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¡Ah de la vida!... ¿Nadie me responde? ¡Aquí de los antaños, que he vivido! La fortuna de mis
tiempos ha mordido; Las horas mi locura las esconde. ¡Que sin poder saber cómo ni adónde la
salud y la edad se hayan huido! Falta la vida, asiste lo vivido, Y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; mañana no ha llegado, Hoy se está yendo sin parar un punto; Soy un fue, y un será, y
un es cansado. En el hoy y mañana y ayer, junto Pañales y mortaja, y he quedado Presentes
sucesiones de difunto.
constituye una reflexión sobre la brevedad de la vida: el tiempo pasa muy rápidamente y, desde
que nacemos, nos lleva a gran velocidad hacia la muerte.
El poeta interpela a su vida pasada: desde el presente, dirige la mirada hacia su vida pasada y la
encuentra vacía, como si brevemente, apenas existiera. desolado y a la vez desconcertado, se da
cuenta de que ya se le ha pasado la vida, que el tiempo ha volado, él se ha hecho viejo, y ha
perdido la salud, hasta la memoria, que le permitiría recordar lo vivido hasta entonces
c) ¿Qué expresa Quevedo acerca de la vida? Y ¿Qué expresa acerca de la muerte? Para él,
¿Cómo es el futuro?
Reflexiona sobre la rapidez del paso del tiempo, el pasado ya no existe, el futuro tampoco y
además es incierto.
el presente avanza a tal velocidad que en seguida se convierte en pasado. Esto hace que entre el
nacimiento y la muerte apenas exista un breve lapso de tiempo, que nos conduce casi
directamente de la cuna a la sepultura.
d) El poema tiene un tono pesimista. Indica y escribe los versos en los cuales se ve este
pesimismo.
SI, porque la personalidad literaria de Quevedo resulta muy compleja se unen en él el moralista
riguroso, el satírico de afilado ingenio, el lírico de pureza exquisita y el escritor político de ideas
claras. En toda su extensa y lograda obra demuestra su increíble dominio de la lengua
Principio del horror vacui. Es una de las características del Barroco más llamativas y
definitorias del movimiento.
Pesimismo. El carácter barroco está teñido por el desengaño y una sensación pesimista
generalizada.
Pasión interior. A diferencia de las bases renacentistas que buscaban el equilibrio y la
armonía clásica, con el Barroco se quiere representar la otra parte de la realidad, el caos,
la pasión descontrolada, el dolor, el horror, la desmesura.