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Lds prácfk@ ti.e .

fa
erJStiil.dnza es .túi temd ap,CI.SÍ~~tJfe
C o l e ee i 6 n Tr i ,1 n g u l o s Pe da g 6 g í e o s
que concierne a t.od.os lo,, edúca_dorJs.-Dps cono(;/i(m/~-
centes e i1ivesú.gadcrm d?¡entinas; (i!orú:i· Edeisk.{n_ y
Ade(a Coria, h a_1Mlízan en este libro eScrito ·con Ún
lenguaje q,;e in;erpel,:¡.f,cmiprome;e al lettor.
Glovia Edelstt.in dirigi.á·dUrante cuatro añm la eS:.
:IMÁGENES E IMAGINACIÓN
cuela de Cienám de k1_E,d:utación ·de fa Universidad
l\'acfontJÍ de Córdoba, donde es titula.r por concu.tso,de /,a -~átedn:. de Metodología.,
INICIACIÓN
Ob.rervació;i )' Prd.cticas de la Enseii.anza. Su experiencia~ -el saber construítf.o en
ei haceP c.?tidiarto, su preocttpacidn por·tos andamiajes..cOnceptuáles, su respeto p_Or A LA DOCENCIA
lr.s eJptt:cics dt l:ts prdct1cas, el conocimiento .adquirido_ por la refl-exi6il y .en_ el
aa,mpañanúento de ese pasaje de practicante á dnce/zt.e" son sin duda alg;unos as--
ptctus de la trayectoria profesional de la autora que leperiniten desentrafiar pun-
Gloria Edelstein
ta ,e/ave.s dd proceso de dt.•-ve,;ir educaMr. En esta tatea.· fa acó.mpaña Ade~ Co~ Adela Coria
rú, JnY1fesm-,-1 adjunta por concurso de fa rr.ísma éátedYa~ y áses-cra ped'ag9gica _en
~i .1.frca de- educación a distancia de la Universidad-de Córdoba. Ambas dqcentes
e-trmpaFtienm en este Libro la responsábilidad de sistematizar io 511.bido y. el esfaet'-
Zlt ¡u1r e,n.·cntnir }¡¡, manera de C(nnu11iCarlt!. Asf,.afrec0-al fedtf!r ci.portes .rígnifi-
c1ttl11r1s_para r~fl.exíon(t.r sobrr fo conocido~ fas propias práctí~as., c/esde una p~1:Spec-
ttv11 que integra conceptos prtra decodi:f1car y entender 1,a· cl!tididneidad, ab'f'iendo
t&hh..Js interrogJintes como alternativas,
lvf.tt.-rfa :J'akme pmloga esté libro,, r:n et que·/¡1.s tt.utoras ia reconóce;,-1 como . ·«nnéstra~~
ÍNDICE
DEPARTAMENTO DE EDICIONES Pág.
Dirección: Martha Güerzoni de García Lanz
Prók,go 5
Dire~tora de colección: Ora. Gra<:lela Frigerio
Supervisión editorial: Maria En,ma Barbería Presentación 7

DEPARTAMENTO DE ARTE Introducción 9


Dirección: Sandra Don in l. La práctica de la enseñanza
en la formación de docentes 11
Diseño de tapa: F_abiana Di Matteo.
Ariana Je~ik A n-:odo de reconstrucción crítica
De la práctica de la enseñanza a la práctica docente
Teoría y práctica: sentidos para un2 relación

2. Los sujetos de la~ prácticas 33


Ser practicantes
Los formadores
Docentes de las instituciones
E[ contrato: efectos en los sujetos, efectos en la jnteracdón

3. Una propuesta teórico-metodológica


para las prácticas docentes
Los textos de las prácticas
Aportes de· la miráda etnográfica
ObseJVación y acompañámiento
de los procesos de práctica docente
Lo grupal y el taller. Enfoque para la
deconstrucción*reconstrucción de lo3 procesos de práctica
El pr:>blema de 1a evaluación de °las prácticas docentes

4- Articulando ideas para la formación 93


Retomando coordenadas en un enfo=i.ue curricular general
Están pr0hibidas y penad·a~ por la ley la rep~odu~ción y_l~ difusi~~ ~o~aJ:~~· para la formación docente inicial
are ales de esta obra, en ct.alquíer forma, por medios mecam~s 9 e 7 rorn , La residencia en el diSeño global de las prácticas docentes
\nclusíve por fotocopia, grabación magnet~fónica y :u:1lqu1er º!ro sistema. de
almacenamíento dé información, sin ef previo consentimiento escnto de/ edtJor. 5. Par_a cerrar, ·un alerta 105

Bibliografia 107

© KAPELUSZ edttora s.a., Buenos Aires,


Moreno 372. Tel. 342-6450/55 :P: 1091
ISBN 950-13-6185-3
He~ho el depósito que establee:! la ley 11 723
· Libro de edición argentina. Prirted in Argentina
PRÓLOGO
Siempre hay una razón valedera en la decisión de escdbir;
puEdé ser un oficio adqulddo, un tema s1..1gerente, o la·
necesidad de .salvar las fcrrnas ffiás o meno.S ocultas de fa
íncomuníc9.ción. Hoy Se ofrece un libro que obedece a fa.
necesidad. Sus autoras re::orren lo& duros caminos de la duda y
las :ertezas demoledoras, sin asombto ya, inter!tando poner ert
escritura .--:sin par-alizar- h fluyente. realidad de las prácticas
docentes -.rompiendo ei esquema didáctico del 11arte de
enseñar- y fa .fluyente re-didad de la realidad. No se adjuGican
por eHo esfuerzo de d-dape pues han entendido que támbién
lo moviente deja hueilas desde donde remontar hacia la
constn1cción de una teoría que dé razón, en lo posib1e, hasta
de aquellos P,.echos caralcgados como azarosos.
Se.abordan aspectos troncales, algunos de ellos largamente
investigados, cttos, de algung_ manera. sosláyados, z:ales·coni.o
temía-Práctica, teorfa de la práctica, imerjuego de l~s sujetos a
propósito del conocimientó, alcances y límites de la evaluación,
las metodotog'i.as, facilitadoras o modeladoras del proceso, la
cornp!ejizadón de éste, empobrecidÜ por .una absurda obsesión
de efidenct~ y control social. _
Es evidente que }a educación constituye un territorio m-1y
transitado, posiblemente no transparentado en Jdentica medida.
Anin:rirse a erri.prender ur.a re-visión de la -enseñanza implica
"ver~ de otra manera•la fcrmación del enseñante, desde su
emparenUtmiento con e1 ·conocimiento y su compromiso é'.ico
en· consecuencia, hasta. la descarnada, Si bien respetuosa mirada
sob'.'e la representación de sí, del otro, de su ra:-ea.
Dos. son, a :ni parecer, las líneas fuerza que sostienen el
andamiaje teórico: la no absoJurez del conocimiento del saber
totai, y el rechazo de 1os ~Squemas apriorístico5 que,. sL bien
pueden marca.1· un camino más seguro, excluye:1, al {)ric:u:i.:ar
premiSas. cot1 .rasgos de 11 cor1ocimiento científico 1\ una
insospechad!¼ urdimbre de casos y cosas sin clasilkadón en
ese.das previStas.
No result.::i sencillo ace?tar, y en este li!;,ro ettá explídti;:, que
en las prácticas docentes .üempre hay algo que deviene,, -q.:.e
esec.pa al co11trol, que no se incluye er1 el proceso, pero que,
desde su extra.1.jetí:i respe"cto a éste, incide de n-ianera
significativa. ¿Cómo segude el rastro sí no responde a \eyes de
causalidad?
Parecería ser que es ac.uí , en el cárnpo de b.s conjeturns,
donde medición y probablidad aducert derechos- Siete -añJ-S de
experiencias controlada's con rígurosida.d; interrogando casi sin
piedad a1 propio recorrido por 1a prácticas, penniten a Edel.stein
Y.-Coria recuperar el pf.otagoni.s~O de li imaginación que
posibilica atemperar la distancia entre el determinismo como PRESENTACIÓN
base de .a medición y lo probable, incierto pero _posible, que
lleva a interpretar, descubrir =n el interjuego de las situaciones La ide.i de escribir un textc- acerca d~ las prácticas de la
ia trama de una teÜría que, si.n alterar la singularidad de cada enseñanza surge desde el deseo de poner en palabra~ el
hecho, permite trazar líneas de unicidad. carpino recorrido implementando una propuesta en el campo
Este desendiosamiento de los cánor.es de la razón dásica de la forrnaeión de :::locentes durante ya siete años.
obliga a reconocer que no e3, posible ~vanzar por caminos tan Como füele ocurrir frente d 'acto de escritura, se entremezcla
deteriorados, empeñado en buscar un~ verdad absoluta sin con el deseo una imposibilidad: dar cuenta con palabras dé
· tiempos ni conflictos. PrÜpuestas cáncretas, posibles, apremian, aquello que no es atrapable de un quei.:>.::er, sin tornearlo, sin
· pues es menester Dusc~r otros camínos~ y aquí se ofrecen violentarlo de alguna manera. lmposibfüdad qu.e se renueva por
algunos los límite~· que impone el propio escrito, que exige iecOrtar,
En la experiencia c9tidiana, doméstica, de' la práctica que bar:e e~presior.es y, quiz:.:is, nos enfrentá a la pérdidi ·de
docente perviven normas·scbre el ensEñar y ei aprender, con la algunos sentidos.
disciplína como trasfondo, el orden como objetivo y la · Deseo e imposibilidad. Somos ~onscientes· de sus riesgos.
acriticidad como hecho consumado. T::ido esto dificulta Pero confiamos en potenciar las posibilidades que t4mbién
introducir libremente líneas de análisis en un campo minado. ofrece la escritura c:.1ando toma como base. la lectura y relectura
Es decír, la tarea se vuelve ha~ difíc:il. de una ~xperiencia. Desde alt, se abren vertiéntes insondables,
A partir del capítulo "Los sujetos de las prácticas"', ei. dima se des.cubren nuevos sentidos de lo mismo y para lo ni.ismo,
.inVestígativo se enrarece, pues no es lo mismo efectuar el· permitiendo su recreación .
desarrollo concept{ial a pro?ósito de :a práctíca que sumergirse Muchas son las '\'Oces que Se dej_arán oír en este texto, en el
en el pmceso mismo, y derxro de él, desde él, :nvolucrada en 9u<=; internaremos explicitar los supuestos teófico-metodológicos
él, devélar la intencionalidad que rige la factura ambigua dé los que sostienen nuestras decisicnes y acciones.
discursos pedagógicos, la riqueza de '.as prácticas en tanto Reconocemos ser recreadores de ap~xtes teóri5=os que fueron
recreadorás de la teoría, lo cual hace que el tiempo se cargue marcas mJy significativas en b-s -inicios ·de nuestro trabajo.
de premura y el lenguaje b~isque la ¡:alabra exacta, puesto que Entre los :nás impo1tantes, cuentan María Saleme Burnichón
en todo esm del enseñar y el 4prender, sin p0r qué ni para Azucena Rodríguez, Justa ~zpeleta, Elsie Rockwell, Ruth '
qué, hay un· trasfondo fuertemente oculto y ocultado. Mercado, EI:na Achillí, Raúl Ageq.o, Rodrigo Vera, Manuel
Po~rrios decir, sin equi'IOC3fri.OS, ::¡ue e.s: uri l,ibro demo,. Argumedo, Angel Díaz Barrig~, Eduardo Remedi, Alfredo
pero OJ oscuro. Furlán, César Carrizales. En la mayofia de estos casos el
encuentro con la teoría no fue sólo por la v:ía de los ~eX.tos.
Maria Saleme Burtitchon Espacios de interca□bio más directos a.Jimentarqn dé modo sín-
gular nuestras refle:xiones.
Reconocemos taobíén la ínpronta de otros referentes
teóri<::os que, sin duda, sirvieron de soporte a nuestfas ideas y
de los que daremos cuenta en el recorrido textual.
La propuesta para. la formáción de do,;:ente~ que sostenernos
ha sido. compartida y confrontada tanto cort sus actores directos
-alumnos y docen~€S universitarios- como con quie:nes se inte-
gran a su desarroHo -alumnos y docentes de instituciones
educativas de nivel :nedio y tercíario-.
. Es ~ruto bási~a~ente de una trama que se fue entretejiendo
en el mtercamb10 mtelectual -siempre estimulador y atrapante-,
que ~e ge:1era con bs colegas de distintós campos disciplinarios
que mtegran el equipo de la cátedra universitaria de la que
so~~s parte: la CátEdra de Jl.:Ietodología, Observación y
Practica de la Enseñanza, de la Escuela de Ciencias de la
Educaciór., J;l'ac. de Filosofia y HumanÍ~des, de la Universidad
8

Nacional de· Córdoba. . · • 11\TRODUCCIÓl\"


También es fr1.,1to de los aportes no siempre exp:icitados de
alumnos y docentes de otras instituciones, que con:iotaron En la últim3: década, son nuillerosos los :ia.bajos q1re ponen"
. particularmente las reconsfrucc:ones realizadas. en foco 1a formación de docentes desde distintas perspectivas .
¿Por qué destacar esto? Porque, si bien escrib~mos el te~to teá:-icas y líneas de investigación.
desde el lugar de universitarios, no pode:nos depr de decir que r"'~ Se reitera como cuestión insoslayable el trara.rníento de la
es un texto que intentará expre.53.r los cu~ionamientos a los relación entre teoría y práctica. Y esto se observa tanto en ios
que expusimos este Jugar, posi:ionándo!J?S desde h.Jgares enfoques que abordan investigath,amente el pensamie:1to del
diferentes.
pro::esor como en aquellos que se centran en la Confrontación
Cuestionamientos que son ¡:;osibles justamente en el interior de diversos desarrollos teóricos sobre los modelos vigentes en
de una experiéncia como Ia práctica de h enseñanza. Ella la formación docente er. distintos :ontextos, tiempos y espacios.
obliga a superar la p-::>sición intramuros, frecuente <:n los . En gene_ral co:ncíden en el análisis de los supuestos te5ricos y
universitarios·, para pensar en la formacién de ?ocentes no sus derivaciones en propuestas formativas.
desde el deber ser predicado desde la teoría, sipo atenta al ser Pero se qbserva Una ausencia relevante. Son escasos los
de Contexto-?, sujetos y textos con los que nos encontramos en trabajos que se abocan re. profundizar en la comprensión deI
realidades de muy diversas· características. lugar de las p1átticas de la enseñanza en esas piopuestas,
El acto de escritura sígnifica en la posición d~ autores, aunque, cuanéo se actúa la formación, ellas cobran centralidad.
recuperar huellas de .Ja historia de un gn:po, que se plasman en ¿I'or qué esta posterg2ción? ¿Es que, a pesar· de Ia insistencia
[a construcción 9-e un proyecto común. Proyecto que reconoc~ del discurso académíco, .,eguimos escindiendo prácticas y
a sujetos con diversas trayectorias, aportes disciplinarios Y por desac-roHos teóricos? ¿Por· qu_é no dar a conocer y someter a
tanto lecturns, escuchas y mir.atlas heterogéneas. Significa análisis registros diversos de las pro_Í::>ias prácticas de
asimismo abrir nueVo<.s pistas de análisis y fuentes ce formadores? ¿Es que la fragmentación que en ocasioUes las
caracteriza nos escinde e:1 tanto su~tos portadores y
interrogación. ·
. Quizás su producto, et rextc que aquí iniciamos, c~bre un~ productores de saberes?
significación o dimensión diferente si ,es ,:apaz de Ébnr espaaos Desde su reconocimiento, escrihr sobre las prácticas de la,
de reflexión sobre un rema tan candente hoy, como lo es la enseftanza constituye una invitaciór:, en el sentido de apuesta,
formación de dorent~ y, ·en ese marco, el de la práctica de la que sedµce, a Ja vez que resulta de;,afiante, en una dob'.e
perspectiva.
enseñanza. ...,,
Será posible en la medida e:i ~e,'c?._~º ocurrió en nuestra Por un lado, como instancia de recuperacióri de nue~:tras
. experíencia, las ideas aquí ~~s¡i.rrolladaSipuedan se: con- prácti::-as de for:nadores el-: docenres. en distirt¡os ámbitos. Por
frontadas debatidas desde nuevas lectur.;s, nuevas escuchas, otro, en tanto advertimos que la postergación aludida -e.e la
nuevas ~iradas de quienes, 9es:d€: distinDS lugares están qu~ también hemos sido partícipes- podría asociarse al :1echo
preocupados por e.Sta pTo_ple~i!iica. de suponer que las prácticas de la enseñanza corno objeto de
. . ; estudio y análisis no cuen-:an con un estatuto teórico-científico
que amerite un trabajo de escritura.
Sin embargo, esta postergación.no es sólo teórica. Es
Un gracias
postergación en el tiempo concreto de los procesos 'de
_ A los integrantes del equipo docente de la Cát~dra de formación de docentes. Er. ,ellos, I~s prácticas de la enseñanza
Metodología, Observación y Práctica de la _Enseñanza, Escuela han sido aparentemente reiegadas 1 reservadas, como-sú último
de Ciencias de la EdJCación, Facultad de Filosofía 7 acto y como instancia aplicativa de fa teoría, dotándolas de un
3umanidades; Universidad Nacional dé Córdoba; 1988-1994, cierto sentido peyorativo.
como hacedores de esta historia. Decimos aparentemente porque, en realidad, de modo
paradé,jico e inadvertido, e5e lugar de 11 1is prácticas 11 se ha.
- A .Marcela Sosa, por su valiosa lectura Y escucha. conve1tido, en no poca_s oportunidades, en el punto de mira
privilegiado para evaluar las produce.enes posbles de los
- A M,iria Saleme, maescra. alumnos, sus capacidades ifltegratíva.:: en la relación
teoría-práctica. En suma, los: aprendizajes que activan y por lo
La práctica de.
tanto los ·:resultados generacbs desde 1.:.na propuesta _de
forma.clón. . ·.
Aun achnitiendo p9r un nomento que las ~ráet1cas ~e_ la
enseñanza fuecaa el último estabón del recorndo a_cademico,
enten.de~os que no consctwyen un sencillo prec.pftado de
aprend.za¡es anteriores.
Desde nuestra visión, tendrían un_ 11 plus11 que !es otorga
especif.cidad. y en ese sentdo, sea cual fue_:e la form~ que
la enseñanza
adopten, serían estructurantes y p~nnat'l.ecenan en el tiempo
personal de los süjetos en formación como una de las ~re~
más pctentes e.n lo que refiere a la co:,.stitución de su_1d.em1dad
como docentes.
en la formación
· ~or eso la seducción y el desafío de pensar y repensar las
práctk.~ de la ensefianza. Por- eso h opción de escribir sobre, y
en· tomo a ellas, desde ellas. .
El texto como suele ocurrir con las más diversas expresK)nes
de docentes
culturales, 'se expone a múltiples le:ctu-:-a.s. Abrirp.os una
invita~i5n desde los senttdcs constn,Jidos, a explorar otros.
Deci~1~s otros sentido's, no sólo po:-que diversos sujetos se
aproxineri a su análisis. Seri_n también producto de los A MODO DE RECONSTRUCCIÓN CRÍTICA
distintos caminos que pensamos pueden transirarse ~ar_a ello.
Podrá abandonarse el obligado comienzo por las pnmeras La co:nprensión de un fenómeno_ particular .impone la nece5idad
páginas, de fundamentación genernl, y hacer _un rod:'o ?ºr los de considerar, aún de n1oco aproximativo, algu-flas marcas del tiem-
vericuetos que imponen los sujetos actores de la;; practicas, En po en .st: constitución.
esa opción, probablemente el camino elegido sirv~ com~ lugar
de reencuentro con ji.rones de ~xperie:1.cias personales. Vol'ler Tal el ::a.s0 de las prácticas de ta enseñanza, sobre las que, en e; pre-
atrás será una ma11era de reencontrarse con algu.'10S de los sente. se anudan sentidos e:mstruidos en un. acontecer, cargado Ce dí-·
conceptos que provocaron nuestr~s rélexiones. , versidad y recurre:1.cia, de contínuidad, despJazamientos y ruptuns.
Tambíén fuera de toda regla, la estrategia podrá ser la de En el marco de este trabajo, no es posible dar cuenta de las sin-
indinarse •por una lectura más propositiva, en cuyo caso, la gularidades institucionales que pueden haber confluido en 1a cons-
última Jarte del texto constituirá el ini,;io real. _ - tiucción :le ciertas caracl:erísticas de )as prácti:as de la enseñan2a en
.Ac~o abrir como puerta de entraili. las primeras ideas s~a · el los proce$OS de formación de docentes. Támooco de los. innumera-
disparador de .reconstrucciones sobre las propfas prácticas, un_ bles casoS que seguramente se exduJrían de e~ta caracterización. He-
desafío para su escritura con nombre propio. . cha la salvedad, se tratarfa en parte de un acto semejanté al de foto-
En fin, el rextó que ponernos en cúl?-sideradón tal vez deje
grafiar~ que se empeña en detener el tiempo en un cierto mon1erito
la inqwetud por abrir futurcs· intercambios enriquecedores entre 1

formal'.bres. pero al que !e es í11eludíble revelar las huella, del pasado, reconocí:
bles en aquello que es foto5raflado.
Aspira modestamer:ire a s1ltar de vez: e_n. c4ando de I~~
anaqueles y ser una her~mi_enta mis de trabajo y reflexmn besde esa perspectiva, se intentan identificar nudos ·de significa-
crítica. ción en fa variabilidad de las prácticas de la enseñanzt en 'las Insti--
tuciones y Planes de Formación. Aun cuando no todas las experien-
cias las reflejan de modo sistemático, se podrfa.n .señalar tres caracte-
'Jltiffias· ae-ca-:_--
rísticas H~:CUff~ntes que ti_I:)ificarí_a_n eS,l§ .Qrá~ticaS en fas
~sé~fiace·rerefeñCia-a-tis esciSiO~es gue la::: atraviesan, -a los efec-
tos de mimetización a los c_ue se exponen y a la impJ,"onta formal,
por la ausencia del cotidiano escolar como espacio en el que ellaa se
despliegan.
12 GLORIA EDELSTflN - ACTLA CORIA LA PRÁCTICP DE LA E:NSEI\ANZA EN l.A -'ORMACIÓN Clf DOCEt\.'TES 13

La primera característica. refiere, en un "sentido, a la es.c.isló.n._~ntre no permiten al alumno alcanza'r un nivel de integraci5n en relació.n
la fbrmación en disciplinas de múltiples campos considerad:>s tron- con el d.)jeto de :=nseñanza que· habrá de construir para su~ prácti-
cales y 1a ·que integra el :ampo p_edagógico-didáctico, la.S asignaturas cas. Construcción nec_esaria para asumir _Y fundamentar una postura
·a él aEociadas. personal 11 provisoriá. 11 en relación con su campo de trabájo,. el que en-
En el caso de lo.s profesorados de Nivel Medio, la desarticulación trama pensamiento y acción. ·
también se observa entre disciplinas propiaS de cada campo de co- Es entonces cu:indo loS límites en la formación para la compren-
nocimtento y, en los casqs de Nivel Inicial, fundamentalmente Prima- sión se convierten en lími~es hacia la proyección-interven-ción, con
rio,. entre las didácticas especiales y los espacios curr~culares que diversas expresiones concretas, de las que probablemente sea redun-
asumen 1~ instrumentación propia del nivel. dante dar ejemplos.
Es llamativo y constatable que las asignaturas de formaci6n pedagó- Otro tanto ocurre en relación con lo pedag5gico. El alumno ha tra-
gica se encuentran distan::::iadas no sólo de los abordajes espeé.ficos de bajado en cada caso sobre una parcela de c-::mocimiento sin las ne-
las dis:::iplinas de un determinado ~ampo, sino también de las propias cesarias relas:iones y diferenciaciones qu~ :e permitan .analizar el
prácticas de la enseñanza, .a las que se supone deben alimentar. complejo de variables puestas en juego en los procesos de enseñar
Én ~sta peJ;"Spectiva, se desaprovechan aportes socio-históricos y y aprender. No ha tenido más que instancias aisladas y breves de
3;ntropológicos;_ lingüísticos; del campo de la psicología y psicosocio~ acercamiento a la realidad, la que tampüco ha penetrado en fas. ~1,1-
logía; :le la lógica y la epistemología., entre otros. Estos aportes se in- las por la vía de las indagaciones empíricas de otros sujetos. La teo-
tegran con diversas designaciones y formas de indusión en asigna- ría ha estado desvinculada de la práctica; no ha sido trabajada co-
turas propias de los diferentes planes, y serían de gran importancia mo soporte que pDsibilíte fa comprensión de los procésos cotidianos,
para una más adecuada comprensión de los procesos en el interior tan1poco como receptora _de problemáticas que, plasmadas -en l~s
del aula. prácticas, señalen nuevos núcleos de cuestio:.1.amiento e indagación.
Esa posibilidad es desaprovechada por un •diseño curricular que, Desde ya que, si la postura es lograr una 1rticulación teoría~prác-
al plantear las asignaturas co1no compartirl1,entos estancos, ·dificulta ·ttea difefente, no puede limitarse al campo de lo didáctico. Es:o re-
los intentos de integración. forzaría la estrecha perspectiva det=¡de la que se encara en muchos ca-
La .circunstancia aludida se agrava, en no pocos ca~os, por el re- sos la teoría peda5ógíca er. la fofm:::.ción de docentes. Atin tratándo-
duccionismo con que se en,cara 13 form:::.ción pedagógica, que da se de la formació:1 de grado, en la búsqueda de artirulación teoría-
cuente de una nueva disociación l¡¡ observada entre teoria y prácti- práctica habría que ampliar la visión, aportando al reccnotimier.to de
ca. La práctica de la enseñanza se plasma al finalizar el proceso for- problemáticas más abarcativas, én relacíón ccn la dive:-sidad cultural,
m~tivo, asignándole el ya clásico rol de instancia de aplicación de la con los condicionantes soc.o-históricos, con el sistema educativo for-
normativa y prescripciones planteadas· desde la teo~ía·. mal y no formal, éon las ir.cstituciones, entre otras.
Si se trata de un mandato que deviene de la ·formaliz::1-ción curri- ,. Una segunda característica en los Planes de Forrnacfó'n que luego
cular, que rebasa las propias decisiones_ y deseos de los actores coti- marcará significativamente las prácticas de la enseñanza es la fuerte
dianos. de las institqciones formadoras, é_~te tampo-co se concreta por in.fluencia del Ilivel para el que se forma en :ios planos: el plano de
la enorrrie. distancia existente respecto a la; situaciones de la-re8.lidad las propuestas que devienen del cnrículum prescripto y ;iquel que
escolar en la que el practicante se debe insertar. refiere a los intercambios cotidianos entre. formadores-.y-alumt1Q.s.~€n -
Se desprende de lo señalado que los alumnos se acero.n a Jas el espacio escolar.·
_prácticas de la enseñanza después de un proce_so específico de co- Llama la. 3:tención la naturalidad con que docentes forn1adores y
nocimiento que les ha ido permitie11do síntesis parciales progresivas, 'alumnos suelen adn1itir 11 las razones didácticas 11 come soporte __ó~__la
pero que, en la -mayoría de los casos, ha:1 sido cc!lstruidas a ·partir simplifica-ción de contenidos que habrá que operar en función del fu-
de un enfoque fragmentado. tµro. Ello se manifiesta en las propuestas de las distintas disciplinas,
No se trataría entonces de una ilusoria apelación a la unidad que estrechando las perspectivas de ariálísis e infantilizando las activida-
no tolera l;is diferencias. Se alude a la· fr¿gmentación de niveles de des de enseñanza.
anális:s desde diferentes encuadres teóriccs y metodológicos, que, al La naturalidad suele inscribirse frecuentemente en lf. fonna de pre-
no ser explicitad9s, al solaparse, D disgregarse sin razones aparentes, sentación de trabajos, teóricos o prácticos, que los alumnos se em-
LA PRÁCTCA DE LA EI\SEÑ-ANZA EN _A ~ORMACIÓN DE DOCENTES 15
14 GLOfM EDELSTfiN - ADELA CORI.~

plantearse en un único momento, al iniciar la tarea, y, p¡ii"adójica-


peñan en 11 adornar 11 , como_ si fuera una propuesta atractiva, y cuyos 1

mente1 asume h forma -de definición 11 terminal 11 _


destinatarios reales parecerían ser niñQ'.::. Las paredes de las aulas,_ Se trabaja desde un p:ante;o-- rutinario y forinal, desde una recolec-
ámbito cot_idiano de la formación, terminan siendo, en no pocos ca-
ción de inform1ción supeditada a lo exp1ícito, donde se descuidan
sos, :-eceptácdo de algunos de esos trabajos.
los aspectos cualitativos y se orclenan con demasiada prerriura los da-
Un supuesto subyacente en esta manera de construir lo didáctico
. tos, c-lrcunscribiéndolos a _categorías cerradas, prefijadas, al margen
para_ µn cierto nivel del sistema educativJ sería una particular visió.n
de· la realidad concreta, Y· desechando, en esta selección-organiza-
soP,re~los suje:os del a_pn;ndizaje. La dida:tización en las aulas de Pri-
ción, informaci::>nes significativ_as; muchas veces, a pattir de· ciertas
maria, por ejemplo, suele ser un efecto de esta experienc:a profun-
constataciones, se hacer_ generalizaciones apresuradas, concluyendo
damente socializadora en los prJ¡:eSos de formación docente. Los fu-
1ná,s q,.1e hipotetizando. -
turos docentes habrán de presentificar en la dramaticidad coÚdiai-ia
En definitiva,. desde una mirada _a distancia, sin involucrarse, en
del trabajo es::olar lo que se constituyó en i~pronta de formación.
ocasiones excesivamente crítico-r_egativa, se adicionan elementos pa-
Esta característica se agregaría a la nota de secundarizadón, seña-
ra componer un cuadro descriptivo con grandes trazos, incluso ca-
lada en divert:-as investigaciones recientes como definitoria de un im-
portante número de institu~iones de nivel superior.
rente de detalles, más que para la búsqueda de mayor comprensión
de la situación objeto de estudio. El trabá.jo realizado de esta mane-
Especie de investidura, la mimetizació~~ Con .las características del
nivel para el que se forma, e.n h.:.gar de fortale~er las tendencias a u~a ra refuerza en el alu_n::i.n9 su desi:egue de la realidad, profundizando
~ayor cualificación .profesional -de la docen.cÍ;, producto de la fór- ansiedades, miedos e inseguridades en lugar de posibilitar su integra-
ción en un cor.texto de actuación y el establec;:iIIliento de relaciones
macíón, acentuaría visiones desvaloi;-izantes muy inst-aladas en el ima-
ginario social y que ~egati a arraigarse en los prcpios docentes. más humanas con quien~s -se comparte la experiencia.
El enfoque planteádo se asociaría con la idea fuertemente interna-
Los dos núcleos abordados, aun siendo de corte general Y por lo
lizada, y de la que· resul:a difícil desprenderse, de que es posible an-
tanto demarcatorios de toda l_a propuest::1. de formación, han impac-
tado fuertemente sobre las prácticas de la enseñanza, no sólo desde ticipar lo que 3e va a ver; se vbculáría también con el desconoci-
rµiento de cada escuela ::::omo una institución que responde a proble-
los saberes previos, sino t_ambién desde las representacíones con las
que tos alumnos acceden a ellas, máticas comunes a otras 1 pero_-que tíene vida propia; con el sObredi-
mensioµamiento del 11 saber de los textos 11 (que ya nos 11 dicenH de la
La tercera caract.erístlca se refiere ya específicamente a la. tnstru-
realidad) y con la subestimadOn de los saberes que los actores so-
menración de las prácticas de k enseñár.za y las fohnas que. adquie-
re la relación con instituciones que -riiciben a los practicantes. ciales producen en ella cotidíanament_e..
Esta tarea .suele estar regida por acuerdos, que más que servir co- Pero tal análisis no agota·ia problemática. El señalamiento realiza-
mo ~ncuadre para ur.i contrato pedagógico de eSC:fat~cimiento de ex-
. do suele tener Vigencia en el mej:::>r de los casos. Lo que i~pa~ta, por
pectativas y delimitación de ta:eas en función· a.e necesidades mu- ausencia,· ~s el ,olvido de la instituc~ón ·donde se realizarán las prác-
ticas de la enseñanza. Pa.reCería-que'··existe·un centrarse en el aula co-
tuas, se traducen en ·puntualizaciones de corte reglamentario. En tal
sentido, prescribe los ,J.lcances de la relación de.sde lo formal-buro-- mo único e,?pa:io de conoci-mier.t6 -de lá. realidad en la que.-se habrá
cr~tico sin abrir a ~stancias rea.es de en:"uentro entre instituciones y de actuar. Se desconoce .que ·,e-na articula ~n sü •interior múltiples· de-
SUJetos comprometidos en la experiencia; sin permitir el crecimiento terminaciones de orden extradidictico, que se inscriben en ia estruc;:-.
mutuo por la ·socialización de los sabe:es analizados, discutidos y tura y la dinámica institucional: q"ue amarran a _los actor~s; por ·indF-
el¡:1.borados, · vidualizables que sean,-a una historia cooúñ co1npartida .
. SLele ser_ más o menos frecuente que, aunque el lugar de la~ prác- Esta ausencia. simbólica trae apareja.dos no pocos problemas. Entre
ticas se concrete en el mismo· e:>tablecimiento, 4Icluso compartiendo ellos, la pei;~ep::::ión de la lógica del usufructo como estructurailte de .la
el encuadre hstitucior.al, la conflictiva en su iilterior in1pida asumir relación po~ parte de fa institución que recibe practica..x:ites. Todo ocurri-
una relación que supere tal formalización. rí_a co:no si ella comenzara a exis:ir cuando la institución formadora. la
En. est~ . ~arco~ 1a obs~rvació:l ._se con.sidera como la instancia que . adopta com:~ h.:.gar de las pr_ácticas. Pa"recería que_ el aislamien:o en que
pjemute 1 t1p1ficar la realidad para elaborar un nctlagnóstico" que se- se cree se desatrolla el encuentro del enseñar y el apr~nder tomara cuer-
ra base de la programación para la práctica. Ese diagnóstico suele po, se convirtiera en reaJdad, como e(ecto de la mirada extraña.
LA PRÁCTICA DE LA ENSEÑANZA EN LA FORMACiÓN !Y.: DOCENTES 17
16 1:;LORIA EDELSTEIN - ADELA CORIA

Revisar estas po;tuladones parece ser· un paso neces.a'rio ante la in-


DE IA PRÁCTICA DE LA ENSEÑANZA tención Ge participar, desde cualquier instandi, en la• elabora ció~ d~
A LA PRÁCTTCA DOCENTE propuestas alternativas. ·
Si biec hoy se1ia difícil SDStener expHc~ciones conclusivas, vá~idas
La lectura' reconStructíva que impregna los p:árr~fos precedentes ha para todc contextc, sin correr el rie_sg-J de burdas generalizaciones, i"I1:-
obligado a situ~r el análísls ~fl algunas ex_clusiones sistem~ticas, obje- teresa señalar algu::10s emergentes que serian recurrentes en este que-
tivables, precisanente por nulas 1 er. las propuestas formativas. hacer.
Aún cu;ndo se identificpen innumérables enunciados de apelación Como ocurre con otras prácticas sedales, la práctica docente no es
al recuerdo del contexto, ~1 desdib:ijamientc de 1~ institución escolar ajena a los signos que la def:nen como altamente compleja. Comple-
en la d=:finidón concreta de las prt.cticas de la enseñanza tiene valor jí.dad que-deviene, en este caso, .del hecho de que se desarrolla-en es-
de date empírico. Y no ha sido prcclucto del azar. cenarios singula:res, bordeados y surcados por el contexto. La mul-
. Ya se ·ha hiJ)oretizado 21 respecto la equh·alencia establecida entre tiplicidad de dimensiones que operan en ella y la simultaneidad
enseñanza e íntimidad del encuentro entre docentes y alumnos, como desde la q_ue éstas se expresan tendrhn por efecto que sus resultados
si se tn.tara de un lugá.r autorregulado 1 en el q~e sería posible el ejer- sean en gran medida hnpr€:visibles.
cicio de, al menofr, una cuota, de control. - . • Otrq signo serían los valores que se po11en en juego, aun contra-
Imagen· necesaria~ por .::>tra parte,. por cuanto las condiciones de la dictoriamente, y ta..-nbién la -:onflictiv2 propia Cle procesos interacHVos
vida ínstituciona'. le_ devo)verían al docente la contraimagen de la voz que demandan de los_ .docentes, en tc.nto directos respo:1.sables. deci-
y la posición pisiv:as -cor.trolado- en reladén con las sucesivas auto- siones éticas y políticas en las que ~nevitablemente se tensan ccndi-
ridade's: frente a las que debe dar cuenta . cíones subjetivas y objetivas. · ·
. coi{ raZón pÜ::lria contraargumentarse que la enseñanza es otra co- Signada. por esta impronta, ~~i~a imposibilidad de· unifor-
l I sa, desde alguna, perspectiva analítica diferen:e. Y se podría acord~r. ~n _rm!T,_(i~ generalizar. En su análisis, se pasa de la homogeneidad a la
'.i algunas definiciones que ta vinculen con loE procesos de transm1s1on diversidad, de las certezas a las incertidumbres, de los conjuntos
r\\ y aproÍ>iación de conocirnient~s. Precisamente, · · ese sena , ~1.campo en
de perfiles claros a los borrosos.
? que la enseñanza s~ perfilana como proyecto _pedagog1co, como El viraje del que se pretende dar cuenta tier.e un peso 1nuy signifi-
,'• apuesta ética, que no se ~ntenta desconocer. No se propone en e,:tas cativo en los- estudtos _sobre esta profesión, al punto que se plantea la
i \, líneas una inversión en el signo def olvido. necesídáC de rede!lnir sus notas esenciales. Varía así· el concepto de
Perc ya son numerosas las investigatjones que señalan que e~ .l~s competer-:_cias docentes necesarias, y de _un profesional formado en
pulas· son muchas las cuestiones que rebas::1.n esa toma de pos1c1on competer-:_cias técnicas especificas se pasa a consideras_la necesidad de·
cóhsciente. Es desde ella,s que cobra un significado especial el enup- forma( ur;_profesional con_ cf?_!!lpelendas context_ual§)tGimeno Sacris-
~íado que anticipa este desarrollo, Se alude a pasar de- una manera de tán, 19§0;.~Es decir, un profesional capazae-ana!izarla realidad en que
comprender la enseñanza a otro modO' de pensar!~, ~~e:isa,mente, c~- le cabe actuar y de elaborar .propuestas alternativas ante las diversas y
mo prfctica docente, pan:. poder volver a ella, res1grnf1candola, am!'h- cambiantes situaciones que tiene que enfrentar.
ficando su sentido, Posibl1itando un reconocimiento de ·algunos hilos Las múki2_!~-~ _Q~J~gµin~ptes que c_omplejizan la ·pr~tíca doc=nte~
acaso rriás sutiles de la trama cons1itutiva de su especificidad. operan e:1 mu~os cas~s com2: ipJ~rt);.r~_ndas~ p~ovoca.:1.do un.,,,~-::
,-· Entre los rest.:ltados de las investigaciones relacionadas con la pro- ,.;;;,!~~~c';.~~¾-Sill\lc0i,l!.~§1k<ªr,~",!:~ trabajo en tornQ .aJ cono-
[ bleri1.ática docente antes feferid0s, 3e advierte sobre el escaso i_mpa~to cun1e\l_~Q.~----
f de la furmación de grade en los procesos de socialización académica · · ·i!1vestigaciones diversas presentan opciones comprensivo-explicati-
'
t que se rea1izaíl en el espacio de rrabaJO:
. .
· vas que <lan cuenta de este corrimiento. De ellas, sólo se enunciarán
L-- Una eXplica~ón posible, que supera el reiteradó señalai:n~e~;o de algunas a partir de la resigriificación de los aportes de ciertos autores,
los déficit en los planes vigentes, podría vir.cularse a la defin1c10n :1º advirtien<lo sobre el efectp de transposición que iriiJ)lica la adop:ión
tanto estrecha desde .Ia que Se determinan fas competencias necesanas de este criterio. . ~ .
para asunüf la tarea doce:ite. Definición que se correspondetía co~n- re- Desde un análísi~1 se ~ace referenc:a al- tiP,º de orgamza- ·
presentaciones acerca de este quehacer que se sostien~n como hneas ción en que esta práctica se inscribe, está surcada por una ):~d buro: A
directrices desde la institución for.nadora.
GLORIA EDB...STE!N - AOElA CORIA LA PRÁCiCA DE LA ::NSEÑANZA i:N LA FORMACtÓN D:: DOCH,/;"fS 19
l8

exclusividad. En el intelior de la red de relaciones que estab~ece con


~(normatívas, prescriPciones); parte de u113. o~~zaciónjer{g-
quica (en muchos aspectos todavía ejecutora de decisíones tomadas los akmnos, que, para mantenerse, supone n1utuos reconoch1ientos:
~ p;;;-'O-tros); está marcada por una formación inconclusa (ya sea en lo s~__-::OI-$!J'uyen pu~tÜ<? d.e _micropo~~~- Así, la ·positividad del mandat;
pedagógico o en lo relativo a las áreas específicas de conocimiento dado a la escuela de cumplir.una fu11.ción de alta relevancia ..socíal en
para las que se especializa). enfrentada a lá d~~quiz_a_:ió~ _!~:?,o- el polo de los valores aceptados, 3uele trar..sformarse casi imperc~pti-
1 ral y ?-,..)!0--ª_s_ígnificación__.s.ociaLconfl.i~ti.Y;L(valorizaoón-Oesvaloriza- ble1ne:-ite -porc_ue. se mc:.ntiene el marco de espontaneidad y rutina-
en el despliegue de divetsas formas de det.:conocimiento, de manejos
ción)(Achilli, 1988). ~ · ·
DeSC.e un anáJsis más~; en lo relativo al trabajo. en el aula, re- sutiles en muchos casos-, donde, sin duda, el nexo saber-poder cobra
~.-~igµific~r_iv4_rekvgn~ja. · ----~----- ·~-,.•---~··· --··-,
1 su_ltan significativas las notas señaladas por Gimeno sacristán como
pluridimensi~naudad, s~1:!ltaneidad, ínmediatez y una fuerte ¿o~is tje El desplazamiento en :a centralidad del trabajo docente en tÜrno al
conocimiento se toma una condición fruc_tífera para que en 1a vida co-
/ ~JiQ!ct.ón.p_ern?g~h_ ·
tídiana de Jas aulas__ ~~- refu~1:~~. -~~--~realidad casi ineludible. De la fal-
Cada una de estas características rnereceria un desarrollo ps.rticular
ya que todas impactan sensiblemente en la tarea cotidiana. l'htn con la ta de ~roblematicidad; devendría fa ·dominancia de rutinas, viejos mo-
sola mención, es posible hacer presente que se· trata de una práctica delos mternalíza.dos sin :ríticidad. µis resoluciones más sencillas de
sometida a tensiones y co_D.j.radiccirul.es. . :~_perviv:ncia e(1ª,_fll_rKiQn.s1QS_~_f'.t~jiú~~~~~--..E~i-3S.9Sfai~~~flasan::·
Ellas se producirían, precisamente) ·por el ·entrecruzami~nto de esos cJ.Ofl.. y _a _contra . ·
rasgos constitutivos, por su anudamiento desde la persp{tctiva de un ¿Qu§ hacer re.specto a estas interferencias? ¿Cómo superarlas?
·sujeto social, con una trayectoria, q_úe ocupa una posidó~ en el inte- Admitiendo su vigencia e, incluso, inevi:abílidad, sería posible in-
rior de la institución en la que trabaja. ~1ás específicamerite, esas ten- tentar :1lgunas alternativas de superación, o formas de tratar con ellas,
siones y contracicciones sería11 fruto de pautas ínternalizadas que ha-:-- desde lo que ei docente ;mede hacer.
cen que en muen.os casoª-2,~.Js~~~re~ rerresentaciones nusor_i_as qu_~ ~e traJa de 1,~a op.ció.tLQ1!.~_~¡g~~Q{Q_S~1?os__ 1:_,ef!~¿JY.Q5:.,_p.,e_rm_~n§.nieh
\ _~-~-~µJ~~~n ..~t!:~J~QQQ..CLfil\(;U.t.Q_~_e__st~u~bªº~L-- ----~,.. ---- --•-w ~
< -·--- - - • - • __c_~~ro~~~i?_ ~.1fe~ntes perspectiv1s de análisis: Develár· los conflictos
.. -Entre otras, el olvidar" el atravesamiento de condiciones exterl.:_l.as al y cont:a~icciones señalados implicaría..xect:.p.Enn:.J~. füf~t;tJvid~i:JiiiJ.
trabaje en el aula, amparado$ en la ilusión de auto~omía; la ide~.<1-~. _ ~el.&~~~:li<> ,;!'h_~~ )', por lo tanto,_ la centralidad de su sWehacer.
atención a fas caracteristicá.s partiettl3.f~Sde10s alumnos··o del grupo ., Sin duda qu~ en este planteaffiíento está "impiícÍta· l;-;e;;j_";;~ión
_f\J:andc, ·en müchos_ casos se esta_ su1~t(} a represeiifadOi.ies--~~-1:!.!flg;_ de 1a docencia, lo que significa bás'icamente una rev2lorizació~ de ·10s
sas, marcadás paf defiruciones-desae-él perfil de aiumnoideal; la. ilu- sujetos que la sostienen: alumnos· y docentes. Ello implica, a I_a vez,
sió:ri de trabáfa·r-·desde un planteo de· inforinaúdad· cuando en reali- avanzar en las propuesta..:i e.le formición ..Para esto no hay modelo. Se
dad se trata de una práctica connotada por el peso de la evaluación, . trata .de una tare·a de construcción cotidiaoc, a~~rde a los Sujetos-~-
donde los docentes, muchas veces al margen de su conciencla, y an-- - plicados y a cada contexto. -
te la inmediatez de lós acontecimientos, establecen vínculos: que re- · . A esta a~tura del desarrollo, se impone un regreso al punto d~ par-
flejan el ejercic.o· del poder {desée el dom_inio del espacio, el mane- tid~, aprox~ando ideas de síntesis. Las representaciones o imágenes
jo del tiempo, la utilización del lenguaj_e como instrumento 4e- sünu- sociales mas generalizadas sobre la docencia a tnenudo no se corres-
lación, la fr?,gmentación y la neutralización del contenido) (Remedi, ponden con lo que. c_o11stt,J_}'_"' su_ t:1t>ajore~l. · ·• - ~
1988;" Becerra, 1989). Cuando se___hace...refere.!..ci~-ª"-..1~ _ap;~ón doce!lte, se la cóntextuaiiza
En este último sentido, se trataría de una de las ilusiones más po-
tentes: considerar· q"ue el docente, pOr efecto del compromiso moral
Ji~.!!.~:?:t:~t~~-r-~~. ~º eJ aµ.l~J __q~~ 1p~re~~ _-éomO ffiiCiO-C-áSnids·
s~
..~~r, ~spa~i?._privil~lt~9:?.~<?!1-de. _desPlíe~ la accfórl,'
ae1
i~g~~--rasi
ha-~·
Úni~~ '"l'
que asume y p:i,r la valoración positiva de su tarea, pued,e quedar al co___go_m;ls' -".~Ja constriñe (Remedí, Fü dan · 1981) · · \
m3:rgen de las :.núltiples redes en que se juega· el poder, que sólo se c"~~~D~l3~Tiffift3.-f "e~·trab3:j.Q.. qpren;e,.a. la -.~11_s~P.ªQ_Z_~ t;n ~l aula
ejerce:ía, desde esta lectura, en espacios ligados a la autoridad formal, ~-!.~~~!l.V:jad de activid~des adicionales> también c~~·stit~tÍvas
en la• ~nstitución, desde el Estado. de esGJ tarea aun cuando mucha~ d ··"-·--¡·¡, · ·- '¡···-· _.... ·-- · ·
..?."'-~._'"._, ..-.·---·-~~-"1 ... . . .- _.:=· ... e e as 1mp 1qu;::n, como se se-
El docente despliega su trabajo eh un ámbito particular de circula- n~laba, un co~!-~iento d~l eje de su trabaj;·
miento. · · --··-
ctesde con- et '.1 cono~i~ ·
ción de poder. Tan1poco ese ejercicio le pertenece ~n su tótalidad y en
L4 PRÁCnc¡,. DE lA. ENSf,"\11\NZA EN LA. P.JR~.-'\CÓN CE DOCENES 21
, GLORIA EDELSTEIN - ADELA CoRIA
2G
planteo inversof es decir, reconocer la práctica como fuente de interro-
Desde una consideración _critica, ::Sto tiene que ser objeto d~ análi- gación para desarrollos conceptuales v de investigación en algµncs de
sis en los centros de forwación. SJn embargo, act~--~!9"ad~s de 1ndaga_- esos campos.
-ción de este; tipo son señal~~~~__ como.yna d~ l_~~u1µ:?~QS:~.~~ _ffi_~óta-_ ¿Qué cuestiones puntuales parecer:an eillerger respecto a esta rela-
5leii"eñTos· currícula~degra._<:ls,,, . . · ·
(11~ o,; ;,;¡ ¡;,j;:J;,"; de ~,npÍlar el concepto de práctica de la enseñan-
ción cuando se trata de los -procesos de foiinación de d:icentes?
Trabajos actuales de investigación reaHzadcs en la Argentina~ han
:• ~¡za a práctica docente. . . .. puesto de manifiesto la relevancia que tiene para los re::ién iniciados
·\...____...- Preo:upa dejar en da.ro que el trabajo en el mtenor del aula, 9ue en la docencia la forn1aci6n en sus respectivo~ lugares de trabaje. Lo
· . ver cor1:,_3
tiene q.ie ¡ ·___ ~.D_$.!dJ- an'Ta de contenidJs .---disciplinai:,ios
___ ?L. --------···------•-"';•-•··- ·- .... , - .
que son• peculiar de estas situaciones de aprendizaje sería su equivalene;.a al
parte__ -~_ lg_~-· b~~es ct1rria._tlares para cada -1::~'el_ .Y .q.?.Q_d_~h9.:3-.9-, nec_~ª·gg_ aprendizaje de un oficio, -a través del cual los docentes se nutren de
ocu}?af un espado sustant.ivo en la fon;:r_1~_.;.~;1on. . . ,. un saber hacer.
.-· -pe~~ esto no puede significar el descuido' del tratamiento. simulta- Siri desvalorizar estos pro:::esos, cabe señalar que no rería lícito réi-
neo de los determinantes institucionales y :ontextuales -~ue mar~an vindicar 1a práttica, oponiér:dola- al conocimiento .. Ügádo_a_ cteS.iifOÍiós· ·
odercsamente 1a· tarea de enseñar. Considerarlos conducir~a a la~ ~ns- défltíficos, cuyo traramie-nto sería obj~(o de tnibajo ~_n_ b;5_ ~.entras_ .de
~tuciones forma::loras a redefinir la inserción del docente en. activida- -formación inici?l. . -
des institucionales (con sus p~reS, los dírectivos, la comunidad), de -~PÜ~ ·10 's-eneral, ~~ ex:_periencia y~rsus_ cong_cj!lJ.iento dent!.:ic.Q..
modo que ·no constítuyan obstácu]os_ en los mismos ag~nte~ de la for- aparece en los cent:ros de formación en el misno sentido que la díso-
macíó~i sino que profundicen ·v adplifiquer: su profes10nahdad. ciadón teoría-práctica (Alliaud, Duschatzky, 1992). No parecería -,áli-
do un ªphinteo de '1reconcilíación de estos pares 11 , c;omo :o señalan di-
versos autores. En todo caso, en la Sl.tJ2eración de lgi.~omfa, de lo
TEORÍA Y PRÁCTICA, _ que se trata es de un trabajo e1;1,_pJ;~t-!rn:fü;tª~L1~spect.o....de.. las.._r~-~.ciQ-
SENTIDOS PARA UNA.RELACION, nes mutuas, que son de contr:e5te:_ opQ§k19JJ__,_ resiste_.Qf_l~pero también
de c_qmplemen~ª-.f~-~Q-ª'Q __yjU~g9 dia_léccí:?o ro11~1ªñis---
La práctica y la teoría Sl la te:xía y la práctica están relacionadas, el divorcie que tanto se
predica se daría en realidad entre las prácticas y la 11mhla teoría 11 -al
En la última jécada, buena parte del debate en el cam~o de la é_n- decir de i3arrow (1992)- antes que entre la práctica y la teoría como
Señant.a se ha centrado en torno a ·la relación entre la teona y 1~ pr_ac- tal. Se reconocen en la ·práctica actividades qlle presuponen, delibera-
damente o-no 1 algLna posíci5n teórica, así com-::, tambiér: los enuccia-
tk~i decir u¡a1' teoría y 11lau práctica 1 podría conducir a. sospech~ el h~- · dos teóricos suelen tener consecuencias en la práctica, aunque ellas
cho ~ hablar en singu~ar y en simultanei~ad 1 de_ alu~ir -a la ex1s~e1:c: puedan ser indirectas,
. 'dad de teorías y de prácticas. Ese deshzam1ento se exphc La cuestión sería 11 hasta qué punto ::iertos aportes teóricos son sóH-
d e d 1vers1: - - d" ·s·vo
na porque se -.etoman a menudo
- _ aportes
. . de~ un
_ universo 1scu1 1 dos, confiables, sensatos, bien informados ... " (Barrow, 1992).
próximo a los debates filosóficos o ep1sten~olog1cos. · .. . Según este autor, la razón principal de que tantos docentes se indi-
En. estas discusiones habría uru;. idea fuerza que u~ica _las practi~as nen por la falacia de sostener la dicot::>rofa teoría-práctica. sería que la
docentes como aquellas sustentadas en diversas expl~cacione~ aceica ~eoría educatiVa ha sido muy pobre en diversos aspectos El único an-
de lo3- procesos de enseñar y aprend~r en relación cbn los su¡etosi el
conocimiento y las condiciories -.:15titucionale~.,.en qu~ se
aun cuando eUas no estén explicitadas, T:unb~en esa idea unp .
~on~:~:~:i ~ídoto seria un proce,~o de _búsqueda y producción de nbuena f~.Q[!~',
::> sea, que los P!~l~i!!is _5t~Jorm_aci§Q Q_o~_evte in_tr.QQJ..:z~n__y.,..ense.-
ñ~p teoría_~~ _m95J~,::-~~s :·1?€_~tin~nt!·:·
Al abordar diferentes temtticas en esa formación, es frecuente reco-
:1ocer la preocupación de quedar atrapad?s en la apariencia, en lo

2 ,Entre e,;as investig;;ciones, pue::ien deStacacse las !levadas adeíante por Justa Ezpe-
'.eta (1991), Escuelas y -,naestros, y por C. l3rasfavsky y A. fürgin (Cornp.) 0992), ·For-
mación de Profesores. J-,npacto, pasatio y preser.te. .,.~
(l.____,17, \ &-. '
GLORIA EDELSTEIN - ADELA COOIA [A PR.Á.CK:A D~ LA ENSEÑANZA EN lA FORMACIÚN DE OOCENiES 23
22

do "~íversos estt;dios que muestran que la formación inicial no alcan-


anecdótico> con la dificultad de penetrar en razones esenciales: Ello se:..
za la relev:3ncia_ suficiente,_..en t~nto imparu débiln1ente en compara-
ría así por el alto nivel de implicación personal de esta profesión.
Con la intención de superar este problema, suele soslayarse la rea- c~ón ':º~ ::~.P~~~qu_<: ~?~ese?ta, par~To~ .~UJe_~os_ ere
fOfffiaéión, su
trayecto_ria e~~A_gavés A~-- _1;~J.Tu:t _ ~~_ j1_g'i.rn.alizan. madelos_p__fuJXQ"as
lidad de las prácticas, lo relativo al_ trabajo en las aulas, en las institu-
ciones concretas, procurando sostener abo:-dajes teóricos que, de este . 9~- -~~~_i-~~~J2~':?E!~~-- ~~ l~ .•?rá.~ti~_a pe~~g?_gi.~~ que tienen impqrtªtiJ:~-- ·
decisrva en el desempeño prbfes:onal. -
inodci, corren el riesgo de adoptar un sentido puramente especulativo.
t)esd"e esta p::!rs{)ectiva, eil i.á pri~ti~a docente cobrará fuerza un
HªQti.%,c.9!f9::..~~o. quizás má~- sutil, cuando} con e1 afán de pr~fu°:~-
dización. se toman situaciónes. cotidianas de la actividad éscofar--y·au- _..pasado escolar
, . . . ......... . q ue difícilmeii.le-·c·;c:,s;t..
............. · · - ..... ···-~--0 -no
_ ..... -~t.I:an&Qrm,u:;¡;,_s1 ~-~~
s~ 1mcia
un proceso de fo~maci6n que reconozca ese pasado, intente ·dar
lka y, p;ra su 1nálísis, se las vincula a lo que algunos autores· ildiC:~.9~~
cuenta de él y se proponga, desde allí, algunos caminos de supera-
sobre la CuesÚón. La ~_p_t~Ji~nda.. es.colar no llega más que a ·ejeffipUfi:-_
ción.
car y el aporte de(iUt._9.r ~-~--12arc_i_aliza en recortes a:-bitrarios que des-
'éarna':i el texto~d~ ;;, pl;nteo.globar~ . En esa dirección, se tratará de reConocer biografías individ'Jales al
mismo tiempo que el peso de repiesentaticnes sociales configurado-
De ahí que sea recurrente el compartir entre pares la necesidad de
estar__a_l~rta ~p._relación -~()!-!_ e_s_t2~.!1§i!¿9..~: para· superar Ta-faoiliaridad
ras de estos modelos, en tanto e_s:cuela y docentes constituyt:n insti-
tuciones histórica y socialmente determinadas.
con lo educati'.ro que pesa en los análisis 1 se hace necesaria la incor-'-
poradón de ccnceptualizaciones, categorías teóricas, aportadas por es- De modo_ semejante a otras ocupaciones o profesiones, sobre to-
tudio3 e investigaciones sobre la5 diversas problemáticas; y; con la in- do artesanales, los mode:os incorporados en los sujéi:ds dedícados a
tención de evítai teoricismos, se impone confrontar permanentemen- la tare,:. de enseñar aparecerían como recu::-so cOÓ.stante, aun tratán-
dose de modelas alternativos. ··
te, a cada paso y no sólo al final, desde cada espado de conocimien-
Sí. se parte del modelo de 11 buen docenteu, éste se reconocerá más
to, en el aula o fuera de ella, las construcciones teóricas cq-n situacio-
nes ·Ce la práe:ica concr~ta.
com? ~1? ser ejemplar, digno de ser itµitadc, que en una posición de
mediaaon entre el conocimiento y el alum:io.
Rcmper la tradicional dicotomía entre teorías y prácticas en las pro..:
puestas de formac~ón de docentes reclama capitalizar el recorrido -~í e.prendió el docent~ ª. percíbir el modelo er'l. su recorrido por
formativo cómo .una fuente reveladora de problemáticas consti- ~?
el s_ist~ma_ Y, f.?: _f:;_!_1 p~~1ca, continúa forfi)-~_9-Q9s,e.. a través de_ la
tutivas de las prácticas docentes. Esto posibilitaría reconocer su- exp~~1e1:c1.a: que obti~p.~ ~e ot_rO§_· <;Jqc~ntes, En este proceso, la for-
pues:os diferentes y derivaciones en la enseñanza, generadas de di-
mac1on 1n1ctal resulta muy poco operativa
..__ .--------·-···---·-:, · a 1 no pcner·en cuestión ----·-·- -~
los esquemas y las matríces const:uidos, e incide por lo tant::) esca-
chos supuest<?-5.
Esta Propuesta pretende discutir otra falacia sostenida por largo ~~:1:E:1:tc --~-?- }~_,.&~E1~~C:.~~~~ d_~ _~s_q~_m_~§ .R@t;ti~9s _~lt~inªi:fv,.os.-· .. -· -,· ·'··"-"
tiem?o en relación .con la formación Ce docen:es; Se trata de lf.. Pero ta..~bién se puede adverci::- que, aun en prcceso~· d~nde se
idea que sos·t:ene la t!falta de prácrica 11 o los limitados espacios des- ponen baJo la lupa de modo sistemático las prácticas de los sujetos,
. f tinados a ena - en la~ instituciones formadoras. En realidad, lo au• algo s~ esca~a en esa escena de las prácticas, de un orden no expli-
ca...b:e mm~dtata~ente en conceptos teóricos asurri.idJs de modo ex.:.
¡I senle serían las prácticas reflexionadas y el problema se plan-
1, j tearía .ulteriormente por las huella-s que ellas dejan en- la actuación
phc1to ~~r el su1eto y acaso no tan claramen,te .n,lndado en los mode-
los pro.11amente transmiti::ios.
1 profesional. ·
~ás allá de las c~racterizaciones a las que se aludió antes e, inclu-
so, intentando explicarlas, la pregunta en este mome:1to es básica es
a. n t enor:
· · d e rec_?nocerse en las práctica5 docentes alguna lógica?
j p:--3-e '
Una teoría de las prácticas
tEs esa logica :5emeJante D análoga a la de la práctica teórica? Si no
Adn1itida la articulación necesaria, es de interés problematizar -la lo e~, ¿~n~ s~.riti~o _l~- _r_efl~xió~. s91J,.re la~ pr~c;~_lc_as", ~q_mo 1_~ pers-
cueHión desde otra perspectiva. Preside la preocupación identificar J?.~<::t1va. ~~t<?<?_~~?.S,t.<?.~ _q~-~-.~~~n~_ muchas propuestas el.~ fo~ación?
algunos criterios de lectura que permitan analiza:." la docencia como Pu_ede afirmarse que, a pesar del paso -del tiempq de los conte7:
una práctica 3ocial, entre otras. tos singulares, de la diversidad de mandatos sociales de los que se
Se tratará de precisar el problema planteado. Ya se han menciona- ha hecl:-.o cargo la escuela, de las múltiples explicacio:ies teóricas que
24 GLOR!A EDElSTEIN - ADELA CORIA LA PRÁCTICA DI: LA ENSEi~ANZA EN LA FORMACIÓN DE DOCENTE!
· 25

han dado o intentado dar sentido a la acción, s5:_Q!_~!!!~-~.r:íª .C:t5=:rt9 _g.p,:__ _ Su estructura ten1poral la dotaría de un ritm0: un tempo, una orienta-
ción.
Q.9,_,_Q~-~-,#:1~J?UJE-!~d.t..._precís_amente en la puesta en_ J:.~_ª:? '"~~
-~!:1 -~~~~i®
E~ tie_f.J-.P9.J2c\.-~!.=-i~ es distinto del iiempo 11 lineal,. homogéneo y con-
ptáctic~; des_de el que· ·10s sujetos· resiTelYeri -ia-dlv~rsid~d de_ s~t~1ac_~~-
a
- nés· las ciue deben enfrentarse. . "' tint~¿;, del calendario; ':stá hecho g§__l_'.1/ilotes_:1, dotado de ritmos parti-
1

Ello revelaría que las prácticas o":>edecen a una lógica que las de- culares, tiem:po q_ue_~p~e_rpia o q_tJe se atasca .según lo que se haga con
fine y o:,0rga singularidad no subsumible ni equivalente a la lógica él, es de-:Ií-,--s~gúll iaS fUildOD.es·qüeTe~Corifiere1a acción que se neva
teór_ica que intenta explicarlas, ni ta:.npoco expresióh de una respues- a cabo en él".
ta mecánica a la imposición institucional. Como en los juegos, en el present~ directanente percibido se cons-
truiría una pre-visión, donde se anticiparían situaciones y las anticípa-
En el campo de la _s_o.c;,iplqgJ.2_. se eI)._~~~I?:~r~E __ ~p_r?_:-_~~~-·~-~-~~~~-1:f~?~.
que reconocen en la práctica una ISgíca es_pe~_ífl½?.., Se ha~e refe~en- ciones q.1e los otros actores producen frente a ellas. Aquel que está
cia·-en particular a· los des::.rro11os teóricos de Pi.erre B::>urdteu, qu~en, comprdmetido en el njuegct decide, según ciertas probabilidades ob-
como fruto de investigaciones slstem:iticas con una irr.portante orien- jetivas, en función de ºuna apreciación glohal e instantánea [. . .J Esto
tación antropológica, asigna un es:atuto singular a la necesida~ de ocurre en el acto, eri un abrir y cerrar de ojos y en el calor de la ac-
una teoria de las prácticas, piant;:!ando instrumentos conceptuales ción; es decir, en ·.1nas condiciories que excluyen Ia distancia) la pers-
que permiten su estructuración'\ . pectiv@, la panorámica, la demora, e: desapegan.
Se avanzará ,er.tonces en una conceptualización general, que tiene Es poi- ello que entre las_p__mpiedades.-de..la.prái;(i_~Jl...~§t'i!!.\J~.-~rg~n-
por objetivo abrir un espado de reflexión a pard.r de una línea d~ ~ná- cia, las llamadas, las_affienazas, l_Ós p~-~.9-~--"~-..s~gl!irj_...._pJQR~-º.ª-.cJ~:?.._q::J.~
lisis que puede contribuir a investigar la singularidad de las practicas ~on producto de la ·participación e.n:-el Juego. ___: _
docentes como p::-ácticas sociales·<. . La práctica, en su ·urg_encia, implíca_un cierto encanto,__ energía, Hu_:- \
Lo que definiría una práctica> para Bourdieu, no es un conju:1.to de sión, -pro_jucto de l_~_ improvisación_e ].J:?:~.~-~-t!91:1.~.9_r~-- ~~, "ql!~--§·~- s!~p!!~:. \
axiomas claramente determfnab1es, sino l~---~in_9=~id.urr.br~_:·t:l~~:~~~~ ga;~ )' dee's~_ -~_ncanto S_~_- d_eri~~ _Su- _efic~c~-ª- _s::>cial_. A Ja vez, st:pone ,...J
iplú:;staS· sÜbre e-í -ftÍtul\>. ·se ·geñéfllil ~ñ ·1a Ui-gendá-Intervalos de tiem-
dad resultantes_ del f.techo __ de que tienen por prif1:dpi_o_ ~S? .~n!~:~.!~-~
-consCú:ntes y-éOristañtes·SinO"Pri~CQios·-prác:icos, opacos a ellos mis- po que no serían tiempo upara nadan sino que sería el tiempo de des-
i'n-OS, sujeios··a vanacíOrÍ según la lógica de l_a situ<:1ción, el punto ~e pliegue de estrategias. Un retraso entre acciones puede ser en 1:í una
vista casi. siempre parcial, que· ésta :mpone L..] Así, lot- pasos de ,_la lo-=_, estrategia. Se trata:fa de especies de manipulaciones del tiempo en la
gica ~ráctica raramente sorc coheren::es por entero y rarament~ incohe- ; acción, tendientes a nsaca:r partido' de ese tienpo a través de esa ma-
1

nipulación.
·rentes por··entefü' 1
:· •• • •• - • • • • •

· Coherencia· sin intención aparente y unidad sin pnnc1p10 unificador Otra característica central de la experiencia práctica es la aprehen-.
inmediatamente visible, la~ prácticas son resdtado de la aplicadón ~~ sión del mundo social como dado por supuesto, como evidente.
Las estructuras sociales incorporadas en el sujeto, es decir, los habitt.-tS,
prin_ci_p_io~ <;le. percepcióñ-~~j~~cció:1 nun~~.~~:ª~!~.i~:~Ifll5~g'tie~~
procuran la ilusión de la comp~ensión inmediata, de la experiencia del
i.~:~üi~~ultad_Q,J.Q~l~~,.aproximaría a la obra de ait_<;::
mundo, excluyendo 11 cualquier inte1Togación sobre sus propias condi-
Un raSgo característico de la prictíca es que se desarrolla ~n ~l
ciones de posibilidadn.
tiempo, recibe del tiempo su fonna como orden de una suces1on, Y
El concepto de habitus, señala Alicia Gutiérrez (1994) 1 ºconstituye
. su séntido. Es por ello que sería irreversible.
una suei:te de bisagra 11 en el sistema de relacbnes teóricas planteado
La pr5.ctica se vincula 2l tiempo= no sólo porque se juega 'enn el
por Bourdieu, ya que 11 perrnite ~rticula.r lo individual y lo social, las es-
tiempo, sii:io, además, porque juega estratégicamente "con" el tiempo.
tructllras internas y las estructuras sociales externas, y comprender que
tanto éstas con10 aq~éllas, lejos de $e:- extrañas por naturaleza y Ge ex-
3 Este :málisis se basa fu¡1daoentalmente ert la obrn de Pierre 3ourdieu -~1991), El
cluirse re::íprocamente, son, al contrario, dos estados de la misma rea-
sentido práctico. Los textos entre comill~. siri aclaración remiten, en este cap1tL1lo, a la lidad, -de la misma historia colectiva que se deposita y se inscribe a la
citada
4
óbr:1. d d l ·va vez e· ü1disociablemente en los cuerpos y en las cosas 1 (P, Bourdi.eu,
Se recupera la idea de lnve3ügadón, p.i.es es funda.mental, es e a pe~~ect1 .
que se trata, reconocer el carácter heurístico de los con_ceptos, u~ suerte de d1spos1: cit¡ido por A .. Gutiérrez, 1994). .
. ción gene_'21izada a la invención sociológica", el reconocumento de _m~ ma?~ra de pe~e En El sentido práctico (P. Bourdieu, 198.0) los babitus, "que seri,m
· sar. (L. W:;.cquan:, presentación de Réponses,-pot,tr une anthropolog•~ réfle:xwe, de P1erJ
Bourdieu, 1992).
GLORIA EDl:lSTI:IN - ADELA CORIA
LA PRÁCTICA DE LA Eí\Bi:ÑANZA EN LA FORMAC'ÓN DE DOCENTES 27
26

producto de condicionamientos a.Sociados a Una clase particular de


boc, en la medida en que ellas son activadas por el encuentro con un
campo particular. . ·
condiciones de existencia, son definidos como
El habitus es creador, inventivo pero en los límites de sus estructu-
sisteffias de disposiciones tj.uraderas y t~ansferibles, estmcturas estruc- ~s. Las práctica3 no se podrían dedudr directamente de las c.ondicio-
turadas predispuestas p_ara fi.:ncionar como es~cturas estruc1;1r~ntes, nes presentes, aunque en apariencia esas condiciones sean su motor.
es decir, como Principios generaq.ores y organizadores de pra_cticas Y Tampoco son deducibles directamente de las condiciones pasadas que
repre5er.taciones! que pueden estar obietiva~ent~ ad~p:3-das. a su fin produjeron. el habitus. Para Bourd:eu 1 sólo es posible exp_licar:as usi se
sin suponer la búsqueda consciente de fines y ~l ~omm10 ~xpreso d~
las operaciones necesarias para alcanzc:,rlos, obJetivamente reguladas relacio:ian las condicionEs sociales en las que se ha cop.stituido el ha-
y 1regulE.res' sin ser el procj.u:to de la obedit~ncia a reglas, y, a la vez bitus que las ha engendrado, y las condiciones· sociales en las cuales
que todo ~sto, colectivamente orquestadas sm ser pr':dt:-~ro de la ~c- se mar:ifiestan 11 •
ción organizadora de un director de orquesta (Bourd1eu, 1991), Los agentes se mueven a paltir de una comprensión práctica de la
situación, un sentido práctico que daría una especie de 11 unidad de
Al aludir' a disposi~!.2!!~.s -d~rg.b~s,_ el autor pone énfasis en el peso estilo a todas las ele~cior.es que u:1.a misma persona, es decir, un mis-
de las experieiiCiassociales tempranas del sujé~~> est~ctu~n~~s del 1no gusto, puede hacer en los ámbitos más dispares de la prác:tica. 11 •
habitus, que están en el principio de la percepc1on_ y aprec1a~101?" ~el Son realidades d mismo tiempo sobredt;:terniinadas e indeterminadas.
conju:1.to de experi_encias posteriores, a la vez que de. los prmc1p1os
Esa unidad de estilo en que se rev=la la práctica se construye en y por
de clasificación, pensamiento y acción. El.. ~~~~~-~~~~!?!!~!fY.Y~...~.oc.iª!:, ella, 11 aunque inmediatamente per:eptible, nada tiene que ver con la
mente en una posici_ó_n en . _el_ ~~1:!JE?.. ~-º.c~~E
y g~n~~-?- p~ctica~.. Y..:_ee.~e- coherencia es~ricta y sin torpresas de los productos_ concertados de un
señtaciones=tomac1e ·póS1Cí6ñ- acerca de es.as prácticaey.. plan".
~ La dllfabnidad- _;efiere, pues, a su constancia a través del tiempo, a
El sentido práctico es el que permüiría a los sti.jetos· actuar_ en fun-
pesar de 1~ variabilidad de las co,1.mturas. g_ha.bitvs es histeria~~
ción de 11 eso dE lo que se trata 11 sin que esos actos sean presididos
porada, naturalizada, 11presencia activa de todo ·el pasado del que es
por conceptos. Ello es así en tant::l posibilita distinguir y seleccionar
prodtlcto11 • • . ·
rasgos o acciones pertinentes. silenciando lo que no es necesario
No obstante no se trataría de un mecanismo que responde a reglas,
decir porque se da. por .supuesto. De allí la economía de la lógica
sino (le una "'cá.pacidad de gep.eración inf~ita11 , que enc':entra su lími-
práctica, que no necesita más lógica que la puesta en funcionamien~
te en 11 las condiciones de su producción, l:istórica y socíalmente situa-
to de los princ_ipios prác:icos, que funcionarí'an en forma implícita y
da.s11. E-staríá. 11 tan alejado de Una imprevisible novedad como de un~ .
pertinente.
simple reproduCción 111tcánic~ de los cóndicionamie~tos iniciales".
Asentada en ese sentido práctico, atrapada en el presente, la prác-
El babitus es el principio generador de las estrategias que
tica 11 eXduye el :-etorno _sobre sí (es decir, sobre el pasado) ignorando
permiten a lot agentes afrontar s"itU:aciones muy diversas. Producto 11

los principios que la gufa.n y las posibilidades que_ encierra y que no


de la interiori2ación de las estructuras externas, el habttus reacciona
puede descubrir más que convirtiéndolas en acto, es decir, desplegán-
a las solicitudes del campo de un modo groseramente coherente y sis-
dolas en el tiempori. El sentido pd. ctico permite responder al instante ·
temático."
a las situacionet de ince1tidumbre y a las -ambigüedá.des de las prác-
Es una matriz generativa histSricamen:e constituida, institU:cional-
ticas. Desde este lugar) et a la vez la posibilidad de apertura a univer-
mente enraizada y, por lo tanto, socialmente variable. 11 El babituses ur_
sos novedosos hasta el momento =n que se actúa.
·opere.dar de racionalidad, p,ero de una radónalidad práctica, inmanen-
Es ir:teresante adve1tir que sólo domina esra· lógica uquien es domi-
te a un sistema histórico de relaciones sociales y po1· lo tanto trasce~-
nado completamente por ella, quien la pos=e hasta el punto de estar
dente al indivi:luo. '1
poseído por ella, es decir, desposddo".
Las estrategias que él administ:-a son sistemáticas y, sin embargo ad
El Q.01ninio· de esa lógica práctica es constitutivo de la trayectoria de
5 Un campo es ün sistema estructurado de fuerzas objetivas, una configuracióll; _rela- un sujetó. Ella, en tanto ?roducto histórico, refiere a la posición que
cional de su•etos e:rdif~rentes posicione:>. Se define por un '<'::apital específico en _jJJego ese sujeto ha ocupado y ocupa en el espacio social general, en un
(económico: culti;ral: símból.ico). Es por ello, a 1a Yez, un _espacio de conflictos y .de ca1npo particula:-, cuya estructura, illcorporada en su subjetividad, ha
cÓmpetenda por el capital que se juega en é!, Todc campo presenta una estrnct~ra ct: s~do una matriz generadora de ese sentido.práctico que le permite mo-
probabilidades, de recompensas, de gam.ncias, de pmvechos y de sanciones _ que 1mph-
can siempre un cierto grado de indeterrr.inact~n. .
28 GLOR!A EDELSTE:'.\/ - AD3.A COR!A J.. PRÁCTICA DE LA ENSEÑt,,NZA EN L<\ íORMAClÓN DE DOCENTES
29

verse, regula~a e inventiv.an;1ente a la vez,· er_ el juego que se juega eh Más aCeiante, se abordará. otra pe::-spect?va de ·lectura, vincufada al
el camro del que es agente. campo del psicoanálisis, g_ue también pre-tendf: dar cuenta de lo que se
La trayectoria de un suieto no se.ría, entonces, una ·sucesíór: deter-· esOOza como fractura, como n1alestar desde ot."'O lugar c'.e cónstitución
minada de ·actos, sino una· trama· compleja de pensam'.entos, represen- del sujeto.
taciones y prácticas, explicable hist6rlca y sociológicamente.

Teorizar sobre la lógica de las prácticas


Suscitando reflexiones
Reconcciendo q~e la práctica tiene sú. propia lógica, ¿sería posible dar
Jvluy probablemente, es:e desarrollo ha tenido una resonancia parti- cuenta de ella a través de una lógica diferente? ¿Sería posible pensar en
cular én los lectores. Tal Yez, en algunos casos, generando reacciones _h ro9~_fi@ci9n g~_Jt12-?___ p.J1!f!i_ca? ~--
c9ntrarüs, por cuanto -no ,e trata d~ un discurso específicó1 exclusiva- oes~e [a posicién de observadores, éstas S0:1 preguntas que se for-
mente 5ostenib1e respecto a la doce.:1cia .. En otros, generando un efecto mul~n con frecuencia ante situaciones de práctic--as de practicantes que
1
de identificación o reconocimiento de uno mismo a la luz de ésas· ex- fracasan en relación con lo previsto11 , frente a innumerables y variados
plicaciones. Iituales. o cuando se siente la imposiblidad de -comprenC:er lo que 11 alli
Lo interesante, en la perspectiva de este trabajo, ·sor. las líneas de re- ocurren.
flexión que ese planteo suscita. Lejos -se está de un propósito de extra- Alumnos-practic.:::ntes que han elaboradO-minuciosamente sus clases
polación mecánica. Se_ pretende sl- generasiQ.teQornc.esallí _donde se con la cons~gna de: asumir u:1a actitud innovadora y c~eativa, basándo~
~991!s<:,n Jg~ _ y~99s, _9onde. ~~- !~\~~~r~M?.ªJ!. ~~~0-~ti~_~Ldad en!!:(ID que i se en sólidos. fundamentqs, en el instante ·de las decisiones sücesivas
sé presentó_ e1: las _planifiCl5::ione~_.PinLencaraLla&.. pcidfGaS--rj~--@~~,._ que asumen frente 1 los alumnos en U.s aulas, e e~ las indecisiones~ en
·-ñan:Za y las f;ropras~pacticis, o inclLSO, en el interior de-las mismas pro- Ios uno saber qué hacern, prcxlucen r~puestas que no entran en los pá-
puestas. . - . -· ·------- - rámetros ~cordadas, o presumibles, desde la lógica del observador
Sobre la base de la experie(lcia, es posible sostene.!." que [!Q._f:i~-~~_ata · Volvien:io a· 1a explicación sociológica, los habitw,~ principios gene-
de mirar cada d2Se del practicante :oJll9 ¡:,1é\Qica rooal,.stng d,)!8º-¡;:.- rado:-es de ·prácticas y d~ representaciones, constituyen 11'.ln sistema de
tar una vís_ióri é)e .copj1¿nJQ -~Q\?,r~J~--~yjetQtLOr,icluidós los formadores) disposicio:ies durables, pero no ínmutables11 (Gutiérrez, 1994). Aunque~
Y· en perspectiv_a. Es un Üamado de atención para reccnocer su historia habría un2. tendenca de los agentes a ubicarse en situaciones semejan-
en el presente y las anticipaciones que en él se defir.en respecto a lo tes a aquellas que los produjeron, _ante nuevas situacione5. en condicio-
por ver.ir. nes contextuales difere1~.tes de las que generaron el babit~, el actor ten-
En fas decisiones que se adopten al 11 cal0r de la lucha!' cie las expe- dría posibJidades de reformdar sus di3posiciones.
riencias de práct'.ca, operará, sin la condenda · reflexiva que su ?{)ne .la Pero fu~ra de Ja· espontan~idad hasta. derto punto regulada que su-
elabqra:ión previa, la emergencia de un sujeto en posición 1 de un suje- pondrían esos nuevos encuentros sit:Jacionales, sería posible pensar
to con .:;u propia trayector;a. - otro camino para introducir :::a.rubios en los habitus, como encarar un
Impacta reconocer la irreversibilidad cieI ticrnpo de la urgencia y :'.,pra<::__eso de -ij.utosocioanálisis11 (Bourdieu, cii:ado por A. Gutiérre.z,
también el hacerse cargo del -cambio_ de regis:ro cuando uno se ~osicio- 1994), de modo tal que "el agente social puede explicitar rns posibilida-
na en Ia distancia temporal respecto a la práctica. des Y limitaciones< sus Hbertzdes y necesidades contenidas en su 5iste- ~;
Impacta recor,ocer el ¡:lanteo de h inscripción del babitus en el n.a de disposiciones y, con ello, tÜmar distancia respecto de esas dispo- 1
cuerpo y en el lenguaje, aunque, tal vez, en la orientación de practi- siciones 11 (Bourclieu, citado por A. Gutiérrez).
cantes se habrá atravesadc ta experiencia de percibir rasgos de derta ti- 11
Esta es la condición que conducirt~, Jtl sujeto a cuestionar percepcio-
midez1i, u observado prol:lemas de eJ{presió:1, en las formas de comu- nes y representaciones de su:; condicionantes y de sus prácticas, apun-
nicarse con los alumnos. tando de esa manera a su modificación.
Este tipo de problemática emergente revelaría en alguna medida la Ahora bien, un trabajo ·reflexivo dé esa naturaleza supondrfrl. la posi-
presencia de w.sgo? muy arcaicos, :2.dquirido:: tempian1mente en la his- bilidad de reconocer qué asp:::d;os del orden de la hístorfa de un sujeto
toria de vida, que remontan a una poskfr'.?.n, al hatil'iits, a una u-a;·ectoria. se ponen en acto en la accióCI, situación dificultosa, como se plameaba
GLORlA EDELSTE'.N - .A.DELA CORIA LA PRACTICA DE LA ENSEÑANZA fN LA FO1?Ml•C!Ól\" DE DOCENTES 31
30

anteriormente, ?ºr cuanto la lógica de la práctica no obedece al pensa- las _prácticas, analizando sisten~ticamente las posiciones quf: se oc1.:.-
miento, a los conceptos, no se ob:etiva 1nientras actúa, >Sino que se rige pan en el campo educativo (en .las institucioi:ies formadoras y aquellas
y- orgtniza por el sentido práctico. en las que se concretan las experiencias ·de práctica), las experiencias
Ello merecerla una toma de· distancia, una salida del juego que se de los agentes (categoias de percepción i apreciación, disposiciones)
juega, 11 hacer desaparecer las urgencias11 1 hacer discontinuo el tiempo que estructuran acciones y las r~presentaciones a ellas· asociadas {te-
contiriuo, ver en. un instante hechos que s60 se producen en una suce- mas de posición).
sión, hacer aparecer rela~iones c_ue en la acción son imperceptibles, En definitiva, se trataría de asumir una lectura de la trayectoria de
romper el encanto, salir de las ap·1estas. los sujetos, su puesta én juego en las situaciones particulares 1 pero a.
Tal trabajo es posible con la mediación de otros sujetos que, en po- partir de reccnocer qt:e esa deconstrucción tiene que involucrar a_l
sición de observadores, tendrían b difícil tarea pe estar fuera del juego, propio observador.
de ser espectadores, con el riesgo que ello i:nplica, y comprender lo que _Ello significaría asumir una postura con1prensivo-explicativa que
allí se juega, intentando recupei:a,r el sentido que tiene la acción para lo~ onente en los procesot de 11 int:=:vención11 de los formadores respecto
sujetes que son sus protagonistas1 • a los procesos de práCtica, con una fuerte impronta ética en este que-
Po:iría pensarse que una condición fundamental para ei-:ccarar ese hacer.
proceso de objetivación es objetivar, en plimer lugar, cuál es la pro-
pia lógica del observador, cuál es su punto de vista, su mirada en pers- .
pectiva, ya que, al igual que en cualquier práctica social, en la prác-
tica científica lo que se juega es un sujeto cuyo sentido práctico tam-
bién es prodllcto de una historia social.
En lo que respecta al actor, la toma de distancia respecto a su pro-
pia práctica le plantearía asumir un punto de vísta 1 que ya nD es el de
la acción sin ser tampoco el de la ciencia 11 • Postura cuasi-teórica, el·
agente perdería, para Bourdieu, .a posíbildad de expresar ºla verdad11
de su práctica, los principios que la regulan, que, precisamente, son
los q..1e esa m:.sma práctica se obstina en omitir u ocultar.
Las prácticas de la enseñanz~ inscriptas en un proceso de forma-
ción docente, son patµculares, en el sentido de que están formula-
das I a propósitou. ¿A propósito de qué? De ser reflexionadas desde
las teorías que s~puestamente las oriectan y desde los principio$
prácticos que las constitüyen. Podrían denomínarse entonces meta-
prácticas. .\
Los actores serían portadores de un conjunto de conocimientos que
efectivamente han posibilitado c:::mstruir pÍopuestas de acción.- En ese
sentido, esos conoc_imientos y esas propuesras serían parte de 11 su ver-
dad'': aunque las prácticas se obstinaran en contradecirlos.
En estos procesos de formacién de docentes, sería fundamental asu-
mir ·como planteo metodológico la progresiva reconstrucción de

6 Señala ;Bourdieu que un riesgo de la teorización· es extrae1le incohereacias a la ló-


gica práctica .e imponerle coherencias forzadas, que son propias de la teoría. Habla ele
los "e~ectos de teorización", consistentes en ni.a síncronizadón forzad?. de lo sucesivo V
totafüaci.ón · artificial, neutrallzación de las funcion~s y 9ustimción del sisÍ:ema de lÓs
principios de projucción por el sistema de los productos". Habtía cuestiones de la lógi-
ca pri.ctica que ec;caparían, por definición, a la lectura teórica. ·
Los· sujetos cf,e
las prácticas
SER PRACTICANTES

De la pequefias trampas del lenguaje


¿Qué" significa nser11 practjcante? ¿Cuál sería el lugar qué se le reser.:
va en las rutinas escolares? ¿Qué le :'O!}lpete haéer y Ge· t¡ué cuestio-
ne.s está excluido?
La imagen -men~.il Cfue s.uele construirse al aludir a un practicante,
es la de una persona individualizable, que se encuentra en un ¡::roce-
so de -fÓrmactón, que a(m r10 se ha recibido de docente -maestro o
profesor-,- que ·aún "no es" docente. ,
Como suelé ocurrir con las profesiones en ·general, se adjudica la
categoña- de 11 ser-'' ~ una forma particular de adscripción a un rol o fun-
ción.; la entidad que se asigna a ciertos atributos parece ser equivalen-
~e a rasgOs definitorios del sujeto. -Cesde esta perspecriva} se '1es" la
profesión; el sujete es contrastado- con: un perfil, implicando. un desco-
:1odmiento de su historia en tanto sujeto.
Otra cuestión interesante es analizar la defi::lición por negáción, es
decir, 11 ser practicantes11 como equivalente a 11 n::i ser docentes".
Sí la constitución de la identidad de un sujeto supone ·1a presencia
de 11 otro 11 que nom:>ra, y al nombrar significa, asigna un lugar, la ima_-
gen que se_ devuel·.re e·n este saso es que el practicante está en situa-.
ción de carencia respecto a una posición a la que se aspira, :a de
docente, a la Vez que se ratifica uné. · pc;>sición previa, que se está
abandonando, la de alumno. .
Podría admitirse entonce:=: que se trata de un alumnc muy .par-Hcu-
lar, al que se l~ Q.emanda asumir un conjunto de accior.es f}ropifli de
Ia tarea docente. Es decir, no sería ni una cosa ni la otra, o mejor, no
ocuparía ni una ni otra pOsición.
En este apartado, se propone analizar precisa.mente qué .supone ese.
lugar de indetermir:adón. Es una búsqueda de reconocimientO del su-·
joto practicante en su conflictividad, en la tensión que implica una
transicióµ..
Los SUJEíOS DE LAS PRÁCTICAS 35
GLORIA EDELSTEIN - ADELA CORIA
34

- que esa institución prepara instrumental y conceptualmente


Se intenta salir al encuentrO de ideas que permitan pensar en térmi-
para 11 se1:" docentes;
nos posítivos sobre ese lugar de constitución en el misn10 acto en que·
- que, en func'ión de ese objetivo_, ha .i·ealizado una oferta sis-
contríbu_imos a constru.rlo.
temática de formación, que incluye la práctica corno :nomen-
to clave, transmitiendo un saber en relación con los :onteni-
dos ~el nivel para el que se forma -inicial, primario, medio o
Algunos supuestos superior-,
El uso cotidiano obliga a menudo a no:mbra·r 11 bs practicantesn sin
Los supuestos en relación con el practicante:
la necesidad de aclaraciones adicionales. Hablando de ellos entre co-
legas, en y desde la institución superior, en la escuela donde se reali:. - que trabajar en la posición de enseñante es una elecciém;
zan :as J)ráct_icas y con sus maestros y dir=ctivos, se sabe en general a - que tiene uvocación)I para ello, _o que se trata de una opción Ia-
quiénes se hace refere0-cia cuando Se los nombra. · boi:al, relativamen:e independiente de los factores vocacionales·
El practicante sería una COf!Strncción de las instituciones for- -· que algo sabe sobre los contenidos por transmitir; '
madoras, de. las propuestas de fármació:1, que se basaría en un con- - que, en la mayoría de los casos, no tiene experiencia previa;
junto de supueStos, es decir, un resto de _ideas e i:nágenes que susci- - que cuenta con la posibilidad de instrumentar propuestas inno-
ta, no explicitadas. vadoras, de corte metodológico;
¿Cuál sería ese resto~ Se trataría de múltiples acci::mes o es:ados, vin- - que en el 11 tiemi:o de la práctica 11 realizará gran parte de la ta-
culados a la hstitución escolar doride habrán de desplegarse las prác- rea que le compete al maestro o al profesor: presentar .os con-
ticas; con ~u.s alumnos, sujétos del aprendizaje; c.on la institución en tenidos, organizar actividades, cuidar la disciplifla, transmitir há-
na"mbre de la cual se 1ie&11 practicante; co:1 el propfo practicante. bitos;
Sucintamente, se propone el ejercicio• de listar dgunas de las cues- - que está en proceso de formación, por lo tanto, sujeto a eva-
tiones en juego cuand:> ~e dice 11 practica:ites 11 , La enumeración, segu- luación, , .
ramente, podrá ser completada o discutida en el momento de su lec-
tura. Sería una convocatoria a "objetivar" algunos iinplicitos. L~s 5upuestos podrían pénsarse en relación con l'os niños, adoles-
Eh relación con la instítucíón eScolar donde ·ha:>rán de des3.rrollar.. centes, jóvenes o adultos, con quienes trabajará el practicante:
se las ·prácticas, suelen funcionar como supuestos:
- que seguirán siendo alumnos, aunque cambie la persona a
- una institución díspl!Íést~ a recibi; practicantes; cargo. En ese semido 1 que su lugar sigue siendo el de apren-
- que esa instit.1ciÓn tiene U.na historia> en el espacio en el que der, el de asumir el oficio de alumno, independientem~nte de
despliega su acción, historia de sujetos que la habitan, que criterios etarios;
puede contar con un cierto reconocimient::>; - que se com_portarán como es debido con alguien qu~ viene
- que esa instirución escolar tiene una dinámica particular, una de afuera, es decir, que harán "quedar bien" a la institución a
cotidianeidad que permite distinguirla de otras; la que pertenecen. ·
-. que existe un aula donde de·sarrollarán fas prácticas;
- que esa· aula está a cargo de U:n maestro o un profesor; Hay _cuestiones que, se supone naturalmente,· no serían pertinent~s
- que en el aub _ta1nbién hay alumnos, los q_ue poseen una his- o prq~1as del qi.;ehacer de un practicante; c:uedaríari reservadas para
toria socio-cultural singular; · lo: suietos de las instituciones. De ellas tampoco se habla; ellas tam-
- que habrá un Úempo acotado y relativamente breve de per- b1en se tnueven con la lógica de los súpuestos. Se hace referencia a:
n1anencia en ese espacio; es el tiempo de las prácticas. ~ las relaciones _qon la alltoridad escolar, los colegas y el traba.-
JO burocrático; -~ · ·
En cuanto a la insti:uc;:ión en nombre de la cual se puede ser prac- - la evah.:ación de los alumnos·
ticante, algunos supuestos serían: - la ~01nunicación con el exte;ior, constituidÓ por padres, co-
- que se está brmando en una institución particula:-, cada ins- munidad, organizaciones sociales, ame quienes la inStitución ·0
tituto superior incluida la universidad; sus actores siguen siendo los refere.f!-tes legítin10s.
36 GLORIA Eo:LSTEJN - ADELA CoR:A _ Los SUJETOS DÉ LAS PRÁCTICAS
37

Son cuestiones que, eventualmente, .habría que negociar desde una 7


soc_io-an~r~pológico , intentando una reconstrucción de sentidos desde
propuesta integral de fornación. las con;:hc1ones de esa práctica y su significado para los sujetos que
Este breve análisis intenta refleja· que 11 practica11;te 11 es un térmi- son actores privilegiados.
no que encierra una alta condensación de sentido; se asume co- Como enuncfa.do ger1:era1izado en los alumno~ y en un "Sinnún1 ero
md una categoría casi natural en la institución formadora y en aque- de docentes e instituciones, realizar la práctica de la e:1.s<=ñanza o, más
llas que tienen cierta trayectoria en el quehacer de rec~birlos, de brin- condensada y frecuenteme_nte, realizar las prácticas, significa 11 ini-
darle~ un espacio. En esó5 casos, los practicantes tendrían un estatuto ciarse en la docencia 11 •
más o menos claro y di~tinguible del conjunto de actores de l::.na ins- En e&te sentido, los 11 practicantes 1 participan de un acto novedoso
tituciór.. de inserción en un ~niverso de práctica extraño hasta esta expe-
MU.choS·.de los supuestos enunciados pueden funcionar en relación riencia ¿Por qué 11 iriiciaciónn? ¿Por qué leerle como rit8 de institución?
con el trabajo docente en general ,:uando éste se despliega bajo con- ¿Qué marcas ?-eJa en el su)eto esta experiencia novedosa?
diciones contractuales definidas en el interior de una institución. De hecho, la acreditación con un título -la credencial que se otor-
Eso no ocurre con el ámbíto de acciones de las que se excluye a los ga al conduir Ia fonnación, una ve¿ aprobadas 11las prácticas"- instala.
Practicantes, que tendrían en comen el vincularse a las jerarqu1~s i~~ ya una diferencia de es.tado. Ese es ·Jn medio por el que se autoriza el
titucionales, al control y bs juegos de. poder que se producen eri es(;;: hecho de dejar de ser aluono para pa~ar a ser docente. Hay un efec-
marco, y a su íoagen externa. Y ello es así aun cua:1.do la presencia to de distinción que _cuenta furidamentalmente con un reconocimien-
del practicante, como alteridad, suele desanudar situaciones conflicti- to social, con· cierta legitimación (determina, por ejemplo, el up~der11
vas asociadas a esas problemátícas. ejercer la docencia en uno u otro nivel del sistema educativo). ·
11
Rara vez una institución o un docente decide compartir con quie- Tal. vez las prácticasº se recuerden sólo, y nada menos, por ese efecto
nes son extraño3 a su historia el ejercicio de la regu'.ación escolar, el de di$tín:ión. Pero es posible pensar :ambién qtJe, junto al "pasaporte11 a1 -
espacio en que se an\Jdan el sentíco de la ide!ltidad y la ·permanencia trabajo remunerado y socialmente reconocido, operan otras cuestiones,
institucional, la perman<=:ncia te1nporal que supone- el trabajo cotidía- menos·trap~parentes, más desafiantes·a un desciframiento (Cória, 1992).
no, la ?royecdón de las decisiones que se toinan y cierto sentido de Desde esta visualización, se propone pensar Ia práctica como un
la posesión, que se desp:-ende de enunciados tales como 11 mis alum- conjunto de ritúales, acuñados y consolidados en el transcurso del
nos11, umi curso11 , propios de los docentes q:.ie se desempeñan en esa tiempo· por sus actores principales, bs formadores y practicantes, que.
institución. dejarán una ilnpronta muy sl~ficatva en los sujetos. ·
DeSde esta le:::tura, la catego~ 1 pfactica·nte" sería una construcción Serían, por ejemplo, signos de riuales las sucesivas presenta.clo-
singular¡ cuya pa1ticularidad devendría de dobles inscripciones institu- nes ·que se demandan al practicante para encarar sus prácticas: pre-
cionales, de dobles lugares simbóH:::os, de atravesamiento de múltiples sentación en instituciones,- en general formales; presentación a los ·do-
demandás y expectativas. Sería una cat.egoría que cuEnta con ""palabras centes a cargo de los grados o curs05; presentación de planificaciones
p.t.·opias- y pre~tadas, que anticipa la práctica docente en su compleji- a los orientadores: a_ los maéstros o profesores; presentación de recur-
dad a la vez que se constituye desde una .práctica de sujeto en forro.a- sos para las clases, nbuena presentaciónn, entre otras.
ción. Ser practicante sería un lugar de pasaje. Pero es posible dar otro gir,o con el pensamiento y reconocer qué
ocurre tras la? presentaciones, qué -se representa en cada pequeño acto.

7
Las ideas de Pierre Bourdieu, expuestas en su trabajo "Los ritos de institución~ (en
Iniciitrse en la docencia Qué significa hablar, 1985), han ir.spirado estas reflexiones. El autor ;efiere al hecho de
que el sentido de instüucióo puede ser visto -~omo acto, con l.a visión del movimiento,
que rompe con Ja idea de lll institución como Jo ya dado que cuenta· con estabilidad y
¿Pbr ·qué se f~cuerdae de manera singular las primeras p::-ácticas? d~finiciooes típicas. ~uando -algo se instituye, significa que se insti!Ia como legítima una
¿Qué característicaS tiene esa experiencia para insr.c.larse como algo d;ferencill que puede ser natural. Así, las dife1encias sociales entre sexos, sobre .a b:.tse
~e las difer.'!ncias btoié,gicas, o las: diferencías entre clases sociales, que quedan narura-
particularmen[_e significativo· para quienes la ,vivencian? ¿Sor. rasgos· ltzadas. Los ritos de institución serían los mecanismos posibilitanres de legitimación de
que penníten distinguirla de otras experiencias docentes? esas diferer.cias. Un cierto e5tado puede ser transformado a· través de actos rituaJes. Es-
En el análisis de· esta cuestión se acude a los apones de un enfoque tamos fren.te a. 1o qu~,snele denom'.narse en ar.tropología 'ritos de iniciación" (po• ejem-
plo, práct1cas de pasaje de !:a niñez a la adole~cencia).
GLOR:A ECELSTf!N - ADELA CORlA Los SUJETOS DE LAS PRÁCTICAS 39
38

fe1~ntes asigmturas de los planes de formación docente, es en el mo-


Las diversas historias serían como escenarios que marcan dife-
mento de 11 las prácticas 11 cuando el practicant~ se expone por prim.e-
rencias: la historia .dé la h~stitución formadora en encuentro con· la
ra vez, sostenieJ.1.do una- propuesta personal, en el escenario de la
historia de la. institución que recite practicantes; la trayectoria socio-
enseñanza, con la intenciona!,idad que lo ·caracteriza. Es el primer en-
culturaJ de los pracÚcantes; las re;nesentad.ones de esos- sujetos res-
cu_:~tro con el niño, el adolescente o el adulto 11 imaginadqs", pensados
pecto 2 la escuela, al sen:ido de la experiencia escolar.
teoncamente. Es el .momento de lá puesta en acto, con toda ta caroa de
El pasado se presentifü:a. No da lo·mismó pertenecer a uno u otro
implicación personal que lo ca1acteriza, en la medida en ·qlle s: en-
instituto de formación cuando se llega ·a una e_scuela para asumir las
cuentran cuerpos, imágenes, palabras, sujetos en un vínculc.
prácticas. Así, ;ería posible recono:er una gran diversi_dad eh los reco-
La iniciacién en la práctica de la enseñanza tendría su fue1-za v su
nidos formativos en otto5 á1nbitos escolares. El carácter de la propues-
poder 1novili2ador .en la medid,:. en que lo que allí se pone en j~ego
ta de formación es una variable fu:1.damental, al punto que en n1uchos
casos· el recuerdo de las prácticas se traduce en palabras co1no no
11 e~5 u~a demanda de hacerse cargo de las diferencias, reconocerse a
s1 n1:1smo en ese lugar de encuentro, donde se trata de construir una
quiero recordarr. ·
Tarr:bién se hacen presentes las trayector.as de los sujetos practican- posición, la de doc~nte-practicante, que no puede eludir las múltiples
tes.· En el nacto principalw de dar las da~es largamente pensadas, fuÚ- demandas de e.stos notrostt, que son en definitiva quienes terminarán
damentadas: PU?gramadas, se actúan_ mútiples deseos y mandatos, por legitimarlo a partir del rec:mocimie:1.to que le otorguen (Coria
1~~. ,
n1últiples 1naneras ya instituidas de pen?'ar y acti..:tar. Entran en escena
silencbsamente y se coflvierten en escena1io, en habitualidad, que da Escenario Cé demandas,· deseos y pos"ibilidades, la_ ·for:ma. que _asu-
cuenta de u:ó.a posición en el ·campo socio-c~llturaL ~a este proceso de ''iniciación" marcará significativamente la
Los practicantes son tales dentro <:Je una- institución formadora, pe- histo~ia de la formación permanente qu.e c~racteriza esta práctica
profes10nal. ·
ro e;sa homogeneidad de posic;ión escolar esconde la heterogeneidad
de experiencias de vida, de formas de percepción·y apreciación Las prácticas serían un desafio a la imagi.:i.ación. Cuando se re-
de la realidad, hechas· cuerpo y lenguaje. Cuando se juzga que un cuerdan las pimeras práctic~. se reconoce el rastro' de la d.hnensió:1
practícante carece de creatividad porque -se ma'neja con estereotipos, de un gran esfuerzo er. la búsqueda de alternativas, que se materiali-
en fin, porque no innova, en parte s~ estaría emitiendo up iuicio de zan en multip~icidad de recursos y estrategias metodológicas innova-
valor sobre esa historia, •que busca repetirse aun cuando la: voluntad o · doras. Con la idea de modificar lo que se observó, con .el desafío de
los requisitos institucionales indiquen otra cosa. que los. :1en:ie:1tos del aula pueden ser diferentes por efecto de una in-
Probablerµ.ente, con el paso del demp::>. estaS cueStiones no for- te~enc1on, a _veces, casi redentora, los practicantes realizan un· des--
1nen part.e -del recuerdo porque son constitutiV:ls, por fa1niliares, por- phe~ue que s:túa ~ los Sujetos en un "escenario muchas veces desco-
que, s pesar de todas las novedé.des y de ·ios esfuerzos de modifica- ?ºc1do. Las prácticas impactan. Signo en pa1te de la demanda que se
ción, su modo de estar presentes sea permánecer sin - hablar, aunque instaura al pra:ticante, sería cent:-ahnente ejemplo de una apuesta per-
se dejen oír. sonal. Es por ~s<=: <:Iue, transcurridos los años, suele afirmarse que nun-
Hasta aquí se ha esbozado una idea fue_:rza que en Parte p_ennite ca s~ vuelve :, v1v:r algo semejante a las ptjcticas, que quizás eso só-
responder a fa pregunta forn1ulada iilicialn1ente: ~qué hace de 11 las 1~ fue un pare:1tes1s en .a ?istoria del trabajo docente, que qLedó apre-
prácticas" una· instánda tan importante en la formación ·que dejará sado en la rutina y en la nnprov.sación. . ·
sus marcas en la trayectoria futura, que v.J:elve en récuerdo casi ine- .-..Por ello, las prácticas-de Ia·enseñ?-nza, como momento de Ia fonna-
ludible: la ide~ de los -ritos de iniciación con s'us transparencias c~:'n;1 suelen ser nombrzdas, en muchas oportunidades, como una ufic-
11
y opacidades? C[On, como el hacer como si se fuera docente 11 , pensando que 11 1a ver-
11
Otra perspectiva de lectura de la fuerza de la iniciacióÍ1. es la de ana,- dade~.. práctica. vendrá después, caractei":~ánclola básic~n1e.:1te por la
lizar- qué in1pLcactones tiene respecto al sujeto practicante en tanto pose~1on del gr~1po de alumnos propio, por la existencia de un non1 -
propuesta relacional con los alunnos con los que tiene que trabajar. ~ram.1ento efectrv:o en h. n;d institucional y hasta por el desaliento y la
merc1a.
Este encuentro puede -destacarse ~orno uno de los más significati~
vos en el proceso de práctica en las- instituciones. · ~i bien esta3 ide.as p·.1eden asen~rse en ciertas condiciones objeti-
Si bien en e~ 1narco de un buen nún1ero de propuestas fonnatívas se vas, puesto que; como se afirmaba, las prácticas son una construcción
reali~an·experiencias previas de cbservacié~ o micróexperiencias en di- en el interior de un plan de formación, ellas constituirían una antici-
Al) GLOR:lA EDElSTEiN .:. ADELA ComA los SUJETOS )E LAS .PRÁCl"CAS
47

pación muy significativa en !o que se refiere a la constriicción de~ lu- universo que suma, lo itnpensado y la posibilidad de la f""~
gar de docentes. · . - .. ~ -ab
1nt1c1~~ct..Jn que, ¡:or n1editadá y_ sostenida en argumentos· más O me-
Podría. :1.ipocetizarse que e:;a anticipación se dada én dos plano.S de n.os s?lrdos ,Y .cohe:entes, parecí_a estar ex<::"nta -:le fracturas .
:aprendizaje,_ que serían eseucturantes del queha:cer docente:
. . La inmediatez, una de las categorías que Jackson utiliza para descri-
- El aprendizaje de la urgencia .de la práctica,· el aprendizaje Jlr e1 acontecer en las aulas, que es retomad.2 di e ''d E
del tiempo en la enseñanza. La dimensión del tiempc _en su obieti- . d. e . y s Uw a por
:1e 1, Y otros : 1987), se ordena sobre Ja lógica de las pistas, una Íógi-
Re-
vidad puede ser capturada .en accione$ de observación. Pero su pers-
:Jectiv-a interna. como instantes de tiempo e:¡;n que se torr,an decisiones
':ª-~e 1~ 1m~g1nanc que ,.se cespliega en un circuito reglado que pare-
•-e11a ser mas o menos t1pico.
~ue-defi:nen en el 3egundo :1 segundo lÜ CJ.ue va a ocurrir allí, se p~e- _. La in:mediatez de l"s .acontecimientos de la Case rev~la la impottan-
de medir en el mismo acto _de enseñar. ·- •~I~ que los maestros dan a las indicaciones pasajeras del con1 porta-
: El ·aprendizajé de la asimetría constitutiva de los procesos de 1_111ento de los alumnos, que serían verdaderos signos de su desempe-
enseñar y aprender. La observación de la simultaneidad de ambos ao. Se trata de un _r:gistro afe~ivo, no mediado por la reflexión, por
procesos puede contribuir a consolidar la id.ea, a veces ,sosteniqa -co- ~l q~e el docent~ mua y ~elecc1ona actitudes, g':stos, expresiones que
mo ejemplo de perspec~iva.s democráticas en ~a enseña:i.za., de que ~1 l.:Onfrrman que eJer:e adecuadamente su funcié,n
enseñar se estructura sobre la base de una rélación horj.zonta1 con . Los -g~stos de a[rmación, negac.ión, aburrimi~~to, distracción O -in-
quien aprende, por lo que se eljmínan las diferencias. Es en las prác-
ticas donde por primera vez se experimenta esa diferen:::ia: se es actor
d1ferenc1a son novedosos para el practicante en tanto sera' ¡
y .
ez que los reco~ocerá . '
como actor. Constítuyer. ª~=
·
los signos que habrán
principal de ta puesta en juégo de infinitas formas de ·reconocimiento de.devolverle la unagen de 11docenteH, que }o ratificán O no
y desconocimiento desde una u otra posición. Es en las prácticas don- sición. - en su po-
de se devue!:ven miradas o se niegan, se dirigen gesto5 o ·se oc:.ütan, Sin embargo, .estos .códigos constituirían tipifit~cion_es instituciona-
se respo:1.de con palabras o con indiferencia. Y, en esos pequeños ac- les, .Y. ?ºr ello. el practicanre.Jos habrá aprendido, en realidad, desde la
tos se reconoce que no e5 lo mismo ser docente que ser altunr,o. _pos1c1on de alumno, ':!n su:paso por·Ias aulas.
~ª-- noveda~ deja:i~ de ser tal, en tanto el practicante como aluinno
habra apr;ndtdo qLe el éx;itc pedagógico se traduce en rostms de pla-
De la palabra al cuerpo cer, entus.asmo. mov1nuent<?s de afinnación; e.1. tanto, las señales de
que l~s _cosas no funcionan se demuestran en el desinterés, rostrós de
Una propuesta para asumir una práctica docente es un texto con. aburnm1ento y pasividad. ··
fuerza dscursiva. En tanto discurso, se construye con palabras y con Hade~do por uc mO~~nto :a-Ps,tiacció.l). de la situaci6:r.. singular que
imágenes, de otros sujetos qué preceden el acto de esCritura, de qui~ri se geneia .po~ ~ p~esencia .d,~bsetvadore·s d·.1rante las prácticas, la
lo escribe) de qu~enes lo reciQirán, de lo q\1-e vendrá. _manera ~tpecia1 en que se pl~S:me este acto constitutivo de la relación
Lo que constit11ye la propuesta de enseñanza, sin embargo,· deja de de ense1;anza. · entre sujetos a_l_un:inos y sujetos pra_cticantes, desde la
ser pro-puesta para. pasar a ser 11 pue.sta 11 ez:i juego en el escenario de persp<=:ct1va__ d:- ta ló~ca de ~as pistas, dependerá en _grc.n medida dé '
las prácticas, en el tiempo de las prácticas y entre los sujetos· que com- las caractenst.H_::as etanas de los sujetos alumnot:. - -
parten la experiEncia. · .__ En e~des :empra.nas, el practicante esta;fa.en la posició.n de µlaes-
Esa puesta en acto incorpora un nuevo orden a las palabras Y a tIC? _sust1tu.:9: sin que opere un reconocünientoi más allá de lo af~ctivo
las itná.genes an.ticipadas, construido tambtén con palabras e imáge- de__l c~~bio d:: situ-~~ión. Será otro maestro, a veces ·mas reclamado:
nes, pero que· se mediatizan ahora por el encuentro de mirad2.S, g_es- !flªs·ludico, mas ca:1.noso o más reprensivo. .
tos, vo:es. Se suele seña'.ar con. frecuencia que es_ e:i la hora de las . Es prol:3:bl: que esa po~i~ión sea rá?ida1nent~ aceptada sin que me-
prácticas cusndo los practicantes pooen, precisan1e:1te por primeq dien est~2:egias_ de comphc1dad o ·a?imulación por ,parte de los a.lum-
vez, el cuerpo. ~os .. Qtnzas 1:>s prc-ce·sos identificatol10s, a pes1.r del corto tiempo en
Las :Jalabras enunciad¿.s se anuncian ahora de mú1tiples maneras y terminas 1elat1v?S ~ue supone la perrr..anencia en las aulas.,._ se puedan
c~rren; en esos tiempos urgentes de la práctica, con el beneficio o ries- pensar .:cl_e modo semejante a los q~e tienen lugar en el trabajo habi-
go de :,er escuchadas u cbviadas, comprendidas o re::hazadas. ru~L .setratará, una vez más, del amor al maes:ro y de las posiciones
De cuerpo presente, e11 el momento del encuentro se construye un prox1mas a los referentes familia.res. _
Los SUJETOS DE LA5 PRÁCTICAS. 43
42 GlOR:A EDELSTEN - ADELP, CORIA

ceso de inye:1ción de estrategia que no·sería exclusivo de ta situación


Insudada y aceptada la rela~ión por la ir.cidencia de la palabra del de ·práctica de la enseñanza. Sb embargo, en .estas instancias poddan
1naestro de grado que autoriza an:e los niños la presenci_a del practi- cobrar fuerz,:. ciertos síntomas de lo que algunos autores· denominan
cante, la tarea, bajo el signo de la algarabía o el juego, seguirá su cur-
estrategias de 11 sobrevivencia" en el aula.
so, obedecierido a reglas se111ejantes a las que la caracterÍZa'n, en tan- ¿Qué ocurre cuando el practicante se equivoca? ¿Qllé ocurre cuan-
to discurso educacional cotidiano.
do inicia su interca:r:nbio sosteniendo que está en la misma posición
A pesar de que ·el practicante ha elaborado u~a propuesta :netodo-
· que los alumnos, e~ decir que es ~n alumno como ellos? ¿Qué ocurre
lógica 1superado1:a 11 para encar~r tius prácticas, que se supone atenta-
cua;:1do entre los alunnos comienzan a emerger ciertos 11 pactos" por
mente reflexiona.da desde diferentes aportes disciplinarios -teorías del
los que· las ¡::reguntas de saber se transformai:i en preguntas provoca-
aprendizaje,. de la eríseñanza, del ?ropio objeto a enseñar- es posible
tivas, de puesta a prueba del saber? ¿O, cuando, instalad0s en el des-
que reaparezcar- cíertos rasgos típicos de ese discurso educacional por
cubrimiento ,je que las practicantes serán 1:ainbién evaluados, comien-
efecto de los aprendizajes anteriores, tanto ?lDpios con10 de .los alum-
zan a buscar alianzas para garantizar ~l éxito a doble vía? ¿Qué defini-
nos, de su socialización en esos lugaresi:t.
ría en este caso el éxito y el fracaso?
La pues.ta en acto de estas reglas implícítas puede Jevar a malenten-
Las respüestas de los practiG.ntes pueden y suelen ser múltiples. He
didos, a esos juegos d~ expectativas y tipificaciones imaginarias, que
allí 11_1ucho ée lo que ocupa e[ tiempo de la_ lógic·a de esa práctica:
sostienen er encuentro P,escentrado del conocimiento en sí y centrado
en procesos de iriterpret2.ción de lo que se espe.ra ocurra en el aula. co1:st1uir reglas implícitas desde las estrategias, no siempre conscien-
C-t.;ia::1do ya se trata de sujetos a:umnos e:1 los que el reconocimien-
tes, ·que se esbozan :,=:n su trayectoria co:no sujetos.
to del _ugar de 11n1aestrol! se asienta con más fuerza en el saber de que Pero en este cáso _se impone ya quítar el _paréntesis a la presencia
dispone, no ya sólo el saber que 3e supone como estructurante de la de Jos observadores en las auks: docente-tutor y profesor del curse.
relací9[1, sino ta1nbién, e::1 las puertas que abre el docente para abrir- Es quizás esa prese::icia la que define las condiciones de posibilidad
se camino ~rí e~ u1undo del conocimiento, el problema toma un giro de que este tipo de c'.Jmportamientós adquiera fuerza porque, ímagi-
un tan:o diferer:.te. narian1ente, actúa como un lugar de reflejo en el que se miran las no-
Es posible pensar en el aprove:hamientD de ciertos cauces que se vedades.
abren eJJ. esa· lógica de las pi_stas, ·en un j9ego también relatiVamente Más allá del carácter intencionalmente colaborativo de esta actí'ri-
reglado. Es la apertura de los canales de la simulación y la complici- dad, la observación opera ell este caso como espejo. En él: no sólo se
dad. mira el practicante, sino que se dibujan !Os perfiles de la interacción
Sünular que se atieride, que se sig,ue el :1ilo de 1~ clase, es un pro- · con los sujetDs alumn:>s; ellqs rriismos lo viven como un vértice cla·ve
y buscan un punto de: existencia.
Para esos alumnos: la ptesencia del Observador opera como refuer-
_H ,5igt1ien_?? en esto_ a Édwards y Merca: (1988), al hablar de discurso edLcacional y zo al espontáneo y libre juego de la complicidad y la simulación. Es-
su_s :e_gks bas1cas,.se hace referencia_ a las comprensio.,es implícitas que deben tener los tos procesos encuentran en la cbservacién una manera de .hacerse más ·
pa.rtJCtfu.ntes -en las situaciones de _intercambio, por encima de cualquier comportamien-
to estri?am~nte lingüístico, a fin- de dar sentido adecm.do a lo que el Otro está intentan-
conscientemente sostenidos. Et allí donde puede -evidenciarse· la falla
do tlecu o intentando conseguir al decir a.go. - del practicante, que será tal ·en la medida en que se rompe la autono-
E! conocimiento compartidc común, di:ntro de} cual tiene sen:ido eI discurso· inclu- 1nía ficcionada de la soledad C.el aula, porque, si bien nunca se está
ye t~~o tipo de ex;:i~iiencias compaitidas Hngüísticfü, no lingüí~icas, supuest~s, per-
cepciones, comprer.stones. E.'>as reglas bá9.cas serían: definitivamente solo en ·ella, es cierto que se lo está menos cuando los
H l. Es el maestre- qu.ien hace laS preguntas. que participan Prestan atención a la presencia de cµerpos que no son
2. El maestro conoce las ~spuesras. l~s ~ue defir.e_n la em~rgencía -en el doble sentido de urgencia ·y sur-
3. La repetición de preguntas sup~ne respuestas erróneasN.
Cu_ardo l~ alu~nnos pregur.tan, "pueden estar bus:::ando info1mación, guía o permi- gnruento- del acto educativo.
so paia_ hacer algo , en tanto, e.tanda el mc1estro pregunta ~ ...está comprobando que los }.hora bien, va de suyo que·no todo lo qu~ oc:..u-i-e ~n el aula es de
a.!umnot saben !? que de?en saber, poniendo a prUel::a su conocimiento, comprobando dominio de lo hnaginarlo, y que, por i:naginario, no sería u malo''. :..Jo
si prestan at:nc101:, defirnendo $U agenda en cuanto ~ pensamiento, acción y discusión
LJ la rrn.yona de tas preguntas que hacen los maestres no buscan ín_fonnación. Forman se abre en eae caso -u:1 juiciQ de valor.- En realidad, se alude a procesos
p~rte ?_:=I ª°:-:1~ento dtscursivo de que dí~ponen 105 ·maestros para co~trolar temas de que aproximan a cierrrs ma_neras de 11 vivenciar11 lo.S procesos de prá.ctica.
dtscu~:0:1., dingir ~l pensamiento Y acción de los alumnos y establecer los límites de la Se pone e: acento en estas cuestiones dada la importancia que tie-
atencior compartida, de la actividad conju:1ta y del ccnocimiento.comúnu. Así el maes-
tro puede actuar como árbitro de la validez de los conocjmi~tos. · ' ne el encuentro de cuerposi que 1 en s·..1s 1novimientos, posturas, ¡:o-
44 GLORIA EDELSTEIN - ADEU'. CORlA
LOS SUJETOS DE LAS PRÁCTICAS
45

siciones en el .esp1cio, dan cuenta, además de ese universo imagina-


un trabajo que supone operar con el pensamiento de otro,· en ua aquí
rio cons.truido en la interacción, de ''algo qJe se· es11 (P. Bou:-dieu,
y un ahora, sin que sea prácticamer;te progran1able, con fuertes intui-
1980), y :le lo que no se es consciente' al punto de poder reflexionar
ciones sobre lo que el otro puede o no hacer; pero abierto ·al descon-
mientras se actúa.
cierto de la in1posibilidad de predecír tari sólo parcialmente.
Esos cuerpos aprendieron temprananiente, en el espacio esco-
Este esfuerzo Ce ánticipación relativa y sin garantías de lü'- que ven-
lar, el juego que allí se juega:; las no:1:I1as de la respuesta adecua(:.a, los drá, por estar suje[o a la lógica del pensanliento y la producción de otro,
buenos hábitos, el respeto, bcluso, las formas de expresar la resistencia.
es lo que dotaría; en parte, Qe singularidad al trabajo de un docente for-
Esos cJerpos se encuentran, en el tiempo de las prácticas de :a en- mador de practicantes. haciendo las \'eces de estructura je esta función.
señanza, mediatizr.dos por una intencionalidad, plasmada ~n una pro- Podría sostenerse que ello dramat:za con crudeza. o al extremo, mu-
puesta que pretende ser innovadora a la vez que formatiVa, pero no cho de lo que en el fondo ocurre con las prácticas docentes en gene-
pueden eludir los mensajes que producen en tanto cuerpos y la efica- ral cuando lo planificado pierde lo estrictamente previsto por efecto de
cia sitnbólica que esos mensajes pueden llegar a tener. sus re-significaciones obligadas en contacto con alumnos.
De la :nanera en que el practicante pueda objetiVar estos procesos ¿cómo inicia un doc~nte el diálcgo con un practicante cuaEdo se
dependerá en gran medida Ia posibfüdad de dár cabida a los canales trata de discutir una propuesta para las prácticas? ~o s~ puede defini-
de la trar:smisión. y apropiación de conocimientos, qu~ definen esa in- tívamente apunta:' lo que hará, Acaso el docente formador de practi-
tenclonal_ldad explícita de esta prácti:a formativa, en contrapunto con cantes formule algún interrogante cdmo disparador; pero es posible
los canales de-la s:.mulación y la complicidad. Y ello mucho tiene que suponer que, salvo en escasas excepciones, cuando se reúnen grupos
ver con la manera en que se asume la posición de ao::>mpañarrJento de alumnos, el docente no realiza, por ejemplo, exposiciones teóricas
de las re5 las que el docente formado: inaugure en el ejercicio de la es- sobre la teffiática.
pecificidad de su trabajo. Su mirada, no :,bstante, oS.cila atenta al proceso de los practicantes)
por momentos articulado, por momer:tos confuso o inconexo. Ello impli-
• ca un esfuerzo sostenido por descentrarse, reconociéndoloS paso a
LOS FORMADORES paso, razó:o. por· razón. Esto sería condición para poder articular palabras
con sentido en relación con la singularidad de· las propuestas, a menos
Al anajzar los procesos de práctica de la enseñanza, desde .la pers- que fa o_:)Ción sea la de permanecer bajo el cobijo del p:-opio discurso.
pe.ctiva de los sujetos formadores, se plantean n1últiples interrogantes En este ejercicio, ya situados en el momento de las prácticas inten-
que expresan, de algún _m-o:lo, las implicaciones y. complicaciones que sivas, cabría preguntar: ·
esta posición pone en juego.
Ames de considerar un posible enfoque que encuadre el trabajo de ¿Qué efectos tiene en el doce:1te formador el fracaso de ur_ prac-
formación en ese proceso, se propone un ejercicio de reconocirr.iento ticante? Si fueron los docentes formadores quienes acreditaron
de lo que podría caracterizarse como la dramática de este lugar. para que el practicante.llegue hasta las aulas, ¿quedan involucra-
Ocurre que, a pesar de ocupar una posición relativa:nente resguar- dos en ese fracaso?
dada, el docente que la as-eme se hace cargo de un sinnúmero ::le_ si- A la inversa, cuando el éxito cara~eriza las prácticas intensivas 1
tuaciones que lo implican con altos niveles de exposición person.aL ¿puede ur. formador dejar de sentir cierta completud y relativo
Darse_ cuenta de esta problematicidad supone ciertos modos central- placer, cOmo si se tratara de un efecto exclusivo de su actuación
mente in:errogativos de encarar la tarea. No obstante, aunqu~ :10 se previa?
sea demasiado conscienre de las aristas de la complicación, ella 1:e im- tCómo aceptar, en uno y otro_caso, que las prácticas 11 le pertene-
pone con insistencia. Con diferentes matices, recorre pensam'.ento, cen11 al practicante, aun cuando se trate en general de construc-
imágeneE, percepciones del docente, se expresa en forma de ma:estar, ciones sociales? ·
habla en parte de ciena cuota de sufriiniento del docente fonnador. (.Cómo ad:,ptar una posici~n en la que no se ·desdibuje e~ lugar
Un nudo central de la cuestión quedaría definido por la variabili- del formador ni. por defecto ni por excelencia?
dad de situaciones que debe asumir si su fu.:1ción es trabajar con un
grupo~ivamen:e numeroso de prac(icantes. Ya no se tratará de Ja La posición del docente formador. tiene como lado oscuro casi ine-
clase cuyo recorrido queda delineaCo 11 antes" de-I encuentro, sino de vitable, y como t::cmbién~ ocurre en d c=;tso del practica.:1.te, el estar su-
Los SUJETOS DE LAS PRÁCílCAS 47
46 GLORIA EDELSTEIN - AcELA CORIA

Hasta aquí se_ha hecho alusión general al 11 formadoru. Es común, sir.


jeta a demandas múltiples: La voluntad de contribuir a la formación de
otro se aiticula con un orden que lo rebasa
embargo, utili2ar diferentes formas de nombramiento, cada ~na de !ªs
cuales implica un mandato fundacional éel lugar con consecuencias
Dadas cíertas condiciones objetvas, representa a la institución for- prácticas. Así, suele llaffarse profesor de pr~ctkas ~ guía, -coordi:1ador
madora y parecería que, por efecto de carác:er transitivo, fracaso y éxi- ' orientador, papel que no en pocos casos es asumido por U!.1. director
to atraviesan al sujeto forrriador y se construyen como fracaso o éxito de estudios.
de la institución representada. La nominae:ón de orientador pretendería avanzar respecto de 1~
Desde su subjetividad, al vivirse ¡a sí mismo como representante, es de coordinadcr, adoptada con cierta frecuencia en algunos instítutoS
difícii eludir niveles de conflictividad importantes en el trabajo; no es · de forn1ación docente, por entender que en este último caso la tare2.
sencillo construir un encueritro placentero en y con él. Es difícil la dis- se vincula má.5 a la gestión-organización de la etapa de prácticas.
criminación. Por otra parte, dependerá del carácter de la práctica su Ser oríentaC:or significaría ya un cierto nivel de interver.ción más
modo Je relacionarse con los maestros o los profesores del aula. La centrado en el apoyo a los procesos de elaboración de la propuest:2,
e::omplicidad con el docente o la defensa del practicante ante éste sue- de enseñanza por el pncticante, en el sentido de compartir el pro-
len plantearse como formas que a:mme esa relación. ceso constructivo por él encarr.do.
Ser formador de practicantes no es un trabajo tranquilo. Este proceso plantearía, siguiendo a Bruncr, elaborar 11 plataformas
Hasta suele construirse con10 trabajo, en espacios de relativa solédad; de entendimie:1to mutuo11 , generando 11 formatos de interacción", es de-
cuando no se generan instancias cÍ.ue posibiliten socializar con los cole- cir, microcosmos de interacción social q~e establ.ecen pautzs que r~-
gas los detalles ·de las experiencias vividas. Por momentos, esa soledad
gulan los interca1nbios·; estos formatos que no sólo se utilizan, sino, so-
parece desdibujase cuando se suman a los practicantes los docentes de
bre todo, inter.orizan, d= modo tal que, en tanto apoyos, son provisio-
las instituciones, quienes, desde sus necesidades, encuentran en los do-
nales y por lo tanto de.5aparecen progresivamente.
centes forri:tadores una posibilidad de escucha, mientras el practicante Las ideas precedentes, Hgadat: a las de, __ '~ªrtdamiaje" _y _ ntraspaso de
se reccesta sobre el pizarrón o distribuye una guía de trabajo. co1n_p_t~J(::!pcias 11 sugierer_ la necesidad de constn,1.ir es·PaclOS ·ce- Cbnoci-
En los pequeños actos de 1a fo:-mación, con prao:icantes, maestros miento-compa~tido. Ello sign,ifica esforzar;:e por crear, mediante nego-
o profesores,· el docente formador se incluye en la t2rea a partir de su
ciación abierta y permanente, un contexto de comprensión común en-
sentido práctico_ Quien forma practicantes se expone al ritmo de las riquecido ·con1:tantemente.
prácticas y al ccmplícado aprendizaje de m:lVerse junto a quienes son
pn este sentido, pod:ía pensa:--se en r«;;:cuperar la idea de tutoría
·sus actores prin:ipales.
por parte del formador, despejando el componente de cuidado o pro-
Los formadores de pr2.cticantes suelen tener apuestas silenciosas
tección, al asoci~rse a figuras parentales, o el de direccionalidad abso-
en el juego de las prácticas. Pero, aun en un marco de cierta drama- lutamente predeterminada, en el uso· agrícola del término9 ,
ticidad, se trataría, como en el caso de los practicantes, de encontrar
Significada des~~ .~gfJ?..~!~pec_tiya C01!5t:--~~~".~~ !~:~.!~- 9_~ i_~!~-~~
un lugar donde su palabra no se pierda e'n vericuetos en los que, muy
tuar ~911, el praéticant.~_~!!.J2§:~}it~Q.~-:ill.!.5W.~QtQ§_~did_.Qroc~:50, Sobre
probablemente, no se reconozca.
todo en relación con la elaboración de su pr~puesta, teniendo· espe-
/ cial cuidado de no imprimir una jetermínada direcció_n que, conscien-
te o no, se ajuste a las expectativas y fepresen~acione's previas del for~
Una significación para este lugar mador.
De ahí la idea de a:oi:nJ)añ~;p.i.~DJ9 q?m9 __ 9Q~~.rvaclÓ_n Y..t~Kis_!:r:=,
Se propone discutir un ~??_ de entender la práctica de los forma-
~;e~t{), que pernl:~~~jdeni:ificar las instanci;i.S en que es necesaria la in-
dores en proce;:os de prtctica· c:I_e la enseñanza. Ello no supone efüaír
~~i~_c~t◊P y e:1_ .9!!~. -~_epJ;iQ._q.__e,s r.ecesaria, de modo .de no ir.terferir e:
rií'bOrrai··1a-aramaticidad p1anteáda- antedOrrriénte. Quizás~ por el con-
Proceso creativo del practicante.
trario1 suponga :::01no enfoque un2. 1nan~ra de ser más consciente; por
lo tant'.J, tal vez no constituya un :men antkioto contra el malestar.
9
Sin embargo, se procura priorizar: saber a no saber; interrogar a ne- Tutor, en sen:ido agrícola, signific2 sostén o gu:ía, caña o estaca que se clava junto
. gar; compartir y confror_tar a simular ser completos y coherentes a a un arbusto para mantenerlo derecho en su -crecimiento. En sentido general, persom.
que administra los bienes de un menor o persona-de capacidad civil incomp:eta. En sen-
priori. ¿Cuál es entonces el lugar C.el formador de practicantes? ¿Se tra- tido figurado, tuce'.a. ·
tará de acompa-ñ.ar o de orientar su labor?
GLORIA EDELSlEIN - ADELA Cui<'IA Los Sl,JJETOS DE LAS PPÁCTICAS
49

El logra de este punto de equiHbLo, que permite un fluido inter- De otros enfoques
ca1nbio y ::onfrontación de ideas sin forzar a seguir la direccióil de-
finida explícita o implícitamente pór quien adúa como referente au-
En la formación de docentes se estaría difundiendo como otra pers-
torizado, legitimado institucíonahnente 1 · es el problerna más delica- pectiva la tendencia a incluir _como ·Jn eje la revisión de propuestas
do al asunir la tarea docente en reladón con las p1-ácticas de la en- construida$ por expertos. Surgen al resf>ecto algunos inten-oga!ltes que
señanza. Sobre todo cuando, en el reencuentro con e.las, se actua- interesa debatir.
lizan en el docente formador los supuestos teóricos y prácticos que. Desde el punto de vista ,:ognitivista, en los últimos años han sido
desdé su trayectoria, le permiten indagarla y, en consecuencia, ima- objeto de análisis y de expe:iencia?-diversas las diferencias entre suje-
ginar atternativas posibles. tos expertos y novatos en la forma de resolver problemas y ejecutar
La tensión, el debate' interno, pare:en ser inevitables e incideri en taréas específicas. Sin embargo; hasta la fecha, los estudios comparati-
las difetei:tes formas de asumir la tarea. En algunos casos, el forma- vos entre novatos y experto.5 han tendido a ser demasié.do estáticos y
dor operará como facilitador de las búsquedaE y resoluciones que se descriptivos, No hay respuestas firmes a preguntas tales como:· ¿caáles
trabajan con el practicante; en otros, obturanco la posIDilidad de in- ::on las condiciones que hac~n -que una persona concrete la transición
teracción al no poder tomar distanci2- de los propios enfoques y po- de novatc a ·experto? ¿Estas condiciones, son las mismas en relación
sibles derivaciones a propuestas concretas que él realizaría. con distintos can1pos? ¿J;.,a experticia r~fiere · a: un campo de conoci-
Abrirse a la escucha y comprensión de la lógica peculiar de mientos o a un área limitada de problemas? (Pozo, 1989).
las alternativas generadas por practicantes no es tarea fácil. Por otra parte, parecería que en el caso de Jas prácticas de la ~o.se.=.._
Implica poner en suspenso los propíos deseos de realización, que ñanza, __ep tanto prá_c;ti<:as muitideterq.inadas, y por lo tento altamente
derivan de una suerte de mhnetizaci:m con el lugar de practicante.
Estos múltiples entrecruzamientos se relaciÜnan con temas plán:..
con1.pl<ajas, _con -e~cies
-----·---- - - , , --
de tflCe_rtiduinbre ffilJ.), amplios, -no
· · - - - - · - - - - - - - - - ·-~'<-- ----,.- ,- --
sería sen-
---- -·-·--------
cillo defifllr condiciqrtes de e}[pe~tícia,
teados desde estudios y encuadres ·dSerentes en. el campo de la psi- '"-eñ~iO-d(:, caSo-: y-es rrecuer_te·que es:o ocurra, es-factible detectar esa
cología, como los relativos a proceses identifi:atorios 1 transf~re::icia- c-ªl.t<:fad en relación con alguno de los a~p~f.~9i_~9}-~RfQfil~t!.Q..Qi.. ~Q-~
Ies, profecía de autorfealización, entre los principales'. ta práctica (iffitai:nient9 de fo-s COñtef1iclÜs, elaboración de mater'.ales,
Quizás de lo que se trate es de abrir un espacio de diálogo don-· -coo·rcHnac:ón c:ié1 trabajo grupal, etcétera) y difíCiimente-eri e1 cOñ.jÚ.n-
de la asimetría propia de los procesos de enseñanza quede en to·-a~túifeas im!)Hcadas. EStc díficultaría la identificación de expertos.
suspenso. Quizás, ante las instancias de prácticas intensi-yas (resi- Tampoco está resuelto aú:1. desde el cognitivismo en qué medida el
Cencia) ya haya que posicionarse, aun reconcciendo las diferenciasl reconocirr:iento de las formas en que un experto resue:ve problemas
en la perspectiva de diálogo entre pares, pero recor.ociendo tam- hace posible el tránsito de novato a ex.pe1to. Se estaría trabajando rnás
bién que, como tal, plantea:á confrontación de ideas, momentos de en la línea de aprovechar la experticia para gen~rar en bs novatos l:lS
Cemanda y distanciamiento, pero marcados por· la nec~sidad de tra- condiciones propicias para el cambio conceptual.
_bajar las propias ideas por parte de Jos practicantes. No se trata si- Desde Dtra perspectiva de análisis, la idea de trabajar propuestas
no de abrir espacios de .intercambio, de nego:iación de significados de 11 expertos 1' pod1Ía reconectar con la tendencia a modelizar, de
y, a partir de e11o, dar lugar a la generación de una propuesta que fuerte tradición en Iá formación de docentes. Al decir de Carriz:ales
exprese sobre todo el proyecio del practicante en relación con sus (1991), con la tendencia 11 a elaborar mundos felices, plenos de orden,
prácticas.' homogeneidad, sin conflictos y sin historia, violentando de este mo-
Esto no sólo facilita el proceso -:onstructivo en esta instancia, do la reaLdad11 •
sino que abre posibilidades para una relación clara en la copartí- Los mojelos, en tanto ligados a evidencias desde las que se e~abo-
·cipación en sus diferentes momentos, includas las instancias eva- ran otras evidencias, controhn la ang1..:stia ante lo desconocido, dan se-
luativas. guridad, pero también, como esquemas simplificados, avalado:: por
Será pues fundamental poder reconocer lo que se juega en esta comportamientos preestablecidos", estereotipan, convierten en realidad
relación v, desde allí, ir arnando la propuesta de trabajo, que, por el pronóstico, generan imágenes sin ~ujeto.
otra part~, plantearía desafíos diferer.tes según los contextos, las ins- La idea es hoy, siguiendo 3.. este aubr, sustituir la tendenciaafll.o-
tltuciones y los sujetos invclucrados en cada caso. delizar por la tendencia a diseñar. Ésta se caracteriz-a por construir
GLOR!A EDELSTE!N - ADELA CORIA
Los SUJETOS DE LAS FRÁCTICAS .51

porvenires que no son puros; incorpora las contradicciones tomando estaría <landó cuenta de una razón que tendría tal vez más peso. Re-
posición en ellas. No atenta contra lo des:gual, pues no pre:ende or- conocerse en El pasado como sujeto expuesto á la necesidad de que
denar. En todo caso, propone nuevas razones que conmuevan las cer- otro 11 preste 11 st. grado o curso para realizar laS ·prácticas, en ·s~s tiem-
tezas oficialízadas. pos de iniciación, se transforma en el presente en un acto S?:lidarlo.
Podría desc;ut?rirse otro sentido en ciertas expresiones típicas, po~-
eje1nplo, 11 tengo practicantes", que en el acto de habla se pronuncián,
al tiempo que un gesto o el torio de voz señalan pesadumbre, cansan-
do, signos de intenupción de la actividad cotidiana.
Mirar desde el lugar Gel docente de la institución en que se realizan ' 1Tener practicantes
11
remitiría a una posición novedosa para el do-
las prácticas plantea un giro sustancial en el análisis. Exig~ alterar el cente: tener algo que ·yer con la iniciación de otro. Ser artífice de
orden de los significantes, poniendo por ::l.elante la primacía de otro una posibilidad, que otro se inicie, aunqi:.e éste no sea el eje de los
sujete, cuya preocupación .~entra! es asumir procesos de ense- actos de formación que asume.
ñ.anza en diversas disciplinas, y no la formación de practicantes, Sería posible pensar-que este análisis se relaciona poco con las 11 co-
aunque por tradición los reciba." sas dichas.11 en .os pasillos, en los recreos, o has.ta en el lugar del des-
Esta situación, por sí mis111a, y2. propone álgunos signos para ser in- · canso que se encuentra cuando un. practicante da sus clases. En reali-
terpretados. El docente de las ins~itucione::, a menos que se lo convo- dad, eS algo" de 10 que casi no se habla. Ya. se ha planteado la fuerza
que explícitamente, no participa ,de 1-:i intencionalidad que caracteriza con que queda registrada la marca de la iniciación en la docenciá. Pa-
esa fr;::,rmación. ra ello, eviden:emente, son muchos lds sujetos que participan, apor-
Sería factible interrogarse entonces: ¿por qué y para qué un docen- tando desde SLS propias perspectivas.
te se dispone fi. facilitar el lugar en que se reconoce en tanto maestro: El docente que 11 entrega11 su au.a para esta experiencia, aunque -sean_
para que otro :1cupe su lugar? ¿Cuál es· el sentido que tiene esta acti- débiles los trazos que deje, entrega algo que siente le pertenece y
vidad para él? ¿Cuáles son los beneficios, cuáleS, los· costos? tendrá probablemente como beneficio, una vez más, alguna se-
Puede ser p:::.r muchos coriocido que hay ocasiones en las que no ña que, algún día, será recordada.
se tra:a de una disposidón en el estricto· sentido de una voluntad de Tal vez en la experiencia de l"'sá.Hr a buscar 11 escuelas y maestros,. o
apertura. Suele ocurrir que, en las escuelas en las que se ~alizan las profesores "dispuestos", tengan también alguna resonanCia ciertas au-
prácti:::as, Ia cuestión de recibir o no practicantes sea decídida relativa- las que, al tierr.po que abreri sus puertas, las cierran al margen del be-
mente al margen d"?l deseo del. cocente a cargo. Ello tendrá sus pro..- neficio que pu:=dan recibir en el futuro.
pias _consecuer.cias; y se. tratamiento se deja por ahora en suspenso. Ocurre que, considerada en sí misma, :a presencia de practicantes
De::>e admiti~se, sin embargo, que el mero hecho de abrir las puer- y docentes formadores in·umpe en la actividad cotidiana y la interrum-
tas de un aula supone, al menos abrir en s_imultaneidad un conjunto pe; fundamen~mente, presentífica una alteridad que está puesta a
de situaciones posibles: la de ser mirado,· mostrar o dejarse ver; su in- prueba, pero que pone a prueba a la vez los propios modos de
versa, la posibiidad de mirar a otro; tambíén, un acto de entrega, com- desenvolverse. El tiempo de las prácticas sería como un tiempo
pa1tir un tiempo de trabajo, o de relativa búsqueda de otras ::ondicio- de sobresalto.
nes cotidianas, es decir, repartir de algún modo ese tiempo. El practicante y los docentes orientadores ocupan tiempo y espacie
Cualquiera sea entonces el motivo, e incluso, el n1odo en que un escolar, pero, fundamentalmente, ocupan parte del tiempo _interno del
docer:te asume esta actividad, es preciso reconocer el ºvalor de expo- docente a cargo del aula, el que los imagina de un modo muy parti-
nerse\ en el doble sentido de va:entía- e importancia, al abrir el espa- cular.
cio donde se producen los que ·constituirían 11 secretos 11 de "las singula- ¿Cómo se construye el 1ugar del practicante en el imaginarjo del do-
res formas de- encuentro de un doceflte ccn "sus" a~umnos. cente a cargo del cur_so o grado?
Ca.:;:i de modo inevitable, es frecuente escuchar innumerables razo- En función ,je los su_etos y contextos singulares, podrían articular-
nes que sostendrían la decisión del docente de 1·edbir practicantes: se, seguramente, variadas hipótesis que den cuenta de una superposi-
apren:ier, actu21izarse., conocer métodos nuevos, hasta la Obligatorie- ción de imágenes acerca de ese lugar, algunas más nítidas, o:ras sin lí~
dad, entre otras. mites definidos. Ellas se~·án prodccto de las formas de relación concre-
Sin embargo, cuando el docente alude a su historia de formación , tas que se construyen en un proceso que ~e va diversificando según la
Los SUJETOS DE LAS PRÁCliCAS .
53
52 GLO:RIA ED'c:L'iJé\N - Af.;EV ComA

.:naestro o el profesor se veria violentada por lo que el practicante pu-


historia de cada institución, de los docentes participantes y de la rela- diera_ llegar a decir Y, sobre todo, a- escribir]! a:erca de él mismo y de
ción misma. su trabajo en un tie1npo que rebasa el de· esa _8bservación. La escritu-
Con la riecesidad de profundizar en una búsqueda i:1.vestigati"va, se ra operaría como el espacio de la publicidad, mediada por la interpre-
ponen en discusión dos núcleos hipotéticos q~1e posibUtarían avanzar tación de algo observado. ·
en la comprensión de es<;1 construcción imaginaria. Ellos refieren a la Ya en las péácticas intensivas 1 el practicante ocuparía d lugar de
idea de autonomía del trabajo docente y a la evaluación de su caja de resonancia de los saberes previos de les alumrios. Aunque ad-
práctica mita teóricamente que la as:metría de lugares en los procesos de en-
Podría sostene'rse que el profesor que vive su trabajo en el aula co- señanza es estructurante de la relación, la im.;:,.gen potente que cons-
mo espa:.:io de autonomía .si~nt~ que ésta· peligra con la incorpora- truye el docente es que lo qJe los alc.mnos sabén o no saben lo com-
ción de los practicantes y docente?· que 'lo acompañan. . promete <le algún modo por cuanto él habría sido artífice de unf.. po-
La idea de autonomía gira, según el planteo de Jackson (1975), al- sición de transmisión. ·
rededor de la relación de los docentes hacia t:us superiores, colegas Y Se podría coincidir en q·1e, cuando los alumnos 11 110 responden"
el currículum _ adecuadamente a las solícitudes de los practicantes, los maestr:>s o
Resguarda el hacer de la mirada o las medidas de control sobre el profesores se preocupan y tienden a _justificar de alguna n1anera ia si-
desarrollo de la práctica. Resguarda el espado dé la acción; hace po- tuación,. o, a la inversa, adju::lican la falta de conocimientos a razones
sible ges:ar un contexto autónomo para su trabajo, Apela y se centra e:x--rrañas a su práctica.
en la idea de 11 aislamienton con que ·se éjecuta la tarea y la resguarda Esas explicaciones, neces<C.rias para Conipren:ler lo que ocun-e en el
de la posible invasión de este lugar. ~ · aula, encuentran comó qtja de resonancia al nuevo 11 inYitado'!, el do-
El concepto de aislamiento se en~iende en cuanto el docente esta cente orientador en posición dé obseyaCÍón d=l p-racticante. Una vez
solo en el interior del aula y no consulta las decisiones que tona. El más, la escritura op::::.raría como registro que resquebraja la vivencia de
aula es lo privado versus lo público, que es la i~stituci:Sn. Es es lugar- la autonomía; sería un signo de lo que podria -:obrar estado público.
donde, supuestamente, la institución no entra 1 queda afuera cuando el Quizás sea pertinente pensar también la autonomía c-Jmo espacios
aula cierra sus puertas. resguardados por los docentes para la generacón de experien<;::ias de
Estas ideas acerca de la autonomía -son comúnmente aceptadas Y carácter instituyente. El efecto· de la publicidad de estas prácticas de-
expresan la constrÜ.cción de una imagen social del docente, corr.parti- penderá del tipo de relaciones que tenga establecidas el docente en el
da no sólo por él, sino por algunos enfoques desde la; que se lo -~s- interior de la institución. Ser público, en estos casos, podría constituir
tudia. Aunque el desempeño autónomo constituya una caracten2ac1on un riesgo, un desee, o un riesgoso deseo. Practicantes y docen_te~. for_-
discutible 1º., así se autopercibe el docente. · . madores quedarían entonces posicionados en lugares diferenteE, se
¿Por qué necesita sentirse autónomo? ¿Por qué defiende estt idea enfrentatian al dilema de mcstrar o no m.ostrar para que otros sepan.
con tanta fuerza.? Algunas explicaciones sugieren que nsólo desde la La otra idea fuerz:a es que la presencia de practicantes y docentes
autonomía puede transmitir algo como v.erdad y situarse en el lugar formadores llev:1ría a los docentes a cargo de 1f.. sala, grado o curso, a
del que ya es, del que está completo, del que puede se, ideal" (Reme- analizar y evaluar su propio trabajo.
dí, Aristi, Castaheda, 1987). ·El docente const:Uye su identidad sobre la base de una compleja
Si se piensa en la. entrada al aula de practicantes, el probierna no se trama de lugares adfudicados, creencias, deseos propios· y de otros~ su
plaritearía, claro está, por ~u posición institucional. Sir. emba~go, hay ideal del yo, del n1undo como quisiera que fuera. La iden:idad, sin que
algunas razones de orden interinstitucional que se por:eIJ. en ¡u~go, Y signifique unicidad, por el contrario, signo de rupturas·y escisiones, se
de modc diferenciado según la forma que adquiera la experíencia Y el carga de un conjunto de imágenes en las que se sostiene. ·
momento en que ésta se desarrolla. · · . Sus creencias re¡:resentan lo que quisiera· se:-, pero ta:nb.ién lo que
Durante las observaciones, el practicante puede ser consctrndo co- n? puede reconocer; es tjue esas im~genes, así como revelan, en par-
mo 11 representante 11 de la 0tra institución. Si pcr sí mismo no gen~ra te-
mor, ya que se trataría de un sujeto "en formación 11 , la autonorrua del u El efecto de la escritura sería u;-ia preocupación, en tanto se asocia, en ]a i.nstancia
de observación, a la tendencia actualmente gem:ralizada de priorizar en esta etapa e.l re-
gistro exhaustivo de lo que aco:1tece en el aula -
10 Eduardo Remedi discute este tema en ~l ¡:exto 1Maestros, entrevistas e identidad,

México, DIE-CINVESTAV-IPN, 1989.


Los SUJE_DS DE LAs PRÁ.CTICAS 55
54 GLORIA EDELSTEIN ~ ADELA CORlA

se hacia antes, lo que le permitía sentir, con la fuerza del .reconoci-


te Ocultan: Su kleritidad se construye en la tensióil entre lo que él qui- mientC O aceptación de us.us 11 alun1nos, la impronta institucional de es-
siera ser, lo que otros. creen que es 'y lo él q-Úe cree ser. Se construye tar nombrado como el docente nrealn.
anteponiendo y negand:, imágenes (Keme:ii, Aristi, Castañeda, 1987). 'pod'.·ían fonnularse nuevas preguntas. ·¿Cuál sería la pos1cton que
En la mayor parte de IoS casos, el docente se cu:>re, en su trabajo, asumen. los maestros o los profesores en consonancia o a co:i.trapelo
con una máscara profesional. Pero, ¿qué ocurre en relación c:)n el co- de esa construcción imaginaria? ¿Có1no suelen expresar su :11alestar
nocimiento de 11 sÍ mismJ"? En su formación, debería tener la posibili- cuando de ello se trata? ¿Cómo hacen para asumir lo que se pone en
dad .de confrontarse coi. s1,1s propias imágEnes, las Ce sus compañeros juego en el tiempo de las prácticas? ¿Cuál es la historia que suelen es-
y profesores. Fero es m·..1y poco frecuente que se abran espacios para cribir de su puño y letra?
este aprendizaje. Como contrapartida, se _e pide, en general, que se Los maestros y profesores llegan a construir relatos paralelos a
exprese según el pensamiento de otros. De ahí la enorn1e tensión los de las prácticas, que merecen ser escuchados. El tiempo de la in-
cuando tiene cue confrontar imágenes. ceitidumbre del practicante se encllentra conpa1tiendo otros rrDdos de
Én relación ~on el tiempo de las prácticas, los practicantes, en su vivenciar la urgencia desde la posición del docent_e a cargo del curso.
actuación, y los docentes orientadores, cotno tercero que obse1va, de- Se habrán reconocido relatos en los que, probablemente, han pre-
volVerían al m2.estro o al profesor imágenes que pueden ser vividas co- dominado palabras que ponen el acento en los tiempos de aprendiza-
mo idénticas, diferentes o cliametralrhente opuestas al reconocimiento je comf)artido; otros reconocen tie.rnpos de reencuentro con [a trans-
que Lene de s'.. Esa devolución r.o ,iiempre es interpretada, dado que gresión1 con la posibil;dad de descanso an:e los que serían tíntomas
en muchos cat:os sólo se ·puede ver' el reflejo_ de i3. propia imagen en de trabajo alienado; tiempos de complicidad, en los que predomine la
el espejo. Sin embargó, operaria un desafio de cár:frontació:1. Se ha- identif:cación con el practicante; tiempos de ejercicio de la fuerza nor-
brá escuChado con .frecJencia a maestros o profesores usando térmi- 1nativa y evaluadora. También tiempos de indiferencia porque es muy
nos romparativos: 11 así lo hago yo 11 , uno eran ásí conmigo u, res como · difícil soportar y aceptar las diferencias.
yo pensaba'', 11yo hubiera querido qu~ fu.era asín.· Comparar es el signo Interesa reconstruir algunos relatos, al estilo de la confeccién de un
del espejo, de la contrastación entre cómo se reconoce a sí r:1ismo, el nrnpa, sin descuidar que, como en toda geografía, los límites fofmales
ideal, y cómo ·,e al practicante. se desdibujan por efecto de los caminos sinuosos o las trampas del te-
Contra las ir:menas imagenes11 , apareceúa la ang..1stia silenciosa de rreno.
ser visto al· desnudo y de ver a· o,tro cuyo despliegué p~dría contribuir ¿Cuántas veces· se ha asistido con cierta sorpresa al hecho de obser-
a empañar el lente con el cual había Sido mirado hasta el tlempo de var fonnas muy peculiares de nredbir11 practicantes, que hablan de al-
la práctica. Se trataría de un tiempo de crisis para las ·imágenes guna dificultad, a pesar del deseo manifiesto y verdaderamente s~nti-
consolidadas. do de maestros de aula o profesores de vivir la experiencia de 11 las
Los ojos, sostén de esa mirada anterior,· son múltLples. Los propios, prácticas"? ¿Cuántas veces se han abie1to interrogantes sobre los efec-
que remueven lo que et:taban acostumbracos a mirar-y también la for:- tos que ello tiene en el proceso de formación? Desde la poslción de
rpa de hacerlo. Tambiér. la mirada de ºsus' alumnos. Lo riesgosO para docentes formadores, ¿cuántas veces se ha planteado la necesidad de
un maestro o docente a cargo de un gradq o cutso son las .imágenes mediar, de consolar, de responder al c1uce ambiguo que se produce
que ellos construyen y contrastan; su eXpDsición, al 11 prestar 1 Un cw·- en el encuentro entre docentes de las aulas y practicantes?
so, a que sean ellos quienes comiencen a transitar por el sendero de Ante la sorpresa, se habrán reconocido, a la vez, algunas pistas que
las con1paracicnes. darían cuenta de estas formas particulares de relación, sobre todo re-
Final.mente, uno podría preguntarse si lo que suele ser la constante lativas a momentos clave de las distintas etapas del proceso de
del "repaso" después de las prácticas no expresa en alguna medida práctica. Seríar. analizadJres: la primera entrevista o encuentro con el
que los docentes imaginan que el tíempo en ellas :nsumido, junto al alumno practic---dll.te; cuando los practicantes observan su tarea; el mo-
beneficio a futuro al que se .aludía inicialmente 1 no representa un tiem- n1ento de la selecdón y asignación del tena para la práctica intensi-
po de pérdida de un lugar, que sería aprcveChacio para y_ por sí mis- va; la ?ráctica en sí y su culminación.
1nos de otra manera. Se trn.tará entonces de seguir paso a paso el recorrido. Estar atentos
En este caso, se impondría para ·el maestro o e1 profeso1~ reinstalar a las_. actitudes -y a las pa[abras. Escuchar más allá sin -por ello juzgar;
la Comparación, donde el antecedénte de la actividad cotidiana no se- iptent2r entender para actuar.
ría ese tiempo de prácti:a, que quedaría entre paré:1tesis, sino lo que
56 GLOR!A. EDE...STEN ·- Am.iA COR\A Los SUji:TO~ DE "LAS PRÁCTICAS
.57

¿Qué podría ocurrir en una primera entrevista? Podrá, por ejemplo, 1


fl:1 ~odeld q~~e bs_ Practicante~, al dar sus dases, deberán seguir. 11 a1
expresa:-se la complicidad de la que se hablaba anteriorn1ente en el pie de la letr;;i. . ~Las pautas precisas del comi:::,ortan1ien:o esperado .de
momento en que el docer,te establece con el practica:1te una relación los alumnos seran probablemente las que el ·practicante deDerá tener
casi de par. en cuenta casi de modo obligado. · . ·
Sería como asistir a un juego de entendimiento 11 entre línea.s 11 , en Tal vez otros se atrevan a mostrar Ia contradicción que -s~ plantea
que se genera un pacto silencioso, dominarido cierta reciprockad pa- entre el deseo de saber acerca de su práctica y lo difíCil que resulta to-
ra garar_tiz~r la ausencia de exiger,cias rnt~tu,;ts, como fruto de nego- lerar la presencia del observador.
ciadón. Seria una forma n1enos opaca de expresión de la conflictividad
Pero un relato paralelo, a veces ~uperpue~to, podría ser el dé remi- ~unque no por ello de resolu~ión n1ás sencilla de_sde el lugar deI prac~
tirse sólo a loS aspectos formales de las cbseivacicnes y prácticas t1cante. En casos romo éste, será desafiado a ·_iugar con la posibilidad
cuando la entrevista largamente esperada llega a concretarse. de habI~r y tener que tratar con los efectos de sus pala''.)ras. .
Debe admitirse, no obstante) como tambié:1 se habrá vivido, que las A 9uienes han acompañado practicantes y han segu¡jo ate'n.tamen~
situaciones más complicacas sueler. plantearse cuando, en el ansiado ~e sus comentarios, no escapará que el momento de la asignación
encuentro, el maestro _o el profesor se esfuerzan por transmitir el fru- · del tenia tiene consecuencias determinantes para la futl!ra pf"áctica in-
to de s1.Js experiencias previas y,. en ese mismo acto, parecerían posi- tensiva. · ·
cionarse en la 11 advertencia 11 de -lo que podrá o no hacerse, o en las ¿Qué podría suceder? Se :rata· de ufl paso c01nplicado, a tal punto
condiciones que deberán co11templarse para obtener ·-1na e){periencía que el 1napa de situaciones _oosibles muestra relieves oscilantes,. a ve-
satisfactoria que luego pueda volver a reiterar$e. ces poco comprensibles. Sería una región de quehacer muy preciada
Ya avanzando un p,;1.so más, el momento de las observaciones de la ~e_ decidir en relación con qué cuestiones habrá de inte1venir el
clases de los maestros o profesores, que servirían para aHme'.l.tar la practicante.
_comprensión del grupo de alumnos· con los que el· p:actícante habrá La posición de no involucramiento y aparente ulibertad no condicio-
de trabajar, podría pensarse como un moment6 de mayor con:lictivi- nada1' en la elección de contenidos y bibliografía es una alt<=rnativa
dad interna, con características difl!sas y efectos diversos en los prac- pefo podría no ser la más típica. · '
ticantes. Otra fonna de expresión sería que el docente a cargo se ocupe de
El conflicto 110 sería demasiado evidente si se plantea baio la forma ~scar un 11 tema fác~u, según la visión que tenga del programa· de la
de "evitari las observaciones. Pero ¿cómo podría evitarlas un docent~?
1
asignatura, y de abnr un abanico de recomendaciones por e¡·emplo
Por ejemplo, evaluando a sus alumnos o haciendo .trabajar al g~upo_. tl
no darlo muy elevado para que el grupo lo entienda"; o~ 11 te conviene'
También, asignando. tareas a los practicantes, como estar a ca:-go de seguir el libro que yo uso".
los materiales de trabajo o, directamente, a cargo del grupo. Queda- En contrapunto, podría oc.1rrir que se manifieste d:irame;,_te la ne-
rían así '.)Osicionados en el rol de auxiliares técnicos, en lo que ha lle-· cesidad de ajustarse al programa, de 11 dar todd' y en el tieinpo previs-
gado a denominarse 11 observación par[icípante". to, pasándose así c!,ei acto solidario a la exigencia sostenida. La biblio-
EVitar la observación supone, al rnenos, una forma de 11 tener en grafía, quizás, no podrá ser modificad<'. y hasta ?Uede ocurrir que sea
Cuenta II al practicante. La conflictívtd~d será aún más silenciosa si se muy escaso el margen para fas innovaciones metodÜlógicas.
pasa de la evitación al desconocimiento, ignorándolo. Llegar justo a Llegado el momento de las prácticas, se atistiría a Lna inversión
la hora y re.tirarse apenas termina la <=:lase c:erra toda. posibilidad de de las posiciones en fa etapa de observación; rna:::stros y profesores es-
diálogo, de ter1er pistas pa~a entender lo que muchas veces es in-. tarían en condiciones de jugar algún papel más directo en relación con
comprensible en una observ:ación si nO:..se cuenta coJ. expHca::íones el desempeño de los practicantes.
adicioné.les. Es posible que en algunas oportunidades los docentes forrnadores
La observación se lleva adelante, pero no habría signo"s ct:,= c:_ue es- hé.yan tenko que asumir lo que sería u.ria defensa del practica.ate, p~r
to interese más que al propio practicante. Aunque puede ser de ?lu- cuanto se encuentta en un proceso de formaciór., frente a algunos iui-
cha imp::::irtanci.J. para él, vista desde d maestro o profesor a cargo del cios muy estrictos, con el énfasis puestó en detalles negativos de la ~x-
gnrpo, la observación sería como un lugar vacíq. periencia, que suelen. esbozarse quizás en beneficio de cierta placen-
Sin cLestionar la observ2.ción, podlia Ocurrir tambiér_ que ha e~erves- tera reivindicación, a1 pasar d= la posición de observado .a Ia de ob-
cencia interna del docente se traduzc21 en asumirse a sí mis1no como servador. ·
Los SUJEiOS DE LAS mÍ>CTICAS 59
58 GLOR!.A EDELSTEIN - ADELA COR!P.

Si el practicante ha sido- subestimado o dese.Stimado, es posíble EL CONTRATO: EFECTOS EN LOS SUJETOS,


que al concluir las prácticas se trate de 11 hacer todo de nuevo 1\ co- EFECTOS EN LA INTERACCIÓN .
mo se señalaba qnteriormente.
También por momentos el docente a cargo podría no p:"estar de- Co1nenzar por las vivencias pos~bles de los sujetos implica:los en..
masiada atención a lo que ocurre con las prácticas, aunque su pre- una experiencia suele plantear com:} riesgo el olvido de las condicio-
sencia sea pennanente como garantía del "Puen11 comportamiento de nes estructurales y estrncturantes de una relación. Se hace alu-
sus alumnos. sión a cuál es el contrato, implícítc o explícito, que la articula y c1:1ál
Er_ corhplicidad con el practicante, podrá tal vez justificar ante el es el for~ato que asume una relación, que fa carga, en tiempo:: cortos
docente formador algunos de los errores o dificultades detectados, 0 m.ás prolongadps, de cierto conte:lido, de cierto modo de existencia.
haciéndose cargo en ese momento de comprenderlo por Sl:. 11 inexpe..: Vale la pena entonces detenerse a pensar en los pasos coficretos
rienda~. En pleno proceso de negOCiación mÚJtiple, acaso llegue a que se siguen para formalizar fas relaciones-.
aclarar a los alumnos que 11 estudien y respondan bi~n 11 porque t'odc ¿Quiénes realizan .los primeros contactos entre iru:tituciones? Si se
lo que vean será incluido en la 11 evaluadón11 • producen de modo aislado, entre practicante,; y docentes, ¿cómo viven
Er_ ··algunas ocasiones. habrá podido observarse que se toma el esta cilcunstanda las autoridades de las instituciones? ¿Cuándo co-
peiíodo de práctica casi como un tiempo en que faltar, He.5ar tarde, mienza.:1. a intervenir los docentes y bajo que supuestos y condiciones
retirase antes o asistir y realizar otras tareas en el aula serían for- si esos contactos se realizan en una primera instancia con las autori-
mas de respuesta concreta a la instancia de práctica íntensíva, a ve- dades de ia insti:ución ·que facilita sus aulas?
ces contradictorias con los acuerdos institucionales preest:ablecidos Sí er. la gestación del contrato inten-·ienen directivo3 y docentes for-
Claro está, esto ocurrir~a en aquellas ocasiones en que es factible madores, obviando el importante aporte del docente a cargo del cur-
porque está _presente el docente formador, no as~ en las cue se re- so, si el contacto con éste lo estatlece directamente el practicante y,
cibe, por delegación acordada, el ejercicio de· la tarea de ~valuar al en gen=:ral, se hace más ,:>ara acordar los términos de la experiencia
practicante. -según el Convenio, si es que existe- que para establecer un encuadfE:
La última situación n1erece una reflexión particular. En muchat: común de trabajO, se estará frente a un planteamiento ·donde lo pre-
oportunidades, por efecto de la gran cantidad de practicantes que . domin~mte serái. los aspectos jerárquico-normativos que con.diciona-
11
coordina" un docente _formado:-, el docente del grado o curso debe rán ulteriormente 1a relación. El deseo de maestros o profes::>res, si
necesariamen:e hacerse c"argo de dar cuenta del prOceso de prácti- existe, aunqi.1_e tírnído e inexpresado, no tendrá opción de cobrar fuer-
cas htensivas. Esta tarea suele resolverse ,:;:on la aplicación de guíat za. Quedará subsumido en la iri1.prJnta de la obligación. ·
de cotejo, previament~ diseñadas en la institución formadora. Por ::>tra parte, conviene poner atención en lo que ocurre jurante
Er: estos casos, los relatos Planteados podrán adquirir un carácter las observaciones. Este periodo, como se ha -;1.naliza::lo ya, e¡; vivido
singular, aunque conserven su impronta, ya que el maestro o el pro- problemáticamente en las institucicnes por t:u Connotación ev:aluativa.
fesor se ven obligados a asumir, casi de modo permanente y no sin Esa característica se refuerza con las representaciones sobre 11 10 que los
costo, la posición de docente formador. diagnósticos puedan.decL 11 , ligando .a ellos en muchos ·casos, '.nduso,
El costo Será, probablemente, el esfuerzo para entender ·muchc fantasías que uhcan a los nextraños11 como focalizadcires de proble~as
de lo que hace el practicante, por no haber podido compatir, y sa- o de errores. Pero podrá coincidirse en que en esta etapa los docen-
ber ::il menos algo del proceso por él seguido para encarar sus prác- tes formadores, eri general, no se hacen presentes. Se podría_ pensar
ticas en su globalidad. que esa presencia sería innecesaria y hasta contraproducente, ya que
Detenerse de modo permanente en una pos1c1on homogénea- el practicante podría desenvolverse solo, haciendo s-1 aprend:zaje de
mente construida o variár el relato en actos simultáneos o sucesi- las instituciones, a la vez que evitando sob.recargar lo evaluativo de la
vos terán situaciones posibles. Lo que quizás oéurra con más insis- situación. En este sentido. el tiempJ de observación está reservado en
tencia sea asistir a posiciones móviles, sin intetición razonada, forma exclusiva a los practicantes.
fruto de una manera práctica de enfrentar lo sinuoso del ca- La presencia de los docentes forn1adores suele plantearse sólo si
mino que sµpone la relación con los Sujetos practicantes y surge algún problen1a especial, por lo que recién se integran cuando
formadores. se hacen las prácticas intensivas, con la min.da puesta en el desempe-
ño del practicante.
Los SUJETOS DE LAS PRÁCR:As 61
60 GLORIA EOEt_STcJN - ADELA CORIA

tuación en estudio, y sobre la que· se deberá actuar, con un papel más


Si en el contrato inicial se· convino un proceso sistemático de pre-. claro en el proceso formativot basad::, en un_recdnocimiente,.. de los
senda de la institución fcrmadora en el trabajo con los practicante_s, ::.portes que pueden realizar.
probablem.ente se instale un vacío. Si ello no hubiere. sido .acordadq, Se tratará de hacer 1as cosas de modo tal· que se abandone la posi-
se trataría de un2. ausencic. que· des:::iués viene a llenarse con la fuerza cíón 01nnípotenre de desvalcrización tanto de s-.1s sabere» como de los
de una presencia disrupti,•a en rela~iÓn con lo que ya se habrt trans- condicionantes de su trabaj0,c posibilitando que sean ellos quienes to-
formado en la presencia habitual de los practicantes. men ía iniciativa ere la partidpaclón.
Son por todos conocidas las por momentos insostenibles exigen_cias Los doce·ntes de las instituciones deberán, en ese caso, hacer ull es- ·
a las que se enfrenta el docente formador; por la atención-orientación fuerzo po:- luchar contra sus propios prejuicios ·respecto a los sat:eres
-de distintos· practiCap.te..5 e:1 simultaneidad. Pero vale la preocupación, que circulan en l.:1- institución formadora, vistos en algi:nos casos en
seguramente tambiéQ. corr.partida, de que su tiernpo de· contacto con tanto saberes "científicos1', 11 actuaHzados11 ~ nje.rarquízados sodalme:1.ten,
el profe.:;or a cargo del cuGo es 1nuy escaso. Su tarea se reduce, en ge- en otros casos, deS".ralorízados, como no acordes a los requerimientos
neral, a posibilitar algunos acuerdos rllínimos y en concentrarse en la propios del nh,..el en que se realizan las pfácticas. . .·
labor de los practicantes. Ejercicio de creencias, det:eos, saberes y poderes, el aprendiza1e de
En los casos en que la- experiE;nda es valocada como altan1ep_te po.:. la relacióc ~e la· $Obrevivencia en ella o de sú construcción como es-
sítiva por maestros o profesores, ¿c5mo se ~presenta:án el hé:ho de pacio de crécimien:o- excede ·los límites ?el trabajo ~strictamentE pe-
enc◊ntrarse con los referentes autcrizados de Ja formación sólo para dagógico. ·
asistir a~· montaje del esce_rtario de :as prácticas sin qee se perciba su Sujetos y contextos particulares, historias paralelas y entrecruz~das,
deseo por saber sobre su trabajo? ~n fin, ¿permanecerá eI deseo de deseos y resistencias, esa sería la complejidad que hay que asum:.r en
abrir las puertas de su aula? procesos de in.5erción en las instituciones en la formació::1 para iniciar-
Se impone a esta altura volver a centrar la ::1tepción en los practican- se en la docencia. .. .
tes. Ellos, a su vez, se mue¡ren entre dos referentes: el profesor Gel cur- Este anilisis estaría indicando la necesidad d~ un trabajo· de otra ín-
so v su docente formador. quienes tienen induso en algunos casos cri- dole entre institución formadora e ~titudón que recibe a los practi-
terios contradictorios. Cu;:1do eilo ocurre, sil saber muy bien a qué cantes, er. procura de h~cer de la relación un espacio de f?-:m-a-
ate~erse, les toca eI ._turno de la negociación en n1últiples direcciones: ciót1., del que sean protagonistas y beneficia.ríos todos los participan-
buceando en la b-J.squeda de una propuesta personal para las prácticas. tes de la experiencia.
Se pr.ede también poner en escrutinio la :inaHZtción de las prácti-
cas. Viv:das en algunos casos por los distíntcs sujetos como un alivio,
en otros casos, con cierta cuota de nostalgia, lo cierto es que se plan-
tea un cnrte muy significativo, a veces abrupto, sín posibilidades de
profundizar los intercambios en torno a la experiencia corijunta, o ha-
ciendo un análisis unilateral de ella.
En el conjunto de circunstancias descriptas, que combinan elemen-
tos objeJvos y subjetivos, el recorte normativo aparecería como la ba-
se· de las contradicciones. Superar un encuadre formal y burocrá-
tico en la relación entre sujetos de am.bas instituciones, en los
casos en que ésta sea la forma doininanre de los intercambios,
serla una condición necesaria para avanzar en la construcción
de un relato alternativo al planteado. Así, sin asumir tampoco que
. es factil:le pensar en 1~ ausencia de conflictividad, los docentes de las
instítuciones que reciben práctican:es tendrían ·111-ás posibilidades de
sentirse convoca¿os a una experiencia coparticipada.
· La relación, desde el comienzo, se basarfa en un en~oque de comu-
nicación a doble vía. Los docentes dejarían de sentirse 11 interrogadosn
para pasar a ~utop_ercibirse corno ínfcfrmantes clave ·respecto de la si-
(

Una propuesta
teórico-
metodológica
para las
prácticas docentes
LOS TEXTOS DÉ LAS PRÁCTICAS

Aun cuando se plantea que la problemá:íca de la relación entre su-


jetos e instituciDnes en procesos ::fe formación de docentes desborda
lo estrictamente pedagógico 1 se compartirá, sobre la base de la expe-
riencia, que el trabajo en torno a propuestas concretas de ense-
ñanza es un lugar de articulación.
Esas propuestas, al ponerse en texto, es decir, en planes orienta-
c.!.ores de la acción, def.nen un marco discursivo para el e:1cuentro
entre practicantes y docentes. En t~rno a ellas se producirán acuer-
dos o disensos; serán también depositarias de expectativas de con-
trol de diversidad de situaciones a la vez que de la apertura de
11
mundos posibles".
Se trata de textos con fuerza discursiva; en tanto se construyen
por sujetos, presuponen otros, es:án dotados de significación sobre la
base de la especial articulación que logren establecer entre conteni-
dós .Y propuesta metodológica, a fa vez que tendrán fuerza para ge-
nerar múltiples efectos de sentido en los sujetos que los actúen.

Una preocupación: la 1·elación contenido 0 método


Por las conr.qtaciones de las prácticas ce la enseñanza, soQre todo
desde las _1narcas que dejan en tanto rito iniciático a la pro~esión de
ÜNA ;>ROP!JESTA TEÓRICO·MET006LóGICA PARA. LAS.PRÁCTICAS DOCENTES 65
64 GLORIA EDELSTEIN - AO:LA coR1A

se ré:conoce efl muchos c~sos un criterio que dé coherencia a la pr'o-


enSeñ2nte, en general se las· concibe, se las espera y, en .muchos ca-
puesta pedagógica.
sos incluso, -acretjita, cor. referenda a la innovación. ·
Si, en cambio, se .:idmite el carácter singular, dinám:.co y cambian-
Hacerse cargo de Iá innovación opera como ·:uandato muchas
te de cada conte.xro escolar y del aula, el docente no puede ser un
veces no expreso) pero sentido, reconocido coffio -definitorio en este
:mero técnico que ap~ca una secuencia de rutinas -preeipecifica-
tiempc y espacio· de la formación. La innovación, sin embargo, pare-
das y experimentadas por otros. Esto trae como consecuencia re-
cería remitir más a la propuesta metodológica qué a.los conte-
conocer que no e:dSte.n alg-::>ritmos universalmente válid~s para orien-
nidos.
tqr los procesos d~ aprendizaje· en el aula porque no existen ámbitos
Opiniones de dd.centes que reciben practicantes, recogidas en múl-
de enseñanza equiparables, idénticos en su estructu:-a y fufl.ciü"na-
tiples entrevistas, relacionan su expectativa respecto a la experíencia
miento (?érez Gó.:nez, 1992). ·
con la posibilidad de canbios en este sentido. · ·
Las variables históricas,. económicas y psicosociales se resisten a un
Quhás el pe.So de la idea de docencia como función lirnitada · des-
tratamiento homogeneizador. La tarea del profeSor en el. aula, en to-
de el cJrrículum prescripto acentúa la visiór. de que se trata de una ta-
do caso, consiste, apoyándOse no sólo en el dominio de técnicas (ha-
rea a la que sólo eabe recortar la ;,orción de cónocimiento por trans..
bilidades y destrezas específicas), sino t_ambién en el·-ccnocitniento de
mitir sin pensar ni participar en la decisión respeCto de los critérios de
las ciencias y en par~icular de su campo específico· de conocimit:ntqs, ¿ -
selección y organización de este tratamiento. Quiiás :iesde esta visión
en elaborar un modo personal de intervención a partir de 'ta/(1
la posibilidad de ocupa:'.'" 11 intersticios 11 al a:ransformar el currículum
evaluación continua de la sit1._lación, contexto en qlle le c,prrespon-{{ \
prescri?tO en real se deposite en lo metodológico y, por lo tan10, asig-
de actuar. Sobre este múltble conocimiento. elabora y coricfeta una \
. ne a esta din1ensión característica.5 muy especiales.
propuesta flexible de 1nter~enc1ón que traba,ará conjuntamente con \ .'-.
Coir.cidiendo con Furlán y Remedí (1981), la separación con que
otros docentes y con los alumnos; y que se dinamiza según su evolu-
se percibe método de contenido crea la ilusión de l.-a existencia a
ción y logros progresivos.
priori de una metodología basada en principios· didácticos generales
propios y aut{momos, que posibilitan y resuelven e: probl~n:a de la Cuando se pfeespe<:iflcan .excesivamente las catego1fas de interve;!n-
transm:sión · al margen de la diversidad del contenido. ción en el marco curricular- o cuando los pmyectos se adof>tan como
modelos únicos· o ideales de intervención, se obliga al docente :;,i. re-
El docente se. aboca al método ·como un Intento dé domirúo mági-
nunciar a su própia actua~ión, se- mutil?, su espacio. de creación y se
co que le perrnita salvar el conjunto de contradicciones que v:ve y se cercenan las posibilidades de. encuentro entre Sus saberes ·y los del
viven en.su acción docente. alumno (P. Gómez, 1992).
En este sentido, el méÍodo ·Se plantea como instancia situ;.da /
De esta. manera, se constituye un punto neurálgico efl los proce.:. .¡<,'f
por e:ricima del sujeto que lo operativiia Y sin relación con el
objeto que lo" posibilita: aparece cotµo 1tneutro11 , .uasépticou, ctorga~- sos de negociación. en relación con las práctLCas docentes: lógrar la
comprensión de que contenido y método s'on indisociables en --
e
do así a quien lo manipula ia posibilidad de resolver problemas inde-
pendie:1temente del enfoque_ de que se trate. El planteamiento meto- la elaboracióti de la propuesta pedagógica. ··
dológico es reducido y plásmado esencial.mente a nivel de técnica~ e Sostenida -sobre procesot interactiv-os múlti:>Ies las :xáctlcas de la
instrun.entos; se convie1te en señalamiento d~ Pasos secuenciados .y enseñanz.a. cobran forma de propuesta singular-a p~rtir d~ las definicio-
se pre~enta~.como forma única de ·trabajo. Esto hace que el docente nes y decisiones que el docente concreta en torno a una dimensión
pri.orice el aspecto técnico-instrume11tal al que caracteriza como ele- central y constitutiva en su trabajo: el problema del conocimien-
mento inmediato de.resolución, entendiéndolo _come, fin en sí rriismo . to; cómo se comparte y construye el coflocitnientó en el aula.
y sin p::>sibilidad de coD.vertirse en momento de reflexión. La enseñanza es ·un proceso en el que el conocimiento se revela
Esa -_risión del problema, to~avfa muy f\.1erté en las representacio- como problemáticJ por el entrecruzdfiliento de cuestion.es de diverso
·""rtés··.del docente en torno a su trabajo, o~ig"ina en el campo de la for- orden. ~_roÍ>le~ del c,;Qocimjento es de orde12_~pjstemológ:i~9., en
ma<;:'jón _numerosas contradicciones en el nfVel teórico y en la práct! tanto remite a las f<)fmas de indagación y validación~-'eSe"Ccñocí--~
. -ea·-cotidiana. rrilento Y:-~~~~f~}9}2;,e9una-:-?ISdpfílla~ eS -u~ -probiem;·~¿~-
La· actividad de la clase se parcia]iza en diversas recnkas, i:rocedi- orden psicológico: qll"e -se·'reláCfüfíaCon la forina en' que se aprende
iniento3 y r~cursos, mediante los :uales se pretende movilizarla. ~o determinado conocimiento, con el rr.odo de relación qJe se
promue-
66 GLORIA-EDELSTEIN - ADELA Comt.. UNA ?ROPUESTA TEÓRCO-METODO.ÓGJCA PARfl. LAS PRÁCTICAS DOCENTE$ 67

ve ccn él; es un problema del 0rden de 1a legWmacíón social, en tan- Las razones didácticas suelen ser las de mayor peso para dar cuen-
to se reconoc€n determinadqs conoéimientos y Do otros, operándose ta de ~a 11 simplificación" de los contenidos, la que suele derivar, por
así en 1~ e:SeuEia una selección valorativa sobre la base _de un- univer- ejemp:o, en el uso de manuales en lugar del aprovechamieflto de las
so más amplio dt;::' cono~Jmientos posibles. No se podría ·eritonces fuentes:, o en la eliminadón de conjuntos relevantes de conceptos de
·pensar en Una propuesta de enseñanza válida para todo campo de co- una ettructura tj.isciplina:ia dada, por cuan:o no var. a ser requeridos
nocimiento ni en la homogeneidad en cada uno de ellos. en el momento de su enseñanza en el nivel correspondiente.
El desarrollo actual del conocimiento y la reflexión en tomo a los También se observa el predominio de ciertas for:nas de funciona~
procesos d·e su producción exigen cada vez mayor profundización miento frente a las evaluaciones, en las que se desraCa el érfasis en
sob~ la cuestión disciplinar. Esto plantea paralelamente interro- aspectJS formales por sobre. los c::mceptu;les. ·
¡j· gantes- sobre 1a necesidad de recuperar aportes multi e interdiscipli- Estas observaciones llevan a plantear 1a necesidad de la profun-
1· narios en la bÚ;sque,:la de re~puestas desde múltiples senti:los a las dización de los contenidos discipl.in,irios en la formación de
problemáticas que surgen en la enseñanza en diferentes campos maestros y profesores, por cuanto debe desarrolla:se al máximo ni-
(Edelstein, 1994). vel posible en relación con los avan~es cieµ.tífíco-técnicos, apuntando
El t_m..baj_o ...fl].. _relación con la__.disciplir:ia~ se constituye, desde esta a red,~cir la brecha entre conocimiento erudito y conocimíen::o esco-
persP~trva·, en 1a primera tarea a la que debe abocarse el practicante, larizado, ·
En la$ exp~riencias de formación se cdnstata recurrentemente la Un clásico en. esta materia como Schwab (1973) ya Jo planteaba así,
impósibilidad de pensar, imaginar posibles diseño~ para las prácticas y agregabi otras razones como fundamento de la necesidad de- incluir
de la enseñanza, cuando no hay dominio pr~vio de las estructuras sin- disciplinas en la enseñanza, El cor:ocimíento de las estructuras· sustan-
táctica. y semántica de 1a disdpJina. tivas de las disciplinas es fundamentaJ para •1saber qué probJe:nas ~-
Al hablar de dominio no se pretende significar el aprehend,er un demos afront~r al impartir ese conocimiento 11 • Lo importante es que
conjt:.nro de conocimientos desarticulados, sino, -en :odo case, la nece- se presenten los C()noc~mi~ntos dis_<::!J)lí~rbs de _medo _proces1:1al, es
sidad de revisar enfoques alterriativos de los que devienen configura- decír: _gu.~. se pued3:_SQillP(~n.d.~r .q:ue -~se conoCh.:nJerito'··_es·•h~StóriOO.
ciones didácticas difereflt~s al traducirlós en propuestas de enseñanza. pOi"elk>, incompletQ, e~~e:~~,.,pr9yi§J<?I?,?c~,__l_irniP~:1º-:~~n.,~-~-~Yií~~i~---~
·ttoy se asiste a un progresivo ·cteteriorc cualitativa, en loS procesos En este sentido, y como síntesis de Jo que Bellack (1973)-deno-
de fcrn;i~ción_,d_í;:!}113€Str9s_y_P(Qfejofk~7ei cuvo~marco se reconocen mina 11 los esfuerzos contemporáneos por definir nuevamente el rol
en articulación dos órdenes de razones: · del conocimien:o en el currículu::nn, se h2..ce hincapié en les ucon-
ceptos y métodos básicos que _utilizan los eruditos como her:-amien-
- la pérdida de é:q_Qodmientos· sust?-11tívos de grupos discipli- tas intele_ctuales para analizar y ordenar sus datos 11 • El autor nombra-
narios, o su eventual transformación errónea por efecto de do, ap::1yándose en Bru:ier, insiste en la potencia de los grandes
11 ~las 1 ~~~iciones; - .- · -· ---~•-~
f conce¡::tos organizadores por cuanto permiten comprender: a veces
' .
- Ja sís:emática é4cltJ1i!i9It4~ conjuntos de saberes (~.1!!J~cgJ_!!m, J pretj.ecLr o modificar, el :nundo en. que vivimos, pero funda:nental-
1 ·mente, para dar sígnificado y estrucrUra ·a las regularidades de· la ex-
nulg), entre los qúe es más evideci.te la ausencia,-de consicte---=-
·, periencia.
~rÉ:fones acerca d~ la lógica de construccíón de 'esos conoci-
mientos específicos. Es pertinente aclarar que no se .trataría Ge una inclusión en sí no-
veqos~. ya que actualmente constituyen lo explícito ~e los planes de
Pcr otra parte, observacíones sistemátiéas en ambos espacios insri- estudio ·de formación de maestros y profesores.
tuciona1es de forn1ación (maestros y profesores) pOSibiHtan reconocer Lo novedoso e¿ la _expHcitaciÓn de la existencia de dit er8idad de
7

ciertos fenóme.rios cuyo efecto es formativamente predominante por enfoques Y la inclusión & los)lrocedimientos o modos de cons- "f -~
sobr~ conocimientos disciplinarios. . trucci~n de conocimientos propios del campo como contenidos
· Se· hace alusión a ciertas 9;ar:<15 ~o~t~jY!JYª$ · de( nivel ;ea~a el que de la formación. Esto es considerado su.::tancial p3.ra pode:- luego
~-!orma que recorren los mocfo~a1s1t_~~~~9~-·..ErS:,~~-V~jjQn~_de co- avanzar en construcciones didácticas pertinentes, a la vez que para
.O..QCiIOJ:~~Pt,9.s., _c;;f l~:t:·~~.i?.~C-t'átíVáfr-de su ª?ropiación por los futuros contrar:-estar el efecto infantilizador de expresiones 11didactízadas" en
~aestros o profe~ores. --- ,-,..
e-,•~ "·- ·----···:---~------ relación con el contenido.
GLORIA EDELSTE!N - AOELP, CORIA UNA PRQPUESfA TEÓRICO-METODOLÓGICA PARA LAS :>RÁCT!CAS DOCENTES 69

Para superar una forma dogrnáticá. de concebir el conocimier.to, se puesta de enseñanza. Devie~e así fruto de un acto sinoularmente
· considen fundamental que los futuros maestros o profesores se apro- cre;at~~o ~: artici.1laii.óh entre la lógica disciplkar, las pcsibiHdades de
pien del problema de 11 de.terminar para cada disciplina qué constitu-
ye un c..escubrimiento o una comprobación, qué eiterios e.nplea
aquella para medir la cuali~ad de S'JS datos, cuán estrictamente p_ue-
t( aproprnc10n de la misma pcr los sujetos y las .)ituaciones v contextos
particulares que constituyen ámbitos d91!-de ambas lógic¡s $e entre-
:ruza:1.. La. adopción por el docente de una perspectiva azjológica,
de aplic:;1.r sus cánones para precisar cuáles son sut elem~ntq-s de 1deolog1ca (en el sentido de vision~s de mundo), incidé en las formas
prueba y, en general, ·el de determinar la vía a través de la cual la dis- de vinculación c~:,n el cono:imiento cuya interior_izaci~- se pr(?pone
ciplina Ee mueve desde sµs datos hasta sus conclusio~es" (Schwab, ·. · Y, por lo tanto,, t1e.:1e ta1nbién su expresión er. _la construcción meto-
1973). dológica (Edelstein, 1994).
Existirían otros conocim:entos, ya no disciplinarios, ?ero que serían Su elaboración en relacién con las prácticas, como en toda ·activi..:
ceritrales para la comprensión adécuada de los ca1npos discipli.ria_rios. dad de docencia, implica o¡::ciones diversas, relativas, según se ha Se-
Se hace referencia a las ideas que los· alumnos tienen sobre la ñalado, y en •primer término .respecto a la estructuración de los con-
ciencia, que, según. Pozo, podrían ser de origen sensorial, social y tenido~ disciplinares. También en torno a ·las actividades, a los mate-
analógico. Esto cobra sentido en el marco de facilitar el ¿arnbio con- riales, a la organización de las interacciones v a la artic.ilación de to'-.
ceptual, cuestión clave en el aprendizaje de conceptos científicos. dos estos elementos en la elaboración d~J diseño didáctico como de
Un enfoque así rebasa la concepción curricular, que sólo atieride a los criterios. para su instrum-~ntación. ·
la estructura conceptual por transm:tir, para incluir prbcesos y estruc- .En la construcción metod:,lógica es impo.rta::ite llegar a un nivel de
turas cognitivas de gran persistencia y muy difícil modificación, por concreción que incli~ya aportes prbvenientes -dé ·1a teCnología
adquirir la forma de verdaderas teorfas, implícitas o explícitas :Pozo, educativa. .
1987). El impacto de las teorías críticas en el_ campo de la dicláctica ha lle-
Junto a ello, la atención a procesos metacognitivos sería surrramen- vado progresi_vamerite a un discurso de 11 desinstru1nentalización11 en
te relevante a efectos de posibilitar el cuestlonamiento de e.sas ideas los procesos de formación de docentes. ·
consolicadas, a la vez que contrastarlas con los procedimientos pro- : Desde el enfoqi.:e de Can- y Kemmis y el a:1álisis de la tecnología
pios de las disciplinas quE se estudian. educativa _bajo el ideario "la técnica como ideología 11 y la racionalidad
De este modo se avanza sobre problemas atinentes a la enseñanza subyacente (raciooaijdad técnica), que lleva a situar la problemática
tje las dscif)linas. Se entiende que, si un futuro forrr.adof no encara de los val_ores com::, una dis:::usión necesaria, las consideraciones me-
estas estrategias en su proceso- de aprendizaje de las disciplina:,, muy todológicas comienzan a seguir un camino a:ternativo, asentándose
difícilmente pueda resolver la cuestión en el mümen:o de pensar su en la relación contenido-1nétodo como enfoq.ie central de su cons-
enseñacza para otros suje:os. . tn.;cción con sentid::,; se sostlene así la necesidc.d de aba:1.donar las ru-
tinas preespecificadas entre los princ:pales argumentos.
No obstante, al mejor estLo 11 curvawra de la ·vara 11, l;as consideracio-
U ria alternativa: la construcción metodológica· nes instrumentales han c~ídO bajo la mirada dél prejllicio, negándose,
por efecto r~sidual. utada 11 pr9puesta tecnológi:a. Débé admi~!~§.-~~
Destacar corno tarea pfloritatia el trabajo en tornó a la disd.:)lina y hoy la_t_<=_<:no_!9gíªJ9rrn,i_p'!:Ile ..tlel.rnogg_gf_p1.o_tlllfQó~rcugción
de conocimiento~. · · · .., • · , ~ --~---
diferentes enfoques en ella, no significa en modo alguno descuidar el
lugar de lo metodológico al construir la ·propuesta pedagógica para la El ··prObieip.a de los medios no se r!=soiyerfa en exc.lu~i~dád -en la
práctica de la enseñanza. El reconocin.l.iento de las peculiaridades . selección de te)(.:tOS'que un docente realiza ·de ~n corpus existeñte. Es
de cada campo de conocimiento y de las disciplinas etl su inte- sabido ya lo que oc~rre c:on 'los textos (des<;ontextualización} Y ocu.;.
rio-r conUeva la necesidad de asumir Una postura frente al problema JTe en relación cor. ellos, en tanto materialización de e::ifoques y de-
que adquiere su concreción en lo que. se define _como construc- ,'>arrollos conceptuales, lo mismo que en relac:ón Con el coiJ.ocimien-
ción .metodológica. to en general: el do-cente queda alienado en el uso de recursos pro"
La éxpresión 11 construcci6n metodológica 1' implica reconocer al do- <lucidos ¡:or otros. ; ·
cente como sujeto que asume la tarea de elaborar dicha pro- Si a esto. se agrega el ·fuerte impa~o .socia] del uso de I~ ima?en
70 GLORIA EDELSTEiN - A::>ELA CORIA ÜNA PROPUESTA TEÓRC:O-METOXLÓG!CA PAR~. LAS PRÁCTICAS DOCENTES
71

como lenguaje sustitutivo del. de los textos y el que tiene en forma in-· operar en relación con la disci_plina por parte "de quien en¡,eña
cípiente en la escuel-:1 la computadora comD recurso; se abre una fuer- respecto de los procesos de apropiación de ella por el alumno.
[e necesidad de incluir esta cuestión en la formación. l!na problerr.ática quE irrumpe con· fuerza én relación con el ·plan-
La formación- docen~, tal como se 1a concibe, debe generar las ·ba- teo de innovación y de géneración de diser'íos alternativos en el ca-
ses que ·posibiliten la construcción metÜdológica, donde· -se recono- so de las prácti:::as de la enseñan:.:a, es la de continuidad~ discon-
·, ce un lugar en la generación de efectos de sentido a los medi9s tinuidad de las propuestas pedagógicas elaboradas por el practican-
11 de ~nseñanza, que se significan_ en el marco de una:. propuesta te en relación con aquellas que -E-on propias de las prácticas cotidia-
\ pedagógica global. · - · · ., _ . . nas previas a su inserción.
Es_ valioso comprender en .torrto a la constru<;:c1on 1netodologica que Interesa en este punto recuperar el peilsainiento de Carrizales
distintos .enfoq..1e.s acerca de los procesos de enseñanza y aprendizaje, (1991) cuando trabaja el tema. ·Al respecto, _se pregunta, entre otras
como en relación con- la especificidad de los campos de _conocimien- cuestiones:~l'desde el ser.lido Común, ¿quién s·e opone al carr.bio? Na-
to y·contextos institucionales, deteril).inan opciones diferentes. die o casi nadie se jue~ la carta de estar contra él; cada· uno -de los
Sin embargo, eñ todos los cas::>s se trat1 de imaginar diseños al- sujetos sociales ~ individuales están, de alguna manera, por el cam-
ternativos. Éstos no se conforme1.n como mera sumatoria de elemen- bio, cada uno le da· su contenido y su íntencionalidad, le proporcio-
tos de corte didáctico. Ponen en juego por parte del practicante un· na sus ámbitos y sus dirnensionet: 11 •
proceso complejo por fa multiplicidad y simultaneidad de factores ~ ¿Por qué entonces deviene tan conflictiva la propuesta de cambio
tener en cuenta, que en lo esencial ~puntan a la recoristruC~ión del que presenta ·el practica::1te? Sigu:endo con el análisis de Carrizales
.objeto de enseñanza con el prop:>sito de que el alumno apfellda. 11 Es- surgen algunas pistas.· _,,'
to significa reconstruir bs cap.ter.idos desde_ una_ nueva _mirada: lá-,-mí- La fórmación ep. e~te asp~cto se enfrenta a su punto noda.) el sus-
radi~:leCotró; marcada;;-~·¡;. -i~t~oci0fl3.iid3.d-.def enséfta1~11· (Ede1steir1, . tento de toda su concepiualización.
Lttwin., 1993). -
Sigt1ifica tanbién 11(...] diseñar actividades que propongan la pues- ¿A cu~l cambio nos referimc,s cuando hablamos de ·formación? ¿Al
ta en práctica· _de procesos cogr.ítivos de distinto tipo por parte del cambio para llegar a ser como se debe ser o al cambio del cambio?
En el J?:1mero do1:1.ina el tiem.70 de duración, de c~ntinuidad y de in-
alum:1.b con el objeto de generar la consnucción de conocimie~tos 11 • tegrac10?, es un tie:mpo en e. que domina la razón, ya sea de senti-
Desde la perspectiva· que se. ~ostiene eJ;l relación con "las prácticas do comu:i, teológica, científica. o de Es~ado; domina la eVidencia {a
pedagógicas y el papel deí docente en ellas, es valioso generar en.los cett~~a d:= que las cosas son como son y no de otra manera:. La for- ·
practicantes, desde los procesos formatiVos 11 [. .. J un pr~ces~ reflexivo ID-ª~~º1:LfQ....QJ11.1e~i(,)n de c~n1il;mida~ ,f!::)ry.ciona adapta.nc;k.). a:."Ji¡J~i;Qi'""'
y de construcción del conocimiento del mismo desafío del que. se le l~s ..aJ~b~_l:Q_s,.Jm:q~@P:!Q_ madurar en eJ seriti_~? que_haga _s_cva_la _ ra-
va a plantear al alumno. Sólo en la medida en que sea posible admi- c10nahdad del ~ero, de que aspire al éxito" sodii.Iíñente ·estab1eCiclO
.e.cm.o fª.J.·.--.. _ - ·'" · · .--."'-·--- ...........-,.-.•···•·-•··---""···~-- •-•· -.. .:.
tir la no linealidad cte. los desariolloS teó:-icos, la necesidad de apro- La .f<;rm~ciórí hen l_o cOtid.iano es continuidad. e irt!egración, funciona
xima-:iones sucesivas en los niveles de comprensión de los núcleos ~Q._!§'.0:Uf.Q.§_SlJ:!_.~~~~ció1]: L ] En cambio, la ruptura es discontinui-
conceptuales centrales en cada disciplin~, co~o de sus inte~relacio- ..__QªQ., lo que sígnifka dejar de pensar en lo que he p é n s a a b ~
de pensar como he pensado. ,. .:. ____ _
nes; en la medida en que comprenda el Valor de la deconstrucción
teórica, el reéonocimiento de la existencia del con~icto cognitivo, los Para realizarse la ruptura requiere P.ensar lo cotidiano de una mane- ·
~:-~- -:-•"'--<.·-•~,"-="~.es dec'•
ra no..,...cotdian-<l .... , pen·ar
:. en ]o mpensa
· b~¡--¡-
e, en o que uó ha
obst2.culos y contradicciones como instancias previas para la recons- sido obJeto de nuestro pensar L..l Este ejercicio de develamiento es-
trucción crítica_ del conocimiento, sólo así podrá plan~arle al alumno tablece una idea básica para 1a formación que se refiere al tiempo de
una propuestt semeja.nte 11 (Edelstein, Litwin, 1993). d:~da, confusión, ~daga:ción y creación. Este es el tiempó de forma- .
· El íngreso de esta perspectiVa en la formación pbsibilita trabajar en Cton por excelenc.a, aun cuando es vivido con la tensión que resul-
ta de toda situación desestructurante.
torno a un nudo altamente problemático en relación con la construc-
'ción ~etodológica tal como ha sido signi:°icada. Permitirá hacer cüns-
ciente·la mayor contrad.icción que se plantea al generar una propues- Por todo ello es quizás que, seg4n observa agudamente Carrizales:
ta dE enseñanza.
La formación en dimensión de ruptura es de corta ·duración el mo-
Se trata de asunúr la 11,ecesaria diferencia entre los modos de mento de la discontinuidad es corto, aun cu,;1.ndo se haya .id~ prepa-
72 GLORIA .EDELSTEIN - ADF..A CORIÁ UN.A PROPUESTA·TEÓRICO-METODOLÓGICA PARA LAS P'.<ÁÓ:CAS DOCENTES 73

ra~do en la dimen_s:ón de la c~ntü:midad. Al igual que en la cotidia- table~idas, se caracterizan por la duda., la confusión, pero también por
n~idad _se gesta lo no cotidiano, es en lo continuo donde se gesta lo la creacíón 12 . ·
d1scontmuo L..] Toda discontinuidad deviene a su vez en nueva con- .Es que en el tiempo de ruptura ~ntran-en crisis los modelos
tinuidad; así, la ruptura no deriva. en-escepticismo ni en irracio11ali-
. _dad, las nuevas razories son absorbidas por la cotidianeidad 7 se for- particulares tanto corno la.tendencia a_ modelizar, que están enrai-
talecen Y maduran en tiempo de duración. za1os en los diferentes sujetos de esta experiencia, no sóio (;_::Il el prac-
tic~nte, también ~ docentes de las instituciot1es· que lo reciben. y en
CabE. destacar que 11 est~ proceso de ruptura no se realiza sólo en el docentes de la inRitucióti f::>rmádora.
campo racional ya que no se trata shnplemente de sustituir una razón Por lo tanto· es :lífícil salir de esta rrama que conforma una. suerte de
por otn., pues toda oficialización de la razón califica a las otras cte enrevesada r~d.- Difícil incluso porque, coincidk'.ndo con Caffizales, si .se
irracionales tendiendo a pei-petuar.Se como la única verdad. Toda ofi- pretendiera en la brmación institucionaliza·r la idea de· tiemPo de ruptu-
cialización de la razón requiere de un marco institucional que la av~- a
ra, éste se anularía sí misrr.o. Por eso quizás la idea central sea la no li:.
le Y elabore el programa de su c_ontinuidad recurrier:Ído a pe:suadir neqlidad de este proceso. Proponer nuevas razones no puede significarse
más que 'con argumentos íntelectuaies, con argu~entos valo:ativps'. como lui.:ha intransigeflte contra toda razón. Pa· eso, según lo señala, el
afectivcs y cemocionales 11 , manifest.aciones que parecerían aportar a la tiempo de ruptura es corto. Quizás según su propuesta, estas razones de-
comprensión de nudos. conflictivos e·n los ¡::rocesos de práctica a los berían ser base para ~nsar más en d~Qs_abie.:t.o.s que ec1. modelización.
. __ __..-.,.~---,,-·· ._. '._, ·-- ·-.~----=-- ~

que se ha hecho referencia.


Sobre la base de estas consideraciones en relación con la experien-
cia de i:ráctica 0.e la enseñanza, ¿quiénes se asumen corno sujetos de la APORTES DE LA MIR'\DA ETNOGRÁFICA
contjnuidad y de la discontinuidad? O mejor aún, ¿es posible dscrimi-
nar en relación ~on ellas quiénes se asumen desde uno u otro lugar? Ampliar la perspectiva de análisis, de prácticas de la enseñanza a prác-
No sería factible identi~car pos~ciones fijas en este sentido, y. ello ticas docentes, exige preparar a los e~tudiantes eri form:,.ción para r.eco-
devien~ precisamente de las contradicciones que la docencia en tan- riocer los múltiples atravesamientos que se ex¡:resan en :lidia práctica.
to práctica social moviliza. Un aÍ1áiisis simplificado podría cond~cir a Implica la búsqueda.de un enfoque teóricc-m':'!todológico pertinen-
colocar eq el lugar de la discontinuidad-ru{)tura, en tanto ·inst:tuyen- te y capacitarse para su in.;trumentación. Con la intención de que el
te, a 103 _practicantes. Sin embargo, paradojalmente, investigaciones acercamiento a las -instituciones se concrete desde una perspectiva di-
realizadas sobfe el tema han mostrado que es frecuente que los re- ferente, se recupera el e"nfoque teórico-metodológico de la etnografía 13
cién iniciados se asimilen en muchos casos más rápidamente a lo ins- en la investigáción educat:va 1\ desde la relectura que realizan Elsie
tituido· que docentes con a_lgunos años de experiencia.
Esto :.nerece ser además relativizado, sobre todo e:i el caso ·de las n El autor distingue dos -modos de indagación, según el tiempo e:1 que ésta t:ene lu-
~e~i~e.~cias, P<?f cuanto que, al ser evalu~5:!~s COI:9-q _Qas.e Para el ··¡;-ro;_ gar, con irnplicancias particulares en el sujeto. Así lo refiere: "La indagación en estado de
( gamiento de certificaciories, lQ;, .P:.f~f~iq:1J1t.~s .particJp;;"l,Dsi~.pr.o.ce.~ confusi.ón se distingue· de l.a indagación cotidfama en el sentido de que la primen. incur-
siona en campos y niveles de fa realidad que construyen problemas distintos de los que
\/''f_..,•(:'-_~.-p,Q~g()~_iª·:;rqg que, en muchos casos, significan concesiones y limitado- normalmente se reconocen como tales. Se co:isideran los paradigmas que oficializan las
~ --- ·' nes en relación -con._ sus propuestas originales, ligándose así ~nás al verdades, se cuestionan los 'mundos feliCes' que sirven Ce guía a nuestra experiehcia y
tieínpo. :le continuidad que al de·Tuptura. comportamientos. Así pues no es lo mismo indagar en tienpo de rup:ura que hacerlo en
üempo de dúración, pero quizás el elemento más dis:intiv::> es que la :ndagación en tiem-
------ v.... Indudablemente, aqµí juegan también, _ante 1ª--.fu~rte movilizaci,Sn que po de ruptura implica una crisis en la experiencia, es decir, en su rr.arco interpretativo,
e_ste pro:eso implica, los modelos internalizados sin -1~e1lexión crítca. ahí donde más d1J.ele: en lo va1ornivo, afectivo y en lo ~iológico ·de nuestro pensar, no
· ____ Jo Sin embargo, e/,fl"s"() de dej¡.¡r lªs_pi:.o.pi;i..s hlJJo.ll.a.o..iIDpulsa a la rup- sólo' en lo que se ve si.no e"n cóm) y para c'¡ué: se ve" (C. Carrizale,s, 1.991).
u No se puede deji..r de mencionar al respecto el sustantivo aporte, tanro teórico co-
tura, 41,~-- irrut11p"~-~n,--~L.I@nt0---m'uflcto--d.e---l0---cotidian0.,.._Desde
•., ···-~,-.=o;;:.,.,--_ .,._ ....,.. , ... -~·•····· ·----~--"--•
4~ . ~~-'
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allí se mo empírko, de los t:abajos de Clifford Geertz; en particular, La interpretació'1. de las
construye cierta irreverencia coñ-faS flOirriXs--;705-· mÜdelos. Se ponen culturas y El antropóiogo como autor. .
14
en crisis los hábitos, las costumbres, los prejuicios, y se inicia uq cor- Esta recupefación requiere a su vez del significativ:, aporte de lectutas relativas a
!as instituciones educ:1Uvas, gene:adas desde dos campos disciplinarios que las toman
~ to pero trascendeg_t.ª-Lmo.w.~nto de reflexión. como objeto de estudio: el anáfisi3 institucional y [a organización y gc!srión escolar. Ellos
E0- la 1nedid·á-~n que esto; ~~-~;nto; s~ acompañan de_ una fuer- tienen en .a Arge!ltin•a un importante desarrollo en ias prodúcciones de Lucía Garay, Li-
te ca,rga emocional en tanto nü' es factible acogerse a las certeias es- dia Fernández, Alicia :=arranza, Graciela Frigerio, GuiHer'Ilina Tirnmonti, Marga1ita "Pog-
gi, entre kls más r_elevantes. ·
UNA PROPUESTA JcÓRCO-METODOLóGJ(?A PAR.A LAS PRÁCTICAS DOCENTES 75
GLORIA EoEtSTElN - AoELA CORIA
74
Est~ perspectiva implica una búsqueda atenta de la comprensión del
Rockwell y Justa Espeleta, qµe es_tá enraizada en la tradición antropo- funcionamiento de la escuela co.1lo agente socializador tanto en la
lógica, redefiméndota. . _ . · transrr.ísión de contenidos como en la forrn.ac;ión de creencias Yvalo-
Esta redefinición, entre las principales cuestiones, revalor:za el_ pa- reS. En la rutina c!iªi:Ja.... f;l~Ja.,Yi.d~ j~§_<;ql~.r .~.e __ tr~i:!?'.1PJt~D...YiS.~Qrle.s.~d~l
pel de la teÜría en relación éon _el trabajo de c~po, to~_anco, en es- mund;.-p~~r~·~ de comportamiento.• rítuale:; que sue.en tener más pe-
te sentido, distancia de los encuadres antropolog1ccs clas1co5 (Ezpele- ·so (lue _el _discurso fo_rma.L_ Es posible describir el funcionam.enco de
ta, 1S87). -- I ~ grupo hu.mano en tér:nínos de rn'ovimie:-itos físicos en el espacio y
¿Por qué interesa e?ta perspectiva? El centro de ate~c1on es a es- · en el :iempo., pero la cc-mprensíén de las relaciones sociales en ese
cuela escala :,ara observar-analizar la realidad educativa, que no es grupo exige hacer refere:1cia a expectativas, intenciones y valores.
subsu~ible e~ la visión y-normativa del sistema, o estrictamente en los Cierto es que en la búsqueda de sentido se recOnoce, ent:e <?tras,
procesos de ir_teracción que se producen en el ~icroc-<:s~os del aula. el nivel del sentido común 1 categoría social, forma de representación·
Al constituida como objeto de iestudio, se sostiene basrcamente que imaginaria de lo real y 1 por lo tanto, más o menos alienada. En esta
la mirada pedagógica es portadora de una herenda normativa-~alora- perspectiva, la instituciór., con su efecto consagratorio de diferencias,
tiva que sintetlza las categoñas herf!dadas del sistema (rol, func1~n,_ et- ejerce sus rituales Y ubica a los sujetos q~e en ella se muevEn como
cétera) la herencia propia de la formación (concepciones pedagog1cas sus portadores.
y s~dC:lógicas dominantes) y los trazós que la historia deja en los su- Se i:Tlpone en consecuencia una reflexión sobre la relación.teo-
jetos sociales tras largos años de escolarización. · ría-observación y sobre el papel de quien actúa desde el lugar de la
11
Así se va c::)nstruyendo .un sentido común 11 académico que es la indagación -en este enf~ue. No se trata de adjudicar estatutc teóríco
lente con la que se acostumbra a mirar la escuela. Estas categorías. he- a la fo:ma en que los sujetos sociales se representan_ la vida escolar, a
redadas no pcsibilitan dar cuenta de los procesos soda~~s que se ~a- las Iógica_s en juego en k vida cotidiana (categorías 5ociales); se trata
teriaHzan en ella (preces.Os de apropiación, reproducaon, :iegaaon, de un nivel analitico que está atraYesado y :-ebasado por otros niveles
resistencia, intercambio, simulación, entre otros). de análisis. En este sentido 1 se trabaja con un énfoque que _íncluye ca-
Tales- categorías tienen como efecto la f'.omogeneiz~ción, el mirar.Ja tegorías teóricas sin que esto -implique" adaptar .él m·.1ltifacético juego
trama uniforme de la propuesta estatal en la. escuela; el perder la sin- que se genera entre sujetos a modelos de análisis o tipol~gfas cohe-
gularidad, lo imprevisible 1 las fraccuras en el interí~r de· 1a lógic~ instí- rentes que hacen perder la complejidad y. riqueza de los pequeños
tuida; el dejar al margen los modos en que los su1etos se constituyen mundcs_ que se constituyen en ~o real.
en_ sujetos escolarizados, construyendo cotidíanamente ~l sentid.o ~e Se trata, en todo caso 1 de la constru~ció°: d_e _contenidos concre_t_os
los f~nómenos y prqcesos en ·que se invoL1cran. Estos suJetos sociales: de conceptos_ abs_tract~s a partít~··¿~ t{~- ·p_fOCEs·o q~e ~t~i@ J?.._o_bs_e;:¿;ª-=-
en tanto tales, se sítúan en un tíe:npo y espacio al que vinculan su ma- Y
ción y r_nomentos·de iilterpfetaciÓn reiflce.ri,reración. Esto ímpJica. ~:..
triz significante particuI.ar. · dUir ·reguiaridades) c~~f:l.i~JOS y é:QQtrá<f.~~cion,6, la :_contin_t:i~~-1 v ~P-.:..
Tal dinamiddad se constituye en historia no documentada, con- túra pr6P13.S-de l9s_ procesos históricos, de_ la vidi eSiOlá'i y- de sus s:u-
trapcniéndose 1nuchas- veces a la 11 historfa ofícial 11 , la. de los registros Y l~ii . ~.t;-~~E.tes: .. · ¡ .. . ·
estadísticas consagrados por la institución Desde este erioq;_p.e, la reconstrucción de los procesos por los cua-
Es la hístoria no dócumentada, la que se" trata de reconstrnir a la lu2 les los sujetos se aprbpiar.. ·díferenc.almente de las cosas, conocimíep_-
de este enfoque y que sienta sus raíces en la recu peraC:ión de lo 11 CO- tos, c9stumbres, usos, espacios, reglas de juego, etc., se realiza a tra- ·
tidiano• 11 como categoría central, teórica y empírica,, aquello que vés de la descripción de tramas de evidencia diversa; o el. desarrollo
apafece come obvio, fragmentarior- recurrente, contradictorio, diver• concreto de eventos, historias escolares, historias de ,,ida.
gente, con efecto de sentido para los actcres sociales. Ello jemanda la inclusión de una multipJiddad de técnicas e ins-
11.Af integrar lo cotidiano como un nivel analítico de lo escolar, con-
trumentos de investigación social, obse1vacíón participante con re-
sideramos poder acercarnos de modo general a las. formas de existen- gistro etnográfico, entrevíHas en profundidad, análisis de .documentos,
cia material de la. escuela y reve:ar el ámbito preciso en que ios suje- discusión grupal: talleres con registro, entre las principales.
tos µtfticulares involucrad¿s en la educación experimentan,: reprodu- Desee· esta diversidad, y a pa1tir de un tr2.bajo de lectura y relectu-
cen, conocen y transforman la realidad escolar'\ es és~a una ide~ fuer- ra, ~e pr<?c_:ura .anjbar-,.a una ndescri¡:ciórt dellSa 11 de,la realidad (contex-
za que plantea Elsie Rockwell (1986, 1987) y que hteresa rescatar.
76 UM PROP\J'c.3A TEÓRlCO-METCDOl..óGICA p¡,;:;¡A LAS pR.á.CT/CAS .::OCENTES
77

to institucional y áulico), O:Jjeto de indagación que incluye sin duda la posició~-actitud frente a la indag:aciOti, tanto en et moni.ento d~
las significaciones que de Ella tienen los sujetJS. h recolecc1on de datos como en el análisis. El practicant= v los docen-
Ese t.iP.º ..9'cib()rdai'c J>OSibfü~ la generasI5i:,A~,;;j;;., l,,:,err~- tes orientadores de la institt:ción formadora sen portador~s -de rrsenti-
11
gantes,.infere,gsl"§_.q\J"'_Q/;'D,J;¡ji;.µi;,_,lJ:; lQ;¡,.(;,.ru')mgQQS,,Í!l~gps, 1~0- ~o común , acusarc el .impacto dé: determinado? .fenómenos y proce-
nociendo singularidades y no adeCuando los datos a catégorías. pr~-· · san ct:sdE- sus i:narcos 1nterpretativo-s; por ello se hace impre:Sciridible
construhlas. :;,:¡;e ¡_¿;:;;¿-;r,_¿,;, ··- ··-.-· · - --- · - ····· · ··· - -. ·· - · · asumir una act;tud de ~~~nente vigilanc_i~ __ sobre los sentidos que
Ppr ci.erto que ú.na lecrr_ua de esta naturaleza demanda una sustan- E:9-~tellos construyen desde su lugar. -=,,,,,,--- -- ---.-.. ·"". --.,-· --~-----e-
cial modificación de las· pautas de trabajo más extendidas en la ..,.,.,,,... Son imp6i:t~rites, e.OtoñcEs:·--·1os-- ffiomentos en que mnfrOntar: sus
formación de docentes. De allí el interés por estos aportes como su- observaciones Y análisis con otr...9s E.S~~ sociales ·eompr~metidcs en
pera:dores de algcnas de las limitaciones señaladas. el proyecto, lo que posibilita fesignifitar la_ elaboración teórica inte-
Se impon9ría, para hacerlo factible, la permanencia del practi- grando a su vez los resultadoscle la indagación a la realidad q~e fue
cante (y también de los <lacen~lo acompañan) en el can;,.- su referente.

~•':i:i~~~f~¡¿~f~~~~~ª-"'~~ntr9Jta_pas_~'.:_,ºb~~'l<:i~\ Al respe-c;to, y conscientes de que ella puede ser vis:a desde dife-
~~?tes. prism~ Y de que existen diversificados patrones de ínte1preta-
Enxiifl j)fiffie·r rnorrie·n:i:o:Se ~btien2n dátos ampiioS y desarticulqdos, c1on, mteresa recuperar instancias de socialización de los conoci-
pero que revelan aspectos de la cotidianeidad en las s:tuaciones estu- mientos que se van cqnstrcyendo ep. un proceso colectivo de traba-
diadas. La información se ·organiza a art_i_r d= la ectura de _los !Ufile- jJ que pe;-mite integrar: diversidad de perspec;tivas.
riales recogidos en ·-un.-piO":e.50--d---· ecoñ~ la reª1i_dad -~fucbando La incorporación de este enfoque conlleva un -posicionamiento- di-
'así 'üfl_a'- selecciQilde7C;_ mársig[11fiCaiiVQ: É~ es!~ I~Sttrlcia cobran re- f~rente en 1a re~ac;ión entre iastitución _formadora· e institución que re-
t~~ió.~fa].OS_j:~l~~~~;f~§:~tit~ -sii~- dái:t.§9J?E!!~._,,~!_~_I]!~Eldí1Dient0 ·ct~ cibe ª. l?s pract1c~es. Se re:¡uiere superar el descomproffiiso y la es-
lo observado. - . . · '"~-______.., tereot1pra ~n las re:adunes, trabajar fas mutuas resfatencias y generar
· •·'-·•-·Eilb·-~~g;;Ji~~ ins~rtarse en un conte.xto ·más amplio de determinad.;:. una experiencia coparticipada que constituya el tiempc y el esi:acio
nes y· búsqueda de categorías de análisis más generales que permitan que se vive en comiln en tiempo y espacio de problematización v aná-
entende:- la situación parµ01Iar. El marco teórico y conceptual ac~úa así ltsis compartido. ·
como parámetro del traEhj•) ahaiítico que posibilitará l:.na mayo~ com- La redefmición que se esboza,. ya pensada én relación con las pro-
prensión de la realidad. · · puestas de formación ·en lo que se refiere aI ingreso de practicantes en
Perrrute, en roda caso, en. función de la in:Ormadón recogida, con- las instituciones en que realizarán las prácticasi haría· posible viv:r· su
frontar· lo que· se prevé como desarroUo pos:ble con lo que acontece aravesam~ento inst:tucional.
y las diferentes sign,ificacío."les que·) desde los sujetos, lo cargan de sen- La nc_ult:1ra es~olarn que irr_perceptíblemente ?enetra e:i pasillos, au-
tidos. las, patios, esa s1ng.1laridad que sintet.za pasado, presente, y desde él,
Las categorías -:onstruidas en investigaciónes punurn.les, si bien son proy~c~ión al futuro, ~s uno de los apreh_dizajes más ricos y, a la vez
product::> de la especial ar:icuJación entre teoría y un contexto empi- confhct1vcs, del 11 pasot' por la escuela en la formacíón de docentes.
rico• sin_~lar,_ se consideran aportes enriqllecedores· en el memento Los Pra:ticantes jenen l-a oportunidad de aproximarse a los modos
analítico._. ~tá reinterpreta.r otras realidades particulc.res en estudio. particulares_ de organización e intercunbio de grupos de alumnns y
Ello siempre que se asuman los recaudos necesarios, que ev:iter: extra- docentes; a los usos de los eapacios, cempos y objetos· escolares; a·1as
polaciori.es -~cánicas 15 • _,,.,
redes corr.unicacionales formale;, e in.formales; a las nor:uativas explí-
Según yá se ha expresad(?, este e:-ifoque exige una refleXión Sobre citas e im?lícitas; a las fonnas más típicas de presentación de los co-
nocimientos, de concebir el aprendizaj~ y de sistematización en pro-
puestas metodológicas a las rutinas escolares -izar la bander~, fo:mar
15 Se hace •referen.::ia, por ejer.1plo, a ias denominadas "dimensiones•formativas~ de la fila~ el orden y la línpieza de los cuadernos,_· los modos de dirigirse en-
experienda escolar 'i las catego~ías oonstn.rdas en su in.teri.at:, que se presentJ.n en et tre !?ares 'f con la autoridad-; a ías f:,rrnas de discipHnamiento ·.¡ de
texto "De huellas, b,:rdas y vere:ias, una his:oria cotidiana en la e~cuel~", de E. Roék-
well (198D: la estructura de la eicperiencia escolar, la d:'finidón escolar-del' trabajo do- ejercicio cie poderes; a los h,1gares qu~ tienen· alumnos y docentes en
cente:, fa presentacién del contenido escoLs.,, l:a.. definid-ón escob.1 del apren.diza¡e, la la instituc:ón y a las mutua:. representaciones ·-alumnos y doóentes
transmisión de copcEpciones del mundo.
UNA P:IDPUESTA TEóracO-METOOCLÓG!CA PARA LAS PRÁCTICAS DOCENTES
78 GLORIA EDELSTE!N - ADELA CORIA

En cuanto al-sentido asignado a la obseivación y al acompañamien-


buenos y malos, que saben y no saben, que se quí1:'!ren o se rechazan-; to la idea es coparticipar con el practicante desdé que inicia su pro-
a 1; docencia como trabajo y a sus asp~cbs burocráticos y gremiales, ce'.,0 de trabajÚ en la ebboración de s_u _propuesta de enseñanza. De
entre otras cuestiones. este modo, la cbservación y 19s resultados de minuciosos registros que
En últim~ ir..stancia, esos _procesos _ so~_J?~.~S-~?:3"~~--~~to _I?º~ _sujetoE se efectivizan. e_n torno a ella se convierten en materiales fértiles para
particulares que ,cargan ii Vidi1µStifuC~9~al de ~ultip~ic;ld~? de__ ~~nti- una lectu.ra crítica de 1a práctica y, por lo tanto, en fuentes privilegia-
·áos;-a·veceSCóiltradictorios entre SÍ. Lo que_~<: -~p~_11.dea,-•entonces,-tUD.: das para abrir a nuevas pei-spectivas y, por consiguiente, cursos de ac-
•.to-~ -~.ma dinámica particu_larizal::,le, · e~- et ~j~Jf,lciQ.~Q~_ffi_s c;:life_reqci.:!-~: ~-
ción. .
ias instituciones; es una tr_§lx:rl..~~H!.~ll9JllQ~Il~-ª, __ Qe significaciones:. e_r;_ El docente orientado, ú:edefinición .de la tutoría <Leg!<e.\!I} abor&tje
p~rmanentes proce~o~ d..~__ p.~g_9~~S!{m. (Co~a. 1992\ constructivi_s_ta) t-i-ene en - este cis::> ci_ue realizar un cuidadoso trabajo
· En estas tra:nas, el practicante tiene un lugar asignado _por lo que p~~~·ge~~;a~--;1nculos que Qen lugar a la construcción del conocimien-
viene de la hiHoria de la institución formadora en esa institución co- to compartido. · - -
mo también p8r los espacioS CJ.1-e le son concedi~os y de los que é~ Así entendida la relación, la observación no aparece en e! proceso
se apropia a partir de 5U personal autorización. De hecho, el practi-
cante,. una vez que entra en .las instituciónes, comie.riza a construir
de acompañamiento asociada a la vieja }~-~-§L c!e ~~-í~~ca__ p~~a~_ó_gi~~- ~-º·
la que .,.el a.ct.Q de. -~bs~r,ar _se _ce:nec_t~ más con ~a i?~ntifica~~:::~ _ge_ l::i_
sus propía:s estrategias para desenvolverse satisfactoi-iame.nte en es~
f,,J!a y de Jo que.esca¡:r,, a )¡t_Íógica de las.previsiones y, por lo tanto,
historia, despliega su propio sentido prtctico, apela a su historia e
se traduce coqio §~guirniento pa1a .el .cont.ml.
intuiciones. Esta const:-ucción .se. produce muchas veces dolorosa-
La idea de· acomp3.ñar redefine el lugar de la observación. Ella se
mente p6rque la conflictividad y el malestar -sueien Ser rasgos de to_-
convierte en u:1 proceso interno, e"n tanto el practicante, sujeto prota-
da institución y porque de lo que se trata ·es de que él -que también
gonista de la práctica,- aétúa taffibién con e: registro del observador co-
es un sujeto ce conflictos y malestares--:- encuentre un .lugar en ella
mo un otro incorporado.
(Caria, 1992).
Las opcione5 - pue·den ser múltiples, se sigan itinerarios de acuerde
o desacuerdo con la mirada del observador. Pero en tanto la interna-
lización del otlo se dé en un proceso de trabajo, se avanzará en el co-
nocimiento de las línea.<: directrices que definen la perspectiva del op-
OBSERVACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO servador _siemore.·en términos de lo-conscientemente posible'. : ·
DE WS PROCESOS DE PRÁCTICA. DOCENTE
Sí bie~ el f~óffieno aludido puede pensarse como una posibilidad
_para avanzar en la aceptación de la ta.rea comPartida, represen~a un
¿Por qué la observación? ¿Por qué el acompañamiento? Las más va-
problema, que se inaugura en esa t.¡·ama relacional. En el d?cente a
riadas respues:as podrían desprender.se siguiendo el hilo de estos in-
cargo de la _obseivación se pondrán en juego, aun al marge.n de su
terrogantes.
co~ciencia, imágenes ideales con las qüe confronta_ las resoluciones de
El hecho de que la· práctica docénte en los procesos de formación
cada pra_ctican:e.
se concrete por quienes asumen el lugar q~ sujeto5 11en i~iciación 11 su-
A pesar de que el sujeto practi:~nte no se constit~ye en soledad, si~
giere en sí la idea de que tal proceso no, puede realizarse en forma ab-
no- por la presencia de otros ohseivadores que deVUelven hnágenes
solutam_ente autónoma; requiere de n1a rn.irada 11 de un 1totro autoriza-
que le posibilitan encontrarse en un lugar, .este funcionamiento espe-
doº que ayude a objetivar lo_s supuestos en las decisiones y acciones
adoptadas. · cular, donde sólo es rec::mocido aquello que re1nite al ideal Cel·propic
obselVador · es vívenciado con mucho conflicto. En la relación instau- ·
LO& Significados que .:te puede:1 asignar a esta relación res:.iltan muy
~da, es im~osible :dejar de sentir los efectos de interpelaciór. a la pro-
diver~os y dev:enen nO _sólo· de las ínt~racciones observadO_r:-observado,
pia subjetividad, cbnstruidos desde un deseo inconsciente que no le
sino de las intencionalidades que se jueg~n en la base de este vínculo.
pertenece al sujet<li .de ]a práctica. En ese mateo, _se configuran redes
De una parte, es ne'cesario destacar que.la ·observación no se entien~
de como una actividad neutral, en la que el observador orienta su ta- .relacionales cuyo efecto es el desconocimiento del sujeto, de lo que
rea libre de opciones previas, sin.o que es:á de"terminada por los su- deviene la homogeneidad en t:;ontraposicióri al reconocimiento de lo
diverso.
puestos teóricos de_ los que participa y por su trayectoria previa.
80 GLORIA EDELS;EIN - AD:LA CO<IA
ÜNA PROFUESTA TEÓRICÓ-METODOLÓGICA PARA U\S PRÁCTICAS DOCENTES
81
Si es insÚpénble la al:eridad con la que Se forma el deseo dd su-
jeto (Certeau, 1993), el problema residiría en reconocer lo no espe- enseña.:1.za
., como probato::-ios de la5 capacidades . constitutivas d e una
rado, -io- que insraura la jiferericia e4tr~ 11 aquí 11 -lugar de la observa- p:of.es1on, en r_n·.:ichos casos deviene en la djlución de uno de estos
ción- y- 11 afü 11 -lugar del observado-. y abrir una búsqueda Ce cons- vertices. Se ubica el trabajo en tomo a la propuesta de enseftanza
trucción de sen:ido compartido donde se produce el no sentido, fe- 1os esft:erzos se centran en resolver la singlllaridad -a veces-o::>stác:-
conocer que al mirar se lo hace desde 11 pequé;ñas hendidurasr• y que los- que se presenta en la constru::ción vincular entre los sujetos.
mucho d¡;l territoríÜ del otro queda fuera de u1as inquisicion-:::s dé la Ta_l~t relacio~:;s, base del triáng-Jlo. sostén por lo tanto de la pro-
curiosidad11 • ducc1on, debenan trabajarse, encontrar un tiempo ce reflexión. No
se trata sólo ~e clarificar encuadres y acordar centraros.
Metafórica~ente, podría pensarse que ·en la práctica se produce
Se trataría _de exponerse a asumir un recorrido laberíntico, en mu-
una representación en un escenario, pero que constituye un proble-
chos casos, que permita liegar al conocimiento del otro desde el lu-
ma muy complejo su co.:1.versión en e_~pectáculo para el -observador,
gar que ocupa y la tipific1ción de su quehacer, a· la vez que de sus
Esta operación, que reduce los sentíOOs"para el sujeto de fa práctica,
modos de sentír, pensar y actuar. Y ello, aun cuando puede recono-
registraría sólo aquello c;_ue puede ser visto y oído, es decir, las imá-
cerse que siempre habrá un plus de conocimiento que se escapa,
genes y las pahbras con las que se identifica plenamente el observa-
porque tan1bién es desconocido para los propios sujetos. ·
dor, que ratifican algo de su propia persona: que él antes, al planifi-
lo importante sería, en este cas:J, desde Ja posici5n de observa-
car, estuvo allí.
dor, estar abiertc a una escucha at~nta, para ser también interpela-
Cuando se· trata de un-:1 relación .entre sujetos, sería imposible pen:-
dos por las palabras, por los silencios, por las miradas, por Ic-s ges-
sar en la ause_n_::ia de irl1ªgi~ari9. Iviás aún, desde ese lugar 3:ctúa el
tos de Ios practic:intes, en el marco de procesos situados claramente
proceso de ·ob~rvación, e~ la medida en que se asienta en la mira- en el enseñar y el aprender.
da. Mirar .y ser mirado sería su regla estructurante, y ese es precisa-
mente el espac:o de circulación del deseo de ·ser reconocido, el es-
pacio de consti:udón en acto de la identidad '-aún fragmenta.ria- de
practicante y de docente de práctí~a.. LO GRUPAL Y EL TALLER. ENFOQUE PARA
Sin embargo, el encuentro de miradas de los su_ie:os debelia inter- LA DECONSTRUCCIÓN-RECONSTRUCCIÓ'.'J
mediaJse por e~ obje.to que los reúne, de manera tal que esa lógica . DE LOS PROCESOS DE PRÁCTICA
no desdibuje el .sentido del trabajo conjunto, cual es la reconstruc-
ción y reflex'ió_r. crítica· de un quehacer. De ese modo, la mirada ex-
El trabajo dé observacíón y acompa~amiento propone una instan-
traña ·podría pe:-mitir ertafiar la propia mir.:).da, en el sentido de con- cia para abordar el análisis de 1o que ocurre en la escena de las prác-
vertir en inusual lo fami!iar, de des.oaturalizar aque.lo que se viven- ticas. Sir: -e1nbargo, como se ha analizado antes, en ese espac:0 en
cia co:no nio que debía· hacerse Por lógica 11 en esa situaci~. Sería 1nuchas oportunic'.ades, se produce un anudamiento qu.e puede obs-
1

también una n:ptura co:1 · la· nfiesta para el ojo y el· oído 11 (Certeau; truir la operación deconstrnctiva y reconstructiva. ,
1993)
Los procesos de observación y acompañamiento centrarán de
La ?rof~ndiz~ción. en los proceses de reconstru<;ción crítica de 1~1 l
J
~xpenene:1a sera posible en la medida en que s.e inco:-pore el colec-jf .; ,
este modo su preocupación en procurar la. profundizacíón paulatina t1vo a la tarea. · · 1 'e
de la propuesta de enseiÍanza el;1borad-a por el practicante desde · En este sentido, el taller como opción metodológica que abre un
la reéonstntccíón crítica de datos relacionados con las situa,ciones, espacio a los procesos de _reflexión 7ré y postpráctka apa1:ece como
sus dtci§iQp.es y actuaciones, y los .~1:P~~-~~9-~ que de ell~s se pú~- alternativa prívilegiada, que pennite sumar al ''traba:o de costura 11
dén~Íñfenr:-ES decir, cer.trarían e~ focó en la cuestión del conoc1- asumido en la soledad de a dos un :uadro 1nás vasto de Semejanzas
miento. A Z -~ Y ºdesemejanzas 11 ,:certeau, 1993), y se expone al reconocimiento de
Esta triangulación t;n la relación -doc~nte (tutot)-p~acticar_tes-pro- los inú1ti?Ies itine:-arios asumidos_. Constituye una manera de ser ac-
puesta de enseñanza de□anda un tritbajo paralelo de construcción_ de tor Y observador a la vez 1 en la medida en que hay ·1:nuchos otros 11
ios vír:culos que permitan sostener como centro el Y.~rti_ce,_ad.~.C.:_"!J.ado. que se exponen a sér n1irados en simultaneidad.
La fuerte movilización que implican los procesos .de práctica Ge la Se recuperan al respecto las expe:-lencias que tienen en su origen
GtORJA EDELS!E!N - AufLA t..:Uwr1 UNA PROPUESTA :"E:óR:C:0-METODOlÓG!CA PARA LAS PRÁCTICI'\.$ DOCENTES 83

los Talleres de Educadores, .qué, en el interior de propuestas investi- Si se entiende la docencia como práctica social compleja que ex-
gativas y de formación, dieron lugar a una línea de trabajo cualitati- presa conflictos y contradicciones, se in1pone in_cor_porar_ de~_de_ la
va, fundamentalmente en Chile y la Argentina. formación de grado una lectura críti¿;¡_--a; t◊S-~m~~--co~ t~óficOS de··re~·
Esta línea :,one en el centro de1 debate la problémática del sector 'ferenda y las detivaciones que éstos Órigiilan. ·
docente, el significado social de su trabajo, tanto para lo_s propios do- · · · La__p2Stbilidad_ de reflexionar eil torpe a proceses que acontecen ·
centes como para la sociedad. en las prácticas constituye un eje·priolitario de la formación.
Se plantea desde sus inicios como propuesta éernocratizadora en Es claro que procurar una aproximación a la calidad de estas prác-
la capacitación de docentes, en la medida en que procura abrir es- ticas demanda :J.U esfue1zo de indagación acerca de la naturaleza de
pacios que posíbHiten generar aportes en relación con las políticas sus determinantes, sus Hmites y posibilidades·. En el aula· no se en-
educativas, su gestión y conlrol (Bat2.llán, Saleme, García, Mar- cuentran los problemas claramente definidos, hay que dilucidarlos
tínez:). desde situacior.es que se presentan en muchas ocasiones de modo
Serí~p.~~~!Lejantes-,a -eje-rcki0&---de. investigación, p9nien~?-espec_ial ambiguo y conflictivo. De allí la necesidad de una actitud de búsque-
cutctád()-__en la producción colectiva. La ~dea de investigacióñ~é"ñ"'Ca- da sistemática de las claves que las caracterizan.
Pacifación es aquí significada, en sentido genéric:), con10 orientado- El análisis de las prácticas ·de ia enseña:1.za deviene así como ne-
ra para la búsqueda, la problenatizadón de la realidad, el .análisis y cesidad ante I_a consíde_radón de un objeto de estudio que se desa-
el descubrimiento de nuevas rElaciones. rrolla e~,.c=:~tf~i!ºj c,?~Cí~s y n? en6-á11!b_itos prefigurad-e,;.
Desde Vera y Argumedo, se plantea la necesidad de explicitación de En este sentido, el taller es un dispositivo analhad<5r privilegia-
supuestos de base, relativos a fa concep-é:ión de realidad y del conoci- do, que permite revelar elemefltos- constitu:ivos de la.s prácticas, pro-
fñ1e":1.t0,ace-r<:a··de···-ias Prácticas educativas y las prácticas escolares en vocándolos, obligándola:: a haplar, a decir lo que en el aula tantas ve-
particular y sobre la ela1?oraciÓn de -criterios metodológicos. ces es dicho sin palabras. Es privi.egíado por la poslbilidad. que ofre-
Interesa esta refei-e!l"ci"á global porque, en la práctica·,-un número ce de trabajar sobre contenidos manifiestos y latentes de la co1idianei-
importante de propuestas de taller fueron descarnadas de su sentido dad escolar, lo G_ue sólo puede concretarse a partir de procesos de bús-
originario, banalizadas en su implementac;ión. Al respecto, cabe se- queda e indagación de lo que est2_ más allá de la apariencia.
ñalar que ef. muchos casos, -aunque era la intención producir un Al respecto,_ interesa r~scatar la palabra de Ageno cuando dice:
efecto de m-dtiplicación de la experiencia, _no se contaba con coor-
dinadores preparados para estar al frente de los talleres; en otros, la este deslizamiento del lugar -ilusorio- del saber al lugar -simbóli-
coyuntura operó como obstaculizador. co- de la construcción del conocimiento, sólo puede efectuarse des-
Después de procesos sociales globales cuyas marcas autoritarias pués de_ asumir la función de ia ignorancia que libera la pregunta
tuvieron particular expresión en el ámbito de las instituciones educa- investigativa y evita la seducción del re.ato del disc:urso pedagógic~
tivas en la Argentina, era predecible que la apertura de espacios pa- que, al atrapar y paralizar el pensamiento, no permite la necesaria
ra 11 decir11 se configurara como ámbitos catárticos. Sí bien estos ámbí- distancia para poder trabajarb. Este corte entre Ja seducción del re-
~_ lato_ al_ qu_e_ queda pegado' e:--~sufétO,"\:_;n.1:¡;i~Pado¡·en E:f 'ii-ábajo ifl-
1

, _tos resultaron tranquilizadores y, e-fl ese 1?entid~; podrían considerar-


' vestígativo -que lo separa, lo desJiga, para poder operar sobre él-
2"'se puntualmente valiosos, -obtu_r.a.rQ.n la posibilidad de potenciar el es un efecto del taller (Ageno, 1989) .
< ) . ~ ..
pensamíento alternativo, produ:iendo un cierto efecto de cierre, con-
-- tradictorio respecto a la propuesta misma de taller.
Los 'i°.~-ºci.~entos y c_ateg_orías pi"ev;ios de los que dispone el su-
Di;-sde estas experieneias, se generaron ·como contrapartida espe- ~
jeto~ cargados 9e sentidc común y nocioneS intuitivas, que configu-
des de uanticu_erpos'1 en ciertos docentes, ante la posibilidad de tra- ran el suelo epistémico tobre el que produce su discurso acerca de
bajo con esta opción metodológica. Por ello, todo programa que la las prácticas, constituyen el punto de partida para la construcción de
incbía tuvo que asumir de entrada la idea de_ redefinic_ión__ d~l _t-1.ller, conocimiento en taller.
idea que en realídad no apuntaba a otra cosa que a recup~-rar Su con- Desde el d.ec~r y hacer, que apf..recen aún en sus contradiceiones
r;,1 [; figuración originaria, comprencer la práctica desde la-pers_;:,ectiva de en· el discurso de los suje:os, se apuesta a un trabajo de desciframien~
v---~ quienes la construyen, implicándose en ella) en su reflexión y trans-
to, que use juega en los campos de la escucha, la rni,:ada y la lectu-
. / ) formación. ra" (Ageno; 1989). .
84 GLORIA EDEI...STEIN - A:::)E!A CORIA LJ\lA PROFUEST;., TEÓRICO-M:TODOLÓGICO... PARA LAS FRÁCHCAS DCCENTES 85

En el taller con10 opción metodológica para el anájsis de las prác- procesos con implicancias personales tan fuer~es; por el atravesa-
ticas de la enseñanza, los practica::1tes, en tanto sujetos y objetos al -~~:~~?.--~~aj._\1?-;~}Y?. que, en e:. ca1npo de la do~::ncia pa1t1cu!afii1e"ñte·,
mismo tiempo, son protagoni.~tas del proceso de const1ucdón de co- representa, la mirada del otro.
nocimientos. ~sto supone un ejercicio investigativo que exige, desde La impo;ian-da ·d'= avanza1 Sobre estos procesos, por otra parte na-
el punto de partida, la aceptación de que no se cuenta con todas las t~1-a.les, se conec~a con ~l reconocimiento de 1a -~g~ de los pro-
respues:as, q_ue es necesario potenciar las capacidades de problema- pios puntos de vista; con la necesidad y dificultad que supone obje-
tización, de. generar interrogantes, de forn1ular hipótesis, de realizar tivarlos desde los que se fo1mulan. ,
inferencias, de construir r_uevas categorías. Estas dificultades se acrec_entan por las connotaciones evaluativas
IQ1p!~~~~~p.___aj~rC:t~!º-..-~!~~-tivo que se enriquece en la medida en d~l calific3.r-descalificar, que imponen una eiigencia de producir
que incorpora el colectivo y,- desde él, los múltiples sentidos q~e es cierto efecto de completud de los relatos, frer:te a los fallos, fractu-
po"sible recuperar respecto de los episodios, situaciones y pr:,cesos ra&, contr2dicciones, que muy probablemente habrán .sído observa.:.
objeto de anál~~i~- -~e~í_a el lugar p::-ívílegiado para encarar esos pro- dos en las práctica, por quienes en esta circunstancia asumen el lu-
cesos ~--~a~tósocioanáff.Sis;_1 a los que se alude en el capítulo 11 Una gar de la coordinación.
f)ropuedf teóriéo.:.metodológica para las prácticas docentes 11 • Se hace necesario, en consecuenci::.., 'trabajar en torne a esta cu_es-
Por él tipo de relacior.es que con1promete entre los participan- tión, C<;?f!Str.~!r YD ~.i!_llª_ que posibilite abrirse a -u;a 3.ctit~Cf d~·--i~d-á.-
tes, el trabajo de taller reclama c0ndíciones facilitadoras de los pro- gación en profundi::lad, reconstruyendo y buscando la con1prensión
ces.os grupales 1.-En este-sentido, se incorporan como referentes teó- y la explicación de sittraciones, apelando a un trabajo teórico, analí-
rico-me:Ódológicos importantes aportes que sobre la teoría de gru- tico e interpretativo.
pos provienen de la psicología sociai (Riviere, Anzieu, Bauleo, El planteo general, referenciado en aportes sobre le grupal y el
Kaes, entre otros). trabajo en taller de educadores, se conecta aslmismo con línea~ de
El anílisis de las prácticas, -por el grado de "exposición que supo- investigación propias del pe:1samiento anglosajón e. his;Jario. A par-
nen, de:nanda que los practicantes asun1an el proyecto de taller co- tir de ellas, se ha pfasmado la idea de la revabrización de las prác-
mo propio, atendiendo a la generación de condiciones nécesar'.aS pa- ticas, como consecuencia del análisis sobre los procesos en ellas
ra la producción colectiva. co1nprometidos,
Esto significa reco·nocer el taller como un espacio valioso para in- Se destaca la ·necesidad de lo~ proce~os y práctica reflexivós, pa-
tercambiar experiencias y, a su vez, como fuente de nuevas expe- ra evitar el caráct~r ~c_rítiC:9 y conse_rvadqr en fas prácticas doce~tes.
riencias, donde la comunicación es abierta a redes múltiples que res- . . .~.-~-~inci?ien~o en l_a necesijad de incorporar el concepto de.J[efle-
petan los tiempos y los marcos de procesos ,eflexivos diferentes, con ,. .. . . .~?J1...,_]abe
. senalar sin embargo que dude a p_-ácticas diversas e~iñ-
apertura en la escucha no prejuiciosa, sin rotulamientos; un ámbito cluso cont:-adictoria;,11:i. La diferencia básica se plantearía entre proce-
donde bs participantes se hacen cargo de papeles dferentes según s.os de reflexividad direccionaPos y con una fuerte imJ)ronta desde la
las necesidades del proceso constructivo y no quedan andados en autoridad externa y procesos reflexivos que surgen como consecuen-
roles fijos y estereotipados. En suma 1 espacio para pensar y _r:ensar- cia de la reconstrucción crítica de la experiencla,
se _en_ g14p9..:. ---~------·-_.,_, _______ · - - - - - ····--·· - _, Desde esa lectura, sería posible la confluencia :on las visíones de ta-
Lo gr_1pal es un lugar organizado y de representación interna, por ller Y el encuadre sobre lo gl1..lpal recuperados como marco referencial.
el que se potencia la circulación de la palabra y la d.:-a1natit:ación de Se pueden incorporar los aportes Ce ~ 0992), quiell adhiere
múltiplés situaciones que s~hs.U11ª_.P,_~~-!!9 ser abc:)fdada_s_por efec- Y desarrolla esta perspectíva como una ~puesta. para profundizar el
to de su complejidad. Es un lugar de deslizarnient.; d;;,-¡- chiste o la conoc_irhie:1to de los docentes sÜbre sus procesos de trabajo, desde
ironía,_ que permiten comenzar a hablar sobre la dramatiddad de in- un.a ngurosa profesionalidad, sin ___ a_2~!.ªt-·ª _1ª_J9-~iQD_ª1Jcfa_d técn_ica.
numerables vivencias: Apuesta qL1e procura penetrar en laS 11 zonas indetermi~~das, pocó
Evidentemente, no se trata de un proceso que surge rápida y má- definidas y cena.gasas de la~ prácticas: 11 y que, por la incertidumbre
gicamer.te. Demanda un laborioso tr.:ibajo por parte del docente for-
mador (coordinador en esta instanci2.) y lo-s propios practicar.tes-ta- 16
Así lo advierten diversos amores que trabajan en rel2ciSn con la formaciófi de do-
lleris.tas. Trabajo arduo sobre todo por lo difícil de someter a análisis centes, como S.te!},!":1gu_~(:!, ~!)~ot,
G!meno Sacristán, Pérez Gónez.
UNA PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA PARA LAS PRÁCTICAS DOCENH;s
86 GLORIA EDELSíE!N - ADELA CORIA. 87

que las caracteriza, no pue"den encontrar un marco de comprensión- ta com?rensión deberá ser compartida en el punto de pa1tida de este
explicación _,..,.e_n-dü;_ha trabajo para no quedar arrapados en la creencia ·cte que hablar de· la
...., racíonaiid~d. - -
Para ellq,schón postula que la reconstrucción de la experiencia de- práctica 1_1es" aquella práctica de la que se _habla. Hablar acerca de las
manda: .... ,~---- prácticas, analizrrlas y confrontarlas obedece ·a una lógica diferente. El
análisis será tanto más potente en la medida en que pueda recÜnoc::er-
- reconstruir situaciones donde se produce la acción (redefi- se esa distancia como constitutiva de la roma de distancia que supone
e impone !a......,_,.
refle:r;.ión.
... -
---~----,. ····- -·-
nfr ·situacíoneS problen1áticas); .

- reconstruirse a sí mísmos como docentes (forma en que es-


trüClüran sUS conÜcimie:itOs y diseñan sus estrategias de ac-
ción);
- r~c()Q._~trJJJr. _l_9s ?upuesto_s acerca de la er_señanza que están EL PROBLE_MA DE LA EVALUACIÓN
én la base. - -- DE LAS PRACTICAS DOCEN'rES

Ta1nbién interesa se:1.alar laS :"ormas que, según eI autor, adopta la . Si _la__ _profesionalJdaci se '>'.:in_cula cada· vez más a lg c.oncreción_ de.
reflexión: como conocimientos en la acción (tácito); como reflexión _p~oces_o~ reflexivos resp_~ctq._c.le:J;tPJ...Q.PX~LP!áFU~?.-,., es vital ligar el en-
~.!t la acción y como reflexión sobre la acción y sobre Ia reflexión en foque de la evaluación a _esta pertpectíva.
la acción. Momentos de acción"y°·-refl.exió:1 que se entrecruzan en una Desde algunos tratamientos teóricos, se ha avanzado n1ucho en
espfral de ciclos de. experimentación; :rr.omentos de accién y refle- torno a la cuestión de la ~valuación. El pasaje de perspec_tivas cen-
xión, que no son independientes, se exigen y comple1nentan. tradas exclusivamente .~P}~:!.}:.~!!.SÍ}P._~enro Yla productividad en térmi-
Indudablenente, la recuperación de este enfoq~1e se hace sobre la nos cuantitativo~ a mode·ios que s:gñitTCan·-fa·-evafüációffComo com-
prensión y explicació.O•-es·:uff hediO --------r,< ""---•--,~-.•-=:·-:r=·•,--,,-•,,.,,,;,-,
-~<- -- :•

base de destacar la necesidad de dímensioriar adecuadamente la· ----·-~•a•~... - ... _,_ e•--... .,---,. -·· -~~ que Se 1econoce caua V"'eZ mas
práctica crítica frente al acto de reflexión. En este sentido, se efectua- en los postulados de diferentes autores.
ra relacionando la indagación sobre los escenarios en que se inter- Siguiendo los desarroHos teóric::>s, incluso se supera la. polaridad
viene y las condiciones políticas, sociales y económicas que afectan entre los modelos de corte cuantitativo y los de -corte cualitativo, se
la acción. ~sto será posible en la medida en que ~e expliciten los su- c~n~idera valioso que el alumno pueda identificar sus niveles de ren-
puestos y se los trdbaje sometiéndolos- a·esc;:iutinio público. dun1enzo expresados cuantitativarr.ente; se deben por ende abando-
. Siguiendo el pensamiento de Elliot Cl99Ü), será fundamental dar n~r posturas para las que era tabú la con:probación de ese rendi-
lugar a la deliberacióc, a espacios de diálogo y debate; pasar de h miento y la productividad, que ne_5aban la relación· entr.e el proceso
reflexión individual a la reflexión_ s:opperat.iv_a, para evitar que se re- y e.J producto resultante.
produzcan ~~-tC~~~1!1prf:~-~j._o_g~_$. __Qe.fQr.Q.1Jl.4~~-,.4~ lf!_.r~_ªl.id.ª_d,. En suma, . ., Se_ procur.,a valorar los resultados de una propuesta pedagógica en
tal como ro--señala Elliot, aten:ier a una racionalidad diferente del t~rm1ncs mas .aQarcativos, incluyendo· como referente relevante las
proceso reflex:ivo, lo que demanda contraste inte:-subjetivo y plural c1rc~nstancias espacio-temporales en las que ella se desarrolla.
Se entiende entonces que la recuperación de estos enfoqueS deb~ S1n. embargo~ el_ e~pacio de manifestación de estos avances .queda
apOyarse en procesos de reflexión no exentos de i11.tepcionali- redu~1d~ t~d~via a ciertos proyectos_ innovadores; ello.s no har.. logra-
.~d, que; superando posiciones objettvistas que i.centúan la rigurc- do aun 1ncidtr en las prácticas pedagógicas cotidianas. . .
sidad de las descripciones, se .nteresen particularmente por encon- Dada~ la~ ca~acterís_ticas- ·que· asurne la actividad evaluativa en los
1
trar nuevas alternativas explica:ivas. La idea es que los procesos de narcos 1?~tltuc10nales, es quizás la que refleja con más claridad la
. conocünientc y con1prensión !E_si9-~:Q:.5!i~S~f9:!P-~-~~~-~.nJ~~ .IrrQ~ª5 problernat1ca del poder y del control". ·
de_inte_:cvf!t.1.ci59-,., Se- destacaría entonces una relación diferente entre ~Tna visión de la evaluación lígf~a al ejercicio expreso del poder
la dimensión explicativo-c01nprensiva y la proyectiva. ·
Se asume, en relación_ .con"t~J análisis pre¿edeñte acerca de la lóg'.- •
l7 ,Basíl
r1•
Bernstein

afirma que la evaluación , como s·1·tema
~
· se con¡·igura
de mensa¡e,
ca Ce_ -la práctic~, qy_~dí-tiem~ la reflexión qjJic~s:ol~~ poi cOG 1g::is que r7~l!lan la valoración legiti.na del conocimiento legítimo en l.a puesta

-
0
~ -:cto del. d 15 f:>OSltlVO ped-agógi:o, cuyo efecto señ-a e; ejercicio del contml s:mbólico
. . . -----
e.senqª!.rnente d1fer.ente -~at;¡ueLdd. qu,;~_pJ:etende dar cuenta, Es-
'
e as conciencias (C'..ases, código y control, ·voJ. I · La estructura del discu.,.~ 0 =dago,a,·
co, ·vo.1 I\'i 1993). ' ,.., r o -
GLORIA EDELSTEIN - ADELA COR!A fJNA PROPUEETA TEÓRICC-IJIETODOLÓGl:A PARA lAS PRÁCTICAS DOCENTES 89

y del co:1.trol procura básicamente elementos justificc..torios de deci- bricación que es ha.sta cierto punto artesanal y en la que ocupa un
siones y descuida .el avance en la :::omprensíón de bs procesos de lugar destacado la intuición, inclusc cuando es cuidadosamente ins-
conocimiento. Es una visión cuy-as consecuencias se agravan por la trumentada.
infinidad de expectativas que en ella se depositan, :o que deviene Como toda fabricación, la evaluación, nó obstante poner ..en juego
como espacio sobredeterrninado (E::le!stein, 1992). rutinas estables, introduce innovacicnes. El problema reside en reco-
Esta c .1estión adquiere mayor relevancia c.1ando se observa que la
1 nocer la parte de z..rbitraríedad que s:n duda ca.racte1iza esta consttuc-
enseñanza se realiza· en un dima de evaluación constante er: taritÜ.. ción, auc cuando en diferentes situaciones no se evaJúa del mismo
fa~ tareas escolares com~~ican ~ritejio~ ··i~t~¡~QS-·cte···¿a_üd~d en los modo ni aspectos sen1ejantes, sino que se toman en consideración
proceso5 por realizar y en los prodJctos de ella esperados.- notas idiosU1crátícas y a veces cont:adictorias, desde sujetos y con-
La diná~ica cotidiaria de la e·n~ñ.iflza remite a dertO Clima de textos sir,gulares.
control sin que éste deba· 111anifestarse en procedimientos formales. El alur:1.no aprende a ser evaluado y a evaluar. Casi se podría de-
La evaluación ejerce, parafraseando a Gimer:o Sacristán, una presión cir que se fa1n.i:liariza con la nocíón de excelencia valorada en la es-
n1odeladora de la práctica curricular. Sirve como vía para sancionar cuela, pasando a ejercer calíficadamente, al decir de Perrenoud, el
11
el progreso de los alumnos por el currículum, determinando la pro- oficio de alumno 11 en cuanto interiori'.?ación Ce una cu:tura propia de
moción, con lo que asume una funcíón reguladora. la organización institucional, de la clase. Oficio que en definitiva se
Desde estas connotaciones, no se distin¿suen los procedimíentos asocia al tener éxito, al aprender las reglas del juego.
efectuados como función diagnóstica de los realizados con intendón Desde esta visión crítica) se retoma el punto de origen, es decir, Ia
sancíonatoria {Gimeno Sacristán, 1988). necesidad de un enfoque de la evaluación que se cor.ecte, y no en-
La experiencia de aprender es así signíficada por los alumnos en tre en ccntradicción, con )a genera:ión de procesos reflexiv:o& res-
muchos casos, acorde al tipo y con~enido de los controles de que es pecto de la propia práctica.
objeto, se trate de procedimientos f:>rmales o íilformales, externos, o El planteo reclan1a una modificación sustantiva de las propuestas
i:ealízados por el propio docente. Esto implíca que el énfasis que evaluativas, que posibilite trabajar sobre la iinpronta de modelos
pongan los procedimientos de evaluación .-.sobre determinados com- fuertemente arraigados, tanto en docentes como en akmnos. a :os fi-
ponentes de las propuestas pedagóg~cas deviene en un núcleo po- nes de su desplazamiento. ·
tente de incidencia en la transforrnhción dél currículum en su desa- Parecería que una alternativa viable es poner en el centro el
rrollo, dada la carga institucional y psicológ:ca que ellos ~ienen. proyecto· educativo o propuesta de enseñanza concebida holis- ~ -
Está claro que cuando· se .prqdllcen inno7acíones en los conteni- ticamente como punto de referencia. Desde allí, asignar a l;;. eva~ ----
dos como en las· opciones metódológicas, ªi1?_.pr_qp_i;._e.s.tª·-g~---~~L?!J,,!ª:-~ .l~ación ta ~isió~ .de. identific_ar las concreciones y ñ1ieles de desa~
cíón es coherente, estimula la· •consolidación de tales innovaciones. Si rrollo, reconociendó iílcluso lás tensiones y e::ontradiccio-nes que s·~
•••-•· •' , .. , . . ., -,... · • ••·.- k••~~••····"•·•.·.";,,-"•"'''·~--•a-,~•"'.···••-••·••·.-••~••-- :, ~ -

esta coherencia no se expr.<=:sa, la 1::~~~~_i.9µ. ~.B..~!_~~~.-~O.~S?..:':-:~~!1?:::~- generan en el entramado de su reaLzación.


to de fract~ra_ en. r.elac_ión con la ~xopuesta innovadora (Edelstei.n, Implica conciencia clara de que no es posble ni necesarío eYaluar-;1:
i992). -- ... -- . - -·· todO, por lo que es preciso definír qué. 22~!~~.,~~,t eyal.ua<;!_o. En to-¿,_,~··t,-·!,
Sin evaluación, al decir de Perrenoud (1990), no e:::istiría ni el éxí-· do caso, la preocupación del docente debería centraISe en cot1ocer ,1,;;;rJ~
to ni el fracáso escolar. Ambos califcatlvos son fruto de valoraciones, los ca1ninos sinuosos por los que el alumno va aprendendo. Su de-
intencio.:1es y técnicas que ponen en juego los docentes ante los re- safío sería el de encontrar las múltiples maneras de lígar estrecha-
querimientos de certificación en e. marco de la institución escotar. mente la evaluación con los procesos de construcci5n de conoci-
Para ello, la escuela 11 fabrica 11 juicios y 11 jerarquías de excelencia<) que mientos, apostando al logro de la mejor producción posible en cada

iC.:/:
a menudo recrean otras formas de clasificación, incluso informales. sujeto, a su máximo crecirníento intelectual. . ··,
Según este autor, los juicios y jenrquías de excelencia son, en tan- ~s~a perspectíva ~ermite pen_s3..:_j:~ ~Y?-}~~ción en relación con las
to representaciones, el resultado de una construcción intelectual, practicas de la.ense.· :13-nza ~sde .u~ Iuga~.1~fe.r:?_i.te, ~-r~!S~.tA<:~?.,~.-;~m l:>~
s=ul[ural, social. Por ello u:iliza la metáfora de la fabricación, en tan- proces_~s d~ ~fl~;-;!9!1 co1no reconstrucc1on cnt1ca de la expenenc1a.
to pi-ocedimientos relativamente eEtables que son eE parte codifica-. En tanto las prácticas de la enseñanza justamente den1andan del
dos por la organizadón y en parte inventad:)s por cada docente. Fa.:- practicante 1:i elaboración de una propuesta de intervención, es fac-
UNA PRoPUESTA TEÓra"CO-METOXJLÓGICA PARA LAS PRÁCTICAS DOCENTES 91
90 GLORIA EDELSTl;:!N - ADELA CORIA

. ------- . .
tible incorporar la evaluacióri como ~~~~gpy que pern1ite recono-
El metaanálisis se podría caracterizar como un proceso de cons-
truccjón teórica que se zealiza, aJ decir de Lltwiri1 11 a Ja manern de una
cer los recorrkos., los movimientJs que cada sujeto va realizando en
la géneración de dícha propuesta.
transparencia o un cristal que permiteJ!.!1ªJ1lLé.Y:a...mk,1.da §Obre la -~J-~:
se. La superposición de las transparencias nos remite a una _narrativa
Al respecto, son signific~tivos los intercambios practicante-~ocef!_-
te orientador--formador v las iriteracciones entre par~.~ La evaluación
-qu; ¿eja de hablar de la clase vivida para__c;_q_nstn..1ir Jd!L..~'\'.Q.L~lgJ.9.,.
que cobra vida independientemente de ella. Cada una de las cons-
co1nproÍnetid"adesde este lugar genera-ría condiciones para s:.iperar la
trucciones permite superar los niveles interpretativos del mismo con-
apuesta individual a parámetros formales de exceleÍlcia. Permitiría
tenido tratado y poner énfasis en los aspectos sustancia_les. No se tra-
reconocer los propios cambios, estilOs y posibilidades de avance. En
ta de conocer lo conocido, dad? que caja uno, cuando planea su
suma, la evaluación podría potenciar los mejores aprendiza¡es.
clase, conoce la estiuctura sobre la que asienta su propuesta, sino de
Esta idea trae aparejada Una redefinición del papel del docente,
rescatar el papel que la superp.9.~:!_<;j_Qn__de.. narrativ,as_genera_1;:omp ex.,.
quien, en todo caso, sólo marca momentos y apuesta a concretar des-
presión de la mis.ma C':'lllPJejidad_<f.jg~f!ica [. .. ] e113:5ñar a ts~rJ~,.;¡la-_
de ur1a posición de 11 ayuda 11 las mejores producciones ..
se juega un· páP,el dé"-II1ejora1nie:ito respecto de la práctica docente,
Supone, en la- práCtica, una reh.ción tutorial caracterizada, según se
ha sefialado, de:3de una perspecti'1a constructivista, que insiste progre- --~nto se J~Q.{~fk!l.tt;fJ.~:,.;Jgn€S ~obre cada una d~t2ec_i~.t.>.ES
que se adoptaron para la enseñanza'' (Litwin, 1993).
sivan1ente en ampliar los· 1nárgenes de autonómía en cada sujeto.
Sella ilusorio pensar que-este cambio sustantivo en los enfoques y
prácticas de la evaluación es de sencilla resolución, dadas las trayec-
torias personales y las caracterís:icas que definen a las instituciones
educitivas. Incluso, dado el problema estructural que plantea en sí
la evduación en el sentido de la asimetría de lugares que supone.
En el caso 'particular de la práctica de la enséñanz_a, es significati-
vo el impacto de la evaluación, sobre todo porque constimye una
etapa final que da lugar a la titulación, producto de complejos pro-
cesos de auto, inter y hétero evaluación-.
Por ello es frecuenté observar una tendencia a acomodar la actua-
ción a una suerte de 11 oficio de practicanteU, tomando en préstamó el
concepto de Perrenoud. La problemática se advierte en una deman-
da de las "reglas de Juego 11 , aur: cuando la propuesta se Cesarrolle
priorizando la elaborac:ón de una alternc..tiva creativa por parte del
alumno. Esa demanda se traduce en el señalamiento de pistas para
un desempeño correcto, que se procuran negociar según el marco de
relaciones establecidas con el docente orientador de .la institución
formadora, con el docente. a cargo del curso en que se realizan las
prácticas, o con ambos a la vez.
En ese marco; priorizar la incorporación de nuevos enfoques de
la ev;;.luación en los centros de formación de docentes y, Particular-
mente, en rela-:ión con las· prácticas de la enseñanza, tendría un al-
to potencial generador de 11 nuevos habitUS por el impacto que ellas
1

tendrían en la futura actuación :r::rofesional.


~~ __redefinición P.!§..lnt~J!.d.f! J11erece que se destaque el aporte espe-
cífi~Ó de los procesos meta~n'1lít~CC?§ _,gue indudablemente se conec-
tan con la imPOrtancia asignada a la reconstrucción crítica de la ex-
periencia.
Atticula1ido
ideas para la
formación
RETOMANVO COORDENAD./\S EN UN ENFOQlJE
CURRICUU\R GENERAL PAR.<\.
LA FORMACIÓN DOCENTE.INICIAL

En los diseiíos curriculares de las ¡nstituciones formadoras, se reser-


va explíátamente con10 lugar de las prácticas la etapa de prácti:a in-
tensiva, en gene~l denom:nada 11 residenciai1, que se extieode de un
cuatrimestre a un año.
Este hecho constituye una preocupación ~entral y eje de debate en
los propios p:rofetorados. Situación -4ue se reafirma en muchas de las
innovaciones generadas deSde estot: centros, al prever fonnas de in-
clusión. ice la práctica desde eí inicin de la formación, como una de las
medidas adoptadas de manera más recurrente desde hace un tiempo
considerable.
Ya_ está generalizada la idea de que la problemática de las prácticas
de ia enseñaoza exige Un abordaje que no ;mede restdn_gírse a una
asignatura. Ert tal sentido, se trata de pensarlas imaginando a1ternati-
vas en las que ellas atraviesen todo el trayecto de la formación.
Por o:ra parte, si el enfcque curricular pretende lograr ut1a articula-
ción teoría-práctica diferente, una preocupación debería ser no res-
tringirlas al campo de lo didáctico. Esta opción reforzarí'ii una pers-
pectiva limitada de la teoría pedagógica en las propuestas de forma-
ción docente.
Aun tratánJose de la fo1mación de grado, en la búsquedit. de esa ar-
ticulación hatJría que 11 deslimitar 11 la perspect:.va, apostando al recono-
cimiento de problemáticas más abarcativas que se relacionen .co::i la di-
versidad culttlral, con los condiciontntes socio-históricos, c:on el siste-
ma edu:ativo fomrnl y no fonnal, con las instituciones, entre otras.
Esta opciófl sería una exigericia si se asumen las consec;uendas del
pasaie conce¡.>tual ya planteado de 11 práctica de la enseñan2a11 2. uprác-
94 GlOR!A EDE_STEIN - ADELA CORIA ARTICU'.ANDO IDEAS PARA LA FOrsMACtÓN 95

. /
ticas docentes 11 • Ampliar 1a perspect'.va de Iecturn. en esta direcdón lln- en séntido amplio, no recortada al salón de clases. Luego, avanzar en
plicaría preparar para reconocer los múltiples atravesamientos q_ue se la reYisión de propuestas de enseñanza d:versas de docentes en ejei·-
expresan en dichas. prácticas. cicio en las instituciones educativas del n1edio y de los propios docen-
Se procuratia -fomentar desde el currículum .diferentes modos de ob- tes q.1e intervienen como fÜrmad()res.
servación, procurando un contacto cori la realidad educativa que ope- Será significativo generar procesos de interca1nbio con docentes que
re como referente empíriro de )as cuestiones abordadas desde la teo- puedan conectar a los practicaµtes con diseños alternativos, como en
ría, ya· sea como fuente genéradora de problen1as o co1no vía de con- sus fon.nas de ilnplemerltación, a través Ce observaciones de algunas
frontación de supuestos, ¡:reocupación, que también ya fue anticipada. unidacles 18 de enseñanza y su posterior debate.
El trabajo en torno a las prácticas Clebería incorporarse ya en rela- Er. una propuesta curricular, el espacio y el tiempo suelen ser las
ción con las '!is.::-iplirias del área de formación general (designadas insta:1cias dqnde se juega la exist~ncia de formas implícitas de trasini-
como teóricas o de funda1nentación). Esto permitiría superar la re- sión ::le clasificaciones sociales, convertidas en estructuras y r.ormas es-
presentación sobre sus contenidos <::orno formulaciones abstractas colares. Dónde y cuando trabajar :no serían, desde esta lectura, proble-
desconectadas de la realidad. Hacerlo posible demandaría ind:c.gar en mas menores, sino precisan::i-ente es allí donde cobra fuerza el discur-
vertientes interpretativo-explicativas emanadas de diferentes enfo- so pedagógico en tanto fo1ma de l.'egulación de la experiencia 19 . Es por
ques y disciplinas. ello =!ue merecerán tin tratamiento curricular cuidadoso y cÓnsciente
La idea de antcipar las 'prácticas no se refi~re a las definiciones pre- de 12.s implicancias de las decisio1:1es m~s ele1nentales que se tomen.
valecientes de realización de ªprácticas de ensayo11 • Aunque en apa- Como eco de esa preocupación, se ccnsidera importante procurar
riencia éstas doten a los planes de una posibilidad de acercamiento a una distribución de los alumnos il)tegrantes de cada curso de modo de
la realidadt serían recorte5 relativamerue arhrrarios que no posibiHtan cubrir un espectro de situaciones en salas, grados, cursos, instituciones
reconocer y en consecuer.cia dar cuerita de [os. pr.ocesos que ocurren diferentes, que anticipe la reaHdarj socio-educativa con que habrán de
en los espacios hstituci<_:rnales y áuJcos indagados. trata:- en sus futuras prácticas p1•ofesionales.
Será relevante, con10 alternativa, el análisi5 de propuestas de docen- En tanto se cuestionan las exp~riencias puntuales y fragmentadas, y
tes en ejercicio en diferentes instituciones y, al mismo tiempo, la iri- se rEvaloriza en cambio el seguirrüento con cierta continuidad de uni-
corporación del trabajo netaanalítico en re:ación coh las propuestas dades de análisis definidas, es ft.n.damental contar con espacios de in-
que el alumno recibe en distintas' asignaturas o áreas de su plan de for- tercambio que posibiliten abarcit un universo amplio de problemáti-
mación. cas relativas al área de especialización. Er:: el caso de que la formación
En este punto cabe un recaudo. La difusión de perspectivas teóricas r_en1ita a campos de conocimiento, la distribución deberá procurar
cognitivistas que valorizan el papel de estrategias metacognitivas y me- abarcar las distintas disciplinas ql.\e los integran, según su inserción en
taanalíticas ha llevado en algunos casos a banalizar o estereotipar di- cicles y/o modalidades.
chas prácticas con su consecuente ?étdida de sentido. Se rescata en esta instancia el valor de propiciar la elabora.ción de
Aplicando esas estrategias en e: U)omento pertinente, se lograría propuestas alternativas de trabajo en el aula por parte de los alumnos.
un avance significativo: que la propia histOria de formación pueda En su discusión, es de interés-.abrir el debate con c;ompañeros, con do-
objetivarse en sus distintas dímensic:mes, identificando en ellas los centes de las instituciones eni"las que realizaron sus experiencias y con
nudos críticos n:ás p~tentemente reveladores de la ::,roblematicidad tutores, oriemadores de prácticas.
de la.. práctica. Indudablemente, posibilitaría recono~r supuestos de Al. respecto merece una cons:cleración especial la incorporación de
propuestas diferentes y éerivaciones en la enseñanza generadas de las llamadas ~microexperiencíás didácticas" como formas d= anticipar
dichos supuestos. esp'-cios de práctica previos a las residencias. Interesa recuperar su
Esta ide;1. se vincula a la necesidad ele abrir espacios de reflexión so- aporte como =labóración de una propuesta general qUe posibilite lue-
bre las prácticas .docentes en el interior del propio centro de forma- go evaluar se implementación desde distintos lugares: el lugar de la
ción, asumiéndose a sí mismos como instancias de aprendizaje desde
un lugar diferente. 18
Se alude a unidades pcr emender q1.1e carece de sentido obse1var experiencias ais-
. .E.n la búsqueda de incbir el trabajo en torno a las prácticas en los ladas.
1
1n1c1os de la formación, la idea sería comenzar por una aproximación _ ~ Ver. en este sentido, Basii Bernstein, La estructura del disc~rso peda&_ógico. Clases,
codigo y control, vol. IV, Madrid, Mor.Ha, 1993.
s.=;tO,?IA EDELSTEJN - ADELA CORlA ARílCULANDO IDEAS PARA LA FORMACIÓN 97

/
coordinación de la microex?eriencia, como observadores involucra- las características de los grupos y hs disponibilidades previstas en el
dos, come alumnos y desde el lugar del docente a cargo de la dase. diseño curricular para esta instruffientación. Cambia también si es asu-
Cabe aclarar que la expre5ión umicroexperíencias" se distq.ncia de la n1ida conjunta1nente por diferentes J.ocenteS de cada año o si se con-
idea de ºlaboratorio didácticJ 11 desde la que fueron incluidas durante centra en el espacio académico curricular.
mucho tiempo en programas de formación de docentes. En este ::aso
se las valcriza en t2.nto bases para la .:eflexión.
Pensar el tiempo de la pr'.:lctica en relación con e} tiempo de fo:-n1a- LA RESIDENCIA EN EL DISEÑO GLOBAL
ción ·suele remit~r z un retjuerimientc de defiriición de horas pa;-a la DE L'\S PRÁCTICAS DOCENfES
práctica en relación con la duración tctal de la carrera de grado. t-lo se
t:-ata de predefinir un quantum. Éste deberá ser acorde al diseño glo- Una 2dvertencia para la lectura: cuando se alude al diseño, es cen-
bal que se adopte para la formación. Sin embargo, resulta importante tral considerar que las decisiones de diverso orden que se sugieren for-
subrayar, sobre la base de diversas experiencias, que las horas de tra- man p3:rte de un proyecto global, que cobra sentido si se comparte en-
bajo de ca:npo que serán pa1te Significativa de esta tarea deben incluir- tre la institución forniador~ y aquellas en las que se desarrolla el pro-
se en la carga horaria real de trabajo. Es frecuente que ellas no sean ceso de práctícas docentes.
institucionalizadas y queden como tareas ad bcc, que el alumno debe
acreditar y que, al no ser tornadas en cuenta e:1 ia progI"amación, ge-
neran múltiples superposicicines y su progresiva desvalorización con La organización
relación a las tareas que se concretan en el salón de cilases.
Abarcar segmentos de ur.a práctíca con unidad de sentidb en el En la medida en que la residencia ünplica una ins:ancia de inco~-
marco de lo progfamado es una idea clave; por eHo, fos porcemajes po.ración al trabaj-:J docente en un sector específico de'. campo ocupa-
de tiempo deberán manejarse de modo flexible, priorizándose así, n1ás cional para el cual habilitan las incumbencias,. se cons:dera pertinente
que el criterio cuan:itaüvo, l.a posibilidad de captar, a los fines de 1ná- plantearía al final de los estudios de grado, con un año de duración y
lisis, las t_1nid_á9"es observacionales de modo integrado. en estrecha articulación con las experiencias de práctica desarroUadas
En la medida en que uno de los réditos de esta secuencia se rela- desde el inicio de la formación.
ciona -con la reflex;.ón en torno a las e..-xperiencias fealizadás, habría Ésta serfa, desC.e la experiencia, una aspiración ambicíosa. ·¿Por qué
que instituciónalizar también espacios a tales efectos en el trayecto for- un año y no unas cuantas semanas, o un cuatrimestre? El fundamento
mativo. para pensar la residencia en un año tiene que ver con una caracteri-
Si los conceptos espontáneos suelen ser implícitos, un paso necesa- zación de las tareas básicas que, se entiende, ella imp]ca.
rio para su modificación es hacerlos explícitos en la aplicación a Pro- La en.:rada en :as instituciones educativas Q.e distintos niveles para
blemas coacr~tos. Se reccinoc::e al respecto el valor de la toma de con- reaHzar la prácticr docente es un proceso que incluye varias etapas re-
ciencia por el alumno como paso indispensable para el cambio con- lacionadas, que mentan a la vez, cada uná, con su especificidad. Se
ceptual. · intenta llevarla a cabo lo más tempranamente posible durante el pri-
Apropiarse de nuevas teorías exíge la reflexión en tomo ~ las ideas pre- n1er cua:rimestre del año, acompañando el trabajo de reconstrucción
vias. Este es el sentido desde donde se valoriza la noción de reflexión, teórico-metodológica sobre la enseñanza en general, y en cada área,
expresión ::nuy extendí$ en la formaci6n de docentes y en much6s ca- disciplina y cíclo en particular.
sos vaciada de contenido o utilizada en referencias contradictorias. La tarea se ini~ia con la selección del grupo de instituciones, tt>man-
Se trata de rescatarla coino actividad que prcpicia la reconstruc:ión do como criterios:
crítica de :a experiencia, ta toma de conciencía de conflictos cogniti- - la posibilidad de acercamiento a escuelas de diferentes carac-
vos, la net:esidad de reorganización conceptual, principales proc;:;sos terísticas y modalidades que den cuenta de la realidad educa-
i=osibilitad:xes de la construcción de cor1.ocimientos. tiva del rr.edio,
Incluir las prácticas desde el punto de partida. en la _formación hace - promover el intercambio ce alumnos Clue concretan su resi-
i=reciso generar espacios que garanti:eo _la ínstrun1ent~ción teórico- dencia en la tnisrna. institución como dd Conj 1.1nto de .:.ctores
metodoló_gica pertll:ente. El tiempo necesario puede ser variable s<:gún que párticipan de la experíer1da.
98 GLORIA EDELSTl:IN - ADELA CnR!A ARTICUL'\NOO IDEAS =>ARA LA FORrMC!ÓN 99

A partir de la selección y distríbución de alun1nos se considera ne- ción de lo explícito y le in1plícito; la recuperación de visiones, repre-
cesario organiza un equipo docente de apoyo en cada caso. Esto im- sentaciones, vivencias y experiencias de individuos y grupos que cons-
pli,caría un cambio importante en las formas clás~cas de concebir la ta- tituyen. Jo cotidano escolar. ·
rea, aunque -se trata de un esfuerzo que parece inabordable. Gada El análisis del proyecto instituClonal en el área o disciplina de inter-
practicante, y esto es claYe, requiere ser acompañado en su experien- vención demanda un tratamiento particular, contrastando lo documen-
cia por un docente que se posiciona como tutor y qJe trabaja con un tado y lo no docuinentado,. e inferir supuestos e indagar procesos que
conjunto definido de practicantes. ,.. efecti'1an1.ente se activan en las prácticas cotidianas. En esta etapa, es
De allí lil necesidad de un: equipo docente. Ello significa integrar a importante la presencia del tutor en momentos clave.
la tarea del habitual coordinador de prácticrn a otros docentes que, se- Será relevante confro:1tar los análisis sit:..raciÜnales que se elabofan
gún sus áreas de desempeño profesional. pueden realizar valiosos con los actores de la institución en encuentros de trabajo donde la me-
aporte3 en la tarea de acompañamiento del practicante, según la espe- todología de taller suele resultar la más acecuada. Con esta actividad
cificidad de cada etapa. no se trata sólo de cubrir el necesario recaudo de triangulaci5n cuan-
Cada equipo docente .:1.ecesitaría definir un miembro con funciones do se realizan procesos de indagación de corte cualitativo. Es objetivo
de coordinador de la experiencia en cada .1na de las instituciones en central ir generando ur. espado de trabajo compartido, sobre todo
que se realice la residencia. Esto facilita la ta.rea ínterinstitucional, que . cuanCo se entiende que la base para una experiencia valios<:. de resi-
deberá hacerse explícita en tanto proyecto desde el inicio de las tareas. dencia es que dicha experienci~ sea asumida como coparticipada por
En el trabajo en esas int:titucíones, los denás integrantes del equipo las instituciones compro:netídas, según ya se señalara,
van siendo co1wocados a la tutoría según las necesidades. Una tarea que debe ser privilegiada en la residencia es la elabora-
ción de ~na propuesta personal de intervención pedagógica sostenida
desde la aproximación diagnóstica aludida y la integración de aportes
Las tareas teóricos incorporados a lo largo de la formación y reactualizados en la
primera etapa de la residencia. En este punto es importante plantear
Una prírnera tarea es la realización de una aproximación diagnósti- al practicante l. necesidsd de asumir, desde estos elementos, ,ma pos-
ca al contesto institucional y áulíco en que se realiza la residencia, que tura (aunque p.:-ovisoria) sobre el aprendizaje, la enseñanza y, en rela-
se entiende corno acercamientos sucesivos y cada vez más profundos ción ron ello,_ el enfoque pa1ticular respecto de contenidos, interaccio-
a la realidad de la práctica docente en el contexto en que ésta se des- nes, actividades y recursos, procesos evaluativos, entre los prin.cipales.
pliega. Esta propuesta servirá de marco analítico para los problemas que efec-
Ella exige una sistemática presencia en :a ínstitudón con e1 fin de tivamente tengan lugar en su experiencia de práctica docente. Es con-
recabar la información necesaria y factible de ser obtenida respecto a: siderada con docentes del equipo y de las otras instituciones.
A ¡:artir del 3egundo semestre, las propuestas se efectivizc.n, apor-
- notas id~ntificatorias de fa institución; tando un segu,ndo e importantísimo 1nomento de encuentro con la rea-
- ·proyecto curricular;
lidad. En esta etapa del proceso, los tutores de práctica acom:>añan al
- representaciones y postulaciones acerca de la formacíóri; practicante, encarando sistemáticamente la reflexión sobre la e:xperien-
- concepciones acerca del. conocimiento, el aprendizaje· y el cia junto a docentes de las instituciones. se· crea así un espacio que
trabajo docente;
posibiHta prodt:cir reajustes progresivos a partir de confrontar lo pen-
- non.nas y prácticas usuales. Utilización de tie1npos y espacios. sado y lo Vivido.
Se procura hacer una :ectura de esas dimensiones tratando de cap- Un~ vez concluidas las práctic<es, se entra en un proceso de refle-
tar el raovlmiento, la dintmica, los procesos interactivos, de reproduc- xión y elaboración conceptual sobre los problemas más relevantes de
ción, de resister:cia, de negociación, desde :os que la institución parti- las prtcticas do:entes con la propuesta de realizar talleres. Les practi-
cipa en el proceso de soc~alización. cantes, a su vez, permanecen en las instituciones haciendo observacio-
Esta aproximación diagnóstica, para lograr el m2.yor nivel de ex- nes postpráctie::. que alirr.entan su comprensión de los efectOs posibles
haustividad pos.ble, requiere la concreción de obseivaciones y entre- de ell<:.s y una ~Proximación más a fondo de la realidad institucional.
vistas y un análisis 1ninucioso de documentacíón esa·ita¡ la confronta- En este marce>, en las instituciones se realizan encuentros y talleres
100 GLORIA EDELS1ElN ~ ADELA '.:ORlA ARílCULANOO IDEAS PARA LA FORMAC ÓN 101

para el análisis de las experiencias, en los que participan el conjunto En esta perspectiva, se coadyuva é:. desarrollar como actitud la toma
de los acrores involucrados; a partir de-ellos se adoptan decisiones pa- de conciencia sobre la resp,)nsabilidad socia\ que implica ser docente,
ra experiencias futuras. actitud sustantiva no sólo én lo relativo a la residencia sino a tcdo el
Sintetizando, en los ·deba:es con presentaci6n de prcblemátic~s re- trayecto de la- formación.
lativas a fa práctic<1 se pueden discriminar las siguientes ihstanciás: Se propone'n dos grandes etapas, que impHcan. un trabajo paralelo
en la institución donde se realiza la residencfa. y en la iristitució:1. for-
- instancias que se orientan a confrontar la información reco-
madora.
gida a partir de la inserción en las instituciones para elaborar
un informe. de. aproximación diagnóstica, enriquecido por mi-
radas y as:gnacione:. de sentido diferentes, desde un tr_abajo En la institución de residencia
minucioso sobre registros e intercamblo de lecruras descripti-
vas y analítico-lnt:=rpretativas; Primera 1etapa
- instancias en las que se analizan propuestas d~ int.e1vención
- La inserción en las instituciones para. la residencia. Aproximación
con la intención de incorporar, en el momento de previsión, diagnóstica al contexto institucional Y. áulico.
v:siones alternatiVas que sin duda actúan despu§:s como dina-
mizadores en los espacios interactivos; - Observaciones particip·1ntes, Incorporacién paulatina a diferentes
tareas, tari..to institucionales (reuniones de departamento o áreas; reu-
- instancias en que, después de efectuados los ¡:recesos C.e in- niones 9e persond; activid2.des de for1nación docente; actos escdares;
tervención, se traba_ia con los pares en torno a problerniticas tareas con los padres y la comunidad, etc.) como áulicas (producción
patticulares de c.1da experiencia, como aqueil:as recurrentes. de materiales; selección de bibliografía; orientación de trabajos grupa-
De este modo, se ª?Unta a concretar un proceso de reflexión les; elatoración y corrección de instnunentos de evaluación; segui-
y elaboración conceptual, considerando categorías teóricas miento de tareasi preparación compartida con el docente de activida-
pertinentes y generando otras nuevas 1 sobre las cuestiones 1nás des áulkas y extra. áuHcas; etcétera).
relevantes de la p1·á:tica docente. ·_ Participación en tallere,~ con otros alumnos que realizan la residen-
La evaluación en este año de residencia opera en focna penné:nen- dci: en la misma institución, con directivos y doCentes. Se requie1e co-
te e interconectando forrna,<:; y momentos auto, inter y beteto evaluati- mci mínimo un encuentro en el inicio de la· residencia y uno par,;. con-
vos. Respecto a 1~ acredíta:ión, se entiende oportuno el planteo de frontar lo elaborado por los alumnos en relación con el diagnóstico
dos instancias básicas sobre la base de la presentación del infor:ne y aproximativo.
la realización del coloquio. La primera, para la presenta:ión y defensa - Cierra esta etapa 1a presentaciór. de un primer informe de avance
de la propuesta de intervención, sostenida en la apro::x:imación diag- sobre la apro:ximaé:íón diagnóstica y de la propuesta de inte.rvención
nóstica y en las postulaciones pedagógico-dicácticas y del campo de elaborada por el residente.
conocimiento part:cular, que fundamentin el ·diseño de la unidad o las
unidades seleccion_adas para la práctica intensiva, La segunda, como Segunda etapa
informe firtal de la residencia, en el que se efectúa una revisión y am-
pliación de la primera aproximación diignóstica preseJltada eíl el in- - Realización Ce una práctica inte:nsiva en una sala o grado, o en
forme anterior_y de la propu.esta de intervención peda2ógica; un aná- una disciplina/área, según la orientación. Debe responder a dos c1ite-
lisis en profundid2.d de la experiencia de práctica intensiva y conside- rios bás:cos, que probablemente deo1anden espacios de negociación
raciones en relación con e: Proyecto global de Reside11cia (presenta- entre re:;identes, docentes orientadores y do<;:entes a cargo. Se t:-atarí.a
ción y defensa). de respetar el de,c;arrollo continuo de unidades temáticas y dejar abier-
Interesa plantea- algunas especificaciones que suponen la preocu- ta la elaboración de la propuest~ para· la práctica de la enseñanza. a las
pación por atender, como recaudo ético, los procesos que se generan perspec:ivas y enfoques por los que opte el residente.
en las instituciones que reciben practican.tes; a la vez que la valonci.ón - Observaciones participantes posrpráctica de modo de dar conti-
de su inclusión ccino parte del proceso forn12tivo. nuidad ·1 la residencia, abriendo la posibilidad de evaluación del -pro-
ARTICULANDO IDEAS FARA lA FORMACIÓN
10,
102 GLORIA EDELSTEIN - ADELA COR/A

. de tnodo autogestionario, cumplan pa1te de las actividades sugerida.s


pio residente de los efectos de su inte1vendón, tanto con relación al trabajando sot're un díseño que posibilite formas alternativas de apo-
grupo de alumn~s como al docente, Continuar con las tareas de apo-
yo mutuo. . ,. .,. . . .
yo docente, institucionales y áulicas. De hecho, estas actividades req_uenran t.amb1en la asistencla tutonal
- Pa11icipación en talleres con otos alumnos que reali~an la residen- pero no demandando la presencia en el total de actividades según las
cia en la misma institución, con directivos y docentes, y con alumnos, díferentes instancias.
en los casos en que se considere pertinente, con el fin de confrontar Esto favorece 'la toma de candencia sobre el valor del trabajo coo-
las experiencias de práctica _intensiva y evaluar el.Proyecto global ·cte perativo con pares, lo que, sin duda, allana el can1ho en rela.ción con
Residencia en la Institución. la fonnación permaner:te y con actitudes que propician una 1nayo1
profesionalizad.ón en el trabajo docente.

En la institución formadora

Primera etapa
- Discusión teórico-metodológica sobre las prácticas docentes, abor-
daje de las instituciones y résignifica.ción de aportes teóricos ya apro-
piados.
- Preparación de! prllller informe de avanc!,:: sobre la aproximación
diagnóstica a la instítución y al aula en que se realiza la residencia.
- Participación en talleres o ateneos de análisis ~e la experiencia de
inserción y preparatorios de los tal.eres por efectuar en las diferentes
instituciones en que están incorporados los residerites.
- Elaboración de las propuestas alternativas para la práctica intensi-
va. Participación en ateneos para su análisis y debate

Segnnda etapa

- Participación en talleres o ateneos postpráctica para el análisis glo-


bal de las experiencias realizadas, detección de problemáticas recurren-
tes y reconceptualizaciones teóricas, pedagógico-didácticas y relativas a
los campos· de conocimiento. Actividades que s_erían fundamentales co-
mo insumo para la elaboración del Informe Final de Residencia.
- Participación en talleres o ateneos e~tre alurn,nos integrados a una
misma institución: calleres de anáLsis de ·1as prácticas -intensivas, de
evaluación del Proyecto global de Residencia y preparatorios de los ta-·
.Ueres por realizar en las instituciones.
- Elaboración del Informe final de Residencia. ·

En muchos casos, aun cuando desde el proyecto institucional se lo-


gre confonnar equipos docentes que aquí ·se.· plantean como necesa-
rios, se destaca la Importancia de c:::instituir grupos de residentes que,
Para cerrar;
u1i alerta
Finalizar, aunque a ri1anera de ensayo, con un capítulo de corte pro-
positivo, para el diseño e implementación de alternativas en los pro-
cesos cte e.ráctica en el marco de la formación docente inicial, preten-
de retomar imágenes y convocar a un acto de imaginac'.ón.
Sujetos, textos y contextvs diferentes den1andan una significativa
apertura, de manera tal que las ideas que puedan esboz'arse de:1 lu-
gar a la intención básica que estaría en su origen: asu:nir el desafío
creativo de respondei- a la diversidad a través de múltiples vías de
concreción.
Se invita entonces a pensar que la propues:a que aquí se sostiene
está marcada por la singularidad de una expe~iencia que muy difícil-
mente pueda ser transferida de manera global. En todo caso, serís. po-
sible confrofltar si&nificados Y'> a partir de decanstruidos y reconS1ntir-
los, trabajarlos lab:::>riosan1ente como las piezas de un rompecatezas
que no contiene Ln diseño prefigurado, sino que puede dar lugar a
configuraciones diferentes.
Sólo una perspectiva de lectura de esta natura~eza evJarfa la c:ista-
lización Ce una propuesta, preservándola de v~siones modelizantes.
Sin embargo, en estas páginas resuenan palabras p~stadas. Gracie-
la Frigeriow, haciéndose cargo de construir nuevas metáforas ante ja in-
ce1tidu1nbre que viven las instituciones y sistemas educativos, y pro-
vocando a sus actores a esbozarlas, como medios para :onstruir nue-
vos sentidos, acuña una prescripción: uexogamia urgente!/. En este tex-
to, que es propueHa, esa prescripción intenta encontrar un lugar.
Señala: 11 Buscar afu~ra. Buscar afuera es reconocer la necesidad de
construir otra representación, otro saber para otras prácticas, otrr go-
bernabilidad, otra~ alternativas de desempeño de roles, otra forma-
ción.11 L..] !!Se trata de descentrarse:• L.1 11 Se tram de otra formación, la
que incluya la manera de ela.boray saber, no la q_ue excluya al rnundou.
La propuesta de formación que se pone a discusión tien~ por sos-
tén una fuerte presencia de ~otros afuerau. El nadentron es la ínstitt:ción

20
G. Frigerio, ~¿Se hafl vuelto inúrHes las ir;sütuciones :!ducativas?" en Para qué sir-
ve la escuefa (CompJ, 3ueno~ Aires, 1'esi.s, 1993.
106 GLORIA ECELSTEIN - Ao:LA CORíA 107

que forma, pero cuando 11 sale 11 , cuando está afuera, se encuentra con BIBLIOGRAFÍ.~
otros ºínteriores 1 • En uno y otro caso, afueia y adentro, tíene valor la
prescripción; _pensamos así que siempre habrá múltiples "otros 11 que Abraham, A. et a.. (1986), Ei enseñante es también una persona, Barcelona, Gedisa.
deben ser escuchados y pueden compartir un trabajo. Achilli, S. (1986), La práctico. docente: una inte'f1)retación desde los saberes del maestr:J,
Tan1bién hay posiciones 11 dentro y fuera 1 en las miradas teórice:1s y Buenos Ai -es, CRICSO.
en las :esolucioríes prácticas. Allí cabe también el mandato de exoga- - - - - - (1990:0, Antropok.gía e invesligación edL-:cacional. Aproximacién. a un enfo-
mia: 1ninir a otros lugares_ <=l;esde o:ros lugares. que constr,t.ctivisudndiciario, Buenos Aires, Terc"er Congreso Argentino de Antro-
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