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PRESENTADO POR:
PUNO,JUNIO 2021
TÍTULO: LA INFORMALIDAD COMERCIAL DE LOS VENDEDORES
AMBULANTES EN LA CIUDAD DE JULIACA
Los vendedores ambulantes son comerciantes minoristas que expanden sus productos
precariamente en las vías públicas, sujetos a una sobre explotación de su fuerza de
trabajo informal.
El comercio informal está ligado con la pobreza, que podemos decir que la pobreza no
necesita definirse, porque lo miramos la cara todos los días. Está hecha de personas que
tiene que doblegarse por necesidad, como la temporera que amanece cuando todos
duermen, trabajan de sol a sol, no almuerza hasta que acaba el día y carece de
protecciones mínimas para enfrentar el calor y el frio. Sin embargo, si se le pregunta
porque acepta esta situación segura contestará que por lo menos es un empleo y una
manera de llevar un pan a la casa.
Los vendedores ambulantes informales buscan una alternativa para salir de la pobreza a
pesar de muchos obstáculos como la molestia municipal que busca erradicarlos en vez
de buscar otras alternativas como crear puestos laborales y no erradicarlos
perjudicándolos con daños psicológicos y físicos que los desanima tener deseo de
superación.
1. LINEAMIENTOS
2. POBREZA
Comercio Ambulatorio y su Relación con la Pobreza.
El comercio informal ambulatorio, es una actividad que está caracterizada por la
poca o nula regulación que hay sobre ella, esta actividad, se origina en mayor
porcentaje dentro de un sector de la población, que tiene por rasgos
identificables, tener escasos recursos económicos, desconocimiento de la
legislación comercial y la carencia de un espacio físico definido, donde
desarrollar sus actividades comerciales. La existencia de este tipo comercio
informal, se da y está creciendo en diferentes contextos urbanos a lo largo del
mundo, teniendo como accionar común, el uso de los espacios públicos como
soporte físico para estas actividades informales.
Desde la historia reciente, un estado centralista y elitista, ha terminado por
asfixiar el interior del país, abandonándolo en grandes vacíos y ausencias
económicas y políticas. Estas condiciones, desde la década del 50, han
producido consistentes oleadas migratorias sobre las ciudades de la costa,
especialmente Lima. Estas nuevas condiciones, no previstas, han desbordado las
capacidades y servicios instalados en las ciudades que al ver quintuplicadas las
demandas de trabajo, vivienda, salud, educación; entra en un proceso de
informalidad generalizada.
A estas características se suman la discriminación y marginación que padecen
los migrantes andinos en las grandes ciudades según observaba Quijano (1980),
y con ellas la imposición de una ciudadanía inacabada y endeble, señalada por
López (1995), o que el mismo autor calificaría dos años después como una
“ciudadanía de segunda clase, imaginaria” (1997).
Sin embargo, “unos peruanos son más ciudadanos que otros” (López, 1997:230)
no todos acceden a los derechos ciudadanos en igualdad de condiciones, en tanto
que los derechos civiles, políticos y sociales han quedado reducidos a la
propiedad individual, a la libreta electoral y a los derechos del trabajador
respectivamente. Y, por otro lado, la pobreza como expresión clara de la
desigualdad social y la discriminación cultural, está fuertemente relacionada con
los niveles de ciudadanía: “a medida que la pobreza aumenta, la ciudadanía
disminuye, y a medida que aquella disminuye, esta aumenta” (López,
1997:459_461).
Y, si la pobreza nos excluye o nos incorpora en la ciudadanía, el mercado, puede
llegar a convertirse en la primera vía para acceder a ella. Tal es el caso de los
migrantes étnicos que, debiendo anular o, estratégicamente postergar, parte de su
activo cultural proveniente de los andes, incorporaron idioma, cultura,
alimentos, vestido, etc., diferentes a precio de ser aceptados como ciudadanos e
iguales.
3. VULNERABILIDAD
Comercio Ambulatorio y su relación con la vulnerabilidad
El concepto de economía informal es disperso y se sugiere como sinónimo de
vulnerabilidad laboral. Como termino polisémico, genera confusión y dificultad
para identificar perfiles concretos de vulnerabilidad laboral en trabajadores
informales con empleos de subsistencia, que venden sus productos en las calles
de las ciudades. No disponer de un concepto claro y un perfil de vulnerabilidad
laboral para este tipo de trabajadores genera restricción en acciones concretas,
para reducir la vulnerabilidad laboral.
Los perfiles podrían facilitar el acceso a la adquisición de activos que apoyen su
estructura de oportunidades, facilitando y mediando en el paso de la
vulnerabilidad a la movilidad social, con oportunidades. Se propone como como
concepto de vulnerabilidad para trabajadores del sector informal con empleos de
subsistencia, la condición de aquellos que deben trabajar de día para comer de
noche, que se les presentan cotidianamente, poniendo en riesgo su subsistencia y
la de las personas que tienen a su cargo, conectándose así vulnerabilidad laboral
y social.
La vulnerabilidad laboral se ha reflejado a lo largo de la historia como el
incumplimiento de los derechos de los trabajadores; así mismo, se ha expresado
como una manifestación de la precariedad de las condiciones del empleo a las
que se enfrentan los individuos en sus respectivos mercados de trabajo. En
América Latina, la noción de vulnerabilidad de los trabajadores se ha visto
inmersa dentro de los problemas de pobreza y desigualdad que atraviesan cada
uno de los países en el continente; el mercado laboral ha estado ligado a
vaivenes de los modelos económicos y sociales, y a los diferentes marcos
regulatorios de cada gobierno.
Debe entenderse que este termino de vulnerabilidad laboral fue impulsado con el
agotamiento del concepto de pobreza, y con la búsqueda de nuevas formas de
analizar y dimensionar un problema con impactos en salud pública, que implica
tanto la descripción de los trabajadores pobres, como la identificación de su
capacidad o incapacidad para prever, hacer frente y resistir situaciones
potencialmente dañinas o peligrosas.
Un indicador de trabajadores pobres es el del empleo vulnerable, el cual es
construido con los trabajadores familiares no remunerados y que trabajn por
cuenta propia. Estos por su situación de vulnerabilidad, frecuentemente tienen
acuerdos de trabajo informal. La vulnerabilidad laboral también suele
caracterizarse por salarios bajos y condiciones de trabajo precarias, que pueden
socavar los derechos fundamentales de los trabajadores.
El concepto de vulnerabilidad ha sido utilizado para el análisis de riesgos y
peligros ambientales, así como para las condiciones demográficas y económicas.
También ha sido retomado y ajustado para incorporarse en los análisis del
ámbito social, derivándose el concepto de vulnerabilidad social como la
incapacidad para prever, hacer frente y resistir una situación dañina, concepto
dirigido al análisis de pobreza de una manera más integral. Algunos autores
refieren que este concepto va más allá de identificar las carencias y propone
centrar la atención en los activos que pueden facilitar la capacidad de respuesta
de las comunidades, familias y personas ante situaciones adversas, potenciando
cambios desde lo que se tiene, más que desde lo que se hace falta.
Los activos para el análisis de la vulnerabilidad social son los capitales físicos
(financieros y físicos, como en el caso de la vivienda), humano (el trabajo, la
salud y la educación), y social. Estos a su vez, son generados especialmente por
el estado, el mercado y la comunidad. Uno de sus ejes es el capital humano,
siendo el trabajo una de sus formas de materialización, y que puede potenciar
sus activos o agudizar mas las situaciones de pobreza, carencia y peligro.
El estudio de vulnerabilidad social para diferentes países del continente refiere
que el trabajo es de gran importancia para alcanzar el equilibrio social.
La vulnerabilidad laboral esta incluida en la vulnerabilidad social, conectándose
así con la economía informal. La vulnerabilidad social busca identificar
condiciones que van más allá de la pobreza material para aportar elementos a la
priorización y entrega de subsidios.
El concepto de vulnerabilidad social propuesto por Moser y ajustado por Kaztam
y Filgueira, quienes proponen ver los activos de los individuos, familias y
comunidades como capitales.
Dentro de esos capitales se incluye al trabajo como un punto de partida en la
superación de carencias, y se observa que, acompañados de una estructura de
oportunidades, permiten al trabajador, a su familia y a la comunidad, prever
situaciones de potencial daño, hacerles frente y resistir.
En este sentido, las perspectivas podrían apuntar a la superación de la
vulnerabilidad, siendo el estado, el mercado y la comunidad quienes garanticen
que estos puedan estar disponibles. El trabajo puede potenciar los activos o
agudizar mas las situaciones de pobreza, carencia y peligro, razón por la cual no
se trata solo de identificar los activos que puedan tener los trabajadores.
El trabajador informal designado como vulnerable con empleo de subsistencia
podría presentar un escaso nivel de escolaridad, dificultad para acceder a los
sistemas de salud y lazos débiles con el mercado de trabajo; no obstante, aun es
escasa la información especifica para los diferentes grupos de trabajadores
laboralmente vulnerables.
Es difícil recuperar información que muestre cuales son los perfiles concretos de
vulnerabilidad laboral para quienes hacen de las calles de las ciudades su lugar
de trabajo con empleos de subsistencia, dificultando tanto la aplicación del
concepto, como su implementación en campo, y dejando en una zona de
incertidumbre situaciones particulares que den ser tratadas de manera especial.
Los trabajadores se han evidenciado condiciones en desventaja social y laboral.
Estas condiciones pueden traer un mayor deterioro de la salud física y mental del
trabajador, acompañada de consecuencias económicas, sociales y familiares,
haciendo más difícil la superación de su vulnerabilidad laboral en términos de
debilidad para movilizar sus activos, si dispone de ellos, y la escasa o nula
estructura de oportunidades para alcanzar en la superación de la pobreza.
4. INEQUIDAD
La inequidad frente a la informalidad del comercio ambulatorio
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2018)
la tasa de empleo informal en el Perú fue de 65.7%, lo que implicó que la
población ocupada con empleo informal creciera en alrededor de 190 000
personas.
Los economistas (Chen, 2012; De Soto 1989) coincidieron que las empresas
informales compiten con las organizaciones formales e influencian sobre el
aparato burocrático.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) para el año 2017
en la región de puno la población económicamente activa informal es de 81.8%
Así mismo existe una desigualdad dentro de los comerciantes ambulantes, esto
por hecho de que existen ambulantes de todas las edades, sexo, con
discapacidades.
Así mismo estas desigualdades son evidentes en relación a la fuerza de trabajo
de una persona mayor, no es igual a la de un niño, discapacitado, persona de la
tercera edad. También las desigualdades se ven en la cantidad de mercancía que
tienen para ofertar. Del mismo modo se evidencia esta desigualdad en los
precios, se ha visto casos donde los ambulantes dan a menor precio que de un
formal o un informal con un stock de mercadería. La desigualdad del ingreso
mensual o diario por parte de los comerciantes ambulantes es mínima, para
algunos apenas cubre su canasta básica familiar. Como también la desigualdad
con la que se exponen los ambulantes en las calles.