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-Favorecen, al ser elaborados, la fluidez verbal (vocalización, entonación, ritmo);

también, si previamente se redacta un guión, la expresión escrita.

-Al ser escuchados, ayudan al desarrollo de la comprensión oral.

-Facilitan la adquisición de contenidos conceptuales. Hay asuntos (principalmente


aquellos que contienen componentes de carácter más emotivo) que leídos, por ejemplo, en un
libro de texto, son peor asimilados que si son oídos en una narración o un debate.

-Pueden abordarse temas de máxima actualidad, con diversos enfoques, distintos


participantes (entre los que se pueden añadir otros miembros de la comunidad educativa,
expertos en la materia, etc.) Como señala Perona, muchos de los productos que puede
proporcionar un programa de radio “contribuyen a ampliar el conocimiento sobre el entorno
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político, económico, social, cultural que envuelve a los estudiantes”.

-A través de las fonotecas se pueden conseguir multitud de archivos sobre otras


épocas.

-Fomentan la investigación. Sobre todo si se vinculan a ciertas prácticas periodísticas


que tienen como objetivo profundizar en los elementos constitutivos de una determinada
cuestión […]

-Estimulan el hábito de escucha, el respeto y la atención hacia la persona que habla, el


deseo de dialogar o al menos participar en una conversación para expresar el punto de vista
propio […]

-Potencian la educación en valores (afectividad, solidaridad, igualdad, empatía, etc.) En


palabras de Jiménez:

“Es un elemento imprescindible para que el alumnado forme su propia opinión y


desarrolle el sentido crítico del que tantas veces hablamos en educación y que en
pocas ocasiones intentamos trabajarlo por razones que no vienen a cuento. Valores
como el respeto a la opinión de los demás, la tolerancia, de la que tanto hablamos, la
libertad de expresión, tienen su razón de ser en el trabajo con los medios de
comunicación en nuestras aulas. Todo esto puede explicarse de una manera teórica y,
con toda seguridad, daremos una excelente clase magistral, pero eso no es suficiente.
Ponerlo en práctica es la manera y forma como nuestros alumnos/as lo van a entender,
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asimilar y asumir”.

-También potencian el trabajo colaborativo.

1
PERONA PÁEZ, Juan José. “Radio escolar en Internet. Un proyecto pedagógico para la era
digital”. Red digital: Revista de Tecnologías de la Información y Comunicación Educativas,
2000, núm. 1
2
JIMÉNEZ MARTÍNEZ, Jesús: “la radio en la escuela” [en línea]. Contextos educativos:
Revista de educación, 2001, núm. 4, p. 298. Disponible en web:
<http://dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=209703&orden=74420> [consulta: 28
de abril de 2010]
-Promueven la reflexión sobre el papel de los medios de comunicación en nuestra
sociedad. Sobre todo, una vez que se conoce el proceso de elaboración de una noticia, los
objetivos que pude haber detrás de su difusión, etc.

-Pueden contrarrestar los efectos de la homogeneización cultural. Como indica Merayo:

“Frente a la tantas veces mencionada homogenización cultural que impone la


televisión, la radio educativa puede ofrecer interesantes alternativas en cuanto supone
un retorno al pensamiento local y regional y, al mismo tiempo, permite dar a conocer
otras culturas. La radio en Internet rompe definitivamente las fronteras que hasta el
momento establecían las condiciones técnicas de emisión y convierte lo local en
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universal y lo universal en local”.

3
MERAYO PÉREZ, Arturo. “Identidad, sentido y uso de la radio educativa”. En: III Congreso
Internacional de Cultura y Medios de Comunicación. Salamanca: Ediciones Universidad
Pontificia de Salamanca, 2000, pp. 387-404. Disponible en web:
<http://www.bocc.ubi.pt/pag/merayo-arturo-radio-educativa.html> [consulta: 28 de abril de 2010]

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