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ART 1cuLo COMPETITIVIDAD INTERNACIONAL, ESTRATEGIA EMPRESARIAL Y PAPEL DE LAS REGIONES Francisco Alburquerque* nila ciscusion sobre la competitividad internacio- nal de las tegiones (1) se involucran tres gran- das temas, relacionados respectivamente con el contexto internacional cada vez mas abierto y globalizado en el que se desarrolla parte de dicha pugna competitva; la estrategia de competitividad de los agentes empresariales que organizan la act- vidad productiva y que protagonizan la pugna compet- tiva en los correspondientes mercados, tema éste que descansa en buena medida, aunque no exclusivamen- te, en el logro de incrementos de productividad); y el papel que pueden desempefiar las regiones como agentes creadores del “entorno” estimulador de venta- jas competitivas dindmicas. Ei primero de dichos temas se refiere al contexto in- ‘temacional condicionante de! funcionamiento econdmi- 0, lo que afecta a las empresas de cualquier regién ya que, como se constata hoy dia, los grados crecien- tes de apertura y competitividad internacional constitu- yen datos 0 restricciones de! problema econémico principal, en cualquiera de sus marifestaciones. Pot cierto que creciente apertura y mayor grado de competitividad en los mercados intemacionales no nos aproximan, tal como sugiere la ideologia neoliberal predorinante, a ningun paraiso de libertad de merca- dos. Se trata, mas bien, de tendencias que coinciden con el incesante proceso de oligopolizacién que se despliega a nivel mundial, a partir del control que po- seen las principales fracciones de! capital en sectores estratégicos de la acumulacién a escala mundial. Ello, ‘no obstante, esa hegemonia desde los sectores estra- tégicos y mas dinamicos del proceso de acumulacién capitalista mundial, no rellena todos los diferentes cir- cuits de obtencién de excedente econdmico de las diversas fracciones del capital en los diferentes ambi- tos nacionales o subnacionales. De ahi que la cconstalacién de la hegemonia de las fracciones princi- pales del capital financiero 0 productivo no debe impli car el olvido de las restantes formas de acumulacién subordinadas o sélo lejanamente vinculadas a aque. De todas formas, mi intencién no es entrar aqui en un debate tan complejo como éste, y me limitaré en esta cocasién a mostiar las tendencias principales en el sis- tema de comercio intemacional, a fin de deducir de ello el contexto concicionante para los esfuerzos com petitivos que se despliegan 0 pretenden desplagar desde los diferentes espacios subnacionales 0 regio- nes de América Latina, Con la referencia a este primer tema abordamos as: pectos del nivel ‘macro’ del andlisis, de la misma for- ma que con el segundo de dichos temas nos introduci- mos en el nivel ‘micro’ de la actividad productiva y organizativa empresarial. En efecto, el segundo de los, temas citados presta atencién a los elementos de los, cuales depende el logro de la mayor competitividad de las empresas que operan en la region, lo cual impli ca detinit previamerte ios mecanismos apropiados para alcanzar la mayor eficiencia productiva por par- te de dichos agentes empresariales. Finalmente, et tercer tema esta relacionado con el papel que puede desempefiar la regién en el impulso de tos esfuerzos competitivos empresarales. Como es sabido, hablar de regién no cifie el tema Uni- camente al gobierno regional. También los agentes empresariales y el resto de agentes sociales y polt- ‘Agradezco @ Caos A. da Mattos y a Francisco Sabatini los comentarios ofectuados a une versin preliminar de este dacumento, Revista EURE (Vol. XXI, N? 63), pp. 41-56, Santiago de Chile, juniot 995 4 FRANCISCO ALBURQUERQUE os en la misma estén involucrados en esta tarea. No es posible construir una regién sin una base producti- va y tejido empresarial eficientemente articulados, y esa es una tarea principal en el desarrollo de aquélla, Por ello hemos de ocupamos de deducir cudles son las lineas de actuacién piblicas o privadas, orientadas a conformar un ‘entomo* adecuado para lograr la ma- yor articulacion del tejido empresarial y productive regional, aspecto éste de enorme trascendencia para alcanzar el éxito competitive. De este modo se com- pleta el anélisis con la referencia al nivel “mesoaconémico” o intermedio en este tema, El orden de exposicién de tales asuntos intenta ir de lo més general a lo mas conerelo. De este modo se inicia el artioulo con el andiisis de las tendencies prin- cipales en la evolucién del sistema de comerco inter- nacional, para enmarcar adecuadamente los limites de las estrategias de competitividad emoresarial en las regiones. De ahi la importancia de conocer los ele- mentos de los que depende el éxito competitive de las empresas, tanto en la construccién del tejido econdmi- 0 regional interno, como en la pugna competitiva in- ternacional. En ello tiane también una infiuencia deci- siva la actuacién de los gobiernos regionales y locales. En otras palabras, se hace preciso conocer los contenidos mas apropiados de esas politicas de cardcter regional o local, para construe! éxito compe- titive de forma concertada con los agentes privados en la regin Finalmente, hay que destacar que el ‘entorno” de ac- tuaciones (0 politicas) pablicas en los diferentes nive- les (nacional, subnacional y supranacionel) requiore tuna coordinacién adecuada y, sobre todo, una orienta- cidn apropiada en los contenidas y formas de interven- cién, para alcanzar el éxito compettive buscado, 1. LAS CARACTERISTICAS MAS RELEVANTES DEL COMERCIO INTERNACIONAL EN LA ACTUALIDAD Y LA FORMACION DE BLOQUES ECONOMICOS El andlisis econémico convencional esta basado en una tecogida de informacion estadistica sobre bases nacionales, lo cual deja de lado la consideracién de los agentes empresariales transnacionales que operan en diferentes territorios y con una lgica mundializada. Esta no coincidencia de la economia “internacional” con la economia “mundial” es posiblemente una de las mayores rémoras para el avance de! andlisis econdmi- 0, Por ello, al no disponer de informacién estadistica sistematizada sobre los fiujos del comercio mundial, hemos de basamos provisionalmente en los datos del comercio internacional. Si se analiza la relacién de los principales exporta- dores a nivel mundial, segin datos del GATT, hay que esperar el puesto decimonoveno para encontrar al pri mer pals latinoamericano, México, que posee una par- ticipacién de sélo el 1,2 por ciento en las exportacio- nes mundiales de mercancias en 1992. Entre los cincuenta primeros lugates de dicha relacién tan sélo encontramos a ottos cuatro paises latinoamericanos: Brasil, Venezuela, Argentina y Chile. Entre esos cinco palses no superen la partcipacién en las exportacio- nes mundiales de mercancias de Hong Kong (3,2 por ciento) en ese afo. Por otra parte, los cinco primeros paises exportadores a nivel muncial (Estados Unidos. ‘Alemania, Japén, Francia y Reino Unido) representan en conjunto el 44 por ciento de las exportaciones mun- ciales de mercancias en dicho afio, lo que se eleva a 63 por ciento si se aftaden los cinco siguientes, ttalia, Paises Bajos, Canadé, Bélgica-Luxemburgo y Hong Kong. Ello da idea del alto grado de concentracion del comercio intemacional en la actualidad. La reducida participacién de América Latina en las ex- portaciones mundiales de mercancias (lan sdio el 4,1 Por ciento del totzi en 1992) contrasta con la importan- ‘ia de Europa Occidental, que alcanza el 47 por cien- to, Destaca también el hecho de que aproximadamen- te un tercio de las exportaciones mundiales de metcancias corresponden al comercio realizado entre paises de Europa Occidental El Cuadro 1 recoge la partcipacién de las exportacio~ nes realizadas entre paises de la misma érea en las exportaciones de mercancias de cada area, entre 1986 y 1991. Como se aprecia, la participacion de las exportaciones intraarea crecié en dicho periodo tanto en Europa Occidental (con una subida de cuatro pun- tos porcentuales) como en Asia (que subié casi diez puntos), mostrando asi una tendencia de reforzamien- ESTA EURE: 2 ‘COMPETITIVIDAD INTERNACIONAL, ESTRATEGIA EMPRESARIAL Y PAPEL DE LAS REGIONES ‘Cuadro 1 PORCENTAJE DE LAS EXPORTACIONES INTRAAREA EN LAS EXPORTACIONES TOTALES DE MERCANCIAS DE LAS DISTINTAS AREAS 1986 1987 1988 1988 1990 1981 América del Norte 39,1 78 35.4 342 34.3, 33,0 América Latina 14.0 13,8 13.4 14,1 13.4 16,0 Europa Occidental 684 70,5 706 70,7 72,2 72.4 Asia* 37.0 38,8 418 441 44.8 48,7 Los datos incluyen Asia desarrollada y subdesenttiada Fuente: GATT, 199%. to en el comercio de dichas areas. Por el contrario, en al caso norteamericano se advierte una caida de sels puntos porcentuales en dicho periodo, mientras Améri- ca Latina aumenta su comercio intradrea en estos afios, aunque tiene todavia niveles reducidos en dicho comercio, Entre 1980 y 1991 Japén incrementé la participacién relativa de sus exportaciones tanto en el propio merca- do asiatico, donde colocaba en 1991 més del 36 por ciento de sus ventas extemas, como en América del Norte y Europa Occidental, que constituyen también mercados muy importantes para las exportaciones ja- ponesas. Estados Unidos es el principal pais de desti- no de les exportaciones niponas, absorbiendo casi el 30 por ciento de las mismas en 1991, De igual modo, Estados Unidos es también el primer pais de origen en las importaciones de Japén, signiicando en 1991 casi el 23 por ciento de las importaciones niponas, esto es, cinco puntos porcentuales mas que en 1980, Ello refu- ta las frecuentes acusagiones de la administracién es- tadounidense acerca del supuesto cierte de mercados de Japén frente a las exportaciones de otros paises, @ invita a penser en ottas consideraciones més protun- das vincuiadas a la estera de la production y a las innovaciones tecnolégicas y organizativas introducidas en ia misma, que en el caso nipén han tenido lugar en mayor medida y con superior eficiencia que en el capitalismo estadounidense en las ulimas décadas. Y 9s que los niveles de competividad en los mercados: internacionales descansan, en buena medida, en las innovaciones tecnolégicas y organizativas realizadas en el nivel microeconémico, al interior de la esfera pro ductiva. Como es bien conocido, el andlisis de las exportacio- nes mundiales por tipos de productos nos muestra el predominio de las manufacturas (72,8 por ciento del total) frente a los productos primarios. Exceptuando los combustibles, los productos primarios séio repre- sentan el 15,3 por ciento de las exportaciones mundia~ les de mercancias en 1992. Los fiujos de comercio intemacional se concentran, pues, en los productos manufactureros. El Cuadro 2 nos muestra, sin embar- go, la importancia mayoritaria que todavia tienen los productos primarios en el comercio exterior latinoame- rivano, Como consecuencia de fos procesos de ajuste lleva- dos a cabo en América Latina durante la década de los ochenta, se realiz6 un importante esfuerzo para incrementar el volumen de las exportaciones, logrdndose superdvit en la balanza comercial, pese a la caida persistente de los precios de los productos primarios en los mercados internacionales, No obstan- te, dichos superdvit se tomaron on deficit al inicio de los afios noventa, debido al mayor ritmo de crecimien- to de las importaciones. EWSTA CURE 43 FRANCISCO ALBURQUERQUE Cuadro 2 COMERCIO DE MERCANCIAS DE AMERICA LATINA, POR GRUPOS DE PRODUCTOS, 1992 Porcentaje en las exportaciones América Latina Mundiales Productos Agropecuerios 25,0 a5 Minerales y Combustitles 28,5 96 Manufacturas 45,2 26 Fuente: GATT (1999) Pese a dicho estuerzo exportatior, durante estos afios, se ha asistido a la continua pérdida de importancia de América Latina en las corrientes de comercio intema- cional, lo que muestra claramente el inadecuado tipo de ajuste extemo que se llevo a cabo, en iugar de tender al necesario ajuste de la economia real, fin de faciltar la introduccién de las innovaciones tecnolé- gicas y organizativas en las diferentes bases econdmi- cas y contextos institucionales internas de los paises y regiones, con objeto de incrementar su productividad y competitividad en los diferentes mercados. El Cuadro 3 representa una matriz de los flujos de exportaciones de mercancias por areas de origen y destino, expresadas en porcentaje de las exportacio- nes totales de cada area. Segun puede apreciarse, América Latina vende en América del Norte casi el 47 por ciento de sus exportaciones totales y algo mas del 20 por ciento en Europa Occidental. Por su parte, América del Norte vende en su mercado intraarea la tercera parte de sus exportaciones totales, represen- tando América Latina ei 13,4 por ciento como mercado de destino de sus exportaciones en 1992, lo cual no es desdefable. Como se deduce de todos los datos anteriores, el con- texto comercial internacional muestra una concentra- cién de los intercambios en tomo a tres grandes areas geoeconémicas, de las cuales la europea occidental {oon Alemania como polo principal) y la asiatica (alre- dedor de Japén y los nuevos paises industrializados de esa area) parecen destacar principalmente, De igual modo, el sistema de comercio internacional, pese a la ret6rica librecambista oficial, est repleto de tra- bas y esquemas proteccionistas que cificultan princi- palmente el acceso de los productos de {os paises en desarrollo a los principales mercados. Cuadro 3 EXPORTACIONES TOTALES DE CADA AREA ECONOMICA, 1992 (En porcentaje) NA AL EOCC ~—EORI AFR OMED Asia Total Norteamérica 33,4 134 22,4 12 18 a1 25.0 100 América Latina 46,8 172 20,8 15 14 18 94 100 Europa Occidental 73 aa 719 33 31 3,3 78 100 Europa Oriental 23 19 649 185 18 19 Mt 100 Arica 14,4 19 56,3 2.0 67 17 10,1 100 Oriente Medio 129 29 (265 24 48 1 416 100 Asia 26,2 24 19,2 1 15 3,8 445 100 (WA: Norteamérica; AL: América Lating; EOCC: Europa Orcidental; EORI Fuente: GATT, 199%b. Europa Oriental; AFR: Arica; OMED: Oriente Medio), REVISTE EURE M4 ‘GOMPETITIVIDAD INTERNACIONAL, ESTRATEGIA EMPRESARIAL Y PAPEL DE LAS REGIONES La apuesta por la competitividad intemacional de re- giones en América Latina y el Caribe requiere, pues, no idealizar la supuesta existencia de un contexto comer- cial homogéneo, tal como sugieren los modelos te6r- cos convencionales y la ideologla predominante. En su lugar, cualquier empefio por competir internacional mente debe partir de la base de que ello obliga a into- ducit las innovaciones tecnologicas y organizatvas en el tejido productivo interno de las respectivas regio- nies, a fin de poder crear las condiciones de crecimien- to econémico locales, sin las cuales no es posible sos- tener éxito competitivo alguno en el madiano plazo. Igualmente, ta participacién en dicha pugna competit- va intemacional debe plantear una apuesta clara por la calidad y diferenciacién ds los productos (bienes 0 servicios), as{ como la mejora de la gestién de todos los elementos que componen lo que se ha denomina- do el “sistema del valor’ en el que se sitia la empresa. La apuesia por la maquila, los salarios bajos y la ex- plotacién de la mano de obra, asi como el aprovecha- miento de recursos naturales sin apenas elaboracién, no tienen més futuro que la odiosa reproduccién del pasado, sin perspectives de medio o largo plazo, Su- Perponer a ello maquinaria ms moderna o sofisticada, sin cambios sustantivos de enfoque, no es sino des- plegar un tipo de “modemizaciOn’ tan perversa como ignorante de los retos actuales, 2, LAS TENDENCIAS ACTUALES HACIA EL NEOPROTECCIONISMO Y UNILATERALISMO EN EL SISTEMA DE COMERCIO INTERNACIONAL La evolucién actual del sistema de comercio interna- cional se caracteriza por dos tendencias encontradas. De un lado, los intentos de mantener 0 extender el mmultlateralismo, tal como seftala la retbrica oficial del Acuerdo General de Aranceles de Aduanas y Comer- cio (GATT) y su sucesora la Organizacién Mundial de Comercio (OMC). De otro, la existencia de un protec ionismo “de facto” practicado de diferentes formas or las principales potencias (tal como la Poltica Agra ria Comin de la Unién Europea), asi como el unilateralismo que lleva a cabo los Estados Unidos de Norteamérica a través de su politica comercial. Fi nalmente, en contraposicién también al muttilatera- tismo preconizado por el GATT/OMC, se constata la lendencia, ya sefialada en el apartado anterior, hacia la formacién de grandes bloques geoeconémicos fen el escenario internacional. Las diferentes formas mediante las cuales se ejerce hoy el proteccionismo comercial han ido sustituyendo los mecanismos de proteccién arancelaria por el uso de otro tipo de restiicciones cuantitatvas al comercio mucho més eficaces. Entre estes restriociones cuanti- tatvas cabe aludir a: I) las cuotas o contingentes a la importacién (cuando se fija un volumen maximo de unidades susceptibles de importacion a un pais}; i) las denominadas restricciones voluntarias de exportacio- ns, conocidas por sus siglas inglesas voluntary export restraint (VER), las cuales son restricciones aceptadas, por e! pals exportador, normalmente bajo presidn del pafs que se considera perjudicado por la agresividad comercial del otto, y ii otras barreras no arancelarias (non tariff barriers 0 NTB), tales como las normativas. de requisites técnicos o sanitarios, las formalidades aduaneras y otras trabas administrativas, las politioas de compras puiblicas y procedimientos de adjudicacién de obras y contratos piblicos, y los controles de cam- bios de divisas, exigencia de depésitos previos a la importacion, ete. El efecto aislante del mercado mundial es mayor en el caso de las restricciones cuantitativas que cuando se ulilizan aranceles, ya que estos itimos no pueden im- pedir el aumento de tas importaciones de determina- dos productos que vean inerementada su demanda in- terior, ya sea porque se ofrezcan a menor precio como resultado de mejoras tecnolégicas introducidas en los paises exportadores, © porque tengan otras propieda- des diferenciadas que les afiadan elementos de competiividad supetiores frente a productos internos similares. Ello explica por qué las reducciones arance- larias negociadas en las ttimas décadas han ido sien- do sustituidas parcialmente por resticciones cuanttat- vas, ante el recrudecimiento de la pugna competitiva en los mercados. Los metcados mas significativos son hoy de competencia imperfecta y en ellos las restric: ciones cuantitativas poseen un efecto de salvaguarda de mercados mas eficaz que los aranceles. Este panorama del cometcio intemacional ‘realmente existente” -y no al que nos cuenta la retérica académi- EVISTA EURE 4% FRANCISCO ALBURQUERQUE ca convencional y la ideologia predorinante- es parte del contexto que debe tenerse en cuenta en el emperio competitive de las regiones ya que, como se ve, el sistema de comercio internacional se encuentra muy condicionado por el diferente “poder de negociacién” de los diferentes actores (ya sean empresas 0 gobier- nos) en el mismo. Buena parle de las transacciones comerciales internacionales responden, pues, a un “comercio administrado” y no al denominado ‘libre jue- go de las fuerzas del mercado’. Estas fuerzas intervie- nen, si, pero lejos de hacerlo libremente, lo hacen mostrando sus correspondientes fortalezas, y es ese el escenario real en el que transcurre la compe- ttvidad intemacional, bajo la légica de la acumulacién capitalista Con respecto al unitateralismo de la politica comer- cial estadounidense 0 a la politica proteccionista agraria practicada por la Union Europea, todo muestra ‘que se asientan en posiciones con sdlidos respaldos en sus respectivas reas. En el caso de EE.UU., por ejemplo, las causas de su declive econdmico en la postguerra son a menudo simplificadas mediante afir- maciones simplistas, pero bastante generalizadas, como son las de que Japén no abre sufcientemente sus mercados @ los productos estadounidenses, mien- tras los productos japoneses si estan inundando el mercado de los Estados Unidos. Detrés de estas vanalidades existen, sin embargo, causas més profun- das relacionadas con las adaptaciones y cambios que Japén introdujo mas tempranamente en el modelo de acumulacién fordista, construyendo progresivamente superiores ventajas competitvas frente al capitaismo norteamericano y resténdole paulatinamente cuotas de presencia en los mercados internacionales. Frente a esa pérdida relativa de hegemonia en los mercados, la politica “comercial” estadounidense ha venido utlizando diversos métodos de presién econé- mica, diplomatica 0 politica, con objeto de lograr con- cesiones comerciales unilaterales por parte de otros paises; negandose a someterse a idénticas reglas que las que se aplican a los demas paises para deleminar la existencia de posibles violacines de derechos co- merciales propios; 0 definiendo unilateralmente las précticas de “comercio desieal” de otros palses, recu- rtiendo a las represalias y amenazas en lugar de la negociacién. El ejemplo més claro lo constituye ef reforzamiento del articulo 301 de la “Omnibus Trade and Competitiveness Act’ de 1988, que supone el abandono de principios clave del GATT sobre dere- chos comerciales, reglas y procedimientos de resolu- ion de controversias para todos los paises miembros, y el abandono det crterio convencional del GATT rela- tivo a la reciprocidad de las concesiones comerciales, basado en las reducciones mutuas equlibradas de ba- rreras comerciales. En lugar de ofrecer concesiones comerciales que lue~ go deben generalizarse para motivar una mayor libera- lizacion comercial, EE,UU. susle amenazar con dejar en suspenso sus obligaciones comerciales, 0 tomar represalias en caso de no aceptarse sus exigencias. La transicién hacia este tipo de “unilateralismo agresi- vo" por parte de EE.UU, ha sido también imoulsada por los grupos de presion exportadores nacionales es- tadounidenses que, al igual que las grandes empresas transnacionales de dimensién global, se ven beneficia- dos por ei uso del poder politico, diplomético y miltar del Gobiemo de los EE.UU. a fin de abrir mercados extranjeros Esta posicién de EE.UU. se dirige también a los nue-~ vos paises industriaizados asiéticos, que disfrutaron afios atras de un trato preferente en el GATT, con reducciones generalizadas de barreras comerciales en los mercados de los palses desarrollados, sin exigen- cia de reciprocidad. Una vez alcanzada una base de sustentaci6n suficiente para su crecimiento econémi- co, parece razonable plantear a esos palses que asu- man idénticas obligaciones como “partes contratantes” del GATT, reduciendo sus barreras a las importacio- nes y realizando mayores concesiones en las negocia- ciones comerciales. Naturalmente, las concesiones urilaterales impuestas (o “concedidas voluntariamente’, segiin la expresion oficial) mediante este tipo de amenazas, suelen llevar cconsigo desviaciones de importaciones desde los pai- eS menos fuertes hacia los que tienen mayor poder de negociacién en los mercados. En otras palabras, esta forma de manifestarse la pugna comercial inter- nacional aumenta la exclusién y dificultades para aquellos paises con menor poder de nagociacién en el escenario comercial intemacional, como son los pai- ses en desarrollo, EVISTA EURE 46 ‘COMPETITIVIDAD INTERNACIONAL, ESTRATEGIA EVPRESARIAL Y PAPEL DE LAS REGIONES Se explica también asi cémo, pese a ser el GATT un ‘Acuerdo establecido fundamentalmente por y para los intereses de los paises ricos, ha acabado siendo res paldado recientemente por los paises en desarrollo como defensa del muftlateralismo, esto es, en favor de la existencia de reglas generales para la regulacién del sistema comercial intemacional, con el fin de que éste no continie rigiéndose, como en la actualidad, por la ley del més fuerte 3. PERSPECTIVAS DEL SISTEMA DE COMERCIO INTERNACIONAL: EL AGOTAMIENTO DEL GATT En la discusi6n sobre las perspectivas del comercio intemacional cabe sefialar, al menos, tres reflexiones de interés, a) En primer lugar, frente al recurrente argument de como la reduccién de los costes de transporte y comu- nicaciones beneficia al auge de los intercambios co- merciales, hay que seftalar que a pari de la década de los noventa este hecho parece mostrar una contri- boucién algo menor al crecimiento del comercio interna- ional. Seguin datos recogidos por Hutbauer (1991), de hecho, los costes de fos fletes ocednicos y tasas por- tuarias por tonelada de carga, y el coste medio del transporte aéreo por milla y pasajero, muestran una ‘tendencia a subir a inicios de los afios noventa, tras el claro dective durante et periodo de 1930 a 1980. b) En segundo lugar, cabe resaltar la relativizacién actual del apoyo de las grandes empresas transnacio- nales a la liberaizacién multilateral del comercio, Has- ta 1980, aproximadamente, las empresas transnacio- nales identificaron sus intereses corporativos con la liberalizacién comercial manutacturera perseguida por el GATT. Pero a partir de la década de los ochenta se producen nuevas circunstancias que sitian al GATT fn un segundo plano de la escena. De un lado, ante el incremento de la pugna compettiva intemacional, se aprecia el mayor interés de los grandes grupos econé- icos europeos por asegurar su mercado comunitario, en un proceso complejo y no exento de tensiones, pero también de inequivoca apuesta por la ampliaciSn del denominado “Espacio Econémico Europeo’. La re- ciente integraci6n en la Union Europea de los paises de la Asociacién Europea de Libre Comercio (EFTA) y [a liquidacién del socialismo real, abren expectati- vas de reforzamiento de los mercados de dicha drea europea. De otto lado, por parte estadounidense esta el interés por responder a fo que se visualiza como ‘Fortaleza europea’, con una apuesta multiple consistente en re forzar esquemas de integracién y zonas de comercio preferente con los paises del Tratado de Libre Comer- cio Norteamericano (Canada y México), y con otros paises latinoamericanos (como Chile), asi como con los Palses de la Cuenca del Pacifico; no dudando en recurrr al unilateralismo agresivo comercial. En suma, se destaca el interés por acciones no multilaterales que dejan al GATT, de hecho, en un lugar secundario. ) El tercer aspecto a sefialar en esta pérdida de relevancia del GATT como foro de regulacién de! co- mercio intemacional es que, también desde la década asada, dicho Acuerdo debe compartir el papel de pro- tagonista con otras instituciones tales como el Grupo de los Siete, u otras instancias cumbres entre las prin- cipales potencias. Adicionalmente, algunos paises como Chile, Turquia, México, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Polonia, Australia, entre otros, procedieron afios altés a poner en marcha procesos de liberalize cién comercial unilateral, con lo cual parece claro que no es tnicamente a través del GATT cémo pue- den obtenerse ventajas de apertura de mercados. Las acciones unilaterales de uno u otro lado, u otras inicia- tivas diferentes, pueden cumplir a veces de mejor ma- nera esos objetivos, en un contexto de relaciones co- merciales altamente dependiente de posiciones de negociacién y fuerza a nivel internacional. En la coyuntura actual, como vemos, la formula unila- leral del GATT no es necesariamente la Unica. Ni tam- poco el viejo procedimiento de intercambiar reduccio- nes arancelarias ‘producto @ producto” parece ser ya el camino mas fécil para inerementar el libre comercio. En las primeras rondas de negociaciones del GATT las concesiones arancelarias mutuas se discutian entre un niimero reducido de paises contrapartes y se limitaban esenciaimente a los intercambios entre productos manufacturados. En la actualidad, sin embargo, el ni- mero de paises es mucho mayor y, ademas, las nego- ciaciones no estin s6lo referidas a productos manu- EVISTA EURE 47 FRANCISCO ALBURQUERQUE facturados, sino que incluyen productos de naturaleza muy diferente, tales como textiles, propiedad intelec- lua, servicios, etc. Todo ello nos muestra la pércida de relevancia relativa del GATT como mecanismo operativo central en la regulacién del comercio interna- cional 4, ESCENARIOS DEL COMERCIO INTERNACIONAL Desde un punto de vista genérico, fa evolucién del sistema de comercio intemacional puede representar- se mediante varios escenarios hipotéticos (Lawrence, 1991), cuyos rasgos nos ayudan @ comprender y sistematizar gran parte de lo expuesto hasta aqut. El primero de esos escenatios contempla la mera pro- longacién del regimen de comercio actual del GATT. Es bien conocido que el GATT permitié durante el pe- rfodo de posguerra una importante reduccién de tarifas arancelarias en el comercio de manutacturas entre paises industrializados. Sin embargo, no sucedié lo mismo con el comercio de productos primarios, lo cual, al afectar de forma negativa a las exportaciones de los palses en desarrollo, ha difcultado hasta hoy una me- jor insercién de los mismos en el contexto econémtico intemacional. Es diffe suponer que pueda mantenerse asia exclusion de los pafses en desarrollo sin compro- meter seriamente los objetivos de la paz y seguridad a nivel intemacional. De hecho, la recién nacida Organizacién Mundial de Comercio se plantea con mayor peso insttucional y entidad para atender a la regulacién de los intercam- bias internacionales; y del mismo modo, la Ronda Uru- guay incluyé un conjunto mas amplio de temas que fos ‘ue histbricamente ocuparon a las anteriores rondas de negosiaciones del GATT. Ahora bien, una cosa son las declaraciones de intencién y otra lo que suceda realmente. En este sertido, si bien el final de la Ronda Uruguay fue presentado como un éxito, ello no avito la continuacién de las “guerras comerciales” entre princi pales potenclas, y tampoco han cedido las posiciones enfrentadas entre la Unién Europea y los restantes paises en relacién con la naturaleza proteccionista de su Polftica Agraria Comin. Y es que, aunque conti nuen realizandose declaraciones en favor de una ma- yor liberalizacién del comercio intemacional, la OMC puede desemperiar, de hecho, como ya ocuria con el GATT, un papel menor en la regulacién de las relacio- nes comerciales entre paises. Ademés, la concepcidn originaria del GATT esta basa- da en la reduccién paulatina de aranceles, de acuerdo al principio de extender al resto de palses las conce- siones efectuadas a cualquier otra “nacion favorecida” Este principio, basado en la suposicién de economias nacionales como principales agentes de los intercam bios comerciales, ha sido puesto en evidencia con el paulatino incremento de la globalizacién econémica y el peso creciente de las actividades de fos agentes econdmicos transnacionales. Como han sefialado al- gunos autores, esta idea basada en un intercambio entre naciones es sélo una forma de “integracién dé- bil’, frente al avance de tendencias de “integracién més profunda” en la economia mundial, dabidas al fe- némeno de la transnacionalizacién. Por todo ello, no parece que el sistema GATT actual sea el lugar de encuentro mas adecuado para las ne- gociaciones en el contexto nuevo de “integracién profunda” que conoca la economia mundial mediante el avance del proceso de globalizacién. Por el contra- fio, es probable que ésta sea encarada mediante arre- glos entre diversos bloques econémicos, 0 entre prin- cipales potencias, siendo este un escenario mas posible como espacio de negociacién deseado por di- chas potencias y los principales agentes econémicos. El segundo de los escenarios fja su atencién en la conformacién de bloques de comercio entre las tres grandes reas geoeconémicas de América, Europa y Japén. La preocupacién por una fragmentaci6n del sis- tema de comercio mundial en tres grandes bloques se fundamenta principalmente en sus posibles efectos de desviacion de comercio y, sobre todo, de abandono del mufilateralismo al interesarse priortariamente por las iniciatvas de su propia 4rea econémica. En este sentido, sobre todo por parte estadounidense, se teme ‘que una Unién Europea mas fuerte pueda ser domina- da por las preferencias de sus miembros y agentes mas proteccionistas, introduciéndose nuevas barreras respecto al exterior. Todo ello podria, igualmente, pro- vvocar una respuesta similar de las naciones asiéticas en el mismo sentido. AEUSTA EURE 48 CCOWPETITIVIDAG INTERNACIONAL, ESTRATEGIA ENPRESARIAL Y PAPEL DE LAS FEGIONES Ahora bien, estas preocupaciones podrian no estat justiicadas si, de hecho, pese a la existencia de tales bloques geoeconémicos Integrados (todos ellos en di ferentes y complejos momentos de consolidacién), los rmismos se mantienen abiertos al cometcio exterior. En efecto, los bloques de comercio intraarea ablertos al exterior pueden promover y facitar el comercio entre paises de diferentes bloques. Con la importante ex- cepcién del sector agrario, la integracién de los seis paises miembros originarios de la Comunidad Europea (CE), estuvo acompafiada de una amplia reduccién arancelaria de caracter multilateral y, de hecho, la pro- pia constitucién de la CE fue impulsada de forma im- portante por la Ronda Kennedy dal GATT. La expe- riencia de la CE también muestra que los paises no miembros encuentran, por lo general, fuertes incenti- vos por una liberalzacién comercial en un sisterna con acuerdos regionales. Ello sucedié con el Reino Unido, Espafia, Portugal o Grecia, y presiones similares se advierten con los paises que pretenden incorporarse al Espacio Econémico Europeo, incluyendo Turquia y los paises europeos del Este. AA igual que el caso de la Unién Europea, el proceso de conformacién del Tratado de Libre Comercio Norte- americano tampoco parece que se esté desarrollando de forma excluyente ya que, al mismo tiempo que México negocia con sus socios comerciales norteame- Ticanos mas poderosos, ha impulsado también otras iniciatvas con Centroamérica, con diversos paises de Sudamérica, y hacia la Cuenca del Pacifico. En idénti- co sentido se plantean también las nuevas experien- cias de integracién latinoamericana en el Mercosur 0 el Pacto Andino, as como la reciente propuesta sobre “regionalismo abierto’ emanada de la CEPAL (1994). Ahora bien, América Latina es competidora con Norteamérica en muchos productos primarios, mien- tras la complementariedad de las diferentes econo- mias europeas del Este y el Oeste aparece mucho més clara, asi como en el caso asiatico, si se piensa en la complementariedad posible de las economias ja- ponesa, australiana, neozelandesa y china. Es claro ue la posicién latinoamericana es, dentro de su pro- pio bloque hemisférico, de una inferior complementa- riedad productiva 0, dicho en otras palabras, de una posicién mas débil o vulnerable en el seno de su pro- pio bloque, lo que deberia animar a la diversificacion de mercados en el plano intemacional El bloque asidtico que parece surgir en tomo a Japén y los nuevos paises industrializados de esa zona es, sin embargo, el que parece mostrar un grado de dependencia mayor dal comercio extradrea, Segiin da- tos del GATT, en 1988, mas del 71 por ciento de las exportaciones de Japén y el Sudeste asiatico se reall- zaban fuera del atea; 35,4 por ciento hacia EE.UU., Canada y América Latina (Hemisferio Occidental); 19,6 poor ciento hacia el atea de Europa Occidental, y 16,3 poor ciento hacia Altica, Oriente Medio y Asia del Sur. Los paises del area asidtica son, ademas, muy heterogéneos desde un punto de vista politico, y no parece probable que desde EE.UU. exista la predispo- sicién a conceder enteramente a Japén un papel ple- ramente dominante en Asia, Oe este modo, EE.UU. rmantiene su presencia en las Areas de libre comercio con las naciones asiaticas. En cualquiera de los tres bioques econdmicos el co- mercio extradrea es, sin embargo, importante, repre- sentando porcentajes significatvos del producto inter- ‘no bruto de cada bloque. De todas formas, no pueden despreciarse las preocupaciones anteriormente cita- das respecto al posible escenario de continuos enfrentamiantos y escalada neoproteccionistas, en la medida que quiebren sustancialmente el sistema mulilateral de comercio, de por si ya bastante afecta- do por los intercambios basados en el comercio intrafirma, comercio de trueque 0 comercio regulado. El tercer escenario alude a la posible evolucién hacia un sistema de comercio regulado, posicién ésta que cuenta en EE.UU. con el respaldo de influyentes académions y pollicas partdarios de la fiacién de ob- Jetivos o resultados a alcanzar, en lugar del estableci- miento de reglas generales para el comercio interna ional, En este sentido, se defiende el sefalamiento de equilibrios comerciales a nivel macro {tales como objetivos de importaciones y exportaciones), ya sea establecidos bilateral 0 unilateralmente; asi como obje- tivos a nivel micro, por productos y sectores, justifican- dose de este modo los mecanismos de restriccién cuantitativa sobre importaciones como las que se apli- can en el comercio de productos textiles (Acuerdo Mulifibras), semiconductores, automéviles, 0 produc- tos siderirgicos, entre otros. REMSTA EURE 49 FRANCISCO ALBURQUERGUE En el pasado reciente estos acuerdos de regulacién ‘comercial constituyeron una respuesta de los paises desarrollados a sus problemas con los denominados sectores “sensibles", amenazados por la creciente competitividad de algunos paises en desarrollo en ‘esas lineas de produccién. Pero también ahora se despliegan en sectores de futuro, argumentandose por parte de los defensores de este tipo de regulaci6n del comercio la dificullad de establecer acuerdos relativos 4 reglas internacionales sobre pollticas comerciales para este tipo de productos. El comercio internacional realmente existente muestra de este modo un peril que es basicamente resultado de posiciones de fuerza, siendo bastante probable que continuemos asistiendo por algun tiempo a este tipo de regulaciones particulares del mismo, Por iiltimo, el cuarto escenario se refiere a la profundizacién del sistema GATT hasta contemplar los niveles de “inlegracién més profunda’ de la economia globalizada actual. Se trata del escenario més hipctati- co e improbable, dada la actual relacién de fuerzas y esquema de organizacién y dominacién existentes a nivel internacional. Contempla dicho escenario un acuerdo para una integracién mas profunda, lo que requerirla compromisos poltiicos mucho mayores de los que hasta ahora se han producido en el marco del GATT y en el disefio de la OMC. En resumen, ol desarrollo del sistema de comercio in- ternacional esté sometido a presiones, regulaciones patticulares e incertidumbres considerables, siendo el mayor reto el cémo hacer frente a las nuevas circuns- tancias surgidas del avance de la globalizacién, que ha hecho de los esquemas basados en la “integracién débil entre paises un sistema insuficiente para entren- tar la mAs compleja situacién actual. Ello, no obstante, en cualquiera de los tres primeros scenarios hipotéticas anteriomente cltados, se apre- cia que la libertad de los paises y ragiones en desarro- llo para disfrutar de un trato preferencial se ha reduci- do notablemente, apareciendo dichos paises y regiones fuertemente presionados para conformar sus politicas de acuerdo con las que prevalecen en los paises desartollados. Este es, por tanto, el contexto extemo limitante de la competiividad internacional de las regiones para Amé- rica Latina, ante el cual no parece posible ni justtica- ble evadirse con planteamientos autérquicos. De ahi la necesidad de una reaccién activa y consciente ante los retos del momento actual en relacién con el disefio de las estrategias de desarrollo regional 5, GLOBALIZACION ECONOMICA Y NUEVOS RETOS PARA LA COMPETITIVIDAD INTERNACIONAL DE LAS REGIONES La importante intemacionalizacién econdmica en estas Uiimas décadas ha ido acompariada de cambios deci- sivos en la base tecnolégica y organizativa de las dife- rentes economias y de las cistintas empresas, plan- tedndose un amplio debate acerca de las nuevas formas de actuacién de los respectivos gobiernos (lo- cales, regionales y nacionales) y de las unidades pro- ductivas, en escenarios crecientemente abiertos a la Pugna competitiva internacional. La internaciona- lizacién econémica plantea, en suma, nuevos retos en ‘cuanto a la competiividad internacional de las empre- ‘sas, regiones y naciones, en los diferentes sectores en los que tiene lugar dicha pugna competitiva Si hay algo que merece ser destacado cuanto antes, es que el “entomno” de politicas publicas en los ambitos regional y nacional desempefia un papel fundamental en el logro del éxito competitivo de las empresas situa- das en la regién. De ahi que debamos ocupamas de resaltar fas circunstancias regionales que pueden fo- mentar la construccién de ventajas competitivas di némicas en determinados sectores, y deducir igual- mente las implicaciones de todo ello, tanto para las ‘empresas como para los gobiemos regionales. En otras palabras, esto equivale a seitalar los princi- pios de la estrategia competitiva para los sectores es- pecificos en los que la regién puede competi. En ello, el énfasis en los sectores es importante, ya que es en ellos donde se dilucidan las pérdidas o ganancias de competividad, La regién puede influir en la capacidad de las empresas situadas en la misma para competit coon éxito en determinados sectores, pero son las em- presas los agentes competidores directos en los mer- cados, en los diferentes sectores 0 segmentos sec toriales especficos EVISTA ERE 0 CCOMPETITIVIDAD INTERNACIONAL, ESTRATEGIA EVPRESARIAL ¥ PAPEL DE LAS REGIONES Pero, antes que nada, es preciso seftaar el elevado grado de imprecisién que suele darse en ia utlizacién del término competitividad internacional. De un lado, se encuentran las interpretaciones que contemplan la competitividad como un fenémeno macroeconémico, ‘cuyos elementos més influyentes son el tipo de cam- bio, el tipo de interés, o el deficit publica, Igualmente, estan las argumentaciones que hacen depender la competiividad de la existencia de una abundante o ‘ica dotacién de recursos naturales o de mano de obra barata. De otro lado, se sefiala también que la competitividad depende de la existencia de polticas gubemamentales de cardcter global, orientadas hacia la promocién de exportaciones o la proteccién indus- trial. Y, asimismo, encontramos otras explicaciones que destacan la importancia en la competitvidad de las diferentes practicas de gestion empresarial, entre las que se incluyen las relaciones entre direccién y trabajadores. Ninguna de estas explicaciones, por si solas, resulta plenamente satisfactoria, constaténdose la carencia de una teorla y conceptos generalmente aceptados. De igual modo, se da en todo ello una excesiva intromisién de elementos ideolégicos provenientes de los planteamientos més simplistas de la economia convencional o de la observacién de tan s6lo algunos aspectos 0 un niimeto excesivamente reducido de ex- poriencias concretas. Una cuestién relevante, en la que siempre conviene insistir, es que el objetivo Ultimo del desarrollo eco- némico regional no depende de la imprecisa nocién de competitividad, sino de la productividad con que ‘se empleen sus recursos de todo tipo (humanos, finan- Cier0s, fisicos, tecnolégicos, ete.) para alcanzar un allo y creciente nivel de vida para sus habitantes, Por ello, de la pluralidad de definiciones de competi tividad internacional que podemos encontrar (véase una sintesis en Chudnovsky y Porta, 1990), tomamos la de Fajnzylber (1988), adaptada para el caso de una regién, como la capacidad de ésta para sostener y expandit su partcipacién en los mercados intemacio- nales y elevar simuiténeamente el nivel de vida de su poblacién, lo cual exige incorporacion del progreso ‘técnico. El logro de un mayor nivel de vida no puede ser, des- de luego, simplistamente reducido a un mero creci- ‘miento econémico cuantitativo, ya que la mejora del nivel de vida debe incluir, entre otras consideraciones, la correspondiente mejora de las relaciones sociales de produccién (y entre ellas, las relaciones laborales); la mejora de la calidad medioambiental (es decir, evi- tar el deterioro del medio ambiente y planiicar el uso adecuado de los recursos naturales no renovables), y al respeto y potenciacién de la diversidad cultural en las distintas regiones y naciones. Todo ello requiere no uinicamente un mayor crecimiento sino, sobre todo, un ‘mejor crecimiento econémico y social en la regién. Asi, pues, fa productividad es el principal determinan- te, a largo plazo, del nivel de crecimiento econdmico, siendo por ello la condlcién necesatia, aunque no suf- ciente, para incrementar la competitividad, ya que ‘sta depende adicionalmente de otros aspectos. El crecimiento sostenido de la productividad requiere ue la economia regional se perfeccione continuamen- te. En otras palabras, las empresas situadas en la re- gién deben mejorar inexorablemente la productividad en los sectores correspondientes, a través de la eleva- cidn de la calidad de los productos; la adicién de las caracteristicas de diferenciacién en los mismos; la mejora de la tecnologia del producto, y la superacion de la eficiencia en la produccién. Los costes de estos ajustes orientados al perteccio- namiento de una economia regional pueden ser me- ores si existe una amplia gama de sectores en la misma, en vez de depender excesivamente de tan solo tunos pocos. Asi, pues, la existencia de un adecuado tejido econémico regional interno resulta decisive para sustentar todos estos cambios y estrategias de perteccionamiento de la economia regional. De este modo, aunque pueda parecer paradéjco, una de las prioridades fundamentales (posiblemente la més importante) en ef logro de venlajas competiivas internacionales descansa precisamente en el reforzamiento de la base productiva regional inter- na, sin la cual cualquier salida externa puede ser elf- mera, La presencia de empresas en un amplio conjun- to de sectores oftece, por tanto, mayores posiblidades de éxito para enfrentar fos trastomos derivados de los EWSTA EURE if FRANCISCO ALBURQUERQUE cambios estructurales, ya que de esa forma se facilitan los estabonamientos entre sectores. 6. NUEVAS ORIENTACIONES SOBRE LA CONSTRUCCION DE LAS VENTAJAS COMPETITIVAS REGIONALES La creciente mundializacién econémica, al eliminar im- pedimentos al comercio con los que proteger las em- presas y sectores interiores, esto es, al elevar el grado de exposicion a la competencia de éstos, ha hecho resaltar el papel de la localizacién de las empresas en determinadas regiones, en la medida que éstas sean capaces de crear el “entorno’ socioeconémico e institucional impulsor de innovaciones y perfecciona- rmiento productivo. De este modo, las ventajas competitivas dindmicas se crean y se mantienen mediante un proceso altamente localizado. Ello depends de que el correspondiente espacio’ geogréfico regional o local se constituya en un “territorio socialmente organizado” y en un “entor- no” institucional fértil. Las diferencias regionales en las estructuras econémicas, institucionales, sociales, his- t6ricas, culturales, etc., constituyen, pues, elementos tremendamente importantes en cuanto a la contribu- cidn 0 no al éxito compettvo. La mundializacién econémica no resta importancia a la regién como sede de las empresas. No es valido cual- uier espacio. Las regiones compiten también en la construccién del entomo de servicios empresariales y tecnolégicos apropiado. Cualquier nueva orienta- cién acerca de las ventajas competiivas regionales debe incluir ademés la consideracién de las estrate- gias empresariales en la competencia. Y, tal como se sefialé, ello no puede limitarse a las referencias globales habituales en los enfoques tradicianales, sino que debe descender al andlisis de los respectvos sec- tores y segmentos intrasectoriales especifices existen- tes en la regién. De igual rodo, debe incluir tanto el comercio como la inversion extranjera, ya que ambos pueden influir en el logro de mayores niveles de productividad y competiividad, La discusién sobre las ventajas ¢ in- convenientes de la inversién extranjera no puede soslayarse. Lo importante es la capacidad de dicha inversion fordnea para moviizar recursos potenciales internos y promover “derramamientos’ 0 efectos mutiplicadores hacia otros sectores locales, Esto hace absolutamente necesaria la existencia de un proyecto regional de desarllo, sin el cual, una actitud incons- cienta 0 pasiva del gobierno regional respecto a la naturaleza y estrategias de dicha inversién, que esté guiada -en no pocos casos- por una légiea de acumu- lacién fordnea, puede colaborar bien poco al desarrollo interno, aunque pueda presentarse en el inmediato plazo como generadora de cierto nivel de empleo y preduccién en la ragién. El concepto de base o sede central de una empresa presentado por Michael Porter (1991: 45) resulta utl an esta discusién (2). El que la base central de la empresa se site en la regién equivale a que en ella se establece la estrategia de la misma y se definen el producto y fa tecnologia del proceso productive. Dicho concepto se tefiere, en todo caso, a un sector en parti cular; de modo que una empresa transnacional diversificada puede tener, por ejemplo, diferentes ba- ses centrales para compelir en varios sectores en dis- tinlas regiones. La existencia de una base central en la regién es importante, como vemos, ya que ello estimu- la influencias de actividad en sectores interiores conexos y olfo tipo de “derramamientos” favorables, En este caso, la nacionalidad de los accionistas de la empresa resulta menos importante que el hecho de que la empresa en la regién sea la auténtica base central mediante el control de las facetas estratégica, creativa y técnica de la misma. Las nuevas orientaciones sobre la construccién de las ventajas competitivas regionales deben ir mas alld de las “ventajas comparativas’, y llegar a comprender fos determinantes de las ventajas competitivas dindmi- ccas, esto es, deben incluir un rico concepto de la com- petencia (y no sblo los elementos relatives al coste de los factores) en al que la diferenciacién de los produc- tos, la segmentacién de los mercados, las economias de escala y de civersidad (0 de gama), la construcoién del entomo de servicios avanzados a la produccién, sean introducidos Este nuevo enfoque debe considerar también que la ‘competencia es evolutiva 0 dinémica, reconociendo REvSTA EURE &2 COMPETITIVIDAD INTERNACIONAL, ESTRATEGIA EMPRESARIAL Y PAPEL DE LAS AEGIONES fentonces como elementos fundamentales la mejora y la innovacién en los métodos y la tecnologia. En otras palabras, hay que superar el planteamiento tradi- cional, esencialmente estatico, y cantrado en las ven- tajas basadas en el coste de los factores o en las ‘economias de escala, y en el que el cambio tecnoiégi- co suele considerarse como factor exégeno. Iguaimen- te, debe explicarse cdmo la politica regional puede in- fluir en ese proceso de innovacién mediante ia conformacién del entorno institucional, tisioo y de ser- vicios adecuado para la incorporacién del cambio teo- noldgica y organizacional necesario en la construccién de las ventajas competitvas dinémicas. 7. LA ESTRATEGIA EMPRESARIAL Y LAS VENTAJAS COMPETITIVAS REGIONALES Como ya se ha sefalado, las empresas son los agen- tes que compiten directamente en los mercados inter- nacionales, mientras que las regiones -como sujeto crgarizado socialmente- pueden desempefiar indiree- tamente un importante papel en tal sentido, esencial- mente dirigido a facilitar la construccién del entorno favorable para el alcance de las adecuadas condicio- nes de competitvidad de aquéllas. Asi, pues, debemos ‘comprender cémo las empresas crean y rantienen las ventajas competitivas, con objeto de ver qué papel puede desempefar la regién en dicho proceso. La estrategia competitva de las empresas es el méto- do a través del cual las mismas tratan de definir y establecer cémo competir en su sector (0 segmento intrasectorial) de forma rentable y sostenida. Natural mente, no existe una estrategia competitiva de cardc- ter universal, ya que éstas deben adaptarse a los sac- tores 0 segmentos concretos y a las técnicas y activos de la emprasa en particular. El Grafico 1 representa lo que Porter (1991: 72-73) ha denominado la cadena del valor creado por una em- presa, a través de la realizacién de sus diferentes act- vidades. Como se aprecia, estas actividades pueden clasiicarse en dos grupos: las actividades de apoyo (Infragstructura de la empresa, Gestion de recursos humanos, Desarrollo de tecnologias, Aprovisiona- mientos), y las actividades primarias (Produccién, Logfstica de entradas y salidas, Comercializacién, Ser- vicio posventa). La estrategia, como hemos dicho, marca la forma en que una empresa realiza sus peculiares actividades y, en summa, organiza la cadena del valor. Dichas activi- dades varlan en importancia segin cada sector, en unos pueden ser importantes la tecnologia, la calidad del producto o los servicios posventa, y en otros puede serlo la financiacién o la publicidad. Las empresas pueden conseguir ventajas competitvas al concebir nueves formas de llevar a cabo sus actividades, em- plear nuevos procedimientos, nuevas tecnologias, cambiar el disefio de los productos, o utlizar diferen- tes insumos, entre ottas posiblidades. Pero una empresa es algo mas que la suma de sus, actividades, ya que la cadena de valor es un sistema interdependiente, o red de actividades, conectado me- diante “enlaces’, lo que exige la coordinacién de las actividades eslabonadas (como las entregas de insumos a fiempo para la fabricacién), a fin de reducir los “costes de transaccién’ y el tempo total de produc- cin, De ahi que la cuidadasa gestién de los enlaces en la red de actividades sea una fuente decisiva de ventajas compettvas. Naturalmente, !a manera como una regién puede facitar la vinculacién o creacion de toda esta red de enlaces constituye una aportacién decisiva en el logro de! éxito competitive, Ello quiere decir que para alcanzar ventajas competi vas, la cadena del valor de una empresa debe gestionarse como un sistema, y no como una colec- cién de partes separadas. Y, del mismo modo, la cade~ na del valor de una empresa forma parte de una co- rriente mayor de actividades que incluye tanto las cadenas del valor de los proveedores que aportan insumos a la cadena del valor de la empresa en cues tion (maquinaria, materias primas, componentes, servi- cios varios a la empresa); como las cadenas del valor de los distibuidores y de los compradores. La ventaja competitiva depende, por tanto, de lo acertadamente que una empresa sea capaz de gestio- nar todo ase sistema del valor (Porter, 1991: 75). De ahi que el andlisis de costes de una empresa no pue- a limitarse exclusivamente al estricto proceso de ta- bricacién, y tenga que referirse a la totalidad de las actividades necesarias con relacién a sus competido- EVISTA ERE 43 FRANCISCO ALBURQUERQUE Grafico 1 LA CADENA DEL VALOR INFRAESTRUCTURA DE LA EMPRESA M (Finanzas, Planificaci, etc) SNCTIVIDAD 58 > pee EEE eee eee EERE EEE oe al DE GESTION DE RECURSOS HUMANOS FAPONO EEE EEE EEE EE EEE Ee Eee Ee ee ee ee ee eee ee a DESARROLLO DE TECNOLOGIAS EL eee ob EL-L- uae 6 APROVISIONAMIENTOS E LOGISTICA OPERACIONES + LOGISTICA. © MARKETING = SERVICIO N ACTIVIDADES OE (Febricacion) OE Y POSVENTA PRIMARIAS | ENTRADAS SALIDAS VENTAS Fuente: Porter (1881: 73). res, En suma, conseguir ventajas en costes no se limi- ta.a la mera contencién de los salarios, sino que re- uiere optimizar todo el sistema del valor, es decr, adquirir una eficiente coordinacién en la red de enla- ces entre actividades. Imitar simplemente a los competidores y basar la ven taja en el uso de mano de obra y materias primas baratas, es algo que puede hacerse en sectores y seg- mentos sectoriales menos avanzados, pero no supone hinguna estrategia de futuro. Las empresas crean ven- tajas competiivas al descubrir nuevas y mejores for- mas de competir en un sector y trasladarlas al merca- do, lo que ~en definitiva- constituye un acto de innovacién. La innovacién se define, pues, en un sen- tido general, incluyendo tanto las mejoras en la tecno- logfa como en los métodos o formas de hacer y gestio- nar todas las actividades. El proceso de innovacion forma parte, consiguienteriente, del ndcieo central de la estrategia compatitiva de la empresa en la region. En la percepcién de las innovaciones destaca, sobre todo, la importancia de a informacién, tanto en lo ra- lativo a la investigacién de mercados, como en las in- versiones en investigacion y desarrollo (14D). Con fre- cuencia, los innovadores son de alguna forma ‘intrusos" en el sector, ya sea por tratarse de personas que no forman parte de la elite sectorial, por la exis- tencia en ellas de una formacién no tradicional, 0 por darsa una reaccién de dichas personas ante la necesi- dad 0 la adversidad, o frente a la no apreciacién de sus inicitivas por parte de las empresas mas antiguas y asentadas. Igualmente, las innovaciones foréneas pueden faciltar nuevas formas de actuar en las em presas, En consecuencia, la innovacion se deriva, a veces, de la presién, la necesidad, o la adversidad. Por estas fazones, las empresas innovadoras no son siempre tas empresas lideres ya establecidas, ni tampoco ~nece- satiamente- las grandes compafiias. Muchas innova- ciones no tienen por qué entrafiar siempre una tecno- logia complicada y, ademds, las grandes empresas se muestran, en ocasiones, con mayores dificultades para captar cambios nuevos y diferentes formas de funcio- namiento, ya que alterar la cadena del valor ya esta- blecida es siempre algo costoso, y no perceptible ne- cesarlamente, sobre todo cuando las formas vigentes alin estén teniendo éxito. Ello, no obstante, la existenca de un entorno regio~ nal apropiado para acceder a todos los componentes EVISTA EURE 44 COMPETITIVIDAD INTERNACIONAL, ESTRATEGIA EMPRESARIAL Y PAPEL DE LAS REGIONES de informacién requeridos (ya sea del capital humano ‘cuaificado, de servicios avanzados a la produccién, de informacién de mercados, tecnologias, disefio, etc.), se convierte en un elemento decisivo para faciltar la percepcion de tales innovaciones a las empresas re- gionales, 0 para estimular la aparicién de tales “intru- 0s" dinamicos capaces de innovar en el tejido produc- tivo intemo. 8, LA IMPORTANCIA DE LA ESTRATEGIA MUNDIAL EN EL LOGRO DE VENTAJAS COMPETITIVAS El cteciente grado de apertura de las economias es un dato de partida en la elaboracién de cualquier tipo de estrategia de desarrollo regional. Igualmente, la mayor exposicion a la competencia intemacional, mas alla de los indudables riesgos que ello comporta para la su- pervivencia de la planta productiva interna en las res- pectivas regiones y paises, supone un escenario que presenta exigencias mayores para el logro del éxito competitive en los diferentes mercados, Esto obliga a las empresas @ una mayor tensién innovadora, a fin de introducir las mejoras y perteccionamiento interno en las mismas, ya sea que se orienten primordialmen- te hacia el mercado regional o local, 0 a mercados fordneos Una estrategia mundial puede posibiltar ventajas com- petitvas a través del reparto geogratico éptimo de acti- vidades de la cadena del valor para atender al merca- do mundial, o mediante la capacidad de coordinar esas actividades dispersas, En cualquier caso, la coor- dinacién a escala mundial esté repleta de compleiida- des y dificutades, no solamente debidas a las diferen- cias lingiistias y culturales, sino a la necesidad de conseguir la necesaria confianza en ol trasvase de in- formacién, en todos los sentidas. En la eleccién de tuna estrategia mundial no existe, légicamente, ningin tipo de receta, ya que ello depende de las caracterist- cas propias de cada sector 0 segmento sectorial en particular. En algunos sectores, la gran empresa de mbito mundial 2s la mejor estrategia {y a veces la \inica posible}; pero las pequetias y medianas empre- sas (PYMES) también compiten intemacionalmente en otros sectoras o segmentos, aunque légicamente en- frentan mayores obstdculos, que deben superar me- dante el recurso, entre otros, a agentes operadores en tos metcads de destino; eficientes compafias comer- ciales distrbuidoras en los mismos; asociaciones sec- toriales para la realzacién conjunta de las funciones de la investigacién de mercados, comereializacion, or- ganizacién de ferias y exposiciones, etc., y a otras alianzas estratégicas con empresas extranjeras. Las alianzas entre empresas dentro de una estrategia mundial son acuerdos de largo plazo que trascienden lo puramente comercial, ya que puede tratarse de constitucién de empresas mixtas, concesidn de ticen- cias, acuerdos de suministro a largo plazo, u otras formas de relacin entre sociedades, Estas alianzas internacionales entre empresas pertenecientes al mis- ‘mo sector son uno de los medios de competir a escala mundial Las ventajas posibles de estas allanzas son el logro de economias de escala o de aprendizaje; el acceso a mercados locales 0 tecnologlas necesarias; e! reparto de riesgos antes situaciones de incertidumbre, y la conformacién de fa naturaleza de la competencia en un sector. Las alianzas pueden contrarrestar las das- ventajas u obstéculos para la competividad interna- cional, al tiempo que mantienen la independencia y soslayan la necesidad de una costosa fusién. Sin em- bargo, las aianzas implican costes sustanciales en minos estratégicos y orgenizativos, ya sea por las dif cultades de coordinacién, por inestabilidad, 0 por la existencia de rivalidades competitivas potenciales o reales (3). De todas formas, las empresas regionales que se plantean una estratagia mundial deben comenzar con alguna ventaja creada en su regidn de origen, ya sea mediante cambios de disefio en el producto, un mayor nivel de calidad en e! mismo, 0 un nuevo planteamien- to en la gestion del sistema del valor en el que se encuentra la empresa. Esta veniaja basada en la re- gidn de origen puede complementarse luego mediante el acceso a mercados extranjeros. Esto quiere decir ue toda estrategia de expansién hacia los mercados interacionales debe basarse prioritariamente en un reforzamiento de la situacién de la empresa en la re- gidn y en la expansién del mercado interno corres- pondiente. EVISTA EURE 5 ‘FRANCISCO ALBURQUERGUE De este modo, la aparente contradiccién entre merca- do interior y mercado intermacional pierde gran parte de su sentido y no dabe exagerarse, ya que el segun- do debe complementar al primero. Y, en cualquier caso, toda empresa que se plantee una expansién ex- tema debe estar interesada en poseer un entorno suti- ciente de proveedores de servicios avanzados a la produccién en la propia regién, a fin de poder susten- tar dindémicamente su estrategia competitiva, ante las ‘eventualidades y cambios incesantes en el actual con- ‘texto econdmico intemacional. N O T AS (1) ars eter cortusiones tominolgizas, on ete al vl 2a el tonrino tegién para refenise & los temtorios subnacionales y ‘no se usa, por tanto, para designar al conunto de Amarca Latina y el Caribe o cualquier otra drea geooconémica (2) Michael €. Porter, asesor del presidente estadcunidense Ronald Reagan en la Comisién de Compeiitvidad Industral, s2 cupa basicamente en al libro citado (1991) de las causas de las ventsjas compsttivas de las nacionas. No obstante, dedica tam- bign en dicho texto reflexions de importancia acerca de las cit custarcias locales ¢ institucionales, la concentacién geogréfica y “la venlaja competitive de ciudades y ragiones" (véase sobre ol patticular las paginas 214 y siguientes en al texto taco), (6) Para competidores de pequetio y mediano tamafo, como pus den considerarse a los latinoamaricanos en el contexto intemacio- ral, las aianzes pueden sor una buena herramisnla, masime si so iogran vsualizar los diferentes sagmentos sectoiles en los que el mercado regional latinamericano (0 sus diferentes aproximaciones, al mismo an los asquemas de integracién actualmente existentes) prdira consttuirse como un area de creacisn y consoldacién de ventajas compotitvas dindmics, BIBLIOGRAFIA CEPAL (1994); Et regionalism abierto en Aménica Latina y ef Car be, La integraién econdmica al servicio de la Transtommacicn Pro- ductiva con Equidad, Santiago da Chile. ‘Chudnovaky, D. y Porta, F. 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