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Gónadas
Testículos
Ovarios
Conductos genitales
Fase indiferenciada
Vagina
Genitales externos
Fase indiferenciada
Casos clínicos
Anomalías uterinas y vaginales (Duplicación del útero) pág. 285
Anomalías genitales masculinos pág. 287
Trastorno del desarrollo sexual pág. 289
Hernia y criptorquidia pág. 291
Conductos genitales
Fase indiferenciada
Al inicio los embriones masculino y femenino tienen dos pares de conductos genitales: conductos
mesonéfricos (de Wolff) y conductos paramesonéfricos (de Müller). Los paramesonéfricos
aparecen como una invaginación longitudinal del epitelio sobre la superficie anterolateral de la
cresta genital. En la región craneal el conducto paramesonéfrico desemboca en la cavidad
abdominal con una estructura de tipo embudo. En la región caudal primero se desplaza en sentido
lateral con el conducto mesonéfrico para luego cruzarlo ventralmente y crecer en la parte
caudomedial. En la línea media entra en contacto estrecho con el conducto paramesonéfrico
desde el lado contrario. La punta caudal de ambos conductos se proyecta al interior de la pared
posterior del seno urogenital, donde produce una pequeña protuberancia: el tubérculo
paramesonéfrico o de Müller. Los conductos mesonéfricos desembocan en el seno urogenital a
ambos lados del tubérculo.
La testosterona estimula el desarrollo de los conductos genitales; éstos derivan de varias partes
del sistema renal mesonéfrico. Algunos túbulos excretores primitivos –los túbulos epigenitales–,
entran en contacto con los cordones de la red testicular y forman los conductillos eferentes del
testículo. Los túbulos excretores a lo largo del polo caudal del testículo –los túbulos
paragenitales– no se unen los cordones de la red testicular. En conjunto, a sus vestigios se les da
el nombre de paradídimo.
Al producirse el alargamientiento de los conductos mesonefricos se forma el epidídimo. Desde la
cola de éste hasta la yema de la vesícula seminal, los conductos mesonéfricos reciben una gruesa
capa muscular y crean el conducto deferente. La región de los conductos detrás de las vesículas
seminales es el conducto eyaculador. Bajo la influencia de la hormona antimülleriana (AMH,
llamada también sustancia inhibidora de Müller [MIS]) la cual es producida por las células de
Sertoli, los conductos paramesonéfricos en el varón degeneran menos una parte pequeña en los
extremos craneales: el apéndice del testículo.
En ambos sexos, SOX9 y WNT4 se expresan en las crestas gonadales. En los varones, la
expresión de SRY regula al alza SOX9, que a su vez activa la expresión de SF1 y de otros genes
causantes de la diferenciación testicular, lo que inhibe al mismo tiempo la expresión de WNT4.
En las mujeres, la expresión no inhibida de WNT4 controla DAX1, que a su vez inhibe la
expresión de SOX9. Después, bajo la influencia constante de WNT4, otros genes blanco
dirección 3’ (quizá TAFII105) inducen la diferenciación ovárica.
El descenso de las gónadas es mucho menor en la mujer que en el hombre, y los ovarios
terminan situándose debajo del borde de la pelvis verdadera. El ligamento genital craneal
produce el ligamento suspensorio del ovario y el ligamento genital caudal forma tanto el
ligamento del ovario propiamente dicho como el ligamento redondo del útero. Este
último se extiende hasta los labios mayores.
Trastorno de la sexualidad
Genitales ambiguos
El desarrollo sexual de hombres y mujeres comienza de la misma manera; por eso no
sorprende que ocurran anomalías en la diferenciación y en la determinación del sexo. Los
genitales ambiguos pueden aparecer como un clítoris grande o un pene pequeño. Un niño
puede nacer con un aspecto típicamente femenino, pero con un clítoris grande
(hipertrofia clitoral) o con un aspecto típicamente masculino pero con un pene pequeño
que se abre en su superficie ventral (hipospadias). En algunos casos, estas anomalías
producen individuos con características de ambos sexos y se los llama hermafroditas. Sin
embargo, los verdaderos hermafroditas tienen tanto testículos como ovarios; esos
individuos no se han identificado en la especie humana. En cambio, sí tienen ovotestes
con tejido testicular y ovárico. Desde la perspectiva del desarrollo genital, pueden
considerarse típicamente varones, mujeres o intermedios.
Hernias y criptorquidia