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UNI
BAS ET
Univercltåt Basel
Romsnlsche€ Semlnar
StapÍelberg 7-9
cl-H051 Basêl
índi.u
Àpertwa 7
Þãab; <þ bienvcaicla dc Gcrmrín coLÓN
Balaoce
1l
Prólogo por Yvette SÁNCHEZ
lDie Acta Romanica B¡sllie¡sia sind eine Publikation
Comc'uta¡io
des Romanischcn Semina¡s der Univcrsität Basel.
t7
Bernardo ATXAGA: Sob¡e los abecedarios
Cha¡ada
F"maodo VALIJ: Entre el orden y el cle'sorden alfabético:
Es ¡;ind weitere Fasziþl in ibe¡oromanischcr, italicnischer nnd Bernardo Atxaga Y Juan José Millás
19
Ellas
que atan
Ma¡co KIUNZ: Un abeccda¡io i¡tortextual: ¡Amores 77
Herausgebcr de Julián Rfos
C¿r¡los Alvar, Germ¿ln Colón, Robcrt Kopp, Gcorgcs lJldi,
Ottavio Lurati, Olivier Mllet, Maria A¡tonictta Terzoli Fuuciones 103
contcurporánea
ncarlce nUvfO: El alfabcto en la Utcratura csPañola
Gratwohl o GoYtisolo
Stephanic GRATIüOHL: El alifato cn Lçs semana:t
dcljardh
- de Juan Goytisolo.
111
Tfimng
119
Copyright @ Romanisches Somina¡ der Univenität Bascl 1999 LuisaF[JTORANSKY: EtogÍo y pasióo del alfabeto
ISSN 1022-6176
ISBN 3-907772-rG5 Iuveota¡ios
îr.i* SÜRI(I: ¿p de bagre o bella? A propósito de los argontinismos
delaletraB et )e Pe a Pø o de P¿ktn a Pørls de
LuisaFutoransþ
tn
Juicio final
r, s cu¿ntos del alfabeto: r¡n artificio
l"ra"i" c¿.srror¿xos MOYI\;
t47
hueco-
Kilomético L49
Wr:iære Excmplare si¡d zum P¡eis von SFr. 20.- c¡hältlich bei:
José Ma¡ía MÉNDEZ: Emesto cl embobado
Roma¡isches Seminar der Univcrsität Basel. Iberoromanistilc,
Stapfelbcrg 7/9, CH 4051 Basel
Telefon1141.67.267 72 60/Fax#41.6I .267 1286
Marco Kunz
Universídad de Basilea
Un abecedario intertextual:
,|tnores tpe atan de Julián Ríos
t Gertn¡dc Stein, To do, em Alphahets oid Birthdays (FreePort NY, Books fo¡
Libra¡ies Press, 1969), p.3.
z JuliánRfos;Amores quc otan (Madri4 Sin¡ela' 1995)'
78 79
por su amada, a la que relata, como si se tratara de vivencias couguistas, de un bibliófago mujeriego que podrfa deci¡ de sí mismo:
propias,
vidas ficticias leída:i en su biblioteca personal. "Yo con mis libros tengo bastanteu, de un polígamo fiel a sus mrlltiples e
incoudicionales amores que 1o atan no al hogar ni a.la câ¡na (a no ser
El alfabeto er; ra materia prima de ra que están hechos todos
ros que se trate de un "Alphä-BeÉ... Lecho de prosas"r), sino a las páginas
niveles del espacio noveresco: Ia toponimia metropolitana,
ra efímera impresas, y también, como escribió Ca¡los Fuentes, "a la vida, al sexo, a
actualidad periodística y'ras biografías literarias.
Más arín, ra percepción las palabras, a la imaginaciór¡ al sueño, al amor"a. Liga con sus bellas
de Ríos alfabetiza ,cl mundo semiótico: los objetos
r" u tu" de papel y letas en ediciones de la Pþade o en clásicos pingüinos y
letras del abecedari,o por su forma, .la homonimia ^"-E-u otras
de su nombre pasa con ellas largas noches de insomnio en comFañla solitaria Amores
asociaciones. Reconoce una J en un arañazo bajo
er ojo izquierdo der que atût es un honenaje a la Literatura con mayúscula y a la lech¡ra
narrador (p. 12) y unã o en la curvatura perfecta ae
us initls de una vorær, ylibidinos4 una confesión de fe a favor de una literatura
japonesa (p. 75), mienrras que la
e provoca la admi¡ación del mi¡ón literalmente litera¡ia cuyo espacio de referencia es mucho mris verbal
que exclama "euel rQ!', (gt. U2); en la superficie
de un lago tranquilo que material, una novela-p¡limpsesto en que, tras cada frase, se puede
''la silueta del somorgujo" parece una S (p. r27), y
arriba en er ciero una escouder otra, escrita por un autor distinto en una época lejana y en una
v es el "vuelo de lo¡¡ cisnes der ocaso" (p. r27), pero en otra oca.sión lengua diferente, p¡ssçdimis¡tos como la citq la alusión, la parodia y la
ra
mismaletra se convierte en el signo de la victoria fBp,
fia y 175); en reescrituras son moneda corriente en la economfa del despilfarro
un ba¡ de Barcelona" er narrador se encuenEa con una
mujer ,ihecha una intertextual de esta obra una y mríltiple ata,yez.
equis" (p. 201); la 'fsimboliza el destino de la par.ejaþ" ," separa
después de haber anclado "un Eozo de caminojuoto, y Es bastante improbable que existan en el mundo ancho y ajeno
tu"gã cudu uno s"
bifurcó. hacia Su mue-rte respectiva,, (p. 222); y la po"ã" muchos lectores que reoonozcan en seguida quiénes son todas estas
Z ,", tanto la mujeres cuyas hisûorias se vuelven a narrar en Amores que atan. N
imitación onomatopéyica der zumbido de un mosquito (p.
225) cortro un placer de las lech¡ras recuperadas del semiolvido se junta la pasión
rayo de Zeus o la f:irura deL Zono (p. ZZ7). El universo
de Rfos, el detectivesca de la brúsqueda de los numerosos indicios que Ríos escondió
Iiterario iguar que er empírico, está ileno de retras en
ras más diversas
variaciones- en su texto para facilitarnos la identificación incluso de las obras que no
conocemos. Cla¡o está que cada lector se orienta¡á de modo diferente en
Pero, hay más: el alfabeto funciona enAmores que
atantambién estajungla intertextual y que el efecto de Io "déjà lu" se producirá en
como principio estn¡cturador, pues ros veintiséis capftulos
llevan como momentos distintos según sus recuerdos personales. Para quien haya
encabezamiento, en vez de un núme¡o, una leEa, j"
f" e a Ia Z, pot leldo las novelas respectivas, resultará fácil saber de dónde proviene la
orden estrictamente arfabético y sin saltarse ninguna- Además,
åda C, asa prostituta irlandesa cuyo novio se pasa una mitad de su vida en
capítulo empieza po'la letra respectiva, y zu parabra
finar comienza por uua mecedora y la otra jugando partidas absr¡rdas de ajedrez con los
la del capítulo siguiente. Esta concatenación de anadiplosis
¿itera¿as se
convierte finalmente en un círculo con la rírtima parabra
der libro, 3 I¿ vída søual de las palabras, (lvfadrid, Mondadori, 1991), p. 47.
Iulirán Rfos,
idéntica a la primera: ángeles. Si, nomlalmente, determinar a
c,ráI es el Carlos Fucntes, "Baladæ de damas. 'Amores gue atan', las ¡ccrcaciones senti-
sexo de Ios ríngeles constituye un problema arduo que mentales de Julián Rfos", en: El Pats: Babelia,nim- 189, 3 de junio de 1995, p. 9,
da lugar a 5
sutilísimas disquisici'nes teológicas, en Anores que atarl l¿ reescritur4 abreviada y modificada, as la práctica inæræxnral o, mejor dicbo,
no queda duda: hipcrtcxtual más importanûe enAmores que arat.l¡s recrcaciones de Rfos son, cn lia
las criaturas maravil.losas que puebran ror págio* son, limpscstes, Pa¡is, Seuil, 19E2), hipertextos
sin exc"p"iór,,
mujeres, veintiséis heroínas procedentes de otras tantas mfq exacfFñetrte de trausposiciones, i.e.
novelas de la que les sirven de modclo. Sin embargo, en
literatura moderna, y las letras corresponden a ras iniciares contadela aquflahipertcxnralidad como una
de sus
nombres. El narrado'r de Rros recùerda, revive y rena,,a categorfa de tipo diferente de fa¡¡stextualidad.
sus historias Ademiis, en los textos de Rfos los Focedimientos hiper- e intertextuales definidos por
desde Ia perspectiva rJe un Don Juan rector seducido por Getrette se mezclan y se combinan dc una ûuner& que nos ¡ecuerda los lfmiæs de todo
sus presuntas
afán clasificador.
ðI
se llama la bella de
80 fntimos" (p.71), y si qüeremos erterarrios de cómo
tienen en
Nippon, basta fijarnos en 1o que las dos frases siguientes
locos de un manicomio, y también sabrá de quién habla el narrador al común:
preguntarse si la A era realmente lesbiana o si los encuentros secretos é un cigarrillo [...], pero aún no lo enciendo'
con gráciles muchachas en flor sólo eran el producto de su imaginación
il*" i cuco leiâulto de nuevo el copón de
.1" (p.72);
viciosa, o al huir a havés de Estados Unidos en compañía de la L, zu su
hijastra y amante, una nfnfula menor de edad que es todo menos se
tas
inocente, o cuand,) se deja someter por la w a humillaciones
genuinamente maso,quistas y nos cuenta, metamorfoseado en Gregor,
a veces a
pero no en cuca¡acha, cómo a latigazos su dómina le propinaba latigozos Como en el último ejemplo, los nombres se Prestan
juegos con expresiones españolas homónimas o semejantes: Ia O' ese
(p- 198). A los ofror;, que todavía no han tenido el placer de encontrarse
en las páginas de un libro con estas mujeres excepcionales, Rfos les ,", qo" después de vivir treinta años como hombre se quedó un
"*Àuno (¿o debeúa ya
ofrece una gr¿ur cantidad de claves que ayudan a resolver el dfa profrrndamente dormido para desperta¡se convertido
se netemorfosea
rompecabezas. No sólo cuent4 en versiones muy abreviadas, pero decir convertida?) en una mujer, en la versión de Rlos
ocaso eu Hyde
sumamente originales, los episodios nás memorables, mencionando además en gerundio: "Pero welvo al fuego de aquel
muchos no¡nbres de lugares y personajes secundarios, sino que también park, orlando de oro y sangre la tarde otoñal" (P- 118). La P, que el
imita diversos rasglos del estilo y
recuerda frases, formulaciones, na¡rador conoce durante sus vacaciones de verano en el Dümmersee'
recibe cte é1 el nombre de una princesa indiq y Para Proteger
su
metáforas y otros detalles ve¡bales.
sol' deja untar con Nivea
delicada piel contra los fuertes rayos del se
A veces va aúin miis lejos y nos ofrece la solución o una parte de
por su amante: "Ay, untalse bien' Reba¡1ando la lata' Poca' "'
untas antes
ella mediante juego,s de palabras con el tín¡lo o los nombres de Ias sf el del
so oariz aguileña" (P- 127). No el título de la novela'' Pero
heroínas y los escritores- Asi la N parece una ca¡fbal un poco en el episodio de
capltulo que Rfos escogió Para su reescritura se revela
surrealista que se come a su autor en fo¡ma de uu ,,flan bretón que ds ç¡mFor en las afueras de
U f, qo" tiene coino ãscena¡io una "casa
toqueaba nerviosa con la cucha¡illa" þ. lll). La X, que no resulta muy bei New
Nueva York" (P. 87), lo que en alemán es "Ein Landhaus
difícil de identificar, porque muchas posibilidades io hay, lleva ,,el pelo obra
revuelto, en bataille" (p. 202: el original dice simplemente "décoiffée,,;
Ygrk'. Hay casos en que se esconde en et gxto una alusión una a
distinta del mismo escritor, como en la historia de la Q' donde el
BataiUe, p. 86), mientras que el narrador pierde un poco el hilo ' na¡rador, "þ]aseando bajo la bóveda de cristal y palmeras ["']"' piensa
"mirando el azul del cielo" (p. 201). Tampoco es difícil adivinar quién o en la aventura con la
"eu otras palmeras más salvajes" (pp' 142-143)'
es la Y, que se encuentra con su ex-marido al pie del popocatépetl (p. quinto infierno'. (p.
V, que se convierte en un auténtico ',viaje al fin del
2l$ y guarda de su pasado hawaiano 'vagos recuerdos de [una] tzzj. No en todos los capftulos enconEarros tales indicios,
y a menudo
plantación debajo de.[ volcán" Gr. 210). El motivo epónime del libro de que el lector pueda darse
son demasiado crfpticos o discrebse para
origen de la G aparece reiteradas veces en el texto de Ríos como "fr¡ente que y gculta tras Ia
cuenta" sin saberlo ya, de quién es la protagonista
secreta que secreta vida" @. 59) y "fuente de la juväntud,' unas veces
@. 6l). En el letra respectiva Y nunca nos dan la información
completa:
capítulo F, el na¡rador pasa por la calle donde está la casa en
çe ,,vivió nosfaltaelnombredeella,yotrassenosocultaeldelautoroeltftulo
de uiño el distinguicto autor inglés Ford Madox Ford" þ. 48), y en el de
de la uovela.
la D, el nornb¡e del escritor y el título de la novela lucen en gra¡rdes
letras en un ca¡tel rle cine que anuncia la adaptación fflmica de esta
historia de los ricos :/ Ciuapos de Long Island, con Robert Redford y Mia
Fa¡row en los papetres princþales (p. 34). En honor de la etimologfa,
una llave es la clave de la I, más concretamente "una llave de Kyoto ---a
Kyoto key...- qur; abría una cajita japonesa de los secretos más
82 83
Aqu( sin emb,argo, me creo autorizado a desvela¡ el misterio sin N = Nadja: And¡é Breton, Nadja (1928)
hacer de aguafiestas, porque me imagino que pocos O = Orl¡ndo: Virginia S/oot, Orlando (L928)
leerán este a¡dculo
sin conocer el libro de Ríos. cada capítulo de,bnores que
atanexige del P =Pocahontas: Arno Schmidt, Seelandschafi mìt Pocahontas (L955)
lector la identificaciSn de una mujer, y lo diría en italiano
si hibiera
una sola compatriota de Antonioni entre las bellas de
letras del harén de
Q = Quentin: William Faulloer, The Sound od the Fury e929)
don Julián. Los autor,es son catorce anglosajones (seis americanos, R = Robin Yote: Djuna B attes, Nightwood (1936)
entre
ellos un exiliado nrso, cinco ingleses, dos i¡landeses y una anglo_ S= Sally Bowles: Christopher Isherwood, Gooitbye to Berlin (L939)
caribeña), cinco frairceses, cinco escritores de rcngua alemana,
no todos alemaues (drs son alemanes más o menos "'iqo" T = Tristana: Benito Pérez Galdós, Trìstana (l}g2)
renegados y ros otros
tres, digamos, austrjÈcos, pero de la Austria imperial de antaño). U = Ursula Brangwen: Daùid Herbert Lawrence, The Rainbow (1915)
Un
solo español y un jrrponés compretan er equipo. se trata de
hisiorias Y = Ylrgir¡ie: Louis Ferdinand Céline, Guígnol's Bønd (1944t64)
publicadas entre 1864) (Ia w) y 1959
eaz) quetienen como escenarios \il
las ciudades más importantes del mundo y de la riteratura: parfs, = Wanda: Leopold von Sacher-Mas och, Venw im pelz (1869)
Londres, Nueva York, Madrid, Dublin, Berlín, Viena, Florenciq X = Xénlq Georges Bataille, Le bleu du ciel (L957)
Kyoto, Zúnch y, prtr supuesûo, Dtimmerlohausen. He aquf la lista
Y = Yvonne: Malcolm Lowry, Under the Vobano (L947)
completa de las heroÍnas, con todas sus señas de identidad,
zu fecha de
nacimiento (i.e. la publicación del libro), sus autores y novelas: Z=ZazÌe: Raymond Queneau, Tnzie dans le métro (1959)
Ä = Albertine: Ma¡cel. proust,.4, la recherche du A fin de perder nuestra cohibición ante una obra tan sobrecargada
temps perdu (lgß_n)
de intertextualidad, podrfamos utiliza¡ la lista de las be.llas para aquel
B = Bonadea: Robert hvÍlsil, Der Mann ohne Eígenschsen (193O)
juego t"" pérfido llemado "humillación" que inventó un personaje de la
C = Celia: Samuel BecketÇ Murphy (I93g) novela Changing Places (1975) de David Lodgee: consiste en confesar
D = Daisy: Francis Scott Fiøgerald, The Great Gøtsby (1925) no haber leído un libro muy famoso, y por cada jugador que sí lo ha
por la fusión de dos palalSras que Lewis Ca¡roll bautizó ,'porünantealr 64), apuialada por Harry Haller, y tcrminando, tras rdraÌ b
words", pues desde Inrva se conoce Ia pasión de Ríos por los dichosos antecedentes, con la narr¿ción detallada del crimen (p. 69; Ies, p-
engendros léxicos compartida con Arno Schmidt, como la veneración de
228). Fn, la historia kafkinna de Kla¡q que se limita esencialmcæ al
capftulo tercero del intertexto modelo, toma un suoeso central como
Carroll y del autor de Finnegans Wøke: asî, cuando Pocahontas se unta
con Nivea la piel quemada por el sol, lo hace cui-uy-dadosøn ente (p. esÍmulo desencadenante y 1o desplaza al courienzo de su relato: me
I27), el silbido de una sneta es, evidentemente, PfeíIf! (p. 133), y et refiero a la sorprendente paliza que le da al narrador la muchacha
mim¡d¿ eu una mansión cerca de Nueva York. Con esta inversión, Rfos
amante se dedica también a ac¡obacias no-verbales de la lengua
angailingualinguando (p. 132) laocoontentlsimo (p. 130) en una
construye su versión alrededor del momento de mayor ænsión
prolongada cunnilingustac:ión (p. 130). IIay otros ejemplos llamativos: dramática y subraya asf tanto el impacto del tratamiento violento sobre
en todo el capítulo M nrr enconhamos un solo pr¡nto, sino uu flujo la psiçe del protagonista como la imporøncia primordial de este
episodio para la novela entera. El mismo procedimiento se aplica
caprichoso de palabras, lle¡o de fantasfas y recuerdos eróticos, como en
tarrbién, en el nivel macroestructural, a los pocos elenentos que Ríos
el monólogo de Molly Bloom, totnlmente carente de signos de
puntuación, al final de su novela i¡landesa muy larga aunque no dure toma de capftulos anteriores. En la primera frase del libro original, el
miis. de un día; la estr-uctuta de diario de la novela japonesa se refleja en
lector se entera de que el protagonista es un chico de dieciséis años a
quien los padres mandaron a América porque lo habfa seducido una
la cantidad de fechas exacüas que se mencionrin en el texto; el fetichismo
criada, que para colmo de la desgracia se habfa quedado encinta (Kafka
del admirador y esclavo ',,olunta¡io de Wanda repercute en el original
p. 9); Rfos espem hasta la cuarta página de su reescritura para ponemos
eu muchas descripciones drltelladas de la indumenta¡ia lujosa y lujuriosa
al corriente de estos antecedent€s:
de la heroína, manía que Jlíos aprovecha para relatar gran parte de la
"Tengo que recouocer gue a mis dieciséis años mi frimer viaje a
historia en forma de un catálogo de moda, enumerando los abrigos de
Américrera bastante inocente. Y sin embargo-fueya habfa sido i¡iciado
pieles, los négligés y vestirJos de satén y terciopelo de la belle dame søts no si¡ eficacia en el arte o artesanfa del amor por una criada casi veinte
merci, y especificando e¡L cada caso la situación en que los lleva para años mayor que yo" (p. 90).
excita¡ el dulce dolor de su esclavo. De esta manera, la linealidad del relato de Kafka se convierte en
Sin embargo, a pe$ar de cierto mimetismo formal en algunos Amores que atan en un movimieuto circular o espiral alrededor de un
capítulos, Rfos no pretende escribir unos pastiches sistemáticos ni centro constituido por el punto culninante del original.
respeta el orden de la naración, lo que.no significa çe procede por A veces Julián Rfos induso completa los textos con conocimientos
reconstmcción de la suce*íón cronológic4 como lo ha¡Ía un simple suplementarios, por ejemplo, sob¡e el autor y la génesis de la obra: en el
resumen. AI contra¡io, en varios capítulos invierte por completo el capltulo D nos dice que los lugares ficticios en Long Island, West Egg y
orden de hechos relatados con perfecta cronología en el original. Asf, East Egg -por una vez, Rlos se propone contar la historia ab ovo (p.
por ejemplo, la primera frase de Julia en Ia versión de Rfos ("Je 32)-, se llaman en realidad Great Neck y Glen Cove, información que
regardais seulement [...] I was only looking": p. 79) se encuenEa en las no se da en la novela de Fitzgerald, pero sf en los prólogo5 a las
últimas páginas de After Leøving Mr Møckenzie (Rhys, p. 133), ediciones críticastt. O nos informa sobre el escenario de la historia
mientras que Ia descrþción del cuadro de su habitación de hotel ba¡ato mencionando a menudo nombres de calles con una precisión ausente en
@hys, p. 8) es proyectada del inicio al final þ. 86): la novela de Jean los hipotextos- En su versión de Venus im Pek enumela diversos
Rhys relata las etâF¿ìs del descenso progresivo de una mujer; Rfos, en cuadros con rcpresentacioncs de Judith y Holofernes que el pobre
cambio, presenta un visiórr retrospectiva de los hechos enfocados desde
Ia situación desastrosa a la que han conducido, como lo hace también en
su reescritura ðe Der Steppenwolf, dando e'llf attemás una estructura
tt Loi Greø Gatsby coinciden en idcntificar'West Egg con
GreatNecþ que East Egg concsponclc a Manhasset Neck, lo que
circular al relato empezarrdo por la visión del cadáver de Hermine (p. prob
es más Rfos.
90
9l
Gregor hubiera podido contemplar en los museos de Florencia; Sacher- es una rosa es una...": p. 41), Swift ("Hyhnhnn!!!": p.223) o de las
Masoch, en cambio, sólo le concedió el placer de ver la "Veuere dei palabras de Una.muno a Millán Astray ("Venció ella, pero no me
Medici"I2 @íos, p. 193, Sacher-Masocb, p. 104). O bien lleua los huecos
convenció": p. 60), y me paro aqufir para no abnrma¡ al sufrido lector.
donde el original se muestra elíptico o reticente: as( en Nadjø to l'eemos
nada más que "[i]l est impatientant de la voi¡ lire les menus à la porte En algunas ocasiones incluso se crean palimpsestos de dos niveles-
des restaurants et jongler avec les noms de certains mets" @reton, p. De Orlando, Rfcis recuerda en una sola frase dos sucesos del primero y
l?2); y mientras que el narrador original se aburre, Ríos se divierte del rfltimo capíhrlo: por un lado, aquel invierno tan frfo de principios
divinamente haciendo malabarismos gastronómico-verbales en dos del siglo xvII en que la protagonista (o entonces todavfa tendrfamos
Ienguas (p. 110) y desarrollando así posibilidades latentes del texto que decir eI protagonista) se enamor6 de una princesa nrsa al verla
modelo.
patinar sobre el Támesis helado, y, Por otro, el reencuentro con la
traidora en un gfan almacén londinense en un momento poco anterior al
La iutertextualidad en Amores que atan no se agota en la presente de la enuuciación del relato. Esta combinación de memoria y
reescritura abreviada de las veintiséis novelas, sino que se manifiesta
actuatidâd eD una sola estructu¡a sintáctica'se exPresa a través de la
también en numerosas referencias a otras obras. Encontramos citas parodia (en el sentido muy restringido que Genette da a este término)ts
literales o paródicas, p. ej., de Bioy Casares ("mi apasionada buscaba
del comienzo de una célebre novela de Ga¡cfa Márquez:
también el placer con un chico guapo llamado Morel. ¿Invención, lo de
Morel?": p. l2), Dante ("abandoné toda esperanza al entrar en casa": p.
2l; "Entad. y abandonad toda esper...": p. 100; "NeI mezzo del
ca¡nmitr,..": p.222), el libreto de Don Giovannits, I-eopardi ("Che fai þp.L2L-r?2).
tu, luna, in ciel?": p. 165), Poe ("Lady into Raven. Nevermore": p. Más sofisticada es la doble intertextualidad en el párrafo inicial
134), Robbe-Grillet ("como si la hubiera encontrado el año pasado en del capínrlo Z. En una serie de asociaciones libres se pasa de la
Ma¡ienbad": p. 163), Sartre ("llegarfa a desarrolla¡ una teoría cebollina onomatopeya 7-2..,, que imita el zumbido de un mosquito, a diversos
digamos- para pelar el ser o no ser y la nada": p. juegos con términos entomológicos, para finalmente evocar un
-<<oniontológico>,("Unsex ,'que querla picar a la pícara pecorita belga que
59), Shakespeare me here": p. 165), Gertn¡de Stein ("Una rosa malicioso tábano
acabábanos de encontrar perdida en el metro de Picadilly' ["'] Yo
t2 I¿ intertextual intenté ponerle las manos ante la cara, para espantar al tábano, que
Ríos recurre tanto al
como a asociaciones acabó picándome" (p. 225). Mientras que, en los veinticinco capítulos
varios ensayos de Ia restantes! un suceso de este tipo tendrfa una coresPondencia exacta en el
92), y
Saura
ìúltin¿
obra de ficcíún, Monstruario (I999),la pintura desempeña un papel principal, superior
en importancia a la intertextualidâd litsraria.
13 Se cita con paficular frecuencia el "dueftino" de Don Giova¡ni con Zerli¡¿ en Ia
libro modelo, aquí buscamos en vano algo que se le parezca en el Parfs era el metro, pero una huelga habfa inmovilizado los trenes y
intertexto. El misterio del tábano se resuelve si mira.mos de cerca la cerado los accesos a los andenes subte¡ráneos. Cuando en las últimas
expresión que presenta el flechazo del amor como la picadura del lfneas su madre le preguntó, "T'as vu le métro?", la niña contestó que
insecto, del dulce Cupido tábano o, para decirlo en francés, del "Doux no, y cuando aquélla insistió, "Alors, qu'est-ce-que t'as fait?", sólo
Cupidon taon" (p. 225). En la cadena de fonemas que constihryen el respondió con un lacónico "J'ai vieilli" (Queneau, p. 189). Ahora, en
la curiosa palabra-frase
sintagma /dukypid5rô/ reconocemos frácilmente Amores que atan,Tane despachaen Pocas palabras su estancia en París,
inicial de Zazie dqns Ie métro, ese inolvidable "Doukipudonktan" que constituyó la trama comPleta de la novela original: "Le pregunté si
/dukipydSkm/ (Queneau, p. 9) con que el do de Zazie se quejq en argot habla estado en Pa¡ís. Sólo tres dfas. Y Parece Ere con viejos
parisino, del mal olo¡ de sus compatriotas. Un simple tn¡eque de dos nuevamente. Nos explicó con una sola palabra lo que hizo: Envejecf' (p.
vocales más la
añadidura de uua oclusiva son sufi.cientes para 232). En la versión de Rfos, el na¡rador la hace visitil la ciudad,
transforma¡ al diosecillo del amor en si¡ónimo de pestilencia, y llevándola en metro a los sitios turísticos más concurridos, como el
viceversa. Se trata de una técnica que Ríos describe en uno de los museo de Mme Tl¡ssaud o el jardín zoológico, y relata su itinerario,
ensayos de Álbum de Babel al hablar de la doblez del lenguaje en La zigzagueante como la Z, pot la red del meüo londinense' en un texto
obra de Raymond Roussel, gran explorador del "ctculo mágico de las fragmentado y estnrcturado por los nombres de las estaciones- Asf, la
palabras homónimas, de las frases-bumerang que regresan al punto de infidelidad al orþinal se debe a la motivación noble de cumplir el deseo
partida con una letra carnbiada"r6. El mismo Roussel explicó en su libro de una niña, favor que no le concedió su cruel padre liærario.
Comment j'ai écrít certaíns Qe mes livres q'trc escribió algunos de sus
Amores que atarl constituye temática y estéticamento una unidad
textos partiendo de una frase inicial que, ¡¡edifisada ligeramente, con
nada más que pequeños cambios fonéticos y una segmentación diferente
plural: el dinamismo centrffiigo de las mriltiples historias es
contra¡restado por la cohesión formal y semántica que le confieren al
de la cadena fónica, adquirió un sentido nuevotT. Rfos hizo exactemeute
libro, por un lado, la permanencia inquebrantable de la misma pasión
por la literatura y la mujer ausente, objetos de deseo y nostalgia
Io mismo con el incipit de la historia de 7nzie, rindiendo de esta manera
congenial un homenaje al escritor francés.
fusionados en la lectura/ escrihrra libidinosa, Y, por otro, el marco
En este ¡lltimo capltulo, Ríos se permite unas licencias inusuales narrativo en que se inserta¡ las veintiséis versiones de novelas. Es
en su libro: traslada la historia a otra época, acercándola aI momento verdad, como escribió Mauro Armiño, que
actual, y la sinía en un lugar distinto, sustifiryendo Parls por Lond¡es.
Zazie es ahora una niña que se pierde en la capital británica adonde ha
venido con sus compañeras del coro del colegio a vivir sus aventuras en
Inglaterra completamente diferentes de sus andanzas parisinas; pero
diversos episodios y detalles análogos garantizan el efecto de
Miss Rose..."tt.
reconocimiento, p. ej., la compra de vaqueros Gr. 230) y su pasión por
la cacocalo (p. 225). En el original, lo rfnico que Tazie quería ver en La fragmentación no es incompatible con la irniaa¿ de la obra'
Pa¡a Juan Goytisolo, "Julián Rfos engarza historias e historietas como en
¡6 Julirán Rfos, "Raymond Roussel o la ñ¡erza de las palabras", ent: .Ãlbwt d¿ un collar de cuentas e invita al lector a desgranarlas como un devoto
Babel @arcelona, Muchnih 1995), p. ?A. rosafio,'re. Después de haber desgfanado estas cuentas que son cuentos,
t7 Cf. Raymond Roussel, Comnent j'aì écrt cenaíns d¿ mes lívres @aris, Jean-
Jacques Pauvert, 1963), pp. I l-35. En el ensayo citado en la uota anterior, p. 27, Rfos
explica cómo Roussel descompuso la cadena fónica del verso "Un vase tout rcmpli du 18 lvfauro Armiño, "Repertorio de larvas", enz El Pals: Babelía, nrfm' 189' 3 de
vin de I'espérance" , del Napoléon I/ de Victor Hugo, y obtuvo las palabras "sept houx junio de 1995, p.9.
rampe lit...Vesper" (cf. Roussel, op. cit, p. 22) que eu el episodio de ìg
Haendel en Imp r e s sioru d'Afrique. Juan Goytisolo, "Amores que atann, cn: Cogítus intemtptus @arcelona, Seix
Banal, 1999), pp. 242-244, irto P. 244.
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convendría ¿þs¡¿ exeminar un poco más deteni¿ramente el rosario
(¿Me harás de verdad esperar todo un mes para decidi¡ si welves o no a
mismo. El marco narrativo, aparte de su fi¡nción estructurante y
mi lado?)" (p. 18). Gracias a las mrfltiples alusiones a hechos horribles
unificadora, contiene informaciones que permiten identifi.ca¡ aI
de la actualidad, referidos en los periódicos22, es posible indica¡ la fecha
narrador y a su narrataria y fechar con suma precisión el presente de la
exacta de cada capíhrlo consultando el Times (y, los domingos, el
enunciación del ¡elato, es decir, eI momento en que, dentro del mundo
Sunday Tímes): la correspondencia no correspondida empieza el
ficticio, fueron escritas las ca¡tas de amor. Además, diversos motivos
viernes, 5 de julio, continúa hasta el lunes 29 al ritmo frenético de una
recurreDtes del ma¡co (los ángeles, la rosa y el gato) funcionan como
carta diaria, y termina el viernes, 2 de agosto (ella le mandó un
emblemas que defi.nen tres isotopfas que corresponden a estereotipos de
telegrarna para anunciarle su llegada en la fecha indicada: p. 235)' tras
la descripción de la belleza y otras vi¡tudes femeninas, tópicos presentês
una intemrpción de tres dfas que el narrador pasa viajando en metro
a lo largo del libro en los más variados avata¡es.
por Londres y recordando, en medio del mundanal ruido, los sitios
La identidad de la voz que habla y de su destinata¡ia no es un donde estuvo con ella (y con Tazie): "Necesitaría mucho más de un mes
secreto para los lectores de las obras ante¡iores de Julián Rfos: se trata para recorrer todos nuestros lugares comunes. Zigzag..., por todo
de la pareja formada por Milalias y Babelle, personajes que aparecieron Londres, por tantos sitios nuestros, desde hace tres días. Desde el ma¡tes
ya en Larva y que, en los ensayos dialogados de I¿ vida sexual de los pasado. Pero sin escribife" (p. 228). El acontecimiento más importante
palabrøs, discuten con el Herr Na¡rator sobre literatura y pintura al que se alude reiteradas veces es la guerra de Chipre que tuvo sus
modernas. El narrador se llama ahora Emil Alia (p. 128), nombre cou momentos más dramáticos con el golpe de la Guardia Nacional contra el
que figura ya en el "d¡amatis personae" de La vída sexual de las arzobispo Makarios (cap. L, p.lO2, martes 16 de julio de 1974)zr y los
pøIabras: allí se indica también su apodo de Milalias y se le sarifis¿ ds bomba¡deos turcos, p. ej., de Famagusta (cap. R, p. 149, lunes 22 de
"lector maduro", mientras que Babelle es una lectora joven- En Amores julio) o Ka¡avas (cap. Z, p.227, viernes 2.de agosto). En cuanto a
que atan, Ia destinataria de las cartas se muestra digna de su nombre España, aparte de las rfltimas novedades sobre los achaques del caudillo
nunca pronunciado, pues cumple ,,misiones babélicas,, ("el generalfsimo Franco con flebitis en la pierna derecha": cap. J, p'
profesión de intérprete o se transforma en la bnrja Babel
þ. 63) en su
11g). Cr. 61; jueves 11 dejutio) que hicieron inevitable su hospitalización el 9 de
Du¡ante un meq Emil Alia le escribió a su amada ausente julio de 1974, F;mil se entera de los procesos contra los jóvenes
veintiséis ca¡tas sobre el papel de un bloc de Belles Lcttres (pp. 174, "anarquistas" Oriol Solè Sugranyes y José Luis Pons Llobet, condenados
222,237), marca registada, y, segfn decla¡a al final del libro, decidió el 24 de julio, hecho que recuerda unos dfas después al narrar su
pasarlas a máquina casi veinte años despuás (p. 237), o sea,
irunediatamente antes de la publicación del libro de R:loszo. En un
primer acercamiento a la fecha de la acción del ma¡co narrativo,
podemos basamos en diversos indicios obvios para situar el presente de
la enunciación entre L97 4, año en que salió la pelíc't a The Great Ga*by
de Jack Claytou, mencionada enAmores que aÍ(m como novedad en la
cartelera (p- 34), y noviembre de 1975, pues Franco vive todavía. El
mes es julio, como se dice ya eu el capfhrlo A: "[,. .] en julio el que no
miente, se hace el durmiente... Julio es un mes más cruel que abril [zr].
Sjgtpo.r supu€sto, uo me auroriza a decir que Juliá¡¡ Ftlos escribió funores que
atan e^ 1974, sino únicamente quesun rdorredãctó las cartas o aquel año.
2t Rlos juega con el famoso incipit del pæ.ma The Wastc I-qd de T.S. Etiou
"April is rhe cruellest month, breeding/ Lilacrout of the dead laud, mixing/ Memory
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encuentro con Xénie: "un montón de aios le acaban de caer a dos
del texto original. Emil, ahora que echa de menos los suspiros de la
arnada que, como Albertine, lo excitaba susurrándole al ofdo "Ah! tu me
mets aux anges..." (pp. 12 y 14), se la imagina en un congreso en I-os
Ángeles (p.26), como si la sinoninia de las palabras pudiera sompensar
Iaausenciadel cuerpo. Las mujeres angelicales de Rfos lo suelen ser ya
un tifón devastó la costa oeste de Japón (cap' C, P'TI, dsmingo 7
de en sus novelas de origen. Bonadea surge en el texto como una aparición
descendida del cielo en las primeras palabras del capftulo B, donde el
narrador mira embelesado a la "þ]ella sama¡itana con expresión de
ángel inctinada sobre [él]' (p. 21; Musil: "eine Dame beugte sich mit
engelhaftem Gesichtsausdn:ck über ihn"; p. 28). Robin Vote, en cambio,
naturaleza, Ríos nos recuerda en qué tiempo y en qué mundo
de corresponde a la imagen del ángel ambivalente, bisexual, humano y
horrores nacieron las veintiséis heroínas de su libro çlue' Para Ca¡los animal, femenino y varonil a la vez, y se describe mediante una
Fuentes, son referencia al arte: "¿Ángel o bestia?: su corto cabello cla¡o le cafa en
de Sarns4 las novias latentes de unos rizos de querubfn de Renacimiento sobre el fino a¡co de la ceja
chc Por las calles de Sarajevo, a la
la CIA en las fronteras del'terror' Ia izquierda [...]" (pp. L45-146; Barnes: "herpale head, with its short hair
fuga, ta migración...",
growing flat on the forehead made still nrurower by the hanging cuds
nlmost on a level wittr the finely arched eyebro\ils, gave her the look of
y son cherubs in renaissance theaúes"; pp. 6+65). En el idiolecto de Sally, el
o salvaloû del horror, tópico ha sufrido una considerable inflación de su fuetza valorativa,
la historia, el menos
del bieu, acercanos pues se aplica tanto a su jovencita "herrnana angelical de diecisiete
abriles llamada Betȡr" (p. 156: Isherwood: "Sally had one sister, named
tanto a las derrotas del mal"ã.
Beffy. 'She's an absolute angel [...]'; p. 44) como a su patrona Frau
De las tres metáforas estereotipadas más frecuentes de la Ka¡pf (p. 155), igual que Sally lo hizo ya, en su alemán chapurreado, eu
posición
descripción de la mujer, la comparación con un ángel, dada su la obra de Isherwood ("Frau Karpf, Liebling, willst Du sein ein Engel
prominente al principio y aI final del libro, funciona cual denominador
und bring zwei Tassen von Kåffee" tsicl; p. 39). Las diferencias entre
iomún de todas las mujeres en Amores que atafl. La isotopfa angelical los ejemplos muestran que las diversas va¡iantes del motivo angelical
presenta a la mujer como criatura celestial y etérea\ más mltica
que feal,
provienen de todo el campo semasiológico, que abarca tanto lo sublime
del
iO"ul fi"ti"io dotado de una belleza sobrenatural, objeto inalcanzablg como lo trivial.
deseo, Pero también como ser andrógino, de sexo indefinido'
abyecta Los otros dos tópicos recurrentes, la rosa y el gato, no son menos
moralmente ambiguo entre Ia bondad infinita y la cnreldad más
a veces frgura materna y otras diabólica El motivo aParece' en esrl ambþos, polisémicos y plurifrrncionales que los ángeles. La rosa,
en juegos sfmbolo antiquísimo de la belleza y del amorø fugaces, posee espinas
mezcl?'tan típica de Rfos, de lo lúdico con la intertextualidad,
agudas (a su amante sumiso, la sádica'üranda le cn¡za la cara con un
plurilingües y en citas o frases constn¡idas a base de las formulaciones
rnrno de rosas tojas, p, I97, perversión que no se le ocurrió al tan
de inventivo Sacher-Masoch), mientras que en el gato se combina¡r las
otr
zala¡nerfas y la suavidad de un ser delicado (p. tj. Sally "acumrcada
v
25 Carlos Fuentes , oP. cit-' P.9. no es sólo la vecina del narradoç sino
(MLrs cs homónimo dcl verbo to miss)
99
3l Rafael Conte, "Amorcs que atan", elc. ABC atlaral, urfm- lB7, 2 de jrmio de
1995, p. 11.