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Matrimonio

a) Concepto y naturaleza jurídica.


La palabra proviene del latín matrimonĭum1, es una institución social, presente en
gran cantidad de culturas, que establece un vínculo conyugal entre personas, se
trate de un hombre y una mujer o de dos personas del mismo sexo, reconocido y
consolidado por prácticas comunitarias y normas , consuetudinarias, religiosas,
morales o legales, esta ultima con mayor peso, ya que el matrimonio goza de
reconocimiento jurídico y, en consecuencia, implica para los cónyuges una serie de
deberes y derechos de carácter patrimonial y doméstico, fijados dentro del derecho
civil de cada país.
El matrimonio es institución fundamental del derecho familiar por que el concepto
de familia reposa en el matrimonio como supuesto y base necesarios. De él derivan
todas las relaciones, derechos y potestades, y cuando no hay matrimonio, sólo
pueden surgir tales relaciones, derechos y potestades por benigna concesión y aun
así son éstos de un orden inferior o meramente asimilados a los que el matrimonio
genera. La unión del hombre y de la mujer, sin matrimonio, es reprobada por el
derecho y degradada a concubinato.2
El sentido fundamental del matrimonio es la constitución de una familia, de modo
que otorga legitimidad a los hijos procreados o adoptados durante la unión.
En el Derecho Positivo Mexicano, al matrimonio, de acuerdo con el Código Civil
para el Distrito Federal, se considera de la siguiente manera:
ART. 146.-Matrimonio es la unión libre de dos personas para realizar la
comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda
mutua. Debe celebrarse ante el Juez del Registro Civil y con las formalidades
que estipule el presente código
Jurídicamente y en el ordenamiento civil se define como la unión voluntaria libre de
vicios de un hombre y una mujer para realizar la comunidad de vida, en la que
ambos se procuran respeto, igualdad, asistencia y ayuda mutua; pudiendo o no
procrear hijos de manera libre e informada sobre la base de la paternidad y
maternidad responsables.
Para que éste tenga el reconocimiento y efectos legales, se requiere que se celebre
ante la autoridad administrativa correspondiente, que es el juez del registro civil, y
que se cumpla con las formalidades establecidas en la ley.
Los fines del matrimonio, de conformidad a este concepto, son:
1) Estabilizar las relaciones sexuales.

1
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. «matrimonio». Diccionario de
la lengua española (23.ª edición).
2
ROJINA VILLEGAS, Rafael, Derecho Civil Mexicano, Derecho de Familia, T. 11, 9a ed., Porrúa, México, 1998,
pp. 195- 196
2) Crear una familia y libre procreación.
3) Generar en ella condiciones de óptimo desarrollo e igualdad.
4) Cohabitación y fidelidad.
4) La ayuda mutua.
5) La generación de deberes, derechos y obligaciones.3
Entonces podemos decir que en el matrimonio los fines son el amor conyugal, la
eventual perpetuación de la especie y la promoción humana, y el objeto del acto
jurídico son los deberes como obligaciones, derechos y facultades, así como el
vínculo jurídico conyugal y la comunidad de vida.
Naturaleza jurídica
La naturaleza jurídica de la sociedad conyugal ha sido objeto de análisis de muchos
autores; algunos la consideran una sociedad, otros una copropiedad y otros más
una comunidad de bienes.
Al matrimonio no solo se le ha considerado como contrato a partir únicamente de
actos de afirmación política, también importante tratadistas le han dado tal
denominación. Éstos, además, han señalado que es el contrato más antiguo del que
se tenga conocimiento. De hecho, al ser el origen de la familia, lo remontan a los
albores de la humanidad.
En ese caso, podemos considerar al matrimonio como:
1. Como una Institución
En este sentido, significa el conjunto de normas que rige el matrimonio. El
matrimonio constituye una verdadera institución, por cuanto que los diferentes
preceptos que regulan, tanto el acto de su celebración al establecer elementos
esenciales y de validez, como las que fijan los derechos y obligaciones de los
consortes, persiguen la misma finalidad al crear un estado permanente de vida, que
será la fuente de una gran variedad de relaciones jurídicas. El matrimonio
considerado como una institución, es la acepción más correcta y adecuada,
tomando en cuenta nuestras leyes aplicables al mismo.

2. Como acto jurídico condición


Acto jurídico que tiene por objeto determinar la aplicación permanente de todo un
estatuto de derecho a un individuo o a un conjunto de individuos, por crear
situaciones jurídicas concretas que constituyen un verdadero estado, y que no se
agotan por la realización de estas, permitiendo su renovación continua. Por virtud
del matrimonio se condiciona la aplicación de un estatuto que vendrá a regir la vida
de los consortes en forma permanente.

3
Pérez Contreras, M. M. (2010). Derecho de familia y sucesiones (Primera edición: Nostra Ediciones, 2010
ed.). Cultura Jurídica.
3. Como acto jurídico mixto
Los actos jurídicos mixtos se caracterizan por la concurrencia tanto de particulares
como de funcionarios públicos en el acto mismo, haciendo sus respectivas
manifestaciones de voluntad. El matrimonio es un contrato mixto, debido a que se
constituye no sólo por el consentimiento de los consortes, sino también por la
intervención que tiene el Juez del Registro Civil.
4. Como contrato ordinario
Esta ha sido la tesis tradicional desde que se separó el matrimonio civil del religioso,
pues tanto en el derecho positivo como en la doctrina, se le ha considerado
fundamentalmente como un contrato, en el cual existen todos los elementos
esenciales y de validez de este acto jurídico. Excepcionalmente se invoca como
razón, el hecho de que los contrayentes deben manifestar su consentimiento ante
el Juez del Registro Civil para unirse en matrimonio.
5. Como contrato de adhesión
Como una modalidad en la tesis contractual, el matrimonio recae en las
características generales de los contratos de adhesión, toda vez que los consortes
no son libres para estipular derechos y obligaciones distintas de aquellas que
imperativamente determina la ley, ya que simplemente están aceptando dichos
términos del contrato.
6. Como estado jurídico
Los estados jurídicos producen situaciones jurídicas permanentes, permitiendo la
aplicabilidad de todo un estatuto legal a situaciones determinadas, que continúan
renovándose en forma más o menos definida. El matrimonio constituye un estado
jurídico entre los consortes, pues crea para los mismos una situación jurídica
permanente que origina consecuencias jurídicas constantes, por la aplicación del
estatuto legal respectivo, a todas y cada una de las situaciones que se van
presentando durante la vida matrimonial.

7. Como acto de poder estatal


El matrimonio no es un contrato sino un acto de poder estatal, ya que en el acto
intervienen autoridades facultadas por el estado.4
b) Elementos de existencia y validez del acto jurídico.

4
ROJINA VILLEGAS, Rafael, Derecho Civil Mexicano, Derecho de Familia, T. 11, 9a ed., Porrúa, México, 1998,
pp. 210-228
Podemos definir los elementos esenciales del matrimonio indicando que son
aquellos sin los cuales el acto jurídico no puede existir, podemos determinar como
elementos esenciales de un acto jurídico: la manifestación de la voluntad y la
existencia de un objeto física y jurídicamente posible; pero en el caso esencial del
matrimonio debemos agregar además, la celebración ante la presencia del Oficial
del Registro Civil y dos testigos (solemnidad), y la diferencia de sexos según la
legislación Sonorense.5
Siendo el matrimonio como acto jurídico, tiene elementos esenciales y de validez
los primeros están constituidos respectivamente por la voluntad de los consortes y
del Oficial del Registro Civil y por el objeto específico de la Institución, que de
acuerdo con la Ley consiste en crear derechos y obligaciones entre un hombre y
una mujer, tales como hacer vida en común, ayudarse, socorrerse mutuamente,
guardarse fidelidad recíproca, etc.
En cuanto a los elementos de validez, en el matrimonio se requiere como para todos
los demás actos jurídicos la capacidad, la ausencia de vicios en el consentimiento,
la observancia de las formalidades legales y la licitud en el objeto, motivo, fin y
condición del acto.
Manifestación de la voluntad:
La manifestación de la voluntad es la exteriorización de la misma realizada por la
persona con la finalidad de dar a conocer hacia los demás los que desean o lo que
persigue. Sin la manifestación la voluntad no puede haber acto jurídico, y esta debe
manifestarse de alguna manera, pero esta manifestación debe ser entendida por
otras personas, es por eso que existen tanto la manifestación expresa como las
tácita como formas de entender la voluntad de la personas.
▪ Expresa. - Abarca el uso del medio escrito u oral o a través de signos
inequívocos, gestos indicativos, lenguaje que permita su entendimiento en
forma directa.
▪ Tácita. - Consiste en la exteriorización de la voluntad de manera indirecta,
esto quiere decir que la voluntad de realizar un acto se da a entender o invita
a deducir lo que quiere la persona
En el matrimonio la manifestación de la voluntad se da por medio del
consentimiento, ya que tanto los contrayentes como el Oficial del Registro Civil,
deben de manifestar su consentimiento del acto.
Consentimiento
De acuerdo con el Código de Familia para el Estado de Sonora en el matrimonio
propiamente existen tres manifestaciones de voluntad: la de la mujer, la del hombre
y del Oficial del Registro Civil. Las dos primeras deben formar consentimiento, es
decir, manifestarse en el sentido de estar de acuerdo los contrayentes en unirse en
matrimonio para que el Oficial del Registro Civil exteriorice la voluntad del Estado al

5
CHAVEZ ASENCIO, Manuel F. Relaciones Jurídicas Conyugales, Ed, Porrúa, México. 1997.Pag.89
declararlos legalmente unidos en matrimonio. El consentimiento es necesario en
nuestro régimen legal para la existencia del matrimonio.
La existencia de un objeto física y jurídicamente posible
El objeto del acto jurídico es el contenido de este, el objeto de celebrar un acto
jurídico de una relación jurídica que sirva como nexo entre las partes, esta relación
conceptualizándola como el objeto debe de ser física y jurídicamente posible para
que el acto tenga validez.
La posibilidad física del objeto se deduce de esto, que el objeto debe ser posible de
realizar, mientras que el objeto jurídicamente posible, consiste en que el
ordenamiento lo permita.
Para el matrimonio el objeto física y jurídicamente según nuestra legislación son los
siguientes: diferencia de sexos, el objeto en sí, y las solemnidades
▪ Diferencias de sexos. - En el Código de Familia para el Estado de Sonora,
en su artículo 102, encontramos la prohibición del matrimonio homosexual
de nuestro Estado, el cual textualmente dice: “Es jurídicamente imposible el
matrimonio contraído entre sujetos del mismo sexo”. El matrimonio es un acto
jurídico que se celebra entre un solo hombre y una sola mujer. Por lo tanto,
la diferenciación sexual es el elemento esencial en este acto jurídico. Para la
existencia de cualquier acto jurídico se requiere que su objeto sea física y
jurídicamente posible.
▪ Objeto. - Como acto jurídico debe tener un objeto que pueda ser materia de
este. Recordemos que no es lo mismo objeto que fin en el derecho. El objeto,
que puede ser directo o indirecto, hace referencia a la creación, transferencia,
modificación o extinción de derechos, deberes y obligaciones, en cambio el
fin o finalidad es el que se proponen los que participan en el acto jurídico, o
el fin previsto en la Ley o en la naturaleza de la institución que se genera.
El objeto del acto jurídico familiar, debe ser posible y lícito.
▪ Solemnidades. - Las solemnidades son esenciales para la existencia del
matrimonio en tanto como la formalidades sólo se requieren para su validez.
Es decir, si faltan las solemnidades el matrimonio será inexistente. El artículo
12 del Código de Familia para el Estado de Sonora, nos dice textualmente
“el matrimonio es un acto solemne que debe celebrarse ante el Oficial del
Registro Civil o el funcionario que la ley señale, con la formalidades que esta
misma establezca.”

c) Consecuencias jurídicas en relación con los cónyuges y a los bienes


(regímenes patrimoniales).
Los efectos del matrimonio se refieren a los derechos y las obligaciones que nacen
del mismo. Los efectos del matrimonio se clasifican con relación a los cónyuges,
sus hijos, sus bienes.
Respecto a los cónyuges
Los derechos y obligaciones que nacen del matrimonio serán siempre iguales para
los cónyuges, independientemente de su aportación económica al sostenimiento del
hogar.
En este sentido y del mismo concepto de matrimonio se establece que es obligación
de los cónyuges contribuir a los fines del matrimonio, así como a la ayuda, fidelidad
y respeto mutuos.
Los cónyuges tienen la obligación de vivir juntos, es decir, cohabitar y establecer el
domicilio conyugal. Por domicilio conyugal se entiende aquel en el que, de común
acuerdo, los cónyuges vivirán y disfrutarán de autoridad propia y consideraciones
de igualdad
Los tribunales, con conocimiento de causa, podrán eximir a uno de los cónyuges de
la obligación de vivir en el domicilio conyugal, cuando uno de ellos traslade su
domicilio al extranjero, siempre que ese traslado sea resultado de servicio público o
social, o cuando el domicilio que se pretenda establecer sea un lugar que ponga en
riesgo la salud y/o integridad del otro cónyuge.
Los cónyuges pueden realizar cualquier actividad siempre que sea lícita y que se
realice de común acuerdo. Cuando no exista acuerdo, podrán acudir al juez de lo
familiar, el que resolverá. Los cónyuges tienen el derecho a acceder a la tutela
legítima en caso de que alguno de ellos caiga en algún supuesto de interdicción o
incapacidad. Igualmente, el derecho a adquirir la nacionalidad mexicana del
cónyuge extranjero de conformidad a la Ley de Nacionalidad.
Respecto a los hijos
Los cónyuges tienen derecho a decidir de manera libre e informada el número y
espaciamiento de sus hijos. Igualmente hacer uso de cualquier método de
reproducción asistida.
Este derecho será ejercido por los cónyuges de común acuerdo y en condiciones
de igualdad. Los cónyuges deberán contribuir económicamente al sostenimiento y
alimentación de sus hijos, así como a la educación de éstos, sin perjuicio de
distribuirse en la forma y proporción que acuerden para ese efecto.
Los cónyuges tienen en el hogar autoridad y consideraciones iguales, por lo que
participarán de las decisiones, respecto al mismo, de común acuerdo en lo que, al
manejo del hogar, la educación, formación y administración de los bienes de los
hijos se refiere. Cuando no exista acuerdo, podrán acudir al juez de lo familiar, el
que resolverá.
Respecto a los bienes
Los cónyuges mayores de edad tienen capacidad para administrar, contratar o
disponer de sus bienes propios y ejercitar las acciones u oponer las excepciones
que a ellos corresponden, sin que para ello necesiten el consentimiento del otro,
salvo en lo que se refiere a los actos de administración y dominio de los bienes
comunes.
Los cónyuges menores de edad tendrán la administración de sus bienes de igual
forma, pero necesitarán autorización judicial para enajenarlos, gravarlos o
hipotecarlos; así como un tutor para sus negocios judiciales.
El contrato de compraventa entre los cónyuges sólo puede celebrarse cuando éstos
hayan celebrado su matrimonio bajo el régimen de separación de bienes. Los
cónyuges tienen el derecho a acceder a la sucesión legítima.
Otros efectos: cargas económicas
Los cónyuges deberán contribuir económicamente al sostenimiento del hogar, sin
perjuicio de distribuirse en la forma y proporción que acuerden para ese efecto,
según sus posibilidades. A lo anterior no está obligado el imposibilitado para trabajar
y que careciere de bienes propios, caso en el cual el otro atenderá completamente
esos gastos.
El trabajo del hogar y el cuidado de los hijos se consideran una contribución
económica al sostenimiento del hogar. Los cónyuges tendrán el derecho a
beneficiarse de las prestaciones de la seguridad social, respectivamente, de
conformidad a las disposiciones de ley.
Regímenes Patrimoniales.
El régimen patrimonial o económico del matrimonio es el sistema de normas
jurídicas a través del cual se regula la relación económica y/o de administración y
propiedad de los bienes adquiridos durante el matrimonio, ya sea entre los cónyuges
o de éstos frente a terceros, o bien, es conocida como una institución jurídica,
complemento ineludible del matrimonio, susceptible de revestir diversas formas, ya
sea que éstas hayan sido organizadas por la misma ley, o bien que se deriven de la
voluntad de las partes dentro de los límites establecidos por la ley, cuyas normas
tienen como objeto fijar la condición jurídica de los bienes de los esposos, tanto en
sus relaciones entra sí, como respecto a terceros; esto, en principio, de una manera
inmutable, ya sea durante el matrimonio o en la época de su disolución.6
En primer lugar, mencionaremos aquellos respecto de los que la ley permite la
elección o no a los cónyuges:
Régimen obligatorio, es el sistema de normas jurídicas a través del cual se regula
la relación económica y/ o de administración y propiedad de los bienes adquiridos
durante el matrimonio, ya sea entre los cónyuges o de éstos frente a terceros.
Régimen económico del matrimonio es establecido limitativamente por la norma,
sin posibilidad de que los cónyuges puedan elegir.
Régimen de libertad absoluta, no existe una clasificación de regímenes
económicos regulados en la ley, en este caso, los cónyuges pueden optar por la
modalidad que deseen para regular la propiedad, adquisición y administración de
sus bienes y la forma de repartirlos en caso de disolución, claro, siempre dentro de
los límites establecidos por la ley.

6
BONNECASE, Julien, Elementos del Derecho Civil, Regímenes Matrimoniales y derechos de las sucesiones,
T. 111, trad. José M. Cajicá Jr., Cárdenas Editor, México, 2002, pp. 124-125.
Régimen de elección, en este caso la ley establece y regula diferentes tipos de
regímenes, entre los cuales los cónyuges pueden elegir el que más les convenga.
En segundo lugar, son tres los sistemas que en la actualidad se encuentran vigentes
y que se clasifican en torno a la modalidad en que los bienes, su propiedad,
administración y frutos se establecen respecto de los cónyuges:
1. Sociedad Conyugal / Regímenes de comunidad
La sociedad conyugal es una comunidad de bienes en la que no importa cuál de los
cónyuges adquiera o sea titular de los bienes durante el matrimonio, ya que se
constituyen por la existencia de un patrimonio común, cuya propiedad es de ambos
cónyuges, éstos pertenecen a la sociedad de bienes y regulada en las
capitulaciones matrimoniales por los mismos. En caso de divorcio, se considera que
son copropietarios, por lo que se puede afirmar que la propiedad de los bienes
comunes es de ambos cónyuges mientras exista la sociedad conyugal.
Requisitos para su construcción
Escrito privado: documento realizado entre particulares en el que no ha intervenido
ningún funcionario público o autoridad. Por ejemplo, es un documento privado un
contrato de trabajo o un contrato de prestación de servicios, o un contrato de
arrendamiento, etc.
Escritura Pública: documento (instrumento notarial) que contiene cualquier especie
de contrato, (convenio, acta, etcétera…) y que se firma frente a un notario público.
Es importante saber que estos actos en los que el notario da fe gozan de una
presunción de ser ciertos.
Administración: Los bienes serán administrados por ambos cónyuges, salvo pacto
en contrario, constando en las capitulaciones matrimoniales
Causas de suspensión
Artículo 195. La sentencia que declare la ausencia de alguno de los cónyuges
modifica o suspende la sociedad conyugal en los casos señalados en este Código.
Artículo 196. El abandono injustificado por más de seis meses del domicilio
conyugal por uno de los cónyuges hace cesar para él, desde el día del abandono,
los efectos de la sociedad conyugal en cuanto le favorezcan; éstos no podrán
comenzar de nuevo sino por convenio expreso.
Terminación.
Artículo 187. La sociedad conyugal puede terminar antes de que se disuelva el
matrimonio si así lo convienen los esposos; pero si éstos son menores de edad,
deben intervenir en la disolución de la sociedad prestando su consentimiento, las
personas a que se refiere el artículo 181.
Esta misma regla se observará cuando la sociedad conyugal se modifique durante
la menor edad de los consortes.
Artículo 188. Puede también terminar la sociedad conyugal durante el matrimonio,
a petición de alguno de los cónyuges por los siguientes motivos:
1. Si el socio administrador, por su notoria negligencia o torpe administración,
amenaza arruinar a su consocio o disminuir considerablemente los bienes
comunes;
2. Cuando el socio administrador, sin el consentimiento expreso de su cónyuge,
hace cesión de bienes pertenecientes a la sociedad conyugal, a sus
acreedores;
3. Si el socio administrador es declarado en quiebra, o concurso;
4. Por cualquiera otra razón que lo justifique a juicio del órgano jurisdiccional
competente.
Artículo 197. La sociedad conyugal termina por la disolución del matrimonio, por
voluntad de los consortes, por la sentencia que declare la presunción de muerte del
cónyuge ausente y en los casos previstos en el artículo 188.
Artículo 201. Si la disolución de la sociedad procede de nulidad de matrimonio, el
consorte que hubiere obrado de mala fe no tendrá parte en las utilidades. Estas se
aplicarán a los hijos, y si no los hubiere, al cónyuge inocente.
2. Separación de bienes / Regímenes de separación
Este régimen es el que reconoce a cada cónyuge la propiedad de los bienes que
tuviese antes y durante en el matrimonio, así como el disfrute, administración y
disposición, por sí, de los mismos; por lo que serán responsables personales y
exclusivos de las obligaciones contraídas por cada uno de ellos. Representa la
independencia económica de los cónyuges, regulada jurídicamente, durante el
matrimonio.
Se consideran propios, independientemente de cualquier otro bien de los cónyuges:
los salarios, sueldos, emolumentos y ganancias que obtuvieran por servicios
personales, por el desempeño de un empleo o el ejercicio de una profesión,
comercio o industria
Artículo 207. Puede haber separación de bienes en virtud de capitulaciones
anteriores al matrimonio, o durante este, por convenio de los consortes, o bien por
sentencia judicial. La separación puede comprender no sólo los bienes de que sean
dueños los consortes al celebrar el matrimonio, sino también los que adquieran
después.
Artículo 208. La separación de bienes puede ser absoluta o parcial. En el segundo
caso, los bienes que no estén comprendidos en las capitulaciones de separación
serán objeto de la sociedad conyugal que deben constituir los esposos.
Artículo 209. Durante el matrimonio la separación de bienes puede terminar para
ser substituida por la sociedad conyugal; pero si los consortes son menores de
edad, se observará lo dispuesto en el artículo 181.
Artículo 210. No es necesario que consten en escritura pública las capitulaciones
en que se pacte la separación de bienes, antes de la celebración del matrimonio. Si
se pacta durante el matrimonio, se observarán las formalidades exigidas para la
transmisión de los bienes de que se trate.
Artículo 211. Las capitulaciones que establezcan separación de bienes siempre
contendrán un inventario de los bienes de que sea dueño cada esposo al celebrarse
el matrimonio, y nota especificada de las deudas que al casarse tenga cada
consorte.
Artículo 212. En el régimen de separación de bienes los cónyuges conservarán la
propiedad y administración de los bienes que respectivamente les pertenecen y, por
consiguiente, todos los frutos y accesiones de dichos bienes no serán comunes,
sino del dominio exclusivo del dueño de ellos.
Artículo 213. Serán también propios de cada uno de los consortes los salarios,
sueldos, emolumentos y ganancias que obtuviere por servicios personales, por el
desempeño de un empleo o el ejercicio de una profesión, comercio o industria.
Artículo 215. Los bienes que los cónyuges adquieran en común por donación,
herencia, legado, por cualquier otro título gratuito o por don de la fortuna, entre tanto
se hace la división, serán administrados por ambos o por uno de ellos con acuerdo
del otro; pero en este caso el que administre será considerado como mandatario.
Artículo 216. Ni el marido podrá cobrar a la mujer ni ésta a aquél retribución u
honorario alguno por los servicios personales que le prestare, o por los consejos o
asistencia que le diere.
Artículo 217. El marido y la mujer que ejerzan la patria potestad se dividirán entre
sí, por partes iguales, la mitad del usufructo que la ley les concede.
Artículo 218. El marido responde a la mujer y ésta a aquél, de los daños y perjuicios
que le cause por dolo, culpa o negligencia
3. Mixtos
Se constituye tanto por bienes o patrimonios propiedad de cada uno de los
cónyuges como por bienes propiedad de ambos en comunidad. Durante la
existencia del matrimonio, los cónyuges mantienen la administración y disposición
de los bienes que forman su patrimonio individual, pero si se pretende disolver el
vínculo matrimonial, cada uno de ellos deberá participar de las ganancias obtenidas
en el patrimonio del otro, por cuanto a una categoría específica de bienes o en el
valor de estos, respecto de aquellos que tuvieron en comunidad.
Las capitulaciones matrimoniales
Las capitulaciones matrimoniales son un acuerdo de las voluntades de los
contrayentes o cónyuges, en virtud del cual se establece, se modifica o se sustituye
el régimen económico de su matrimonio. Así las cosas, diremos que las
capitulaciones matrimoniales son definidas, en términos de ley, como pactos que
los otorgantes, contrayentes matrimoniales o cónyuges, celebran para establecer y
regular el régimen patrimonial de su matrimonio, y reglamentar la administración de
los bienes, lo cual será derecho y obligación en ambos cónyuges, salvo pacto
contrario, de conformidad a la ley.
Las capitulaciones matrimoniales se establecen antes de la celebración del
matrimonio y durante el mismo. También podrán estipularse o modificarse durante
el matrimonio, ante la autoridad competente, que serán el juez de lo familiar o un
notario, mediante escritura pública.
Los menores que contraigan matrimonio o que estén casados, también pueden
otorgar sus capitulaciones, las que serán válidas, siempre y cuando intervengan y
den su consentimiento para el establecimiento de las mismas las personas que de
conformidad a la ley tienen que dar su consentimiento para el matrimonio.
Bibliografía
- Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua
Española. «matrimonio». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
- BONNECASE, Julien, Elementos del Derecho Civil, Regímenes Matrimoniales y
derechos de las sucesiones, T. 111, trad. José M. Cajicá Jr., Cárdenas Editor,
México. Diccionario Jurídico Mexicano, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Porrúa-UNAM, México, 2007.
- GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto, Derecho Civil para la Familia, Porrúa,
México, 2004.
- ROJINA VILLEGAS, Rafael, Derecho Civil Mexicano, Derecho de Familia, T. 11,
9a ed., Porrúa, México, 1998.
- Pérez Contreras, M. M. (2010). Derecho de familia y sucesiones (Primera edición:
Nostra Ediciones, 2010 ed.). Cultura Jurídica.
- CODIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL. Publicado en el Diario Oficial de
la Federación el 26 de mayo de 1928

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