LA ÉTICA Y SU RELACIÓN CON LAS LEYES, Y LA ÉTICA COMO GUÍA
DE ACCIÓN PROFESIONAL
Para iniciar el tema a desarrollar tenemos a Sánchez-Vázquez (1969)
que define a la ética como “la teoría o ciencia del comportamiento moral de los hombres en sociedad. O sea, es una ciencia de una forma específica de conducta humana” y a Sanabria (2001) refiere que la ética “es la ciencia normativa de la actividad humana en orden al bien”. en consecuencia, la ética, no es represiva, por su parte, la Ley es la norma jurídica establecida, para su cumplimiento obligatorio, por lo que el incumplimiento o violación de la misma implica de una sanción. En ese sentido, podemos afirmar que la conducta humana está sujeta a los límites que señala la ley, y a los postulados socialmente aceptados por la ética. El concepto de la ética abarca la conducta del hombre frente a la responsabilidad que éste tiene ante los ojos de otros hombres, es decir, sobre lo que otros esperan de como actúas, y que esta es cultivada por este mismo, durante el aprendizaje de un arte, oficio, profesión o de cualquier situación ante la cual nos encontramos y no sentirse irresponsable, ya que conoce las consecuencias de no actuar bajo dicha ética. Desde que éramos niños y comenzamos a darnos cuenta de los que nos rodea, nuestros padres y abuelos nos han inculcado el conocimiento fundamental de lo que es bueno y lo malo; es de hecho una característica inherente de todos los humanos y crecen los deseos de llevarnos bien los unos a los otros, para poder vivir en armonía. Para lograr este objetivo, se debe tratar a otras personas como nos gustaría ser tratados; esta es la base de la ética, son reglas de conducta que muestran como la sociedad, espera que nos comportemos y son los principios detrás de la creación de las leyes. Por otro lado, según Baruch Spinoza, “la ley no es nada más que la forma de vida que los hombres se imponen a sí mismos o a otros por algún fin”. De ésta forma las leyes surgen como la herramienta que establece el observar cómo actúan los ciudadanos frente a sus obligaciones; las normas establecidas por las autoridades que son de obligatorio cumplimiento y son para regular, obligar o prohibir una cosa que va de la mano con la justicia y la ética; es decir, es un conjunto de todas las leyes que rigen la vida social, política y económica de un país o una comunidad. A diferencia de la ética, la ley se impone desde afuera, a través de una autoridad, juez, policía, gobernante, determinando las conductas que las personas deben aceptar. No pasa así con la ética: esta no la impone nadie, porque es cada persona quien la acepta y vigila su cumplimiento; cada ser humano es legislador de sí mismo, no de modo caprichoso y subjetivo, sino con un punto de referencia que es el mismo para todos los seres humanos su naturaleza humana se trata de actuar de acuerdo con ella y con sus posibilidades. También se diferencian por su carácter temporal, ya que las leyes duran tanto como las situaciones que resuelven; en cambio, la vigencia de la ética es permanente, porque los valores y los principios éticos tienen que ver con la naturaleza humana, que es un referente permanente y universal. Esos principios y valores se aplican a situaciones concretas y es cuando la ética se vuelve moral. Las diferencias entre ética y ley se patentizan en el hecho de que la ética puede prescindir de la ley, pero la ley no puede prescindir de la ética. El ser humano puede vivir sin leyes, pero no sin ética. En otras palabras, lo legal obliga a cumplir con las normas establecidas en las leyes, delimitando lo que se permite o no hacer, mientras que una actuación en el marco de la ética es una decisión voluntaria para las personas. Podríamos nombrar muchos casos que han sido polémicos en el mundo donde entra en juego conflictivo la Ética y la Ley, tenemos algunos de ellos es el caso donde las personas deciden en no obedecer la Ley por motivos éticos en primer lugar, están las leyes que sustentaban el gobierno de apartheid en Sudáfrica, prohibir el aborto, así como otro tipo de ley que algunas personas consideran antiética es la prohibición legal de la eutanasia. En tales casos, la persona podría optar por participar en la desobediencia civil, argumentando que en algunas situaciones es aceptable y tal vez hasta necesario que la gente rompa las leyes injustas. Podemos agregar sobre el conflicto entre la ética y la ley es cuando la ley parece permitir una conducta antiética que es perjudicial al imponer el deber de hacer algo que no se quiere hacer se considera opresivo, porque implicaría una orden de tomar acción positiva en lugar de simplemente imponer el deber de no herir a los demás. Esta posición se desprende del enfoque de Locke y de Kant hacia la ley, que es la base de muchos ordenamientos jurídicos: la ley debe proteger los derechos de las personas contra violaciones, de modo que mientras la gente no viole los derechos de los demás, debe tener la libertad de actuar como desee. La ley es impuesta desde arriba, por la autoridad del presidente, la ética surge desde abajo, desde la toma de conciencia que hacen los individuos sobre su naturaleza o la naturaleza de sus actividades. Las leyes dependen de la autoridad del Estado, que puede mantenerlos o cambiarlos según las necesidades de la comunidad, mientras que los códigos éticos nacen del buen sentido de la raza humana son la expresión de su conciencia, las mismas obedecen por la coacción que ejercen desde fuera las autoridades. Una ley de tránsito por ejemplo, se observa por miedo a la sensación que acarrearía su violación, no por la naturaleza de esa ley en cambio, la ley moral se va en la conciencia de cada persona y se impone por sí misma, sin necesidad de coacción externa. En la crisis actual que vive nuestro país, valdría la pena preguntarse qué rol juega la ética en las decisiones diarias de las personas, no solo en quienes ejercen desde la política, sino que en todos nosotros como sociedad, sin embargo, es tal vez en la actividad política donde más se requiere que lo legal no se contraponga con lo ético, como por ejemplo los casos de corrupción y de sobornos, sino que por el contrario se complementen, puesto que las instituciones más fundamentales del país están directa o indirectamente influenciadas por esta actividad y quienes en ella se desempeñan debieran ser un ejemplo de corrección a imitar para toda la ciudadanía. En cuanto a la Ética y su relación con las leyes, tenemos que la misma estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral y cómo se ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida personal y social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la utilización de un sistema moral u otro. Algunas han caracterizado a la Ética como el estudio del arte de vivir bien lo cual no parece exacto, pues que, si se reuniesen todas las reglas de buena conducta sin acompañarlas de examen formaría un arte más no una ciencia. Sin embargo, ante este caos que puede impedir la total convivencia humana, existen leyes, tanto morales y jurídicas, que se han sido creadas por el hombre para protegerse de sí mismo mediante derechos y obligaciones en aras de una mejor convivencia humana que tienda a lo virtuoso el bien y no a lo vicioso el mal. Las leyes éticas, para ser tales deben de cumplir con las características siguientes: de ser unilaterales, en tanto que, frente a la persona obligada, no hay otra persona autorizada que pueda hacer exigible el cumplimiento de estas de forma tal que fuera jurídicamente posible ser interiores, en cuanto no es necesario que la conducta del individuo trascienda aunque pudiera ser que se exterioricen para su aceptación, no pueden ser reprimidas, pues la manera en la que se deben cumplir no estará condicionada sino ser espontánea y autónomas. Por su parte, las leyes jurídicas en comparación con las éticas son bilaterales en tanto que imponen deberes correlativos de facultades o conceden derechos correlativos de obligaciones son exteriores, en tanto que se requiere que la conducta del individuo se exteriorice; pueden ser reprimidas, pues existe un órgano facultado para que dichas leyes se cumplan conforme a lo estipulado en el pacto social y heterónomas en el sentido de que se renuncia a una autodeterminación normativa y se otorga al ente legislativo del gobierno esa facultad antes individual para convertirse en una facultad social. Podemos entonces afirmar que referirse a la dimensión ética de las leyes no es otra cosa que indicar la capacidad o contenido moral que encierran y el ámbito o extensión que dichas cubren es decir, que las leyes o normas jurídicas sí tienen contenido moral así como expresar que las leyes jurídicas y éticas deben estructurarse bajo la herramienta de la ética para preservar su función primordial que es, según Platón, que el alma del hombre sea buena y perfecta lo que es decir óptima y virtuosa. Continuando con la Ética como guía de acción profesional, a los fines del desarrollo de este punto nos interesa también el enfoque desde lo deontológico; la deontología es la parte de la Ética que trata de los deberes especialmente de los que rigen una actividad profesional, es decir un conjunto de deberes relacionados con el ejercicio de una determinada profesión, distintas profesiones, en particular aquellas que exigen la matriculación a sus miembros, poseen códigos de ética o de disciplina, muchas veces igualados en su concepción, cuya finalidad radica en enunciar las normas y principios éticos que deben inspirar la conducta y actividad de los matriculados. La ética profesional es la ciencia que estudia los deberes y derechos de los profesionales en cuanto tales, es lo que se ha bautizado como el nombre de deontología profesional. Se resume en una frase de gran compromiso: ¿Estoy haciendo con mi trabajo lo necesario para cumplir con los destinatarios de mi profesión y lo trascendente para la sociedad y el país donde estoy inserto? Para Fernández Pérez, J. (2001) la profesión puede definirse “como ocupaciones que requieren de un conocimiento especializado, una capacitación educativa de alto nivel, control sobre el contenido del trabajo, organización propia, autorregulación, altruismo, espíritu de servicio a la comunidad y elevadas normas éticas”. En un sentido amplio, abarca también los oficios y trabajos permanentes y remunerados, aunque no requieran un título universitario. En virtud de su profesión el sujeto ocupa una situación que le confiere deberes y derechos de los cuales se deriva: Capacidad profesional, un profesional debe ofrecer una preparación especial en triple sentido: capacidad intelectual, capacidad ética y capacidad física. La capacidad intelectual consiste en el conjunto de conocimientos que dentro de su profesión, lo hacen apto para desarrollar trabajos especializados. Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los estudios universitarios, pero se deben actualizar mediante el estudio y la investigación permanente. La capacidad ética es el valor del profesional como persona, lo cual da una dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo, digna del aprecio. Abarca no solo la honestidad en el trato y en los negocios, no solo en el sentido de responsabilidad en el cumplimiento de lo pactado, sino además la capacidad para abarcar y traspasar su propia esfera profesional en un horizonte mucho más amplio. Todo profesional debe tener en cuenta que es un actor ético, es decir es una persona que es responsable de sus actos y que debe actuar en consecuencia con ellos, sin limitarse esto a un ámbito privado, sino que es una obligación a mantener dentro también en un ámbito público. La ética no es un traje que se ponga cuando se sale del trabajo y lo deja en la puerta de la entrada de la empresa, sino que la ética es algo que determina cualquier acción en el día a día y entre ellas están las que afectan a la actividad laboral. La Ética Profesional es importante porque ayuda a los profesionales a reflexionar los dilemas éticos específicos que le plantea su práctica y constituye además un aporte a toda persona que descubra la necesidad de emprender este camino de progresiva humanización. Todo trabajador tiene o debe desarrollar una ética profesional que defina la lealtad que le debe a su trabajo, profesión, empresa y compañeros de labor. Barrios, J. (2014) describe que "la ética de una profesión es un conjunto de normas, en términos de los cuales definimos como buenas o malas una práctica y relaciones profesionales. El bien se refiere aquí a que la profesión constituye una comunidad dirigida al logro de una cierta finalidad la prestación de un servicio". Señala, además, que hay tres tipos de condiciones o imperativos éticos profesionales: competencia, exige que la persona tenga los conocimientos, destrezas y actitudes para prestar un servicio al cliente, la actividad profesional sólo es buena en el sentido moral si se pone al servicio del cliente, solidaridad, las relaciones de respeto y colaboración que se establecen entre sus miembros. Para lograr en los empleados una conciencia ética profesional bien desarrollada en que se establecen los códigos de ética. En éstos se concentran los valores organizacionales, base en que todo trabajador deberá orientar su comportamiento, y se establecen normas o directrices para hacer cumplir los deberes de su profesión. En virtud de la finalidad propia de su profesión, el trabajador debe cumplir con unos deberes, pero también es merecedor o acreedor de unos derechos. Es importante saber distinguir hasta dónde él debe cumplir con un deber y a la misma vez saber cuáles son sus derechos. En la medida que él cumpla con un deber, no debe preocuparse por los conflictos que pueda encarar al exigir sus derechos. Lo importante es ser modelo de lo que es ser profesional y moralmente ético. Por ejemplo, un deber del profesional es tener solidaridad o compañerismo en la ayuda mutua para lograr los objetivos propios de su empresa y por consiguiente, tener el derecho de rehusar una tarea que sea de carácter no ético, sin ser víctima de represalia, aun cuando esto también sea para lograr un objetivo de la empresa. Al actuar de esa manera demuestra su asertividad en la toma de decisiones éticas, mientras cumple con sus deberes y hace valer sus derechos. Además, demostrará su honestidad que es el primer paso de toda conducta ética ya que, si no se es honesto no se puede ser ético. Cuando se deja la honestidad fuera de la ética se falta al código de ética lo cual induce al profesional a exhibir conducta inmoral y antiética. Para finalizar, podemos afirmar que en la actualidad suele hablarse de valores para referirse a los bienes éticos, los bienes o valores son valiosos y deben servir como guías de actuación y criterios de orientación para la reflexión acerca de los fines. Con frecuencia se afirma que determinada empresa tiene un nivel de excelencia gracias a personas sobresalientes en la ejecución de su trabajo; pero casi nunca se dice que una empresa goza de un alto nivel de excelencia como consecuencia del proceder ético de su personal al tomar decisiones. La experiencia señala que la calidad de la gestión remite a una ambición empresarial sabiamente dirigida por la aplicación coherente de criterios éticos. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Barrios, J. (2014). “Estudio de la Ética Profesional” Universidad Rómulo
Gallegos, Venezuela.
Fernández Pérez, J. (2001) Elementos que consolidan al concepto profesión.
Notas para su reflexión. En Revista Electrónica de Investigación Educativa. Vol.3, No. 1
Kant, I. (1963) “Crítica de la Razón Pura”, Editorial Alfaguara, México
Sanabria, J. R. (2001). Ética. México. Décimo Séptima Edición. Editorial
Porrúa.
Sánchez-Vázquez, A., (1978). Ética. Barcelona: Editorial Crítica, Grupo
Editorial Grijalbo.
Shavell, S. (2001) “Fundamento del análisis económico del derecho” Editorial
Universitaria Ramón Areces. Madrid – España.
Spinosa, B. (1677): Tratado político (TP), Alianza Editorial, Madrid, 1986. p.