Está en la página 1de 2

¿OPTIMISMO vs. PESIMISMO?

¿Es mejor ser positivo o negativo ante algún suceso?

Yo creo que es mejor ser positivo ante cualquier suceso, lo cual te hace mirar la situación algo mejor de lo que puede
suceder, porque si no pensaríamos que es algo muy malo y acabaríamos entrar en depresión, la cual está relacionado
con estos casos.

El positivismo está estrechamente relacionado con la fe y la confianza en sí mismo. Creer que todo nos va a salir bien,
no es cosa sencilla, ni tampoco asegura que así sea, sin embargo, nos llena de convicción y fuerza interior para
intentarlo.

Además, el optimismo está relacionado con las personas las cuales creen que el caso más óptimo es al cual se va a
llegar; en otras palabras, si se toman en cuenta todas las posibles situaciones, sólo la mejor de ellas es considerada
como fácil.

Pero, el pesimismo sólo tiene en cuenta los peores resultados y situaciones en la vida, es aquí donde uno suele caer en
un círculo vicioso de desdichas, atraídas principalmente, por la predisposición al fracaso.

Yo por eso creo que es mejor afrontar el futuro de una forma positiva, ya que escuchar un ‘‘¡Nada me sale bien!’’, ‘‘¡No
entiendo porque los demás pueden y yo no!’’ o ‘‘hay otros mejores que yo’’ eso destruye los sueños de cualquiera.

Y esto al final lo que pasa es que no vayas con ganas a salir de casa, o poder conseguir tus propias metas las cuales, solo
por no volverlo a intentar no sabes que te sale de verdad bien o puedes hacerlo.

Todos en todo podemos rendirnos porque nadie nace enseñado, pero hay que ser constante y seguir intentándolo,
porque así aprendemos de ellos y podemos ver los fallos para no volver a tropezar con la misma piedra.

Que no niego la posibilidad de que vuelva a tropezar cualquiera con la misma, pero por lo menos al aprender de forma
positiva podemos sufrir menos porque es todo un auto superación.

Básicamente, mejorar nuestras vidas depende únicamente de pequeños cambios en los actos más cotidianos, y es que
en nuestras actividades, continuamente estamos expresando lo que sentimos, así sea para nosotros mismos, con
nuestros pensamientos. Pues bien, cambiar algo tan simple como la respuesta a: ¿Qué tal? ¿Cómo se encuentra hoy? Y
responder con un: ¡MUY BIEN! ¡EXCELENTEMENTE! Y ¡MEJORANDO!

Hacemos que la comunicación consigo mismo sea mucho mejor, con el objetivo de aumentar la auto-confianza y la
auto-estima. Cosa que veo muy esencial en la vida, porque todo este tema puede derivar a la tristeza y en casos muy
extremos la muerte de personas, que todos valemos en todo este mundo, porque nadie somos más fuerte que otras
personas y esto lo podemos ver en muchos deportes, como el rugby, nadie es excluido y tendrían que seguir muchos el
ejemplo de compañerismo, para que nadie se sienta discriminado, como por ejemplo el futbol.
Estoy muy de acuerdo con Marta Cantero, lo que dijo en Cadena SER:

‘La realidad no invita desde luego al optimismo. Pero tampoco ayuda levantarse cada día con la sensación de que nos
asolan las siete plagas bíblicas. Conviene ver algunas de las luces que anuncian el final del túnel, para evitar que además
del virus nos contagiemos la depresión. Y de ese pozo, como todos sabemos, no se sale con vacunas.’

En este caso podemos ver si ver ‘el vaso’ medio vacío o medio lleno.

Podemos ver la parte vacía como las malas noticias que nos dan la televisión, respecto a este caso del COVID-19, pero si
vemos la parte medio llena la cual suele ser mayor, aunque cueste verla. La cual abarca, que nuestros familiares aún
están con nosotros, que tenemos gente que nos apoyan como nuestros compañeros de clase. Que aunque sea poco la
ayuda, pero para esa persona que lo puede pasar mal, ayuda mucho saber que tiene gente con la cual son como ellos o
desiguales, pero que estarán ahí para tenderles un brazo y no dejarles caer en el pozo.

Pongamos un ejemplo para ver un caso de optimismo:

Supón que vas al médico y te diagnostica un cáncer. Te dice que es curable, pero también que hay quien muere de eso.
Tienes la opción de pensar que te puedes curar, y afrontarlo con serenidad, pero también la de creer que tú serás una
de las personas que no se cura.

¿Cuál elegirías tú en este caso? ¿No te gustaría curarte de esa enfermedad?

O cuando mismamente vimos que bajábamos de la cifra de muertes al día sobre el COVID-19 también es otra cosa
optimista hacia la gente que tiene miedo.

Esto es lo que dice Alejandro Tovar en El País:

El pesimismo resulta mucho más habitual. No hay más que poner la oreja en cualquier conversación ajena. En bares y
restaurantes, en buses y metros. Da lo mismo.
[…]
Decía el historiador Deirdre N. McCloskey que, “a la gente le gusta escuchar que el mundo se va al infierno”. Y es cierto
que el optimismo se vincula en ocasiones a la inconsciencia, por un lado, al entender que no es necesario hacer nada
puesto que todo va ya lo suficientemente bien.
Lo mismo ocurre, por ejemplo, con los críticos culturales: el que arrastra por el suelo al texto suena más inteligente que
el que afirma haber disfrutado. O con el dinero: Un inversor optimista suena inconsciente, mientras que uno pesimista
se toma como perro viejo basado en mil batallas.
Así que podemos sacar como conclusión que merece la pena ver la vida de forma optimista y que no nos dejemos que
nadie nos quite la autoestima. Porque no todo es malo.

También podría gustarte