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Comparación del Sistema Sanitario Ecuatoriano con otro país de la Región Latinoamericana o

del mundo.

ECUADOR

El sistema de salud de Ecuador está compuesto por dos sectores: público y privado. El sector
público comprende al Ministerio de Salud Pública (MSP), el Ministerio de Inclusión Económica
y Social (MIES), los servicios de salud de las municipalidades y las instituciones de seguridad
social (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas
Armadas e Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional). El MSP ofrece servicios de
atención de salud a toda la población. El MIES y las municipalidades cuentan con programas y
establecimientos de salud en los que también brindan atención a la población no asegurada.
Las instituciones de seguridad social cubren a la población asalariada afiliada. El sector privado
comprende entidades con fines de lucro (hospitales, clínicas, dispensarios, consultorios,
farmacias y empresas de medicina prepagada) y organizaciones no lucrativas de la sociedad
civil y de servicio social. Los seguros privados y empresas de medicina prepagada cubren
aproximadamente a 3% de la población perteneciente a estratos de ingresos medios y altos.
Además, existen al menos 10 000 consultorios médicos particulares, en general dotados de
infraestructura y tecnología elementales, ubicados en las principales ciudades y en los que la
población suele hacer pagos directos de bolsillo en el momento de recibir la atención. Ecuador
la nación que normativamente ha introducido mayores cambios que obedecen a las
tendencias internacionales. Este sistema se orienta hacia el aseguramiento universal de la
población mediante la cobertura de un plan de salud que contiene un paquete básico de
prestaciones individuales. Se estipula la rectoría pública y la participación en la prestación d e
servicios del sector público y del privado. Aún así, en este país no se tiene reglamentada la
operación de aseguradores, ni la clara separación de funciones, como tampoco un fondo de
financiamiento único. Las condiciones sanitarias del país son aceptables en las ciudades
grandes, pero muy deficientes en zonas rurales. El principal problema que tienen las redes de
salud es la escasez de personal y su limitada capacidad de resolución en atención primaria y
especializada a nivel cantonal y provincial. Se estima que en el medio rural existen menos de 2
médicos titulados por cada 10.000 habitantes, el resto de médicos son residentes que hacen su
año rural. La inversión en salud debe dirigirse a profundizar en el conocimiento e investigación
de nuestras comunidades para mejorar sus estándares no en el número de atenciones a
centros de salud sino en la evidente mejora de su vida. La inversión de salud debe ser para
mejorar la calidad de los profesionales no solo para curar sino para prevenir, para que los
recursos humanos que se formen en salud estén orientados hacia la técnica y ciencia de
profesional de salud más que de enfermedad. La salud debe ser vista como parte de un todo y
por ello se deben erradicar algunos determinantes sociales que causan enfermedad: la
pobreza, la inequidad y el consumismo, entre varios otros determinantes. Queremos que la
gente solucione sus necesidades de salud cerca de donde vive. La inequidad de acceso a la
salud es uno de los mayores problemas de la salud pública en Ecuador y empieza con las
diferencias entre los sectores rurales y urbanos. Si impulsamos el SNS con énfasis de crear la
red que tenga referencia y contra referencia de pacientes tendremos ya un gran avance. Si
damos estímulos a quienes trabajen en las zonas más apartadas, pero sobre todo si mejoramos
las condiciones de educación y necesidades básicas de cada localidad será más fácil lograr
disminuir la brecha de inequidad.

ARGENTINA

El sistema de salud de Argentina está compuesto por tres sectores poco integrados entres
y fragmentados también en su interior: el sector público, el sector de seguro social obligatorio
(Obras Sociales) y el sector privado. El sector público está integrado por las estructuras
administrativas provinciales y nacionales de nivel ministerial, y la red de hospitales y centros
de salud públicos que prestan atención gratuita a toda persona que lo demande El sector del
seguro social obligatorio se organiza en torno a las Obras Sociales (OS), que cubren a los
trabajadores asalariados y sus familias según ramas de actividad. Además, cada provincia
cuenta con una OS que cubre a los empleados públicos de su jurisdicción. Finalmente, el
Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados/Programa de Asistencia
Médica Integral (INSSJyP PAMI) brinda cobertura a los jubilados del sistema nacional de
previsión y sus familias. El sector privado incluye:
a) a los profesionales que prestan servicios independientes a pacientes
particulares asociados a OS específicas o a sistemas privados de medicina prepagada;
b) los establecimientos asistenciales, contratados también por las OS.
c) las entidades de seguro voluntario llamadas Empresas de Medicina
Prepaga (EMP), que incluyen un subsector prestador de servicios agrupado en la confederación
Argentina de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados. Este sector comprende también a las
llamadas cooperativas y mutuales de salud, que son entidades no lucrativas que ofrecen
planes de salud, pero no operan ni como OS ni como medicina prepagada. El modelo
argentino constituye un caso particular por su elevada fragmentación. La cobertura de la salud
se encuentra distribuida entre el sector público, las OS y el sector privado, con una pobre
coordinación entre subsectores, que ofrecen beneficios en salud muy heterogéneos. Es por
ello que su principal desafío es diseñar medidas para incrementar el acceso igualitario a
servicios integrales de salud reduciendo los enormes costos asociados a la atomización
financiera, bajo la figura de un Estado garante del bienestar de la población . En este contexto
se requiere que el Estado nacional cree las condiciones para que se debata la implantación de
sistemas provinciales integrados o esquemas de aseguramiento social en salud por
jurisdicción. Este debate se debe realizar pensando en el sistema de salud en su conjunto. Sin
embargo, es necesario reconocer que no es posible imaginar un modelo nacional sin resolver
primero los retos provinciales. El modelo nacional de salud es una construcción a la que se
debe converger. Para ello, es preciso encontrar elementos básicos a partir de los cuales cada
provincia pueda operar sobre su realidad, para luego identificar ejes comunes y avanzar hacia
una segunda instancia regional y nacional. El objetivo último debe ser la creación de un
sistema de aseguram
iento universal que garantice el acceso a un paquete de beneficios común y que reduzca
considerablemente los gastos de bolsillo.

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