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átedra: Psicología Clínica área Psicoanalítica

Psicología Clínica de Adultos


Teórico N°7
Profesora: Diana Rabinovich

TEMAS: Las estructuras neuróticas. Histeria, Neurosis Obsesiva, Fobia

Vamos a volver a lo tratado en el ateneo del miércoles pasado sobre


síntomas y estructuras, pero antes creo que es necesario hacer algunas
aclaraciones, dado las preguntas que han aparecido sobre el concepto de
estructura, que es un concepto que de algún modo, yo supuse que ustedes ya
estaban familiarizados. En el primer teórico me referí estrictamente a la
particularidad con que se presenta en Lacan, y no en general, por lo tanto,
dada esta situación, vamos a retomarlo hoy y articularlo con el problema de las
estructuras clínicas, es decir, en este caso, de las tres grandes neurosis.
El primer punto que quisiera subrayar es en torno a una confusión que
parece ser bastante habitual, entre estructura y todo. Una estructura, en el
sentido en que la usamos nosotros, es algo muy diferente a cualquier idea de
completitud o plenitud, es –diría- algo que se opone, en sí, a esta idea. Si hay
un punto en el cual la palabra “todo” se puede aplicar a la estructura, es en el
sentido de designar simplemente la totalidad, el conjunto de elementos que
forma parte de esa estructura, pero no porque esto implique ningún concepto
de totalidad como unidad, en el sentido de unidad holística, podríamos decir, de
unidad en el sentido de la buena forma incluso.
Recuerden Uds. que muchas veces el concepto de todo ha sido
confundido con el concepto de estructura, en función de la influencia de la
Géstalt, es decir, lo que la teoría de la Géstalt llama una buena forma, puede o
no, según los casos, ser una estructura, lo más frecuente es que no lo sea, y
diría justamente que todo efecto de buena forma, que existen como efectos los
efectos de buena forma, es fundamentalmente un efecto imaginario. La
estructura es fundamentalmente un concepto simbólico. Esto implica que la
estructura, es en todo caso, si queremos seguir usando la palabra todo, yo
prefiero usar la palabra conjunto, es un conjunto de elementos articulados entre
sí, cuya coexistencia es necesaria para definir la estructura, es decir una
estructura como concepto, no supone entre sus elemento jerarquización
alguna, según el tipo de problemática que escogemos podremos jerarquizar
unos elementos de otros elementos, pero el concepto de estructura en si no
implica jerarquización de ningún tipo.
La estructura fonemática de una lengua implica que todos los fonemas
tienen exactamente el mismo valor, tienen un valor diferencial, oponiéndose
unos a otros en función de un campo diferencial, pero ninguno tiene más valor
que el otro. Desde este punto de vista, no podemos hablar de una jerarquía
interna de una estructura de base, lo que sí podemos ver es que según las
diversas formas que asuman los elementos de la estructura, podemos tener
jerarquizados unos elementos mas que otros, pero eso depende, mas bien, del
modo de acceso y de aquello que privilegiemos dentro de la estructura
ALUMNA: ¿Tiene que ver con el concepto de sistema?
PROFESORA: El sistema es un ejemplo de estructura
Desde este punto de vista, diría que lo que mejor sirve como
ejemplo para ubicarse en la noción de estructura, tal como la usamos con los
estructuralistas y tal como luego, con sus variantes propias, la usó Lacan, es el
concepto de conjunto en matemática, es decir el conjunto en matemática es
algo que implica que hay una serie de elementos que yo unifico, demostrando
que pertenecen todos a algo que yo denomino arbitrariamente a través de un
axioma, porque aquí nuevamente nos enfrentamos con los axiomas, un
conjunto.
Desde este punto de vista, el conjunto, la estructura, tiene una
articulación fundamental con cómo es definida simbólicamente. La estructura
aquí se diferencia, entonces, de todo efecto de percepción, de todo efecto de
fenomenología, para aparecer como el fundamento cuya articulación da cuenta
de los fenómenos.
Cuál es, quizá, el punto en el cual a esta definición de estructura como
un conjunto de elementos articulados, diferenciales, simbólicos por esta
característica justamente, ¿qué es lo que a esta noción le agrega Lacan?. Diría
que le agrega un punto fundamental: el hecho de que esta estructura, en
Lacan, nunca es completa, es decir que la estructura conlleva o entraña el
lugar como tal de una falta o de una ausencia.
Yo hice alusión a esto en el primer teórico, pero deberían ustedes
enfocarlo ahora, en función de lo que yo planteé acerca del teorema de Godel,
en el sentido que la no completitud de la estructura y la falta en la estructura,
tiene que ver con caracteres lógicos de la estructura, y no con caracteres –si
me permiten la palabra- ontológicos. En Lacan, ustedes nunca van a encontrar
ontología, es decir, teoría del ser, todo lo contrario, Lacan piensa que el
psicoanálisis mas bien tiende a borrar toda ontología, pero sí van a encontrar
una lógica de la estructura y la lógica de la estructura tiene entre sus axiomas
de base, como todo sistema simbólico, el hecho de ser incompleta e
indecidible, al menos que recurramos a una estructura diferente, es decir, una
estructura ajena a esa misma estructura, que es lo que clásicamente en lógica
se llamó metalenguaje, pero que aparece como ajeno a la estructura misma, es
decir, como formando parte de otra estructura.
Desde este punto de vista, entonces, la falta en la estructura es la
primera forma, si ustedes quieren, en la que Lacan formuló lo que luego va a
ser formulado en términos de un teorema lógico, que toma como punto de
referencia al teorema de Godel. Esto es importante porque la estructura en
Lacan tiene un nombre, el nombre de la estructura pertinente para el
psicoanálisis –aclaro lo de pertinente para el psicoanálisis- es el Otro con
mayúscula.
El Otro con mayúscula, que Lacan llama de diferentes maneras, Otro
simbólico, Otro del lenguaje, Otro de la ley, es fundamentalmente en
psicoanálisis si aplicamos esta definición de estructura, otro tachado (A), es
decir otro que entraña la falta como tal, no es de ningún modo un Otro de la
totalidad, que era lo que yo les decía que Lacan escribía como “A tachado” (A).
Justamente para diferenciarlo del A sin tachar que ocupa el lugar de algo que
Uds. pueden entender con facilidad si lo remiten a un código cerrado. Es decir,
todo lo que ocupa el lugar de un código fijo, por ejemplo, de un código que no
admite cambios de significación, podría ser Otro sin tachar, también lo es
indudablemente toda estructura que se presenta como algo fundamentalmente
completa y totalizadle.
Sin embargo la psicología tiene una tradición muy particular que la
acerca de un modo que le es propio a este problema del Otro sin tachar, del
Otro como un todo, esa tradición es algo que Lacan criticó largamente,
siguiendo aquí, lo que fue quizá la intuición básica de Freud. Si pensamos lo
que la obra freudiana nos muestra básicamente, es justamente un sujeto que
es preso, casi diría, construido por obra de un mecanismo fundante que es la
represión primaria. Este sujeto, en la misma obra freudiana, en la medida en
que en ella se supone que la represión primaria nunca puede ser levantada,
nunca puede ser reprimida, esto supone un sujeto que tiene en sí una
información, un saber que se desconoce y desconocerá siempre, esto es lo que
significa, en sentido fuerte, la hipótesis de que la represión primaria es propia
de la estructura del sujeto y no un accidente de esa estructura.
Desde este punto de vista, no hay ningún azar, ninguna contingencia de
la biografía, como he insistido, que pueda explicar la represión primaria como
tal. La represión primaria es indispensable para la constitución, como tal, de lo
que Freud llamaba el aparato psíquico. Y Lacan siguió trabajando algo que se
deduce de esto que se planteaba Freud y que, diría, nunca fue trabajado a
fondo y que podríamos denominar son las consecuencias epistemológicas de
esta función fundante de la represión primaria para lo que Freud llamaba el
aparato psíquico.
La consecuencia fundamental de esto es que no hay una autoconciencia
completa, no hay un saber que se sepa completamente a sí mismo, un sujeto
que sepa ese saber. Desde ese punto de vista, toda formación que supone un
saber autoconocido, un saber plenamente sabido por un sujeto, es un
equivalente a ese Otro sin tachar y es un equivalente a la idea de que no hay
inconsciente como estructura. Les aclaro como estructura, porque pude haber
para quienes sostengan otro sin tachar, inconsciente como cualidad psíquica,
es decir, que algo puede ser inconsciente y luego pasar a la conciencia o a la
preconciencia o a la instancia que quieran.
Desde este punto de vista, la tesis tópica y sistemática del inconsciente
freudiano es algo que podríamos decir Lacan defiende a ultranza, no hay en
este sentido inconsciente descriptivo. Si hay algo que caracteriza al
inconsciente freudiano, es ser un inconsciente sistemático, estructural,
indisoluble e insuperable. No hay unificación del sujeto posible, dentro de la
teoría freudiana. Es desde este punto de vista donde Uds. tienen que tener en
claro que toda teorización del Otro sin tachar, supone justamente, como
correlato, la unificación del sujeto y el acceso a ese viejo mito, que Hegel llevo
a su máximo nivel de expresión, que es el mito del saber absoluto.
Justamente desde este ángulo, si hay algo que se llama represión
primaria, represión estructural, este universo de saber particular que es el
inconsciente, nunca podrá ser recuperado en su totalidad.
ALUMNA: ¿Desde el punto de vista de lo que ud. esta diciendo, puede ser que
una persona ocupe alternativamente el lugar de A sin tachar y de A tachado?
PROFESORA: El problema es este: puede creer ocupar ese lugar, el problema
para Lacan es que el A sin tachar no existe. Es decir, el Otro completo es un
mito humano
ALUMNA: En tanto que la otra persona crea que completo
PROFESORA: Todos creemos por estructura, no por ingenuidad, y aquí viene
un punto importante: el efecto de ese Otro como un todo coherente que
garantiza la verdad, que garantiza la posibilidad de un saber, no es un efecto
de error personal, es un efecto de estructura, es decir no depende de que nos
equivoquemos o no, meramente, sino que es un efecto que la estructura, en
cuanto tal, tiende a crear, es el efecto de completitud. El problema es cuando el
efecto de completitud es elevado al lugar de causa o determinación, es decir,
este efecto existe como existe la buena forma en la percepción, y en la buena
forma no es sólo que nos equivocamos, sino que realmente percibimos una
predominancia particular de una cierta forma, tal como nos la presentan, en el
famoso dibujo de Napoleón que se puede ver de diferentes formas en la teoría
de la Gestalt.
Pero creo que el punto importante es que los efectos de estructura no se
confunden con ésta y que la estructura como tal, tiene su escritura en Lacan
como A tachado. Como A sin tachar aparece la estructura en la medida en que
en el lugar de la falta, de la incompletad aparece desconocido. Esta otra
característica estructural que Lacan le da al Yo: ser el lugar de
desconocimiento de la determinación y lugar desconocimiento de la falta, por
eso el yo está incluido, básicamente, en una teoría del narcisismo, que es otro
efecto de estructura. Justamente porque el narcisismo es el campo por
excelencia de la totalización, de la completitud y del mito de hacer del sujeto
dividido, un sujeto entero y de hacer de dos uno, es decir, es el mito de la
pareja complementaria, por ejemplo, es el mito que evita, de este modo, la
diferencia de sexos y la castración y que impone en su lugar una
complementariedad ilusoria entre ambos sexos.
ALUMNA: Los efectos de la estructura entrarían dentro de lo simbólico o de lo
imaginario?
PROFESORA: Son determinados por lo simbólico a nivel imaginario, porque
tengan claro que lo imaginario en el ser humano no tiene autonomía alguna, lo
imaginario esta determinado estructuralmente por lo simbólico, no aparece
como algo que tenga autonomía respecto a lo simbólico. En todo caso existe
un imaginario que es el de la etología, el imaginario animal que tiene sus
propios rieles y sus propios carriles, pero justamente a nivel humano, el
imaginario etológico, el imaginario del instinto, es totalmente subvertido por la
presencia de lo simbólico.
Ahora bien, esta estructura, entonces, que llamamos (A) tachado con
mayúscula, que aparece como entrañando, como indicando necesariamente un
lugar que es una falta, un lugar de la incompletitud, implica que tengamos claro
que así como lo que caracteriza a la estructura es la articulación de sus
elementos y el hecho de que pueden rotar de lugar, porque la estructura
implica elementos y lugares fijos y la rotación puede ser de los elementos en
relación a los lugares, incluyendo este lugar de la falta.
Desde este punto de vista, ¿cuál es la falta central en psicoanálisis? Esa
falta tiene un nombre que Freud le dio, que es la castración. Es decir la falta
central en la estructura tiene como nombre castración y castración y es esto lo
que Lacan enfatiza cuando ubica y articula esta falta que Freud descubrió en
su trabajo clínico, a la que Freud en cierto sentido tuvo que resistirse porque le
parecía, en ciertos aspectos, inverosímil –piensen Uds. que la teoría de la fase
fálica recién es formalmente escrita por Freud en 1923- es decir, ya avanzada
su teoría, recién en los años 20 se formula claramente y recién con la fase
fálica puede Freud articular como tal la teoría del Edipo.
Desde este punto de vista, podemos llamar también a la estructura, en
cierto sentido, podemos ver que una de las formas de su puesta en orden es
también la del Complejo de Edipo, pero el Complejo de Edipo no agota la
estructura como tal.
Desde el punto de vista de Freud, creo que de todos modos este rodeo a
través de la función de la estructura es útil para el tema que teníamos que
trabajar hoy que es el concepto de las estructuras neuróticas, tengan claro
entonces que no es casual que la última psicopatología freudiana, la de
Inhibición, Síntoma y Angustia, tenga como articulador central la castración, y
que en los artículos posteriores que son los artículos del Fetichismo y el
artículo incompleto sobre Escisión del Yo, Freud toma perversión y psicosis
para articularlas también en relación al complejo de castración. Esta
articulación es franca para la neurosis, las tres clásicas, en Inhibición, Síntoma
y Angustia, pero luego en estos dos trabajos Freud articula la castración como
el punto de obstáculo también para la perversión y para la psicosis, es decir
que todas las estructuras psicopatológicas se sitúan en relación a la castración
de la obra freudiana. Este es un punto que insisto en recordar porque diría que
ha sido olvidado por muchos psicoanalistas y que en un punto que sin embargo
da la ultima palabra de Freud respecto de la determinación de la neurosis.
Y observen Uds., algo, Inhibición, Síntoma y Angustia, es un texto donde
la función de la castración, el complejo de castración como lo llamaba Freud,
organiza a las tres neurosis y no es un problema de accidente de la historia, no
es que alguna vez hubo una amenaza de castración, sino que la castración se
produce indefectiblemente para todo sujeto humano. Esa es la tesis de Freud.
En este punto de sus teorización, la castración es para Freud ya, un
elemento de estructura, no es como tal un elemento de la historia o un
accidente de una mala organización de la sociedad, por ejemplo, si
mejoráramos la educación o cambiáramos las normas sociales no existiría
entonces esto que es el complejo de castración, en torno al cual se organizan
los grandes cuadros psicopatológicos.
Tengan claro entonces que toda definición estructural de los síntomas
neuróticos, todo aquello que puede decirse que vale para todo neurótico, según
la categoría a la que pertenezca, fobia, histeria o neurosis obsesiva, se hace en
torno a la teoría del complejo de castración. La estructura en las tres neurosis
se organiza en torno a la estructura que brinda el complejo de castración. El
complejo de castración es la roca con la que chocan las tres estructuras y cada
uno de ellas, las procesa a su manera. Por eso, mas allá de la semiología, mas
allá de la sintomatología, el diagnóstico estructural apunta precisamente a este
punto de ubicación del sujeto en relación a la castración y aquello que la
castración organiza fundamentalmente es el deseo del sujeto, es decir, su
deseo tiene como punto de organización retroactiva, el complejo de castración
como tal.
Por lo tanto lo que caracteriza la posición de las tres neurosis, es la
posición del sujeto, en este caso como deseante, por la forma particular en que
ha procesado el complejo de castración.
Una aclaración que creo les va a hacer más nítidas su Uds. toman como
modelo a la histeria. He hecho más de una vez referencia al problema de la
histeria aquí.
En la histeria podemos ver claramente en la obra freudiana este
problema entre estructura e historia, y este es un punto sobre el cual quisiera
centrarme especialmente. Primero porque la oposición entre estructura e
historia es creo, desde cierto ángulo una falsa oposición. Falsa oposición en la
medida en que se confunda a la historia con el desarrollo evolutivo. Todas las
críticas de Lacan a las teorías así llamadas genetistas, es una crítica a la
noción de histeria equiparada a la del desarrollo evolutivo. Justamente si algo
caracteriza la historia humana es el tener poco de evolutiva y el tener mucho de
conflictiva, de idas para adelante e idas para atrás y el oscilar siempre entre
resignificaciones y anticipaciones.
Desde este punto de vista, si hay una historia que esta en juego en el
psicoanálisis, tiene que ver mas con la historia en las antípodas de lo que en el
siglo XIX planteó como historia evolucionista. La historia identificada a la
maduración no es mas que una especie de fijación teórica a lo que pudo haber
planteado el positivismo, el evolucionismo y la idea de una progresión de la
historia, cuya culminación desde ya somos nosotros, los hombres, es decir, el
mono a nosotros hay un perfeccionamiento progresivo cuya culminación
representamos. Y esa evolución filogenética, la reproducimos
ontogenéticamente, entonces la historia se convierte en una historia del
desarrollo de etapas fijas y de cómo explicar la transición de una depara a la
otra.
Si la historia es conceptualizada de esta manera, tengan claro que
choca absolutamente con el concepto de estructura. Justamente porque la
estructura esta ahí condicionando el desarrollo de la historia, es decir, la
historia no es independiente de la estructura, si no que tiene sus límites de
posibilidad fijados por la estructura como tal. Dentro de esos limites de
posibilidad, que son grandes evidentemente, el problema esta en tener claro
que hay cosas que dentro de las características de esa estructura no pueden
producirse. Era el ejemplo que yo les daba, si Uds. recuerdan, sobre lo real
cuando les decía que para los antiguos, para los griegos, el lugar de los astros,
como el techo, como la bóveda que delimitaba nuestro mundo, era el lugar
inmutable, ese lugar como tal correspondía a la estructura simbólica del mundo
griego. De hecho, entre esa estructura propia del mundo griego y la nuestra,
hay una distancia enorme que determina posibilidades históricas diferentes.
Incluso basta leer a gente como Vernant o Pierre Vidal Naquet, que son quizá
los historiadores que más han renovado nuestros conceptos sobre Grecia
como para ver que el concepto de historia, que el concepto de temporalidad de
los griegos, no equivale a nuestro concepto de historia y a nuestro concepto de
tiempo.
Por la tanto, es relativo suponer que es Herodoto quien funda la historia
para nosotros, sino que se han producido entremedio muchas modificaciones
que hacen que esa ciencia que es la historia, tenga características muy
diferentes a las que tenía, por ejemplo, para los griegos, incluso entre los
romanos.
Desde este punto de vista, el problema de la oposición entre estructura e
historia, es una oposición entre estructura y evolucionismo. Por eso el
problema no es saber, y esto es lo que caracteriza, quizás, al estructuralismo,
es haber eliminado del campo teórico el problema de los orígenes, en esto, la
gente que empezó haciendo lingüística estructural y luego antropología
estructural, Jakobson, o la escuela de Praga o Lévi- Strauss, no hicieron más
que seguir el camino de la ciencia: las ciencias duras, las ciencias exactas,
para poder funcionar habían abandonado el problema del origen, el problema
de preguntarse cuando empezó tal cosa y suponer que siempre había sido
siempre así, que plantear el problema del origen llevaba a la historia del huevo
y de Colón, digamos, siempre había una revisión posible más atrás, siempre
era posible ir mas allá, y que de hecho lo que había que conceptuar, lo que la
lingüística siempre conceptualizó rompiendo con toda una tradición que
durante todo el siglo XIX se dedicó especialmente a tratar de demostrar, por
ejemplo, como todas la lenguas descendían del indoeuropeo. Entonces, tienen
Uds. todos los trabajos de la lingüística histórica del siglo XIX centrados en ver
como las lenguas modernas, a trabase de cambios etimológicos, descendían o
culminaban en nuestros idiomas. ¿Qué es lo que hace Saussure?. Dice no me
importa cómo nació el lenguaje, tomo el lenguaje y el sistema de lenguas tal
como existe en las lenguas vivientes, en la cual no entraría el griego antiguo,
no el griego actual, o el latín o el sánscrito, toma las lenguas tal como se
hablan hoy, y veo como están constituidas, no me importa el momento en que
se originaron. Tengo que suponer que además tiene que haber otro
presupuesto estructuralista, que la lengua aparece como grupo total de
fonemas, que no aparece un fonema y después otro, y después otro, sino que
aparece como un fenómeno global que aparece con todos los elementos al
mismo tiempo, que luego podrán sufrir modificaciones, matices, etc., pero que
tenemos que suponer, y para cada lengua, esto serian los fonemas, un núcleo
inicial que esta dado de entrada.
Entonces, tengan claro que de algún modo Lacan reproduce este corte
con el problema de los orígenes y de la historia como una historia evolutiva, a
nivel del psicoanálisis. ¿Por qué? Creo que más por discutir a Freud es sobre
todo a los postfreudianos con quienes discute, ya que esta claro que complejo
de castración aparece como en elemento estructural, fundamental dentro de la
misma obra freudiana.
Tengan claro además, que este concepto de estructura no es equivalente
al concepto de la estructura psíquica como formada por Yo, Ello y Super Yo.
Podemos decir que la idea de este artículo que se llama La división de la
personalidad, que es una de las nuevas conferencias de la introducción al
Psicoanálisis, donde Freud habla de la división de la personalidad y donde
aparece esta tríada, siempre se enfatizó la personalidad y no lo de división,
porque el concepto freudiano de las tres estructuras, es tres estructuras
siempre en conflicto, donde una de ellas, el Ego, esta sometido a las otras dos
y a una tercera, la realidad externa, lo que Freud llama “El tercer amo”, entre
las cuales esta tironeando siempre, y la función del pobre Yo es por excelencia
lograr compromiso, el Yo es por excelencia un negociador entre las diferentes
instancias. Y desde este punto de vista, el Yo es por esencia, aquel que tiene
como función desconocer la falla, en este caso la falla como división del sujeto.
Tengan claro que esta función del Yo no la inventó Lacan, está
presente en cualquier lectura cuidadosa del Yo y el Ello o del Esquema del
Psicoanálisis, como todos los intentos de síntesis del Yo que son mas que un
esfuerzo destinado al fracaso, o en todo caso a un éxito mas que parcial.
Entonces, volviendo al problema de la historia y volviendo al problema
de la histeria, ¿qué es lo que podemos observar en psicoanálisis? Podemos
observar algo que está muy ligado al desarrollo del concepto teórico de la
histeria. La histeria se presenta, primero para Freud, como quien sufre de
reminiscencias, quien sufre de sus recuerdos, de recuerdos que no ha logrado
elaborar catárticamente.
Desde este punto de vista, la histeria como sufrir de reminiscencias, lo
leva a Freud a suponer la existencia de un acontecimiento que Freud llama
“escena traumática”. Toda la época de la prehistoria feudiana (llamemos
prehistoria freudina hasta 1900) se caracteriza por la creencia de la realidad de
la escena traumática del hecho que el trauma realmente aconteció como
hecho.
Y fíjense que ahí Freud ya está trabajando con su concepto de historia
diferente, porque la estructura del sujeto incluye ya la división, hay un aspecto
“censura” que rehúsa o rechaza la escena traumática y los deseos que en ella
se despertaron. Ya ahí tienen Uds. la característica del síntoma como
formación de compromiso, ligado, por un lado, a al censura, instancia represora
primera, y luego a la escena verdadera, donde se pone en juego lo sexual y
que representa el elemento prohibido.
Desde este punto de vista, Freud a esta altura creía que al recordar la
escena, al poder elaborar el impacto psíquico del trauma, se producía la
curación. Pero creía que la escena realmente había acontecido, había sido
real.
Desde este punto de vista, necesariamente, (basta que Uds. lean, es
una lectura que les recomiendo enfáticamente, las cartas de Freud a Fliess y
los manuscritos que están ahí presentes) todo el primer tiempo de la
psicopatología freudiana gira en torno a en que momento se reprime, cuándo
pasó, cómo pasó, pasó de una manera en la neurosis obsesiva, de otra en la
histeria, de otra distinta en la paranoia, etc. Es decir que el énfasis freudiano
esta centrado, fundamentalmente, en ubicar el accidente de la historia, los que
no tuvieron el accidente serían los normales, es decir, que la escena traumática
aparece como un accidente de la historia.
ALUMNA: ¿Sería como buscar el origen?
PROFESORA: Si el origen está en el accidente, pero Freud sigue buscando
largo tiempo el origen. Hay una búsqueda por el origen ultimo constante en
Freud, aunque al final fuera escéptico al respecto.
Desde este punto de vista, entonces, este primer tiempo de la teoría
freudiana en el cual es el accidente de la historia lo que determina la patología,
descubre una punta del asunto, es que la estructura siempre se presenta con
este carácter de contingencia, con este carácter de cómo “por casualidad”,
también fue así como Freud descubrió la castración, como la amenaza de
algunos padres, niñeras, etc al sujeto pequeño, hasta descubrir que esta
amenaza o bien era hecha, igual que la seducción por todo adulto, o bien era
algo que escapaba a la prohibición concreta dada por alguien.
Entonces, desde este ángulo, tienen Uds. que la histeria y el descubrir
de la seducción, quizá solo era una fantasía, lleva a Freud a un segundo punto.
Ese segundo punto culmina, desde el ángulo que nos interesa, o que me
interesa abarcar ahora, era el problema de la sexualidad infantil. Ahí la
sexualidad infantil es problema de estructura, no es problema de accidente.
Recuerden que Freud decía cuando hablaba de neurosis obsesiva para
diferenciarla de la histeria, antes del 1905, que es la fecha de Tres Ensayos,
Freud decía: El trauma en la neurosis obsesiva es un trauma experimentado
con placer, el trauma en la histeria es un trauma vivido con displacer. Esta es
una característica que muy modificada va a permanecer en la teorización
freudiana, y desde este punto de vista, la idea de trauma con placer o sin
placer, aparecían estos como elementos agregados por el sujeto a esta
sexualidad que venía de afuera.
Cuando pasamos a Tres Ensayos, la sexualidad ya no es un elemento
que viene de afuera, en el sentido accidental, se transforma en un elemento
que, podemos decir nosotros, es estructural al sujeto que habla, y de todos
modos (vuelvo a insistir aunque lo dije en una clase) haber descubierto la
sexualidad infantil, no es mas que una originalidad, desde el punto de vista
victoriano, porque la sexualidad infantil tiene una larga historia, y basta leer
muchos textos antiguos, o de la Edad Media, para darse cuenta que la
sexualidad infantil era un hecho harto conocido hasta que llegó la época de la
represión victoriana.
Entonces, ¿qué es lo que caracteriza a esta sexualidad?. Justamente el
hecho de que Freud la determina como una sexualidad marcada
estructuralmente por eso que se llama castración. Entonces, lo que primero
eran pulsiones sexuales infantiles, que aparecen caracterizadas por un objeto
que no es fijo pero que se fija, en el sentido de que en función de la historia se
vuelve un objeto fijo, que es un objeto aportado por otros, creo que el ejemplo
paradigmático es “el fetiche”, es decir, que al fetichista, lo excite un zapato,
demuestra el carácter por excelencia poco natural de la sexualidad humana y
de ahí que Freud hable, ya en Tres Ensayos, de carácter fetichista sin llegar a
ser perverso, de toda sexualidad humana.
Desde este punto de vista, esta sexualidad que no depende del
accidente, que caracteriza al sujeto como tal cuyo objeto por estructura es
variable y está perdido, es una sexualidad que se caracteriza, y a en Tres
Ensayos (les aconsejo leer el último apartado Metamorfosis de la Pubertad),
por la presencia de una elección precoz de objeto, es decir, que para el ser
humano lo objetos se eligen precozmente respecto a su madurez biológica
sexual. Ahí tenemos ya la presencia de esa sexualidad en anticipación, que
solo se adquirirá retroactivamente como posibilidad biológica después de la
pubertad.
Esto es lo que Freud llama el carácter bifásico de la sexualidad, acerca
del cual se interrogaba siempre. Y esto sirvió para que muchos pretendieran
dar un fundamento biológico a este carácter bifásico. Este carácter bifásico sí
tiene fundamento biológico en el sentido de que la pubertad humana es mas o
menos permanente y con ciertas constantes biológicas; pero por qué el ser
humano elige su objeto, independientemente de sus posibilidades concretas de
llevar acabo la sexualidad, indica que esa sexualidad, desde el vamos, tanto en
su objeto como en su organización se independizó de los rieles del instinto, y
aquello que ocupa el lugar del instinto es justamente esta otra estructura que lo
determina como marcado por la castración, entendamos por la no
complementariedad natural de los sexos.
Entonces, la teoría de la histeria muestra muy claro, y es aquí la
estructura donde esto se ve con mas claridad, cómo del accidente de la
historia, pasamos a la característica de la estructura, porque es también “la”
histérica, y digo la “la”, en femenino, esa misma que guío a Freud el problema
de los recuerdos, las reminiscencias y la sexualidad, la que le planteó el
obstáculo que se llama la “envidia al pene”, es justamente ese el obstáculo con
el que se topa Freud en sus análisis cuanto mas avanzan, que termina
pidiéndole en lo real un pene.
Y es desde este punto de vista, que encontramos una limitación que
tiene que ver con la forma de conceptualizar esta roca de la castración, mas
allá de la estructura y concibiéndola como un pedido real de pene. Digamos
que la envidia al pene, se inscribe en el campo de lo que yo definí como
demanda, es decir, aparece como ligada al campo de la frustración, porque en
realidad no esta en la posibilidad de ningún analista el brindarle a nadie un
pene. Aunque tengamos claro que algunos cirujanos sí lo hacen hoy en día,
con resultados que tendremos que investigar y que todavía están en relativo
suspenso, porque por algún raro fenómeno social, se habla mucho mas del
transexual que se castra, que de la transexual que se hace insertar
equivalentes, prótesis que equivalen a los genitales masculinos, pero tengan
claro que se realizan ambos tipos de operaciones. (risas), el tema no es
pertinencia de esta facultad, ahora sí es pertinencia cuando alguien nos manda
a preguntar si el conveniente hacer la operación, y ahí entramos en un
problema sumamente delicado ética y profesionalmente.
Al margen de esta pequeña disquisición, tenemos que la envidia al pene,
está caracterizando algo que es del orden de la frustración. Si Uds. recuerdan,
yo definí la frustración como una acción vivida como un daño imaginario
(imaginario en el sentido de Lacan), cuya agente era otro simbólico que no
estaba tachado, es decir, que no se presentaba como en falta o como
incompleto y que lo que se disputaba era un objeto real, en el sentido mas
banal o realista del tema, recuerden que yo daba el ejemplo del juguete o del
caramelo, como el objeto frente al cual surgía la frustración. Por lo tanto
podemos decir que la envidia al pene inscribe la frustración, es decir, la
castración vivida a nivel imaginario no a nivel simbólico, y podemos suponer
que desde esa perspectiva, la elaboración de la castración no se ha
completado estructuralmente.
Entonces, tengan claro que la estructura, como tal, de la castración, es
una estructura eminentemente simbólica que se juega en torno a un objeto que
él es imaginario, el objeto imaginario es que lo que yo introduje la vez pasada,
siguiendo a Lacan, como la significación fálica que era producida por la
metáfora paterna. De hecho la significaron fálica es ese objeto imaginario que
les dije que podía funcionar en positivo, como “mas fí”, o en negativo como
“menos fí”, cuando está ausente. En la envidia al pene hay alguien que se
siente “menos fí”, es decir, que no tiene el falo y piensa que otro si lo tiene y lo
pide, es decir, pide que le transformen el “menos fí” en un “más fí”.
Desde este punto de vista, ya conceptualizado así porque el analista se
colocó en el ángulo de la castración simbólica, y tengan claro que la castración
simbólica es una operación en la cual básicamente, el Otro en la estructura
sabe que es imposible darle a alguien algo de lo cual, finalmente, solo esta
privado porque existe el significante, porque existe la palabra, es decir, Lacan
dice claramente: a la mujer en lo real no le falta nada, es solo porque existe el
significante que puede surgir ahí la idea de una falta.
Es entonces a partir de lo simbólico como el agujero en la biblioteca, es
decir, la idea de que allí debería haber un libro que no esta en el catálogo, es
porque en el catalogo humano existe el significante fálico por lo cual se va a
definir a la mujer como que le falta ese falo. Pero tengan claro que esto implica
que esta es una premisa ligada al sistema simbólico y que el analista no es que
sea impotente para dárselo, sino que en realidad, es imposible lógicamente que
se lo de, y justamente en la medida en que lo acuse de impotente es que aún
funciona como otro no tachado, funciona como enfrentado a la misma
imposibilidad de estructura que cualquier otro, y desde ese punto de vista, la
castración tiene que ver con la imposibilidad de la estructura y no con la
impotencia de nadie.
Ahora, justamente, el problema es que esto que yo ya dije hace dos
clases, que la impotencia era la versión neurótica pero imposible, es lo que
nos permite empezar a situarnos en la dimensión de cómo cada cual enfrenta
este posible de la castración. Desde ese punto de vista, las castraciones, si
ustedes quieren, lo real, es decir, porque es imposible y porque dependen de
las premisas del sistema simbólico, pero es un real que no existiría sino
existiese lo simbólico, porque esta premisa de la castración no es válida a nivel
de lo real biológico, es decir, no vale si estamos desde el ángulo de estudiar al
ser humano desde el punto de vista de su constitución biológica, es pertinente
únicamente, desde el campo en que lo estamos planteando, a nivel del
psicoanálisis y del deseo. Pero justamente por eso el psicoanálisis, como
Lacan lo enfatizo siempre, dijo muy poco, o enseño muy poco sobre la
sexualidad biológica como tal, en realidad, van a encontrar ustedes que el
psicoanálisis esta en la antípoda de una sexología, de algo que supone de
algún modo una biologización de la sexualidad y que supone que basta con
estudiar suficientemente sus determinaciones fisiológicas y sus técnicas,
Master y Johnson en su versión diferente mas actualizada, no me acuerdo
ahora cual es el nombre del Master y Johnson reciente, salió hace dos años,
que de algún modo suponen que del problema del deseo se resuelve a ese
nivel, cuando justamente el lugar propio de operación de la teoría psicoanalítica
como tal es el lugar vinculado al deseo y que de algún modo no se resuelve al
nivel de la biología.
Desde este punto de vista, entonces, cómo es que cada estructura
neurótica enfrenta este problema de la castración y como lo vive a nivel de la
impotencia. Aquí una aclaración Freud en Inhibición, Síntoma y Angustia, ubica
claramente a las dos grandes histerias, es decir a la histeria de conversión (la
histeria) y la histeria de angustia, o fobia, en el nivel fálico, y ubica a la tercera,
es decir, a la neurosis obsesiva como haciendo una regresión a la fase sádico-
anal.
La vez pasada yo enfatice la importancia de ver a esta regresión como
una regresión de los significantes que organizaban a la pulsión. Pero creo que
lo importante es subrayar, en esta oportunidad que el obstáculo con el que
choca el obsesivo es fundamentalmente el mismo que la histeria, ese obstáculo
es el complejo de castración y que es llevando, dice Freud, el conflicto sádico-
anal a nivel de complejo de castración, como tenemos posibilidad, en todo caso
de resolver una neurosis obsesiva. Enfatiza, otro elemento, la importancia del
Edipo negativo, es decir del Edipo homosexual, del amor al padre en la
neurosis obsesiva, ya que según su hipótesis, cosa que es cierta, la neurosis
obsesiva es mas frecuente entre los hombres que entre las mujeres.
Desde este punto de vista, este problema en torno al padre, ustedes
pueden ver organiza toda la forma en que Freud analiza al Hombre de los
lobos, en Inhibición, Síntoma y Angustia, aparece como el problema del amor al
padre, más de que la agresividad al padre, el amor al padre aparece
generando, secundariamente, como consecuencia posible, la castración, es
decir, no aparece en sí como problemático, sino en la medida en que implica la
pasivización del sujeto y su colocación en el rol pasivo, es decir, equivalente
inconsciente a lo femenino.
ALUMNO: ¿Es decir que la neurosis obsesiva se da más en el hombre que en
la mujer?
PROFESORA: Es un demostrable clínico, es un hecho empírico que hay más
obsesivos que obsesivas, y hay más histéricas que histéricos, pero esto no
significa que no haya de los dos.
En la histeria ahora el problema esta planteado así en el terreno del
origen, entorno a la castración y a la no castración, tengan claro que ya Freud
desde que trabajo en esa línea, había señalado que en la mujer, sobretodo en
la histeria, las dos formas principales de resolver el complejo de castración era
vía la equiparación falo- hijo y vía la equiparación falo- cuerpo. Es decir, que la
belleza del cuerpo femenino ocupa el lugar del valor fálico deseable, digamos
así en la histeria, esto le permite a la histeria encontrar como cortocircuito, el
cortocircuito del narcisismo corporal como forma de palear la castración.
Ahora, en la neurosis obsesiva el problema se retrotrae a la etapa sádico
anal, donde es en el ámbito de la agresividad propia de esta etapa y a nivel del
conflicto sádico– anal donde se juega en forma disfrazada, el conflicto fálico,
esa es la máscara sádico- anal del falo. Y desde ese punto de vista, la pelea
constante del obsesivo, su agresividad tantas veces subrayada, no es más que
una forma de representar a través de la agresividad, la pelea por quien posee
el falo. De ahí que haya, constantemente, ese clima de rivalidad en la neurosis
obsesiva donde constantemente el sujeto esta disputando con otro, que es el
rival generalmente, la posesión del falo. Esto se ve a nivel de las proezas que
el obsesivo imagina siempre realizar, de esa necesidad que tiene de hacer
hazañas constantemente, y esto no es más que la versión, llevada a nivel de la
agresividad de lo que en la histeria se juega a nivel de la rivalidad por la
belleza, porque si dijimos que la ecuación falo- cuerpo puede ocupar el lugar
del falo, tranquilamente, las vivencias que la mujer pasa a través de esa otra,
que siempre existe, más bella y que le va a sacar su lugar.
Y aquí es donde nos enfrentamos con algo que es central, que es qué es
lo que esta en juego en la castración, como tal, qué es lo que se juega entorno
a la significación fálica. Si ustedes recuerdan yo planteé, en la última clase creo
que fue, que la metáfora paterna implicaba que venía el significante del padre a
responder al enigma del deseo de la madre, y que el deseo de la madre
aparece como teniendo un significado y ese significado era el falo.
Desde este punto de vista, entonces, les recuerdo esto para que tengan
claro que esta fórmula está en la base de toda estructuración de la
psicopatología y que en toda psicopatología, eso que Lacan llamo primero
deseo de la madre, y que luego va a ser llamado deseo del Otro con
mayúscula, es decir, el Otro en la medida en que aparece tachado, es lo que
organiza como tal los cuadros y que aquello que lo que el neurótico por
excelencia evita, es descubrir que ese Otro quien está también castrado. El
sueño del neurótico es mantener al Otro completo, diría que se sacrifica en
mantener la completitud del Otro incluso, prefiere percibirse como impotente él,
para asegurarse de que el Otro no esta castrado y que si no le da algo es
porque no quiere, no porque le es imposible por estructura.
Esto es importante porque marca la ubicación del neurótico como
alguien que vive ofreciendo su propia castración imaginaria, la histérica que le
pide a Freud “pero ahora quiero concretamente tener un pene“, lo que hace es
mantener a Freud en el lugar de otro sin castrar, que si quisiera podría, es
decir, que esta a su disposición el responderle en este sentido es que toda
histerica/o hace algo fundamental que es sostener al padre.
Lacan señala, con razón, una característica de todos los historiales
freudianos. Los primeros sobre todo, los de la primera época, se caracterizan
por una hija al lado de un padre que esta muriendo, o que esta enfermo y no
tienen una sexualidad adecuada, Dora, etc.; observen Uds. los padres de las
histéricas están siempre en falta, están como les digo en el caso de Isabel de
R, apunto de morir, en el caso de Dora impotente y Dora lo sabe.
Diría que la histérica se dedica, sobre todo, a sostener a ese padre y
que justamente se ofrece ella como castrada, se ofrece ella como no pudiendo,
para obtener así la imagen de Otro completo, del padre “más allá de la
castración”. Diría que en ese sentido, la que asume sobre sí con “el no puedo“
la identificación al padre enfermo, es la histérica misma. Por eso Lacan señala,
siguiendo a Freud, que la identificación de la histérica es una identificación al
padre como castrado; que justamente en la medida en que el Yo de la histérica
se pone en el lugar del padre como castrado, es como puede lograr, si ustedes
quieren, mantener la imagen de ese padre como aquel que escapo a la
castración, como aquel de algún modo es otro sin tachar.
Desde este punto de vista, entonces, es este Otro constantemente
protegido de la castración, que es el padre, también esta protegido de la
castración en la neurosis obsesiva. Pero en esta última se protege al padre de
la castración de un modo diferente. No se lo protege del lado de suponerlo
solamente fuera de la castración y de identificarse al padre como castrado, sino
que se supone, más bien, un padre que esta muerto, como dice Lacan, es
decir, un padre que esta muerto, es básicamente, un padre que no tiene
deseos.
El problema en la histeria es como sostener al padre como potente para
evitar verlo como castrado; el problema en la neurosis obsesiva es cómo hacer
un padre que sea dueño de sí, que sea absolutamente amo de sí mismo, que
tenga el absoluto control sobre sí. Y la forma que tiene el sujeto obsesivo de
asegurarse que este padre exista, es obedeciendo todas sus órdenes. Porque
en la medida en que obedece a las órdenes hace trampa, y tengan claro que el
chicaneo, la trampa es la característica básica de la neurosis obsesiva; el
neurótico obsesivo es un a leguleyo, sabe como moverse con la ley y
justamente lo que más le importa es obedecer a la orden del Otro, es decir a la
demanda del Otro para que el Otro no tenga deseo. Eso es por lo cual el
obsesivo es tan frustrante, porque siempre hace caso y haciendo caso e como
mejor desobedece al problema no de lo que el Otro pide, sino de lo que el Otro
desea y no sabe siquiera que desea. Por eso el obsesivo puede provocar
ataques de furia portándose bien (risas), es decir, justamente haciendo caso al
Otro, no deja lugar para preguntarse acerca de lo que el Otro desea, y es
cuando, generalmente, su cónyuge histérica le arma escándalo, cuando
reacciona y dice “no se que quiere” (risas), es decir, en ese momento es donde
se conectó con que había algo mas allá del pedido (risas). Es el marido modelo
que dice “pero se le doy todo lo que me pide”, uno pude decir “justamente ese
el problema” que le dan todo lo que le pide” (risas).
El problema esta mas bien del lado de buscar aquello que no se puede
dar, aquello que está mas allá de la demanda, tal como la definimos, y en este
sentido el obsesivo digamos así, salva la no castración del Otro obedeciendo
excesivamente a la ley. Fíjense que en ese sentido es, cumplir con la ley para
evitar descubrir lo que más le aterra que es descubrir signos del deseo del
Otro, es decir, que de algún modo el Otro de signos o de la impresión que es
un deseante.
Ahora bien, hay una estructura que presenta un rasgo particular y que es
una estructura sobre la cual hay una larga discusión, que es la fobia. La fobia,
Lacan se niega a darle el mismo carácter que le da Freud, a pesar que Freud
titubeó en distintos momentos sobre cual era exactamente su carácter.
Entonces, la fobia se produce para Lacan como una especie de estructura de
viraje, algo que se puede producir en el inicio de cualquier estructura y que si
ahora volvemos atrás y definimos a esta histérica que esta tratando de
mantener al padre como potente, como que es la excepción a la castración,
manteniéndose en la posición de insatisfecha y castrada; el obsesivo como
aquel que responde a todo pedido que se le hace, para evitar y volver
imposible que aparezca el deseo, ahí tienen el deseo como insatisfecho en la
hiseria, el deseo como imposible en la neurosis obsesiva, la fobia aparece para
Lacan como un deseo prevenido.
En ese sentido podemos decir que es casi un primer tiempo, porque en
la fobia la prevención surge cuando aparece la mínima señal del deseo del
Otro, y aquello que protege al fóbico, en este sentido. Lacan decía: La fobia
tiene una estructura eminentemente simple y fácil, es la menos compleja de
todas en todo caso, es frente a la percepción del deseo del Otro que el fóbico
utiliza algo que le da miedo y algo que le da miedo le permite no angustiarse
frente al deseo, ese algo que le da miedo es lo que Freud llamo, “el objeto
fobígeno” y que Lacan define como un significante que sirve para todo, en
realidad la frase mas adecuada, la traducción sería, “un significante comodín”,
como el comodín de las cartas que uno lo pude utilizar para diversos papeles,
es por excelencia, una especie de comodín, y este significante como comodín
opera justamente donde fracasó, donde no se termino de instalar el significante
del Nombre del Padre. Es como que la Fobia esta a la mitad del camino entre
la plena operación de la Metáfora Paterna y su no plena operación; de ahí que
sea tan difícil deslindarla del fetichismo y que algunos autores, como Winnicot
por ejemplo, hallan encontrado una estructura similar entre el fetichismo y la
fobia y otros califiquen a la fobia como cercana a la perversión, no es para
nada el caso, la fobia es una neurosis, lo que para es que existe una forma de
obturar la falta, que se produce ante el deseo del Otro, que los caracteriza a
ambos, y un predominio del uso del desplazamiento como mecanismo.
El desplazamiento al objeto que da temor, que es en realidad un
significante como tal que ocupa el lugar del Nombre del Padre no terminó de
operar. Pero lo ocupa de un modo muy particular, que Uds. pueden incluso
observar en el caso Juanito de Freud, donde este significante que sirve para
todo es el caballo. Piensen Uds. si leen el historial de Juanito, todos lo valores
que adquiere el caballo, quiere decir unas veinte mil cosas a la vez, y va
cambiando de posición, de forma en que inspira miedo, etc. ¿Cuál es la forma
en que aparece como caracterizada en la fobia, el padre? Es la siguiente:
Mientras que un fóbico (ojo un fóbico de estructura, no alguien con miedos
normales) alguien con inhibiciones, porque la inhibición puede ser de cualquier
cuadro, en la fobia, en la histeria, en la neurosis obsesiva, en la estructura
psicótica, tenemos también en las perversiones, es decir, la inhibición como tal
no caracteriza a la fobia, ni tampoco, por ejemplo, un rasgo de carácter, como
la timidez.
La fobia es específicamente miedo ante un significante que ocupa este
lugar particular y que se produce por desplazamiento. Porque el Yo del fóbico,
eso es lo que se teorizó con gran detalle, en cierto momento, en la así llamada
“escuela argentina”, que el fóbico oscilaba entre la fobia y la contrafobia, es
decir, tirarse de cabeza en una actitud de arriesgado. Creo que el punto central
en esto es que así como el histérico, a nivel de su Yo, hace su pregunta
identificado al padre castrado, el fóbico esta identificado al padre como potente.
Y eso explica que un fóbico verdadero pueda ser alguien sumamente exitoso,
siempre y cuando no le toquen la fobia. Es decir, en ese sentido estructural
puede haber miedos en alguien o pude haber inhibiciones, pero eso no basta
para explicar la fobia, del mismo modo podemos decir que alguien que evita
algo, no es para nada suficiente para hacer un diagnóstico estructural de fobia.
Esto que da característica a la fobia, es que el fóbico esta identificado al
padre “antes de caer”. El padre de Juanito, recuérdenlo, no aparece para nada
como alguien castrado, no aparece para nada como alguien débil,
despreocupado, como un padre indiferente, ninguna de estas son las
características del padre de Juanito, quizá el único defecto con el que puede
aparecer, eso lo señala Lacan, es estar muy enamorado de su mujer, es decir
demasiado pendiente de la mamá de Juanito, digamos así. Pero de todos
modos este padre es el padre al cual Juanito esta cariñosamente identificado,
es el padre que explica a Juanito como un niño, que salvó la aparición de esta
fobia, es un niño inteligente, norma diría con muchas dotes, y que justamente
es una de las características de la fobia; estructuralmente presentar un Yo
fuerte, identificado al padre no castrado.
En ese sentido, cuando hacemos un diagnóstico estructural de fobia, no
lo hacemos porque alguien nos relata algún miedo, sino básicamente por la
posición de su deseo como prevenido y por la presencia de la identificación a
este padre no castrado, que es lo que caracteriza como tal a la estructura
fóbica.
Y tengan claro que entonces, desde estas identificaciones, una al padre
muerto, otra al padre como impotente y otra al padre como potente, es como se
plantea la pregunta en las tres estructuras. Recuerden que yo les dije que
Lacan dice que la clínica debe ser una clínica de la pregunta, de la pregunta
acerca del deseo del Otro y de ciertas preguntas que organizan la posición
subjetiva del sujeto.
En este sentido, la pregunta por excelencia de la histeria es la pregunta
acerca de la mujer, la histérica se pregunta, como Dora que va a leer en el
diccionario estas cosas ¿qué es el misterio de la femineidad? y supone que
existe un hombre que se lo va a dar, aquí es donde vemos esbozarse el lugar
del amo de la histeria, el amo para la histérica es aquel que tiene un saber
sobre el sexo, no un saber cualquiera sino un saber sobre el sexo y por eso
Lacan dice que “el don Juan” es un mito femenino, porque “el don Juan” es
aquel que teóricamente sabe qué es una mujer, y justamente en ese sentido
aparece como un invento de las mujeres.
Desde este punto de vista, la pregunta “¿Qué es una mujer?” aparece
como organizando la pregunta de la histeria. Y desde dónde hace la pregunta
la histérica: desde la identificación al hombre, es decir, lo que Freud no vio en
el caso Dora que era el interés de Dora por la Sra. K. , él lo que precisamente
puede develarse ahora, que Dora identificada a un hombre, al Sr. K. , se
plantea desde esa identificación al hombre “¿cómo es una mujer?”, pensando
que ese hombre le va a dar el secreto de la feminidad como tal.
Desde la identificación al padre muerto, no es raro, piensen Uds., que la
pregunta del obsesivo sea una pregunta por la existencia, el obsesivo está
obsesionado por el sentido de la existencia, obsesionado por el problema de la
muerte, del sentido de la vida. Así como podemos decir que la pregunta de la
mujer es una pregunta por el sentido del sexo. En el obsesivo esto esta
planteado como una pregunta acerca de la muerte, y es haciendo de muerto,
es decir, haciendo de alguien que no tiene deseo, haciendo de alguien que de
algún modo no esta presente como sujeto deseante, como el obsesivo formula
su pregunta.
Tengan claro entonces, porque Lacan lo dice específicamente en la
Dirección de la Cura y en mas de un seminario, creo que incluso lo dice en el
seminario II que Uds. tienen como bibliografía, el obsesivo y la histeria, las
neurosis, plantean la pregunta con su Yo, es decir, plantean la pregunta desde
su yo con la identificación a otro que desconocen y a partir de ese Yo, que es
Otro, pueden preguntarse acerca de su deseo, pasando siempre por la
mediación del deseo del Otro.
Vamos a seguir la próxima clase desarrollando este problema de las dos
estructuras, pero centrado entorno a un problema fundamental que es cómo
estas estructuras fueron entendidas después de Freud por Abraham y por
cierto tipo de escuelas psicoanalíticas que lo que hicieron fue oscurecer el
panorama. (aplausos)

Versión completa corregida por cátedra

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