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Pero en años recientes ha surgido una controversia seria dentro del mundo
evangélico: ¿pueden las mujeres servir como pastoras tanto como los hombres?
¿Pueden ellas tener parte en todos los cargos de la iglesia? He tratado esta
cuestión mucho más extensivamente en otras obras, pero un breve resumen de la
cuestión se puede dar en este punto.
Por consiguiente, hombres y mujeres tienen igual valor ante Dios, y debemos
verlos como teniendo valor absolutamente igual como personas, e igual valor para
la iglesia.
Es más, las Escrituras aseguran que hombres y mujeres tienen igual acceso a
todas las bendiciones de la salvación (ver Hch 2:17-18; Gá 3: 28).
Hch 2:17-18
28
Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús. Gálatas 3:28
Esto se afirma en forma impresionante en la alta dignidad y respeto que Jesús
concedió en su ministerio terrenal a las mujeres.
Sin embargo, la cuestión persiste: ¿deben las mujeres ser pastoras o ancianas en
las iglesias? (¿O, deben llenar funciones equivalentes a las de un anciano con las
iglesias que tienen formas alternas de gobierno?) Mi propia conclusión sobre este
asunto es que la Biblia no permite que las mujeres funcionen en el papel de
pastoras o ancianas dentro de la iglesia.
Esta ha sido también la conclusión de la vasta mayoría de iglesias en varias
sociedades en toda la historia.
Las razones que me parecen más persuasivas al responder a esta pregunta son
las siguientes:
1.1a TIMOTEO 2: 11.14.
aquí Pablo está hablando de la iglesia cuando está reunida (ver vv. 8-9). En tal
ambiente Pablo dice: «No permito que la mujer enseñe al hombre y ejerza
autoridad sobre él» (v. 12). Estas son las funciones que las realizan los ancianos
de la iglesia, y especialmente los que conocemos como pastor en las situaciones
de la iglesia contemporánea: Son específicamente estas funciones particulares de
los ancianos que Pablo prohíbe que las mujeres ejerzan en la iglesia.
Pero esta objeción no es persuasiva, puesto que no hay ninguna declaración clara
en 1ª Timoteo que diga que las mujeres en realidad estaban enseñando doctrinas
falsas. (1 Ti 5:13 habla de mujeres que son chismosas, pero no menciona doctrina
falsa).
NOTA. Ver la explicación en las arriba respecto a las funciones de enseñar y gobernar que
les corresponde a los ancianos en una iglesia. Para afirmaciones más extensas de estas
objeciones ver los libros marcados como "favorecen a las mujeres como pastoras) en la
bibliografía al fin de esta capitulo, especialmente los libros de Mickelsen, Spencer, y
Bilezikian.
Todavía más, Pablo no les dice simplemente a las mujeres que están enseñando
doctrina falsa que guarden silencio, sino que dice: «No permito que la mujer
enseñe al hombre y ejerza autoridad sobre él». Finalmente, la razón que Pablo da
para esta prohibición no es la propuesta en esta objeción, sino una muy diferente:
la situación de Adán y Eva antes de la caída, y antes de que haya ningún pecado
en el mundo (ver v. 13), y la manera en que una inversión en los papeles de
hombre y mujer ocurrieron en el momento de la caída (ver v. 14).
Estas razones no están limitadas a una situación en la iglesia de Éfeso, sino que
tienen aplicación en general a los hombres y mujeres.
(B) Otra objeción dice que Pablo da esta prohibición porque las mujeres no tenían
mayor educación en el primer siglo, y por consiguiente no estaban calificadas para
papeles de enseñanzas o de gobierno en la iglesia. Pero Pablo no menciona la
falta de educación como razón para decir que la mujer no puede «enseñar o tener
autoridad sobre los hombres». Sino más bien señala en retrospectiva a la creación
(vv. 13-14). Es precario basar un argumento en una razón que Pablo no da en
lugar de la razón que sí da.
Además, esta objeción entiende mal los hechos reales de la iglesia antigua y del
mundo antiguo. La educación formal en las Escrituras no fue requisito para el
liderazgo de la iglesia y la iglesia del Nuevo Testamento, porque varios de los
apóstoles no tuvieron educación bíblica formal (ver Hch 4: 13).
Fue en esta misma iglesia de Éfeso que Priscila supo las Escrituras lo suficiente
como para ayudar a instruir a Apolos en el año 51 d.C. (Hch 18:26).
Luego ella probablemente había aprendido de Pablo mismo por otros tres años
mientras él se quedó en Éfeso enseñando «todo el propósito de Dios» (Hch20: 27;
31; también 1° Co 16:19). Sin duda muchas otras mujeres de Éfeso habían
seguido su ejemplo y también habían aprendido de Pablo. Aunque más tarde ellos
fueron a Roma, hallamos Aquila y Priscila de nuevo en Éfeso al fin de la vida de
Pablo (2 Ti 4: 19), alrededor del año 67 d.C.
33
pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz.
1 Co 14:33-36
En esta sección Pablo no puede estar prohibiendo toda habla pública de parte de
las mujeres en la iglesia, porque en 1" Corintios 11:5 claramente les permite orar y
profetizar en la iglesia. Por consiguiente, es mejor entender este pasaje como
refiriéndose al discurso que está en la categoría que se considera en el contexto
inmediato, es decir, la evaluación hablada y juzgar las profecías en la
congregación (ver v. 29; «En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres, y que
los demás examinen con cuidado lo dicho»).
En tanto que Pablo permite que las mujeres hablen y profeticen en la reunión de la
iglesia, no les permite hablar en voz alta y dar evaluación o análisis de las
profccías quc se han dado, porque esto sería una función de gobernar con
respecto a toda la iglesia. Esta comprensión del pasaje depende de nuestra
noción del don de profecía en la edad del Nuevo Testamento, es decir, que la
profecía no incluye enseñanza bíblica autoritativa, ni decir palabras de Dios que
son iguales a las Escrituras, sino más bien informar algo que Dios
espontáneamente trae a la mente.
De esta manera, las enseñanzas de Pablo son muy consistentes en 1 Corintios 14
Y 1a Timoteo 2: en ambos casos se preocupa por preservar e liderazgo de los
varones para enseñar y gobernar en la iglesia.
NOTA: Esta noción del don de profecía se explica más completamente en el capítulo 53.
EI argumento básico de Fee es que es imposible reconciliar este pasaje con 1" Co
11: 5, en donde Pablo claramente permite que las mujeres hablen en la iglesia.
(También da mucho peso al hecho de que los vv. 34-35 están movidos a fin de 1
Col 4 en algunos manuscritos antiguos). Pero Fee no da a consideración
adecuada
a la noción representada aquí, es decir, que Pablo simplemente está prohibiendo a
las mujeres la tarea autoritativa de juzgar las profecías en la iglesia reunida.
Tanto 1 Timoteo 3: 1-7 como Tito 1: 5-9 dan por sentado que los ancianos van a
ser hombres. Un anciano (u obispo o presbítero) debe ser «esposo de una sola
mujer» (1* Ti 3:2; también Tit 1: 6), y «Debe gobernar bien su casa y hacer que
sus hijos le obedezcan con el debido respeto» (1 Ti 3:4).
Algunos pueden objetar que estas fueron direcciones dadas sólo para la situación
cultural en el mundo antiguo, en donde las mujeres no tenían mucha educación,
pero la misma respuesta que se dio arriba respecto a 1 Timoteo 2 se aplicaría en
este caso por igual.
ANOTACIONES ADICIONALES
“Muy temprano, apenas salido el sol”, precisa el evangelio de Marcos, el primer día de la semana
las mujeres fueron al sepulcro a cumplir con el ritual que como mujeres les correspondía: ungir el
cadáver que habían depositado en la tumba. Por eso “compraron perfumes para perfumar el
cuerpo de Jesús”, escribe Marcos y Lucas, que “llevaban los perfumes que habían
preparado”.
Según el evangelio de Mateo, eran dos mujeres: María Magdalena y la otra María; según el de
Lucas, eran muchas: María Magdalena, Juana, María la madre de Santiago y las otras mujeres;
según Marcos, eran tres mujeres: María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé;
mientras Juan solo menciona a María Magdalena. Bueno, no importa quiénes eran. El hecho es
que las primeras que llegaron a la tumba de Jesús eran mujeres y discípulas: las mismas
que según el evangelio de Lucas habían seguido a Jesús desde Galilea (8,2-3).
A pesar del miedo y la tristeza que sentían madrugaron para ir a la tumba de Jesús. Más miedo
sintieron al llegar al lugar y encontrar que la piedra que tapaba el sepulcro no estaba en su lugar, y
más todavía porque no estaba en la tumba el cuerpo de Jesús y “vieron a dos hombres de pie junto
a ellas vestidos con ropas brillantes”, narra Lucas, mientras en la versión de Marcos “vieron,
sentado al lado derecho, a un joven vestido con una larga ropa blanca” y Mateo se refiere a un
ángel que “brillaba como un relámpago y su ropa era blanca como la nieve”: no importa, son
maneras de expresar la experiencia de la trascendencia. Lucas constata que estaban “llenas de
miedo” y Marcos escribe que “se asustaron”. Por eso el ángel que cuidaba el lugar las saludó: “No
tengan miedo”, en palabras de Mateo y “No se asusten”, en palabras de Marcos”; en cambio los
tres evangelios sinópticos coinciden en la confesión de fe: “No está aquí, sino que ha
resucitado” (Mt 28,7; Mc 16,7; Lc 24,6).
Ejemplos de mujeres:
Febe, una líder de la iglesia en Cencrea, fue muy elogiada por Pablo ante la
iglesia de Roma (Romanos 16:1,2). Lamentablemente, las parcialidades de las
traducciones han oscurecido la posición de Febe en el liderazgo; por ejemplo,
algunas versiones en inglés traducen el término como “sierva”, pero Febe era
diakonos de la iglesia en Cencrea. Por lo general, Pablo utilizaba este término
para identificar a un ministro o líder de una congregación, y lo aplica
específicamente a Jesucristo, Tíquico, Epafras, Timoteo, y su propio ministerio.
Según el contexto, diakonos por lo general se traduce como “diácono” o “ministro”.
Aunque algunas traducciones han escogido la palabra “diaconisa” (por ejemplo, la
NVI, pues Febe es mujer), el griego diakonos es un sustantivo masculino. Por
tanto, es probable que diakonos fuera una designación para una posición de
liderazgo oficial en la Iglesia Primitiva. Por tanto, la traducción correcta para el rol
de Febe sería “diácono” o “ministro” (como lo reflejan algunas versiones en inglés,
por ejemplo, la New Living Translation, NLT).
Además, muchas traducciones reflejan inclinaciones similares al referirse a Febe
como alguien que “ha ayudado” (NVI), “ha sido de ayuda” (NTV) para muchos,
incluido el mismo Pablo (Romanos 16:2). El término griego aquí es prostatis, que
NRSV [versión en inglés] se traduce como “benefactor’, con sus matices de
igualdad y liderazgo.
Pablo identificó a Junia como apóstol (Romanos 16:7). A comienzos del siglo
trece, algunos eruditos y traductores masculinizaron su nombre como Junias, al
parecer estaban renuentes a reconocer que había una apóstol mujer. Sin
embargo, el nombre Junia se encuentra más de 250 veces solamente en Roma,
mientras que la forma masculina Junias es conocida en cualquier fuente greco-
romana. Pablo claramente fue en defensor de la mujer en el ministerio.
Génesis 2:18-25 Algunos expositores han enseñado que todas las mujeres deben
subordinarse a los hombres adultos porque Eva fue creada después de Adán para
ser su “ayuda adecuada” (NVI; ayuda idónea”, RV60). Sin embargo, la palabra
ēzer (“ayuda”) nunca se usa en la Biblia hebrea con un sentido de subordinación;
diecisiete de veinte veces se utiliza con referencia a Dios como ayudador. Eva fue
creada para ser una ayuda “adecuada” o “correspondiente a” (kenegdo) Adán, no
subordinada.
Algunos argumentan que Dios creó a los hombres y a las mujeres con diferentes
características y deseos, y que estas diferencias explican por qué las mujeres no
deben acceder a los roles de liderazgo. Otros atribuyen estas diferencias
percibidas a expectativas culturales y sociales impuestas sobre los hijos desde la
niñez hasta la adultez. Las diferencias físicas y las típicas funciones biológicas son
obvias; pero sólo por deducción se afirma que las diferencias de género sugieren
limitaciones en el liderazgo.
¿Deberían las mujeres servir
como pastoras / predicadoras?
RESPUESTA
Posiblemente no hay un tema más discutido en la iglesia de hoy que el tema de las mujeres que
sirven como pastoras / predicadoras. Por consiguiente, es muy importante no mirar este tema
como hombres contra mujeres. Hay mujeres que creen que las mujeres no deberían servir como
pastoras y que la Biblia coloca restricciones en el ministerio de las mujeres, y hay hombres que
creen que las mujeres pueden servir como predicadoras y que no hay restricciones sobre las
mujeres en el ministerio. Este no es un asunto de machismo o discriminación. Es un asunto de
interpretación bíblica.
1ª Timoteo 2:11-12 proclama, "La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no
permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio". En la
iglesia, Dios asigna diferentes roles a los hombres y a las mujeres. Este es el resultado de la
manera en que la humanidad fue creada (1ª Timoteo 2:13) y la manera en la que el pecado entró
en el mundo (2ª Timoteo 2:14). Dios, a través de los escritos del apóstol Pablo, restringe a las
mujeres de servir en roles de enseñanza y/o tener autoridad sobre los hombres. Esto impide a las
mujeres servir como pastoras sobre los hombres, lo cual definitivamente incluye predicarles,
enseñarles públicamente y ejercer autoridad espiritual sobre ellos.
Hay muchas "objeciones" a este punto de vista sobre las mujeres en el ministerio pastoral. Una
objeción común es que Pablo restringe a las mujeres de enseñar porque en el siglo primero, las
mujeres por regla general eran incultas. Sin embargo, en ninguna parte de 1ª Timoteo 2:11-14
menciona el nivel educativo. Si la educación hubiese sido un requisito para el ministerio, la
mayoría de los discípulos de Jesús probablemente no habrían calificado. Una segunda objeción
común era que Pablo solamente restringió a las mujeres de Éfeso de enseñar a los hombres (1ª
Timoteo fue escrita a Timoteo, un pastor en la iglesia de Éfeso). La ciudad de Éfeso fue conocida
por su templo de Artemisa, y las mujeres eran la autoridad en esa rama del paganismo; por lo
tanto, la teoría dice que Pablo sólo reaccionaba contra las costumbres de los idólatras de Éfeso
dirigidas por mujeres, y la iglesia necesitaba ser diferente. Sin embargo, en ningún lugar del libro
de 1ª Timoteo se menciona a Artemisa, ni Pablo menciona la práctica estándar de los adoradores
de Artemisa como una razón para las restricciones en 1ª Timoteo 2:11-12.
Una tercera objeción común es que Pablo solamente se está refiriendo a los esposos y las esposas,
no a los hombres y a las mujeres en general. Las palabras en griego para "mujer" y "hombre" en 1ª
Timoteo 2:11-14 podrían referirse a esposos y esposas. Sin embargo, el significado básico de las
palabras es más amplio que eso. Adicionalmente, las mismas palabras en griego son utilizadas en
los versículos 8-10. ¿Solo los esposos deben orar en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni
contienda (versículo 8)? ¿Solo las esposas deben vestirse con ropa decorosa, con pudor y
modestia; tener buenas obras y adorar a Dios (versículos 9-10)? Por supuesto que no. Los
versículos 8 al 10 claramente se refieren a los hombres y mujeres en general, no solamente a los
esposos y a las esposas. No hay nada en el contexto que debiera indicar una limitación para
esposas y esposos en los versículos 11 al 14.
Argumentos similares se hacen usando a Priscila y Febe en el nuevo testamento. En el libro de los
Hechos, el capítulo 18, Priscila y Aquila son presentados como ministros fieles de Cristo. El nombre
de Priscila es mencionado primero, indicando probablemente que ella era más "prominente" en el
ministerio que su esposo. ¿Enseñaron Priscila y su esposo el evangelio de Jesucristo a Apolos? Sí,
en su casa "le expusieron más exactamente el camino de Dios" (Hechos 18:26). ¿Dice la Biblia
alguna vez que Priscila pastoreó una iglesia, o enseñó públicamente o se convirtió en la líder
espiritual de una congregación de santos? Sin embargo, en ninguna parte se describe a Priscila
participando en una actividad de ministerio que esté en contradicción con 1ª Timoteo 2:11 al 14.
Dios ha ordenado que solamente los hombres sirvan en posiciones de autoridad de enseñanza
espiritual en la iglesia. Esto no es necesariamente porque son mejores maestros, o porque las
mujeres son inferiores o menos inteligentes (tal no es el caso). Es simplemente la manera en que
Dios designó la iglesia para que funcione. Los hombres deben ser ejemplo en el liderazgo
espiritual, en sus vidas y a través de sus palabras. Las mujeres deben asumir un papel menos
autoritario. Se las anima a enseñar a otras mujeres (Tito 2:3-5). La Biblia tampoco restringe a las
mujeres de enseñar a los niños. La única actividad de la que están restringidas es de enseñar o
tener autoridad espiritual sobre los hombres. Esto impide que las mujeres sirvan como pastoras de
hombres. De ninguna manera esto las hace menos importantes, más bien les da un ministerio
enfocado más de acuerdo con el talento dado por Dios.