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La ofrenda gratitud debemos ofrecer, al Dios

todo poderoso Que bendice y proove.

Pero, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo,


para que podamos darte estas ofrendas
voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de
todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos
recibido.

venid con gratitud y traed sus ofrendas, y con


ellas sus corazones para aquel que todo lo
merece.
Cada uno debe dar según lo que haya decidido
en su corazón, no de mala gana ni por
obligación, porque Dios ama al que da con
alegría.

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