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Proyecto de Tesis

Ejecución de las medidas de protección para la mujer víctima de violencia dictadas

por la Corte Superior de Justicia de Moquegua, durante el año 2020

Reyner Jiménez

Ciencias Jurídicas, Empresariales y Pedagógicas

Carrera Profesional de Derecho

Octubre del 2021


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CAPITULO I: EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

1.1 Descripción de la Realidad Problemática

De un buen tiempo a esta parte hemos sido testigos de los constantes ataques y

maltratos que sufren olas mujeres de nuestra sociedad dentro del núcleo familiar, situación

que aparentemente se ha visto agravada por el confinamiento producto de la pandemia que

nos azota mundialmente a consecuencia del Covid 19, lo cual obviamente nos ha

conllevado a que como sociedad tomemos mucha mayor importancia a las normas que ya

existen para proteger a la mujer víctima de violencia. Sin embargo, como suele suceder en

nuestro país donde existen un sinfín de normas y disposiciones legales, muchas de estas no

se cumplen o se ejecutan adecuadamente, caso concreto sucede con las medidas de

protección que los jueces dictan en favor de las mujeres que víctimas de violencia familiar,

las mismas que no se cumplen en razón de múltiples factores que demostraremos más

adelante pero que básicamente tienen que ver con el hecho de deficiencias en las

instituciones o entidades encargadas de la implementación de dichas medidas.

En ese sentido, existe la necesidad de que las medidas de protección dictadas por los

jueces de la Corte Superior de Justicia de Moquegua, sean aplicadas adecuadamente por las

instituciones responsables de su implementación conforme lo refiere la Ley N° 30364 y su

Reglamento; pero, el problema es que los responsables de implementar dichas medidas no

las efectivizan por diversos factores tales como presupuestales e institucionales.


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1.2 Definición del problema

La ejecución de las medidas de protección que los jueces dictan en favor de las

mujeres víctimas de violencia es parte importante en el cumplimiento de las políticas y

objetivos del Estado Peruano en defensa de los más vulnerables y por consiguiente

contribuir con la paz social. En ese sentido es pertinente hacerse la siguiente pregunta

general y las preguntas específicas:

Pregunta General

¿Se ejecutan las medidas de protección para la mujer víctima de violencia dictadas por la

Corte Superior de Justicia de Moquegua?

Preguntas Específicas

 ¿Cuáles son las medidas de protección que se dictan en favor de la mujer víctima de

violencia

 ¿Cómo se ejecutan las medidas de protección en favor de la mujer víctima de

violencia?

 ¿Quiénes son los encargados de que hacer cumplir dichas medidas de protección?

 ¿Cuáles son los factores que permiten o limitan la ejecución de las medidas de

protección para mujeres víctimas de violencia?

1.3 Objetivos de la Investigación

Los objetivos de la investigación son:


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Objetivo General

Determinar o conocer si se ejecutan las medidas de protección para la mujer

víctima de violencia dictadas por la Corte Superior de Justicia de Moquegua.

Objetivos Específicos

 Identificar las medidas de protección que se dictan en favor de la mujer víctima de

violencia

 Conocer cómo se ejecutan las medidas de protección en favor de la mujer víctima

de violencia

 Determinar quiénes son los encargados de que hacer cumplir dichas medidas de

protección

 Determinar los factores que permiten o limitan la ejecución de las medidas de

protección para mujeres víctimas de violencia

1.4 Justificación e importancia de la investigación

El presente trabajo de investigación se justifica en razón de sus objetivos sobre si se

ejecutan las medidas de protección para la mujer víctima de violencia dictadas por la

Corte Superior de Justicia de Moquegua, ya que, como bien sabemos del análisis de la

realidad problemática existen ciertas limitaciones y de alguna forma restricciones que no

permiten que las medidas de protección que emiten los jueces en favor de las mujeres

víctimas de violencia se ejecuten de manera eficaz y logren el fin de la normatividad que

las protegen, y por ende el bienestar de las mismas. Es así que la importancia radica no
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solo en saber si las medidas de protección se cumplen según lo disponen los fueros

jurisdiccionales correspondientes sino la razones que conllevan al cumplimiento o

incumplimiento para que finalmente si considera necesario u oportuno, tomar las medidas

respectivas para mejorar o cambiar dicha situación.

1.5 Variables

Las variables a estudiar son:

VARIABLE DIMENSIONES INDICADORES METODOLOGÍA


DISEÑO TIPO POBLACIÓN Y TÉCNICAS INSTRUMENTOS
MUESTRA
Medidas de Medidas de
protección para protección
la mujer víctima
de violencia
Ejecución de Ejecución
medidas de de
protección
para mujeres medidas
víctimas de de
violencia protección

Encargados de Encargados
la ejecución de la
de las medidas
de protección ejecución
de medidas
de
protección
Factores que
permiten o
limitan la
ejecución de
medidas de
protección

1.6 Hipótesis de la Investigación

Hipótesis General
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Las medidas de protección para mujeres víctimas de violencia no se ejecutan

adecuadamente por inacción de los responsables y falta de recursos.

Hipótesis Específicos

 Las medidas de protección para la mujer víctima de violencia se detalla en el

artículo 22º de la Ley Nº 30364.

 Las medidas de protección para la mujer víctima de violencia se ejecutan

conforme el Reglamento de la Ley Nº 30364.

 La Policía Nacional del Perú es el encargado de dar cumplimiento a las medidas de

protección

 Los factores que limitan la ejecución de las medidas de protección son la escasez

de recursos humanos, materiales y económicos.

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO

2.1 Antecedentes de la investigación

 Primer antecedente

Apellidos y nombres del autor o autores


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Robles Rojas, Angie Edith

Villanueva Solis, Karen Priscila

Título de la investigación

La ineficacia de las medidas de protección a favor de las mujeres - Ley 30364

Institución donde se ha sustentado

Universidad San Ignacio de Loyola, año 2021

Objetivo general – Tipo y nivel de investigación

Objetivo general:

Analizar los motivos por los cuales las medidas de protección emitidas conforme a la

Ley N°30364 resultan ineficaces para prevenir la violencia contra la mujer en el Perú.

Tipo de investigación y Nivel de investigación:

Descriptiva

Métodos, técnicas e instrumentos usados


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Revisión documental.

Resultados y conclusiones

La ley N°30364 “Ley par aprevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y

grupo familiar” la cual entró en vigencia desde el 2015, trajo cambios saludables, pero

estos cambios no fueron suficiente para erradicar la violencia contra la mujer; ya que;

teniendo presente las denuncias de violencia familiar registradas por la Policía

Nacional del Perú, desde el 2009 con 95.749 denuncias y llegar al 2018 con 222.234

denuncias, dejando claro que a pesar de contar con la Ley N°30364, las agresiones

siguen aumentando.

Las medidas de protección de acuerdo al Artículo 32 de la Ley N°30346, las cuales son

otorgadas por los jueces de familia a las víctimas de violencia, los efectivos policiales

no cumplen con supervisar, pese a ser encargados de ejecutar estas medidas de

protección, por lo cual se debería brindar capacitaciones constantes a los efectivos

policiales para garantizar el cumplimiento de las medidas de protección a favor de las

víctimas.

El retiro del agresor del domicilio donde se encuentren las víctimas y el impedimento

de acoso a las víctimas de violencia familiar, son fáciles de vulnerarlas por el agresor,

al no contar con un efectivo policial cerca de la víctima todo el tiempo, lo cual acarrea

que el agresor tenga ventaja sobre la víctima.


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El juez de familia debería establecer mecanismos y estrategias para garantizar el

cumplimiento de las medidas de protección brindadas a las víctimas de violencia, todo

ello respalda por los efectivos policiales.

El juez de familia se encuentra limitado a dictar las medidas de protección plasmadas

de manera taxativa en la Ley N°30364, a pesar de tener posibilidades de dictar nuevas

medidas de protección que se adapte a cada caso concreto, los jueces no emplean otras

formas de proteger a sus víctimas de violencia.

 Segundo antecedente

Apellidos y nombres del autor o autores

Arellano Díaz, Diana Alejandra

Título de la investigación

Feminicidios en el Perú: una vista y crítica a las medidas que ocupa el gobierno para

prevenir ataques de género, específicamente la Ley N°30364 y la propuesta de solución

para que los policías puedan otorgar medidas de protección en primera instancia a las

víctimas

Institución donde se ha sustentado


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Universidad San Ignacio de Loyola, año 2021.

Objetivo general – Tipo y nivel de investigación

Objetivo general:

Analizar si las medidas de protección son otorgadas con la celeridad que se requieren,

a efectos de evitar la continuación de delitos o la comisión del delito de feminicidio.

Tipo de investigación y Nivel de investigación:

Descriptiva

Métodos, técnicas e instrumentos usados

Se escogió la metodología de entrevista.

Resultados y conclusiones

Los feminicidios en el Perú cada vez son más frecuentes y violentos, lo que hace que

crezca la tasa de índice anual a nivel nacional.


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En la actualidad no existen mecanismos de protección que sean céleres o eficientes

para la víctima de violencia familiar.

Aunque es cierto que el Perú cuenta con mucha legislación acerca de cómo prevenir los

feminicidios en el Perú, en la realidad se ha visto que estos no son efectivos.

Brasil posee una ley N°13827 la cual provee a los policías con herramientas efectivas

para otorgar en primera instancia medidas de protección de carácter judicial para evitar

las barreras burocráticas que supone otorgar una.

La propuesta de esta investigación es que en Perú se cree este permiso para que los

policías los cuáles están en primera fila recibiendo las denuncias de las mujeres que

han sufrido violencia familiar, puedan otorgar una medida de prevención y protección

tales como el retiro del agresor del domicilio, impedimento de acercamiento, entre

otros. Las cuáles serían certeras e instantáneas, en este caso buscamos que tenga

carácter judicial para que pueda ser efectiva, con el compromiso posterior del poder

judicial de revisar esta medida de protección, esto crearía que las barreras burocráticas

actuales no sean un impedimento.

La PNP posee en su ley orgánica las funciones de brindar protección al niño,

adolescente, anciano y mujer que se encuentren en riesgo, y junto al antecedente

internacional de la legislación brasilera, podríamos buscar incluir en nuestra propia

legislación esta actualización.


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 Tercer antecedente

Apellidos y nombres del autor o autores

Saldaña Chávez, Rubikza D’ Yanira

Título de la investigación

Análisis de la eficacia de las medidas de protección como mecanismo para cesar la

violencia contra las mujeres

Institución donde se ha sustentado

Pontificia Universidad Católica del Perú, año 2021.

Objetivo general – Tipo y nivel de investigación

Objetivo general:

Descubrir si los mecanismos propuestos en Ley N° 30364 resultan ser un mecanismo

eficiente para cesar la violencia ejercida en contra de las mujeres dentro de las

relaciones de pareja.
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Tipo de investigación y Nivel de investigación:

Descriptiva

Métodos, técnicas e instrumentos usados

Revisión documental.

Resultados y conclusiones

A lo largo del presente trabajo, se analizó la causa de la violencia familiar en las

relaciones de pareja. De esta forma, se estableció que esta problemática surge por los

roles de género que se asume corresponde a las mujeres y hombres. Es decir, se

atribuyen características que las personas con sexo femenino o masculino deben

cumplir sólo por tener este sexo.

Con el propósito de contrarrestar la violencia que sufren las mujeres en nuestro país, se

ha buscado otorgar ayuda a las víctimas a través de la Ley N° 30364. Esta ley propone

cuál es el mecanismo y el proceso que debe solicitar una víctima de violencia,

culminando con el otorgamiento de medidas de protección, las cuales se supone son

una herramienta que permitirá cesar la violencia y erradicarla de nuestra sociedad.

Sin embargo, considero que a pesar de que las leyes se encuentren alineadas con los

estándares internacionales y haya existido un cambio de paradigma al momento de


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regular este tema en nuestra legislación, todavía nos queda un largo camino que

recorrer en la práctica. El machismo impregnado en nuestra sociedad, recién empieza a

ser relevante y las personas empiezan a identificarlo poco a poco; sin embargo, es

necesario que este proceso sea acelerado por el gran riesgo que corren las víctimas de

violencia.

Así, debemos pensar en el cambio de los procedimientos existentes en la actualidad

buscando que las actitudes violentas cesen verdaderamente, pues estas medidas de

protección terminan siendo un simple documento que no cambia la situación real en la

que se encuentran las víctimas.

 Cuarto antecedente

Apellidos y nombres del autor o autores

Martínez Illanes, Lilian

Título de la investigación

Efectividad de las Medidas de Protección en la Reducción de la Violencia Familiar, en

el distrito de Huancavelica, en el año 2017

Institución donde se ha sustentado


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Universidad Nacional de Huancavelica, año 2017.

Objetivo general – Tipo y nivel de investigación

Objetivo general:

Conocer la efectividad de las medidas de protección establecidas en la ley 30364, en la

reducción de la violencia familiar como función de la PNP, y su análisis del derecho

comparado, en el distrito jurisdiccional de Huancavelica, en el año 2017.

Tipo de investigación y Nivel de investigación:

Tipo: El trabajo de investigación es de tipo BÁSICA debido a que los conocimientos

que se plantean para poder resolver la problemática.

Nivel: La presente investigación es de tipo explicativo y descriptivo, con un enfoque

cualitativo.

Métodos, técnicas e instrumentos usados

La elección de las técnicas e instrumentos utilizados para recabar y procesar la

información, guarda relación directa con los métodos empleados y el tipo de

investigación realizada.
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Se empleó la observación mediante fichas que nos ayudó a recopilar datos relevantes.

El cuestionario es con preguntas de opción múltiple relacionada con los objetivos y la

variable considerada en el estudio. Se agregan algunas preguntas tipo cuestionario para

fortalecer las respuestas o datos y que servirá como marco de referencia para

enriquecer la interpretación de los resultados.

Resultados y conclusiones

Resultados:

En concordancia al diseño de investigación, se ha procedido a realizar la medición de

las dos variables (independiente y dependiente), en función a los instrumentos de

medición ”cuestionario de encuesta”, que fue aplicado a tres poblaciones del distrito

jurisdiccional de Huancavelica: a las mujeres víctimas de violencia familiar, miembros

de la policía y jueces de familia, posteriormente se procedió a la codificación de los

datos para la tabulación de las variable de estudio referida a las Medidas de Protección

y Reducción de la violencia familiar; para lo cual se ha creado el respectivo MODELO

DE DATOS (matriz distribuida en tres grupos según a la cantidad de encuestados y

numero de preguntas cada una dividida en 3 dimensiones) tomadas por la

operacionalización de la variable.

Conclusiones:
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Del cuadro general del total de encuestados se logró conocer la falta de efectividad de

las medidas de protección establecidas en la ley 30364, en la reducción de la violencia

familiar como función de la PNP, en el distrito jurisdiccional de Huancavelica, en el

año 2017.

Se estableció que existe un bajo nivel de efectividad de las medidas de protección

reguladas en la ley 30364, según las víctimas de violencia familiar ya que no existe una

gran reducción de la violencia familiar en el distrito jurisdiccional de Huancavelica en

el año 2017.

La falta de efectividad en la función de la PNP, conforme a la aplicación de los

mecanismos establecidos en Ley 30364, no son correctamente desempeñados esto

según el instrumento aplicado en el distrito jurisdiccional de Huancavelica en el año

2017, pues refleja carencia de estrategia y organización; accesibilidad y canales de

atención a la ciudadanía. Siendo la Policía Nacional la responsable de ejecutar dichas

medidas, la Comisaría de Familia de Huancavelica no está preparada para afrontar la

realidad social que aqueja a la población.

Existen aportes internacionales que se deben estudiar para así adecuarlos a nuestra

realidad, como por ejemplo un ente contralor de la función de la Policía, en el

seguimiento adecuado del cumplimiento de las medidas de protección, como bien se

practica en Guatemala, o la colaboración de las autoridades de los centros poblados,

para dicho seguimiento, ya que igual o mayor incidencia de violencia se da en las


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zonas periféricas de la ciudad, como bien propone la Juez del Primer Juzgado de

Familia.

 Quinto antecedente

Apellidos y nombres del autor o autores

Mejía Rodríguez, Ada Paola.

Título de la investigación

Eficacia de las medidas de protección en procesos de violencia familiar garantizan el

derecho a la integridad de víctimas en la Corte Superior de Justicia de Tacna, sede

central, 2017.

Institución donde se ha sustentado

Universidad Privada de Tacna, año 2017.

Objetivo general – Tipo y nivel de investigación

Objetivo general:
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Determinar si las medidas de protección en los procesos de violencia familiar son

eficaces para garantizar el derecho a la integridad de las víctimas en los Juzgados de

Familia, en el año 2017.

Tipo de investigación y Nivel de investigación:

Tipo: Se trata de una investigación de tipo cualitativa-cuantitativa.

Diseño: El diseño de investigación es: Explorativo, descriptivo y dogmático-jurídico.

Métodos, técnicas e instrumentos usados

Se realizaron dos tipos de procedimientos de investigación:

Resultados y conclusiones

Resultados:

En concordancia al diseño de investigación, se ha procedido a realizar la medición de

las dos variables (independiente y dependiente), en función a los instrumentos de

medición ”cuestionario de encuesta”, que fue aplicado a tres poblaciones del distrito

jurisdiccional de Huancavelica: a las mujeres víctimas de violencia familiar, miembros

de la policía y jueces de familia, posteriormente se procedió a la codificación de los

datos para la tabulación de las variable de estudio referida a las Medidas de Protección
20

y Reducción de la violencia familiar; para lo cual se ha creado el respectivo MODELO

DE DATOS (matriz distribuida en tres grupos según a la cantidad de encuestados y

numero de preguntas cada una dividida en 3 dimensiones) tomadas por la

operacionalización de la variable.

Conclusiones:

Se determinó que las medidas de protección en procesos de violencia familiar son

eficaces ya que garantizan el derecho a la integridad de las víctimas en los Juzgados de

Familia. Se constata la reducción significativa de los casos de reincidencia en violencia

familiar. Aunado a ello, más de 90% de los casos de otorgamiento de las medidas de

protección son declarados fundados en favor de las víctimas y, éstas se vienen

cumpliendo a cabalidad. Por lo expuesto, consideramos que la eficacia de las medidas

de protección otorgadas en audiencia por las magistradas de familia, resultan eficaces.

Se determinó que los mecanismos jurídicos de supervisión son eficaces (fiscalizan y

monitorean) en la ejecución de la medida de protección, los cuales están a cargo de la

Policía Nacional y se hacen a través de un seguimiento de manera periódica. Lo cual se

afirma con una percepción mayoritaria en los operadores de justicia en base a que, si se

conocen que la Policía Nacional del Perú viene realizando un seguimiento de manera

periódica de las medidas de protección dictadas por los Jueces de Familia,

principalmente en las Comisarias de Gregorio Albarracín Lanchipa lo cual viene

cumpliéndose a cabalidad lo referido en la ley 30364.


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Las medidas de protección impuestas por los jueces en procesos de violencia familiar a

las víctimas disuaden considerablemente a los agresores a no reincidir en actos

violentos. Debido a que, el incumplimiento de las medidas de protección por parte de

los agresores deviene en enfrentar un proceso penal por Resistencia y Desobediencia a

la Autoridad. Dado que los abogados refieren que este apercibimiento si frena de

alguna manera el reincidir nuevamente en actos violentos sobre la víctima. Prueba de

ello, es que en la práctica judicial existe baja o nula frecuencia de reincidencia en

procesos de violencia familiar en la misma victima por el mismo agresor, lo cual se

contrasta con la revisión de las resoluciones de otorgamiento de medidas de protección

lo cual es muy bajo la reincidencia.

2.2 Bases teóricas

Etimología del término violencia

Para poder introducirnos al tema de investigación, es necesario comprender con mayor

profundidad el término de ¨Violencia¨.

La autora Blair (2009), nos señala que el término “violencia” proviene del latín vis (fuerza)

y latus (llevar o transportar), su sentido etimológico significa, llevar la fuerza a algo o a

alguien. (p. 20) 2.2.2

Definición de violencia
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Según Valverde (2017), “la violencia se manifiesta con la acción de uno varios sujetos para

realizar algo y se encuentra condicionado a causar algún tipo daño a otro sujeto, empleando

el uso de fuerza para dañar su integridad como persona” (p. 15). Con lo mencionado por el

autor podemos llegar a la conclusión que la violencia es generada por uno o más sujetos,

los cuales causen algún daño a otro sujeto aplicando fuerza que ocasiona sufrimiento a la

víctima.

Rivadeneira (2011) señala el concepto de violencia:

[...] la violencia es aquella condición de violento que tiene voluntad de agredir o agredirse.

Asimismo, lo violento se entiende como lo encontrado lejos de su estado natural, ambiente

o modo; el cual es efectuado mediante el uso de fuerza, impulso o agresividad; o que pueda

hacerse contra la voluntad y el gusto para uno mismo [...] es una conducta premeditada que

ocasiona daños corporales o psíquicos en las victimas y es significativo que, lejos de las

agresiones físicas, todo acto de violencia puede tener un carácter emocional en el que se

emplea insultos, chantajes o amenazas. De tal manera, se puede ocasionar y generar tanto

resultados o derivaciones físicas como psicológicas. [...] (p. 20).

Definición de violencia familiar

Podemos señalar que el lugar con más riesgo para la integridad de los miembros de una

familia es la sede familiar, también podría darse en otros espacios, pero es en la casa donde

se puede observar acciones y actitudes de maltrato entre los individuos que conforman este

grupo, que pueden ser entre cónyuges, entre padres e hijos, entre hermanos, siempre que
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estos sujetos estén emparentados por consanguinidad o afinidad. Por producirse estos

hechos dentro de relaciones familiares, es de ahí su denominación de violencia familiar,

como también se le llama violencia doméstica.

Para Núñez y Castillo (2014), “la violencia familiar es aquella forma de expresión de la

violencia en una sociedad, que es de suma importancia, puesto que es en el seno del hogar

donde se forman los ciudadanos de una sociedad” (p.3). Entonces, la violencia familiar

podría producir un daño, el cual puede perjudicar la salud física como psicológica del

sujeto con relación a su conducta a nivel familiar, profesional o social.

La Constitución Política del Perú en su Artículo 24 inciso h, nos señala lo siguiente:

“Artículo 24 inciso h: Nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni

sometido a tortura o a tratos inhumanos o humillantes. Cualquiera puede pedir de

inmediato el examen médico de la persona agraviada o de aquélla imposibilitada de

recurrir por sí misma a la autoridad. Carecen de valor las declaraciones obtenidas por la

violencia. Quien la emplea incurre en responsabilidad.”

La Convención Belem do Pará en su artículo 1 nos indica lo siguiente respecto al concepto

sobre violencia a la mujer:

“Artículo 1: Para los efectos de esta Convención debe entenderse por violencia contra la

mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o
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sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el

privado.”

Para este punto debemos mencionar que en los últimos años las mujeres son las víctimas

más vulnerables en los casos de violencia intrafamiliar, como se ha indicado “cada año,

millones de niñas y mujeres sufren violaciones y abusos sexuales a manos de familiares,

hombres ajenos a la familia, agentes de seguridad o combatientes armados. Algunas formas

de violencia, como los embarazos y los abortos forzados, la quema de novias y los abusos

relacionados con la dote, son específicas de las mujeres. Otras, como la violencia en el

ámbito familiar, conocida también como violencia doméstica, tienen entre sus víctimas a un

número desproporcionado de mujeres” (Anmistía Internacional, 2004, p. 19)

La Ley N°30364, el cual tiene como objetivo el prevenir, sancionar y erradicar todo tipo de

violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, nos indica nos indica en su

artículo 5 respecto a la violencia contra la mujer, lo siguiente:

“Artículo 5: La violencia contra las mujeres es cualquier acción o conducta que les causa

muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico por su condición de tales, tanto en el

ámbito público como en el privado. Se entiende por violencia contra las mujeres:

a. La que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra

relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo

domicilio que la mujer, entre otros, violación, maltrato físico o psicológico y abuso

sexual.
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b. La que tenga lugar en la comunidad, sea perpetrada por cualquier persona y

comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas,

prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en

instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar.

c. La que sea perpetrada o tolerada por los agentes del estado, donde quiera que

ocurra.”

Lo que nos indica en su artículo 6 respecto a la violencia contra los integrantes del grupo

familiar es lo siguiente:

“Artículo 6: La violencia contra cualquier integrante del grupo familiar es cualquier

acción o conducta que le causa muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico y

que se produce en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder, de

parte de un integrante a otro del grupo familiar. Se tiene especial consideración con las

niñas, niños, adolescentes, adultos mayores y personas con discapacidad.”

De todo lo mencionado con anterioridad podemos llegar a la conclusión, que la violencia

familiar abarca el maltrato que se produce en la familia por cualquier sujeto del mismo

grupo familiar. Además, debemos tener presente que existe una mayor apreciación con los

menores, adultos mayores y las personas con discapacidad. Asimismo, las mujeres son las

victimas más vulnerables en casos de violencia familiar. Para detener estos hechos de

violencia es fundamental recurrir a nuestras autoridades para denunciar y/o solicitar las

medidas de protección correspondientes.


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Medidas de protección

La ley N°30364 nos señala en su artículo 32, respecto al objeto de las medidas de

protección lo siguiente:

“Artículo 32.- El objeto de las medidas de protección es neutralizar o minimizar los

efectos nocivos de la violencia ejercida por la persona denunciada, y permitir a la víctima

el normal desarrollo de sus actividades cotidianas; con la finalidad de asegurar su

integridad física, psicológica y sexual, o la de su familia, y resguardar sus bienes

patrimoniales. El juzgado las dicta teniendo en cuenta el riesgo de la víctima, la urgencia

y necesidad de la protección y el peligro en la demora”

Díaz en su Revista Electrónica del Trabajador Judicial nos indica que:

“Las medidas de protección son aquellas actitudes y decisiones que toma en cuenta el

Estado a través de sus diversas instituciones públicas, a fin de hacer efectivo el cuidado y

protección de la víctima de la agresión, con respecto a la agresión misma y a su agresor;

son mecanismos que buscan brindar apoyo y protección a las víctimas de las agresiones e

impedir la continuación de estas. Asimismo, estas medidas de protección van más allá, por

cuanto buscan que la víctima se sienta tranquila y que pueda gradualmente volver a su vida

normal, rehabilitándola de sus traumas. Dichas medidas de protección se encuentran

establecidas en nuestra legislación.”

Para el autor Nomberto (2017), son “aquellas emitidas por los ejecutantes de justicia

correspondientes, que atienden a determinadas consideraciones básicas como la urgencia,


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necesidad y peligro en la demora de una tutela jurídica” (p. 30). Así, se le otorga a la

víctima mecanismos para un desarrollo normal es sus actividades diarias, impidiendo algún

tipo de comportamiento negativo del agresor.

Romero (2016), “también reconocidas como medidas cautelares, que pueden ser

provisionales, con aquellos métodos que adopta el Juez de familia con la finalidad de

asegurar la actividad procesal siendo un recurso para la realización de la justicia” (p. 22).

Se aplican cuando existe una posibilidad donde el agresor pueda ejercer algún daño a la

víctima, con el propósito de poder asegurar el desarrollo normal de una posterior situación

jurídica.

La violencia contra las mujeres por parte de sus parejas como manifestación de la

violencia de género

La violencia que experimentan muchas mujeres dentro de sus relaciones de pareja, son

manifestaciones de la violencia de género. La violencia contra las mujeres, se ha definido

como “aquella que se ejerce en contra de las mujeres y es manifestada por la asimetría que

se tiene sobre estas, en donde el hombre es quien asume un papel principal en la relación y

la mujer es vista como un complemento de este (Ruíz 2018: 09). Esa concepción que se

tiene sobre las mujeres, arcaica y equivocada, se encuentra arraigada hasta la actualidad

dentro de la mente de muchas personas y es la razón por la cual han surgido las agresiones

más graves sobre las mujeres a lo largo de estos años.


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Los estudios antropológicos permiten evidenciar que era habitual encontrar evidencias de

agresiones a las mujeres en las sociedades ancestrales (como las egipcias, griegas y

romanas); de esta forma, no sólo permitían la vulneración de sus derechos, sino que

también las estipulaban como parte normal de sus costumbres, definiendo cuándo eran

legítimas estas agresiones. Asimismo, esta idea se encontraba justificada en base a su

estructura jerarquizada donde las mujeres mantenían un deber de obediencia y dependencia

en relación con su pareja (hombre), siendo su principal labor cumplir con un rol de

procreación (Programa Integral contra Violencias de Género 2010:25).

Por lo tanto, como podemos evidenciar, desde hace milenios estos ataques se encuentran

justificados por la simple subordinación respecto a los grupos de poder, quienes establecen

que existirá una falta de igualdad entre los hombres y las mujeres para legitimarse. A pesar

de ser una visión tan antigua no podemos evitar señalar que actualmente, todavía vivimos

en una sociedad patriarcal con una clara dominación por parte de los hombres sobre las

mujeres. Este poder, que asumen les pertenece, ha generado que sean los opresores,

haciendo que las relaciones de pareja tengan una connotación asimétrica y desigual,

facultando la idea de que “la mujer es de su propiedad” (Expósito 2011:48).

Esta jerarquización, entre lo poderoso y lo que no tiene tal condición, fundamenta la

existencia de dualismos (haciendo una clara diferencia entre masculino y lo femenino). Se

nos presenta, así, dos perspectivas del mundo que no podrán ser nunca conciliables y dan

origen a los roles que se asignan a las personas a partir de una lectura de su sexo. Por lo

tanto, existe una parte masculina, la cual es la privilegiada y responde a la razón y al poder;

mientras, del otro lado, tenemos a la parte femenina, la cual representa la inferioridad,
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irracionalidad, la parte emocional, la sensibilidad y la debilidad (Olsen 1990: 1-2). Bajo

estas ideas se engloban características que han sido atribuidas social y culturalmente a los

varones y a las mujeres, únicamente, de una lectura de su sexo (Valega 2016). Por lo tanto,

se justifica la dominación masculina estableciendo, unilateralmente, que así es el “orden de

las cosas”, determinando como válidas las relaciones de dominación sin cuestionar las

diferencias socialmente establecidas entre hombres y mujeres (Arancibia 2015: 02)

Será el rol masculino el que tendrá una sexualidad más impetuosa; por lo tanto, son los

encargados de la economía y tienen mayores aptitudes para el ámbito político. De manera

opuesta, las mujeres son las emocionales, las empáticas, las organizadas y afectivas; por

eso, les corresponde el ámbito doméstico (Díaz 2019: 18). Debido a que el hombre será

quién posee las características “buenas” o “deseables”, le corresponde construir al otro,

dotándolo de las características contrarias, haciéndolo ver como alguien inferior; de esta

forma, como se basan en relaciones de poder, el otro solo puede callar, dejándolo en las

sombras (Salgado 2013: 15-16).

Al vivir en esta dicotomía, se asume que todas las mujeres deben responden a aquellos roles

por el simple hecho de tener sexo femenino y se empiezan a generar los estereotipos de

género. De acuerdo con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, los estereotipos de

género son una “pre-concepción de atributos o características poseídas (...) que son o

deberían ser ejecutados por hombres y mujeres respectivamente” (CIDH 2018: 17). Así,

son las mujeres las que se encuentran subordinadas y le corresponden las características

débiles que se encuentran vinculadas a la responsabilidad del hogar y la crianza de los hijos

(CIDH 2018: 18). Nuestra sociedad le da un mayor valor a lo masculino y lo vincula con la
30

capacidad para imponerse y la fuerza (que a su vez es indispensable para seguir

manteniendo estos patrones fijos); mientras que ignora, desvaloriza y oprime lo femenino

(Salgado 2013: 47).

A diferencia de las mujeres, son los hombres los que deben manifestar su virilidad,

obligándolos a situarlos en el campo de la acción, aventura y hazaña; estos actos

sorprenden a la sociedad, la cual los glorifica y enaltece, reafirmando su postura como

grupo dominante. Es la virilidad la que se puede vincular con el ejercicio de la violencia.

Mientras que, las mujeres serán sumisas, acatan las órdenes y no tienen opinión propia.

La agresiones perpetradas por los hombres contra las mujeres se encuentra fundadas en esta

relación de poder, que desemboca en roles de género y estereotipos. Los Estados buscan

evitar que esta situación se propague estableciendo normas vinculadas al cese de la

violencia. Sin embargo, los legisladores deben entender que para eliminar la violencia, no

basta un documento jurídico, sino que se necesita erradicar los roles de género y los

estereotipos de la mente de las personas (Segato 2003: 04). En nuestro país, aún nos queda

un largo camino por recorrer.

Tal como lo mencioné anteriormente, las situaciones de violencia contra la mujer, se

pueden configurar en cualquier ámbito, como el familiar. Lo cual implica que no sean

hechos aislados, sino que, en conjunto, integran parte de las relaciones sociales que se

encuentran marcadas por los valores culturales que establecen los roles, dejando a las

mujeres la subordinación y dependencia respecto a su pareja. Los autores señalan que esta

construcción del otro existe desde la década de los 90 y lo manifiesta como un problema.
31

En donde los varones construyen su imagen basándose en patrones agresivos, con el

propósito de dominar (Bermúdez 1998: 222).

El dominante agrede cuando le plazca, cuando se ve desafiado, cuando se le desobedece y

la mujer calla, generando un grave obstáculo para su libre desarrollo, ya que es barrera que

impide lograr una vida digna, de calidad, saludable y en igualdad de oportunidades.

Además, estos patrones representan también una afección al desarrollo correcto de sus

capacidades, por la alteración en su autoestima, vergüenza, culpa, inseguridad, etc.

(Bermúdez 1998: 223). Así, de acuerdo con Scott, implícitamente el orden social busca que

los hombres se desarrollen fuera del hogar y las mujeres dentro de este; sin embargo, no se

sabe de dónde proviene esta normalidad al momento de dividir el trabajo (1996: 282). A

manera de respuesta, dicha autora sostiene que se debe analizar la simbología con la cual

las sociedades se refieren al género en cualquiera de sus manifestaciones (Scott 1996: 283).

La diferencia que existe entre hombres y mujeres ha significado una desigualdad que

perjudica a las mujeres debido al poder que tienen los primeros; sin embargo, la

jerarquización favorece a los varones (Facio y Fries 2005: 259)24. De acuerdo con Rita

Segato, la masculinidad se encuentra forjada en aquella idea que hace referencia la

dominación de los hombres y su posición jerárquica; así, existe una conquista por parte de

ellos basada en la exclusión a la mujeres (2003: 14). Por lo tanto, es esta dominación la que

marca las relaciones sociales, las cuales se encuentran influenciadas por diversos patrones y

estereotipos que no dejan de asociar algunas características a las mujeres por el simple

hecho de haber nacido con el sexo femenino.


32

Son estos patrones y estereotipos los que han marcado el “normal” desenvolvimiento de la

sociedad, donde el hombre agrede y la mujer calla o lo justifica. Estas agresiones se

encuentran normalizadas en nuestro entorno y no existe un pensamiento crítico que busque

sancionar la conducta del agresor. El machismo, en Perú, se encuentra dentro de la

mentalidad de la gran mayoría de ciudadanos, sin que nos resulte alarmante. Las actitudes

violentas de los hombres desencadenan en episodios de agresión en contra de sus parejas,

perpetuándose durante muchos años.

En nuestro país, las agresiones cometidas en contra de las mujeres dentro de sus relaciones

de pareja son muy frecuentes. De acuerdo con el informe del 2019 del Instituto Nacional de

Estadísticas25, la mayoría de agresiones de género se cometen dentro del domicilio de la

víctimas (71,2%). Las víctimas de violencia son mayoritariamente aquellas que se dedican

únicamente a realizar los quehaceres del hogar (39,5%); en segundo lugar, las que contaban

con un negocio o desarrollaban actividades económicas informales (29,8%) y por último,

las profesionales, técnicas y estudiantes (que totalizan el 16,6%). Lo cual tiene una

vinculación muy fuerte con el nivel de libertad económica con el que cuentan. Dentro de

dicho grupo analizado, se manifiesta que el 58,9% de las mujeres declaró que su esposo

ejerció violencia psicológica y señaló que la causa de estas se encuentra vinculada a

motivos de celos o insistencia en saber a dónde va, demostrando la dominación masculina.

La mayoría de las mujeres que denunciaron estos hechos eran generalmente divorciadas,

separadas o viudas (54,8%), que se encuentran dentro del rango de 45 a 49 años de edad

(38,2%), sin educación (37,8%), ubicadas en el segundo quintil de riqueza (34,6%) y

residentes en los departamentos de Cusco, Apurímac y Puno.


33

Se evidencia, entonces, que la violencia se encuentra determinada por la sumisión. Sin

embargo, estas concepciones no son estáticas y uniformes, pero si se encuentran

relacionadas con los patrones y roles que se les impone a las mujeres. Los cuales gozan de

diversos significados en base al contexto, lugar, tiempo, a la clase, edad, origen étnico o

nacional, orientación sexual, discapacidades, etc.

Esta idea se encuentra esgrimida en base al concepto de interseccionalidad, introducida a la

doctrina por Kimberlé Crenshaw, quien la utilizó para enfatizar la existencia de varios ejes

de desigualdad (raza, etnia, género, etc.). Es, por lo tanto, un concepto que afirma la

coexistencia de diversos factores que se superponen en la vida de una persona, haciendo

que la violencia se acentúe (Viveros 2016: 5)27. De esta forma, se nos imponen como reto,

que los estudios futuros se hagan teniendo en cuenta diferentes categorías de análisis.

Es por eso que no se puede hablar de un perfil de víctima, pues ni la edad, el estatus

socioeconómico, el origen, la etnia, la formación, el desarrollo de una actividades laboral,

la familia de origen, el estado de salud, etc., son características que vinculen a todas las

víctimas de violencia de género (Valera: 230). Por lo tanto, la data recogida debe usarse

con el ánimo de generar un cambio, buscando establecer mayor comunicación y cercanía

con la población para que identifiquen la violencia en todos sus aspectos, especialmente en

aquellos grupos que se ven mayormente afectados. Cada víctima de violencia de género

tiene una historia de maltrato diferente que es vivida y sentida de forma diferente y es una

situación que tanto el legislador como el juez tienen que tener en cuenta al momento de

analizar estos casos.


34

El ciclo de la violencia

Es importante tener en cuenta que el presente trabajo se basa en la violencia que se genera

dentro de las relaciones de pareja. En ese sentido, se debe analizar la lógica que se

encuentra presente en este tipo de vejaciones. Debido a que la dominación masculina en el

mundo actual se encuentra normalizada, los ataques no son agresiones únicas y aisladas,

sino, al contrario, responden a patrones habituales que se han instaurado como un ciclo en

la lógica de las parejas. Al mismo tiempo, es preocupante como esta normalización, logra

generar la impunidad de los agresores, ya que las mujeres no lo ven como agresión y por

ende no hacen la denuncia correspondiente.

La dinámica de la violencia dentro de las relaciones sentimentales es representada mediante

un ciclo con tres fases: la primera, es una etapa de acumulación de tensión; la segunda, es

un episodio agudo de violencia manifiesto; y por último, las interacciones entre la pareja

vuelve la calma (mediante una faceta de arrepentimiento o luna de miel) (Castillo: 68)28.

Según Walker, la primera fase acumula mucho malestar y se producen conflictos

permanentes (que a veces son vistos como tal); sin embargo, en cierto momento explotan a

través de la violencia física y, cuando las agresiones terminen, se concluye con la luna de

miel (Walker en Arce 2015).

De acuerdo con Josette Bogantes, durante la fase de tensión pueden ocurrir incidentes de

agresiones “menores” como gritos y pequeñas peleas; la mujer asume un rol pacifista y

trata de calmar a su agresor, en algunas oportunidades acepta sus abusos y minimiza los

incidentes. Cuando se maximiza este problema, la víctima es gravemente golpeada ya que


35

el agresor descarga toda la tensión acumulada durante la primera etapa. Por último, al

arrepentimiento se caracteriza por las actitudes cariñosas del agresor, este pide perdón y

promete no volver a hacerlo aunque no porque haya reflexionado sobre sus actos, sino

porque asume que la pareja será quien cambie la actitudes que no le agradan a él (2008:

57).

Tal como podemos evidenciar, los roles de género tienen una función práctica en la

psicología de las personas. Las mujeres adoptan una actitud sumisa frente a los golpes y son

las encargadas de cuidar al hombre y darle cariño; a pesar de que estos las hayan agredido.

El hombre, la persona con poder de la relación, jamás asume las consecuencias de sus

actos, pues como las mujeres consideran que estos van a cambiar y no van a repetir sus

actitudes violentas, no acuden a las autoridades. El problema es que esta lógica es un ciclo

que no tiene fin, siempre se repite; sin embargo, debido a que la interactuación entre ambos

continúa de la misma forma, los hombres volverán a acumular la tensión inicial del círculo

y el caso puede terminar agravándose, a los supuestos de feminicidio que se encuentran

muy presentes en nuestra sociedad.

Estereotipos de género que manejan los operadores del sistema de justicia

De acuerdo con Cook y Cusak, “los estereotipos de género hacen referencia a la

construcción o comprensión de los hombre y las mujeres, en razón de la diferencia entre sus

funciones físicas, biológicas, sexuales y sociales” (2009: 2). Estos hacen que las personas

desarrollen una idea preconcebida de atributos que deben asumir un determinado grupo de

personas. De esta manera, pueden llegar a influenciar decisiones y acentuar la

discriminación, normalizando las desigualdades (Cardoso 2015: 32). Por lo tanto, es


36

indispensable que todos seamos críticos cuando nos encontramos frente a esta disposición

de roles o características en función del sexo. Los funcionarios, tienen un deber

fundamental al respecto, pues al ser los encargados de administrar justicia en estos casos,

no deben normalizar las situaciones, pues les restan importancia y actúan en contra de

manera parcializada al momento de resolver.

Es común que un alto porcentaje de las mujeres víctimas de violencia no denuncien los

actos perpetrados en su contra. En el año 2017, 1 de cada 3 mujeres no buscó ayuda y un

61% no denunció al agresor pese a tratarse de Es común que un alto porcentaje de las

mujeres víctimas de violencia no denuncien los actos perpetrados en su contra. En el año

2017, 1 de cada 3 mujeres no buscó ayuda y un 61% no denunció al agresor pese a tratarse

de casos de violencia grave; situación que se incrementa en 10% en el ámbito rural

(Hernández: 88).

Son diferentes los factores que impiden que las mujeres sientan la confianza de acudir a los

procesos correspondientes para hacer la denuncia. En algunos casos, esto se funda por el

temor a las represalias por parte de los agresores, pero existen también muchos argumentos

en contra de los funcionarios. Así, las mujeres deciden no recurrir a la autoridad judicial

por la falta de comprensión que estos tienen con ellas.

Algunas dependencias judiciales tienden a no proporcionar la ayuda necesaria. En muchos

casos, la reacción de los operadores de justicia y de la comunidad es una omisión respecto a

la intervención en estos problemas, ignorándolos, pues se sigue considerando que son

situaciones que pertenecen a la intimidad de la relación y las propias partes serán capaces
37

de comunicarse para solucionar sus problemas (Bermúdez 1998: 221). De esta forma, de

acuerdo con la CIDH35, los estereotipos presentes en los funcionarios impiden que las

víctimas de violencia puedan ejercer su derecho de acceso a la justicia, pues los operadores

de justicia consideran que los casos de violencia son un problema exclusivamente privado,

en donde las familias deberán mantenerse siempre unidas, y si las mujeres son víctimas de

maltratos, es porque ellas los provocan (2007: capítulo 02). Por lo tanto, los estereotipos

que manejan los funcionarios públicos representarán un problema grave, puesto que

influyen en sus prácticas y actitudes frente a estos casos, generando ambiente de

discriminación e indefensión en relación a las víctimas, justificando, en algunos casos,

actos de violencia, lo que mantendrá el status quo de subordinación que sufren las mujeres

(Cardoso 2015:36).

Un aspecto que llama la atención es que este fenómeno se encuentra enraizado de manera

sistemática en todo el sistema de administración de justicia; por lo que, mediante estos

estereotipos de género se mantienen vigentes y se continuará perpetuando la violencia en

contra de las mujeres (Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2001). En este

sentido, los funcionarios de los organismos del Estado, cuando resuelven estas

controversias, manifestarán directa o indirectamente los estereotipos de género que puedan

tener enraizados, impidiendo que las mujeres puedan acceder a un proceso judicial

imparcial; por lo tanto, es sumamente importante que cambien estas nociones que puedan

tener (CEDAW: 2014: 18).

Cardoso encuentra, en base a un análisis de diversas decisiones emitidas por los tribunales

internacionales de derechos humanos, la pluralidad de problemas que se puedan generar en


38

la administración de justicia al dictar decisiones basadas en estereotipos de género. Así, es

posible que exista inacción por parte de los funcionarios o una acción deficiente por parte

de estos al resolver estos casos, generando un amplio margen de irregularidades, vacíos o

pasividad, dilación indebida, falta de la debida diligencia, descalificación del testimonio

otorgado por las víctimas o espacios de revictimización (Cardoso 2015: 40). Por lo tanto, el

hecho de que los funcionarios tengan estos patrones interiorizados, será una desventaja para

las víctimas, pues sus casos no serán tomados en cuenta y se continuará perpetuando la

violencia en su contra.

En lugar de mostrarse comprensivos y preocupados por lo que le ocurre a las víctimas, los

trabajadores estatales tienen un trato frío o distante, falta de empatía y no se genera el

ambiente de confianza requerido para el caso en concreto; así, las usuarias son re

victimizadas al interior de los establecimientos al tener actitudes prepotentes y sobre

protección al agresor. Así mismo, manifiestan falta de voluntad para atender a las víctimas,

mala calidad, tienen actitudes machistas y normalizan la violencia ejercida en contra de las

mujeres (Bermúdez 1998: 74-76).

Asimismo, las investigaciones internacionales han demostrado que existe una fuerte

tendencia a la impunidad en estos casos, pues las investigaciones judiciales no cuentan con

una correcta investigación, sanción y reparación efectiva hacia las víctimas. Lo cual

significa que se incumplen las obligaciones que tiene el Estado frente a cualquier caso de

vulneración de los derechos humanos.


39

Entre los problemas existentes también se encuentran entre los estereotipos de género en

torno al fenómeno de la corrupción en la administración de justicia, chantaje o acoso contra

las víctimas, contexto de discriminación estructural por razones de género40. A pesar de

toda esta problemática, también son alarmante las actitudes machistas de los operadores de

justicia, quienes suelen incluir en su discurso la conducta previa de la víctima como causa

principal de los hechos de violencia. En ese sentido, las víctimas no van a querer pedir

ayuda de este sistema que tiende a culparlas por las agresiones o cuestionan su veracidad

sobre su testimonio (Defensoría del Pueblo 2010: 155 - 160).

Es por esta razón que la educación y capacitación a los operadores de justicia son

indispensables, pues son un acercamiento importante que tienen las víctimas para liberarse

de la violencia. Así mismo, se debe recordar que los procesos de violencia tienen una carga

psicológica muy fuerte que no puede desatenderse, pues el hecho de denunciar implica que

las mujeres hagan frente a muchos de sus temores. Por lo tanto, no se puede permitir que se

culpe a la víctima, sino se debe buscar ofrecer la ayuda correspondiente de manera

oportuna y eficiente.

2.3 Marco conceptual (USAR CITAS BIBLIOGRAFICAS)

Tal como se encuentra validado en nuestro ordenamiento administrativo, los actos

administrativos se presumen válidos. Por ello, desde el momento en que se dictan estos

producen efectos, en consecuencia, los particulares quedan obligados a cumplirlos. Estos

tienen la opción de cumplirlos voluntariamente. Sin embargo, en el supuesto que no los


40

cumplan, la administración puede imponer la ejecución de los actos administrativos, por sí

misma, de manera forzosa (ejecución forzosa).

El TUO de la Ley 27444 señala que los actos administrativos tendrán carácter ejecutorio,

salvo disposición legal expresa en contrario, mandato judicial o que estén sujetos a

condición o plazo conforme a ley (art. 203).

La ejecutoriedad del acto administrativo es la acción de oficio o privilegio de decisión

ejecutoria, esto es, la potestad de la Administración para llevar el mandato que el acto

incorpora violentando la posesión y la libertad personal del administrado.

En el presente trabajo, la ejecutoriedad toma relevancia en el sentido de que si bien es

cierto las medidas de protección se constituyen en instrumentos o herramientas jurídicas

que tienen los jueces para brindar protección a los grupos vulnerables víctimas de violencia,

se podrían considerar también como actos administrativos ya que emanan de un poder del

Estado y por ende deben cumplirse. Eb ese sentido podríamos remarcar que el concepto de

ejecutoriedad se define como la acción de cumplir y/o hacer cumplir las medidas de

protección que otorgan los jueces y que de su cumplimiento o no se podría señalar que son

efectivas o no.

Medidas de protección

Las medidas de protección son aquellas que se interponen en favor de menores, cuando

ellos se encuentran situaciones de peligro por diferentes motivos. Por lo mismo se requiere
41

que éstos sean intervenidos de manera inmediata por un juez, de modo que se pueda velar

por su integridad física o psicológica. Esto es muy común en casos de maltrato, abuso,

abandono y otros.

Las medidas de protección son decisiones que adopta el Estado a través de un juez de

familia para hacer efectivo el cuidado y protección de la integridad de las mujeres, niños,

niñas, adolescentes u otro integrante del grupo familiar, cuando son víctimas de violencia

en su contra. Así, a fin de salvaguardar los intereses de éstas, evitando el riesgo (personal,

social, perspectivas de género u otro) de los agraviados y el propio agresor, se dictan estas

medidas de protección, que también tendrán por objeto romper el círculo de violencia de

género (tensión, agresión y luna de miel).

Las medidas de protección se encuentran comprendidas en un auto o resolución final que

pueden ser modificadas o variadas de oficio o solicitud de parte según sea el caso,

conforme lo señala el art. 41 del DS 004-2019 MIMP, siendo dictadas por un juez

especializado ante la urgencia y necesidad de la protección y el peligro en la demora, así

como los criterios establecidos en el artículo 22-A del DL 1386 que modifica la ley 30364.

En esta misma resolución, el juez de familia puede pronunciarse sobre las medidas

cautelares y deben dictarse bajo apercibimiento de aplicarse las medidas coercitivas

establecidas en el Código Procesal Civil y el Código de los Niños y Adolescentes, sin

perjuicio de la comisión del delito de desobediencia y resistencia a la autoridad (artículo

37.4 del DS 04-2019 MIMP) y conforme a Ley son comunicadas a la Policía Nacional del

Perú u otras instituciones encargadas, a fin de garantizar su cumplimiento y eficacia.


42

Objeto de las medidas de protección

El objeto de las medidas de protección es neutralizar o minimizar los efectos nocivos de la

violencia ejercida por la persona denunciada y permitir a la víctima el normal desarrollo de

sus actividades cotidianas; con la finalidad de asegurar su integridad física, psicológica y

sexual, o la de su familia, y resguardar sus bienes patrimoniales, toda vez que la víctima

posteriormente enfrentará un proceso penal donde se va a enfrentar a su agresor y éste no

tenga seguir ejerciendo violencia en su contra.

El juzgado dicta estas medidas de protección teniendo en cuenta el riesgo, urgencia,

necesidad de protección y el peligro en la demora las mismas que deben ser basadas y

motivadas mínimamente en los principios e intereses de cada caso conforme se establece en

los doce numerales del artículo 22 del DL 1386 que modifica la Ley 30364 cuyos criterios

se encuentran en los señalados en el artículo 22-A de la normatividad antes señalada.

Las medidas de protección pueden hacerse extensivas a las personas dependientes o en

situación de vulnerabilidad a cargo de la víctima. Asimismo, en casos de feminicidio o

tentativa de feminicidio, se toma en cuenta a las víctimas indirectas del delito.

Vigencia de las medidas de protección

Con la anterior Ley 26260, los jueces de familia señalaban en sus resoluciones el plazo de

las medidas de protección. Ahora, con la Ley 30364, se indica que las medidas de
43

protección pueden ser sustituidas, ampliadas o dejadas sin efecto por los juzgados de

familia cuando cese el riesgo o la violencia que las originó. Es decir, cuando de los

informes periódicos sobre el cumplimiento o ejecución de las medidas de protección o

cautelares se denote que el agresor viene cumpliendo lo señalado (sometimiento a terapia,

prohibición de agresiones, alejamiento del hogar u otra medida), debiendo dejar sentado

formalmente que se está cumpliendo las medidas para solicitar una audiencia donde se

archiven las medidas de protección. Para esto, se debe citar a las partes a la audiencia

respectiva, comunicando inmediatamente su decisión de sustituir, ampliar o deja sin efecto

las medidas, a las autoridades respectivas de su ejecución.

Para ello, si es necesario, se puede llenar una nueva FVR, toda vez que los factores de

riesgo no son estáticos, sino dinámicos. Entonces, lo que antes fue un riesgo severo en otro

momento puede ser moderado o leve o viceversa, de acuerdo al seguimiento y desarrollo de

cada caso, que permita al juez saber si el riesgo ha disminuido o se ha agravado respecto a

la víctima.

Mujer

Persona del sexo femenino, también podríamos señalar que es el ser humano de sexo

femenino, independientemente de si es niña o adulta. Tiene diferencias biológicas con el

varón, como la cintura más estrecha, cadera más ancha y pelvis más amplia, diferente

distribución y cantidad de vello y tejido adiposo.

Grupos Vulnerables
44

Persona o grupo que, por sus características de desventaja por edad, sexo, estado civil; nivel

educativo, origen étnico, situación o condición física y/o mental; requieren de un esfuerzo

adicional para incorporarse al desarrollo y a la convivencia.

Los grupos vulnerables son aquellos grupos que por sus condiciones sociales, económicas,

culturales o psicológicas pueden sufrir maltratos contra sus derechos humanos. Dentro de

éste grupo se encuentran insertas las personas de la tercera edad, personas con

discapacidades, mujeres, niños, pueblos indígenas, personas con enfermedades mentales,

personas con VIH/SIDA, trabajadores migrantes, minorías sexuales y personas detenidas.

El concepto de vulnerabilidad se aplica a aquellos sectores o grupos de la población que por

su condición de edad, sexo, estado civil y origen étnico se encuentran en condición de

riesgo que les impide incorporarse al desarrollo y acceder a mejores condiciones de

bienestar.

Violencia de género

La violencia de género se refiere a los actos dañinos dirigidos contra una persona o un

grupo de personas en razón de su género. Tiene su origen en la desigualdad de género, el

abuso de poder y la existencia de normas dañinas. El término se utiliza principalmente para

subrayar el hecho de que las diferencias estructurales de poder basadas en el género colocan

a las mujeres y niñas en situación de riesgo frente a múltiples formas de violencia. Si bien

las mujeres y niñas sufren violencia de género de manera desproporcionada, los hombres y
45

los niños también pueden ser blanco de ella. En ocasiones se emplea este término para

describir la violencia dirigida contra las poblaciones LGBTQI+, al referirse a la violencia

relacionada con las normas de masculinidad/feminidad o a las normas de género.

Tipos de violencia

La violencia contra mujeres y niñas en el ámbito privado, es decir maltrato en el hogar o

violencia de pareja, puede incluir:

 Violencia económica: Consiste en lograr o intentar conseguir la dependencia

financiera de otra persona, manteniendo para ello un control total sobre sus recursos

financieros, impidiéndole acceder a ellos y prohibiéndole trabajar o asistir a la escuela.

 Violencia psicológica: Consiste en provocar miedo a través de la intimidación; en

amenazar con causar daño físico a una persona, su pareja o sus hijas o hijos, o con

destruir sus mascotas y bienes; en someter a una persona a maltrato psicológico o en

forzarla a aislarse de sus amistades, de su familia, de la escuela o del trabajo.

 Violencia emocional: Consiste, por ejemplo, en minar la autoestima de una persona a

través de críticas constantes, en infravalorar sus capacidades, insultarla o someterla a

otros tipos de abuso verbal; en dañar la relación de una pareja con sus hijas o hijos; o

en no permitir a la pareja ver a su familia ni a sus amistades.


46

 Violencia física: Consiste en causar o intentar causar daño a una pareja golpeándola,

propinándole patadas, quemándola, agarrándola, pellizcándola, empujándola, dándole

bofetadas, tirándole del cabello, mordiéndole, denegándole atención médica u

obligándola a consumir alcohol o drogas, así como empleando cualquier otro tipo de

fuerza física contra ella. Puede incluir daños a la propiedad.

 Violencia sexual: Conlleva obligar a una pareja a participar en un acto sexual sin su

consentimiento.

Violencia familiar

El término violencia familiar hace referencia a cualquier forma de abuso, ya sea físico,

psicológico o sexual, que tiene lugar en la relación entre los miembros de una familia

(Corsi, 1994). Como todo abuso, implica un desequilibrio de poder, y es ejercido desde el

más fuerte hacia el más débil con el fin último de ejercer un control sobre la relación.

Tradicionalmente, en nuestra sociedad, dentro de la estructura familiar jerárquica

actualmente predominante, los dos principales ejes de desequilibrio los han constituido el

género y la edad, siendo las mujeres, los niños y los ancianos las principales víctimas de la

violencia dentro de la familia.

El fenómeno de la violencia doméstica o familiar se ha convertido en las últimas décadas

en un asunto de máximo interés institucional y social atendiendo, principalmente, a razones

como su elevada incidencia y la gravedad de las consecuencias que de él se derivan. El


47

conocimiento real de la incidencia de este tipo de violencia se ve principalmente

obstaculizado por la gran ocultación social que tradicionalmente ha ido asociada al

sufrimiento de malos tratos por parte de una figura perteneciente al ámbito familiar.

Violencia contra las mujeres

La violencia contra las mujeres es cualquier acción o conducta que les causa muerte, daño o

sufrimiento físico, sexual o psicológico por su condición de tales, tanto en el ámbito

público como en el privado.

Se entiende por violencia contra las mujeres:

 La que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación

interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio

que la mujer. comprende, entre otros, violación, maltrato físico o psicológico y abuso

sexual.

 La que tenga lugar en la comunidad, sea perpetrada por cualquier persona y

comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución

forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones

educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar.

 La que sea perpetrada o tolerada por los agentes del estado, donde quiera que ocurra.
48

Medidas de protección según la Ley Nº 30364

Conforme a la citada ley, entre las medidas de protección que pueden dictarse en los

procesos por actos de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar se

encuentran, entre otras, las siguientes:

 Retiro del agresor del domicilio.

 Impedimento de acercamiento o proximidad a la víctima en cualquier forma, a la

distancia que la autoridad judicial determine.

 Prohibición de comunicación con la víctima vía epistolar, telefónica, electrónica;

asimismo, vía chat, redes sociales, red institucional, intranet u otras redes o formas de

comunicación.

 Prohibición del derecho de tenencia y porte de armas para el agresor, debiéndose

notificar a la superintendencia nacional de control de servicios de seguridad, armas,

municiones y explosivos de uso civil para que proceda a dejar sin efecto la licencia de

posesión y uso, y para que se incauten las armas que están en posesión de personas

respecto de las cuales se haya dictado la medida de protección.

 Inventario sobre sus bienes.


49

 Cualquier otra requerida para la protección de la integridad personal y la vida de sus

víctimas o familiares.

Policía Nacional del Perú

La Policía Nacional del Perú es una institución del Estado que tiene por misión garantizar,

mantener y restablecer el orden interno, prestar protección y ayuda a las personas y a la

comunidad, garantizar el cumplimiento de las leyes y la seguridad del patrimonio público y

privado, prevenir, investigar y combatir la delincuencia; vigilar y controlar las fronteras;

con el propósito de defender a la sociedad y a las personas, a fin de permitir su pleno

desarrollo, en el marco de una cultura de paz. Es una entidad adscrita al Ministerio del

Interior.

En el desarrollo del presente trabajo se considera importante desarrollar su definición en

razón de su importancia, ya que conforme a la Ley 30364, es el ente de llevar a cabo o

hacer que se ejecuten las medidas de protección dictadas por un determinado juez.

CAPÍTULO III: MÉTODO (APLICAR NORMAS APA)

3.1 Tipo de investigación

BASICA O APLICADA (Descriptiva-Explicativa ES NIVEL DE INVESTIGACIÓN)

FALTA RELACIONAR.
50

3.2 Diseño de investigación (COMO SE HARÁ LA INVESTIGACION:

EXPERIMENTAL O NO EXPERIMENTAL) DERECHO ES NO

EXPERIMENTAL TRANSACCIONAL

Documental y de campo

3.3 Población y muestra

Medidas de protección otorgadas (población) TOTALIDAD DE EXPEDIENTES

Medidas de protección ejecutadas (muestra) MUESTRA LOS QUE CONOCEN EL

DERECHO

3.4 Técnicas e instrumentos de recolección de datos

Técnicas:

Revisión documental (para enunciados normativos)

Entrevistas (para enunciados de carácter práctico)

Instrumentos:

Fichas de resumen (para la revisión documental)


51

Fichas de entrevistas (para la entrevista)

3.5 Técnicas de procesamiento y análisis de datos

CAPÍTULO IV: ASPECTOS ADMINISTRATIVOS

4.1 Recursos humanos

4.2 Bienes y servicios

4.3 Cronograma de actividades

ANEXO 01

4.4 Fuentes de financiamiento y presupuesto.

PRESUPUESTO AUTOFINANCIADO

RUBROS CANTIDAD COSTO/PRECIO TOTAL

UNIT. S/.
A) RECURSOS HUMANOS
Coordinador General 01 1,000.00 1,000.00
Asesor Principal 01 800.00 800.00
Asistente 01 450.00 450.00
52

Encuestador 02 300.00 600.00


Digitador/Tabulador 01 300.00 300.00
SUB TOTAL RECURSOS HUMANOS 3,150.00
B) BIENES
Material Bibliográfico 04 50.00 200.00
Material de Escritorio 01 150.00 150.00
Otros 01 100.00 100.00
SUB TOTAL BIENES 450.00
C) SERVICIOS
Movilidad local 50 10.00 500.00
Viáticos 04 100.00 400.00
Diagramación y corrección 01 200.00 200.00
Impresión 10 10.00 100.00
Imprevistos 02 50.00 100.00
Otros 01 100.00 100.00
SUB TOTAL SERVICIOS 1,400.00
TOTAL S/. 5,000.00

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