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Las pruebas en la vida del cristiano

Salmo 26:2

Introducción:

En el campo material y secular, toda cosa creada es sometida a una


prueba para ver si cumple el propósito para el cual fue hecho o creado.
Génesis 1: 3 (Hasta los alimentos son probados).

1. Que es una prueba.


Es un proceso mediante el cual se busca verificar la eficacia de algo o
de alguien. Saber cómo funciona o reacciona, o qué resultado
produce.

2. Importancia de la prueba.
La prueba Permite conocer el estado o la condición de aquello que se
prueba. (Se busca determinar las capacidades).

3. Formas de probar algo o a alguien. Un examen académico, una prueba


psicotécnica, una entrevista, una prueba física en los deportistas.

4. No a todo el mundo le gustan las pruebas. Muchas veces se quiere


lograr algo, ganar algo, conseguir un empleo, una beca, pero de la
manera más fácil.

Las pruebas en la vida del cristiano


El concepto de muchos cristianos consiste en que: el seguir Cristo, es
vivir una vida chévere y llena de confort.

Para muchos, ser un buen cristiano es vivir siempre en la comodidad de


la vida. (En bendición)
No hay preocupación por saber cómo esta nuestra vida espiritual.
Cuanto hemos crecido y madurado en el Señor.

En cuanto a esto, David meditaba un poco… Salmo 26:1-2


Santiago 1: 1-4; Romanos 5:3-5
Generalmente como cristianos le estamos pidiendo a Dios que nos bendiga,
pero es raro escuchar al cristiano en su oración, decir, pruébame Señor.
5. La prueba hay recibirla como una bendición.

Tú recibes de Dios dependiendo de cómo te encuentres y reacciones


en medio de la prueba y después de ella. Deuteronomio 8: 2-10.
Romanos 8:28
Santiago 1:12

6. La prueba permite conocer a Dios. Si usted tiene todos sus problemas


resueltos, no necesita nada, no va tener una razón o un motivo que lo
impulse a buscar a Dios. Juan 17: 1-3, Jeremías 9:24.

7. Soportar la prueba con la actitud correcta produce grandes


beneficios! 1 Pedro 5:6-11

Ilustración: El hombre que cayó en un pozo

Un hombre cayó en un pozo y no podía salir.


Pasó un optimista y dijo: “No estás tan mal. Podrás salir”.
Pasó un pesimista y dijo: “¡Qué horror! ¡Nunca saldrás de allí!”
Pasó un legalista y dijo: “Probablemente mereces estar en ese pozo”.
Pasó un fariseo y dijo: “Solo gente mala cae en los pozos”.
Pasó un oportunista y dijo: “¿Cuánto estás dispuesto a pagar por salir?”
Pasó un moralista y dijo: “Ahora que te has manchado en ese pozo ¿Quién
te va a querer?”
Pasó un periodista y dijo: “Quiero una entrevista exclusiva sobre tu
experiencia en el pozo”.
Pasó un terapeuta y dijo: “Cree en ti mismo, y podrás salir del pozo”.
Entonces vino Dios y dijo: en Salmo 40:2:
“Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso
mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos”.

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