Un proyecto que esta siendo impulsado por diferentes organizaciones de inquilinos

a nivel nacional, por tanto, es obvio que no buscan equidad, sino el interés de
consolidarse en alguna vivienda aduciendo que el propietario ha incumplido la ley
o en su defecto, compulsar a que el propietario entregue la vivienda al programa
de vivienda social, que se implementa en la misma ley, con lo que su pago estaría
dentro del 20 % de un salario mínimo nacional y con ese monto debería mantener
una casa en condiciones, algo que es imposible, conociendo como la mayoría de
los inquilinos, no cuidan el lugar donde viven.
Al margen, todos los contratos de alquiler y anticrético deben ser registrados en un
sistema biométrico y el incumplimiento tendría una sanción de 1.000 a 2.000
Unidades de Fomento a la Vivienda (UFV´s).
El registro del alquiler, anticrético o dar factura mensualmente, no sería
inconveniente, sino el hecho de que al haber un tercero que determine si hay o no
condiciones de habitat, como lo sería la Autoridad de Fiscalización Estatal de
Vivienda y Habitat, se daría, como es modalidad en nuestro país, a que controlara
cuando quisiera y vería lo que le viniera en gana, si uno quiere celeridad, sería con
erogación económica de por medio.