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El fuego entre los labios

Nueva poesía mística argentina

Jorge Oscar Bach, Sergio Lizárraga, Fernando


Matiussi, Oscar Perdigón, Rafaela Pinto, María
Antonia Sassi, Claudio Simiz, Claudia Vázquez

Sergio Lizárraga y Claudio Simiz, editores

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El fuego entre los labios : nueva poesía mística argentina / Jorge Oscar
Bach ... [et al.] ; compilado por Sergio Gabriel Lizárraga ; Jorge
Claudio Simiz. - 1a ed revisada. - Banfield : R y C Editora, 2018.
124 p. ; 20 x 14 cm.

ISBN 978-987-1991-60-0

1. Poesía. I. Bach, Jorge Oscar II. Lizárraga, Sergio Gabriel, comp.


III. Simiz, Jorge Claudio, comp.
CDD A861

Queda hecho el depósito que marca la ley 11723


Impreso en Argentina
Reservado los derechos, tanto para TV o adaptación cinematográfica.
Ninguna parte de esta publicación, incluído el diseño de la cubierta, puede ser
reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna, ni por ningún medio, ya sea
electrónico, químico, mecánico, de grabación o de fotocopia, sin la autorización escrita
del titular del Copyright.

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PRÓLOGO
“No te hallaba yo, Señor, por fuera, porque mal te
buscaba por fuera, a ti que estabas dentro”. (San Agustín)

Según Santiago Kovadlofff, la palabra intimidad remite a esa


región espiritual y a ese modo de contacto en los que damos a
conocer, no exactamente lo que pensamos sino, más honda y
ampliamente, lo que somos. San Agustín, el gran descubridor
de la intimidad, la define por la característica de dialogar y
entrar uno en uno mismo; homologándola al alma y a lo
espiritual.

San Agustín se da cuenta de que cuando el hombre se queda


en las cosas exteriores se vacía de sí mismo: “no vayas fuera, en
el hombre interior habita la verdad”. Piensa que, cuando el
sujeto se queda en lo exterior, se vacía de sí.

Según la espiritualidad cristiana, existe una intimidad que debe


ser hallada en la oración y otra que se encuentra en la Palabra
de Dios, ambas conducen al hombre a una particular
experiencia de silencio, que no significa una renuncia a la
palabra sino más bien, un nuevo modo de concebirla. El
hombre que calla, se convierte así en una nueva Betania presta
a hospedar a Aquel que nos habita en una interioridad arada
por silencio orante.
La poesía mística está signada por esta intimidad y este
silencio, por la carencia de un lenguaje suficiente para dar
cuenta del hambre y sed de un Amado a quien el alma reclama
a cada instante, y que lleva al místico y al poeta a adentrarse,
porque el Deseado se encuentra en las huellas que deja en

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toda alma. La particularidad de la experiencia poético-religiosa
consiste también, en la manifestación de un éxtasis de tipo
místico o en la afirmación del pensamiento y del lenguaje ante
la ausencia de lo sagrado y que lleva a su vez, a una
experimentación con la materia del lenguaje.
Viel Temperley, Fijman, Bernárdez, Mujica, Solinas, Biagioni,
Bustos, son nombres valiosos en la poesía mística argentina,
algunos no plenamente integrados aún en nuestro canon
literario. Poetas que abrazan la fe por sobre la seductora
ilustración, o que toman las estructuras de la poesía teresiana y
sanjuanina, para huir de la fugacidad de la vida física, y sin
abrazar doctrinas, vivir desde la palabra la manifestación de
otra dimensión donde el ser se hace partícipe de otro Ser.
Fernando Matiussi (finalista del Premio Internacional de Poesía
Mística “Fernando Rielo”) recurre a la profundidad de la
experiencia unitiva con Dios y a la estética de la lengua para
conjugar dos bellezas, la de la mística y la de la poesía. Nos
encontramos con un hombre que se reconoce criatura y
recupera, de ese modo, la presencia de su Creador, con un
poeta que nos comparte una profundidad en donde cada
rincón del alma se ha desnudado de todo ruido para poder
decir “lo que le fue soplado”. Los poemas seleccionados
pertenecen a este libro.

En la poesía de Sergio Lizárraga confluyen los elementos típicos


de la gran tradición mística occidental y los debates, las
urgencias de este vertiginoso siglo XXI, en un caleidoscopio tan
intenso como original. Hay en sus versos una profusa
simbología cuyo código se aparta tanto del hermetismo como
del formalismo; por momentos, su inalienable conexión con el

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cotidiano vivir con sus dolores y esperanzas, genera la
sensación de estar situado ante textos de raigambre social. Una
poesía que da testimonio de la constatación de la herida, del
anhelo, y de la búsqueda, que en la intuición de su irrealización
gesta esa versión especial del sentido que llamamos belleza.
A decir de San Juan de la Cruz, la noche es a la vez el camino y
la condición necesaria para la unión, en este caso, entre la
intimidad de la poeta y el cosmos incalculable de la palabra. En
cada verso Rafaela Pinto, ganadora del premio de poesía
mística “Fernando Rielo”, se sale de sí misma a una piel repleta
de letras y allí conjuga, con sabor místico, las mismas
búsquedas que todo hombre inicia en sus vigilias.

La poesía de Claudia Vázquez nos evoca el ascetismo (en la


composición aquí presentada), en tanto experiencia vital
entornada por el vacío y el silencio, y también en lo que hace a
un austero despliegue verbal. Sin embargo, la intensidad de los
símbolos e imágenes emergentes de sus versos, nos ponen, de
la mano de la poeta, de frente a la pregunta (por el ser, la
existencia, el sentido), formulada de modo apremiante,
desvelado, aunque secretamente esperanzado y, en esa
trascendencia particular que involucra a la expresión artística,
esperanzador.

Jorge Oscar Bach participa en esta selección con cuatro


poemas, dos de ellos, extensos. En ellos construye una
particular estructura dialógica: su “yo” y el ser trascendente
(Jesús, más concretamente). En el linde no tan definible de lo
religioso y lo místico, su lírica discurre los senderos de la
dolorosa interrogación y el reconocimiento de los signos
divinos (la imagen de la llaga es iterativa, insoslayable).

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Acompañar al Maestro en su peregrinaje, que es el mismo del
poeta en estos azarosos rumbos, da a estos textos una original
cercanía al lector, donde se conjugan lo existencial y lo moral.
En la poesía de Oscar Perdigón emergen elementos de una
cosmovisión personal, ecléctica, más identificable con algunos
aspectos de la mística oriental que con la búsqueda del nexo
con una divinidad personal. Su poesía parece partir de la
constatación de la niebla, del vacío, pero a la vez estas
inquietantes experiencias devienen en una fenomenología que
termina convirtiéndose en un descubrimiento azorado (por
momentos zozobrante, por momentos luminoso) del yo y sus
límites. Esta interrogación acaece sin resguardo ni previsión
posible, y nos pone, anhelantes como el autor, en la tremolante
barca de la poesía.

Los poemas de Antonia Sassi trasuntan una mirada espiritual,


donde confluyen la conmoción y el recogimiento. En “El
almendro”, su composición más extensa en esta selección, la
observación del árbol construye una pintura/relato con
reminiscencias tanto orientales como bíblicas en torno de la
meditación existencial. Lo humano, más específicamente “la
humanidad” son el eje de la preocupación de la autora,
centrada en las discordias intrínsecas y en la proyección futura.
Interrogantes, miedos que en este mundo pueden asumir la
forma de la plegaria, de la poesía, o su conjunción.
La poesía de Claudio Simiz tiene el don de nombrar, indaga en
la esencia del habla, lo que parece carencia en lo semántico, se
vuelve eco en sus versos y abraza el esfuerzo de Heidegger por
tematizar el sentido de la escucha como reservorio de la
morada del ser, por eso la poesía de Simiz no solo dice, sino

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que también calla e indaga y ofrece, como resultado de tales
operaciones, la mayor de las honduras. Desde lo profundo, es
desde donde escribe un mundo con una Presencia que no se ha
diluido, y de la cual, nadie quiere quedar a la intemperie.

La poesía mística establece un enlace entre poesía y espíritu, y


en cada verso demuestra, siguiendo las palabras de Cortázar,
que el yo poético se entrega a aquello que contempla, “más
interior que lo más íntimo mío y más elevado que lo más sumo
mío”. Y ese nexo trasciende las épocas y geografías, por eso
asumimos la responsabilidad de presentar El fuego entre los
labios – Nueva poesía mística argentina.

Claudio Simiz
Sergio Lizárraga

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Jorge Oscar Bach

Jorge Oscar Bach nació el 3 de agosto de 1964 en


Morón, Provincia de Buenos Aires. Es Magister de Educación,
Cultura y Educación por la Universidad Autónoma de
Barcelona, Licenciado en Enseñanza de la Lengua y la
Comunicación. Profesor en Castellano y Literatura.

Sus trabajos pedagógicos fueron publicados en el libro


Profe, no tengamos recreo de Walter Temporelli y Salvador
Ottobre. 2010, Sobre Medios y Comunicación: De la experiencia
al modelo pedagógico. Revista Información pública. Publicación
de la Universidad Santo Tomás, Chile. Artículos y guías
didácticas en Clase.net Artículos pedagógicos en publicaciones
electrónicas del ILCE. Obra literaria; Historias del fin, relatos
breves, octubre de 2011; Jazmines de la calle oscura, poesía,
2012; El otro que habito, poesía, 2016; Cruzada la Gran
Corriente (acerca de Jeton Kelmendi), ensayo, 2018.

jorgeo.bach@gmail.com

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Lo vi pasar

Lo vi pasar
y me consumieron

su mirada y su gesto.
Me llamó por el nombre

(me levanté y lo seguí),


habló con certeza y mansedumbre;

en un momento dejó esta tierra


y ansiando que su fuego ardiese

lo entregó como promesa


que ahora camino y proclamo

con la esperanza
de verlo nuevamente

sabiendo
que la vida y el peregrinar

junto a Él
serán eternos.

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Navidad de Redención

Ayer soñé con un prado.


Por el prado caminaba el Niño

y el eco de su llanto y su palabra


poblaban la tierra

y buscaban mi alma.

Ayer soñé con un prado.


El Niño descalzo caminaba

sobre la grama y lloraban


sus llagas y sus pies amoratados.

Por el prado caminaba el Niño

desde siempre
y llevaba sobre el hombro

la ramita de un árbol;
mis ojos clavados en las sienes;

el pecho abierto, alborotado


y un cáliz de madera recogía,

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gota a gota,
las lágrimas de su llanto.

Por el prado caminaba el niño


y con sus labios y su corazón decía

“siempre te ha amado”.

Por el prado caminaba el niño


y yo caminaba a su lado.

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Cantar de los justos

Agasajé al sediento con el mejor vino,


cubrí el pozo lúgubre con tesoros eternos,
perfumé el cieno con incienso humeante,
sucumbí frente a la flaqueza
del niño eximido de alegría,
callé mi llanto
frente a la mueca fría del traidor,
revestí mis manos con trabajo
frente a la pereza astuta
del político lisonjero.
Y aquí estoy
(llagado,
traspasado por las espinas,
atravesado por la lanza
que confirmó mi muerte)
devuelto a la vida
para que

agasajes al sediento con el mejor vino,

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cubras el pozo lúgubre con tesoros eternos,
perfumes el cieno con incienso humeante,
sucumbas frente a la flaqueza
del niño eximido de alegría,
calles tu llanto
frente a la mueca fría del traidor,
revistas tus manos con trabajo
frente a la pereza astuta
del político lisonjero.
Y aquí estés
(llagado,
traspasado por espinas,
atravesado por la lanza
que confirmó mi muerte)
devuelto a la vida
para que

otro agasaje al sediento


con el mejor vino
devuelto a la vida.

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Sobre las llagas

Sangré los pies


para llegar al Calvario

y, como Sana Doctrina predica,


puse la vista en las miserias;

pero cuanto más sangraba


más se alejaba el Calvario

Al fin detuve el paso y dije:

Señor,
es que no entiendo

que necesite solo miseria y dolor


para construir el camino,

¿para quién reservé entonces


las alegrías y los dones?

Sus ojos se levantaron

(jamás vi tanto amor)


De su sonrisa brotó el dulce vino

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que embriagó las dudas;
entonces bajo mis pies

se extendió un mar inmenso,


las olas me rodearon los tobillos.

Lo miré a los ojos


y, al fin cegado

por lo que nunca comprendí,


alcancé la playa

y al llegar junto a los once


puso en mis manos

un pan y un pez
y me dijo tres veces al oído:

siempre me has amado,


seguime;

siempre me has amado,


anunciame;

siempre me has amado,


compartime.

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Sergio Lizarraga

Tafí Viejo, Tucumán. Profesor en Letras egresado de la


Universidad Nacional de Tucumán, gestor cultural en su
comunidad, posee –asimismo– un Postgrado de Especialista en
Ciencias Sociales (FLACSO). Ha realizado estudios de Filosofía,
Ciencias Sagradas y Lenguas Modernas. Ejerció la docencia en
distintos niveles educativos –universitario, terciario, medio– y
se desempeñó como Capacitador Docente del Ministerio de
Educación de Tucumán, y de Programas de Formación Docente
dependientes de organismos nacionales e internacionales.
Realizó estudios en las ciudades de Roma (Italia), Londres (Gran
Bretaña) y Los Ángeles (EEUU). Recibió la beca de investigación
del INFD, la de estudios de posgrado de la OEI, y la prestigiosa
beca Fulbright-Nación. Ha obtenido numerosas distinciones
literarias en cuento y poesía en el país y el exterior, también
como docente e investigador. Cuenta con publicaciones
literarias y de investigación lingüística en Argentina, España,
Italia, Francia, Cuba, Estados Unidos, Brasil, Colombia, Chile,
Canadá y Perú. Su primer libro es Poemas de Lodebar (Alción,
2014). Publicó En tajos a la sed (Del Dock, 2017). Integra
además diversas antologías literarias.

lizarragasergiog@yahoo.com.ar

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De Poemas de Lodebar. Alción Editora, 2014.

Desde la ventana entreabierta,

el viento delimita en la cama


tu ausencia,

y es como tener tu lápida en la casa,


es abrazar las sábanas que ya no usas.

Es velarme en tu cuarto
porque he muerto en ti

como un yo-hijo.

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CONFESIONARIOS

Esto de derretirme
entre templos,

es por estrujarme como nube


sobre un hombre

que gotea en sed.

Esto de ser peregrino


de tantos atrios,

es por escribir en las piedras


que mis caminos claman

sus pasos a Compostela.

Esto de enclaustrarme
entre confesionarios,

es por mudar de piel,


como si pudiera

atrapar la paz
cubierto por rostros nuevos.

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SILENCIOS

Resultan crueles
los otros espacios
cuando las sábanas abrigan
sólo nuestros cuerpos.

Hasta el invierno se agrieta


si en el libro nos espera
la misma hoja.
Si al hacer carne la palabra
se repiten
los mismos silencios.
Si cada puerta
nos enclaustra
en el vacío de unos espejos.

Duele el no creerte.
Duele como el plomo
envejeciendo
los párpados al día.

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Duele.

Como duele el saber


que los relojes

ya no abrazan,
porque sus agujas

no tejen la mañana.

poesía mística 26
DIVAGACIONES

Parecen no decir nada.


Tal vez en su dialecto
recorren una vez más
los mapas
para resolver enredos en las rutas
y rescatar sus sueños del extravío.

Por la ventana
las voces de los obreros
invaden el aula.
Manchan
con más tedio la clase.

No presto atención.
El profesor me invita
a detenerme en los obreros,
a imaginar
los borrones
que nublan sus mapas.

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Recuerdo
que también estás aquí:
en el bostezo de cada alumno,
y en el dialecto de cada obrero.
En mis propias rutas
donde siguen a puro borrones
viajando tras de ti
mis sueños.

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De En tajos a la sed, Ediciones de Dock, 2017.

II
No sé
De qué están hechos sus dientes
Pero la puerta de mi casa
Muerde

Desgaja
Cualquier alma
Deja los huesos
Crujientes

Por eso no sé
Si es tu alma
La que ha quedado fuera
Resguardada
O si son tus huesos
Los que temieron más que tu alma
Porque al entrar a casa
Solo viniste con el color de tu otoño

poesía mística 29
Y yo no pude esconderte mis hojas

No sé por qué
La boca de mi puerta

Nunca muerde
Lo que en vos

Me duele

poesía mística 30
III

No siento tu luz
Robándole misterio

A mis huesos
No siento tu lengua

Devolviéndole nombre
A mi alma

No sé

Dónde la soledad
Me habita en su mayor densidad

Si en los huesos
Donde no está tu luz

Si en el alma
Donde no está tu lengua

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XIII

Hay un niño
Mojado que mendiga

Y detrás de él

Yo veo su hambre
Como un fantasma

Que ladra
Como ladran los cimarrones

Cuando huelen la presa

Yo siento su hambre
Lloverme con palabras

Que delatan en mi alma


Que sobran los hombres

Con los huesos expuestos

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Mi alma
Mis huesos

No entienden esas palabras

Tampoco mi hambre se entiende

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I

Cuarenta días para cargar la cruz


La cruz de mi soledad

La de mi silencio
La de mi secuestro

La de mi biopsia
La de mi orfandad

Cuarenta días para doblar la vida

Para agotar la vida


Con la pesadez de saberse solo

Sin un Simón aliviando las astillas

Cuarenta días para crucificar


Mi columna

Los intestinos
La psicología

El aliento
El fantasma tanático que me tienta en el desierto

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Tu ausencia rematando cada clavo

El ayuno de tu amor
Como vinagre en mi hambre

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Fernando Raúl Matiussi

Nacido en 1968, vive en Tafí Viejo desde siempre.


Poeta y escritor, ha participado en numerosos concursos
literarios, dentro y fuera de la provincia de Tucumán,
obteniendo diversos premios y distinciones, destacándose
entre ellos el haber sido finalista del Premio Internacional de
Poesía Mística “Fernando Rielo”. Publicó libro el libro de
cuentos Las noches de la otra Historia y los libros de poemas
Algunas veces las alas y En la Tierra como en el Cielo. Además,
participó en antologías literarias con otros poetas como Los
poetas cantan a Tafí en el marco de los 100 años de la ciudad
de Tafí Viejo. Tiene en preparación el segundo libro de poesía
mística. Es docente de lengua y literatura y colabora en
actualmente colabora en la página sobre la cultura taficeña
airedetafi.com.ar
fematiu@hotmail.com

poesía mística 37
Navegar mar adentro

Mar adentro,
el agua me toca

como una pincelada


como una mano fría, sedosa y amigable,

apenas perceptible como un susurro.


Voy penetrando en este sueño y esta noche;

dolorido en esta orfandad que me has dejado,


Con los huesos húmedos

y la tristeza devenida en el recuerdo


de mi primer amor.

Mar adentro,

navego en tu barca echando las redes,


sin saber acaso adónde van los hombres

que ni siquiera te vieron


caminar por las aguas,

acallar la tempestad
virulenta y enojada.

poesía mística 39
Tocar el viento helado
con tus manos que pueden entibiar

todos los colores de todos los arcoíris.


Curar a los leprosos y sacar a los demonios

de los cuerpos y las conciencias.

Soy como un escriba o un fariseo:


duro en la piel y el alma como roca.

No ha llegado tu silencio hasta mi casa,


hacia este mar,

el mar profundo e intrincado


donde me fui quedando un día para nacer

y resucitar en la confianza plena


de un amanecer en tu entrañas.

Mar adentro,

ya estaba yo en tu vientre. Taciturno,


con los dedos mutilados,

y la furia contenida y lastimada.


Preso en tus redes, anonadado

poesía mística 40
Tus ojos me atraparon, encendidos
y ya no me defendí

Tanta amargura no era mía,


no podía sostenerme

En esta profundidad de los derrotados


que nadie se detiene a socorrer

Me condujiste hasta la misericordia

A un puerto nuevo
Donde la quietud acaricia a los marineros

Estaba temeroso y remendado


Llegaste a mi morada sin haber llamado

escuchaste la oración en mi desierto.


Tu generosa eternidad me atrapó

Y me abrazaste en la timidez y la certidumbre

de que un día nuevo se abría para mí


Y mi vida tenía un porqué

y una ilusión que venía de antaño


Tu amor, tu amistad, y mi agonía,

poesía mística 41
se encontraron en esa luz
de las sensaciones subterráneas

Y me fui despidiendo de todas las cosas


y todos los desencuentros,

sin miedo y sin pavor,


sólo con los ojos en el mar.

poesía mística 42
Oración

Señor esta es mi vida,


te la presento, como si fuera yo un desconocido

Estoy resquebrajado, también andrajoso


tengo la ancianidad y las arrugas,

circulando por la sangre


porque no encuentro sentido

a este dolor
de la existencia diseminada

por todas las células


de la memoria.

Es como si hubiera muerto


hace ya una eternidad,

es como si el deseo
de seguir no contara,

porque sólo la oscuridad


parece cierta.

poesía mística 43
Este terror de que llegue la noche
y tenga que encontrarme

con quien realmente soy,


y las máscaras recién lavadas

tendidas en mi cama,
y el aroma de mi madre que me acaricia

la juventud que no tuve


porque la decrepitud me ganó de antemano.

Acompáñame Señor,

no quiero que este destierro me deshoje


ni me libe el sufrimiento,

esperando los atardeceres


que aún me faltan ver

y estos niños que pasan a mi lado


y están envejecidos como yo:

con el callo en los huesos y la sonrisa,


y sus vacíos derramados entre la oscuridad.

Señor, te presento mi vida

poesía mística 44
y todas las sinrazones de no amar,
la vida que pulula por la pradera y el mar

por el aire, la montaña y el desierto;


por los ojos que ven y yo no veo

en la ceguera de esta noche


me presento,

por favor, sostenme la mano


que se estira en busca de tu misericordia.

poesía mística 45
Atardece

Camino sobre el mar, el silencio no moja


mis pies
nada apaga mi quietud,
esta manera de estar casi dormido,
como levitando en el vacío
mi mano sostiene la Tuya, la fe es una barca invisible
es un soplo manso de brisa dulce,
La orilla parece siempre cerca,
me llamas desde adentro,
con la voz del pastor que amansa sus ovejas
y la reconozco
Me llamas y me inundas
con tus sílabas de dulzura y de paciencia
Y te busco aunque sólo la bruma
transparente mis latidos
Ya no temo perderme
en estas aguas profundas,
Aguas que han limpiado
mi corazón y mi conciencia

poesía mística 46
Ahora diviso cada vez más cerca
el rostro y las manos
que aquietan la tempestad,
Jesús, pescador, pastor, hermano
Vienes a esta orilla
a tirar las redes, al encuentro,
abrazas estas almas arrugadas y retorcidas
Nuestro pavor a enfrentarnos
con el misterio de la muerte
y la redención
Siento que me sostienes
a pesar de que la confianza se resquebraja,
está llena de grietas,
sangrando en la plenitud de la amistad
que me entregas.
El viento ha cambiado,
sopla desde el sur un hálito de tormenta
Aun así ya he perdido el temor,
estás aquí Señor
y con eso es suficiente

poesía mística 47
Jesús le habla a Tomás

Toca mi costado
Entierra tus dedos y tu humanidad

Acá donde se vertió el agua y la sangre


de tu salvación

Ven, toca esta carne transparente


Toca mis llagas y mi costado

toca el dolor y la ceguera que te envuelve


toca por donde los soldados

Taladraron mis manos con los clavos


Y sus odios

Ven Tomás

¿debes ver para creer?


¿debes sentir como siente la lluvia en tu rostro?,

¿mojar tus pies y humedecerte en el frío escarchado


que mancilla tu soledad?

poesía mística 48
No llores hombre bueno
tu finitud te ha traicionado

Es un precipicio pero no te caes


la existencia te hizo desconfiado, sospechoso y sospechado

Acerca tus manos llagadas por las redes


de un pescador acobardado

Y sopla con tu arrepentimiento esta brisa suave


que entra por mi cuerpo

Cree Tomás, cree aunque duela creer

aunque todo parezca en vano


aunque no veas la salida de este mar tempestuoso

embravecido y furioso

Miedo, deja el miedo en los costados


Deja tu ropaje de sombra y vuélvete resplandor

lleva mi nombre en tu pecho y tu boca


Tu misión será desparramar la fe por donde vayas

Ven, te dejo que toques la plenitud de la vida

poesía mística 49
y arranca las debilidades
Los hombres caen en su profundidad

No te quedes triste yo también fui hombre


Y pensé que el Padre me había abandonado

poesía mística 50
Espíritu Santo

Lenguas de fuego traspasan nuestras pequeñeces,


Sus dones nos convierten, no conducen a la santidad

nos hacen reparar en los que sufren, en los dichosos


nos hace ver aquello, que, siendo invisible,

es la esencia plena del hombre,


que atraviesa el mundo, lo sufre, lo dignifica

pero no le pertenece
Espíritu de Dios, inunda los poros de nuestra alma

Dale alas a nuestros corazones, infunde el fuego sagrado


del amor

y habla a través de nuestra boca.

poesía mística 51
Oscar Perdigón

Nació 22 de septiembre de 1955 en Famaillá / Tucumán


/Argentina. Actualmente reside en el partido de Moreno. Se
autodefine como un inquieto explorador, abierto a diferentes
opciones de expresión estética; incursionó en aquellas
disciplinas que le planteaban un reto poético y cierto goce de
elevación espiritual e intelectual, como la fotografía, el video y
la poesía. Concurrió al taller de lectura y escritura dictado por
el poeta Eduardo Espósito. Publicó de manera colectiva la
antología Dolores de ortografía, publicó también los trípticos:
“Duroydes”, “Aplanapalabras” y “Poelquimia”; fue publicado en
el Diario de poesía y la revista virtual chilena La casa azul; es
publicado virtualmente en:
mispoestascontemporaneos2.blogspot.com.ar y ha sido
invitado a leer sus textos en diferentes ciclos de poesía de
capital y el gran Bs. As. Crea junto a Claudio y Lautaro Simiz el
canal de You Tube “Nuestra educación poética”.

ojperdigon@gmail.com

poesía mística 53
Cronología de otros estertores

El pensar piensa la Totalidad de un modo insoslayable,


aunque no es experimentable empíricamente,
ni mensurable, ni acotada en un ámbito condicionado.
Del libro: UNO TODO
( Arturo García Astrada)

Lo inmutable

Sobre el aliento del sueño


algo intenta acercarnos a ese abismo de lo no dicho
hacia aquello que está en la inmanente tersura del silencio
eso que nos ubica en el punto exacto del vacío
como un temblor que se escapa de las trampas de los sentidos

Una palabra suele ser el movimiento hechizado


de lo que reverbera dentro nuestro
como una exhalación
como un suspiro

Sabemos de la presencia de algo que está ahí


pero no sabemos dónde

Tenemos la certeza de su influjo


sólo cuando cada gota de lluvia
resuena
con un timbre diferente.

poesía mística 55
II
Está líquida…
sinuosamente líquida
se evapora en silencios
o fluye hacia mí frágil
como vertiente
(O.P.)

Tan pronto
Como mi espíritu vuela
hacia la superficie misma
del sueño
me arrebata una fugaz embriaguez
como un recóndito desmayo

En las alas del letargo


planeo
entre cúpulas etéreas
donde predominan
destellos inmaculados
y la inextinguible belleza
de un resplandor

Probablemente mañana
cuando despierte
ya no recuerde
lo que haya visto hoy

Sin embargo
el instante mismo
sirve
para cobijar lo eterno.

poesía mística 56
III

Eterna mariposa
de frágiles alas
evade el infierno
con el titubeo de su vuelo
(O.P.)

Todo pasa en el instante


entre tinieblas y rumores cifrados
la noche me transfigura
en un espectro

Vago
por calles desiertas
donde el silencio tiene
una vaga resonancia
entre las sombras

Un expansivo juego
de secretas de visiones
me da un goce iniciático

Algo
ha sido capaz
de escapar del arco iris.

poesía mística 57
IV

hay una absurda y total


indiferencia,
un punto desenfocado,
es mi esencia.
(O.P.)

Árboles que parecen


sostener el cielo
a orillas del amanecer

En el horizonte
el sol
es un ojo raído por una nube
como una gota de estaño
contra el fondo del firmamento

El vuelo de una mariposa


ha animado la calma
el titubeo de su vuelo
subyuga el instante

La palabra
se extingue
ante lo incierto.

poesía mística 58
V

Más allá de las sombras


Hay sombras de sombras
(O.P.)

Hay veces
en las que disimulamos nuestra sombra
la ignoramos como algo que no debe ser tenida en cuenta
la dejamos por ahí abandonada como al descuido

Ya no recuerdo dónde olvidé la mía


ni cuándo fue la última vez que la vi caminar a mi lado

Ella era para mí lo primigenio


una reminiscencia de todo lo que estoy hecho
un desecho de materia oscura
una encarnación residual del principio de los tiempos
que se ha escapado del abismo de la luz

Un enigma sin resolver


algo así como una inquisidora presencia

Un eco del origen salvaje de mi estirpe


que persiste desde mucho antes de mi gestación

Sin embargo
la necesito como a un abrigo
como una señal que me advierte
que algo se respira
entre ella y yo.

poesía mística 59
VI

Por abismo de rebelde locura


pasa la vida
soportando
esta mansa soledad
(O.P.)

Efecto ilusorio

Siempre fue la misma hora en este tren/


la evanescencia de un reflejo
me descubre
en el mirar perpetuo de una sombra/

La pobreza de las palabras


y mi intimidad con la muerte/

Escalofríos en las venas/

Mis manos mezquinas de caricias/

Hurgo a tientas la piedra desnuda


que se deshace en su propia forma/

Emigro hacia otros cuerpos


buscando
una mirada redentora/

poesía mística 60
VII

qué puedo saber yo!…


más que unas simples sutilezas
que están más allá de lo palpable.
(O.P.)

Uno es tan sólo una partícula


escribiendo un poema

Uno es apenas un átomo


describiendo un universo

Uno es poco menos que un respiro


descubriendo el milagro

Uno es solamente un punto en el vacío


persiguiendo una respuesta.

poesía mística 61
VIII

Uno se pasa la mitad de la vida


defendiendo preceptos y dogmas,
derritiéndose en conceptos ajenos
y experiencia de otros y la otra mitad
tratando de ser feliz
(O.P.)

¿Qué significan esas sombras


que se proyectan sobre el camino
del hombre que sangra?...

¿Qué significan esos signos


que marcan el rumbo de los condenados?...

¿Qué misterios encierran


las noches plagadas de orgías?...

¿Qué nuevos tropiezos tendrán


los que escapan del dolor
de sus mezquinas existencias
y la opresión inevitable de una realidad que los asusta?...

¿Hacia dónde van sus sueños cuando la muerte apremia?...

¿Cuántos seres colapsan


en su irremediable orfandad divina?
y aun así
no se rebajan ante los altares de la mentira.

¿Cuánta luz será necesaria


para revelar lo que está oculto
a nuestra ciega condición?...

poesía mística 62
IX

Una vez los hombres


le pusieron nombre a eso
que les pasa por dentro de su ser
y se enamoraron de la palabra.
(O.P.)

Un punto ciego/
un mirar/
hacia afuera del espejo/

Un reflejo en la mirada/
nos mantiene estupefactos/
ante la incertidumbre/

Un afuera/
un paréntesis/

Quisiera decir que muero/


pero estas palabras no me matan.

poesía mística 63
X

El hombre es un extraño para el mundo,


para la aurora, para el cielo, para las cosas.
Las odia y lucha contra ellas.
El medio que lo rodea es un enemigo peligroso
que hay que combatir,
que debe mantenerse esclavizado.
(Michel Serres)

Voy a hundirme en la gestación de un grito


que provenga de un aire que era de antes

Un aire primordial
desde el cual huimos de la noche repentina
como un caracol distante

¿Con qué manos voy a tocar ahora las sombras?

Mientras tanto escucho ese sonido de fondo


que me llega como un eco
pero no soy yo el que escucha

¿Quién es el que sueña dentro de mí


en tanto yo camino como un sonámbulo?

Voy a hundirme irremediablemente


con este grito que sale de mí
pero no soy yo el que grita.

poesía mística 64
RAFAELA PINTO

(Buenos Aires, 1950). Es abogada especializada en


Derecho Aeronáutico y Espacial, y profesora de Lengua y
Literatura italianas, graduada en la Asociación Dante Alighieri
de Buenos Aires.

Ha publicado cuatro libros de poemas: Feroz Eucaristía (2008),


finalista en el Cuarto Concurso Nacional "Macedonio
Fernández" de Poesía 2007 y Faja de Honor 2009 otorgada por
SADE y Asociación Dante Alighieri de Tafí Viejo; A medias
medianoche (2010), Primer Premio en poesía del IX Certamen
Internacional Junín País (2010) y Faja de Honor 2015 a
poemario publicado, de la misma Asociación; Nocturnal (2015)
Faja de Honor 2015 a poemario inédito, otorgado también por
la referida Asociación, y Tú la Luz (2016), XXXV Premio Mundial
Fernando Rielo de Poesía Mística.

Ha recibido premios y menciones especiales en diversos


certámenes y trabajos de su autoría se han incluido en
antologías, tanto de España como de Argentina., y en revistas
especializadas o multitemáticas como Alkaid (España).
En 2011 ha publicado su primera y única novela, Monseñor,
como volumen II de la Colección Biblioteca Digital Siglo XXI.
Forma parte del directorio de escritores de REMES (Red
Mundial de Escritores en español).
rafaelatrm@hotmail.com

poesía mística 65
CAMINO

era sal en el viento


era aguja
que hostigaba blanduras y palabras
inventaba teoremas
indemostrables siempre
me crujía
en lo más hondo y necio del sarcasmo

isla secreta erguida como un sueño


queriendo ser sin ser
aldaba rota

entonces Tú
entonces Tú quebrándome las alas
de papel por mostrarme cuánta noche
a ras del suelo sujetaba el nervio
de un espíritu en ruinas
calcinado

poesía mística 67
Tú llamarada Tú pegado al ojo
de mi intuición
Tú ángel Tú palabra
Tú el evangelio hurgándome la sangre

escapaba de Ti pero venías


abrochado a mi sombra todo llama

buscaba un escondite en mi retórica


y te encontraba al borde de mis ecos

mentía indiferencia me mentía


y en ella sin piedad me desarmabas

cuando dejé en tus manos mi aforismo


-tembladeral de pólvora y espanto-
se diluyó el temor
cayó la histeria

se abrió la dimensión de lo esperado

poesía mística 68
me has sembrado de luz
me has preñado de azahares

voy cautiva de un cielo que me cubre


tu nombre

he cosido en la orilla del asombro


te llevo

y me llevas soberbio
augural

deslumbrante

juegas conmigo juegas

piedra libre
para el miedo de abrirme a tus designios
como una flor y darte mis aromas

un giro y otro más


y una pirueta

poesía mística 69
(soy estratega de la fuga)

indócil

vierto desolación y me das lumbre

aquí tu huella digital


el salmo

como un aceite fiel sobre mis hombros

del otro lado el tenebroso río


de donde bebo loca

sin saciarme

aquí la mansa sombra de tu sombra


ciñéndome el pudor

ungiendo el sueño
de uncirme a la verdad desmerecida

allá o más allá casi tan cerca

poesía mística 70
los dedos pervertidos de la noche
tan mía

tan de mí

tan escarmiento

me invitas a dormir entre tus sábanas


de azules transparentes

circuncidas
la madrugada para que deponga
mis endiabladas cárceles

suspiro

interrogantes de ancha dentadura


me afrentan
Tú respondes
yo vacilo

poesía mística 71
sobre la cuerda del instinto seco
con miedo a desvivir

desesperada
espero en Ti aún en mi destierro
Tú aguardas en la tierra del abrazo

es ancha tu mirada
inmensurable

trigal donde plegar mis cobardías


quitarme de una vez la piel muriente

por disfrazarse de otra


travestirse

son tus manos dos páginas en blanco

para escribir en ellas mis derrotas


con el carbón de la desesperanza

(prosaica letanía)

poesía mística 72
pan es tu verbo y agua tu cintura
mil veces traspasada

nadie yace

famélico a tus pies y hasta yo misma


desdoblo el corazón cuando te escucho

salgo de mí cuando me das el brazo

en esa cruz que huele a felonía


tiene la paz aroma a rosas blancas

cómo hallar tu lugar cómo encontrarte

si me demoro en mí
descascarada

y me extravío en sótanos hirvientes


o a las alturas de mi orgullo subo

cuando mi tarde pierde sus caireles

poesía mística 73
de vanidad mundana te reclamo
y estás junto a mi sombra

mas me vuelvo
y ya no hay otra cosa

que luces falsas o vacío

nada

cuando la noche es un planeta triste


y un cauce seco el pensamiento

escucho
el eco suave de tu voz llamándome

pero me asorda un canto de pirañas

si sólo quiero ser para seguirte


por qué pierdo atrozmente tus pisadas

no hay ira en mí ni enojo ni amargura

poesía mística 74
lo que quedaba del resentimiento
se fue desintegrando en el suburbio
del corazón

pero me agravia el hacha


de lo dudante en deuda con mi credo
(mi carta de intención lleva los signos
del cómo y el porqué)

allá en los sótanos


donde la decepción a fuego lento
se cuece sin piedad
clona preguntas
la puntual sinrazón de los relojes

y crecen y son más se multiplican


y lastiman y son flacos insectos
que clavan su aguijón en el olvido
(alerta a la memoria y su relente)

dime al menos un cómo

poesía mística 75
una palabra
que dé la clave para abrir la puerta

de tanta veleidad irresponsable


de tanto desamor

de tanto estiércol

explícame el porqué de la mentira


lanzada como un tiro al blanco inerme

por qué la delación sin el delito


por qué la puñalada a cambio de ser fiel

tus cicatrices
llevan consigo todas esas muertes

lo sabes

sabes bien lo que transcurre


en mis raídos patios

poesía mística 76
qué congoja
me trae a Ti

a Ti
como si el peso

de este dossier de lágrimas venciera


mi humanidad

volviéndome más clara

me llueve un nombre propio


y van lloviendo

memorias sobre mí
a gritos pide

el corazón su cuota de agua viva


(trae una sed de lengua ajusticiada)

por qué huelen a sangre los jazmines

por qué destila su ambición la carne

dime por qué


si al fin sólo es certeza

poesía mística 77
esta aridez de roca y somos caza
de nuestra mezquindad

de los decretos
que hemos jurado al pie de los menhires

la trampa en la trampera roja espiga

lejos de Ti más roja más cobarde

enséñame el amor
blande los fuegos de tu pasión

espíname

no quiero
amar con otro amor que el de tus llagas

detrás de Ti paso las horas mustias

del insomnio parásita del miedo

poesía mística 78
siempre detrás de Ti la lengua en llamas
y escayolada la visión persigo

la nieve de tu voz que se deshace


en agua bautismal

tus pies de roca


que no consigo asir y en mis arenas

me hundo
me hago cal

ardo cautiva
de una ansiedad que saja el pensamiento

al ángelus

la luz -bendita flama-


pone en mi boca salmos y libera

lluvias de compasión que de mis ojos


bajan hasta empaparte con mi duelo

qué suplicantes van mis manos rotas

por las facciones dulces de tus eras

poesía mística 79
*

dime por qué el que muere


muere tanto

por qué la rendición de la materia

abre en el mundo pozos tenebrantes


que el otro habrá de atravesar sin pértiga

yace la carne rota en el sepulcro

(una oquedad filosa una patraña)


y queda el otro ínfimo

en suspenso
girando en el vacío

borroso
desalado

va delante de mí la muerte torva

atribulando nombres que son míos

poesía mística 80
dime por qué al morir se muere tanto
y hiela al sol la huella que pervive

no es que flaquee no

ni me amotine
si sólo en Ti yo soy y en mí te hallas

es que me siento hoy desguarnecida

son tantas las ausencias

si de tu boca el sol
si tu cintura

el muelle donde anclar adversidades


si el salvataje de mi alma arguye

tu mano redentora

si me has dado
tu corazón por casa y por abrigo

poesía mística 81
¿a quién he de temer?

¿a los lobeznos de alquilado diente?

¿a los hurones fláccidos que escurren


su furia de papel en su escondite?

¿a la invasiva sierpe silenciosa


munida de fatal esoterismo?

me guardo entre los pliegues de tu sombra

me escudo en tu mandato

no hay socio de luzbel que me seduzca


ni pólvora mojada que me apremie

si bebo de las aguas de tu aljibe

si me abandono al río de tu sangre

poesía mística 82
María Antonia Sassi

Nació en Argentina, Profesora de Lengua y Literatura,


egresada del Instituto de Formación Docente Nº 21 “Dr.
Ricardo Rojas” y Licenciada en Letras de la Universidad del
Salvador. Integró el Taller literario “Borraduras” y formó parte
del Centro de formación artística (CEFART), coordinado por la
escritora Kelly Gavinoser, en la actualidad forma parte del Staff
de la Revista Conurbana Cult, como secretaria de redacción y
en 2016 participó como miembro del Jurado de Crónica urbana
en el primer Certamen Nacional de Literatura: El Conurbano
en letras. Sus textos figuran en numerosas antologías de
cuento y poesía. Han sido reconocidos sus libros individuales
Mis Ficciones (2014) y Eslabones Literarios (2015). Su
producción literaria ha merecido premios en certámenes
nacionales e internacionales.
mariasassi@gmail.com

poesía mística 83
EL ALMENDRO

Velas en invierno
y te desvelas.

Tus ojos entreabiertos


observan distantes

los desnudos troncos


raídos, cubiertos de nieve.

Tú luces la flor

que se agiganta
en la gélida campiña.

Árbol de la vida

el que sabe escuchar.


Tú eres el almendro,

el mensajero
de un pueblo.

Como el Señor
le reveló a Jeremías:

poesía mística 85
“Yo soy el almendro.

A ti te corresponde ser mi profeta


durante el invierno de mi pueblo”

Tú esperarás

la primavera
rodeado de ausencia.

Escucharás los quejidos


resecos del monte

elevándose en oración.

Eres luz
en las tinieblas,

purificada flor
que alumbra las distancias

Blanca, nívea, pura,

velas por la vida


de tus hermanos,

poesía mística 86
que anhelan
en el bosque

nuevamente florecer.

Difundes con ansiedad:


que eres hálito de vida

y que la eterna primavera llegará

poesía mística 87
OBEDIENCIA

“…y todos los dioses se inclinaron


ante Júpiter y le cedieron su lugar,

pero Término permaneció en su altar”


(Ovidio)

En el sagrario de pétreas columnas

la cóncava y circular cúpula


enhiesta se eleva hacia la infinitud gloriosa.

Penden de ella los lazos violáceos


anunciando la inevitable muerte anunciada.

Enclavado, en el rústico roble en cruz recortado,

doliente está sangrando tu costado izquierdo.


Tus ojos abatidos, nos observan,

necesitas aliento y consuelo para tu expiación.

En el silencio del recinto sagrado pareces pensar:


“…Padre la hora es llegada, glorifica a tu hijo,

poesía mística 88
para que tu Hijo te glorifique a Ti” *
Inclinado ante Tu altar el oficiante

conmemorará el ritual recurrente durante siglos:


Tu calvario y resurrección.

Tú te inclinas ante la voluntad del Padre.

Él permanece en su cetro y en Ti

*(Torres, Amat, Nuevo Testamento de Nuestro Señor


Jesucristo)

poesía mística 89
INEXISTENCIA

Sombra sombría
en la inexistencia del ser.

Con morbosa mora


se asoma incipiente

el amanecer
en seculares mares

y encrespadas pleamares.

Con sorna sembramos


nuestra carretera

lapso sombreado, intenso,


intenso, aún más intenso,

hasta alcanzar la oscuridad total.

Sobrada inexistencia
que cada luna anula

la alianza de humanos
entre manos de hermanos

poesía mística 90
que oran, lloran y mueren.

Asombrado el ocaso, ansioso


aguarda lo supraterrenal.

Elevarnos,
y en la infinitud

del cosmos diluirnos.

poesía mística 91
ROGATIVA

Páramo desolado, crepúsculo ámbar


Aullido clamor esparcido en el horizonte sin límites.

Luces escondidas detrás de las nubes.


Alameda fresca deslizándose en la arena húmeda

Brazos extendidos hacia las perpetuas alturas.


Rezo al creador rogativa al infinito.

Andamio que se eleva pretendiendo traspasar la frontera.

poesía mística 92
ORATORIA

Los misiles se acercan


un hombre solitario

huye
huye

sin descanso.

Grita implora
se lamenta

oratoria sin respuesta.

Unión de los elementos


el silencio

la nada
el caos…

poesía mística 93
SIGLO XXI

Siglo XXI de tinieblas subterráneas


cavernas de noches trágicas
muertes y violencias
huracanes y temblores.

El terror hostil
se desplaza entre el gentío.
Muerte en los continentes
violaciones que cercenan
cuerpos de Afroditas
quebranto de sueños
muerte del amor

Siglo XXI,
tú Poseidón
señor de movedizos suelos
y de vendavales
aterrorizas el universo
desatando tu furia
en el continente arrasado

poesía mística 94
LA CAVERNA

Las sombras penetraron


en la caverna

el débil rayo de luz


se desvaneció

como el cerillo fundido.

La tormenta
arreciaba y las centellas

estremecieron las rocas.

Las manos acariciaron


sus muros y comenzaron el ruego

estampas táctiles
impresas en la naturaleza.

El agua comenzó

a implantarse en el
habitáculo,

poesía mística 95
su caudal trepó
hasta sus cuerpos.

Ruegos, llantos,

y esperanzas
implorando al eterno Dios.

Los rescatistas lograron


el hallazgo

en la caverna anegada.
El salvamento se produjo

en el incipiente amanecer.

poesía mística 96
Claudio Simiz

Nació en Buenos Aires en 1960. Escritor, docente e


investigador. Ha publicado once poemarios y dos volúmenes de
cuentos. Obtuvo por su obra literaria numerosas distinciones
en el país y el exterior. Obtuvo premios internacionales por sus
dos libros de cuentos y varias de sus obras teatrales han sido
representadas desde 2010. Colabora en publicaciones
académicas y literarias de Argentina y Latinoamérica; ha sido
traducido al guaraní, portugués, italiano e inglés. Ha
coordinado numerosos ciclos artísticos desde 1980,
actualmente dirige la revista electrónica Conurbana.cult y el
canal de Youtube “Nuestra Educación Poética” y ha
desarrollado periodismo cultural, también compiló, con M.
Angelino Pan de Agua, antología de poesía social de Buenos
Aires. Se ha desempeñado como docente e investigador en
institutos de formación docente y universidades argentinas. Ha
publicado ensayos y ponencias vinculados a la literatura
latinoamericana.

claudiosimiz@yahoo.com.ar

poesía mística 97
El corazón del mundo
(inédito)

El corazón del mundo se obstina


en no existir

en uncir al silencio
sus corceles flameantes

en desechar la fronda
la floración

el fruto
en emboscarse

tras la terca coraza del carozo


allende la impalpable levedad

del polen.

poesía mística 99
II

Sólo en la bajamar
acecha la otra vida

la soterrada
la desnombrada

la que entreabre sus valvas


sus innúmeros úteros

a la esperma sinuosa de los astros.


Luego la pleamar

creerá fundarlo todo.

poesía mística 100


III

Es blanco el corazón que destila


la leche

mientras la madre asperja sus horas


más sombrías.

El hombre bebe un vino


silencioso

y sus labios recobran el color


de la tierra.

Sobre el pezón dorado


demorado

de la tarde
Dios es

una mujer
y nos sonríe.

poesía mística 101


IV

También las huellas saben transformarse


en raíces

de los días que aún no


han despertado

volverse cicatrices que proclaman


que algo pasó

o mejor
que ya se ha ido.

Lo único que deparan las huellas


son las estrellas tras

las que nunca fuimos


las hogueras

a las que sólo en sueños regresamos.

poesía mística 102


V

A lo mejor yacemos
sin saberlo

bajo una marejada de horas


que se insubordinaron

al olvido.
En una de ésas somos

el cóncavo refugio
del que se creyó morir

y se fue ensilenciando en semilla


sin soñarlo.

Acaso
descubramos

nos descubramos
las desveladas notas del silencio.

poesía mística 103


VI

El silencio es la brizna
más dócil

nada más fácil de dispersar


un soplido

un chasquido
le son un maremoto

que lo confina a un abismo


sin brújula.

Sin embargo él
sabrá regresar

con su savia anhelante


con sus redes preñadas

con su cítara
insomne.

poesía mística 104


VII

Un hombre ha renunciado a ser


feliz

tal vez mañana decline


si no lo ha hecho ya

las ansias de aprehender


su sino de desdicha.

Un día de éstos
intentará arrojar por la borda

su corazón
rato apenas después

comprenderá
que ese pájaro aturdido nunca

ha sido suyo
y sin embrago

busca desesplumado
la jaula de su pecho

para tañer
el corazón del mundo.

poesía mística 105


El profeta

(fragmentos, 1980))

IV

Dichoso el sol que puede gritar su luz

y el ave.
Dichoso filo de esos ojos.

Dichoso el padrenuestro de esas manos.


Dichosa la tormenta

la hoz
la llave.

Desdichada mi voz que no ve lo que grita.


Desdichados mis ojos, que no tienen palabras.

poesía mística 106


VII

Me han sido concedidos


el sueño y la garganta.

Y soy sol.
Y ceniza.

Y ceniza de sol
que cae

Y canta.

poesía mística 107


CLAUDIA VAZQUEZ

Nació en Avellaneda en 1965. En su adolescencia


comenzó su camino por la poesía. Se formó en diferentes
talleres y seminarios dictados por escritores como Roberto
Díaz, Liliana Guaragno y Oscar Hermes Villordo. Desde 1995
coordina talleres literarios. Sus poemas han sido publicados en
suplementos y revistas literarias de Argentina, Italia y Uruguay.
Ha obtenido varios premios por su obra. Cofundó el Centro
Cultural Alejandra Pizarnik. Conduce junto a la poeta Raquel
Fernández el Café Literario “La Palabra que Sana”. Fue
declarada Personalidad Destacada en la Cultura de la Ciudad de
Avellaneda. Sus libros publicados Impresiones en 1996 (Ed.
Amaru), Poesía instrumentada por las sombras en 2006 (Ed.
Amaru), y su último libro Después del Silencio (Ed. Ruinas
Circulares) que salió a la luz en diciembre de 2017. Además de
la participación en varias antologías.
claudiavazquezpoesia@yhoo.com.ar

poesía mística 109


I
“Entonces comenzaba un nuevo día
y el sol se alzaba al par que las estrellas
que junto a él el gran amor divino
sus bellezas movió por vez primera;
así es que no auguraba nada malo
de aquella fiera de la piel manchada”

La Comedia, Dante Alighieri

El arco se tensa

se rompe

la tentación
es múltiplo

de lo perdido.

Lo que huye

es lo que anuda.

poesía mística 111


II

La sangre es fuego

canto derramado
en lo imperfecto

donde abunda la Gracia.

poesía mística 112


III

Se dice que todo viene en los genes


la herida se parte en dos lados

y uno se queda mirando


como el mar se lleva

lo abandonado en la orilla.

Algo se detiene entre los pies


algo naufraga en la memoria.

Algo cae

detrás de la mirada

lo que asoma
por debajo de los ojos

es lo que se añora
lo que se bebe la noche.

poesía mística 113


IV

El agua se hace sed


lo que se acuna

es dolor y plenitud
herida bienaventurada

poesía mística 114


V

Se fuga una palabra en la noche.


La única palabra posible.

Todo lo demás
se interpone entre lo que es

y lo que hubiese sido.

No me importa lo que interrumpe

salgo de mí
a buscar lo inefable

lo que salva.

poesía mística 115


VI

“Por eso, nos sentimos plenamente seguros, sabiendo


que habitar en este cuerpo es vivir en el exilio, lejos del
Señor; porque nosotros caminamos en la fe y todavía no vemos
claramente”.
Carta II de San Pablo a los Corintios 5, 6-7

Lo que transparenta
en lo oscuro

es lo que trasciende

la noche
conoce

lo que no se ve.

poesía mística 116


VII

Después que calló la noche


algo atraviesa lo no dicho

No hay sutura posible

para tanta herida

solo la Palabra.

poesía mística 117


VIII

“Mi amado es para mí una bolsita de mirra que descansa


entre mis pechos.”
Cantar de los Cantares 1, 13

Es domingo

todos los vestidos están guardados


y no queda otra cosa

más que lo desnudo.

Liviana
la hora se aproxima

sin otro ropaje


que el regreso.

poesía mística 118


IX

“¡Júrenme, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo,
que no despertarán ni desvelarán a mi amor, hasta que ella quiera.”

Cantar de los Cantares, 2, 7

Buscando la única patria

en donde despertar

arrodillo el alma
recojo mi pequeñez

y espero

poesía mística 119


X

“Estoy libre, no para sino de todo, y aun así, no estoy sola...”

Katja Lange-Müller

Abrir
la piel

la memoria
lo que se es

el ser
el yo

lo hecho

lo creado

el alma

como una fruta que se desgrana en diciembre

poesía mística 120


INDICE

Prólogo 5
Jorge O Bach 11

Sergio Lizárraga 21
Fernando Matiussi 37

Oscar Perdigón 53
Rafaela Pinto 65

María A. Sassi 83
Claudio Simiz 97

Claudia Vázquez 109

poesía mística 121


Este libro se terminó de imprimir en octubre de 2018
en los talleres gráficos RyC
Buenos Aires, Argentina
Tel.: 011.4248.0731
cel: 115 990 8685

poesía mística 123

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