concha procedente de
dos W, S y E; y lamina 34, pilastra D, costados
E, N y W. Tzebtún, Yucatán, tiene tallado un rostro
47
Fig. 7. Chichen Itzá, pilastra C, costados W, S y E, sección, sup.
Tomada de Morris, et. al., 1931: Lam 31.
48
con anomalías13 (Yañez Barnuevo, et. La efigie en el pectoral de Tzebtún está do-
al.:1990. Fig. 52). Su ojo derecho es normal tada de una nariz enorme, aunque angosta
y lo forma un círculo inciso, de amplio diá- en su raíz, aumenta en su sección media y
metro, así como un círculo excavado en su remata en dos alas nasales prominentes y
interior. En cambio el ojo izquierdo es un semiesféricas, sin el señalamiento de la
rectángulo de esquinas redondeadas y tiene punta. La protuberante nariz se encuentra
una incisión curva en el centro para indicar totalmente torcida a su izquierda. La boca,
que se encuentra cerrado (Fig. 9). indicada mediante incisión, con fuerte des-
viación de la comisura labial, es ondulada
en su sección derecha y posee una amplia
mueca en el costado izquierdo, lo cual pro-
duce en el rostro un aspecto “sonriente”. La
nariz torcida y la mueca de la boca, dieron
pauta al señalamiento de prolongadas arru-
gas curvas, en la sección izquierda de la
efigie.
En el pectoral de Tzebtún, la efigie está de-
corada por una banda, alineada en el costa-
do izquierdo, formada por seis pequeños
botones planos; así como tres botones o
pastillas, del mismo diámetro, justo en la
sección inferior del mentón, que en conjunto
suman nueve. He notado que en la icono-
Fig. 9. Tzebtún, Yucatán, pectoral en concha,
alto 12 cm; ancho 10 cm. Tomado de Yáñez grafía de los rostros con malformaciones el
Barnuevo, et.al. Fig. 52. nueve, fue un número significativo. La parte
superior del pectoral tiene dos orificios cala-
dos, seguramente utilizados para sujetarlo
al portador.
Es conveniente que el lector compare: la
13.La descripción indica que la pieza pertenece
a las colecciones del Museo Regional de Mérida. nariz en el pectoral de Tzebtún, con la nariz
La escultura fue publicada con una descripción
que no le corresponde, en el Boletín del INAH en los rostros de las pilastras del Templo del
(junio, 1970. Fig. 76), en la sección:”Noticias de Chac Mool y estas, a su vez, con la nariz en
los museos”, en aquél entonces exhibida como
“Pieza del mes de abril”, en el Museo Nacional la escultura de Teotihuacán y en la cabecita
49
de estilo Tlatilco. En todas ellas el común IV Enanos, jorobados y personajes con
denominador es representar una nariz pro- anomalías en las extremidades
minente, aunque no siempre torcida. Antes de iniciar con la exposición de los ca-
Hasta aquí, los ejemplos de rostros con pa- sos, es conveniente señalar, en términos
tologías, procedentes de diferentes regiones generales, las características de las patolog-
de Mesoamérica, que presentan, a pesar de ías aquí referidas.
su dispersión geográfica y de su alejamiento En las representaciones prehispánicas el
temporal, similitudes tan estrechas, que bien infantilismo corresponde al aspecto carac-
podríamos sugerir estamos ante la repre- terístico del enanismo acondroplástico
sentación de seres con identidad específica, (chondrodystrophia foetalis), consecuencia
tal y como ocurre con otros dioses mesoa- de una distrofia del cartílago, que tiende a
mericanos, como Tlaloc y Huehuetéotl, cuya entorpecer o retardar el crecimiento longitu-
antigüedad se remonta a tiempos preclási- dinal, lo que causa un engrandecimiento de
cos o formativos y que en tiempos posterio- las terminales del hueso (Cook de Leonard
res adquirieron algunas peculiaridades sin 1971: 60). De esta manera las extremidades
perder su esencia. son cortas, rasgo bastante exagerado, por
Los seres que presentan acusadas malfor- ejemplo, en las figurillas mayas; que mues-
maciones en el rostro, ya sea en el ojo, la tran las piernas frecuentemente encorvadas.
nariz o la boca, no son por supuesto, los De esta manera las extremidades son cor-
únicos representados con patologías. El tas, rasgo bastante exagerado, por ejemplo,
catálogo mesoamericano de individuos con en las figurillas mayas; que muestran las
otro tipo de malformaciones congénitas piernas frecuentemente encorvadas.
abarca tanto a enanos y jorobados, como Por su parte, la anomalía conocida como pie
sujetos con anomalías en las extremidades. equinovaro, consiste en una elevación anor-
La amplitud de los casos y estudios relacio- mal de la parte posterior del hueso calcá-
nados es tal, que aquí daré énfasis a los neo, acompañada de una modificación en la
casos relacionados con el juego de pelota o posición de la planta del pie, la cual queda
testimonios que, de alguna manera, impli- flexionada o curva. Esta es una enfermedad
can este ceremonial y su conexión con per-
sonajes que poseen algún tipo de malforma-
ción.
14. Esta autora señala que las piernas encorva-
das producen en quien padece esta patología el
caminar anadeo.
50
congénita que se presenta aproximadamen- deformación craneal, la nariz ancha y roma,
te en uno de cada mil nacimientos15. con la boca abierta (de líneas felinas), fe-
chada entre 800 a. C – 100 d.C.
a) Enanos y jorobados olmecas Recuperada junto con la anterior figurilla, e
Los antecedentes más remotos de enanos y igualmente de Cerro de las Mesas, es la
jorobados se encuentran en el arte olmeca, pequeña efigie de un personaje, que quizás
aunque sus representaciones son poco fre- representa un jorobado, tallado en piedra
cuentes tanto en escultura monumental co- verde. Sin embargo, su identificación no es
mo en figurillas de pequeño formato (Bernal, concluyente porque la prolongación en la
Op. Cit.:101), y no tengo conocimiento de espalda puede ser un bulto y no una joroba
personajes olmecas representados con ano- (Bernal, Ibídem.).
malías en las extremidades. Entre las escul-
turas monumentales se encuentra el Monu- b) Enanos, jorobados y penitentes con pies
mento 2 de Potrero Nuevo (Fuente, deformes, en Teotihuacán.
1977a:151), que muestra dos figuras en alto En el conjunto departamental de Tepantitla,
relieve, con cabezas grandes en relación la sección noreste del mural en el Pórtico 2,
con el tamaño del cuerpo; cuyas extremida- conocido como “el del juego de pelota”, in-
des son notoriamente cortas, de cuerpo cor- cluye la representación de un enano 16
to y regordete, con los brazos hacia arriba (Baudez 2007:21) y un individuo con pies
en actitud de sostener la parte superior de deformes.
un “altar”. En cuanto a los ejemplos portáti- El enano se distingue como tal, en compara-
les existe una pequeña figurilla (cuya altura ción con el resto de los jugadores, por ser
es de 12.5 y su ancho de 7.5 cm.) tallada en más pequeño y regordete. Se encuentra de
jade, e identificada como enano, localizada pie, con el cuerpo visto de frente y la cabeza
en Cerro de las Mesas (Bernal, 1968 198; girada a su derecha, en cambio los pies
Fuente, 1977b:7). La cabeza con deforma- están dirigidos hacia su izquierda. Con am-
ción craneal, la nariz ancha y roma, con la bas manos sostiene un bastón, en posición
boca abierta (de líneas felinas), fechada en- inclinada (Fig. 10). Su atavío consiste en
51
una banda lisa sobre la frente y un cinturón,
a manera de taparrabo. Forma parte de la
escena, en el costado izquierdo, un marca-
dor de juego de pelota y, sobre este el per-
sonaje con pies deformes que describo en
los siguientes párrafos.
En esta misma sección del mural, sobre el
marcador de juego de pelota se encuentra
un individuo en posición horizontal, con la
cabeza vista de perfil y el cuerpo en ¾ de
perfil, cuyos tobillos y pies presentan una
curvatura continua, con los dedos encontra-
dos entre sí17. Cercano a su brazo derecho
se observa un bastón para golpear la pelota.
Anudado a su cintura lleva una prenda con
un cabo colgante en la parte posterior. El
brazo, ambas piernas18 y un mechón de ca-
bello, fueron pintados en azul, así como una
lágrima azul sobre su mejilla, lo que indica
una relación con la lluvia. Por la deforma-
ción de sus pies Vidarte (1968:144) y Paszto-
ry (1983:212) lo asocian con Nanahuatzin, y
el color azul lo identifica como un individuo
seleccionado para el sacrifico19 (Fig. 11).
Fig. 10. Sección del Mural de Tepantitla, Teo- 17. El personaje se ubica en el Pórtico 2, y co-
tihuacán, reproducción de A. Villagra. Un enano rresponde al mural 2, de la Fuente, 2006:149.
con bastón y un jugador con pies chuecos. To- 18.Frente a su pierna derecha lleva un símbolo
mado de Aveleyra, 1963: Fig.12. trilobulado, que Baudez (2007:22) identifica co-
mo representación de sangre.
19 Uriarte (2006:231), también coincide en iden-
tificarlo como un sacrificado. Entre los mayas el
color azul era utilizado para señalar a los perso-
najes elegidos, para ser sacrificados, al respecto
véase Barrera V., 1944:273. La vírgula florida,
en la parte superior, también lleva el interior en
color azul.
52
En el mural de Tepantitla (sección noreste
del Pórtico 2), el enano y el penitente con
pies deformes participan, de manera activa,
en el juego de pelota, que utiliza marcado-
res móviles y bastones que se blanden por
abajo y por arriba20 (Uriarte 2006:262). No
existe, por lo tanto, lugar a dudas que en
este ceremonial la participación de indivi-
duos con patologías era relevante, en la me-
dida en que estos eran destinados al sacrifi-
cio. Resta señalar que la cronología del mu-
ral de Tepantitla ha sido estimada, por
Pasztory, para la fase Xolalpan, es decir en-
tre 450 y 600 d.C. (Pasztory, 1976:56-84).
En Teotihuacán las evidencias de jorobados
son escasas, solamente tengo conocimiento
de dos casos: el primero es una figurilla ta-
llada en una falange; con el glifo 11 lamat
en la joroba21. El segundo es un jorobado
elaborado en jadeíta, localizado en el Entie-
rro 5 de la Pirámide de la Luna, cuya postu-
ra y características lo relacionan con pen- Fig. 11 Teotihuacán, Atetelco, jamba norte, per-
sonaje con pies deformes. Tomado de Cabrera,
dientes localizados en el Área Maya22. 2006: fig. 18. 10.
53
La presencia de sujetos con anomalías en parte posterior. Cercanas a su boca tiene
las extremidades, numéricamente también dos grandes vírgulas, que indican la acción
mantiene un rango bajo, no obstante, por la de hablar o cantar. Los brazos y piernas
riqueza de elementos con ellos vinculados, fueron decorados con barras diagonales,
los casos son relevantes para el tema aquí puntos y aros; todos en color rojo y, sobre
tratado. su pecho, el motivo del xonecuilli, o espiral
En el conjunto residencial de Atetelco, el con volutas opuestas. Cercano a la cabeza,
Patio Blanco tiene un pequeño acceso, en lleva un numeral incompleto, dispuesto en
cuyas jambas se conserva pintura mural. La sentido vertical, formado por una barra y
jamba norte contiene el mural 1, y la jamba tres puntos, la sección faltante indica que,
sur el mural 2. En ellas se muestran dos su- posiblemente, el número representado era
jetos con anomalías en sus extremidades el nueve (Fig. 11).
inferiores23 (Al respecto véase: Matos, El individuo en la jamba sur de Atetelco, tie-
1972:95; Cabrera, 2006: figuras 18.10 y ne el brazo derecho desproporcionado y
18.11). cuelga sobre su costado. En cambio el iz-
El mural 2, en la jamba sur de Atetelco, tie- quierdo se muestra levantado, con el ante-
ne un individuo pintado en rojo oscuro sobre brazo sobre la frente y la mano extendida.
fondo de color rojo claro; en posición verti- Bernal y Velásquez (2005:28), mencionan
24
cal . La cabeza de perfil, orientada al este y que en el lenguaje simbólico-gestual y cor-
adornada con dos grandes aros. Viste una poral del clásico maya, la mano extendida
faldilla corta, que se abre al frente y forma el sobre la frente indica: “pesar y resignación
motivo “cola de golondrina”, que lo relaciona ante un inminente destino” y, en este caso,
con el dios Xipe, es decir con un sacrifica- con toda probabilidad, el adorno lo identifica
25
do . La falda está sujetada con un cinturón como un penitente elegido para el sacrificio.
liso, así como el extremo de un moño y dos El personaje en la jamba sur (mural 2) tiene
lienzos o cabos colgantes, en la parte poste- ambos pies con una curvatura anormal en
los tobillos. Esta curvatura continúa a lo lar-
23 Ubicado en la esquina noroeste, que comuni-
ca con el corredor 1. go, de tal manera que los dedos están vol-
24 Baudez (2000:22), considera que ambos su-
jetos no están representados de pie sino acosta- teados hacia arriba, con el empeine en la
dos, vistos desde arriba. parte inferior. La anomalía ha sido identifica-
25 Uriarte (2006:266) menciona que el dios Xipe,
representado en la urna número 1 de la tumba da como pie “equino-varo”26 y es el rasgo
58 de Monte Albán, lleva en una mano la cabeza
de un decapitado y en la otra, una pelota.
que algunos autores utilizan para relacionar-
26 “Equino” deriva de porcino, com. personal, lo con Xólotl, el compañero del Sol, y tam-
Dra. Ma. Dolores Medrano (feb. 2012).
54
bién con Nanahuatzin27 (Matos, 1972:97; En Atetelco el penitente en la jamba norte y
Cabrera, 2006:215), la deidad mencionada el representado en la sur, llevan sobre la
en las tradiciones del Posclásico, es decir frente dos grandes aros circulares, parcial-
varios siglos posteriores al derrumbe teo- mente ocultos por el antebrazo que se so-
tihuacano. brepone. El atributo también se observa en
En la jamba norte de Atetelco, el mural 1 algunas figuras moldeadas en cerámica
representa una figura humana incompleta, anaranjado delgado, de personajes unidos a
en regular estado de conservación, coloca- una vasija, sentados, con la cabeza rapada
da en posición vertical, con su rostro dirigido y dos aros en la frente. Estos aros también
al este. Al igual que el individuo en la jamba los llevan las esculturas del cipactli o mons-
sur, su brazo cuelga sobre su costado dere- truo de la tierra, también llamado “dios con
cho y es bastante largo, en relación al tama- el moño en el tocado”, de la Pirámide de
ño del cuerpo. Este personaje viste un fal- Quetzalcóatl. En el Templo Inferior de los
dellín corto, abierto en dos secciones que Jaguares o edificio anexo al Juego de Pelo-
forman un motivo similar a la “cola de golon- ta de Chichen Itzá, el jugador de pelota re-
drina”; ajustado por un cinturón liso que re- presentado en el muro poniente también
mata, en la sección posterior, con dos cabos lleva sobre la frente dos grandes aros como
colgantes. De su boca surgen dos vírgulas los ya referidos para Teotihuacán.
consecutivas de aliento vital, o glifo del En relación con la temporalidad de los mu-
habla. La zona correspondiente a los pies rales en las jambas de Atetelco, Matos con-
está bien conservada. El pie derecho es sideró que correspondían a la fase Xolalpan
normal y lleva una sandalia de correas y ta- tardío (550-650 d. C.), en cambio para Ca-
lonera cuadrangular; en cambio su pie iz- brera son más tempranos y los fecho entre
quierdo es deforme, tiene forma de gancho, 300 y 400 d.C. (Matos, 1972: 97; Cabrera,
dirigido hacia adentro, con el señalamiento 2006:214).
de cuatro dedos.
c) Enanos de Jaina y Yaxchilán
Procede de Jaina un conjunto de trece figu-
rillas, elaboradas en molde, que representan
a personajes gordos y enanos (Cook de
27 Por su parte Baudez (2007:23), con una argu-
mentación poco convincente, considera que en Leonard, Op.cit.:59). La muestra incluye:
este personaje los tobillos fueron fracturados en
figurillas masculinas de aspecto infantil o
el juego de pelota.
enanos; figurillas de cara pequeña y mofle-
55
tuda, con ojos pequeños y juntos, boca d) Enanos, jorobados y un portaestandarte
trompuda y orejeras circulares; así como con pie anómalo en Chichen Itzá.
figurillas de pie con piernas y brazos anor- Las evidencias de seres con patologías nos
malmente cortos y flexionados. remiten, nuevamente, al extremo norte de la
Varios de los enanos gordos de Jaina, por- Península de Yucatán, con algunas repre-
tan un pectoral, aplicado al pastillaje, que sentaciones de enanos y jorobados, reporta-
puede ser ovalado, y que posiblemente re- das para Chichen Itzá. Los sondeos realiza-
presenta un espejo de hematita, o una con- dos en el Cenote de los Sacrificios, recupe-
cha rectangular. Un caso en particular tiene raron un pendiente con la forma de un joro-
sobre las mejillas un metzxayacatl28 o media bado31, con dos agujeros de suspensión ta-
máscara de piel corrugada que lo identifica ladrados a lo largo de la espalda. Labrado
con el dios masculino Xipe y su contraparte con un relieve suave y bajo característico de
femenina Tlazoltéotl. En su conjunto, las los trabajos de jade del Periodo Clásico For-
figuras que representan a enanos y gordos mativo (250-550 d.C). El individuo está de
de Jaina corresponden al Clásico, y su ma- perfil, en cuclillas y ataviado únicamente con
nufactura corresponde a los siglos VII y VIII un cinturón de taparrabo, con los brazos
d. C., es decir más de un milenio posterior a flexionados y las manos sobre el mentón.
sus más remotos antecedentes olmecas 29. En él sobresale la cabeza desmesurada cu-
En el escalón número VII, perteneciente a la yo rostro presenta rasgos olmecoides.
Estructura 33 de Yaxchilán, fue representa- Un conjunto de tres pendientes-figurillas,
do un juego de pelota, en la variante con manufacturados en jadeíta con forma de
cancha escalonada y pelota impulsada con enanos, también fueron recuperadas del
la cadera. Acompañan al jugador de pelota
dos enanos, de pie, vistos de perfil, de cuer-
pos regordetes y piernas flexionadas. El mo- 30 Fuente y Arellano (2001:19, Fig. 27), indican
que sobre el cuerpo de estos enanos se repre-
numento contiene la fecha del 744 d. C.
sentó el glifo para indicar “estrella”.
(Fig. 12). 31 Chase y Shane (1996:139) afirman que los
jorobados fechados con mayor seguridad, son
dos ejemplares, que proceden de un escondite
28 Medellín Zenil (1960:70), menciona que el del Clásico formativo en Quiriguá, Guatemala.
metzxayacatl, también fue representado en figu- Dos jorobados más fueron excavados de otro
rillas de Jaina y en figuras femeninas del Totona- escondite en Copán, Honduras y en 1982 fueron
capan. publicados siete jorobados localizados en un
29 Para Cook de Leonard (1971:61), tanto los escondite de Salitrón Viejo en Honduras. A los
enanos de Teotihuacán, como los de Jaina tuvie- anteriores deben sumarse los jades de una tum-
ron su antecedente en lo olmeca. ba del siglo VII, hallada en Altun Ha, Belice, vin-
culados con estas figuras.
56
Fig. 12. Escalón VII de la Estructura 33 de Yaxchilán. Pájaro Jaguar con dos enanos, en un juego de
pelota. Tomado de Tate, 1992: fig.111.
57
El portaestandarte de Chichen Itzá, es un sección inferior, ya trasformado, tiene como
personaje sentado sobre una base cuadran- característica principal las manos y pies de-
gular, con la cadera sobre el piso; mientras formes, con callosidades y el ojo fuera de su
sus piernas están flexionadas y ligeramente órbita (Fig. 14).
separadas. Ambos pies colocados al frente, El Códice Vaticano (1972, lámina 79.) mues-
llevan sandalias con gruesas correas anu- tra la imagen de una Cihuateteo o mujer
dadas sobre los tobillos y elevadas talone- muerta en parto y convertida en diosa, en-
ras cuadrangulares. Como rasgo peculiar, cargada de acompañar al Sol
el pie derecho es deforme y se encuentra (Tlalchitonatiuh) en su viaje por el inframun-
con acusada flexión hacia su izquierda, con do. Vestida con faldellín, grueso cinturón,
la punta ligeramente levantada de la base, con un tezcacuitlapilli, o disco posterior con
en cambio el izquierdo es normal. En defini- cola, cuya hebilla tiene la forma de un
tiva, la articulación de los huesos no permite cráneo humano. El único ojo representado
un giro tan extremo, sin la correspondiente se encuentra desorbitado. Los pies descal-
inclinación de la pierna, por lo tanto, es in- zos son deformes, con las puntas hacia
discutible que el escultor representó a un adentro y apoyados en su borde externo. En
sujeto con esta peculiar patología (Fuente y las extremidades lleva motivos formados por
Arellano, 2001, Fig. 28). círculos y líneas.
En el vocabulario anexo a la obra de Sa-
V Los pies deformes, Nanahuatzin, hagún (1981, IV: 370), se indica que xolotl
Xolotl y su relación con el juego de pelo- es indicativo de algo doble, como ocurre de
ta manera excepcional con algunas matas de
La primera sección del Códice Borgia, inclu- maíz. Seler34 señaló que para los antiguos
ye en su lámina 10, a Nanahuatzin, dios re- mexicanos el nacimiento de los gemelos y,
gente del decimoséptimo día, ollin o movi- en general, cualquier germinación doble, era
miento, el dios de los gemelos y de los de- vista como algo antinatural y alarmante. De
formes. En la sección superior puede verse ahí que las formas designadas como “xolotl”
a un personaje inmolado dentro de una gran estaban asociadas con la idea de monstruo-
olla; de acuerdo con Seler33 (1988:55) es él sidad, deformidad y, posiblemente, por esta
mismo, quien al quemarse se transforma en
Nanahuatzin, otro aspecto de Xólotl, quien
33 Seler también señala una identidad entre Na-
tenía como tarea acompañar al Sol al mun- nahuatzin y Macuilxóchitl.
34 Y por esta razón Seler afirma que los padres
do de los muertos (Caso, 1970:31). En la mataban a uno de ellos después del parto.
58
En Mesoamérica el juego de pelota fue una
actividad compleja y de gran antigüedad,
practicado profusamente, desde la etapa
olmeca. Con el transcurso de los siglos se
desarrollaron diversas maneras de juegos
de pelota y aunque sus diferentes variantes
igualmente acusan orígenes diversos, hay
quienes sugieren (Leyennar, 1979), que su
origen se remonta al Preclásico o Formativo
en la zona de la Costa del Golfo, esto es,
desde la época olmeca.
La práctica del juego de pelota ha sido ana-
lizada como una manifestación religiosa vin-
Fig. 14. Nanahuatzin regente del día ollin. To-
culada con el cosmos y la fertilidad de la
mado de Códice Borgia, 1980: Lam. 10.
tierra, lo cual permite asociarla con algunas
deidades, representadas en relieves pintu-
misma razón Xolotl fue considerado dios de ras y códices, entre ellas Xólotl y Nanahuat-
los seres con patologías en el rostro o en zin.
otras partes del cuerpo. Algunas canchas para la práctica del juego
Como regentes del decimoséptimo día, ollin de pelota tienen una orientación norte sur,
o movimiento, Xolotl y Nanahuatzin están que coincide con la orientación de la Calza-
vinculados con el juego de pelota. La pala- da de los Muertos en Teotihuacán. Donde
bra ollin tiene en su raíz el ol es decir el fue localizado, el relieve de un rostro con
hule, la materia con la que eran elaboradas patologías, tallado en el extremo de un es-
las pelotas. Entre los mexicas Xolotl fue el calón; las evidencias tienden a confirmar
dios patrono del juego de pelota (Uriarte, que la pieza perteneció a un contexto de
Op.cit.:260). juego de pelota.
Seler (Op.cit.:144); señala que tanto en el La orientación norte-sur también está pre-
día 4 Ollin, como durante los eclipses del sente en la monumental cancha del juego
Sol, se sacrificaban personas o animales de pelota de Chichen Itzá. En el Templo In-
que se consideraban tenían afinidad con él. ferior de los Jaguares, anexo a este juego,
Con lo cual se pensaba evitar el peligro en el personaje principal, en el muro poniente,
que este se encontraba; y entre los sacrifi- sostiene una pelota en llamas y lleva sobre
cados se cuentan precisamente los enanos. su frente la representación de dos grandes
59
aros, símbolo que, ya he señalado, está pre- personaje protagónico a Nanauatzin (sic), el
sente en los personajes representados en dios buboso y contrahecho35. De acuerdo
las jambas norte y sur de Atetelco con pies con la Leyenda de los Soles, reunidos los
equinovaros. Este conjunto de evidencias dioses en Teotihuacán, con el propósito de
son consistentes con la relación entre los auto sacrificarse, en una gran hoguera, para
seres con malformaciones y el ritual sagra- dar origen al movimiento del Sol y la Luna,
do del juego de pelota, como manifestación el primero en ser llamado para su inmola-
previa a su sacrificio. ción fue el orgulloso Tecuciztécatl, quien
La orientación norte sur permite establecer, vestía ropas elegantes y hacía ofrendas os-
en conjunción con los anillos, un sistema de tentosas, pero en sus cuatro intentos, al in-
medición o puntos referencia, entre los cua- tentar inmolarse, se acobardó.
les sobresale el señalamiento de los equi- La tradición describe a Nanahuatzin como
noccios de primavera. Los equinoccios un ser pobre y llagado del cuerpo, quien
según se ha demostrado, son para los pue- brindaba manojos de cañas verdes atadas
blos prehispánicos, el anuncio de la proximi- de tres en tres, todas ellas llegaban a nueve
dad de la temporada de lluvias, su abundan- (Vidarte,1968:144-145), así como bolas de
cia y el renacer del manto de la tierra, los heno, púas de maguey y, en lugar de copal,
cuales son posibles gracias al sacrificio del como ofrenda, sus propias postillas de las
hombre (Uriarte, Op. cit. 260). bubas. Al ser Nanahuatzin un dios sin te-
En síntesis, en el juego de pelota se vincu- mor, en su primer intento se arroja al fuego
lan dos aspectos interrelacionados: uno el para ser consumido en las llamas y conver-
mantenimiento del orden cósmico, el triunfo tirse de esta manera en el Sol radiante de la
del Sol en su lucha contra los dioses del in- nueva era del mundo.
framundo y otra, el renacimiento de las plan- La tradición aclara que Tecuciztécatl se in-
tas, durante cada primavera, ciclo que sólo moló después y para evitar que su luz ra-
se puede asegurar con la participación del diante opacara la del sol, los dioses arrojan
hombre a través del sacrificio y el autosacri- un conejo al astro y de esta manera se
ficio (Ibídem.). transformó en la Luna.
60
Vidarte (ibíd.), Pasztory (Op.cit.:212) y Uriar- etapa olmeca.
te (Op.cit.:266) sugieren que tanto el enano La presencia de rostros contrahechos con
como el jugador con pies deformes, dibuja- ojo abotagado, nariz torcida, boca con mue-
dos en Tepantitla, aluden al mencionado ca, en el yuguito-rodillera de la Universidad
mito cosmogónico e incluso, no dudan en de Princeton, y en el yugo con dos rostros
considerar que pueden tratarse de Teccisté- equivalentes perteneciente a las coleccio-
catl y Nanahuatzin. nes del MNA, son testimonios de la asocia-
ción que desde el Formativo Medio y tam-
Consideraciones finales bién durante el Clásico, existió entre este
Los seres cuyos rostros presentan malfor- ser y los implementos utilizados en el juego
maciones, y los individuos con otro tipo de de pelota.
patologías, particularmente los enanos y los Los rostros con malformaciones, ya sea pa-
personajes con pies deformes, aquí reseña- tologías o parálisis faciales, son representa-
dos, permiten establecer algunas considera- ciones de cabezas separadas del cuerpo. Si
ciones. tomamos en cuenta que el juego de pelota
Los ejemplos de rostros con ojo abotagado es un ceremonial donde usualmente se
y nariz torcida, confirman la amplia distribu- practica la decapitación, estas representa-
ción geográfica que, desde tiempos formati- ciones de cabezas, quizás son producto de
vos, los seres contrahechos tuvieron en Me- dicho sacrificio.
soamérica. Las evidencias promueven su La suma de las anteriores evidencias permi-
consolidación durante el Clásico, tanto en el te afirmar que inicialmente durante el For-
Altiplano Central, como en el Área maya. Su mativo y posteriormente durante el Clásico,
participación es relevante, en rituales de sa- tanto en la Costa del Golfo como en Teo-
crificio, en calidad de mensajeros o interme- tihuacán, existió una relación entre los seres
diarios entre hombres y dioses. con patologías y el juego de pelota.
Las cabezas con rostros que ostentan pato- El jugador de pelota con dos aros en la fren-
logías, son parte de un conjunto más amplio te, representado en el Templo Inferior de los
constituido por seres con otro tipo de malfor- jaguares de Chichen Itzá, que es el edificio
maciones corporales, entre los que se en- anexo al monumental Juego de Pelota, per-
cuentran: enanos y personajes con uno o mite establecer una asociación consistente
ambos pies equinovaros. Todos en conjun- con los personajes en las jambas norte y sur
to están relacionados con el juego de pelota de Atetelco, que destacan por la malforma-
y tienen sus antecedentes desde la remota ción de sus pies, e igualmente identificarlos
61
como jugadores de pelota. Los aros sobre la Arqueología Mexicana Vol. 12, No.
frente están vinculados a jugadores de pelo- 71. Editorial Raíces. México. Pp.28-
33.
ta de alto rango, antes que en Chichen Itzá,
el antecedente de este simbolismo se mani-
Cabrera, Rubén
festó en Teotihuacán. 2006 “Atetelco” en La Pintura Mural pre-
Es posible que las representaciones de ena- hispánica en México, I, Teotihuacán,
nos así como los individuos con pies defor- T. I, Catálogo, Beatriz de la Fuente
(Coord.). Instituto de Investigaciones
mes y aquéllos que padecían parálisis fa-
Estéticas. Universidad Nacional
cial, fueran intermediarios de quienes la co-
Autónoma de México. México.
munidad se valía, para comunicarse con el
Más Allá, de donde esperaban recibir favo- Caso, Alfonso
res, gracias a su capacidad de penetrar en 1970 “Xolotl, no jaguar”, Boletín del INAH,
No. 39 marzo, México. Pp.31-35.
el inframundo.
Finalmente es pertinente tomar en cuenta
Códice Vaticano (3773)
que Nanahuatzin, y Xolotl al igual que otros 1972 Biblioteca Apostólica Vaticana. Aka-
dioses mesoamericanos como Tlaloc y Hue- demische Druck- u. Verlagsantalt
hueteotl, básicamente son resultado de un Graz- Austria.
64
UBICANDOSE ENTRE MONTAÑAS Y VALLES ZOQUES
DE CHIAPAS
Los zoques
D
esde la época prehispánica hasta la actualidad se distinguen tres regiones cultura-
les Zoques. La primera la conforman los pueblos que ven hacia la vertiente del Gol-
fo de México, asentados en las planicies colindantes con el estado de Tabasco. En
este espacio fue frecuente el contacto con mayas y mexicas, por lo que las condiciones socio
económicas eran superior a la de las otras dos regiones. El constante tráfico de mercaderes y
pobladores que arribaban de la Meseta Central de México y los procedentes del área maya
motivaron en la región un dinamismo excepcional, tanto en el intercambio de mercancías, ide-
as, costumbres y prácticas sociales diversas. Al momento de la conquista estaban bajo el con-
trol de los mexicas.
Al sureste se encontraban otros cinco pueblos de habla náhuatl, los más conocidos de estos
fueron los de Nicapa, Magdalena Coltipan (ahora Francisco León), Ixtapangajoya y Teapa, los
dos primeros sobre las riberas de los ríos Platanar y Sayula y los otros dos a la vera del río
Teapa. A través de estas vías fluviales se podía bajar hasta Zimatán y otros centros ceremo-
niales, con los que se comerciaban los diversos productos de esta región zoque como: maíz,
chile, frijol, ámbar, telas finas, de grana, plumas de quetzal y otros pájaros, piedras de moler,
petates, canastos y una gran diversidad de artículos menores propios de la variada artesanía.
La parte tabasqueña era sumamente rica en cacao. Los abundantes ríos facilitaron la comuni-
cación con la faja costeña.
Algunos de estos pueblos llamaron la atención de los conquistadores españoles por el número
de habitantes y el trazo urbano de los asentamientos, en especial el de Teapa, mencionado
por Bernal Díaz y Diego Godoy (Villa Rojas, 1990:21,23-24).
La segunda región se ubica en las partes altas de la Sierra de Pantepec, donde el clima tiende
a ser más frío, los suelos quebrados y pedregosos, sin ríos navegables ni rutas importantes de
comercio, los pobladores se empleaban como cargadores, alfareros, tejedores de petates, ca-
nastos y otros artículos, comerciaban con la grana silvestre que les era muy solicitada; al mo-
mento de la conquista se encontraban aislados.
65
Entre sus principales poblaciones están las pueblo de Quechula se encuentra en la ac-
de Tapalapa, Ocotepec, Pantepec, Tapilula tualidad inundado por las aguas de la presa
y otros que desaparecieron en época de la de Malpaso (Villa Rojas, 1990:26).
colonia. Los caminos que los llevaban a los En el costado derecho del río Grijalva, antes
embarcaderos de Coltipan (Francisco León), de penetrar por el cañón El Sumidero se
Nicapa y Teapa eran pésimos, y siempre se ubica el poblado de Chiapa de Corzo, anti-
quejaron de ellos los españoles, la única guo asentamiento prehispánico importante
referencia que hicieron al conquistar esta en la región, al suroeste se encuentran los
parte es el poblado de Tapilula quejándose poblados de Tuxtla, Ocozocoautla, Cintala-
de sus malas sierras y pasos (Villa Rojas, pa, Jiquipilas y otros ya desaparecidos de la
1990:24,25). Depresión Central (Villa Rojas, 1990:26-27).
La tercera área corresponde a la vertiente Después de la conquista española cambia-
opuesta que se inclina hacia la Depresión ron de importancia económica estas tres
Central Chiapaneca con una altitud de entre regiones culturales. La zona del Golfo per-
los 500 y 700 msnm y un clima caluroso. La dió jerarquía y la Depresión Central se esti-
configuración geográfica de la provincia zo- muló por el comercio y las industrias, a la
que se aprecia en dos vertientes de tierras región de la Sierra se le intentó dar auge sin
bajas separadas por el sistema montañoso éxito alguno, en buena parte debido a su
de Pantepec. Aquí se ubican los poblados complicada geografía, esta es la misma
de Tecpatán, Capainalá y Quechula, los razón de que hoy se encuentre allí el mayor
cuales cuentan con tierras de aluvión por su número de hablantes zoques monolingües
ubicación en las faldas de la Sierra (Villa (Villa Rojas, 1990:29).
Rojas, 1990:21,25). Muchas poblaciones y personas fueron ex-
De aquí Bernal Díaz (1933:242) narra “… terminadas por hambrunas, plagas, inunda-
fuimos a otros poblezuelos sujetos al mismo ciones, sequías, infortunios y nuevas pestes
Cachula…”. En La relación de Ocozocoau- traídas por los españoles, los frailes Domini-
tla, a fines del siglo XVI, se menciona la im- cos los congregaron en poblados, situación
portancia del puerto de Cachula como punto que aprovechó la Corona española para so-
de comercio fluvial y por tierra a diferentes juzgarlos, cobrarles tributo y sobreexplotar-
partes como a la costa del Golfo los. Prueba de ello es el acta que Mazarie-
(Coatzacoalcos y Campeche), Chicoasente- gos levantó contra Pedro Guzmán por el
pec, Copainalá y Tecpatán (Navarrete tormento al que fueron sujetos los poblado-
Cáceres, 1968:371-372). Este importante res de Oztuacan y Tapalapa y por haber
66
aprehendido a 900 tamemes que herró, se 820 msnm en el estado de Chiapas. Su ex-
llevó como esclavos y los repartió entre sus tensión territorial comprende 2,176.6 kilóme-
allegados (Mazariegos citado en Villa Rojas, tros cuadrados, colindando al norte con el
1990:31). municipio de Tecpatán; al sur con Villaflo-
Por el contrario la Depresión Central resultó res; al este con la capital del estado Tuxtla
más atractiva para los españoles por lo pro- Gutiérrez, Berriozabal y Suchiapa; Jiquipilas
picio de sus suelos para la agricultura, es- y Cintalapa al oeste (Secretaría de Gober-
tancias de ganado, mano de obra nativa y el nación, 1988:351), (Fig. 1).
fácil tránsito por esta área. Según Peñafiel Ocozocuautla proviene del
El poblado Ocozocoautla de Espinosa es la mexicano: Ocotzo, ocozotl, trementina y
capital del municipio de Ocozocoautla, se Cuauhtla, bosque; bosque de la trementina
ubica entre las regiones fisiográficas o natu- (Peñafiel, 1897:196).
rales de las Montañas del Norte y la Depre-
sión Central, con una variada topografía. 1. Se le denomina al Liquidambar styraciflua en
náhuatl ocotzotl, ocoxotl, ocozote u ocotzo-
Este municipio se ubica en la parte occiden- cuohuit. Es un árbol del cual se extrae una resi-
tal, su cabecera se ubica en los 16 º 45´ 37” na aromatica. Sahagún menciona que era utili-
zado en sus cañas de humo que chupan. Navas
latitud norte y 93º 22´ 20” longitud Oeste a
Fig. 1. Ubicación de Ocozocoautla en el estado de Chiapas y los dos ríos más importantes de
esta área cultural, el Grijalva y La Venta. Dibujo del autor.
67
Para otros es de origen nahoa, de los voca- En la época prehispánica se les localizaba
blos okoshotl, ocozote, una planta textil, y en todo el oeste de este Estado con un es-
kuautla, bosque; bosque de los ocozotes. pacio territorial de 12,000 a 15,000 kilóme-
La población rural, que es la mayoría, se tros aproximadamente, espacio que se vio
distribuye en 149 localidades, donde las reducido por invasiones nahuas proceden-
más sobresalientes son Ocuilapa, Guadalu- tes del Altiplano, asentándose en el Soco-
pe Victoria, Vicente Guerrero, Alfonso Mo- nusco. Para el 900 D.C. los Chiapa les arre-
guel, Espinal de Morelos y Galeana batan los Valles Centrales y con ello las me-
(Secretaría de Gobernación, Op. Cit.:35). jores tierras para cultivo y una importante
En la actualidad podemos ubicar el espacio vía de comunicación y mercadeo. Con la
geográfico de los zoques al noroeste del llegada de las huestes comandadas por los
estado de Chiapas y zonas aledañas en los españoles, en 1523, la población se reduce
estados de Oaxaca y Tabasco. En Oaxaca notablemente y con las ideas evangelizado-
se les ubica en dos municipios Santa María ras y colonialistas los habitantes se congre-
Chimalapa y San Miguel Chimalapa, ambos gan en poblados, acotándose el territorio
en zona selvática, ubicados entre los 1000 y ocupado por la cultura Zoque a un espacio
2000 msnm., aislados por malas vías de co- de aproximadamente de 6,468 Km2 (Villa
municación (Villa Rojas, 1990:17). Rojas, 1990:18).
En el estado de Tabasco se les ubica princi- Fisiográficamente este espacio se ubica en
palmente en cuatro poblaciones con esta las Montañas del Norte, caracterizado por
lengua materna: Teapa (municipio de Tea- ser una de las zonas más altas con pen-
pa), Puxcatán, Tapijulapa y Oxolotán dientes abruptas y pedregosas, espacio im-
(municipio de Tacotalpan), estas poblacio- propio para la agricultura intensiva (Villa Ro-
nes cuentan con más vías de comunicación jas, 1990:19).
y no han estado ajunas a los cambios de la Dado que por mucho tiempo este territorio
“modernidad”. tuvo un descenso poblacional, a mediados
En Chiapas se encuentra el grupo poblacio- del siglo pasado se les proporcionaron tie-
nal zoque por excelencia. rras a habitantes de otras regiones y cultu-
ras, lo que ha causado un mal aprovecha-
miento de los recursos y una mala apropia-
(1984:269) menciona que esta resina también ción de los espacios culturales por grupos
sacaban un aceite el cual era utilizado como me-
totalmente ajenos a ellos.
dicina, más espeso era empleado como perfume
y que era muy apreciado por los naturales.
68
Los hablantes de la lengua Zoque cada vez baja caducifolia, selva baja espinosa cadu-
son menos y aunque en algunos poblados cifolia, sabana, bosque de pino-encino, enci-
ya no se habla, culturalmente ellos se reco- nares, bosque caducifolio y vegetación se-
nocen como zoques. cundaria (SEMARNAT, 2000:26).
69
Fig. 3. Vista de una de las terrazas del cañón del río La Venta, abajo el río del mismo nombre.
Foto Enrique Méndez Torres.
Fig. 5. Pared este del cañón con más de 150 metros de alto.
Foto Enrique Méndez Torres.
71
dose un agua más agresiva, y si a esto se le
agrega la elevada temperatura de la región,
que favorece la actividad bioquímica de la
solución, que al contacto con la roca caliza
disuelve el cemento constituido por Carbo-
nato de calcio y comienza a infiltrarse en el
subsuelo, extendiéndose así la extensa red
de fracturas (Giulivo, 1999a:28-29).
La abundante lluvia, después de todo este
tiempo, ha modelado el paisaje tropical
kárstico dando un terreno áspero y sin ríos
en su superficie, esto se debe a la rápida
Fig. 6. Paisaje en la parte superior al cañón
absorción que al interior ha creado un espa- La Venta. Foto Enrique Méndez Torres.
cio con diversas galerías y túneles subterrá-
neos por donde ha circulado o circula el
agua que sale por diversos manantiales en
valles o el cañón (Giulivo 1999a 29), (Figs. 6
y 7).
Las simas o sótanos constituyen dolinas de
colapso. Las galerías freáticas, cuando ca-
recen del empuje hidrostático del agua que
las inunda, se extienden progresivamente
en condiciones vadosas por la presencia de
ríos subterráneos; los equilibrios estáticos
cambian rápido y los salones para adaptar-
se a los cambios se desarrollan hacia arriba,
provocando que se derrumben los estratos
rocosos sub-horizontales, que a veces son Fig. 7. Paisaje tropical cárstico de la región.
inestables, hasta llegar a la superficie. De Foto Enrique Méndez Torres.
72
Fig. 9. Entrada al Chorredero y salida del
Fig. 8. Vista de la Sima del Copal.
río. Foto Enrique Méndez Torres.
Foto Enrique Méndez Torres.
ces en sus paredes se pueden apreciar cue- donde fluye el agua a las zonas de manantia-
vas o balcones (Giulivo, 1999a:30), (Fig. 8 y les (Giulivo, 1999b:131), (Fig. 9).
9).
La geografía y el hombre
Hidrogeología La gente de la época prehispánica al familiari-
El paisaje kárstico tropical de la región es el zarse con los espacios se fue apropiando de
resultado de miles de años de intemperismo ellos y al hacerlos parte de su vida cotidiana
del agua sobre la roca calcárea mostrando los fue integrando en sus mitos, cuentos y le-
una superficie de conos. El agua que escu- yendas (Thomas, 1974; Heyden, 1976; Arias,
rre de las colinas se conjunta en el fondo de 1991; Munch, 1993; Instituto Chiapaneco de
las dolinas, la que se transfiere al subsuelo Cultura, 1988). En su imaginativo les otorgó
a lo largo de discontinuidades en la roca vida, poderes, características especiales que
(unión de estratos, fracturas y fallas), las de acuerdo a la circunstancia, ya se vieran
cuales se van ensanchando hasta formar favorecidos o perjudicados se hizo necesario
una intrincada red de canales cársticos por agradecer o congratularse con esas fuerzas
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desconocidas e incontrolables. dentro de un determinado territorio y a falta
La misma conformación del espacio geográ- de este sentido la memoria y los demás
fico ha sido fundamental para los asenta- sentidos se desarrollan para conocer el lu-
mientos humanos, pues no todos los luga- gar por donde se ubica y desplaza uno. Co-
res son propicios para la agricultura y forma- sa más lógica, sin embargo antes de la vista
ción de cuerpos de agua, y sin estos una el hombre empieza a reconocer su mundo a
población debió de haber tenido muchos través de su piel. Los cambios de clima y
problemas para subsistir. Sin embargo se humedad, en conjunto, vista y tacto, recono-
han encontrado sitios arqueológicos donde ce de una mejor manera el lugar, aunque,
dichos satisfactores no están tan a la mano por lo general, casi no es tomado en cuenta
y quizás esta sea la razón del por qué se este último por no aportar mucha informa-
encuentren asentamientos humanos en re- ción. Sin embargo en otro tipo de lugares,
giones distantes y agrestes, donde una sola como al interior de cavidades este sentido
familia puede sobrevivir y los vecinos estén puede ser tomado más en cuenta por las
distanciados a más de 4 kilómetros y sea condiciones climáticas de cada espacio.
necesario desplazarse más de 6 para llegar Pero sin lugar a dudas la imposición huma-
a los campos cultivables. na sobre la naturaleza viene del razona-
De esta forma asumimos que un determina- miento tras la observación de su espacio
do espacio tiene una capacidad de carga y inmediato y va a ser el propio hombre el
de producción y al verse superado los satis- punto de partida y comparación, humanizan-
factores se ven en vulnerabilidad y la esca- do y valorizando el entorno en que se des-
sez o exterminio sería inminente. Todo es- envuelve.
pacio donde se asienta el hombre se trans- Al combinarse los conocimientos con los
forma y hay elementos donde se puede sentidos sensoriales los espacios debieron
apreciar esta irrupción natural, siendo noto- de haber adquirido valores diferentes o simi-
ria la intención, sentido y racionalidad pre- lares para un mismo grupo, los cuales pue-
via. El ganar espacios dentro de un determi- den variar según el contexto cultural. Y aun-
nado ecosistema conlleva a un conocimien- que en el fondo hay un patrón, estos pue-
to del mismo, donde se pueden detectar dos den cambiar según las condiciones sociales
tipos de elementos, los naturales y los artifi- imperantes de cada tiempo. ¿Después de
ciales o culturales (Santos, et al. 1997:63). ochocientos o mil años qué queda del
Tuan (1979) señala que la vista es un im- patrón original y bajo qué percepción o con-
portante medio para ubicarse espacialmente texto se le intenta dar una explicación?
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¿De qué manera van interactuando los si- Por naturaleza el hombre es egocéntrico y
tios que el hombre aprovecha y cómo se en diversas manifestaciones gráficas rupes-
pueden relacionar? En algunos casos se tres es notorio que la representación huma-
puede inferir, a través de restos materiales, na alude a esa necesidad de trascender,
el valor social que se le dio a un sitio y se con o sin intención. Las representaciones de
puede ir apreciando el patrón de uso de un su entorno se pueden apreciar en elemen-
determinado ambiente por lo que tiene, por tos astronómicos, vegetales y animales. Y
lo que se ve. siempre hay componentes, dentro de los
Los zoques aprovecharon las paredes de visibles, que escapan de “nuestro” actual
algunas simas y cañones para plasmar de- raciocinio.
terminado tipo de imágenes de significado Lo que me trae a la mente una reflexión del
aún incierto, pero lo que si se sabe es que dominico Fray Francisco de Burgoa cuando
estaba transmitiendo una idea ¿A otra per- señala que a un joven de España le toma
sona, a sus divinidades o ancestros falleci- tres meses aprender, a uno de esta tierra le
dos? (Figs. 10, 11 y 12). toma solo tres semanas.
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Figs.11 y 12. Pinturas de la Sima del Copal.
Foto Enrique Méndez Torres.
Ante la carencia de un registro “escrito” o tas culturas sin la tradición oral, los espa-
“pictórico” accesible, de eventos, los mesoa- cios, elementos geográficos y la vida misma
mericanos tenían que recurrir a su memoria carecen de significado. Por lo que es impor-
y aprender los acontecimientos. Cuando un tante reforzar el espacio con el conocimien-
tlacuilo o sacerdote “leía” un códice no se to, como menciona Tuan (1977), la gente
apegaba estrictamente a lo incluido en el antes de conocer tiene que conocerse, co-
soporte, sino que las imágenes les servían noce su cuerpo y dimensiones, lo que es
de guía para narrar una historia. Por lo que capaz de hacer y sus limitantes, aprende de
considero que algunas imágenes se leen en sus aciertos y errores, y después de cono-
el entorno y sirven para referenciar otros cerse a si mismo humanizara su entorno
hechos. creando un paisaje singular con determina-
Tal estrategia se puede apreciar en diversas dos valores sociales (lo que dependerá
culturas en Australia (Morphy, 1995), donde según la cultura y el tiempo).
cada elemento geográfico, existente o in- Es común que en el campo un adulto trans-
existente tiene una historia, un motivo de mita sus conocimientos a los niños desde
ser. O en las islas Fiji (Toren, 1995) donde temprana edad (que es cuando el cerebro
desde pequeños los niños son instruidos y desarrolla más habilidades adaptativas), al
saben reconocer la distribución de las islas salir a sus primeros recorridos y ser guiado
de su territorio sin haber navegado. En es- comienza a reconocer su entorno, las for-
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mas y que estas están asociadas a determi- ¿En qué características del medio geográfi-
nado evento, suceso o deidad. co circundante se basaron para seleccionar
Creo que es en este momento que el medio dónde pintar, qué sima, qué cueva, qué pa-
geográfico, al asignársele más que valores red del cañón emplear? Quizás pudiera jus-
espaciales se convierte en un lugar con sig- tificarse uno con que no se ha hecho un es-
nificado, el entorno se vuelve un paisaje. tudio amplio de estos sitios, y a decir verdad
Hasta la fecha no está del todo esclarecido nunca se tendrán, pero a partir de los sitios
el por qué de que la gráfica rupestre, en que hemos visitados hasta ahora, se puede
nuestra región de estudio, se encuentre en inferir que no tenía que ver con el aspecto
lugares donde el acceso no es tan fácil. En visual del exterior de una cueva, el de un
paredes altas del cañón La Venta, simas balcón o una pared sino con la construcción
como la Del Tigre y El Copal, donde se de- de un determinado paisaje.
bieron emplear técnicas de escalada y don- La selección de una cueva, abrigo o sima,
de un error, a esa altura, implicaba la muer- quizás, debió de haber estado determinada
te. También se han localizado pinturas en por ciertas características o elementos que
algunos balcones en las paredes de los dos se encuentran o encontraban en su interior.
cañones, a más de 40 metros de altura, así Se descarta la orientación de la entada,
como materiales arqueológicos como cerá- pues esto al parecer no tiene corresponden-
mica y hasta estructuras, como El Castillo, cia con alguno de los cinco puntos cardina-
El Tapesco del Diablo y otros sitios aun sin les. Sin embargo, se ha observado que pre-
nombre. ferentemente son cuevas húmedas donde
Así como exploraron las alturas, en las pa- se forman algunos espejos de agua.
redes, las cavidades y el subsuelo no fueron Habiendo otros espacios en cuevas más
espacios ajenos, al interior de cuevas se accesibles ¿porqué elegirlas a más de 40,
han encontrado cerámica y construcciones 60 u 80 metros de altura?
de mampostería, en otras han modificado su En el caso de algunas pinturas es notorio
interior nivelando pisos, realizando oqueda- que la imagen está desproporcionada, con
des en paredes o retocando estalagmitas y el fin de que la persona que esta abajo o
estalactitas para antro y zoomorfizarlas, co- distante, si tiene noción de dónde se ubica
mo la cueva de Los Cajetes, Del Maizal, Del la pueda apreciar desde lejos. Y en el caso
León, Tapesco del Diablo o sima Del Mujú, de las habitaciones para verse desde lejos o
entro otras. quizás no ser vistos.
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Otro aspecto importante es que los sitios labores y con el tiempo y platicas me perca-
arqueológicos habitacionales, hasta ahora te que era un hombre que conocía los alre-
registrados, conllevan un desplazamiento dedores y sobre todo lo que para esas fe-
hasta las cavidades, paredes o mismas fa- chas a mi me llamaba la atención, la ubica-
llas geográficas. Esto repercute en el caso ción de cuevas, me mencionó en aquel en-
de las ofrendas masivas de cerámica al in- tonces la de El León, El Espinal, Cerro Bru-
terior de cavidades. Quizás parezca sor- jo, El Guayabo y otras más. Fue importante
prendente el hecho de que de desde la co- saber de él pues un año más tarde tenía
munidad se hubieran transportado, a lomo que buscarlo acompañado de Guillermo
de gente, más de 500 vasijas, con poca va- Acosta para buscar cuevas y abrigos para
riedad cerámica. un proyecto.
Él nos ha guiado y acompañado a diversos
Un habitante de Ocozocoautla parajes de esta parte del estado chiapaneco
Adolfo Alegría Gómez, de 31 años, habitan- y se ha convertido en un amigo, nuestro
te del poblado de Ocozocoautla de Espino- hombre indispensable en cada incursión,
za, Chiapas, casado, con tres hijos varones nuestra brújula dentro de esos bellos paisa-
y una niña. En su puerta un letrero hace jes.
referencia a que hace trabajos fotográficos y ¿Cómo se ubica espacialmente Adolfo
de video. Una de sus aficiones ha sido por cuando sale? Cada vez que va a parajes en
años salir y caminar en el campo, ya sea en donde no ha estado antes se ubica en un
los alrededores de su poblado natal o por mapa mental teniendo como referencia su
donde la vida le ha llevado, se dedicó a pueblo natal, aprecia en qué rumbo cardinal
hacer paseos con otros compañeros en bici- se encuentra y los relieves importantes del
cleta los fines de semana. De niño a veces paisaje que conoce, sitúa también otros pa-
acompañaba a su abuelo a su rancho, a la rajes o poblaciones. Comienza a diferenciar
cercana sierra denominada Cerro Brujo, por y a conocer los relieves de los montes cer-
lo que a veces tenían que salir muy de ma- canos, si está en una sierrita o sierra más
drugada e internarse a obscuras hasta su grande, y lo que pudiera quedar del otro la-
destino final. do.
Lo conocí en el 2003, año en que fui a darle El paisaje en determinados terrenos puede
mantenimiento menor a la zona Arqueológi- ser engañoso, pues la vegetación a veces
ca de Ocozocoautla, era una de las perso- suele ser muy parecida o llega a confundir,
nas que tenían que auxiliarme en dichas por eso es indispensable que Adolfo, en vez
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de fijarse en un tipo de vegetación, primero determinados elementos geográficos
ponga atención a los elementos geográficos (comunicación personal, 2006).
que no cambian fácilmente. La ambición del hombre ha llevado a la des-
La vista y la memoria resultan de importan- trucción de la naturaleza, no cuidar el
cia y al combinarse con procesos mentales “monte” implica destruir un determinado es-
se desarrolla una ubicación espacial, que pacio de vegetales, lo que repercute en el
resulta más fácil a una persona que a otra. traslado de especies animales a otro lugar
Si la primera travesía es dentro de la selva o más seguro y protegido; la ausencia de una
el bosque y no llevamos a otro guía y sólo capa vegetal repercute en el nivel de lluvias,
caminamos por señas, los elementos que las que llegan limpian y adelgazan el suelo,
conforman la vegetación resultan relevantes el agotamiento de manantiales; sin fuentes
cuando no se aprecia lo que nos rodea. Un de abastecimiento de agua potable los po-
determinado árbol, planta, espino, piedra, blados se ven obligados a buscar un aprovi-
barranca o río. Y a veces es necesario mar- sionamiento más lejano e incrementar su
car con el machete un vegetal, para que al sistema de agua a base de largas tuberías
regreso sólo se siga la seña. A veces el pro- de mangueras.
blema para los citadinos es saber reconocer De pequeño Adolfo acompañaba a su abue-
los árboles. lo a su rancho cerca de Cerro Brujo, debió
No lo entiende del todo bien, pues algunas de haber sido ahí donde inconscientemente
cosas las escuchó de sus abuelos, otras las desarrolló su ubicación espacial con un bajo
aprendió en la escuela y muchas más en el nivel de dificultad, estos mecanismos men-
propio campo. De alguna manera cree que tales son procesados a partir de los tres
hay cosas divinas en el campo, pues su sin- años de edad (Adriana Flores, pedagoga,
cretismo está mezclado con el popular de su comunicación personal, 2006). Aunado a las
cultura zoque, al que no le ponía mucha enseñanzas del abuelo de cómo reconocer
atención, y su pensamiento religioso católi- plantas, árboles, animales debió de haber
co. realizado mapas mentales de la distribución
Pero de lo que sí está convencido es que espacial del lugar por donde transitaba, por
muchas de las cosas dependen del hombre, la imperiosa necesidad de meterse entre el
el aire, los acuíferos, la sobrevivencia de los monte para llegar al rancho.
animales y la naturaleza le merece su res- Adolfo Alegría se siente un hombre afortu-
peto y en algunas ocasiones me comentó el nado por disfrutar el trino y vuelo de las
fervor con que se dirigían sus ancestros a aves, de apreciar bellos paisajes a los que
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sólo pocas personas han accedido como el amplia de dónde estábamos ubicados, no
cañón del río La Venta, Cerro Brujo, la selva así mi amigo Adolfo.
El Ocote, en los alrededores de su natal Co- En la comunidad de Adolfo López Mateos,
ita. municipio de Jiquipilas, al borde de dicho
Él entiende por paisaje un espacio de atrac- Cañón se apreciaba un espectáculo sin
tivo visual no común y por lo general no igual y Adolfo me preguntó que para dónde
siempre es de fácil acceso para el hombre, quedaba su poblado, a lo que le señale el
sino, dicho espacio estaría contaminado o rumbo. Debido a que él nunca había estado
no existiría. de este lado del Cañón y ya había recorrido
Debo complementar que Adolfo se dedica a otros espacios en la otra ladera comenzó a
tomar fotografías dentro de su pueblo, buscar los promontorios más altos y al no
herencia de otro abuelo y por necesidad, y reconocerlos apreció en el paisaje algunas
gusto, también se dedica a las filmaciones laderas. Él conoce los tres primeros kilóme-
de eventos. Nunca puso atención a las cos- tros del río La Venta y sabía que estábamos
tumbres de su pueblo, pero desde hace cin- río abajo. Comenzó a buscar referentes en
co años al apreciar que hay poca informa- voz alta e infirió que en la punta de un cerro
ción y que algunas de sus tradiciones no estaba una antena repetidora, lo distinguió
tiene un aparente por qué, se está dedican- por la silueta, y de ahí comentó que del otro
do a rescatarlas a través de las tomas fo- lado, que no se veía, estaba otro cerro, y así
tográficas y filmaciones de eventos impor- describió otros espacios más que no se ob-
tantes para su pueblo con la finalidad de servaban por la serranía que estaba enfren-
perpetuar su herencia cultural y legarlo de te de nosotros y comenzó a re-construir un
una manera visual, no sólo a sus hijos sino paisaje que ya tenía ampliándolo desde un
a futuras generaciones para que las prácti- paraje que no conocía y cerrando un rompe-
cas coitecas no se pierdan. cabezas.
Un aspecto importante de ubicación y cómo Quizás, lo importante que él heredo en ese
referenciarse que me tocó apreciar con momento sin saberlo, fue un conocimiento
Adolfo fue en el enero del 2011 en el cañón geográfico y de ubicación a su hijo que nos
del Río La Venta. Debido a mi formación de acompañaba. Posiblemente de éste modo
arqueólogo, tuve que vectorizar algunas car- es como se van heredando algunos conoci-
tas topográficas, había revisado fotografías mientos de generación en generación (Fig.
aéreas, visto croquis, mapas y recorrido el 13).
cañón en Google earth y tenía una idea más
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Fig. 13. Adolfo Alegría hijo, gorra negra, y padre, sombrero, comentando sobre su ubicación en
un espacio desconocido y nuevo para ellos. Foto Enrique Méndez Torres.
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que repercutió marcadamente en el paisaje, La región de los Valles Centrales se vio fa-
un brusco descenso poblacional, la congre- vorecida por nuevos asentamientos, la parte
gación de nuevos poblados y la desapari- montañosa, por lo accidentado de su geo-
ción de otros tuvo consecuencias con la im- grafía y características peculiares, se des-
plantación de un sistema religioso que ter- arrolló más lentamente. El paisaje se vería
minó por ser una mezcolanza de ideas marcado ahora por líneas en la tierra que
según la región donde se vivía. Provocando comunicaban de una población a otra.
la clandestinidad del anterior sistema religio- Para la etapa independista (1810 d.C.-1910
so, por lo que se tuvieron que utilizar espa- d.C.), las condiciones en el actual Chiapas
cios geográficos alejados y ocultos a los no fueron tan evidentes, caciques y capata-
ojos de la nueva religión. ces sólo cambiaron de nombre y cara. Los
Y qué mejor espacio que el de las cuevas, crecimientos poblacionales siguieron un pa-
lo que antes fue licito se convirtió en ilegal y so lento.
buscado, trasladando algunos elementos de Algunos cultos prehispánicos sobrevivieron
los anteriores rituales a cavidades con cier- en su clandestinidad en cuevas y de la mez-
tas condiciones al interior. También se vio y cla con el catolicismo adquirió cualidades
escuchó de gente que salió en las noches a propias. La “libertad” de culto fue abando-
bailarle, vestida de animales, a los cerros y nando algunos espacios y algunas prácticas
cuevas, después que se les prohibió esta religiosas los exploraron.
práctica en los atrios de las iglesias En la etapa moderna (1910 d.C.-hasta la
(Aramoni, 1992). actualidad), las poblaciones subsistentes
La vegetación ganó terreno en los espacios afianzaron su espacio geográfico, los cam-
abandonados y descuidados, pero los nue- pesinos entraron a una nueva etapa de me-
vos asentamientos humanos comenzaron a canización del campo forzando a ganar más
marcar su espacio con técnicas traídas por espacios a la vegetación (Fig. 16 y 17), y
los conquistadores. Las anteriores poblacio- aunque algunos lugares no son aptos para
nes que subsistieron aumentaron su tama- la agricultura, se fertiliza la tierra hasta ago-
ño, algunas continúan hasta la fecha, las tarla.
que no decayeron en las posteriores etapas. En algún momento la libertad de culto per-
El arado hizo extensas líneas en la tierra mitió que se volviera a bailar en público ves-
permitiendo mejores cultivos, lo que reper- tidos o simulando las pieles de animales. A
cutiría en una mayor producción de alimen- las cuevas se sigue asistiendo para realizar
tos. prácticas que necesitan el espacio oscuro y
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subterráneo.
En cada momento ocupacional del territorio
chiapaneco se pueden apreciar diferentes
circunstancias políticas y sociales, dicha
mentalidad ha creado diversos paisajes, en
algunos casos las huellas han quedado más
marcadas que otras. En algunos espacios
es posible hallar contextos arqueológicos y
en otros no. Desgraciadamente ante la falta
de evidencia material física en el terreno
lleva a mucha gente a ignorar los distintos
usos al que pudo haber sido sometido un
determinado espacio. Fig. 16. Valle con cultivo extensivo.
Foto Enrique Méndez Torres.
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