Biografía
Aunque nació en Inglaterra —en el Palacio de Beaumont, Oxford—, era, como la mayor
parte de la familia real, esencialmente normando. Tras el distanciamiento entre sus
padres, él permaneció con su madre Leonor y fue investido con el título de duque de
Aquitania en 1168 y nombrado conde de Poitiers en 1172. Simultáneamente, su hermano
mayor, Enrique el Joven, fue coronado como «segundo» rey de Inglaterra, asociado y
subordinado a su padre.
Fue un hombre con una buena educación, que compuso poesía en francés y en occitano.
Se decía que era muy atractivo, con un cabello entre pelirrojo y rubio, ojos claros
y tez pálida. Al parecer, tenía una estatura superior a la media: 1,96 m.1 Sin
embargo, no se conoce su estatura exacta porque sus restos, ya en tiempos de la
Revolución francesa, se habían perdido.
En 1173, junto con sus hermanos Enrique el Joven y Godofredo, apoyados por el rey
Felipe II de Francia y su madre, Ricardo se sublevó contra su padre, planeando
destronarlo y dejar a Enrique el Joven como el único rey de Inglaterra. Una razón
de mayor peso para sus desavenencias fue que su prometida, Adela de Francia,
acabara como amante de su padre, por lo que era imposible su matrimonio con ella.
En este primer enfrentamiento, Enrique II se impone a sus hijos y a Leonor de
Aquitania, encerrando a ésta.
Aunque estaba aplacado por el título de Conde de Poitou, Ricardo quería más. Pero
Enrique II rehusaba confiar a sus hijos ningún recurso que éstos pudieran usar en
su contra, por razones obvias.
En 1181 y 1182, Ricardo hizo frente a una rebelión sobre la sucesión del condado de
Angulema. Sus opositores se volvieron a Felipe II de Francia para pedir su apoyo, y
la lucha se extendió hacia Limousin y Périgord. Ricardo fue acusado de crueldad
(incluyendo la violación) contra sus objetivos: «Él tomó por la fuerza a las
señoras, hijas y parientes de sus hombres libres y las hizo sus concubinas. Y luego
de haber extinguido el ardor de su lujuria con ellas, echó mano de sus soldados
para lo mismo». Sin embargo, con el apoyo de su padre y de Enrique el Joven, tuvo
éxito sobre el vizconde Aimar V de Limoges y el conde Elie de Périgord.
Con objeto de reforzar su posición, Ricardo se alió en 1188 con Felipe II, hijo del
exmarido de Leonor, Luis VII de Francia, y de su tercera mujer, Adela de Champaña.
Roger de Hoveden escribió:
[...] the King of England was struck with great astonishment, and wondered what
could mean, and, taking precautions for the future, frequently sent messengers into
France for the purpose of recalling his son Richard; who, pretending that he was
peaceably inclined and ready to come to his father, made his way to Chinon, and, in
spite of the person who had the custody thereof, carried off the greater part of
his father's treasures, and fortified his castles in Poitou with the same, refusing
to go to his father.
[...] el rey de Inglaterra estaba atónito y se preguntaba qué podría significar
[esta alianza] y, tomando precauciones para el futuro, frecuentemente enviaba
mensajeros a Francia con el propósito de hacer regresar a su hijo Ricardo; quien,
fingiendo una predisposición pacífica y hallarse preparado para volver con su
padre, consiguió llegar a Chinon, y, a pesar de la persona que lo custodiaba hasta
ese momento, se llevó la mayor parte del tesoro de su padre, con el que fortificó
sus castillos en Poitou, negándose a ir con su padre.2
Reinado
Violencia antisemita
Ofendido al ser ignoradas sus órdenes y al darse cuenta de que los asaltos
desestabilizarían su reino en vísperas de su partida a la cruzada, Ricardo I ordenó
la ejecución de los responsables de los asesinatos y persecuciones más notables
(muchos de ellos ya habían sido colgados al incendiar hogares cristianos por error
durante la revuelta). Distribuyó un escrito real ordenando que se dejara en paz a
los judíos. Sin embargo, el edicto no fue puesto en práctica en forma estricta y en
marzo siguiente hubo más violencia, incluyendo una masacre en York.
Planes de cruzada
Ricardo ya había tomado la cruz como Conde de Poitou en 1187. Su padre Enrique II
de Inglaterra y Felipe II de Francia también lo habían hecho en Gisors el 21 de
enero de 1188, después de enterarse de la caída de Jerusalén en manos de Saladino.
Habiéndose convertido en rey, Ricardo y Felipe acordaron ir a la Tercera Cruzada
juntos, temiendo que en su ausencia el otro usurpase sus territorios.
Ricardo juró renunciar a su pasado de debilidad para demostrar que era merecedor de
tomar la cruz. Comenzó a reunir y equipar nuevamente un ejército de cruzada. Gastó
la mayor parte del tesoro de su padre (amasado con el dinero reunido por el
impuesto saladino), subió los impuestos e incluso acordó liberar al rey Guillermo I
de Escocia de su servilidad a cambio de 10 000 marcos. Para reunir aún más dinero,
vendió posiciones oficiales, derechos y tierras a cualquier interesado. Incluso
aquellos que ya habían sido nombrados fueron forzados a pagar fuertes sumas para
retener sus puestos. Guillermo Longchamp —obispo de Ely y canciller del rey— hizo
una oferta de 3000 libras para permanecer como canciller. Aparentemente, esta
oferta fue pujada por un tal Reginaldo el Italiano, pero fue rehusada.
Hizo algunos arreglos finales en el continente. Reconfirmó el nombramiento hecho
por su padre de Guillermo Fitz Ralph al importante puesto de senescal de Normandía.
En Anjou, Esteban de Tours fue reemplazado como senescal y temporalmente
encarcelado por mal manejo fiscal. Payn de Rochefort, un caballero angevino, fue
elevado al puesto de senescal de Anjou. En Poitou, el ex preboste de Benon, Pedro
Bertin, fue nombrado senescal y, finalmente, en Gascuña, el oficial local Helio de
La Celle fue escogido para la senescalía. Luego de reposicionar a la mayor parte de
su ejército y dejar resguardadas sus posesiones territoriales en Francia, Ricardo I
inició finalmente la marcha a la cruzada el verano de 1190, cuya demora fue
criticada por trovadores como Bertrán de Born. Nombró regentes a Hugh de Puiset,
obispo de Durham, y a Guillermo de Mandeville, tercer conde de Essex, quien murió
poco después y fue reemplazado por el canciller del rey, Guillermo Longchamp. El
hermano de Ricardo I, Juan I de Inglaterra, no estuvo de acuerdo con esta decisión
y comenzó a intrigar contra Guillermo.
Algunos autores han criticado a Ricardo I por pasar solo seis meses de su reinado
en Inglaterra y desviar los recursos del reino para apoyar su cruzada y otras
campañas en lo que hoy es Francia. Ricardo I decía que en Inglaterra «hacía frío y
siempre está lloviendo», y cuando juntaba fondos para su cruzada, se le oía
declarar que «Si hubiera encontrado un comprador para Londres mismo, lo habría
vendido». Sin embargo, Inglaterra era una parte minoritaria de sus territorios,
solo importante al darle un título real con el cual aproximarse a otros reyes como
un igual. Como la mayoría de los reyes Plantagenet antes del siglo XIV, no tuvo
necesidad de aprender el idioma inglés. Dejando el país en manos de varios
funcionarios nombrados por él (incluyendo a veces a su madre), Ricardo estaba más
interesado por sus extensos territorios franceses.
Ocupación de Sicilia
Juana sería liberada, recibiría su herencia y la dote que su padre había dado a su
último marido.
Ricardo y Felipe reconocerían a Tancredo como rey de Sicilia y harían votos para
mantener la paz entre sus tres reinos.
Ricardo proclamaría oficialmente a su sobrino Arturo, hijo de Godofredo, como su
heredero, y Tancredo se comprometía a que una de sus hijas fuese prometida en
matrimonio a Arturo cuando estuviera en edad de casarse.
Ricardo y Tancredo intercambiaron regalos: Ricardo dio a Tancredo una espada que se
dijo era Excalibur, la espada del rey Arturo.
Luego de firmar el tratado, Ricardo y Felipe dejaron Sicilia. Este tratado socavó
las relaciones de Inglaterra con el Sacro Imperio Romano Germánico y causó la
sublevación del hermano de Ricardo, Juan, quien esperaba ser proclamado heredero en
lugar de su sobrino. Aunque esta sublevación fracasó, Juan continuó intrigando
contra su hermano.
Conquista de Chipre
En abril de 1191, mientras iba a la Tercera Cruzada, Ricardo I hizo una parada en
el Imperio bizantino, específicamente en la isla de Rodas, para evitar el mal
tiempo. Al parecer, Ricardo I había estado solo una vez con su prometida Berenguela
de Navarra, años antes de su boda. Él designó a su madre para representarlo y
convencer a su padre, Sancho VI de Navarra, y a sus parientes para consentir la
boda y llevarle a la novia. Ricardo iba en su rescate cuando encallaron en la costa
de Chipre. Dejó Rodas en mayo, pero una nueva tormenta llevó a la flota de Ricardo
I a Chipre.
Más tarde, en ese mismo año, la Orden del Temple le compró la isla a Ricardo I para
ser gobernada por Armand Bouchart.6
En Tierra Santa
Cautiverio y retorno
Matrimonio
Antes de dejar Chipre, Ricardo I se casó en la ciudad de Limassol, el 12 de mayo de
1191, con Berenguela de Navarra, primera hija del rey Sancho VI de Navarra. La boda
tuvo lugar en la Capilla de San Jorge y asistió su hermana Juana a la ceremonia, a
quien Ricardo había traído desde Sicilia.
Aunque prometido con Adela de Francia (también referida en las crónicas como Aélis,
Alicia o Adelaida) desde su infancia, lo cierto es que tanto su padre, primero,
como el propio Ricardo, después, nunca mostraron demasiado interés en culminar este
proyecto matrimonial. Al parecer, Enrique II había hecho de Adela su concubina y,
según argumentó el propio Ricardo para romper este compromiso poco antes de la
llegada de Berenguela al campamento cruzado de Sicilia, de dicha relación había
nacido un hijo. Tradicionalmente se viene manteniendo que fue Leonor de Aquitania
la instigadora de este matrimonio, pero a tenor de las fuentes, se concluye que fue
el propio Ricardo el responsable. Aunque sus mejores biógrafos estiman que el
compromiso se habría acordado en 1188, existen indicios para creer que las
negociaciones se gestaron durante 1185.
Árbol genealógico
[mostrar]Ancestros de Ricardo I de Inglaterra
Últimos años y muerte
En parte como resultado de estas y otras intrigas, Ricardo logró varias victorias
sobre Felipe. En Freteval en 1194, justo después del retorno de Ricardo de su
cautiverio y colecta de dinero en Inglaterra para Francia, Felipe huyó, dejando sus
archivos financieros completos con auditorías y documentos que fueron tomados por
Ricardo. En la batalla de Gisors (también llamada Courcelles) en 1198, adoptó Dieu
et mon Droit (‘Dios y mi derecho’) como lema (que aún es usado en la actualidad por
los monarcas británicos) haciéndose eco de su anterior alarde frente al emperador
Enrique VI, de que su rango no reconocía otro superior que no fuera Dios.9
En marzo de 1199, Ricardo estaba en el Lemosín sofocando una revuelta del vizconde
Aimar V de Limoges. Aunque era Cuaresma, «devastó la tierra del vizconde con fuego
y espada». Asedió el endeble y virtualmente desarmado castillo de Chalus-Chabrol.
Algunos cronistas expresan que esto se debió a que un campesino local había
descubierto un tesoro de oro romano, el cual reclamaba Ricardo a Aimar en su
posición de señor feudal. Sin embargo, los historiadores modernos permanecen
escépticos con respecto a esta historia, que tiene olor a exemplum o fábula
moralizadora.
Legado
Ricardo no tuvo hijos legítimos y reconoció solo a un hijo ilegítimo, Felipe de
Coñac. Como resultado, le sucedió al trono su hermano Juan como rey de Inglaterra.
Sin embargo, sus territorios franceses inicialmente rechazaron a su hermano Juan
como sucesor, prefiriendo a su sobrino Arturo, el hijo de su último hermano
Godofredo, duque de Bretaña, cuya demanda por el poder es considerada con mejor
fundamento que la de Juan según los estándares modernos. Sin duda, la falta de
herederos directos de Ricardo fue el primer paso en la disolución del Imperio
angevino. Mientras los reyes de Inglaterra continuaron presionando sus demandas
sobre el continente, nunca más regirían los territorios que Ricardo I heredó.
Carácter y personalidad
Había serios defectos en el carácter de Ricardo. Físicamente era magnífico: alto,
de piernas largas y fuertes, con cabellos de oro rojizo y facciones hermosas; su
herencia materna eran no sólo el aspecto propio de la casa de Poitou, sino también
sus encantadores modales, su valor y su afición a la poesía y al espíritu
aventurero. Sus amigos y criados le seguían con devoción y temor. De sus
progenitores heredó un temperamento cálido y un apasionado egoísmo. Pero no tenía
ni la astucia política ni la competencia administrativa de su padre, ni el sentido
cabal de la reina Leonor. Se había educado en un ambiente de disputas y traiciones
familiares. Como favorito de su madre, odiaba a su padre y desconfiaba de sus
hermanos y hermanas, aunque quería a su hermana más joven, Juana. Había aprendido a
ser un partidario violento, pero no leal. Era avaricioso, aunque capaz de gestos
generosos y aficionado a la vida pródiga. Su energía era inflexible, pero en su
ferviente interés por la tarea del momento olvidaba otras responsabilidades. Le
gustaba organizar, pero le fastidiaba la administración. Sólo el arte de la guerra
podía retener su atención. Como soldado, poseía auténticas dotes, intuición para la
estrategia y la táctica y el poder de mandar hombres.12
Tradición medieval
Literatura posterior
Ricardo ha aparecido frecuentemente en la ficción, como resultado del “renacimiento
de la caballería” de la época del Romanticismo. En 1822 fue objeto del poema épico
de Eleanor Anne Porden, Cœur de Lion.
Aparece en Los reyes de intenciones vanas (The Kings of Vain Intent) de Graham
Shelby y, de manera más central en El demonio anda suelto (The Devil is Loose), en
la novela de Norah Lofts The Lute-Player y en la novela de Jean Plaidy (Eleanor
Hibbert) El corazón del león (The Heart of the Lion).
Cultura popular
Películas
Brevemente fue interpretado por Sean Connery al final de la película de 1991 Robin
Hood: Prince of Thieves, aunque nunca se le acreditó su participación en la misma.
Televisión
En televisión, Ricardo fue la inspiración de una serie de 1962, Ricardo Corazón de
León, protagonizada por el actor Dermot Walsh.
En 1965 la serie Doctor Who en su capítulo «La Cruzada» presenta el conflicto entre
Ricardo y Saladino, Ricardo es representado por el actor Julian Glover, quien
también lo retrató en una película para la televisión llamada Ivanhoe en 1982, Rory
Edwards lo representó en 1997 en la miniserie para televisión Ivanhoe.
Andrew Howard hizo el papel de Ricardo en la adaptación para televisión del año
2003 de la obra El león en invierno. También se le representa en varias versiones
televisivas de la leyenda de Robin Hood.
Robin Hood
El filósofo y cronista escocés John Mair fue el primero en asociar al rey Ricardo I
de Inglaterra con las leyendas de Robin Hood en su Historia majoris Britannae, tam
Angliae quam Scotiae (1521). En las primeras baladas de Robin Hood, el único rey
mencionado es Eduardo nuestro rey venidero, probablemente refiriéndose a Eduardo II
de Inglaterra o a Eduardo III de Inglaterra. No obstante, Walter Scott en su novela
Ivanhoe hizo popular el vínculo del sheriff de las leyendas de Robin Hood con el
reino de Ricardo I y fue tomado de allí por novelistas y cineastas posteriores.
John Rhys-Davies hizo el papel de Ricardo en un episodio (El tonto del rey) de la
serie de televisión de los años ochenta Robin de Sherwood. Se le menciona
frecuentemente como un personaje que no aparece en pantalla en la serie de la BBC
del año 2006, llamada Robin Hood.