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¿EN QUÉ CONSISTE LA VALORACIÓN DE EMPRESAS?

La valoración de empresas incluye técnicas para estimar el valor de una


empresa. Saber cuál es el valor de una empresa es muy útil para realizar
operaciones con empresas, principalmente compraventas, aunque también
otras operaciones como ofertas públicas de venta y de suscripción (OPV y
OPS), fusiones, escisiones, cálculo del valor de garantías para la concesión de
financiación u opas (que no deja de ser una compraventa).

 “El valor hace referencia a un concepto subjetivo. A un valor se llega mediante


la aplicación de unas determinadas técnicas de valoración y una misma cosa
puede tener un valor diferente para diferentes personas. De esta manera
cuando una parte en una compraventa tiene interés en adquirir una empresa y
la otra parte tiene interés en transmitirla, cada parte le atribuye un determinado
valor aplicando diferentes técnicas de valoración.”

Normalmente cualquier operación de compraventa va precedida por una o


varias valoraciones. Una realizada por el vendedor para fijar el rango de precio
de venta y una realizada por el comprador (o varias en el supuesto de que el
procedimiento de venta sea una subasta o existan varios competidores).

En las fusiones, la determinación de la ecuación de canje viene precedida de


una valoración. Por otro lado, determinados tipos de opas exigen la emisión y
puesta al público de informes de valoración, y en las OPV y OPS es común que
se pongan al público junto al folleto informes de valoración o que el rango inicial
de precios de la OPV venga soportado por un informe de valoración.

Para valorar empresas existen numerosas técnicas de valoración o bien se


puede valorar mediante múltiplos de transacciones de empresas comparables
o múltiplos de compañías cotizadas comparables. Con posterioridad se hará un
recorrido en profundidad por los métodos de valoración más utilizados, si bien
se debe destacar en este momento que el método de valoración más
comúnmente aceptado a nivel internacional es el método de descuento de
flujos de caja (DCF).
Lo primero que hay que saber para enfrentarnos a valorar una empresa es que
los términos valor y precio no son equivalentes.

El valor hace referencia a un concepto subjetivo. A un valor se llega mediante


la aplicación de unas determinadas técnicas de valoración y una misma cosa
puede tener un valor diferente para diferentes personas. De esta manera
cuando una parte en una compraventa tiene interés en adquirir una empresa y
la otra parte tiene interés en transmitirla, cada parte le atribuye un determinado
valor aplicando diferentes técnicas de valoración. Lo normal no es atribuir un
valor concreto, único o pretendidamente exacto, sino que se suele atribuir a la
empresa un rango de valor dependiendo de las hipótesis asumidas o de
diferentes análisis de sensibilidad aplicados.

En cambio, el precio es un concepto objetivo que se corresponde con el


importe pagado en una transacción concreta por un determinado bien, en este
caso una empresa. El precio es fruto de una negociación entre la parte
compradora y vendedora, y en él influye, además del valor atribuido a la
empresa por cada una de las partes otros aspectos ajenos a éste como:

1. Mayor precio:
1. Escasez de oferta: la empresa es la única del sector o de un
mercado que está en venta
2. Valor estratégico para el comprador
3. Obtención de sinergias por parte del comprador, es decir,
mayores ingresos o menores costes que las dos empresas por
separado
4. Valor sentimental de la empresa para el vendedor
5. No necesidad de venta de la empresa por parte del vendedor
6. Pago no en efectivo. Mediante canje de las acciones por valores
emitidos por el comprador, normalmente acciones también. En
este caso se suelen valorar ambas empresas por lo alto para
parecer que se ofrece una contraprestación muy elevada
7. Abundante demanda de títulos en una OPV u OPS
2. Menor precio:
1. Urgencia de venta: necesidad de liquidez, procedimiento
concursal
2. Proceso de liquidación: es un caso específico del anterior
supuesto en el que el precio puede ajustarse todavía más para
conseguir una venta acelerada
3. Dificultades de financiación
4. Abundancia de oferta: muchas empresas del mismo sector o
mercado están en procesos de venta, como, por ejemplo, en la
reestructuración de las cajas de ahorros numerosas entidades
están en venta.

El precio de la compraventa suele situarse entre los valores atribuidos por


ambas partes a la empresa, aunque en ocasiones puede cerrarse la
compraventa en un precio superior a la valoración del comprador, cuando en
virtud de los anteriores factores se eleva el precio o incluso se puede cerrar por
un precio inferior al valor atribuido a la empresa por el vendedor, en aplicación
de los factores que reducen el precio.

En otras ocasiones existen valoración y precio, pero éste no es en efectivo,


sino que es una contraprestación en especie, es decir, en valores emitidos por
otra entidad, normalmente el comprador. Esto ocurre en las fusiones o en las
compraventas en canje de valores. Por tanto, al final de la negociación o en la
ejecución de la transacción no existirá un precio en efectivo, sino una ecuación
de canje (número de valores del comprador que se entregan por cada acción
de la empresa comprada o número de valores del comprador por tanto número
de valores de la empresa comprada).

La ecuación de canje se habrá negociado de la misma manera que se negocia


el precio en una compraventa. La ecuación de canje supone una valoración
relativa de ambas sociedades, por lo que al establecer una ecuación de canje
implícitamente se está valorando tanto la empresa compradora (de la que se
entregan acciones en el canje) como la empresa vendida (acciones que recibirá
la empresa compradora o que se canjeará por acciones de la empresa
compradora).

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