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ANTECEDENTES Y PROPUESTAS

Antecedentes

El Ecuador atraviesa una de las peores crisis de su historia, caracterizada por fuertes desequilibrios y una
preocupante fragilidad estructural de la economía, lo que ha venido exacerbando la incertidumbre y
desconfianza de los agentes. Además, la fuerte demanda de liquidez ocasionada por la crisis del sistema
financiero privado, con los consecuentes niveles elevados de emisión, han incrementado las
expectativas sobre un posible proceso hiperinflacionario. Todo esto, conjugado con la existencia las
escasas reservas internacionales, permite prever un proceso especulativo muy grave en el mercado
cambiario en el futuro cercano. El sobre-endeudamiento externo y el excesivo servicio de la deuda, que
ha venido interactuando con un desequilibrio crónico en las finanzas públicas 1 , ha generado
expectativas negativas adicionales sobre el sector fiscal y su viabilidad. La interrupción de los pagos por
parte del Estado Ecuatoriano a los acreedores de la deuda externa y la reprogramación de la deuda
interna, en el marco de un objetivo integral de reingeniería de la deuda pública, tampoco permite ver un
horizonte definido en este sentido todavía. Todos estos factores, potenciados por las recientes crisis de
tipo político, natural y social que ha vivido el país en los últimos tres gobiernos, han incidido
negativamente en la capacidad para recibir flujos de capitales externos, e inclusive se ha incentivado su
salida. Este panorama ha desalentado la inversión productiva, debido a que existen alternativas más
rentables y seguras para colocar el capital, tales como las inversiones en portafolios constituidos en
moneda extranjera. Para remontar este sombrío panorama, es necesario buscar soluciones de corto,
mediano y largo plazos. El presente trabajo tiene como finalidad plantear algunos mecanismos de
financiamiento alternativo para proyectos específicos, así como nuevas opciones, generadoras de
recursos para el Estado, basadas en la riqueza ecológica del Ecuador. Por tanto se pretende impulsar y
orientar la captación y canalización de recursos exteriores hacia la economía ecuatoriana, prestando
especial atención en aquellos préstamos de tipo “no reembolsable” o, cuyo costo fiscal, no represente
una importante carga de egresos para el país; y, en el desarrollo de los mecanismos necesarios para
permitir la venta de productos y servicios ambientales, tanto en el interior como en el exterior del país.
No obstante, es importante aclarar que estos mecanismos de financiamiento alternativo son
potenciadores del desarrollo, y pese a que no representan soluciones integrales al problema de
endeudamiento externo en el corto plazo, pueden generar muy interesantes oportunidades para el
crecimiento económico, ecológico y social en el mediano y largo plazo. El manejo de estos temas
involucra a instituciones del sector público, organismos internacionales, organizaciones no
gubernamentales nacionales y extranjeras, las cuales participan durante el proceso de financiamiento
que tiene lugar desde la captación de los recursos, su canalización, seguimiento, hasta la culminación de
los proyectos a financiarse. Si el objetivo final es garantizar el desarrollo económico presente y futuro,
debemos observar como requisito necesario e indispensable una reestructuración del aparato
productivo, legal y financiero, orientándolos a la eficiencia en el uso de la cooperación internacional y en
el respeto y utilización del ambiente como factor decisivo para el desarrollo. El papel del gobierno es
decisivo en este proceso, a través del apoyo decidido a las iniciativas privadas de mejoramiento
ambiental y eficiencia productiva, base y sustento de un desarrollo armónico de largo plazo.

Propuesta
Es un nuevo mecanismo internacional, surgido a partir de la Convención sobre Cambio Climático, que tiene como
objetivo la reducción de las emisiones de gases que producen el efecto invernadero. El propósito de este instrumento
es contrarrestar las emisiones de gases de un país, mediante el financiamiento de proyectos de conservación que
contribuyen a aumentar la capacidad de fijación del CO2 atmosférico en un segundo país. Generalmente, el país
financiador, el cual desea disminuir sus niveles de emisión, es un país desarrollado; y el receptor del financiamiento
es un país en vías de desarrollo.

La iniciativa suele venir de una ONG conservacionista que presenta el proyecto ante las instituciones de su país para
conseguir el endoso de la propuesta y que sea presentada ante otro país financiador. Este analiza la propuesta y, si
aprobada, busca posibles fuentes de financiamiento en el sector privado, principalmente entre aquellas industrias
más contaminantes. De esta manera, el financiador lleva a cabo medidas mitigadoras de las emisiones a un costo
menor que si lo hiciera en su propio país, además de ser una oportunidad para explorar otras inversiones en el
exterior. Para el receptor del financiamiento, la implementación conjunta es una oportunidad para atraer capital
extranjero e invertir en proyectos de conservación, que de otra forma, serían difícil financiar por los recortados
presupuestos de estos países.

Los Estados Unidos han iniciado programas de implementación conjunta, principalmente con países de América
Latina, siendo la restauración y preservación de zonas forestales uno de los sectores prioritarios.

Bibliografía
Adger Neil, et al.(1994), "Towards Estimating Total Economic Value of Forest in Mexico". CSERGE
Working Paper GEC 94-21.

Agencia Ecuatoriana De Cooperación Externa. Entrevistas y datos estadísticos sobre la cooperación


externa.

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