TEMAS: Las estructuras neuróticas. Histeria, Neurosis Obsesiva, Fobia
Vamos a volver a lo tratado en el ateneo del miércoles pasado sobre
síntomas y estructuras, pero antes creo que es necesario hacer algunas aclaraciones, dado las preguntas que han aparecido sobre el concepto de estructura, que es un concepto que de algún modo, yo supuse que ustedes ya estaban familiarizados. En el primer teórico me referí estrictamente a la particularidad con que se presenta en Lacan, y no en general, por lo tanto, dada esta situación, vamos a retomarlo hoy y articularlo con el problema de las estructuras clínicas, es decir, en este caso, de las tres grandes neurosis. El primer punto que quisiera subrayar es en torno a una confusión que parece ser bastante habitual, entre estructura y todo. Una estructura, en el sentido en que la usamos nosotros, es algo muy diferente a cualquier idea de completitud o plenitud, es –diría- algo que se opone, en sí, a esta idea. Si hay un punto en el cual la palabra “todo” se puede aplicar a la estructura, es en el sentido de designar simplemente la totalidad, el conjunto de elementos que forma parte de esa estructura, pero no porque esto implique ningún concepto de totalidad como unidad, en el sentido de unidad holística, podríamos decir, de unidad en el sentido de la buena forma incluso. Recuerden Uds. que muchas veces el concepto de todo ha sido confundido con el concepto de estructura, en función de la influencia de la Géstalt, es decir, lo que la teoría de la Géstalt llama una buena forma, puede o no, según los casos, ser una estructura, lo más frecuente es que no lo sea, y diría justamente que todo efecto de buena forma, que existen como efectos los efectos de buena forma, es fundamentalmente un efecto imaginario. La estructura es fundamentalmente un concepto simbólico. Esto implica que la estructura, es en todo caso, si queremos seguir usando la palabra todo, yo prefiero usar la palabra conjunto, es un conjunto de elementos articulados entre sí, cuya coexistencia es necesaria para definir la estructura, es decir una estructura como concepto, no supone entre sus elemento jerarquización alguna, según el tipo de problemática que escogemos podremos jerarquizar unos elementos de otros elementos, pero el concepto de estructura en si no implica jerarquización de ningún tipo. La estructura fonemática de una lengua implica que todos los fonemas tienen exactamente el mismo valor, tienen un valor diferencial, oponiéndose unos a otros en función de un campo diferencial, pero ninguno tiene más valor que el otro. Desde este punto de vista, no podemos hablar de una jerarquía interna de una estructura de base, lo que sí podemos ver es que según las diversas formas que asuman los elementos de la estructura, podemos tener jerarquizados unos elementos mas que otros, pero eso depende, mas bien, del modo de acceso y de aquello que privilegiemos dentro de la estructura ALUMNA: ¿Tiene que ver con el concepto de sistema? PROFESORA: El sistema es un ejemplo de estructura Desde este punto de vista, diría que lo que mejor sirve como ejemplo para ubicarse en la noción de estructura, tal como la usamos con los estructuralistas y tal como luego, con sus variantes propias, la usó Lacan, es el concepto de conjunto en matemática, es decir el conjunto en matemática es algo que implica que hay una serie de elementos que yo unifico, demostrando que pertenecen todos a algo que yo denomino arbitrariamente a través de un axioma, porque aquí nuevamente nos enfrentamos con los axiomas, un conjunto. Desde este punto de vista, el conjunto, la estructura, tiene una articulación fundamental con cómo es definida simbólicamente. La estructura aquí se diferencia, entonces, de todo efecto de percepción, de todo efecto de fenomenología, para aparecer como el fundamento cuya articulación da cuenta de los fenómenos. Cuál es, quizá, el punto en el cual a esta definición de estructura como un conjunto de elementos articulados, diferenciales, simbólicos por esta característica justamente, ¿qué es lo que a esta noción le agrega Lacan?. Diría que le agrega un punto fundamental: el hecho de que esta estructura, en Lacan, nunca es completa, es decir que la estructura conlleva o entraña el lugar como tal de una falta o de una ausencia. Yo hice alusión a esto en el primer teórico, pero deberían ustedes enfocarlo ahora, en función de lo que yo planteé acerca del teorema de Godel, en el sentido que la no completitud de la estructura y la falta en la estructura, tiene que ver con caracteres lógicos de la estructura, y no con caracteres –si me permiten la palabra- ontológicos. En Lacan, ustedes nunca van a encontrar ontología, es decir, teoría del ser, todo lo contrario, Lacan piensa que el psicoanálisis mas bien tiende a borrar toda ontología, pero sí van a encontrar una lógica de la estructura y la lógica de la estructura tiene entre sus axiomas de base, como todo sistema simbólico, el hecho de ser incompleta e indecidible, al menos que recurramos a una estructura diferente, es decir, una estructura ajena a esa misma estructura, que es lo que clásicamente en lógica se llamó metalenguaje, pero que aparece como ajeno a la estructura misma, es decir, como formando parte de otra estructura. Desde este punto de vista, entonces, la falta en la estructura es la primera forma, si ustedes quieren, en la que Lacan formuló lo que luego va a ser formulado en términos de un teorema lógico, que toma como punto de referencia al teorema de Godel. Esto es importante porque la estructura en Lacan tiene un nombre, el nombre de la estructura pertinente para el psicoanálisis –aclaro lo de pertinente para el psicoanálisis- es el Otro con mayúscula. El Otro con mayúscula, que Lacan llama de diferentes maneras, Otro simbólico, Otro del lenguaje, Otro de la ley, es fundamentalmente en psicoanálisis si aplicamos esta definición de estructura, otro tachado (A), es decir otro que entraña la falta como tal, no es de ningún modo un Otro de la totalidad, que era lo que yo les decía que Lacan escribía como “A tachado” (A). Justamente para diferenciarlo del A sin tachar que ocupa el lugar de algo que Uds. pueden entender con facilidad si lo remiten a un código cerrado. Es decir, todo lo que ocupa el lugar de un código fijo, por ejemplo, de un código que no admite cambios de significación, podría ser Otro sin tachar, también lo es indudablemente toda estructura que se presenta como algo fundamentalmente completa y totalizadle. Sin embargo la psicología tiene una tradición muy particular que la acerca de un modo que le es propio a este problema del Otro sin tachar, del Otro como un todo, esa tradición es algo que Lacan criticó largamente, siguiendo aquí, lo que fue quizá la intuición básica de Freud. Si pensamos lo que la obra freudiana nos muestra básicamente, es justamente un sujeto que es preso, casi diría, construido por obra de un mecanismo fundante que es la represión primaria. Este sujeto, en la misma obra freudiana, en la medida en que en ella se supone que la represión primaria nunca puede ser levantada, nunca puede ser reprimida, esto supone un sujeto que tiene en sí una información, un saber que se desconoce y desconocerá siempre, esto es lo que significa, en sentido fuerte, la hipótesis de que la represión primaria es propia de la estructura del sujeto y no un accidente de esa estructura. Desde este punto de vista, no hay ningún azar, ninguna contingencia de la biografía, como he insistido, que pueda explicar la represión primaria como tal. La represión primaria es indispensable para la constitución, como tal, de lo que Freud llamaba el aparato psíquico. Y Lacan siguió trabajando algo que se deduce de esto que se planteaba Freud y que, diría, nunca fue trabajado a fondo y que podríamos denominar son las consecuencias epistemológicas de esta función fundante de la represión primaria para lo que Freud llamaba el aparato psíquico. La consecuencia fundamental de esto es que no hay una autoconciencia completa, no hay un saber que se sepa completamente a sí mismo, un sujeto que sepa ese saber. Desde ese punto de vista, toda formación que supone un saber autoconocido, un saber plenamente sabido por un sujeto, es un equivalente a ese Otro sin tachar y es un equivalente a la idea de que no hay inconsciente como estructura. Les aclaro como estructura, porque pude haber para quienes sostengan otro sin tachar, inconsciente como cualidad psíquica, es decir, que algo puede ser inconsciente y luego pasar a la conciencia o a la preconciencia o a la instancia que quieran. Desde este punto de vista, la tesis tópica y sistemática del inconsciente freudiano es algo que podríamos decir Lacan defiende a ultranza, no hay en este sentido inconsciente descriptivo. Si hay algo que caracteriza al inconsciente freudiano, es ser un inconsciente sistemático, estructural, indisoluble e insuperable. No hay unificación del sujeto posible, dentro de la teoría freudiana. Es desde este punto de vista donde Uds. tienen que tener en claro que toda teorización del Otro sin tachar, supone justamente, como correlato, la unificación del sujeto y el acceso a ese viejo mito, que Hegel llevo a su máximo nivel de expresión, que es el mito del saber absoluto. Justamente desde este ángulo, si hay algo que se llama represión primaria, represión estructural, este universo de saber particular que es el inconsciente, nunca podrá ser recuperado en su totalidad. ALUMNA: ¿Desde el punto de vista de lo que ud. esta diciendo, puede ser que una persona ocupe alternativamente el lugar de A sin tachar y de A tachado? PROFESORA: El problema es este: puede creer ocupar ese lugar, el problema para Lacan es que el A sin tachar no existe. Es decir, el Otro completo es un mito humano ALUMNA: En tanto que la otra persona crea que completo PROFESORA: Todos creemos por estructura, no por ingenuidad, y aquí viene un punto importante: el efecto de ese Otro como un todo coherente que garantiza la verdad, que garantiza la posibilidad de un saber, no es un efecto de error personal, es un efecto de estructura, es decir no depende de que nos equivoquemos o no, meramente, sino que es un efecto que la estructura, en cuanto tal, tiende a crear, es el efecto de completitud. El problema es cuando el efecto de completitud es elevado al lugar de causa o determinación, es decir, este efecto existe como existe la buena forma en la percepción, y en la buena forma no es sólo que nos equivocamos, sino que realmente percibimos una predominancia particular de una cierta forma, tal como nos la presentan, en el famoso dibujo de Napoleón que se puede ver de diferentes formas en la teoría de la Gestalt. Pero creo que el punto importante es que los efectos de estructura no se confunden con ésta y que la estructura como tal, tiene su escritura en Lacan como A tachado. Como A sin tachar aparece la estructura en la medida en que en el lugar de la falta, de la incompletad aparece desconocido. Esta otra característica estructural que Lacan le da al Yo: ser el lugar de desconocimiento de la determinación y lugar desconocimiento de la falta, por eso el yo está incluido, básicamente, en una teoría del narcisismo, que es otro efecto de estructura. Justamente porque el narcisismo es el campo por excelencia de la totalización, de la completitud y del mito de hacer del sujeto dividido, un sujeto entero y de hacer de dos uno, es decir, es el mito de la pareja complementaria, por ejemplo, es el mito que evita, de este modo, la diferencia de sexos y la castración y que impone en su lugar una complementariedad ilusoria entre ambos sexos. ALUMNA: Los efectos de la estructura entrarían dentro de lo simbólico o de lo imaginario? PROFESORA: Son determinados por lo simbólico a nivel imaginario, porque tengan claro que lo imaginario en el ser humano no tiene autonomía alguna, lo imaginario esta determinado estructuralmente por lo simbólico, no aparece como algo que tenga autonomía respecto a lo simbólico. En todo caso existe un imaginario que es el de la etología, el imaginario animal que tiene sus propios rieles y sus propios carriles, pero justamente a nivel humano, el imaginario etológico, el imaginario del instinto, es totalmente subvertido por la presencia de lo simbólico. Ahora bien, esta estructura, entonces, que llamamos (A) tachado con mayúscula, que aparece como entrañando, como indicando necesariamente un lugar que es una falta, un lugar de la incompletitud, implica que tengamos claro que así como lo que caracteriza a la estructura es la articulación de sus elementos y el hecho de que pueden rotar de lugar, porque la estructura implica elementos y lugares fijos y la rotación puede ser de los elementos en relación a los lugares, incluyendo este lugar de la falta. Desde este punto de vista, ¿cuál es la falta central en psicoanálisis? Esa falta tiene un nombre que Freud le dio, que es la castración. Es decir la falta central en la estructura tiene como nombre castración y castración y es esto lo que Lacan enfatiza cuando ubica y articula esta falta que Freud descubrió en su trabajo clínico, a la que Freud en cierto sentido tuvo que resistirse porque le parecía, en ciertos aspectos, inverosímil –piensen Uds. que la teoría de la fase fálica recién es formalmente escrita por Freud en 1923- es decir, ya avanzada su teoría, recién en los años 20 se formula claramente y recién con la fase fálica puede Freud articular como tal la teoría del Edipo. Desde este punto de vista, podemos llamar también a la estructura, en cierto sentido, podemos ver que una de las formas de su puesta en orden es también la del Complejo de Edipo, pero el Complejo de Edipo no agota la estructura como tal. Desde el punto de vista de Freud, creo que de todos modos este rodeo a través de la función de la estructura es útil para el tema que teníamos que trabajar hoy que es el concepto de las estructuras neuróticas, tengan claro entonces que no es casual que la última psicopatología freudiana, la de Inhibición, Síntoma y Angustia, tenga como articulador central la castración, y que en los artículos posteriores que son los artículos del Fetichismo y el artículo incompleto sobre Escisión del Yo, Freud toma perversión y psicosis para articularlas también en relación al complejo de castración. Esta articulación es franca para la neurosis, las tres clásicas, en Inhibición, Síntoma y Angustia, pero luego en estos dos trabajos Freud articula la castración como el punto de obstáculo también para la perversión y para la psicosis, es decir que todas las estructuras psicopatológicas se sitúan en relación a la castración de la obra freudiana. Este es un punto que insisto en recordar porque diría que ha sido olvidado por muchos psicoanalistas y que en un punto que sin embargo da la ultima palabra de Freud respecto de la determinación de la neurosis. Y observen Uds., algo, Inhibición, Síntoma y Angustia, es un texto donde la función de la castración, el complejo de castración como lo llamaba Freud, organiza a las tres neurosis y no es un problema de accidente de la historia, no es que alguna vez hubo una amenaza de castración, sino que la castración se produce indefectiblemente para todo sujeto humano. Esa es la tesis de Freud. En este punto de sus teorización, la castración es para Freud ya, un elemento de estructura, no es como tal un elemento de la historia o un accidente de una mala organización de la sociedad, por ejemplo, si mejoráramos la educación o cambiáramos las normas sociales no existiría entonces esto que es el complejo de castración, en torno al cual se organizan los grandes cuadros psicopatológicos. Tengan claro entonces que toda definición estructural de los síntomas neuróticos, todo aquello que puede decirse que vale para todo neurótico, según la categoría a la que pertenezca, fobia, histeria o neurosis obsesiva, se hace en torno a la teoría del complejo de castración. La estructura en las tres neurosis se organiza en torno a la estructura que brinda el complejo de castración. El complejo de castración es la roca con la que chocan las tres estructuras y cada uno de ellas, las procesa a su manera. Por eso, mas allá de la semiología, mas allá de la sintomatología, el diagnóstico estructural apunta precisamente a este punto de ubicación del sujeto en relación a la castración y aquello que la castración organiza fundamentalmente es el deseo del sujeto, es decir, su deseo tiene como punto de organización retroactiva, el complejo de castración como tal. Por lo tanto lo que caracteriza la posición de las tres neurosis, es la posición del sujeto, en este caso como deseante, por la forma particular en que ha procesado el complejo de castración. Una aclaración que creo les va a hacer más nítidas su Uds. toman como modelo a la histeria. He hecho más de una vez referencia al problema de la histeria aquí. En la histeria podemos ver claramente en la obra freudiana este problema entre estructura e historia, y este es un punto sobre el cual quisiera centrarme especialmente. Primero porque la oposición entre estructura e historia es creo, desde cierto ángulo una falsa oposición. Falsa oposición en la medida en que se confunda a la historia con el desarrollo evolutivo. Todas las críticas de Lacan a las teorías así llamadas genetistas, es una crítica a la noción de histeria equiparada a la del desarrollo evolutivo. Justamente si algo caracteriza la historia humana es el tener poco de evolutiva y el tener mucho de conflictiva, de idas para adelante e idas para atrás y el oscilar siempre entre resignificaciones y anticipaciones. Desde este punto de vista, si hay una historia que esta en juego en el psicoanálisis, tiene que ver mas con la historia en las antípodas de lo que en el siglo XIX planteó como historia evolucionista. La historia identificada a la maduración no es mas que una especie de fijación teórica a lo que pudo haber planteado el positivismo, el evolucionismo y la idea de una progresión de la historia, cuya culminación desde ya somos nosotros, los hombres, es decir, el mono a nosotros hay un perfeccionamiento progresivo cuya culminación representamos. Y esa evolución filogenética, la reproducimos ontogenéticamente, entonces la historia se convierte en una historia del desarrollo de etapas fijas y de cómo explicar la transición de una depara a la otra. Si la historia es conceptualizada de esta manera, tengan claro que choca absolutamente con el concepto de estructura. Justamente porque la estructura esta ahí condicionando el desarrollo de la historia, es decir, la historia no es independiente de la estructura, si no que tiene sus límites de posibilidad fijados por la estructura como tal. Dentro de esos limites de posibilidad, que son grandes evidentemente, el problema esta en tener claro que hay cosas que dentro de las características de esa estructura no pueden producirse. Era el ejemplo que yo les daba, si Uds. recuerdan, sobre lo real cuando les decía que para los antiguos, para los griegos, el lugar de los astros, como el techo, como la bóveda que delimitaba nuestro mundo, era el lugar inmutable, ese lugar como tal correspondía a la estructura simbólica del mundo griego. De hecho, entre esa estructura propia del mundo griego y la nuestra, hay una distancia enorme que determina posibilidades históricas diferentes. Incluso basta leer a gente como Vernant o Pierre Vidal Naquet, que son quizá los historiadores que más han renovado nuestros conceptos sobre Grecia como para ver que el concepto de historia, que el concepto de temporalidad de los griegos, no equivale a nuestro concepto de historia y a nuestro concepto de tiempo. Por la tanto, es relativo suponer que es Herodoto quien funda la historia para nosotros, sino que se han producido entremedio muchas modificaciones que hacen que esa ciencia que es la historia, tenga características muy diferentes a las que tenía, por ejemplo, para los griegos, incluso entre los romanos. Desde este punto de vista, el problema de la oposición entre estructura e historia, es una oposición entre estructura y evolucionismo. Por eso el problema no es saber, y esto es lo que caracteriza, quizás, al estructuralismo, es haber eliminado del campo teórico el problema de los orígenes, en esto, la gente que empezó haciendo lingüística estructural y luego antropología estructural, Jakobson, o la escuela de Praga o Lévi- Strauss, no hicieron más que seguir el camino de la ciencia: las ciencias duras, las ciencias exactas, para poder funcionar habían abandonado el problema del origen, el problema de preguntarse cuando empezó tal cosa y suponer que siempre había sido siempre así, que plantear el problema del origen llevaba a la historia del huevo y de Colón, digamos, siempre había una revisión posible más atrás, siempre era posible ir mas allá, y que de hecho lo que había que conceptuar, lo que la lingüística siempre conceptualizó rompiendo con toda una tradición que durante todo el siglo XIX se dedicó especialmente a tratar de demostrar, por ejemplo, como todas la lenguas descendían del indoeuropeo. Entonces, tienen Uds. todos los trabajos de la lingüística histórica del siglo XIX centrados en ver como las lenguas modernas, a trabase de cambios etimológicos, descendían o culminaban en nuestros idiomas. ¿Qué es lo que hace Saussure?. Dice no me importa cómo nació el lenguaje, tomo el lenguaje y el sistema de lenguas tal como existe en las lenguas vivientes, en la cual no entraría el griego antiguo, no el griego actual, o el latín o el sánscrito, toma las lenguas tal como se hablan hoy, y veo como están constituidas, no me importa el momento en que se originaron. Tengo que suponer que además tiene que haber otro presupuesto estructuralista, que la lengua aparece como grupo total de fonemas, que no aparece un fonema y después otro, y después otro, sino que aparece como un fenómeno global que aparece con todos los elementos al mismo tiempo, que luego podrán sufrir modificaciones, matices, etc., pero que tenemos que suponer, y para cada lengua, esto serian los fonemas, un núcleo inicial que esta dado de entrada. Entonces, tengan claro que de algún modo Lacan reproduce este corte con el problema de los orígenes y de la historia como una historia evolutiva, a nivel del psicoanálisis. ¿Por qué? Creo que más por discutir a Freud es sobre todo a los postfreudianos con quienes discute, ya que esta claro que complejo de castración aparece como en elemento estructural, fundamental dentro de la misma obra freudiana. Tengan claro además, que este concepto de estructura no es equivalente al concepto de la estructura psíquica como formada por Yo, Ello y Super Yo. Podemos decir que la idea de este artículo que se llama La división de la personalidad, que es una de las nuevas conferencias de la introducción al Psicoanálisis, donde Freud habla de la división de la personalidad y donde aparece esta tríada, siempre se enfatizó la personalidad y no lo de división, porque el concepto freudiano de las tres estructuras, es tres estructuras siempre en conflicto, donde una de ellas, el Ego, esta sometido a las otras dos y a una tercera, la realidad externa, lo que Freud llama “El tercer amo”, entre las cuales esta tironeando siempre, y la función del pobre Yo es por excelencia lograr compromiso, el Yo es por excelencia un negociador entre las diferentes instancias. Y desde este punto de vista, el Yo es por esencia, aquel que tiene como función desconocer la falla, en este caso la falla como división del sujeto. Tengan claro que esta función del Yo no la inventó Lacan, está presente en cualquier lectura cuidadosa del Yo y el Ello o del Esquema del Psicoanálisis, como todos los intentos de síntesis del Yo que son mas que un esfuerzo destinado al fracaso, o en todo caso a un éxito mas que parcial. Entonces, volviendo al problema de la historia y volviendo al problema de la histeria, ¿qué es lo que podemos observar en psicoanálisis? Podemos observar algo que está muy ligado al desarrollo del concepto teórico de la histeria. La histeria se presenta, primero para Freud, como quien sufre de reminiscencias, quien sufre de sus recuerdos, de recuerdos que no ha logrado elaborar catárticamente. Desde este punto de vista, la histeria como sufrir de reminiscencias, lo leva a Freud a suponer la existencia de un acontecimiento que Freud llama “escena traumática”. Toda la época de la prehistoria feudiana (llamemos prehistoria freudina hasta 1900) se caracteriza por la creencia de la realidad de la escena traumática del hecho que el trauma realmente aconteció como hecho. Y fíjense que ahí Freud ya está trabajando con su concepto de historia diferente, porque la estructura del sujeto incluye ya la división, hay un aspecto “censura” que rehúsa o rechaza la escena traumática y los deseos que en ella se despertaron. Ya ahí tienen Uds. la característica del síntoma como formación de compromiso, ligado, por un lado, a al censura, instancia represora primera, y luego a la escena verdadera, donde se pone en juego lo sexual y que representa el elemento prohibido. Desde este punto de vista, Freud a esta altura creía que al recordar la escena, al poder elaborar el impacto psíquico del trauma, se producía la curación. Pero creía que la escena realmente había acontecido, había sido real. Desde este punto de vista, necesariamente, (basta que Uds. lean, es una lectura que les recomiendo enfáticamente, las cartas de Freud a Fliess y los manuscritos que están ahí presentes) todo el primer tiempo de la psicopatología freudiana gira en torno a en que momento se reprime, cuándo pasó, cómo pasó, pasó de una manera en la neurosis obsesiva, de otra en la histeria, de otra distinta en la paranoia, etc. Es decir que el énfasis freudiano esta centrado, fundamentalmente, en ubicar el accidente de la historia, los que no tuvieron el accidente serían los normales, es decir, que la escena traumática aparece como un accidente de la historia. ALUMNA: ¿Sería como buscar el origen? PROFESORA: Si el origen está en el accidente, pero Freud sigue buscando largo tiempo el origen. Hay una búsqueda por el origen ultimo constante en Freud, aunque al final fuera escéptico al respecto. Desde este punto de vista, entonces, este primer tiempo de la teoría freudiana en el cual es el accidente de la historia lo que determina la patología, descubre una punta del asunto, es que la estructura siempre se presenta con este carácter de contingencia, con este carácter de cómo “por casualidad”, también fue así como Freud descubrió la castración, como la amenaza de algunos padres, niñeras, etc al sujeto pequeño, hasta descubrir que esta amenaza o bien era hecha, igual que la seducción por todo adulto, o bien era algo que escapaba a la prohibición concreta dada por alguien. Entonces, desde este ángulo, tienen Uds. que la histeria y el descubrir de la seducción, quizá solo era una fantasía, lleva a Freud a un segundo punto. Ese segundo punto culmina, desde el ángulo que nos interesa, o que me interesa abarcar ahora, era el problema de la sexualidad infantil. Ahí la sexualidad infantil es problema de estructura, no es problema de accidente. Recuerden que Freud decía cuando hablaba de neurosis obsesiva para diferenciarla de la histeria, antes del 1905, que es la fecha de Tres Ensayos, Freud decía: El trauma en la neurosis obsesiva es un trauma experimentado con placer, el trauma en la histeria es un trauma vivido con displacer. Esta es una característica que muy modificada va a permanecer en la teorización freudiana, y desde este punto de vista, la idea de trauma con placer o sin placer, aparecían estos como elementos agregados por el sujeto a esta sexualidad que venía de afuera. Cuando pasamos a Tres Ensayos, la sexualidad ya no es un elemento que viene de afuera, en el sentido accidental, se transforma en un elemento que, podemos decir nosotros, es estructural al sujeto que habla, y de todos modos (vuelvo a insistir aunque lo dije en una clase) haber descubierto la sexualidad infantil, no es mas que una originalidad, desde el punto de vista victoriano, porque la sexualidad infantil tiene una larga historia, y basta leer muchos textos antiguos, o de la Edad Media, para darse cuenta que la sexualidad infantil era un hecho harto conocido hasta que llegó la época de la represión victoriana. Entonces, ¿qué es lo que caracteriza a esta sexualidad?. Justamente el hecho de que Freud la determina como una sexualidad marcada estructuralmente por eso que se llama castración. Entonces, lo que primero eran pulsiones sexuales infantiles, que aparecen caracterizadas por un objeto que no es fijo pero que se fija, en el sentido de que en función de la historia se vuelve un objeto fijo, que es un objeto aportado por otros, creo que el ejemplo paradigmático es “el fetiche”, es decir, que al fetichista, lo excite un zapato, demuestra el carácter por excelencia poco natural de la sexualidad humana y de ahí que Freud hable, ya en Tres Ensayos, de carácter fetichista sin llegar a ser perverso, de toda sexualidad humana. Desde este punto de vista, esta sexualidad que no depende del accidente, que caracteriza al sujeto como tal cuyo objeto por estructura es variable y está perdido, es una sexualidad que se caracteriza, y a en Tres Ensayos (les aconsejo leer el último apartado Metamorfosis de la Pubertad), por la presencia de una elección precoz de objeto, es decir, que para el ser humano lo objetos se eligen precozmente respecto a su madurez biológica sexual. Ahí tenemos ya la presencia de esa sexualidad en anticipación, que solo se adquirirá retroactivamente como posibilidad biológica después de la pubertad. Esto es lo que Freud llama el carácter bifásico de la sexualidad, acerca del cual se interrogaba siempre. Y esto sirvió para que muchos pretendieran dar un fundamento biológico a este carácter bifásico. Este carácter bifásico sí tiene fundamento biológico en el sentido de que la pubertad humana es mas o menos permanente y con ciertas constantes biológicas; pero por qué el ser humano elige su objeto, independientemente de sus posibilidades concretas de llevar acabo la sexualidad, indica que esa sexualidad, desde el vamos, tanto en su objeto como en su organización se independizó de los rieles del instinto, y aquello que ocupa el lugar del instinto es justamente esta otra estructura que lo determina como marcado por la castración, entendamos por la no complementariedad natural de los sexos. Entonces, la teoría de la histeria muestra muy claro, y es aquí la estructura donde esto se ve con mas claridad, cómo del accidente de la historia, pasamos a la característica de la estructura, porque es también “la” histérica, y digo la “la”, en femenino, esa misma que guío a Freud el problema de los recuerdos, las reminiscencias y la sexualidad, la que le planteó el obstáculo que se llama la “envidia al pene”, es justamente ese el obstáculo con el que se topa Freud en sus análisis cuanto mas avanzan, que termina pidiéndole en lo real un pene. Y es desde este punto de vista, que encontramos una limitación que tiene que ver con la forma de conceptualizar esta roca de la castración, mas allá de la estructura y concibiéndola como un pedido real de pene. Digamos que la envidia al pene, se inscribe en el campo de lo que yo definí como demanda, es decir, aparece como ligada al campo de la frustración, porque en realidad no esta en la posibilidad de ningún analista el brindarle a nadie un pene. Aunque tengamos claro que algunos cirujanos sí lo hacen hoy en día, con resultados que tendremos que investigar y que todavía están en relativo suspenso, porque por algún raro fenómeno social, se habla mucho mas del transexual que se castra, que de la transexual que se hace insertar equivalentes, prótesis que equivalen a los genitales masculinos, pero tengan claro que se realizan ambos tipos de operaciones. (risas), el tema no es pertinencia de esta facultad, ahora sí es pertinencia cuando alguien nos manda a preguntar si el conveniente hacer la operación, y ahí entramos en un problema sumamente delicado ética y profesionalmente. Al margen de esta pequeña disquisición, tenemos que la envidia al pene, está caracterizando algo que es del orden de la frustración. Si Uds. recuerdan, yo definí la frustración como una acción vivida como un daño imaginario (imaginario en el sentido de Lacan), cuya agente era otro simbólico que no estaba tachado, es decir, que no se presentaba como en falta o como incompleto y que lo que se disputaba era un objeto real, en el sentido mas banal o realista del tema, recuerden que yo daba el ejemplo del juguete o del caramelo, como el objeto frente al cual surgía la frustración. Por lo tanto podemos decir que la envidia al pene inscribe la frustración, es decir, la castración vivida a nivel imaginario no a nivel simbólico, y podemos suponer que desde esa perspectiva, la elaboración de la castración no se ha completado estructuralmente. Entonces, tengan claro que la estructura, como tal, de la castración, es una estructura eminentemente simbólica que se juega en torno a un objeto que él es imaginario, el objeto imaginario es que lo que yo introduje la vez pasada, siguiendo a Lacan, como la significación fálica que era producida por la metáfora paterna. De hecho la significaron fálica es ese objeto imaginario que les dije que podía funcionar en positivo, como “mas fí”, o en negativo como “menos fí”, cuando está ausente. En la envidia al pene hay alguien que se siente “menos fí”, es decir, que no tiene el falo y piensa que otro si lo tiene y lo pide, es decir, pide que le transformen el “menos fí” en un “más fí”. Desde este punto de vista, ya conceptualizado así porque el analista se colocó en el ángulo de la castración simbólica, y tengan claro que la castración simbólica es una operación en la cual básicamente, el Otro en la estructura sabe que es imposible darle a alguien algo de lo cual, finalmente, solo esta privado porque existe el significante, porque existe la palabra, es decir, Lacan dice claramente: a la mujer en lo real no le falta nada, es solo porque existe el significante que puede surgir ahí la idea de una falta. Es entonces a partir de lo simbólico como el agujero en la biblioteca, es decir, la idea de que allí debería haber un libro que no esta en el catálogo, es porque en el catalogo humano existe el significante fálico por lo cual se va a definir a la mujer como que le falta ese falo. Pero tengan claro que esto implica que esta es una premisa ligada al sistema simbólico y que el analista no es que sea impotente para dárselo, sino que en realidad, es imposible lógicamente que se lo de, y justamente en la medida en que lo acuse de impotente es que aún funciona como otro no tachado, funciona como enfrentado a la misma imposibilidad de estructura que cualquier otro, y desde ese punto de vista, la castración tiene que ver con la imposibilidad de la estructura y no con la impotencia de nadie. Ahora, justamente, el problema es que esto que yo ya dije hace dos clases, que la impotencia era la versión neurótica pero imposible, es lo que nos permite empezar a situarnos en la dimensión de cómo cada cual enfrenta este posible de la castración. Desde ese punto de vista, las castraciones, si ustedes quieren, lo real, es decir, porque es imposible y porque dependen de las premisas del sistema simbólico, pero es un real que no existiría sino existiese lo simbólico, porque esta premisa de la castración no es válida a nivel de lo real biológico, es decir, no vale si estamos desde el ángulo de estudiar al ser humano desde el punto de vista de su constitución biológica, es pertinente únicamente, desde el campo en que lo estamos planteando, a nivel del psicoanálisis y del deseo. Pero justamente por eso el psicoanálisis, como Lacan lo enfatizo siempre, dijo muy poco, o enseño muy poco sobre la sexualidad biológica como tal, en realidad, van a encontrar ustedes que el psicoanálisis esta en la antípoda de una sexología, de algo que supone de algún modo una biologización de la sexualidad y que supone que basta con estudiar suficientemente sus determinaciones fisiológicas y sus técnicas, Master y Johnson en su versión diferente mas actualizada, no me acuerdo ahora cual es el nombre del Master y Johnson reciente, salió hace dos años, que de algún modo suponen que del problema del deseo se resuelve a ese nivel, cuando justamente el lugar propio de operación de la teoría psicoanalítica como tal es el lugar vinculado al deseo y que de algún modo no se resuelve al nivel de la biología. Desde este punto de vista, entonces, cómo es que cada estructura neurótica enfrenta este problema de la castración y como lo vive a nivel de la impotencia. Aquí una aclaración Freud en Inhibición, Síntoma y Angustia, ubica claramente a las dos grandes histerias, es decir a la histeria de conversión (la histeria) y la histeria de angustia, o fobia, en el nivel fálico, y ubica a la tercera, es decir, a la neurosis obsesiva como haciendo una regresión a la fase sádico- anal. La vez pasada yo enfatice la importancia de ver a esta regresión como una regresión de los significantes que organizaban a la pulsión. Pero creo que lo importante es subrayar, en esta oportunidad que el obstáculo con el que choca el obsesivo es fundamentalmente el mismo que la histeria, ese obstáculo es el complejo de castración y que es llevando, dice Freud, el conflicto sádico- anal a nivel de complejo de castración, como tenemos posibilidad, en todo caso de resolver una neurosis obsesiva. Enfatiza, otro elemento, la importancia del Edipo negativo, es decir del Edipo homosexual, del amor al padre en la neurosis obsesiva, ya que según su hipótesis, cosa que es cierta, la neurosis obsesiva es mas frecuente entre los hombres que entre las mujeres. Desde este punto de vista, este problema en torno al padre, ustedes pueden ver organiza toda la forma en que Freud analiza al Hombre de los lobos, en Inhibición, Síntoma y Angustia, aparece como el problema del amor al padre, más de que la agresividad al padre, el amor al padre aparece generando, secundariamente, como consecuencia posible, la castración, es decir, no aparece en sí como problemático, sino en la medida en que implica la pasivización del sujeto y su colocación en el rol pasivo, es decir, equivalente inconsciente a lo femenino. ALUMNO: ¿Es decir que la neurosis obsesiva se da más en el hombre que en la mujer? PROFESORA: Es un demostrable clínico, es un hecho empírico que hay más obsesivos que obsesivas, y hay más histéricas que histéricos, pero esto no significa que no haya de los dos. En la histeria ahora el problema esta planteado así en el terreno del origen, entorno a la castración y a la no castración, tengan claro que ya Freud desde que trabajo en esa línea, había señalado que en la mujer, sobretodo en la histeria, las dos formas principales de resolver el complejo de castración era vía la equiparación falo- hijo y vía la equiparación falo- cuerpo. Es decir, que la belleza del cuerpo femenino ocupa el lugar del valor fálico deseable, digamos así en la histeria, esto le permite a la histeria encontrar como cortocircuito, el cortocircuito del narcisismo corporal como forma de palear la castración. Ahora, en la neurosis obsesiva el problema se retrotrae a la etapa sádico anal, donde es en el ámbito de la agresividad propia de esta etapa y a nivel del conflicto sádico– anal donde se juega en forma disfrazada, el conflicto fálico, esa es la máscara sádico- anal del falo. Y desde ese punto de vista, la pelea constante del obsesivo, su agresividad tantas veces subrayada, no es más que una forma de representar a través de la agresividad, la pelea por quien posee el falo. De ahí que haya, constantemente, ese clima de rivalidad en la neurosis obsesiva donde constantemente el sujeto esta disputando con otro, que es el rival generalmente, la posesión del falo. Esto se ve a nivel de las proezas que el obsesivo imagina siempre realizar, de esa necesidad que tiene de hacer hazañas constantemente, y esto no es más que la versión, llevada a nivel de la agresividad de lo que en la histeria se juega a nivel de la rivalidad por la belleza, porque si dijimos que la ecuación falo- cuerpo puede ocupar el lugar del falo, tranquilamente, las vivencias que la mujer pasa a través de esa otra, que siempre existe, más bella y que le va a sacar su lugar. Y aquí es donde nos enfrentamos con algo que es central, que es qué es lo que esta en juego en la castración, como tal, qué es lo que se juega entorno a la significación fálica. Si ustedes recuerdan yo planteé, en la última clase creo que fue, que la metáfora paterna implicaba que venía el significante del padre a responder al enigma del deseo de la madre, y que el deseo de la madre aparece como teniendo un significado y ese significado era el falo. Desde este punto de vista, entonces, les recuerdo esto para que tengan claro que esta fórmula está en la base de toda estructuración de la psicopatología y que en toda psicopatología, eso que Lacan llamo primero deseo de la madre, y que luego va a ser llamado deseo del Otro con mayúscula, es decir, el Otro en la medida en que aparece tachado, es lo que organiza como tal los cuadros y que aquello que lo que el neurótico por excelencia evita, es descubrir que ese Otro quien está también castrado. El sueño del neurótico es mantener al Otro completo, diría que se sacrifica en mantener la completitud del Otro incluso, prefiere percibirse como impotente él, para asegurarse de que el Otro no esta castrado y que si no le da algo es porque no quiere, no porque le es imposible por estructura. Esto es importante porque marca la ubicación del neurótico como alguien que vive ofreciendo su propia castración imaginaria, la histérica que le pide a Freud “pero ahora quiero concretamente tener un pene“, lo que hace es mantener a Freud en el lugar de otro sin castrar, que si quisiera podría, es decir, que esta a su disposición el responderle en este sentido es que toda histerica/o hace algo fundamental que es sostener al padre. Lacan señala, con razón, una característica de todos los historiales freudianos. Los primeros sobre todo, los de la primera época, se caracterizan por una hija al lado de un padre que esta muriendo, o que esta enfermo y no tienen una sexualidad adecuada, Dora, etc.; observen Uds. los padres de las histéricas están siempre en falta, están como les digo en el caso de Isabel de R, apunto de morir, en el caso de Dora impotente y Dora lo sabe. Diría que la histérica se dedica, sobre todo, a sostener a ese padre y que justamente se ofrece ella como castrada, se ofrece ella como no pudiendo, para obtener así la imagen de Otro completo, del padre “más allá de la castración”. Diría que en ese sentido, la que asume sobre sí con “el no puedo“ la identificación al padre enfermo, es la histérica misma. Por eso Lacan señala, siguiendo a Freud, que la identificación de la histérica es una identificación al padre como castrado; que justamente en la medida en que el Yo de la histérica se pone en el lugar del padre como castrado, es como puede lograr, si ustedes quieren, mantener la imagen de ese padre como aquel que escapo a la castración, como aquel de algún modo es otro sin tachar. Desde este punto de vista, entonces, es este Otro constantemente protegido de la castración, que es el padre, también esta protegido de la castración en la neurosis obsesiva. Pero en esta última se protege al padre de la castración de un modo diferente. No se lo protege del lado de suponerlo solamente fuera de la castración y de identificarse al padre como castrado, sino que se supone, más bien, un padre que esta muerto, como dice Lacan, es decir, un padre que esta muerto, es básicamente, un padre que no tiene deseos. El problema en la histeria es como sostener al padre como potente para evitar verlo como castrado; el problema en la neurosis obsesiva es cómo hacer un padre que sea dueño de sí, que sea absolutamente amo de sí mismo, que tenga el absoluto control sobre sí. Y la forma que tiene el sujeto obsesivo de asegurarse que este padre exista, es obedeciendo todas sus órdenes. Porque en la medida en que obedece a las órdenes hace trampa, y tengan claro que el chicaneo, la trampa es la característica básica de la neurosis obsesiva; el neurótico obsesivo es un a leguleyo, sabe como moverse con la ley y justamente lo que más le importa es obedecer a la orden del Otro, es decir a la demanda del Otro para que el Otro no tenga deseo. Eso es por lo cual el obsesivo es tan frustrante, porque siempre hace caso y haciendo caso e como mejor desobedece al problema no de lo que el Otro pide, sino de lo que el Otro desea y no sabe siquiera que desea. Por eso el obsesivo puede provocar ataques de furia portándose bien (risas), es decir, justamente haciendo caso al Otro, no deja lugar para preguntarse acerca de lo que el Otro desea, y es cuando, generalmente, su cónyuge histérica le arma escándalo, cuando reacciona y dice “no se que quiere” (risas), es decir, en ese momento es donde se conectó con que había algo mas allá del pedido (risas). Es el marido modelo que dice “pero se le doy todo lo que me pide”, uno pude decir “justamente ese el problema” que le dan todo lo que le pide” (risas). El problema esta mas bien del lado de buscar aquello que no se puede dar, aquello que está mas allá de la demanda, tal como la definimos, y en este sentido el obsesivo digamos así, salva la no castración del Otro obedeciendo excesivamente a la ley. Fíjense que en ese sentido es, cumplir con la ley para evitar descubrir lo que más le aterra que es descubrir signos del deseo del Otro, es decir, que de algún modo el Otro de signos o de la impresión que es un deseante. Ahora bien, hay una estructura que presenta un rasgo particular y que es una estructura sobre la cual hay una larga discusión, que es la fobia. La fobia, Lacan se niega a darle el mismo carácter que le da Freud, a pesar que Freud titubeó en distintos momentos sobre cual era exactamente su carácter. Entonces, la fobia se produce para Lacan como una especie de estructura de viraje, algo que se puede producir en el inicio de cualquier estructura y que si ahora volvemos atrás y definimos a esta histérica que esta tratando de mantener al padre como potente, como que es la excepción a la castración, manteniéndose en la posición de insatisfecha y castrada; el obsesivo como aquel que responde a todo pedido que se le hace, para evitar y volver imposible que aparezca el deseo, ahí tienen el deseo como insatisfecho en la hiseria, el deseo como imposible en la neurosis obsesiva, la fobia aparece para Lacan como un deseo prevenido. En ese sentido podemos decir que es casi un primer tiempo, porque en la fobia la prevención surge cuando aparece la mínima señal del deseo del Otro, y aquello que protege al fóbico, en este sentido. Lacan decía: La fobia tiene una estructura eminentemente simple y fácil, es la menos compleja de todas en todo caso, es frente a la percepción del deseo del Otro que el fóbico utiliza algo que le da miedo y algo que le da miedo le permite no angustiarse frente al deseo, ese algo que le da miedo es lo que Freud llamo, “el objeto fobígeno” y que Lacan define como un significante que sirve para todo, en realidad la frase mas adecuada, la traducción sería, “un significante comodín”, como el comodín de las cartas que uno lo pude utilizar para diversos papeles, es por excelencia, una especie de comodín, y este significante como comodín opera justamente donde fracasó, donde no se termino de instalar el significante del Nombre del Padre. Es como que la Fobia esta a la mitad del camino entre la plena operación de la Metáfora Paterna y su no plena operación; de ahí que sea tan difícil deslindarla del fetichismo y que algunos autores, como Winnicot por ejemplo, hallan encontrado una estructura similar entre el fetichismo y la fobia y otros califiquen a la fobia como cercana a la perversión, no es para nada el caso, la fobia es una neurosis, lo que para es que existe una forma de obturar la falta, que se produce ante el deseo del Otro, que los caracteriza a ambos, y un predominio del uso del desplazamiento como mecanismo. El desplazamiento al objeto que da temor, que es en realidad un significante como tal que ocupa el lugar del Nombre del Padre no terminó de operar. Pero lo ocupa de un modo muy particular, que Uds. pueden incluso observar en el caso Juanito de Freud, donde este significante que sirve para todo es el caballo. Piensen Uds. si leen el historial de Juanito, todos lo valores que adquiere el caballo, quiere decir unas veinte mil cosas a la vez, y va cambiando de posición, de forma en que inspira miedo, etc. ¿Cuál es la forma en que aparece como caracterizada en la fobia, el padre? Es la siguiente: Mientras que un fóbico (ojo un fóbico de estructura, no alguien con miedos normales) alguien con inhibiciones, porque la inhibición puede ser de cualquier cuadro, en la fobia, en la histeria, en la neurosis obsesiva, en la estructura psicótica, tenemos también en las perversiones, es decir, la inhibición como tal no caracteriza a la fobia, ni tampoco, por ejemplo, un rasgo de carácter, como la timidez. La fobia es específicamente miedo ante un significante que ocupa este lugar particular y que se produce por desplazamiento. Porque el Yo del fóbico, eso es lo que se teorizó con gran detalle, en cierto momento, en la así llamada “escuela argentina”, que el fóbico oscilaba entre la fobia y la contrafobia, es decir, tirarse de cabeza en una actitud de arriesgado. Creo que el punto central en esto es que así como el histérico, a nivel de su Yo, hace su pregunta identificado al padre castrado, el fóbico esta identificado al padre como potente. Y eso explica que un fóbico verdadero pueda ser alguien sumamente exitoso, siempre y cuando no le toquen la fobia. Es decir, en ese sentido estructural puede haber miedos en alguien o pude haber inhibiciones, pero eso no basta para explicar la fobia, del mismo modo podemos decir que alguien que evita algo, no es para nada suficiente para hacer un diagnóstico estructural de fobia. Esto que da característica a la fobia, es que el fóbico esta identificado al padre “antes de caer”. El padre de Juanito, recuérdenlo, no aparece para nada como alguien castrado, no aparece para nada como alguien débil, despreocupado, como un padre indiferente, ninguna de estas son las características del padre de Juanito, quizá el único defecto con el que puede aparecer, eso lo señala Lacan, es estar muy enamorado de su mujer, es decir demasiado pendiente de la mamá de Juanito, digamos así. Pero de todos modos este padre es el padre al cual Juanito esta cariñosamente identificado, es el padre que explica a Juanito como un niño, que salvó la aparición de esta fobia, es un niño inteligente, norma diría con muchas dotes, y que justamente es una de las características de la fobia; estructuralmente presentar un Yo fuerte, identificado al padre no castrado. En ese sentido, cuando hacemos un diagnóstico estructural de fobia, no lo hacemos porque alguien nos relata algún miedo, sino básicamente por la posición de su deseo como prevenido y por la presencia de la identificación a este padre no castrado, que es lo que caracteriza como tal a la estructura fóbica. Y tengan claro que entonces, desde estas identificaciones, una al padre muerto, otra al padre como impotente y otra al padre como potente, es como se plantea la pregunta en las tres estructuras. Recuerden que yo les dije que Lacan dice que la clínica debe ser una clínica de la pregunta, de la pregunta acerca del deseo del Otro y de ciertas preguntas que organizan la posición subjetiva del sujeto. En este sentido, la pregunta por excelencia de la histeria es la pregunta acerca de la mujer, la histérica se pregunta, como Dora que va a leer en el diccionario estas cosas ¿qué es el misterio de la femineidad? y supone que existe un hombre que se lo va a dar, aquí es donde vemos esbozarse el lugar del amo de la histeria, el amo para la histérica es aquel que tiene un saber sobre el sexo, no un saber cualquiera sino un saber sobre el sexo y por eso Lacan dice que “el don Juan” es un mito femenino, porque “el don Juan” es aquel que teóricamente sabe qué es una mujer, y justamente en ese sentido aparece como un invento de las mujeres. Desde este punto de vista, la pregunta “¿Qué es una mujer?” aparece como organizando la pregunta de la histeria. Y desde dónde hace la pregunta la histérica: desde la identificación al hombre, es decir, lo que Freud no vio en el caso Dora que era el interés de Dora por la Sra. K. , él lo que precisamente puede develarse ahora, que Dora identificada a un hombre, al Sr. K. , se plantea desde esa identificación al hombre “¿cómo es una mujer?”, pensando que ese hombre le va a dar el secreto de la feminidad como tal. Desde la identificación al padre muerto, no es raro, piensen Uds., que la pregunta del obsesivo sea una pregunta por la existencia, el obsesivo está obsesionado por el sentido de la existencia, obsesionado por el problema de la muerte, del sentido de la vida. Así como podemos decir que la pregunta de la mujer es una pregunta por el sentido del sexo. En el obsesivo esto esta planteado como una pregunta acerca de la muerte, y es haciendo de muerto, es decir, haciendo de alguien que no tiene deseo, haciendo de alguien que de algún modo no esta presente como sujeto deseante, como el obsesivo formula su pregunta. Tengan claro entonces, porque Lacan lo dice específicamente en la Dirección de la Cura y en mas de un seminario, creo que incluso lo dice en el seminario II que Uds. tienen como bibliografía, el obsesivo y la histeria, las neurosis, plantean la pregunta con su Yo, es decir, plantean la pregunta desde su yo con la identificación a otro que desconocen y a partir de ese Yo, que es Otro, pueden preguntarse acerca de su deseo, pasando siempre por la mediación del deseo del Otro. Vamos a seguir la próxima clase desarrollando este problema de las dos estructuras, pero centrado entorno a un problema fundamental que es cómo estas estructuras fueron entendidas después de Freud por Abraham y por cierto tipo de escuelas psicoanalíticas que lo que hicieron fue oscurecer el panorama. (aplausos)