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Capı́tulo 5

Diagonalización y
Clasificación de Formas
Hermı́ticas

5.1. Planteamiento de la diagonalización por con-


gruencia
Partiendo de una base B = {v1 , v2 , . . . , vn }, con matriz G para ϕ, buscar una
base ortogonal equivale a buscar una matriz regular P , cuyas columnas serán las
coordenadas en B de los vectores de la nueva base, tal que
J = Pt × G × P
sea diagonal. El objetivo principal de este capı́tulo será probar la existencia de bases
ortogonales para toda forma sesquilineal hermı́tica, lo que en términos matriciales
significa que toda matriz hermı́tica va a ser congruente con una diagonal. Existen
diversos métodos para llegar a ello, aunque nosotros nos limitaremos por ahora a
presentar sólo uno.
En cualquier caso, debemos observar que esta forma de diagonalización es distinta
a la contemplada para endomorfismos. Si f es un endomorfismo dado por una ma-
triz cuadrada A, su diagonalización consistı́a en buscar una matriz regular tal que
el producto P −1 × A × P fuese diagonal. Esta era la diagonalización por semejan-
za, no siempre alcanzable como sabemos, pero de resultado único (salvo orden de
colocación) porque los elementos que aparezcan en la diagonal han de ser los auto-
valores de f. La cuestión que aquı́planteamos puede denominarse diagonalización
por congruencia. El resultado en este caso no va a ser único, es decir, podrá haber
diversas matrices diagonales congruentes entre sı́. Por esta razón, será conveniente
buscar (y ası́ lo haremos) algunos invariantes para las diversas bases ortogonales que
diagonalicen a una misma forma ϕ.
58 Capı́tulo 5. Diagonalización y Clasificación de Formas Hermı́ticas

5.2. Vectores isótropos en una base ortogonal


Un primer invariante va a ser la cantidad de vectores isótropos que pueden intervenir
en una base ortogonal:

Proposición 40 La cantidad m, donde 0 ≤ m ≤ dim(V), de vectores isótropos en


una base ϕ-ortogonal es un invariante de ϕ y se cumple

m = dim(V) − rang(ϕ).

Demostración:
Sea n = dim(V) y sean

A = {u1 , u2 , . . . , un }, C = {w1 , w2 , . . . , wn }.

dos bases ortogonales. Como las respectivas matrices

diag(ϕ(u1 , u1 ), ϕ(u2 , u2 ), . . . , ϕ(un , un )),

diag(ϕ(w1 , w1 ), ϕ(w2 , w2 ), . . . , ϕ(wn , wn )),


son congruentes, tendrán el mismo rango, coincidente a su vez con el número r =
rang(ϕ). Tratándose de matrices diagonales, esto obliga a que en ambas matrices
haya exactamente r elementos no nulos. Los restantes n − r elementos serán nulos.
Pero éstos corresponden a vectores isótropos, luego en ambos casos es m = n − r.
2
Este número se conoce como ı́ndice de singularidad de ϕ. Será n para la forma
sesquilineal nula y valdrá 0 si ϕ es una forma regular.

5.3. Existencia de bases ortogonales


Proposición 41 Una forma sesquilineal hermı́tica es la nula si y sólo si

∀x ∈ V ⇒ ϕ(x, x) = 0.

Demostración:
Si todos los vectores son isótropos, pero ϕ = ϕ0 , existen al menos dos elementos
x, y ∈ V tales que ϕ(x, y) = 0. Tomando el número

t = 1/ϕ(x, y),

tenemos

0 = ϕ(tx + y, tx + y) = ttϕ(x, x) + tϕ(x, y) + tϕ(y, x) + ϕ(y, y) =

= tϕ(x, y) + tϕ(y, x) = tϕ(x, y) + tϕ(x, y) = tϕ(x, y) + tϕ(x, y) =


5.3. Existencia de bases ortogonales 59

= 1 + 1 = 1 + 1 = 2.
Esta relación es absurda, luego ϕ es nula.
Si ϕ = ϕ0 , al cumplirse la relación ϕ(x, y) = 0 para cada par de vectores, se
cumple si en particular se toma y = x. 2

Proposición 42 Toda forma sesquilineal hermı́tica no nula admite al menos un


vector no isótropo.

Demostración:
Se sigue sin más de la proposición 41. 2

Proposición 43 Un conjunto ϕ-ortogonal

S = {u1 , u2 , . . . , up }

de vectores no isótropos genera un subespacio regular de dimensión p.

Demostración:
Ya sabemos que S es libre (proposición 39) por lo que < S > es de dimensión p.
Supongamos un vector

x = a1 u1 + a2 u2 + . . . + ap up ∈ U ∩ U⊥ .

Al ser los vectores de S ortogonales dos a dos, para cada j se tendrá

0 = ϕ(x, uj ) = aj ϕ(uj , uj ) ⇒ aj = 0

porque ϕ(uj , uj ) = 0. Esto significa que x = 0 y de U ∩ U⊥ = {0} se sigue la


regularidad de U (proposición 38). 2

Proposición 44 Toda forma sesquilineal hermı́tica ϕ admite una base ortogonal


C = {w1 , w2 , . . . , wn }.

Demostración:

1. Si ϕ es la forma nula, cualquier base es ortogonal con matriz

diag(0, 0, 0, . . . , 0),

y la proposición queda demostrada. En caso contrario, existe cuando menos un


vector w1 no isótropo. Entonces, el subespacio W1 =< w1 > será una recta
regular, con lo cual se tendrá

V = W1 ⊕ W1⊥ .
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2. Llamando ϕ1 a la restricción de ϕ a W1⊥ , volvemos a plantear que ϕ1 sea nula


o no. En el primer caso, juntando w1 con una base de W1⊥ , obtenemos una de
V que será ortogonal. En ella ϕ se representa por la matriz

diag(ϕ(w1 , w1 ), 0, 0, . . . , 0),

finalizando el teorema. En el segundo, podemos encontrar un vector no isótropo


w2 ∈ W1⊥ . Entonces, el subespacio W2 =< w1 , w2 > será un plano regular y
podremos escribir
V = W2 ⊕ W2⊥ .

3. Se entiende ahora que repitamos el proceso considerando la restricción ϕ2


de ϕ a W2⊥ y abriendo la posibilidad de que sea nula o no. Si lo fuera, la
proposición termina uniendo {w1 , w2 } con una base de W2⊥ para obtener una
base ortogonal de V con matriz de Gram

diag(ϕ(w1 , w1 ), ϕ(w2 , w2 ), 0, . . . , 0).

Si no lo fuera, buscamos un vector no isótropo w3 ∈ W2⊥ , viendo que el sistema


{w1 , w2 , w3 } es libre y genera un subespacio regular W3 y tomando

V = W3 ⊕ W3⊥ ,

volvemos a reiterar el proceso. Como éste es descendente, siempre tiene final.


Con seguridad, y de acuerdo con la proposición 40, acabará cuando lleguemos
a construir un subespacio Wr =< w1 , w2 , w3 , . . . , wr >, siendo r = rang(ϕ).

2
Este teorema ofrece, pues, un método de diagonalización por congruencia, con la
ventaja de obtener a la vez una matriz diagonal para ϕ y la base en que se alcan-
za. Aludiremos a él como método de diagonalización por ortogonalización.
Será aplicable a cualquier forma bilineal simétrica real o compleja, ası́ como a las
formas sesquilineales hermı́ticas correspondientes a la conjugación compleja clásica.

5.4. Formas cuadráticas


En lo sucesivo no consideraremos formas bilineales complejas. O sea,
a) si IK = IR, la conjugación es la identidad
b) si IK = C,
I la conjugación es la compleja clásica.

Sea ϕ una forma bilineal simétrica de un espacio real V. La función

q : V → IR, de ley q(x) = ϕ(x, x),

se conoce como la forma cuadrática asociada a ϕ.

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