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Ensayo Unidad I

Ana Izabel Hormiga Dos Santos


José Enrique Urreste

Universidad del Cauca


Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales
Popayán-Cauca
2021
Analizar y estudiar los hechos que transcendieron en el pensamiento político
moderno nos ofrece una visión alternativa acerca de la evolución de la misma política y sus
matices, pudiendo relatar los sucesos, corrientes históricas, filosóficas y sociales que fueron
campo de intervención y los primeros trazos al cambio definitivo para lo que aun repercute
en nuestros tiempos contemporáneos. Por lo cual, este trabajo consistirá y se detallara en un
recorrido histórico dado principalmente por tres ejes principales: Maquiavelo, la Reforma y
la Contrarreforma, recopilada, analizada y suscitada por disimiles autores.

Atendiendo a esto, se comenzara principalmente por Skinner Quentin en: “El


Consejero de Príncipes: Maquiavelo”. (2008). En donde, nos detalla los hechos del
contexto florentino, en donde, se desarrolló Maquiavelo, hasta la Nueva Moralidad
propuesta por el mismo; en estos parágrafos, propone su idea del principado perfecto
caracterizándose principalmente por defender a un príncipe con actitudes no perfectas,
presentándolo de una manera mucho más humana, resaltando sus errores y defiéndelos en
pro del bienestar de este y su mandato. Llegando Maquiavelo a caracterizarse no
únicamente por la estructura del ejército, pues profundizo en las armas y los hombres,
como también, además de tener un sólido ejército, propuso que un príncipe que quiera
escalar entre las adversidades y posicionarse en la cima, deberá cultivar las cualidades
propias del gobierno principesco. En donde, principalmente, se decía que debían ser
afortunados, pues, aunque, existan muchos esfuerzos de por medio, hasta que la fortuna no
aparezca en sus vidas, jamás podrán alcanzar los más altos propósitos que se propongan.

Asimismo, Maquiavelo, afirma que todo principado nuevo resulta dificultoso


mantenerlo, aun así, esto dependerá de cuan virtuoso sean el príncipe, pues, argumenta que
el fracaso de los gobiernos, no recaían en la fortuna, pues, intervenía profundamente la
virtud del gobernante, aun así, explica que la unión de asombrosas o virtuosos capacidades
ligadas a la fortuna podrían sacar a cualquier Estado de los escombros. Sin embargo, para
considerarse virtuoso deberán existir ciertas cualidades, entre las que incluyen la necesidad
de ser generoso, misericordioso y veraz; y que todos los gobernantes tienen la obligación de
cultivar estas cualidades. Aun así, admite lo antes aclarado, que el ser capaz de obrar todo
el tiempo de esta manera es de alabar. En relación, a los fines perseguidos, establece que
todo príncipe debe procurar mantener su estado y obtener gloria para sí mismo. Pero objeta
que, si es preciso obtener estos objetivos, ningún gobernante puede quizás poseer o
practicar íntegramente todas las cualidades que son normalmente “consideradas buenas”.

De esto, podemos observar que Maquiavelo defiende drásticamente los métodos


radicales y egoístas del ejercer poder, pues, sin ello, el “príncipe” pierde toda autoridad del
Estado y de su población, ya que, sin mando no existe el poder. Entonces, se puede
reflexionar, por las ideas dadas por Maquiavelo, que más allá de ser “virtuoso”, lo
importante, para operar un Estado adecuadamente, se centra en la medida, en que, se sea
autoritario, pues, es la única manera de sostener un Estado integralmente, sin embargo, no
se debería abusar de esta condición, a la cual, tilda de “perversa”, pues, también conlleva a
la ruina del príncipe por el propio pueblo, al considerarlo un tirano.

A razón de, podemos contextualizar que tan factibles serían las ideas de Maquiavelo
en nuestros tiempos, teniendo en cuenta, la lectura: “Maquiavelo: Hoy” de Martínez
Hernández, Luis Manuel; Ceceñas, Torrero, Paula Elvira; Martínez Leyva, Diana Elizabeth,
coord. En donde, se le refiriere a Maquiavelo, específicamente en el caso mexicano, en
donde, se analiza el contexto del tiempo, espacio y condiciones de la época, el cual, lo llevo
a determinar que: “El fin justifica los medios” y estableció su legado, Asimismo, se estudia
y propone sus ideas en la actualidad.

Ante esto, se le propone al dirigente comportarse como una “bestia” y como un


hombre a la vez, argumentando que un hombre que dirija un pueblo debe saber emplear las
cualidades de ambas naturalezas, y que una no puede durar mucho tiempo sin la otra. Sin
embargo, ante esto, puedo decir que contextualizar de esa manera a un gobernante actual,
no es del todo acertado, pues, si bien, debe gozar de autoridad, jamás deberá existir y
crearse un exceso de poder por el dirigente hacia el pueblo, aun así, según las ideas que
planteaba Maquiavelo, se puede considerar “formal” este planteamiento de gobernanza.

Por otro lado, plantean de buena manera mostrarse piadoso, fiel, honesto, confiable,
seguro, inteligente, humano, recto y religioso, y asimismo serlo efectivamente: sin
embargo, defienden que el dirigente debe estar dispuesto a irse al otro extremo si ello fuera
necesario. Y ha de sentirse presente que sobre todo un mandatario nuevo, no puede
observar todas las cosas gracias a las cuales los hombres son considerados buenos, porque,
a menudo, para conservarse en el poder, se ve arrastrado a obrar contra la fe, la caridad, la
humanidad y a veces hasta la religión. Si bien, es cierto que hay circunstancias en las que se
debe ir más allá de lo “políticamente correcto” y alejarse de los preceptos morales; no hay
una instancia en el que valide el rechazo a las ideologías sociales que intervienen en una
comunidad, pues, un mandatario ha de poder ser consciente de los propios campos
religiosos, morales, culturales y humanos que rodean el pensamiento humano, el hecho de
omitirlo, acarrea, en un sentido amplio, omitir la democracia.

Asimismo, plantean que un presidente debe temer dos cosas: en el interior, que se le
subleve la población; en el exterior, que lo ataquen las potencias extranjeras. De éstas se
defenderá con buenas armas y buenas alianzas, y siempre tendrá buenas alianzas el que
tenga buenas armas o la suficiente diplomacia, así como siempre en el interior estarán
seguras cosas cuando lo estén en el exterior, a menos que no hubiesen sido previamente
perturbadas por una conspiración. En este argumento podemos ver claramente el rechazo y
estigma que, del mismo, groso modo, que mantenía Maquiavelo, pues, decía que la
perdición del Estado era permitir la entrada extranjeros a sus tropas. Aun así, este
argumento, lo considero irrelevante, pues, la relación extranjera entre Estados es
fundamental para una prospera gobernación; asimismo, esta idea, mantiene tintes
xenofóbicos y cuestionables, pues, no se puede comparar el caso Florentino, de la ciudad
natal de Maquiavelo con las actuales relaciones internacionales que se hallan actualmente,
en muchas ocasiones, formando alianzas y consensos entre Estados.

Todo esto, correspondiendo a que las ideas y teorías de Maquiavelo provocaron los
aciertos y los desaciertos de los príncipes en una Europa fracturada debido a las disputas
entre las coronas: guerras, intrigas y búsqueda de apoyo del pueblo. No podemos verlo
como un mecanismo de gobernanza actual, pues, el contexto actual que se vive entre
Estados, no se rige bajos mismos términos políticos y sociales; mostrando de esta manera,
que no toda teoría es aplicable al pasar del tiempo, pues, en este momento, se mostraría
como invalida, ante las tipologías de gobierno y la evolución constante del mundo.

Sin embargo, la transcendencia de Maquiavelo no finiquita ahí, pues, su tesis


principal acerca del comportamiento que debería tener un príncipe para gobernar
adecuadamente, fue abordada también en un propio capítulo de su libro más importante:
“El Príncipe”, Capítulo. XV. “De aquellas cosas por las cuales los hombres y
especialmente los príncipes, son alabados o censurados”. Acá detalla de manera más
minuciosa únicamente los comportamiento que llevaran al príncipe a mantenerse como tal y
a serlo, dejando de lado la propia estructura del Estado que él consideraba importante se
hubiera en un principado exitoso. Inicialmente establece la diferencia entre cómo se vive y
como se debería vivir, que aquel que deja lo que se hace por lo que debería hacerse marcha
a su ruina en vez de beneficiarse; argumenta que todo príncipe que quiera mantenerse tiene
que aprender a no ser bueno y a participarlo o no de acuerdo con la necesidad. Todos los
hombres, y en particular los príncipes, por ocupar posiciones más elevadas, son juzgados
por alguno de estas cualidades, tacaño, avaro. Se infiere que las cosas por las que un
príncipe es alabado o censurado, es dándole mayor concepto de virtud política al príncipe.

Define al hombre bajo cualidades como “avaro”, pues, es también el que tiende a
enriquecerse por medio de la rapiña. Es considerado dadivoso, clemente, leal, afeminado,
decidido y animoso, humano, casto, sincero, duro, grave, religioso. Asimismo, se le refiere
como “tacaño”, pues, el que se abstiene demasiado de gastar lo suyo. Es considerado rapaz,
cruel traidor, pusilánime, soberbio, lasisivo, débil, frívolo, incrédulo. Un príncipe posee las
cualidades que son consideradas buenas, pero como no es posible consérvalas todas, es
preciso ser tan cuerdo que pueda evitar la vergüenza de aquellas que le significarán la
pérdida del Estado, si no puede, no debe preocuparse y mucho menos incurrir en la infamia
de vicios sin os cuales difícilmente podrá salvar el Estado, porque a veces lo que parece
virtud escasa de ruina, y lo que parece vicio sólo acaba.

Por ende, en este capítulo se infiere que la virtud política es la que va a indicar la
forma en la que se conservara el poder, y de manipular dicho conocimiento según la
conveniencia y necesidad que se exija, pues, el príncipe debe aprender a no ser “bueno”,
como lo describe Maquiavelo, y, a practicarlo según la importancia, pues, no es posible
que sean observadas todas las cualidades de un príncipe, por lo cual, es mejor ser
consciente de las que poseen y evitar la vergüenza para el Estado.

Ante el estudio y desarrollo de las posturas de Maquiavelo frente al príncipe y al


principado, aparece por primera vez y se desarrollan las primeras reformas a la Iglesia
Católica, Romana y Apostólica, ideas conceptualizadas por Simile Javier: “Lutero y la
Política”. (2010). En donde, podemos hablar principalmente, el aporte de otro interventor,
Lutero, en el pensamiento político íntimamente ligado a sus reflexiones teológicas en torno
a la justificación, la “sola fe”, la “sola gracia”, la salvación como don de Dios, lo cual va a
desafiar la autoridad de la institución eclesiástica del siglo XVI. Cuando Lutero tuvo un
encuentro con la gracia de Dios, se dio cuenta que no necesitaba de un poder impersonal
que mediara como un agente de reconciliación, pues el perdón era don de Dios, por lo
tanto, no se adquiría por medio de indulgencias, sino que era través de la “sola gratia” y
“sola fide” que el hombre podía llegar a ser justificado. Estas confesiones y escritos ponían
en peligro el poder de un sistema político eclesial, toda vez que, para Lutero, el papado
representaba una tiranía de Roma.

Asimismo, podemos encontrar una clave de interpretación posible de la teología


luterana, pues, se le podría considerar como un agustinismo extremo por un lado, y como
una simplificación de la teología medieval basada principalmente en el tomismo, por otro.
Como nos dice Wolin respecto a esto último, para Lutero “la verdad pura sería descubierta
eliminando las complicaciones artificiales acumuladas con el tiempo” (Simile, 2010).
Siguiendo esta misma línea, tendríamos que mencionar las ideas de fuerza luterana,
divididas en cinco puntos clave:

• La autoridad de la Biblia y la supremacía de Jesús.

• La justificación por la fe

• El sacerdocio universal de los creyentes

• La comunidad cristiana o iglesia

• La existencia de solo dos sacramentos

Apareciendo de esta manera otro interventor importante, Sheldon Wolin, quien así
como explica las ideas de Luteranas, presenta su propia tesis: “Calvino: La educación
Política del Protestantismo”, en donde, Se presenta la ideología de Calvino en ella se
sustenta con respecto a la educación una idea
de orden en la que se desplaza un sistema político propuesto por Calvino; consistía
en darle deberes y una función al magistrado civil dándole el nombre de sagrado
magisterio, vicario de Dios o ministro de Dios. Este entonces hacía una semejanza entre la
función del pastor en la iglesia con el ministro en la comunidad por lo tanto ambos los
caracterizaba con formas de actuar similares.

El magistrado debía entonces despersonalizarse ante la ley y seguir solo la misma


buscando la obediencia y así mismo causar temor para con ello buscar una adhesión activa
y afirmativa al gobernante. Busca entonces una reverencia de los súbditos al gobernante
pero que esta disposición sea de la razón y la conciencia y no solo el temor. Así mismo
explica como la lealtad va ligada directamente al cargo y no al individuo. El fin de todo
esto es buscar un orden político y así mismo a quienes iban en contra de ello se les
denomina monstruos inhumanos, etc.

La finalidad y función del magistrado era mantener el orden y una moderna libertad,
tener justicia y rectitud así mismo mantener la paz. Para Calvino el gobernante y el
gobernador presentan una relación con Dios, argumenta entonces que el gobernante
desempeña un cargo divino y es responsable ante Dios de dicho cargo y la misión del
mismo así como los súbditos deben obedecer y tener lealtad como un deber político y
religioso. Para la explicación del tirano Calvino le da una explicación definiéndolo como un
agente de la ira de Dios para obligarlos a examinar su conciencia por los actos de pecados
cometidos pero es entonces concebida como una entidad celestial y no política. La
concepción de con respecto a la desobediencia era por sobre todo aceptada si esta venia de
los mandatos bíblicos ya que si se daba con el fin del cumplimiento del mandato de Dios
entonces era aceptable y entendible ya que esto hace que el gobernante entienda su mal
obrar y también que sobre los mandatos políticos están lo bíblicos. Y es así como Calvino
le pone un límite en cuanto al mandato del rey que sobre pase su poder. Calvino es entonces
consciente de la comodidad política y hace un relación entonces entre no solo Dios y el
gobernante sino el gobernante, el pueblo y la ley, dando así una peso a ley como la
mediadora entre el gobernante y el pueblo.

Naciendo de estas ideas, el pensamiento político de la Reforma y la Contrarreforma,


en donde, podemos ver a la contrarreforma como los intentos u acciones hacia una
reflexión y análisis de la vida política, los estados y el comportamiento de estos y sus
príncipes, en donde, como actor principal aparece nuevamente Maquiavelo, fundado con
ideas de política práctica, caracterizadas por la acción utilitarista privada de escrúpulos, con
fines de conquista y conservación del poder, naciendo de esto posturas que insistían en el
cambio y separación de la moral cristiana y la vida política, dirigidas por el pensamiento
del “maquiavelismo”, siguiendo así, una batalla continua hacia la evolución del
pensamiento político, orientados en la separación de “razones” políticas y eclesiales,
incentivando a la contrarreforma del pensamiento político, demostrando que el mundo
moderno avanza a grandes pasos hacia la emancipación política, dejando de lado el peso
político, moral y económico de la iglesia.

Asimismo, la contrarreforma trajo consigo grandes cambios a la estructura propia


del Estado registrando así una articulación y expansión de los órganos del gobierno.
Expresando mediante trazos la propia razón del Estado actual; la Contrarreforma
significaba la evolución material de los Estados y de sus sociedades, en donde, se buscaba
ir un poco más allá, separando la esfera religiosa y moral, de la práctica real, incentivado
principalmente por teorías, textos, conceptos filosóficos y políticos bajo un contexto de
fuertes revoluciones y deseos de cambio, comenzando por la intención y racionalidad de los
propios derechos individuales, basado en un sistema político y estatal formal,
complejizándose por un conjunto de instrumentos políticos que aún no estaban del todo
constituidos, pero que buscaban reformar un antes y un después, frente a la tradición y
tuteles eclesiásticas.

Toda esta batalla contra la evolución del pensamiento político orientada a separar
definitivamente las razones de los estados de las razones de las iglesias se había llevado a
cabo a la luz de la nación de la política cristiana elaborada por la neoescolástica, dónde la
comunidad es concebida como cuerpo y no como un conjunto de individuos titulares de
derechos, las cuestiones generales planteadas en el pensamiento político eran
sustancialmente abiertas por la iglesia con la consolidación de los estados absolutistas
modernos, teniendo como principio la doctrina del poder indirecto y la doctrina que había
contribuye edificar durante el siglo 15 el modelo del príncipe, este traía consigo un modelo
para la sociedad en dónde la contrarreforma no se limitaba a la defensa de los principios
generales, comenzando por el hecho de que la reforma hubiera preferido formas de
gobierno republicana y por el contrario el gobierno principesco resultaba más favorable
para conservar la unidad religiosa y el respeto de las tradiciones, para esto un buen príncipe
debía seguir las virtudes, buscar el bien de los ciudadanos y beneficiar a los que gobierna,
ya que el objetivo del gobierno principesco es tener a los pueblos en paz y contentos.

Para esto la contrarreforma contenía ciertos tipos de escritura entre los que
encontramos el no tratado prolijo sino la relaciona instrucción, y otro dirigido a describir y
sostener la estructura republicano oligárquica mantenida por ellos en la era de los
principados, en este apartado la República no era más que un concepto unívoco ya que ni la
definición boliviana de estado mixto satisfactoria para calificar la naturaleza las ciudades
eran capaz de juzgar por la comunicación con el gobierno. Frente a la clausura de los
regímenes políticos y al estancamiento de las relaciones internacionales la tensión hacia la
renovación tomo la forma de la utopía inspirada en platón, está utopía expresa un deseo de
evasión del propio tiempo la huella de ese tiempo hacía que debes más evidente los
elementos contrarios a la ciudad ideal imaginada.

Por otra parte se hace alusión alta ciclismo en dónde las aspiraciones universalistas
podrían reincorporarse en la teología política de la contrarreforma en su forma absoluta y a
su vez entra en contradicción con diversos aspectos del pensamiento político del tiempo,
esto le da inicio a la razón de estado como ciencia política que desde el punto de vista de un
escritor de la contrarreforma había dos cuestiones abiertas, la revuelta de las provincias
unidas con el rey católico y la batalla de Francia entre la liga católica apoyado España y el
legítimo sucesor al trono, otro de los propósitos de Botero era recoger en un tratado toda la
literatura política qué describió el debate o la política efectiva de los estados, para función
de la razón de estado está a su vez es lo que sirve para fundar ampliar y conservar un
dominio siguiendo siempre la prudencia política, Todo esto se ve enmarcado en un debate
italiano y europeo ya que esta razón de estado y la discusión que concebía implicaba la
referencia a dos principios qué eran el principio de la racionalidad y el principio de la
necesidad, todo esto para tratar de demostrar cierto eficacia de modelos políticos antiguos y
pon temporales destinos a poder en crisis ley de la naturalidad del gobierno monárquico y
la primacía de la obediencia entradas virtudes políticos.
Podemos concluir, que las ideas que se desarrollan durante este lapso de tiempo en
el pensamiento político moderno corresponden inicialmente a una renovación política que
se sentía como necesidad, en donde, aparecen nuevas corrientes e ideologías que rechazan
el sentido del Estado y de su propio poder, configurándose, de esta manera, nuevos
conceptos e ideas que permitieran un entorno y pensamiento social nuevos, alejados de las
interpretaciones únicas del poder eclesiástico, de la burguesía y de la propia estructura del
Estado y sus entidades en dicha época; antecediendo a nuevos conceptos e ideas que
ofrecieron los primeros trazos de la configuración actual del Estado y Nación que
conocemos.

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